Quien No Fue Discípulo De Jesús?

Quien No Fue Discípulo De Jesús

Quién fue Marcos, el no discípulo de Jesús que escribió el primer evangelio sobre él.

¿Quién fue el apóstol que no conocio a Jesús?

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¿Cuáles eran los nombres de los discípulos de Jesús?

Después de las tentaciones, comienza la Vida Pública de Jesús. Cuando Jesús volvió del desierto fue a Galilea y comenzó a recorrer pueblos y ciudades enseñando en las sinagogas, anunciando la Buena Noticia del Reino y curando a los enfermos. Según dicen los Evangelios sinópticos Jesús va a Galilea donde comenzará su misión de anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios.

El Evangelio de Juan, sin embargo, nos cuenta algunas cosas que Jesús hace antes de comenzar la misión para la que ha sido elegido. Parece que antes de comenzar a predicar el Evangelio, Jesús vuelve al río Jordán donde Juan el Bautista le reconoce como el Mesías esperado, y al verlo exclama: “Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

(Juan 1, 29) Imaginamos que al oír el “título” que Juan le da, Jesús, que conocía perfectamente la Escritura como había demostrado en el momento de las tentaciones, se acordó de lo que Isaías había escrito y anunciado en el capítulo 53 de su libro sobre el Mesías que había de llegar: “Fue maltratado y se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan”.

Esto serviría a Jesús para aceptar con profundidad la misión para la que había sido enviado al mundo: Morir en la Cruz para salvar a la Humanidad. Juan Bautista, volverá a repetir esta expresión al día siguiente, cuando con dos de sus discípulos, Andrés y Juan , estaban en el mismo lugar donde Jesús había sido bautizado.

Dice Juan en su Evangelio que al verlo pasar, el Bautista dijo: “Ese es el Cordero de Dios”. Al oír esto, los dos discípulos de Juan se fueron con Jesús y le siguieron. Esto les bastó para seguirle. Andrés y Juan siguieron a Jesús y al verlos, éste les preguntó: “¿Qué queréis? ¿Qué buscáis? “.

Ellos contestaron: “Maestro ¿dónde vives?”. Jesús les dijo: “Venid y lo veréis”. Suponemos que después, Jesús les contó todo aquello por lo que estaba dispuesto a dar la vida y Andrés, reconociendo en Jesús al Enviado de Dios, fue a buscar a su hermano Simón , y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”.

Simón fue con su hermano a conocerlo y cuando Jesús lo vio, le dijo: “Tú eres Simón hijo de Juan, pero te llamarás Cefas” (que quiere decir Piedra). Éstos fueron los tres primeros discípulos de Jesús que estuvieron con Él hasta que Juan Bautista fue encarcelado.

  1. En este tiempo, Jesús y sus discípulos, se encontraron con otros dos: Felipe y Natanael;
  2. A Felipe , que era de la ciudad de Betsaida , le bastó una invitación de Jesús para seguirle y hacerse su discípulo;

Jesús le dijo: “Sígueme” y Felipe le siguió inmediatamente. El mismo Felipe le dijo a Natanael : “Hemos encontrado a Aquel de quien escribió Moisés en la Ley (es decir, en el Pentateuco) y también los Profetas; a Jesús, hijo de José de Nazaret”. A Natanael aquello no debió impresionarle mucho ya que contestó: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”.

Felipe le dijo: “Ven y verás”. Cuando Jesús vio venir a Natanael dijo: “He aquí un verdadero israelita en el que no hay engaño”. Él contestó: “¿Cómo es que me conoces?”. Y Jesús le dijo: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera, yo te vi”.

Natanael debía ser un maestro de la Ley que enseñaba religión a sus alumnos debajo de un árbol, como solían hacer los maestros y al oír lo que Jesús le había dicho contestó: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Natanael había reconocido a Jesús como el Hijo de Dios y el Rey de Israel e inmediatamente se hizo su discípulo y le siguió.

Después de esto, Jesús volvió a Galilea. Un día, paseaba por la orilla del lago y vió una pequeña barca en la que unos hombres echaban las redes para pescar, pues eran pescadores. En esa barca estaban dos hermanos que se llamaban Pedro y Andrés, a los que ya conocemos.

Cuando volvieron a la orilla, Jesús pasó a su lado, se detuvo delante de ellos y contempló cómo limpiaban sus redes. Entonces les dijo: “Venid conmigo, y yo os haré pescadores de hombres. Seréis mis amigos, y me ayudaréis a contar a todos la Buena Nueva del Reino de Dios”.

Entonces ellos dejando las redes inmediatamente, se fueron con Jesús. Un poco más allá, había otra barca amarrada a la orilla y en ella, tres hombres que también eran pescadores, arreglaban sus redes. Estos hombres eran Santiago y Juan que trabajaban con su padre.

Jesús los llamó y les dijo: “Venid también vosotros conmigo y seréis mis discípulos”. Ellos dejando la barca y a su padre se fueron con Jesús. Éstos no fueron los únicos a los que Jesús eligió para que fueran sus mejores amigos. Pasado un tiempo, el número de discípulos aumentó.

  1. Jesús subió a un monte y pasó toda la noche en oración hablando con su Padre Dios;
  2. Al llegar el día llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que llamó apóstoles: Simón, al que dio el nombre de Pedro , y su hermano Andrés ; Santiago , y su hermano Juan ; Felipe , Bartolomé , que al principio se llamaba Natanael; Mateo , Tomás , Santiago , hijo de Alfeo, Simón , al que llamaban Zelote; Judas , hermano de Santiago; y Judas Iscariote , el que traicionó a Jesús;

Éstos fueron los doce apóstoles elegidos por Jesús para que fueran con Él a anunciar la Buena Nueva del Evangelio.

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¿Qué fue de los 12 apóstoles después de la muerte de Jesús?

Los apóstoles actuales Conforme fue pasando el tiempo y los antiguos apóstoles fueron asesinados, el mensaje enseñado por Jesús se empezó a distorsionar y a corromper. El sacerdocio de Cristo, o la autoridad del hombre para actuar en nombre de Dios, fue quitado de la Tierra.

¿Cuántos fueron los discípulos de Jesús?

Escribe Antonio Piñero   Seguimos con el tema “Los discípulos de Jesús”. Tratamos el tema del número de discípulos que rodeaba normalmente a Jesús. La cuestión es si su núcleo íntimo fueron 12 (la tradición sinóptica) o 84 (12 + 72 = Lc 9,1-6 y 10,1-11). Como digo, la tradición casi unánime habla de doce.

Y así aparece en las listas de discípulos (Mc 3,13-19; Mt 10,1-6 y Lc 6,12-16) que son a la vez relatos de misión o envío por parte de Jesús a lugares a donde él creía que no podía llegar, pues estimaba que la venida del reino de Dios sería inmediata.

Veremos luego estas listas. Pero lo que ahora nos interesa saber es el número de discípulos que rodeaba normalmente a Jesús porque tenemos un pasaje de Lucas que extiende el número de personas totalmente confiables para a 12 + 72. Dice así:   ” Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir.

2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias.

Y no saludéis a nadie en el camino. 5 En la casa en que entréis, decid primero: “Paz a esta casa. ”  6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario.

  • No vayáis de casa en casa;
  • 8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan;  9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: “El Reino de Dios está cerca de vosotros;
  • ”  10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 “Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos;

Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca” (Lc 10,1-11). Obsérvese de nuevo que Lucas dice “Otros setenta y dos”. Por tanto, parece que los está poniendo en pie de igualdad con los doce, cuyo envío acaba de narrar en el capítulo anterior. He aquí este texto: “Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades;  2 y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar.

3 Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. 4 Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. 5 En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.

»  6 Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes” (Lc 9,1-6). Son bastante parecidos ambos pasajes y están uno casi detrás de otro. Una hipótesis probable es que se trata de un doblete. Puedes suponerse con buenas probabilidades que un editor anónimo del Evangelio  Lucas, antes de que entrara el texto en el canon de libros sagrados (en torno al 150-17), añadió este segundo texto.

Un caso parecido de doblete lo tenemos en  Marcos 6,36-46 con la multiplicación de los panes. El milagro se repite en el capítulo 8 (naturalmente con variantes). El doblete en ambos casos (en Lucas y en Marcos) tiene un propósito teológico.

En el de Marcos lo más probable es que la segunda multiplicación, ocurrida aparentemente en tierra de paganos, sirva como paradigma de que Jesús no se restringió a predicar y hacer el bien solo en la casa de Israel (“sólo a las ovejas de Israel”: Mt 10,6 y 15,24 ).

Y en Lucas, probablemente (es mera hipótesis), como una manera sencilla de magnificar la grandiosidad dy el magnetismo personal de Jesús, que atraía tanta gente cabe sí. Pero el problema anunciado al principio persiste: ¿cuantos discípulos acompañaban normalmente a Jesús en el apogeo de su vida pública antes de subir definitivamente a Jerusalén?     1.

Opino que lo más probable es que tenga razón la tradición más afianzada: eran doce más algunas mujeres (tres y otras, según Lc 8,3, aunque este texto no es de fiar totalmente, ya que no parece proceder de una fuente propia de Lucas, sino haber sido tomado en cuanto a los nombres de Mc 15,40).

El texto de Lucas 8,3 dice: “Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes”.

Otra razón que hace probable que no fueran más de doce al menos en su “núcleo duro” es que los Evangelios muestran a Jesús y a sus discípulos invitados a comer…, y es más fácil que se invitara a 12 (y a menudo en las comidas los israelitas de la época no hacían sentarse con ellos a las mujeres, a las que relegaban a un segundo plano) que a 72.

Así en las bodas de Caná: Jn 2,1-2: “Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos”. Igualmente en casa de Simón el Leproso (Lc 7,36-50, que ha de complementarse en cuanto a la presencia de los discípulos con Mt 26,8.

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Empiezo por el texto 1. , de Lc 7,36: “Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa”. A lo largo de la comida entra la famosa mujer pecadora, pero innominada, que la tradición a partir del siglo V confunde voluntariamente con María Magdalena:   “Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, 38 y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.

  • 39 Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora»  (Lc 7,36-38);
  • Mateo precisa que no solo fue Simón el que protestó, sino también los discípulos de Jesús (¡por tanto estaban invitados al banquete!): “Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro? 9 Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres»;

10 Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una “obra buena” ha hecho conmigo. 11 Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre»”. Dejando aparte algunas inverosimilitudes de ambos textos, aquí nos interesa el número de discípulos.

Es más probable que fueran 12 discípulos que no 84. Otro argumento se deduce del episodio de la tempestad calmada, en donde se ve que Jesús y sus discípulos caben todos en una sola barca (esta no debía de tener más de 8 o 9 metros, a tenor de los restos de la barca del siglo I que se ha rescatado del fondo del Lago de Genesaret y que se conserva, si no me equivoco, en Betsaida).

Leemos en el texto de Mateo 8,23-26: “Subió a la barca y sus discípulos le siguieron. 24 De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido. 25 Acercándose ellos le despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!».

Les dijo: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza” Parece claro que los discípulos y Jesús iban todos en una misma barca).

Como veremos en otro momento al comentar la lista de los discípulos en el evangelio de Mateo, el número de 12 simboliza a las doce tribus de Israel (¡que debían ser restauradas por Dios en la época mesiánica; en el Israel del siglo I sólo quedaban dos tribus y medias desde la primera deportación a Babilonia tras la conquista de Samaría en el 721 a.

por Salmanasar):     “Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?». 28 Jesús les dijo: «Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel (Mt 19, 27-28).

En Jn 21,1ss solo se nombran 8 discípulos íntimos (de los cuales el autor de este apéndice no sabe el nombre de dos de ellos), a saber: Simón, Tomás, Natanael Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo y dos innominados. En la lista de Hch 1,13 solo se nombran 11 discípulos (naturalmente Judas Iscariote había muerto ya, bien ahorcado (Mt 27,5: “Judas tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó”), bien porque se despeñó por un acantilado ¿?: (“Judas, pues, compró un campo con el precio de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas”.

  • He aquí el texto en el que se enumeran los discípulos: “Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático;
  • 13 Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago (Hch 1,12-13);

Obviamos aquí la diferencia en cuanto al lugar y tiempo de la ascensión de Jesús (contrástese Lc 24,50: “Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo” (la ascensión de Jesús tiene lugar apenas 24 horas después de la resurrección, y el texto de Hch 13, en el que el autor dibuja la ascensión de Jesús, después de cuarenta días de estancia en la tierra tras su resurrección.

  1. La ascensión no en Betania, sino en el Monte de los Olivos;
  2. Por tanto, en síntesis: descartamos la tradición de Lc 10,1 como mero doblete, no histórica, y nos quedamos con el resto de la tradición, sobre todo sinóptica, y afirmamos con mucha probabilidad que el núcleo duro de Jesús se componía no de 84 sino de 12 discípulos, que representaban simbólicamente las 12 tribus, restauradas por Dios, de Israel;

Saludos cordiales de Antonio Piñero www. ciudadanojesus. com.

¿Cuál es el mejor amigo de Jesús?

LOS MÁS CERCANOS – Juan, más que cualquier otro discípulo, ocupaba un lugar especial en el corazón de Jesús. La Biblia lo llama “el discípulo a quien Jesús amaba” (Juan 21:20). Su cercanía con Jesús quedó demostrada durante varias experiencias: Juan, Santiago y Pedro fueron los únicos discípulos que vieron a Jesús resucitar a la hija de Jairo, el fariseo.

El también fue uno de los tres discípulos selectos que presenciaron la transfiguración de Jesús, poco antes de que fuera arrestado. Juan se mantuvo cerca de Jesús aun mientras que el estaba muriendo en la cruz.

El vinculo cercano entre Jesús y Juan quedo revelado cuando Jesús declaró a su madre que Juan sería su hijo, y a Juan que María sería su madre. Esto no solo demostró el amor desinteresado de Jesús por su madre, presente hasta su último aliento, sino que también demostró su cariño especial por Juan.

¿Quién fue el Excelentisimo Teófilo?

Teófilo es el nombre o, tal vez, el título de honor de la persona a quien son dedicados el Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles (Lucas 1:3, Hechos 1:1). Según estos prólogos, ambas obras fueron escritas por el mismo autor, Lucas evangelista, según la tradición eclesiástica.

[ 1 ] ​ El nombre “θεόφιλος” (“Teófilo”), significa amigo de Dios en griego [ 2 ] ​ o, según otros, (ser) amado por Dios. [ 3 ] ​ No se conoce la identidad histórica de Teófilo, por lo cual existen diferentes conjeturas al respecto.

Dado su significado, se ha especulado que se trate de un nombre simbólico; todo cristiano sería “amado de Dios”, [ 4 ] ​ o un título honorífico.

¿Cuál es el primer apóstol?

Andrés el Apóstol

San Andrés
Nombre Andrés (en griego antiguo Ἀνδρέας)
Nacimiento Principios del siglo I Betsaida, Galilea
Fallecimiento Mediados del siglo I Patras, Grecia
Padres Jonah (padre) y Joanna (madre)

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¿Cuáles son los nombres de los 12 apóstoles en la última cena?

¿Quién es quién en  La última cena ? – ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci Según uno de los textos del propio autor, las  identidades de los personajes  serían (de izquierda a derecha): Bartolomé, Santiago el Menor, Andrés, Judas Iscariote, Simón Pedro, Juan, Jesucristo, Tomás, Santiago el Mayor, Felipe, Mateo, Judas Tadeo y Simón el Zelote.

¿Quién fue el primer apóstol en resucitar a una persona?

Simón Pedro
Año 30/33-año 64/67​
Predecesor Primero en el cargo ( fue instituido por Jesucristo, según la Iglesia católica)
Sucesor San Lino
Obispo de Antioquía

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¿Cómo se llama el primer milagro de Jesús?

Resumen – Si alguien nos preguntara cuál fue el primer milagro que hizo Jesús, no dudaríamos en responder que fue el del agua convertida en vino durante una fiesta de bodas, en la ciudad de Caná de Galilea. El mismo evangelio de San Juan lo dice expresamente: «Éste fue el primer signo que hizo Jesús, en Caná de Galilea, con el cual mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él» (Jn 2,11).

Sin embargo, para los otros tres evangelistas (Mateo, Marcos y Lucas), ése no fue el primer milagro realizado por Jesús. Más aún: ni siquiera se enteraron de ese milagro. Para ellos no existe. Y en su lugar cada uno relata otro «primer» milagro.

Así, en San Marcos (y San Lucas) figura la curación de un endemoniado en la sinagoga de Cafarnaún. Y en San Mateo, la curación de un leproso luego del sermón de la montaña. © 2021 Razón y fe. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta revista por cualquier procedimiento electrónico o mecánico, sin permiso escrito de la editorial..

¿Cómo fue la muerte de María Magdalena?

Según la tradición ortodoxa, María Magdalena se retiró a Éfeso con la Virgen María y el apóstol Juan, y murió allí. En 886 sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla, donde se conservan en la actualidad.

¿Por qué Pedro negó a Jesús?

Las negaciones de Pedro – También en el contexto de la entrega de Jesús, encontramos otro hecho al que no se le suele dar tanto peso como al descrito en el punto anterior: son las negaciones de Pedro. En La última cena , Jesús anuncia a sus discípulos que todos ellos esa noche, a causa de él , darían un mal paso.

  1. Pedro se apresura a decir: «Si todos dan un mal paso a causa de ti, yo no lo daré;
  2. Jesús le dijo: «Te digo de verdad: esta noche, antes de que cante [el] gallo, me negarás tres veces»;
  3. Pedro le dice: «Aunque tenga que morir contigo, de veras no te negaré»;

[19]  Lo que viene después son, efectivamente, las tres negaciones de Pedro. Estando ya Jesús ante el sanedrín y Pedro sentado fuera en el patio, por tres veces afirman (dos criadas y otros que estaban presentes) que éste también estaba con Jesús el Nazareno, y Pedro, por tres veces, lo niega.

  • La primera negación: «También tú estabas con Jesús el Galileo. Pero el negó delante de todos diciendo: no sé qué dices».
  • La segunda negación: «Este estaba con Jesús el Nazareno. Y volvió a negar, con juramento: «¡No conozco a ese hombre!».
  • La tercera negación: «Verdaderamente, tú también eres de ellos, pues hasta tu habla te descubre. Entonces empezó a maldecir y a jurar: ¡No conozco a ese hombre!».

Y enseguida cantó el gallo. Pedro recordó la frase de Jesús, y «saliendo afuera, lloró amargamente». Si examinamos con detenimiento estas escenas puede que nos llame la atención que el que haya pasado a la historia como traidor sea Judas y que poco o nada se diga al respecto de Pedro.

  1. La principal diferencia entre uno y otro es que la traición de Judas es directa, clara, incluso valiente; traiciona, pero es él mismo y delante de Jesús el que ejecuta, mediante un beso, la entrega;
  2. Después, tal y como hemos mencionado, Judas está a la altura de su acto: se arrepiente y paga con su muerte;

Pedro promete por su propia vida estar al lado de Jesús: aunque tenga que morir contigo no te negaré ; y lo hace, tres veces, después de lo cual tan sólo «llora amargamente». En cada una de las negaciones él traiciona y se aleja cada vez más, no sólo de Jesús sino también de sí mismo.

  • La acusación por parte de los presentes en la escena es cada vez más fuerte, transita desde el «tú estabas con Jesús» hasta el «verdaderamente, tú también eres uno de ellos, pues hasta tu habla te descubre»;

En esta última, no sólo está en juego el vínculo de Pedro con Jesús sino también su pertenencia al grupo de los discípulos y su origen, el lugar de nacimiento. [20]  A esta serie que va in crescendo Pedro responde con una negación también cada vez más fuerte: va desde el «no entiendo lo que dices» hasta el «no conozco a ese hombre» , maldiciendo y jurando.

  1. ¿Y cuál es el resultado de las tres negaciones de Pedro? Claramente traiciona a su Maestro, cuando dice no conocerlo, no saber quién es, niega el vínculo entre ambos, niega su camino, su guía e incumple su fuerte promesa;

En contraste con Judas, se puede leer en Pedro el miedo y la cobardía, lo cual lo convierte en un acto infame y más cercano, si cabe, a la traición. [21]  Pero, además (y esto es lo que más nos va a interesar), se traiciona a sí mismo, ya que, por mediación de la negación: no tiene maestro, no tiene grupo de pertenencia y no tiene origen; es decir: queda completamente desvinculado, aislado, de su mundo y de sí mismo.

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¿Cómo se conocieron Jesús y Pedro?

Recordemos algunos de los episodios Bíblicos en los que aparece Pedro. – San Pedro murió  crucificado. El no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo crucificaron con la cabeza hacia abajo. El lugar exacto de su crucifixión fue guardado por la tradición.

Muy cerca del circo de Nerón, los cristianos enterraron a San Pedro. Las palabras de Jesús se cumplen textualmente. “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.

Mateo 16:18 Hay testimonios arqueológicos de la necrópolis con la tumba de San Pedro, directamente bajo el altar mayor. Esta ha sido venerada desde el siglo II. Un edículo de 160 d. en el cual puede leerse en griego  “Pedro está aquí”. Se han encontrado muchos escritos en las catacumbas que unen los nombres de  San Pedro y San Pablo , mostrando que la devoción popular a estos grandes Apóstoles comenzó en los primeros siglos.

Pinturas muy antiguas nos describen a San Pedro como un hombre de poca estatura, energético, pelo crespo y barba. En el arte sus emblemas tradicionales son un barco, llaves y un gallo. Hoy el Papa continúa el ministerio petrino como pastor universal de la Iglesia de Cristo.

Al conocer los orígenes, debemos renovar nuestra fidelidad al Papa como sucesor de Pedro. Los únicos  escritos  que poseemos de San Pedro son sus dos Epístolas en el Nuevo Testamento. Pensamos que ambas fueron dirigidas a los convertidos de Asia Menor. La Primera Epístola está llena de admoniciones hacia la caridad, disponibilidad y humildad, y en general de los deberes en la vida de los cristianos.

¿Cómo se llama el apóstol de los gentiles?

(Saulo de Tarso, también llamado San Pablo Apóstol; Tarso, Cilicia, h. 4/15 – Roma?, h. 64/68) Apóstol del cristianismo. Tras haber destacado como furibundo fustigador de la secta cristiana en su juventud, una milagrosa aparición de Jesús convirtió a San Pablo en el más ardiente propagandista del cristianismo, que extendió con sus predicaciones más allá del pueblo judío, entre los gentiles: viajó como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina y escribió misivas (las Epístolas) a diversos pueblos del entorno mediterráneo. San Pablo (óleo de El Greco) Los esfuerzos de San Pablo para llevar a buen fin su visión de una iglesia mundial fueron decisivos en la rápida difusión del cristianismo y en su posterior consolidación como una religión universal. Ninguno de los seguidores de Jesucristo contribuyó tanto como él a establecer los fundamentos de la doctrina y la práctica cristianas. Biografía Las fuentes fundamentales acerca de la vida de San Pablo pertenecen todas al Nuevo Testamento: los Hechos de los Apóstoles y las catorce Epístolas que se le atribuyen, dirigidas a diversas comunidades cristianas.

  1. De ellas, diversos sectores de la crítica bíblica han puesto en duda la autoría paulina de las llamadas cartas pastorales (la primera y segunda Epístola a Timoteo y la Epístola a Tito ), en tanto que existe una práctica unanimidad en considerar la Epístola a los hebreos como escrita por un autor diferente;

Pese a la disponibilidad de tales fuentes, los datos cronológicos de las mismas resultan vagos, y cuando existen divergencias entre los Hechos y las Epístolas se suele dar preferencia a estas últimas. Saulo (tal era su nombre hebreo) nació en el seno de una familia acomodada de artesanos, judíos fariseos de cultura helenística que poseían el estatuto jurídico de ciudadanos romanos.

Después de los estudios habituales en la comunidad hebraica del lugar, Saulo fue enviado a Jerusalén para continuarlos en la escuela de los mejores doctores de la Ley, en especial en la del famoso rabino Gamaliel.

Adquirió así una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo). No debía, sin embargo, residir en Jerusalén el año 30, en el momento de la crucifixión de Jesús de Nazaret ; pero habitaba en la ciudad santa seguramente cuando, en el año 36, fue lapidado el diácono Esteban, mártir de su fe.

En concordancia con la educación que había recibido, presidida por la más rígida observancia de las tradiciones farisaicas, Saulo se significó por aquellos años como acérrimo perseguidor del cristianismo, considerado entonces una secta herética del judaísmo.

Inflexiblemente ortodoxo, el joven Saulo de Tarso estuvo presente no sólo en la lapidación de Esteban, sino que se ofreció además a vigilar los vestidos de los asesinos. La conversión Los jefes de los sacerdotes de Israel le confiaron la misión de buscar y hacer detener a los partidarios de Jesús en Damasco.

  1. Pero de camino a esta ciudad, Saulo fue objeto de un modo inesperado de una manifestación prodigiosa del poder divino: deslumbrado por una misteriosa luz, arrojado a tierra y cegado, se volvió a levantar convertido ya a la fe de Jesucristo (36 d;

Según el relato de los Hechos de los Apóstoles y de varias de las epístolas del propio Pablo, el mismo Jesús se le apareció, le reprochó su conducta y lo llamó a convertirse en el apóstol de los gentiles (es decir, de los no judíos) y a predicar entre ellos su palabra. La conversión de San Pablo (óleo de Caravaggio, c. 1600) Tras una estancia en Damasco (donde, después de haber recuperado la vista, se puso en contacto con el pequeño núcleo de seguidores de la nueva religión), se retiró algunos meses al desierto (no se sabe exactamente adónde), haciendo así más firmes y profundos, en el silencio y la soledad, los cimientos de su creencia.

  • Vuelto a Damasco, y violentamente atacado por los judíos fanáticos, en el año 39 hubo de abandonar clandestinamente la ciudad descolgándose en un gran cesto desde lo alto de sus murallas;
  • Aprovechó la ocasión para marchar a Jerusalén y ponerse en contacto con los jefes de la Iglesia, San Pedro y los demás apóstoles, no sin dificultades, porque estaba todavía muy vivo en la Ciudad Santa el recuerdo de sus actividades como perseguidor;

Le avaló en el seno de la comunidad cristiana San Bernabé, que lo conocía bien y quizá era pariente suyo. Regresó después a su ciudad natal de Tarso, en cuya región residió y predicó hasta que hacia el año 43 vino a buscarlo Bernabé. A consecuencia de una carestía que atacó duramente a Palestina, Pablo y Bernabé fueron enviados a Antioquía (Siria), ciudad cosmopolita donde eran numerosos los seguidores de Jesús (allí se les había dado por primera vez el sobrenombre de “cristianos”), para llevar la ayuda fraternal de la comunidad de Antioquía a la de Jerusalén.

El apóstol de los gentiles En compañía de San Bernabé , San Pablo inició desde Antioquía el primero de sus viajes misioneros, que lo llevó en el año 46 a Chipre y luego a diversas localidades del Asia Menor.

En Chipre, donde obtuvieron los primeros frutos de su trabajo, abandonó Saulo definitivamente su nombre hebreo para adoptar el cognomen latino de Paulus, que llevaba probablemente desde niño como segundo apellido. Su romanidad podía parecer oportuna para el desarrollo de la misión que el apóstol se proponía llevar a cabo en los ambientes gentiles.

  • En adelante, sería él quien llevaría la palabra del Evangelio al mundo pagano; con Pablo, el mensaje de Jesús saldría del marco judaico, palestiniano, para convertirse en universal;
  • A lo largo de su predicación, San Pablo iba presentándose sucesivamente en las sinagogas de las diversas comunidades judaicas; pero esta presentación terminaba casi siempre en un fracaso;

Bien pocos fueron los hebreos que abrazaron el cristianismo por obra suya. Mucho más eficaz caía su palabra entre los gentiles y entre los indiferentes que nada sabían de la religión monoteísta hebraica. En este primer viaje recorrió, además de Chipre, algunas regiones apartadas del Asia Menor.

Creó centros cristianos en Perge (Panfília), en Antioquía de Pysidia, en Listra, Iconio y Derbe de Licaonia. El éxito fue notable; pero también fueron numerosas las dificultades. En Listra escapó de la muerte sólo porque sus lapidadores creyeron erróneamente que ya había muerto.

Entre el primer y el segundo viaje, San Pablo residió algún tiempo en Antioquía (49-50 d. ), desde donde marchó a Jerusalén para asistir al llamado “Concilio de los Apóstoles”. Las cuestiones que iban a tratarse en el concilio eran de una gravedad difícilmente concebible en nuestros días.

Había que dilucidar la licitud de bautizar a los paganos (algunos judeo-cristianos se oponían aún a tal iniciativa), y, sobre todo, establecer o rechazar la obligatoriedad de los preceptos judíos para los conversos que procedían del paganismo.

El éxito de su labor evangelizadora permitió a San Pablo imponer la tesis de que los cristianos gentiles debían tener la misma consideración que los judíos; profundo expositor del valor de la Ley mosaica y de su importancia histórica, San Pablo defendió que la redención operada por Cristo marcaba el definitivo ocaso de dicha ley y rechazó la obligatoriedad de numerosas prácticas judaicas. San Pablo curando a un lisiado en Listra (óleo de Karel Dujardin, 1663) El segundo viaje evangélico (50-53) comprendió la visita a las comunidades cristianas de Anatolia, fundadas unos años antes; luego fue recorriendo parte de la Galatia propiamente dicha, visitó algunas ciudades del Asia proconsular y marchó después a Macedonia y Acaya. La evangelización se hizo particularmente patente en Filippos, Tesalónica, Berea y Corinto. También Atenas fue visitada por San Pablo, quien pronunció allí el famoso discurso del Areópago, en el que combatió la filosofía estoica. El resultado, desde el punto de vista evangelizador, fue más bien exiguo.

  1. Durante su estancia en Corinto, donde estuvo en contacto con el gobernador de la provincia, Gallón (hermano de Séneca ), inició al parecer San Pablo su actividad como escritor, enviando la primera y segunda Epístola a los tesalonicenses , en las que ilustra a los fieles acerca de la parusía o segunda venida de Cristo y de la resurrección de la carne;

El tercer viaje (53-54-58) se inició con la visita a las comunidades del Asia Menor y continuó también por Macedonia y Acaya, donde San Pablo Apóstol estuvo tres meses. Pero como centro principal fue escogida la gran ciudad de Éfeso. Allí permaneció durante casi tres años, trabajando con un grupo de colaboradores en la ciudad y su región, especialmente en las localidades del valle del Lico.

Fue un apostolado muy provechoso, pero también lleno de fatigas para San Pablo: culminaron éstas con el tumulto de Éfeso, provocado por Demetrio, representante de los numerosos comerciantes que explotaban la venta de las estatuillas-recuerdo de Artemisa.

San Pablo, refiriéndose a un episodio anterior, habla de una lucha con las fieras; es casi seguro que la expresión es metafórica, pero convergen muchos indicios en favor de la hipótesis de una auténtica prisión. San Pablo Apóstol (detalle de un retrato de Rubens, c. 1611) Desde Éfeso escribió la primera Epístola a los corintios , en la que se transparentan muy bien las dificultades encontradas por el cristianismo en un ambiente licencioso y frívolo como era el de la ciudad del Istmo. Probablemente se sitúa en la misma ciudad la redacción de la Epístola a los gálatas y la Epístola a los filipenses , en tanto que la segunda Epístola a los corintios fue escrita poco después en Macedonia.

Desde Corinto envió el apóstol la importante Epístola a los romanos , en la que trata a fondo la relación entre la fe y las obras respecto a la salvación. Con ello pretendía preparar su próxima visita a la capital del imperio.

LOS 12 APÓSTOLES , Biografías de cada uno

Últimos años Sin embargo, los hechos se desarrollaron de un modo distinto. Habiéndose dirigido Pablo a Jerusalén para entregar una cuantiosa colecta a aquella pobre iglesia, fue encarcelado por el quiliarca Lisia, quien lo envió al procónsul romano Félix de Cesarea.

Allí pasó el apóstol dos años bajo custodia militar. Decidieron embarcarlo, fuertemente custodiado, con destino a Roma, donde los tribunales de Nerón decidirían sobre él. El viaje marítimo fue, por otra parte, fecundo en episodios pintorescos (como el del naufragio y la salvación milagrosa), y durante el mismo el prestigio del apóstol se impuso al fin a sus guardianes (invierno de 60-61).

De los años 61 a 63 vivió San Pablo en Roma, parte en prisión y parte en una especie de libertad condicional y vigilada, en una casa particular. En el transcurso de este primer cautiverio romano escribió por lo menos tres de sus cartas: la Epístola a los efesios , la Epístola a los colosenses y la Epístola a Filemón. San Pablo escribiendo sus epístolas (óleo atribuido a Valentin de Boulogne, c. 1619) Puesto en libertad, ya que los tribunales imperiales no habían considerado consistente ninguna de las acusaciones hechas contra él, reanudó su ministerio; pero a partir de este momento la historia no es tan precisa. Falta para este período la ayuda preciosa de los Hechos de los Apóstoles , que se interrumpen con su llegada a Roma.

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San Pablo anduvo por Creta, Iliria y Acaya; con mucha probabilidad estuvo también en España. De este período datarían dos cartas de discutida atribución, la primera Epístola a Timoteo y la Epístola a Tito ; también por entonces habría compuesto la Epístola a los hebreos.

Se percibe en ellas una intensa actividad organizadora de la Iglesia. En el año 66, cuando se encontraba probablemente en la Tréade, San Pablo fue nuevamente detenido por denuncia de un falso hermano. Desde Roma escribió la más conmovedora de sus cartas, la segunda Epístola a Timoteo , en la que expresa su único deseo: sufrir por Cristo y dar junto a Él su vida por la Iglesia.

  1. Encerrado en horrenda cárcel, vivió los últimos meses de su existencia iluminado solamente por esta esperanza sobrenatural;
  2. Se sintió humanamente abandonado por todos;
  3. En circunstancias que han quedado bastante oscuras, fue condenado a muerte; según la tradición, como era ciudadano romano, fue decapitado con la espada;

Ello ocurrió probablemente en el año 67 d. , no lejos de la carretera que conduce de Roma a Ostia. Según una tradición atendible, la abadía de las Tres Fontanas ocupa exactamente el lugar de la decapitación. El pensamiento paulino De forma imprudente se ha exagerado en ocasiones la significación de la obra de San Pablo: algunos lo consideraron como el auténtico fundador del cristianismo; otros lo acusaron de ser el primer mixtificador de las enseñanzas de Jesucristo.

Es cierto que trabajó más que los demás apóstoles y que, en sus cartas, sentó las bases del desarrollo doctrinal y teológico del cristianismo. Pero su realmente meritoria labor, de la que él mismo se sentía con razón orgulloso, reside en el hecho de haber sido intérprete e incansable propagandista del mensaje de Jesús.

A San Pablo se debe, más que a los otros apóstoles, la oportuna y neta separación entre el cristianismo y el judaísmo; y es falso que tal separación se alcanzara mediante la creación de un sistema religioso especial, que habría sido elaborado bajo la influencia de la filosofía griega, del sincretismo cultural o de las numerosas religiones de misterios.

En el curso de sus viajes evangelizadores, San Pablo propagó su concepción teológica del cristianismo, cuyo punto central era la universalidad de la redención y la nueva alianza establecida por Cristo, que superaba y abolía la vieja legislación mosaica.

La Iglesia, formada por todos los cristianos, constituye la imagen del cuerpo de Cristo y debe permanecer unida y extender la palabra de Dios por todo el mundo. El vigor y la riqueza de su palabra están atestiguados por las catorce epístolas que de él se conservan.

Dirigidas a comunidades o a particulares, tienen todos los caracteres de los escritos ocasionales. En ningún caso pretenden ser textos exhaustivos, pero siempre son una poderosa síntesis de la enseñanza evangélica expresada en sus más claras verdades y hasta sus últimas consecuencias.

Desde el punto de vista literario, debe reconocérsele el mérito de haber sometido por primera vez la lengua griega al peso de las nuevas ideas. Su educación dialéctica asoma en algunas de sus argumentaciones, y su temperamento místico se eleva hasta la contemplación y alcanza las cumbres de la lírica en el famoso himno a la caridad de la primera Epístola a los corintios.

Los escritos de San Pablo adaptaron el mensaje de Jesús a la cultura helenística imperante en el mundo mediterráneo, facilitando su extensión fuera del ámbito cultural hebreo en donde había nacido. Al mismo tiempo, esos escritos constituyen una de las primeras interpretaciones del mensaje de Jesús, razón por la que contribuyeron de manera decisiva al desarrollo teológico del cristianismo (debido a la inclusión de sus Epístolas , se atribuyen a San Pablo más de la mitad de los libros que, junto con los Evangelios , componen el Nuevo Testamento).

Proceden de la interpretación de San Pablo ideas tan relevantes para la posteridad como la del pecado original; la de que Cristo murió en la cruz por los pecados de los hombres y que su sufrimiento puede redimir a la humanidad; o la de que Jesucristo era el mismo Dios y no solamente un profeta.

Según San Pablo, Dios concibió desde la eternidad el designio de salvar a todos los hombres sin distinción de raza. Los hombres descienden de Adán, de quien heredaron un cuerpo corruptible, el pecado y la muerte; pero todos los hombres, en el nuevo Adán que es Cristo, son regenerados y recibirán, en la resurrección, un cuerpo incorruptible y glorioso, y, en esta vida, la liberación del pecado, la victoria sobre la muerte amarga y la certeza de una futura vida feliz y eterna.

También introdujo en la doctrina cristiana el rechazo de la sexualidad y la subordinación de la mujer, ideas que no habían aparecido en las predicaciones de Jesucristo. En llamativo contraste con su juventud de fariseo intransigente, cerrado a toda amplia visión religiosa y celoso de las prerrogativas espirituales de su pueblo, San Pablo dedicaría toda su vida a “derribar el muro” que separaba a los gentiles de los judíos.

En su esfuerzo por hacer universal el mensaje de Jesús, San Pablo lo desligó de la tradición judía, insistiendo en que el cumplimiento de la ley de Moisés (los mandatos bíblicos) no es lo que salva al hombre de sus pecados, sino la fe en Cristo; en consecuencia, polemizó con otros apóstoles hasta liberar a los gentiles de las obligaciones rituales y alimenticias del judaísmo (incluida la circuncisión).

Cmo citar este artculo: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. « ». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ]. Al navegar por este sitio, aceptas el uso de cookies y los anuncios personalizados Entendido Más información.

¿Cómo fue que San Pablo conocio a Jesús?

La conversión [ editar ] – Según el libro de los Hechos de los Apóstoles , luego del martirio de Esteban , Saulo Pablo se dirigió a Damasco, hecho que los biblistas tienden a situar en el término del año subsiguiente a la lapidación de Esteban, según se comenta en la sección anterior (ver además el análisis de V. Fernández y bibliografía allí citada). [ 4 ] ​ Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.

Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues.

Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer». Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco. La conversión de San Pablo (1542), obra de Miguel Ángel. En la espiritualidad cristiana, el episodio de Pablo derribado dio origen a una expresión técnica, las llamadas «gracias tumbativas». [ 103 ] ​ Interior de la llamada casa de Ananías o capilla de San Ananías , en Damasco. Se trata de una cripta de dos habitaciones, situada a unos cuatro metros por debajo del nivel de la calle actual. Se la asocia con el lugar en que Saulo Pablo recuperó la vista y fue bautizado por Ananías. Pablo mismo presentó esta experiencia como una «visión» (1 Corintios 9, 1), como una «aparición» de Jesucristo resucitado (1 Corintios 15, 8) o como una «revelación» de Jesucristo y su Evangelio (Gálatas 1, 12-16; 1Corintios 2, 10).

Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber. Pero nunca presentó esta experiencia como una «conversión», porque para los judíos «convertirse» significaba abandonar a los ídolos para creer en el Dios verdadero, y Pablo nunca había adorado a ídolos paganos, ni había llevado una vida disoluta.

Los biblistas tienden a acotar a un marco muy preciso el significado del término «conversión» aplicado a Pablo. [ 104 ] ​ En realidad, cabe que Pablo interpretara que tal experiencia no lo hacía menos judío, sino que le permitía llegar a la esencia más profunda de la fe judía.

[ 4 ] ​ Por entonces, el cristianismo aún no existía como religión independiente. [ 105 ] ​ Existen varios puntos sin resolver respecto de este relato. Por ejemplo, en 1 Corintios 9, 1 Pablo señaló que «vio» a Jesús, pero en ningún pasaje de los Hechos (Hechos 9, 3-7; 22, 6-9; 26, 13-18) ocurre tal cosa.

Más aún, los tres pasajes de Hechos no coinciden en los detalles: [ 106 ] ​ si los acompañantes quedaron en pie sin poder hablar o si cayeron por tierra; si oyeron o no la voz; asimismo, el hecho de que Jesús hablara a Pablo «en idioma hebreo », pero citando un proverbio griego (Hechos 26,14).

Sin embargo, el núcleo central del relato coincide siempre: [ 107 ] ​ — Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? — ¿Quién eres tú, Señor? — Yo soy Jesús (de Nazaret), a quien tú persigues. Las epístolas paulinas guardan silencio sobre los detalles de este episodio, aunque el comportamiento previo y posterior de Pablo es señalado por él mismo en una de ellas.

[…]pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres. Bab Kisan, uno de los ocho portales de la antigua ciudad de Damasco. El muro fue construido en la época romana. Se lo suele asociar con el lugar en que Saulo Pablo fue descolgado por los discípulos de las murallas en el interior de un canasto para escapar de los judíos que habían tomado la decisión de matarlo (Hechos 9, 23-25).

  • Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a Damasco;

Hoy alberga la capilla de San Pablo. En otra de sus epístolas afirmó: Y en último término [Cristo resucitado] se me apareció también a mí, como a un abortivo. Como resultado de esa «experiencia» vivida en el camino a Damasco, Saulo de Tarso, hasta entonces dedicado a «perseguir encarnizadamente» y «asolar» con «celo» a la «Iglesia de Dios» según sus propias palabras, [ p ] ​ transformó su pensamiento y su comportamiento.

Pablo siempre habló de su condición judía en tiempo presente, [ q ] ​ y señaló que él mismo debía cumplir las normas dictaminadas por las autoridades judías. [ r ] ​ Probablemente nunca abandonó sus raíces judías, pero permaneció fiel a aquella experiencia vivida, considerada uno de los principales acontecimientos en la historia de la Iglesia.

[ 108 ] ​ Después del suceso vivido por Pablo en el camino de Damasco, Ananías lo curó de su ceguera imponiéndole las manos. Pablo fue bautizado y permaneció en Damasco «durante algunos días». [ s ] ​ Desde la década de 1950 se presentaron trabajos científicos que sugirieron la presunta epilepsia de Pablo de Tarso, [ 109 ] ​ [ 110 ] ​ y se postuló que su visión y experiencias extáticas pudieron ser manifestaciones de epilepsia del lóbulo temporal.

  1. [ 111 ] ​ También se propuso un escotoma central como dolencia de Pablo, y que esa condición podría haber sido causada por retinitis solar en el camino de Jerusalén a Damasco;
  2. [ 112 ] ​ Bullock sugirió hasta seis posibles causas de la ceguera de Pablo en el camino a Damasco: oclusión de la arteria vertebrobasilar, contusión occipital, hemorragia vítrea secundaria/desgarro de retina, lesión causada por un rayo, intoxicación por Digitalis , o ulceraciones (quemaduras) de la córnea;

[ 113 ] ​ Con todo, el estado de salud física de Pablo de Tarso permanece desconocido. [ 111 ] ​.