¿Qué es la oración? – Jesús enseñó: “Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre”( 3 Nefi 18:19 ). La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra; por medio de ella podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar Su guía diariamente.
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¿Qué es la oración según la Biblia?
Catolicismo [ editar ] – Conforme a la Iglesia católica, la oración es un diálogo entre Dios y los hombres. El hombre ha sido creado para glorificar a Dios, a través de la oración se le da gloria , de lo cual el ser humano se beneficia espiritualmente, recibiendo el Amor del Padre por la comunión con Jesucristo a través del Espíritu Santo.
Mediante la oración se contempla a Dios, se le agradece, se le pide perdón y se le solicita su bendición y ayuda. Normalmente para orar se necesita un clima de recogimiento , silencio y soledad interior para facilitar la unión con Dios ; aunque hay momentos de oración comunitaria que lo dificultan, sin ser por ello menos efectiva.
Al orar, cada uno puede hacerlo con sus propias palabras o recurrir a algunas de las oraciones tradicionales de la Iglesia.
- Ave María
- Padre Nuestro
- Gloria Patri
- Rosario
- Acordaos
- Salve
- Magníficat
- Liturgia de las Horas
- Otras oraciones
Jesús da un ejemplo de oración en el Huerto de los Olivos , cuando al orar decía “Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mc 14, 36). Una diferencia sustancial entre catolicismo y protestantismo es el papel en las oraciones de la Virgen María y los santos. En ese punto no hay diferencias entre el catolicismo y la Iglesia ortodoxa o las demás iglesias orientales. El Concilio Vaticano II dice que “desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios “. Tipos de oración Según la fe cristiana, la oración puede ser:
- Verbal (El Padre Nuestro , por ejemplo. )
- Mental (Por ejemplo el Casticismo o Hesiquia , en la que se repite mentalmente el nombre de Jesús)
- De Meditación (Como la lectio divina o lectura espiritual, meditando la Biblia o textos de espiritualidad)
- De Contemplación (Por ejemplo, se puede alcanzar en la Adoración del Santísimo Sacramento. Para alcanzar el estado de contemplación se puede hacer uso de diferentes tipos de oración , generalmente la meditación. )
- De Petición
- De Acción de Gracias
- De Intercesión (oración por las necesidades de los demás)
- De Ofrecimiento (Por ejemplo ofreciendo a Dios el trabajo de cada día, o un bien adquirido)
- De Conversión (Cuando se produce un sentimiento de arrepentimiento y hay una intención de vivir más acorde al Evangelio. )
- De Alabanza (Se suelen utilizar cantos)
- De auditiva
- De escrita
- De visual
- De abandono
- De acogida
- De elevación
Estos tipos de oración no tienen por qué ir separados, se pueden ejercitar a la vez, o irse desencadenando uno detrás de otro; por ejemplo mediante el rezo del Rosario se hace una oración verbal con oraciones conocidas, se puede meditar cada misterio correspondiente a una etapa de la vida de Jesucristo , y se puede hacer oración de petición pidiendo la intercesión de la Virgen María. La Virgen María, Intercesora en la oración La Tradición apostólica considera a la Virgen María, “interces de toda gracia” y “omnipotencia suplicante” en la oración. Cristo se hace humano en el vientre de María, dando ella su consentimiento al ángel enviado por Dios, “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Su condición de intercesora se manifiesta en la visita que María, encinta, hace a su prima Isabel; su sola presencia, llevando en su vientre al Mesías, llena del Espíritu Santo al hijo que Isabel espera (Juan Bautista).
(Lc 1,41-45) La gracia de omnipotencia suplicante de María la instaura el mismo Jesús en las bodas de Caná, al convertir el agua en vino, simplemente porque su Madre le hizo presente la necesidad. Y ello ocurrió a pesar de que aún no era la hora de empezar su misión.
(Jn 2,1-11) Además, respetando el mandato de Jesús crucificado, los católicos la reconocen como Madre de los hombres, sabiendo que por el mismo mandato, ella nos reconoce como hijos y nos hermana con Jesús. (Jn 19,26-27) La Comunión de los Santos El concepto de Comunión de los Santos , al hacer partícipes a todos los cristianos de los méritos de los santos , además de los de Cristo, para su propia salvación , está expresado desde la tradición cristiana desde la perspectiva de que la muerte no es el final de la vida, sino que es el inicio de la vida eterna con Dios.
El concepto de comunión de los santos es que, a través de nuestra oración y de la oración de los que ya están en la presencia de Dios (santos) podemos alabar a Dios. Este concepto de “comunión” implica que la Iglesia del cielo ( Iglesia triunfante ) y la de la tierra ( Iglesia militante ) están unidas a través de la oración.
Permite una clase de culto a los santos (culto de dulía ) distinto al culto debido a Dios (culto de latría : dárselo a otra entidad se considera idolatría ), pues no deben atribuirse a los santos méritos divinos. Este culto incluye la veneración de sus reliquias e imágenes y el rezo de oraciones.
¿Qué dijo Jesús acerca de la oración?
Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20 Imagen Jesús enseñó a Sus discípulos a orar. Dijo que algunas personas oran sólo para que otros los vean orar, y enseñó que debemos decir nuestras oraciones personales en un lugar donde podamos estar solos, si es posible. Imagen Dijo que algunas personas dicen las mismas palabras una y otra vez cuando oran, sin pensar realmente en lo que están diciendo. Jesús dijo que debemos orar sinceramente por lo que necesitamos. Imagen El Salvador hizo una oración para enseñar a Sus discípulos cómo orar. Comenzó diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Alabó a nuestro Padre Celestial y después le pidió ayuda. Dijo “amén” al final de Su oración. Más tarde, Jesús les dijo a Sus discípulos que oraran al Padre en el nombre de Él, y prometió que nuestro Padre Celestial contestaría sus oraciones..
¿Cuál es la importancia de la oración?
Investigaciones desde la psicología y la sociología han demostrado que las familias que rezan juntas se muestran más unidas, más felices, y mucho más saludables.
La familia es un pequeño templo en casa. Las familias que oran juntas establecen una confianza entre ellos, aprenden a orar en comunidad y se ponen de acuerdo por medio de Jesús. Hay muchos momentos para unirse en oración, como al iniciar o terminar el día, antes de tomar los alimentos o al iniciar un viaje familiar, entre otros.
Para su audiencia general número 100 el Papa Francisco ha elegido hablar sobre la oración. Ha explicado que es en la familia donde se aprende a orar y a pedir el don del Espíritu Santo. Ha dicho que el Evangelio meditado en familia es como un buen pan que alimenta el corazón y ha pedido a los padres que enseñen a los niños a hacer la señal de la Cruz.
Los invitamos a leer lo manifestado por el Papa Francisco y a poner en práctica la belleza de la oración en familia. “Queridos hermanos y hermanas: Hoy nos detenemos a reflexionar sobre la oración en familia. El espíritu de la oración se fundamenta en el gran mandamiento: “amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas».
La oración se alimenta del afecto por Dios. Un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras, una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso hacia la Iglesia.
A pesar de lo complicado que es el tiempo en la familia, siempre ocupado, con mil cosas que hacer, la oración nos permite encontrar la paz para las cosas necesarias, y descubrir el gozo de los dones inesperados del Señor, la belleza de la fiesta y la serenidad del trabajo.
- La oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura y familiaridad con la Palabra de Dios;
- Nos hará bien preguntarnos: ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Encontramos un momento para leerlo juntos o al menos leerlo solo? ¿Lo meditamos recitando el Rosario? El Evangelio leído y reflexionado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos;
Y por la mañana y por la tarde, cuando nos sentemos a la mesa, digamos juntos una oración con sencillez”..
¿Cuál es el propósito de la oración?
El propósito de la oración Sección doctrinal Una hermana está muy enferma en el hospital, y nos pidieron hace tiempo que oráramos y ayunáramos para que Dios la curase. Desde que supe que estaba enferma, he estado orando por ella diariamente; y mi esposa, nuestros hijos y yo hemos ayunado para su pronta y segura curación.
- Mientras oro una y otra vez por ella a nuestro Padre Celestial, me pregunto si es necesario pedir a nuestro Padre Celestial que cure a una de Sus hijas que Él ama más y mejor que yo;
- Porque yo también soy padre, y si uno de mis hijos enfermara y yo tuviera el poder, la capacidad o los medios para curarle, no necesitaría que los demás hijos me rogaran una y otra vez que lo hiciera;
Entonces, ¿por qué debemos pedirle que haga algo, si Él sabe mejor que nadie lo que debe hacer? Mientras escribo este artículo, hoy, Viernes Santo, 2 de abril de 2021, me ha llegado un mensaje diciendo que esta querida hermana ha fallecido hoy, el mismo día en que falleció nuestro amado Salvador.
- Dura noticia que llega en medio de tantas oraciones y ayunos;
- ¿Han sido vanas nuestras oraciones y nuestros ayunos? En el Sermón del monte, el Señor dijo, “vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes de que le pidáis” (Mateo 6:8);
Dios conoce a todos Sus hijos, y está dispuesto a ayudarles, sin necesidad de que le informemos o le pidamos. Y he leído sobre este difícil asunto que la oración no debe ser un medio de obtener bendiciones que un Dios amoroso ya está dispuesto a darnos, porque Dios tiene muy claro lo que es mejor para nosotros dentro de su perspectiva eterna, y que, por tanto, la oración no se debe usar, ni para pensar que Su amor depende de nuestras peticiones, ni para intentar cambiar Su voluntad con ellas.
Entonces, repito: ¿por qué debemos orar en casos como este? En la revelación que incluye la llamada “Ley de la Iglesia”, dada en febrero de 1831, el Señor nos dice que los que enfermen y mueran “morirán para mí”.
Y añadió que para “los que mueran en mí, la muerte les será dulce” (cfr. y C. 42:44-46). Y repite en una revelación de agosto de 1831: “Sí, bienaventurados los que mueran en el Señor. Porque cuando Él venga […] se levantarán de los muertos” (cfr. y C. 63:49). Me han hecho meditar mucho las palabras de Jacob en el Libro de Mormón, cuando dijo que “la muerte ha pasado sobre todos los hombres, para cumplir el misericordioso designio del gran Creador” (2 Nefi 9:6).
Esto se aplica perfectamente a la muerte de Jesucristo. Y, aunque no lo entendamos, tenemos que aceptar que se aplique también a quienes, como en este caso, “mueran en el Señor”. Y, a pesar de todo, se nos pide que oremos, independientemente de lo que nuestro Padre decida hacer en cada caso.
Decía que yo también soy padre, y si tuviera que enfrentar la enfermedad y la muerte de uno de mis hijos, las peticiones de sus hermanos, aunque no lograran salvarle, me llenarían de gozo, al ver que mis hijos se aman los unos a los otros, y que acuden a mí porque confían en su padre.
De esa manera, las oraciones estarían fortaleciendo los lazos familiares, que deben continuar después de la muerte. La oración es un medio para la comunicación entre nosotros y Dios, y su propósito principal es mantener la conexión con los cielos, que nos ayude a recordar que somos hijos de Dios, y que nuestra vida en la tierra tiene un propósito que va más allá de lo terrenal y humano.
Y que, para el cumplimiento de nuestra misión en esta tierra, necesitamos la ayuda divina. Hay muchas razones por las que deberíamos orar. Vemos al Señor en Getsemaní orando una y otra vez para recibir fortaleza, y en ese momento tan difícil para Él, dijo a sus discípulos: “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mateo 26:41).
Hay en la oración un medio para fortalecernos que quizá no conozcamos del todo. Cuando yo oro por alguien que está enfermo, no lo hago porque Dios necesite que le recuerden esa necesidad, sino porque soy yo el que necesita recordar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo, porque ambos están incluidos en esa oración: muestro mi amor por Dios, al acudir confiadamente a Él, y mi amor por el prójimo al pedir por los enfermos.
Y en el proceso me fortalezco yo, que soy al final el más beneficiado..
¿Qué es la oración de Dios?
¿Qué es la oración? – Jesús enseñó: “Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre”( 3 Nefi 18:19 ). La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra; por medio de ella podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar Su guía diariamente.
¿Qué poder tiene la oración?
La oración trae muchas grandes bendiciones. – La fuerza de… estas oraciones en toda la Iglesia se me hizo evidente ayer, al recibir la carta de un vecino de mi pueblo natal. Se hallaba ordeñando las vacas cuando oyó en la radio que tenía en el establo que el presidente [George Albert] Smith había muerto.
Dándose cuenta de lo que eso significaba para su antiguo paisano, salió del establo, se dirigió a su casa y se lo contó a su esposa. Inmediatamente, ambos llamaron a sus niños y allí, en ese hogar humilde, suspendiendo sus actividades del momento, se arrodillaron juntos y ofrecieron una oración.
Dejo a criterio de ustedes el pensar en la importancia de esa oración. Si la multiplican por cien mil, por doscientos mil, por medio millón de hogares, podrán imaginar el poder de la unidad y las oraciones y la influencia sustentadora de esta institución que es la Iglesia 16.
- Si pudiéramos lograr que nuestros jóvenes tuvieran… fe, y así se acercaran a su Dios en secreto, hay por lo menos cuatro grandes bendiciones que recibirían de inmediato;
- La primera es sentir gratitud, gratitud por bendiciones de las cuales no estaban conscientes antes;
Su alma se llenará de agradecimiento por lo que Dios ha hecho por ellos; se encontrarán con que se les han concedido abundantes favores. El joven que cierra su puerta tras de sí y las cortinas de la ventana, y en silencio suplica a Dios Su ayuda, primero debe derramar su alma en gratitud por su salud, por sus amigos, por sus seres queridos, por el Evangelio y por las manifestaciones de la existencia de Dios, como por ejemplo las rocas y los árboles, las flores y todo lo que le rodea.
Debe contar primero sus bendiciones y verá cuántas ha recibido, y se sorprenderá de todo lo que el Señor ha hecho por él [véase “Cuenta tus bendiciones”, Himnos , Nº 157]. La segunda bendición que se recibe al orar es la guía.
No concibo que un joven que se arrodille junto a su cama por la mañana para pedir a Dios que le ayude a mantenerse limpio de los pecados del mundo pueda desviarse; pienso que una jovencita que se arrodille por la mañana y ore para mantenerse pura y sin mancha durante ese día no puede equivocarse mucho.
- No imagino que un Santo de los Últimos Días que ore a Dios, en secreto y sinceramente, pidiéndole que borre de su ser todo sentimiento de envidia y malicia hacia los semejantes pueda guardar rencor en el corazón;
¿Guía? Sí, Dios estará siempre dispuesto a guiar y dirigir a aquel que “lo busque con fe, con todas sus fuerzas y toda su alma”. La tercera bendición es la confianza. Por todos lados hay miles, decenas de miles de estudiantes que se esfuerzan por obtener una educación.
Enseñémosles que si desean tener éxito en sus clases, deben buscar a Dios, que el Maestro más grande que el mundo ha conocido está cerca de ellos para guiarlos. Una vez que el estudiante sienta que puede acercarse al Señor mediante la oración, obtendrá confianza de que puede aprender sus lecciones, escribir su disertación, ponerse de pie enfrente de sus compañeros y presentar su mensaje sin temor al fracaso.
Mediante la oración sincera se recibe confianza. Y, finalmente, logrará inspiración. El hecho de que podemos acercarnos a Dios y recibir luz y guía de Él, que nuestra mente se verá iluminada y nuestra alma conmovida por Su Espíritu, no es cosa de la imaginación… José Smith lo sabía; y el testimonio y la evidencia de la inspiración del Profeta se manifiestan a todos los que abran los ojos para ver y el corazón para comprender 17.
¿Cuál es la oración que más le agrada a Dios?
Hoy desde allí donde te encuentras, Dios puede transformar tu vida. Él quiere manifestarse si lo buscas con todo tu corazón. Es por eso, que es necesario tomar ciertas decisiones que te conducirán a encontrarte con su presencia. Tu decisión de hoy construye tu futuro Dios es el mismo que bautizó a la iglesia en su comienzo, el día del Pentecostés.
- Es por eso, que hoy desea activar tu fe para que puedas vivir en plenitud y así contagiar a tu familia y amigos;
- Si de su lado está el “llenarnos de su fuego” para llevar adelante su obra, de nuestro lado entonces, está el tomar buenas decisiones en el tiempo oportuno;
Así como lo declara el Señor en su Palabra, “sus pensamientos son de bien”, por lo cual, Él desea obrar milagros y mostrarnos el mejor camino para nosotros. ¿Podrá Dios restaurar una familia, sanar un corazón o ayudarnos a vivir en santidad? ¡Claro que sí! Dios puede sacar de lo malo, algo muy bueno; de lo poco, multiplicarlo en mucho.
- El Señor puede restaurar lo que se había destruido; puede ablandar corazones y sanar heridas;
- Pero, de nuestro lado, necesitamos tomar las decisiones correctas;
- De nada sirve tomar una buena decisión cuando ya es demasiado tarde;
Es por eso, que hoy la Palabra de Dios, toca a nuestros corazones para que podamos prestar atención a lo que el Señor desea guiarnos a comprender y así actuar de manera sabia. Por lo tanto, veamos cuáles son las decisiones que debemos tomar en este tiempo:
- Orar para alinearnos a Dios. “Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: -Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Jesús dijo: -Deberían orar de la siguiente manera: Padre, que siempre sea santificado tu nombre.
La primera decisión que necesitamos tomar en este tiempo es alinearnos con Dios. Es tener perseverancia en conocer su voluntad y poder avanzar hacia ella. Cuando Jesús les enseñaba a orar a sus discípulos, lo primero y más importante era declararnos sus hijos y someternos a su reino. Si el Maestro mismo necesitaba apartarse y conectarse con Dios, ¿cuánto más nosotros? Era allí donde recibía instrucciones para su ministerio, para la iglesia naciente y renuevo constante.
- Rodearse de cánticos de adoración. “Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria”@ ( Salmo 32:7 ). Evidentemente David, el salmista, estaba pasando tiempos difíciles y decidió rodearse de adoración, donde encontraba el verdadero refugio.
¡Más que nunca necesitamos incrementar el volumen de la alabanza a Dios! Nuestra adoración debe hablar más fuerte que la queja o el temor. Esto cambiará el ambiente de angustia y traerá libertad. ¿Es posible adorar a Dios en tiempos difíciles? ¿Cuáles son las alabanzas que cambian el ambiente en tu hogar?
- Tener una fe intencional. Es tener una actitud activa, que se aleja de la comodidad para acercarse al Señor intencionalmente. Si anhelamos recibir algo de Dios, ¡es tiempo de levantarse para ir a buscarlo! Esta es la clase de fe que arrebata el milagro.
“Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua (…) Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana» (…) Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento»”. ( Marcos 5:24-34 ) Esta mujer tenía un sufrimiento desde hacía muchos años. Sin embargo, tomó la decisión de buscar al Señor con una fe intencional.
Que tu reino venga pronto”. ( Lucas 11:1-2). Esta decisión va mucho más allá de pedir poder para ver milagros, sino primeramente, conocer lo que Dios desea hacer en cada situación. Es entablar un diálogo, donde nos alineamos a su plan y escuchamos su corazón.
No se quedó esperando el milagro diciendo: “Si Dios quiere…” Sino que fue perseverante y lo buscó hasta que lo halló. Esta es la clase de fe que nos prepara para experimentar el cambio.
- Llenar el vacío con plenitud. Cuando recibimos a Cristo en nuestra vida, de Él viene todo lo que necesitamos y en Él estamos plenos. ¿Qué es lo que distingue a un cristiano pleno? Es que luego de un genuino arrepentimiento, su vida es colmada de la presencia del Espíritu Santo. A un cristiano se lo distingue por los frutos, por el amor, porque conduce su vida sabiendo que es templo de Dios.
Jesús le dijo a sus discípulos: “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor [ a ] no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; ” ( Juan 16:7 ) “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”.
- Es la decisión de permitir que el Señor le ayude a resistir la tentación, a ser restaurado, a buscar la paz;
- Ser cristiano significa que Cristo vive en su corazón;
- ( Romanos 8:11 ) ” No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo;
Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte”. (Salmos 51:11-12)
- Decir Amén a las promesas de Dios. En 2 Corintios 1:18-20 Pablo enseña acerca de la fidelidad de Dios: “Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”.
Dios es fiel y cumple sus promesas. Es por eso que necesitamos tomar la decisión de creerle al Señor. Aunque parezca muy difícil, Él tiene el poder para hacer realidad lo que te ha prometido. Por lo tanto, es tiempo de alinearnos a la voluntad de Dios y buscar su presencia con un corazón rendido para agradarle.
Más que nunca, necesitamos rodearnos de alabanza para que “pise” toda queja o temor y activar nuestra fe intencional para encontrarnos con los milagros de nuestro Padre Celestial. Puedes tomar la decisión de llenar el vacío con la plenitud del Espíritu Santo y confiar en que las promesas de Dios se cumplen.
¡Tu vida puede ser maravillosa! ¡Es tiempo de tomar buenas decisiones!.
¿Qué sucede cuando oramos?
La oración te ayuda a desarrollar una relación con Dios. – Al igual que tus padres aquí en la tierra, tu Padre Celestial quiere saber de ti y hablar contigo. Cuando oras, Él escucha. Luego, Él contesta tus oraciones a través de pensamientos, sentimientos, escrituras y aún por medio de las acciones de otras personas.
¿Qué versiculo habla de la oración?
Que es la oración? Que dice la Biblia sobre orar? PARTE 1
Efesios 6:18 Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos (Ef 6:18).
¿Qué es la oración y porque la necesidad de orar?
La oración es el medio para entregar nuestros problemas a Dios: ‘Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros’ (1 Pedro 5:7). ‘Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias’ (Filipenses 4:6).
¿Cómo se debe orar a Dios?
Los momentos usuales para orar son por la mañana, al comenzar el día, por la tarde, antes de cada alimento y por la noche, antes de irse a dormir. Sin embargo, no hay una hora incorrecta para orar. Dios siempre está escuchando, así que podemos ‘ orar sin cesar’ (1 Tesalonicenses 5:17).
¿Qué dice la Biblia sobre el poder de la oración?
En la vida, es difícil explicar el poder tan grande que tiene la oración y el llevarle la palabra de Dios a otras personas; son dos de los instrumentos más poderosos que el ser humano puede tener. Para muchos resulta difícil de entenderlo, porque no lo han experimentado.
Para otros les es difícil explicarlos porque las cosas grandes de Dios son inexplicables. Aquí lo podrán entender con la conversión de James Hudson Taylor; historia que cuenta en sus propias palabras. Él muestra de qué modo prevalecieron las oraciones de su madre a su favor.
Él explica el incidente de la manera siguiente: “Poco podía imaginarme yo en aquel entonces lo que pasaba por el corazón de mi querida madre, que se encontraba a casi 120 kilómetros (75mi) de distancia. Aquella noche ella se levantó de la mesa con un intenso anhelo por la conversión de su hijo y sintiendo que, estando ausente del hogar y sobrándole a ella el tiempo, se le presentaba una oportunidad especial para suplicar a Dios a favor de su hijo.
Se fue a su dormitorio y cerró la puerta con llave, con la firme intención de no marcharse de aquel rincón hasta que no hubiesen sido contestadas sus oraciones. Hora tras hora aquella amada madre estuvo suplicando por mí, con todo detalle, hasta que ya no podía orar más, pero se sintió forzada a alabar a Dios por lo que el Espíritu le enseñó que se había realizado ya, la conversión de su único hijo.
” Cuando su querida madre fue a su casa la noche siguiente, James fue el primero en recibirla a la puerta y en decirle que tenía muy buenas noticias que darle. Pero su madre lo abrazo contra su pecho y le dijo: – Lo sé, hijo mío. Me he venido gozando durante todo un día por las felices noticias que me vas a dar.
– ¿Cómo es eso? -le preguntó – ¿Acaso Amelia ha quebrantado su promesa? Me dijo que no se lo diría a nadie. Su madre le aseguró que no había sido de ninguna fuente humana de donde le había llegado la noticia, y le relató el pequeño incidente contado más arriba.
A lo que James afirma: “Estarás de acuerdo en que sería realmente extraño que yo no creyese en el poder de la oración. ” *************************** ¿Crees en el poder de la oración ante cualquier adversidad en tu vida? La gente cree, pero hasta cierto punto.
Ellos creen, mayormente, cuando ven las cosas casi realizadas. Pero ¿Qué tal cuando las cosas parecen como si no fueran posible? ¿Qué tal cuando sientes como si el Señor no esta escuchando tu clamor? ¿Qué tal cuando vez que, mientras más oras, las cosas empeoran? ¿Hasta dónde llegará tu fe? Fe es creer que lo que estas pidiendo se hará realidad, si está en la voluntad de Dios.
Porque Él sabe todas las cosas, y las cosas se mueven de acuerdo con su propósito. Por eso dice su palabra en 1Juan 5:14 ” Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. ” Dios no es sordo. Él tiene el oído atento al clamor de los suyos, pero tenemos que reconocer su poderío y entender que su voluntad está antes que nuestra petición y deseo.
- No es que el Padre nos ignora, mas bien, Él sabe el por qué de todas las cosas;
- Él sabe si nos ha de complacer nuestra petición o no;
- Él no deja de ser Dios porque no nos complazca;
- Al contrario, tenemos que darle gloria y honra, porque todo se mueve de acuerdo a su voluntad y no a la nuestra;
El Señor nos ama, nos escucha, y nos atiende, solo tenemos que creer en él, entregarle nuestro corazón y ponerlo en sus manos. Y luego descansar, confiando que el Señor es dueño de lo que le acabamos de entregar. Solo confía, solo ten fe en Él. El Poder de la Oración es real.
Salmo 62:8 ” Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. ” Juan 14:13-14 ” Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. ” Juan 16:24 ” Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. ” Puede escribir a Reflexiones al email: [email protected]. com Note to readers: if you purchase something through one of our affiliate links we may earn a commission..
¿Qué parte de la Biblia habla de la oración?
Efesios 6:18 Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos (Ef 6:18).