Concilio de Trento [ editar ] – El concilio de Trento afrontó el tema de la justificación en la sesión VI y dio lugar a un decreto aprobado el 13 de enero de 1547 , texto que es considerado el más importante del concilio. [ 6 ] [ 7 ] Las discusiones se prolongaron por siete meses, ya que se trataba del tema más conflictivo en las discusiones con los luteranos.
El decreto consta de 33 cánones y, novedad, un cuerpo doctrinal de 16 capítulos. Según H. Küng este tratamiento del tema elevó la justificación a tratado dentro de la teología sistemática, al igual que lo hacen los protestantes.
[ 8 ] Inicia recordando la situación en la que se encontraban los hombres tras el pecado y subrayando el hecho de que, aunque la naturaleza había sido dañada, se mantenía el libre albedrío. Luego considera la redención obrada por Jesucristo y recuerda que no todos los hombres sin distinción se salvan o han sido justificados, sino solo aquellos que renacen en Él por el bautismo o por el deseo de este.
- Sin embargo, recuerda que es necesaria tanto la acción divina de la gracia –que realiza la justificación del pecado original y de los pecados personales– como la libertad y las obras que disponen al alma a recibir la justificación;
La justificación implica ese aspecto del perdón de los pecados pero también la elevación, santificación y renovación del hombre. Sobre las causas de la justificación afirma que la gloria de Dios y de Jesucristo, así como la vida eterna, son su causa final.
- La causa eficiente es Dios mismo;
- La causa meritoria es Jesucristo;
- La causa instrumental es el bautismo;
- La causa formal es la santidad divina;
- A continuación el decreto confirma –citando textos de la Biblia– que no basta la fe sola para la justificación, ya que se trata de actuar las tres virtudes teologales y vivir los mandamientos;
La fe es principio, inicio, fundamento o raíz de la salvación y esta viene gratuitamente, pues se trata de un don. Con la tradición de los escritos de los Padres de la Iglesia, el decreto reafirma que es posible al hombre, justificado por medio de la gracia, vivir los mandamientos.
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¿Que se entiende por justificación?
En el latín es donde encontramos el origen etimológico del término justificación que ahora nos ocupa. Procede de la palabra “iustificatio”, que puede traducirse como “acción y efecto de hacer algo justo” y que se encuentra compuesta por las siguientes partes: • El vocablo “iustus”, que es sinónimo de “justo”.
• El verbo “facere”, que es equivalente a “hacer”. • El sufijo “-cion”, que se emplea para indicar “acción y efecto”. Justificación es una noción que permite referirse al proceso y el resultado de justificar.
Este verbo , por su parte, está vinculado a demostrar una cosa con pruebas ; a explicar un accionar o un comportamiento en base a ciertos motivos; o a probar que una persona es inocente de aquello que se le atribuye. Una justificación puede consistir en la explicación de una cierta acción o conducta.
¿Cómo somos justificados?
La justificación tiene como significado el conjunto de pruebas que se hace de la inocencia o bondad de una persona, de un acto o de una cosa. Sin embargo, es interesante descubrir cómo en la Biblia, justificación tiene otro significado, el cual no tiene nada que ver con ningún término jurídico.
Justificación es más bien una expresión para reconocer la relación correcta entre Dios y el hombre. En el tiempo del apóstol Pablo se creía que el hombre era justo ante Dios por el cumplimiento estricto de cada una de las normas de la ley.
¿Qué es la Justificación? ,¿Qué dice la Biblia? -Redención-Justificación- por Brandon Soto.
Pablo, luego de vivir un encuentro personal con Jesús resucitado, recibe de parte del Espíritu Santo la revelación que le hace ver el error en el que habían caído los fariseos de su tiempo, y escribe: “Por las obras de la ley ningún ser humano es justificado”.
Romanos 3,20. Y luego añadió: “Somos justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención realizada por Cristo Jesús”. Para los fariseos era dificilísimo entender lo que Pablo predicaba, porque la justificación, la buena relación con Dios, la entendían como el resultado de cumplir al pie de la letra la ley.
Veamos la parábola que cuenta Jesús, entre el fariseo y el publicano, Lucas 18:9. El fariseo, seguro de sus obras, ora haciendo un recuento de sus limosnas, diezmos, ayunos y oraciones, creyendo firmemente que eso le hace pasar automáticamente a ganar la justificación, e incluso, recibir un premio de parte de Dios.
Pero Jesús, también cita el caso del publicano que no se atreve a levantar la vista, y su única oración es: “Apiádate de mí que soy un pecador”. Al concluir el relato, Jesús, no aprueba la actitud del fariseo, y al referirse al publicano expresa: “Les digo que este volvió a su casa justificado”.
Todo el Evangelio proclama la justicia de Dios. Pero, ¿en qué se basa nuestra justificación? Nuestra justificación descansa en el sacrificio que hizo Jesús en la cruz. El apóstol Pablo nos dice: “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándole en cuenta a los hombres sus pecados”.
Corintios 5: 19. La sangre de Cristo fue el precio de nuestro rescate, Pedro también hace referencia y nos dice: “Ustedes no fueron rescatados con oro o plata, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Jesús, cordero sin mancha y sin defecto”.
1Pedro 1. 18. Solo la sangre de Cristo nos hace merecedores de una reconciliación con el Padre, es su sacrificio en la cruz, al llevar nuestros pecados y morir en nuestro lugar, lo que nos hace ser merecedores de la gracia y justificación de Dios. Sería un atrevimiento llegar a creer que por nuestras obras seremos justos ante el Padre, esto es un peligro latente para nuestra redención.
- “Porque somos justificados cuando confesamos con nuestros labios que Jesús es el Señor, y creemos de corazón que Dios lo resucitó, entonces alcanzaremos la salvación”;
- Romanos 10: 9;
- Por tanto, no olvidemos que nuestro buen comportamiento, si no se sustenta en una sólida fe en el sacrificio de Cristo, no cuenta ante Dios;
Porque lo único que tiene capacidad de lavar nuestras culpas, es la sangre derramada por Jesús en la cruz del calvario. Imitemos pues la actitud humilde del publicano, diciendo siempre en oración: “Apiádate de mí que soy un pecador”. El autor es Presidente de la Asociación Cristiana Jesús está Vivo..
¿Qué dice Romanos 3 24?
1 ¿ a Qué ventaja, pues, tiene el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? 2 De mucho, en todo sentido. Principalmente porque les fueron confiadas a las palabras de Dios. 3 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la verdad de Dios? 4 a De ninguna manera ; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.
- Como está escrito: b Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando seas juzgado;
- 5 a Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será b injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre);
6 De ninguna manera, porque de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aun así soy yo juzgado como pecador? 8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos): Hagamos lo malo para que venga lo bueno? La a condenación de los tales es justa.
- 9 ¿Qué, pues? ¿Somos mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos comprobado que, tanto judíos como gentiles, todos están bajo pecado;
- 10 Como está escrito: a No hay justo, ni aun uno; 11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios;
12 Todos se a desviaron , a una se hicieron b inútiles ; c no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan; veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14 cuya boca está llena de maldición y de amargura; 15 sus pies son veloces para derramar sangre; 16 destrucción y a miseria hay en sus caminos; 17 y camino de a paz no conocieron.
18 No hay a temor de Dios delante de sus ojos. 19 Ahora bien, sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20 porque por las a obras de la b ley ninguna carne se c justificará delante de él, pues por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
21 Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto a todos pecaron y están b destituidos de la gloria de Dios, 24 a siendo b justificados gratuitamente por su c gracia mediante la d redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios a puso como b propiciación por medio de la fe en su c sangre , para manifestación de su justicia, al haber pasado por alto, en su paciencia, los d pecados pasados, 26 con la mira de manifestar su justicia en este tiempo, para que él sea el a justo , y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
- 27 ¿Dónde, pues, está la a jactancia ? Queda excluida;
- ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe;
- 28 Así que, concluimos que el hombre es justificado por la a fe b sin las obras de la ley;
29 ¿Es a Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Sí, también de los b gentiles. 30 Porque Dios es a uno , y él justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión. 31 ¿Anulamos, entonces, la ley por la fe? De ninguna manera; antes bien, establecemos la ley..
¿Qué dice en Romanos 5 1?
1 a Justificados, pues, por la b fe, tenemos c paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.