En teología, el concepto Reino de Dios o Reino de Los Cielos (en griego βασιλεία τοῦ θεοῦ basileia tou theou) es un reino en el cual Dios es el gobernante y juez, cuya sede es el cielo.
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¿Cómo era el reinado de Jesús?
Estatua representativa de Cristo Rey en Świebodzin (Polonia). El reinado social de Jesucristo es una expresión usada por los católicos desde la segunda mitad del siglo XIX. Sintetiza la aspiración de que toda la sociedad —y no solo los individuos de manera particular— se rija por la ley natural y la ley divina , según están ambas definidas por la doctrina católica.
Este ideal, que se inspira en el sistema político vivido en la antigua Cristiandad, fue elevado a magisterio de la Iglesia por el papa Pío XI. [ 1 ] Guarda relación con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y generalmente se ha considerado un planteamiento contrario al laicismo , al liberalismo político y a la idea de soberanía popular.
[ 2 ] Según el sacerdote José Ricart Torrens, responde plenamente a lo que dice San Pablo en 1 Cor. XV , 24-25: «Es preciso que Él reine mientras pone a todos sus enemigos bajo sus pies». [ 2 ] .
¿Cuál es el propósito del Reino de Dios?
Pasajes adicionales de las Escrituras –
- Daniel 2:44 (el Reino de Dios avanzará).
- Lucas 12:16–20 (parábola del joven rico).
- Hechos 2:44–45 (los primeros cristianos tenían todas las cosas en común).
- 1 Nefi 13:37 (ayudar a avanzar la causa de Sión).
- Jacob 2:18–19 (buscad el reino antes de las riquezas).
- 4 Nefi 1:3 (los nefitas tenían todas las cosas en común).
- D. y C. 42:29–36 (se ha de dar al pobre).
¿Qué se necesita para ser parte del Reino de Dios?
¿Cómo es el Reino de Dios en la actualidad?
Reino de Dios, no designa un espacio geográfico, sino la situación de aquellos que han transformado o convertido su corazón, entendido éste como lo más profundo y sentido de cada ser humano, y exaltan a Dios como valor absoluto de sus vidas y de sus relaciones con los demás.
- El Reino es pues, no sólo el horizonte individual de los creyentes, sino también la meta de la comunidad, que es la Iglesia;
- En el comienzo del Evangelio de san Marcos (Mc;
- 1,15), Jesús anuncia el principio de su vida de predicación con estas palabras: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio”;
En todas sus enseñanzas, la expresión Reino de Dios o en ocasiones Reino de los Cielos, constituye el eje central del anuncio de Jesús. Él es quien inaugura el Reino y quien nos invita a participar en su enriquecimiento y difusión. El Reino de Dios en la actualidad Todos sabemos que el Reino de Dios se presenta como la salvación del hombre y la vida eterna, en la que el hombre conseguirá su plenitud definitiva.
Este es un Reino de amor y de vida sencilla en la inocencia del corazón. Pero no es un reino como esos que vemos aquí en nuestro mundo, es decir, no es un reino físico y material, sino que es un Reino al cual entramos al ser bautizados y al permanecer en la fe de Cristo, pero que lo vivimos dentro de cada uno de nosotros y nos mantendremos en él al seguir el camino de nuestro Padre que lo dio todo por nosotros, incluso a su propio hijo para salvarnos de nuestros pecados.
Mucha gente afirma que el Reino de Dios se acerca y trata de convencer a las otras personas de que se conviertan porque el Reino de Dios ya se acerca, pero están equivocados en algo, y es que el Reino de Dios ya está en medio de nosotros, tal cual lo dijo Jesús según el Evangelio San Lucas.
- El reinado de Dios es pleno; en los que creen se va realizando, poco a poco, en su corazón y en su conciencia, sus costumbres se van adaptando cada vez más al nuevo amor a Dios;
- Este Reino ya está aquí, aunque muchos lo nieguen y lo siguen esperando, sólo que no es visible como los otros reinos de los hombres, sino que es un Reino espiritual;
Además el Reino de Dios no sólo se refiere al futuro, es decir que en la Biblia vemos expresado que al final de los días, el fin del mundo, sólo los que pertenezcan a él y sigan sus mandamientos estarán en el Reino de los cielos y tendrán vida eterna.
Sabemos que eso es cierto, pero también el Reino de Dios también es algo que irrumpe en nuestra vida diaria, ya que nuestro Padre nos presenta innumerables “pruebas” a las que a veces respondemos de manera incorrecta.
Entonces, si pertenecemos al Reino del Señor, podremos transfo rmar las relaciones del odio, egoísmo, discriminación y explotación, en relaciones de amor, solidaridad, justicia y paz. En nuestro país, en toda Latinoamérica y en todo el mundo existe la injusticia con los pobres, en algunos lugares más que en otros.
La liberación humanizadora de los pobres y oprimidos de la tierra es la irrupción más significativa del Reino en la sociedad. La teología de la liberación, que es el intento de los seguidores del Reino de liberar a todos aquellos que sufren de injusticias, busca problematizar los mecanismos de explotación económica, política, ideológica y cultural que oprimen y deshumanizan a la mayoría de la población.
Esta teología de liberación se fundamenta en la fe y la esperanza del pueblo de Dios, pero su novedad está en que busca aplicar su pensamiento al oprimido como sujeto histórico. Las condiciones para entrar en el Reino de Dios y las condiciones para pertenecer a la única iglesia fundada por Cristo son idénticas.
- La iglesia de Cristo es el Reino de Dios en la Tierra;
- Los pasos que conducen al Reino de Dios son los mismos que conducen a la verdadera Iglesia de Dios;
- En la actualidad, existe una urgente necesidad de hombres y mujeres consagrados y hay una gran demanda de predicadores santos y devotos de Dios;
¿Qué está ocurriendo con el mundo que Dios dejó en nuestras manos y que mandó a su hijo para salvarnos y para que todos recibiéramos vida eterna? El ateísmo y el satanismo nos están invadiendo grandemente. Por ejemplo en nuestro país en los últimos años ha habido un creciente índice de satanismo.
Nos estamos dejando llevar del mal, y no estamos llevando el plan de Dios y nosotros pertenecientes a la religión cristiana no actuamos como verdaderos cristianos y nos estamos dejando llevar por el camino de lo fácil.
No todo es malo; el conocimiento de Dios se duplica en cada cuatro o cinco años. Además, han habido muchos acontecimientos que han provocado importantes cambios en todo el mundo, tales como la caída del muro de Berlín en 1989 y el reciente atentado terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York el pasado 11 de septiembre.
- Estos hechos han causado el arrepentimiento y conversión hacia el Cristianismo de muchas personas;
- En mi opinión, Dios está estremeciendo las naciones para que se den cuenta de lo mal que están y se arrepientan y sigan Su camino;
Nosotros como cristianos, debemos considerar a la iglesia como una iglesia que adora y alaba a Dios en espíritu y en verdad, pues así era la del primer siglo, y a pesar de los errores que ha cometido ya que es una institución dirigida por seres humanos con derecho a equivocarse, se mantendrá siempre como el Reino de Dios en la tierra.
- Iglesia: lugar dnd se encuentra a dios la casa de dios conjunto de personas comunidad de cristianos, es la asamblea de los fieles o los creyentes de una sola fe pero sobre todo es la persona y su interior;
ðDios, aunque nosotros lo rechacemos, sigue buscándonos para que encontremos la dicha verdad y felicidad del ser humano. La Iglesia es el pueblo de Dios, descripción que enfatiza por un lado la continuidad de la Iglesia heredera del pacto de Dios con Israe l y, por otro, su potencial universalidad Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003.
© 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. La iglesia y el reino de dios(lo ke dijo la puta) Jesús quiso desde el comienzo empezo a organizar en una comunidad viva a quienea se quisieran poner al servicio de ese gran proyecto No se conformo con ke este o akel le sigieran individual/.
El m,ismo eligio discipulos y les invito a seguirles Lucas cuenta como les lanzo sta llamaa tras 1 peska mu abundante J les facilito la pesca extraordinaria Y se propuso akel trabajo Xo com ombres y no con peces Reunir a loos ombres wen el movimiebnto del reino Sera una pesca muxo mad interesante entonces empieza a formarle sxa la accion confiandoles tareas mu concrtas Proclamar la buena noticia a otros peblos Después de su resurrección Les avbre la perspectiva d 1 nuva mision universal asi les manda “y , acercandose Jesús les dijo: me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”.
¿Cómo se llama el gobierno de Dios?
La teocracia (del griego θεός, ‘ dios ‘ y κράτος, ‘poder’, ‘ gobierno : « gobierno de Dios ») es la forma de gobierno donde los administradores estatales coinciden con los líderes de la religión dominante, y las políticas de gobierno son idénticas o están muy influidas por los principios de la religión.
¿Cuáles son los valores del Reino de Dios?
Los milagros que Jesús realizaba eran la prueba y la señal de la presencia y acción de Dios en Jesucristo. Es por ello por lo que la falta de respuesta en la conversión al mensaje y milagros de Jesús por parte de las ciudades impenitentes significaban rechazo a Dios y a su reino.
- El reinado de Dios en nosotros comienza también por nuestra conversión a los valores del reino : santidad, verdad, justicia, amor y paz; frente a los del tener: dinero, poder, soberbia, dominio e influencia;
En el interior de la persona es donde ha de germinar la semilla del reino , porque del corazón humano brota todo lo bueno y lo malo que vemos en el mundo, como lo anunció Cristo. Solamente, si nos convertimos a los calores del reino abandonaremos los criterios del mundo y del hombre terreno, asimilando las actitudes básicas que proponen las bienaventuranzas de Jesús: pobreza, hambre y sed de fidelidad, fraternidad, solidaridad, no violencia, reconciliación, perdón y amor al hermano, incluso al enemigo.
- Sin esta conversión en profundidad es imposible el cambio de estructuras en la familia y la sociedad, en la política y la economía; pues la trampa del viejo egoísmo se agazapará en la ley y situaciones nuevas, perpetuando así el desamor, la explotación del otro y la opresión del más débil;
Únicamente la levadura que actúa desde dentro, es decir, la opción evangélica, puede transformar la masa entera y hacer efectivo el proyecto del reino en nuestra vida personal y nuestro ambiente. Motivémonos pues, para crecer como personas y como cristianos; porque esa es la regla evangélica del juego y la ley del reinado de Dios, ley de crecimiento a todos los niveles.
- De lo contrario, estaremos limitados al raquitismo, las malformaciones y la esclerosis espiritual;
- Que el Señor nos abra los ojos para vernos tal como somos;
- Que Él nos conceda el espíritu joven del Evangelio para amar cada día más, para empezar la vida cada mañana;
Dios es muy espléndido; espera tan sólo un atisbo de generosidad por nuestra parte para darnos con creces y hacer fructificar nuestro esfuerzo hasta el ciento por uno. Para eso hay un secreto: vivir en perenne estado de conversión continua..
¿Cómo se identifica el Reino de Dios y la Iglesia?
Abstract – La Iglesia no se identifica con el Reino de Dios, pero se relaciona estrechamente con él. Esto se ve claramente si nos fijamos en el vocabulario del Nuevo Testamento. El Reino (basileia) aparece 163 veces en los escritos del Nuevo Testamento; de ellas, 107 en los evangelios y 56 en los demás escritos.
Por el contrario, la Iglesia (ekklesía) aparece 114 veces en el Nuevo Testamento; de ellas, solo 3 veces en el evangelio de Mateo y 111 en los demás escritos. Por lo tanto, no se identifican sin más el Reino y la Iglesia.
Pero esto no quiere decir que sean dos realidades que no tienen que ver la una con la otra. Un día dijo Jesús a su comunidad de discípulos: “Pequeño rebaño, no temas, porque al Padre le agradó darte el Reino” (Lc. 12, 32; cf. 22, 28-30). Por lo tanto, el Reino de Dios se relaciona estrechamente con la comunidad de Jesús.
- Esto quiere decir que es falsa la afirmación de Loisy: “Jesús anunciaba el Reino de Dios, y fue la Iglesia lo que vino”;
- Porque en los Hechos y en las Cartas de los apóstoles se habla del Reino como de una realidad que perdura y que está íntimamente ligada a la Iglesia;
Y eso en un sentido concreto, a saber: en cuanto que la Iglesia tiene que anunciar y hacer presente el Reino de Dios entre los hombres. Los testimonios del Nuevo Testamento en este sentido son abundantes (Hech 8, 12; 14, 22; 19, 8; 20, 25; 28, 23; 28, 31; Rom.
- 14, 17; 1 Cor;
- 4, 20; 6, 9;
- 10; 15, 50; Gal;
- 5, 21; Ef;
- 5, 5; Col;
- 4, 11; 1 Tes;
- 2, 12; 2 Tes;
- 1, 5; etc);
- Por consiguiente, para comprender lo que es la Iglesia, se hace enteramente necesario comprender previamente lo que es el Reino de Dios;
La Iglesia tiene que acomodarse al Reino de Dios. Y tiene que hacerlo presente entre los hombres. Por lo tanto, la Iglesia es lo que tiene que ser en la medida en que ella misma vive la realidad del Reino y así lo hace presente en el mundo y en la sociedad.
Item Type: | Article |
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Uncontrolled Keywords: | Iglesia Católica, Nuevo testamento, Espiritualidad Ignaciana, Vida religiosa |
Subjects: | 200 Religión > 220 La biblia > 225 Nuevo Testamento 200 Religión > 280 Confesiones y sectas cristianas > 282 Iglesia Católica Romana |
Divisions: | Centro Pastoral Universitario |
Depositing User: | Rogerio Medina |
Date Deposited: | 16 Mar 2017 10:27 |
Last Modified: | 16 Mar 2017 10:27 |
URI: | http://repositorio. uca. edu. ni/id/eprint/3609 |
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¿Quién construye el Reino de Dios?
Jesús invita a construir el Reino de Dios, dos los mandamientos. El primero, el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo.
¿Por qué el Reino de Dios no es comida ni bebida?
‘El Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia’ (Rom 14, 17).
¿Cuáles son los reinos de la tierra según la Biblia?
Información adicional – Existen tres reinos de gloria: El reino celestial, el terrestre y el telestial. La gloria que alcancemos depende de la magnitud de nuestra conversión, tal como se expresa mediante la obediencia que demos a los mandamientos de Dios.
Dependerá de hasta qué punto hayamos recibido “el testimonio de Jesús” (D. y C. 76:51; véase también D. y C. 76:74, 79, 101). Reino celestial El reino celestial es el más alto de los tres reinos de gloria. Los que lo obtengan morarán para siempre en la presencia de Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo.
Nuestra meta debe ser la de obtener la gloria celestial y la de ayudar a otros a recibir esa gran bendición también. Esta meta no se consigue con un solo intento, sino que es el resultado de una vida entera de rectitud y constancia de propósito. El reino celestial es el lugar preparado para aquellos que “recibieron el testimonio de Jesús” y son “hechos perfectos mediante Jesús, el mediador del nuevo convenio, que obró esta perfecta expiación derramando su propia sangre” (D.
- y C;
- 76:51, 69);
- Para heredar este don, debemos recibir las ordenanzas de salvación, guardar los mandamientos y arrepentirnos de nuestros pecados;
- Para obtener una explicación detallada de aquellos que heredarán la gloria celestial, véase Doctrina y Convenios 76:50-70; 76:92-96;
En enero de 1836 el profeta José Smith recibió una revelación que aumentó su entendimiento de los requisitos que son necesarios para heredar la gloria celestial. Los cielos le fueron abiertos, y él vio el reino celestial. Se asombró de ver a su hermano Alvin allí, dado que había muerto antes de recibir la ordenanza del bautismo.
- (Véase D;
- y C;
- 137:1-6;
- ) Entonces la voz del Señor llegó al profeta José: “Todos los que han muerto sin el conocimiento de este evangelio, quienes lo habrían recibido si se les hubiese permitido permanecer, serán herederos del reino celestial de Dios; “también todos aquellos que de aquí en adelante mueran sin un conocimiento de él, quienes lo habrían recibido de todo corazón, serán herederos de este reino; “pues yo, el Señor, juzgaré a todos los hombres según sus obras, según el deseo de sus corazones” (D;
y C. 137:7–9). Hablando de esta revelación, el profeta José dijo: “Y también vi que todos los niños que mueren antes de llegar a la edad de responsabilidad se salvan en el reino de los cielos” (D. y C. 137:10). De otra revelación que recibió el profeta José, podemos aprender que existen tres grados de gloria en el reino celestial.
Para ser exaltado en el reino más alto y poder mantener eternamente las relaciones familiares, debemos entrar en el “nuevo y sempiterno convenio del matrimonio” y ser fieles a ese convenio. En otras palabras, el matrimonio en el templo es un requisito para poder obtener el grado más alto de la gloria celestial.
(Véase D. y C. 131:1–4). Todos aquellos que son dignos de entrar en el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio tendrán esta oportunidad, bien sea en esta vida o en la venidera. Reino Terrestre Aquellos que reciban la gloria terrestre “reciben de la presencia del Hijo, mas no de la plenitud del Padre.
- Por consiguiente, son cuerpos terrestres y no son cuerpos celestiales, y difieren en gloria como la luna difiere del sol” (D;
- y C;
- 76:77–78);
- Hablando en sentido general, los que hereden el reino terrestre serán personas honorables “que fueron cegados por las artimañas de los hombres” (D;
y C. 76:75). En este grupo se incluirán a los miembros de la Iglesia que “no son valientes en el testimonio de Jesús” (D. y C. 76:79). También estarán los que hayan rechazado la oportunidad de recibir el Evangelio en la vida terrenal, pero que posteriormente lo hayan recibido en el mundo espiritual al que vamos después de la muerte.
(Véase D. y C. 76:73–74). Para aprender más acerca de aquellos que heredarán la gloria terrestre, véase Doctrina y Convenios 76:71–80, 91, 97. Reino telestial La gloria telestial estará reservada para las personas que “no recibieron el evangelio de Cristo ni el testimonio de Jesús” (D.
y C. 76:82). Estas personas recibirán esta gloria después de haber sido redimidas de la prisión espiritual, a la que a veces también se denomina infierno (Véase D. y C. 76:84, D. y C. 76:106). En Doctrina y Convenios 76:81–90, 98–106, 109–112 se encuentra una explicación detallada de aquellas personas que heredarán la gloria telestial.
- Perdición Algunas personas no serán dignas de morar en ningún reino de gloria;
- Serán llamadas “hijos de perdición” y tendrán que “soportar un reino que no es de gloria” (D;
- y C;
- 76:32; 88:24);
- Ése será el estado de “todos los que conocen el poder [de Dios], y han llegado a participar de él, y se dejaron vencer a causa del poder del diablo, y niegan la verdad y se rebelan contra el poder [de Dios]” (D;
y C. 76:31; véase también D. y C. 76:30, 32–49). Véase también Cielo; Expiación de Jesucristo; Infierno; Plan de Salvación; Vida Eterna —Véase Leales a la fe, 2004, pág. 150–153 Ver más.
¿Cuándo es que Jesús comienza la misión de anunciar el Reino de Dios?
Cuando Jesús cumplió treinta años dejó la casa de sus padres y comenzó lo que llamamos su Vida pública. Antes de ir de pueblo en pueblo anunciando la Buena Noticia del Evangelio, Jesús quiso ser bautizado por Juan en el río Jordán, A continuación se retiró al desierto, donde fue tentado por el diablo y después eligió a los apóstoles para que le acompañaran en su misión. |
En aquel tiempo, Juan Bautista predicaba en el desierto de Judea donde decía: «Haced penitencia y cambiad de vida! ¡El reino de Dios se acerca!». Mucha gente acudía a Juan para confesar sus pecados y para que los bautizara en el río Jordán. Entre los que escuchaban sus palabras había también fariseos y saduceos, y Juan les advertía diciéndoles: «Mostrad que verdaderamente queréis cambiar y no penséis que basta con ser descendientes de Abraham para salvaros. Un día Jesús fue de Galilea al Jordán , a presentarse a Juan para que lo bautizara. Juan sabía que quien había venido no era un hombre pecador como los demás. Por eso no quería bautizarlo y le decía: «Eres Tú quien debería bautizarme, ¿cómo es que vienes a mí?». Jesús le respondió: «Ahora debemos cumplir lo que Dios manda». Entonces Juan lo bautizó en el río Jordán y mientras lo hacía, se abrió el cielo de repente y vio bajar al Espíritu de Dios y posarse sobre Él como lo haría una paloma. Y una voz del cielo decía: «Éste es mi Hijo amado, mi Elegido» Después de esto, Jesús se retiró a la soledad del desierto, y estuvo mucho tiempo, casi cuarenta días haciendo ayuno y oración. Al fin Jesús tuvo hambre y entonces se le acercó el diablo y le tentó diciendo: «Si eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en pan». Pero Jesús respondió: «En la Sagrada Escritura está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».
- Yo os bautizo con agua para que seáis mejores, pero detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo;
- Yo no valgo ni para desatarle las sandalias;
- Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego»;
- Entonces el diablo lo llevó consigo a la ciudad santa de Jerusalén;
Lo puso en el pináculo más alto del templo y le dijo: «Si realmente tú eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo. No te pasará nada, pues en la Sagrada Escritura está escrito: Dios mismo ha mandado a sus ángeles que te atiendan y te cuiden. Te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece en ninguna piedra».
Jesús le dijo: «También está escrito: No pondrás a prueba a Dios, tu Señor». Finalmente lo llevó el diablo a un monte muy alto. Le mostró todos los reinos del mundo con todas sus riquezas y su poder, y le dijo: «Te daré todo lo que ves, si te arrodillas y me adoras».
Entonces Jesús contestó: «¡Apártate de mí, Satanás! En la Sagrada Escritura está escrito: Adorarás sólo a Dios, tu Señor, y sólo a Él servirás». Entonces el diablo se fue y desapareció. A continuación, vinieron ángeles que servían y ayudaban a Jesús. Después de las tentaciones, comienza la Vida Pública de Jesús. Cuando Jesús volvió del desierto fue a Galilea y comenzó a recorrer pueblos y ciudades enseñando en las sinagogas, anunciando la Buena Noticia del Reino y curando a los enfermos. Según dicen los Evangelios sinópticos Jesús va a Galilea donde comenzará su misión de anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios. (Juan 1, 29) Imaginamos que al oír el «título» que Juan le da, Jesús, que conocía perfectamente la Escritura como había demostrado en el momento de las tentaciones, se acordó de lo que Isaías había escrito y anunciado en el capítulo 53 de su libro sobre el Mesías que había de llegar: «Fue maltratado y se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan». Esto serviría a Jesús para aceptar con profundidad la misión para la que había sido enviado al mundo: Morir en la Cruz para salvar a la Humanidad. Juan Bautista, volverá a repetir esta expresión al día siguiente, cuando con dos de sus discípulos, Andrés y Juan , estaban en el mismo lugar donde Jesús había sido bautizado.
El Evangelio de Juan, sin embargo, nos cuenta algunas cosas que Jesús hace antes de comenzar la misión para la que ha sido elegido. Parece que antes de comenzar a predicar el Evangelio, Jesús vuelve al río Jordán donde Juan el Bautista le reconoce como el Mesías esperado, y al verlo exclama: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo».
Dice Juan en su Evangelio que al verlo pasar, el Bautista dijo: «Ese es el Cordero de Dios». Al oír esto, los dos discípulos de Juan se fueron con Jesús y le siguieron. Esto les bastó para seguirle. Andrés y Juan siguieron a Jesús y al verlos, éste les preguntó: «¿Qué queréis? ¿Qué buscáis? «. Simón fue con su hermano a conocerlo y cuando Jesús lo vio, le dijo: «Tú eres Simón hijo de Juan, pero te llamarás Cefas» (que quiere decir Piedra). Éstos fueron los tres primeros discípulos de Jesús que estuvieron con Él hasta que Juan Bautista fue encarcelado. En este tiempo, Jesús y sus discípulos, se encontraron con otros dos: Felipe y Natanael. A Felipe , que era de la ciudad de Betsaida , le bastó una invitación de Jesús para seguirle y hacerse su discípulo.
- Ellos contestaron: «Maestro ¿dónde vives?»;
- Jesús les dijo: «Venid y lo veréis»;
- Suponemos que después, Jesús les contó todo aquello por lo que estaba dispuesto a dar la vida y Andrés, reconociendo en Jesús al Enviado de Dios, fue a buscar a su hermano Simón , y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías»;
Jesús le dijo: «Sígueme» y Felipe le siguió inmediatamente. El mismo Felipe le dijo a Natanael : «Hemos encontrado a Aquel de quien escribió Moisés en la Ley (es decir, en el Pentateuco) y también los Profetas; a Jesús, hijo de José de Nazaret». A Natanael aquello no debió impresionarle mucho ya que contestó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
- Felipe le dijo: «Ven y verás»;
- Cuando Jesús vio venir a Natanael dijo: «He aquí un verdadero israelita en el que no hay engaño»;
- Él contestó: «¿Cómo es que me conoces?»;
- Y Jesús le dijo: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera, yo te vi»;
Natanael debía ser un maestro de la Ley que enseñaba religión a sus alumnos debajo de un árbol, como solían hacer los maestros y al oír lo que Jesús le había dicho contestó: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Natanael había reconocido a Jesús como el Hijo de Dios y el Rey de Israel e inmediatamente se hizo su discípulo y le siguió. Después de esto, Jesús volvió a Galilea. Un día, paseaba por la orilla del lago y vió una pequeña barca en la que unos hombres echaban las redes para pescar, pues eran pescadores. En esa barca estaban dos hermanos que se llamaban Pedro y Andrés, a los que ya conocemos. Cuando volvieron a la orilla, Jesús pasó a su lado, se detuvo delante de ellos y contempló cómo limpiaban sus redes.
Entonces les dijo: «Venid conmigo, y yo os haré pescadores de hombres. Seréis mis amigos, y me ayudaréis a contar a todos la Buena Nueva del Reino de Dios». Entonces ellos dejando las redes inmediatamente, se fueron con Jesús.
Un poco más allá, había otra barca amarrada a la orilla y en ella, tres hombres que también eran pescadores, arreglaban sus redes. Estos hombres eran Santiago y Juan que trabajaban con su padre. Jesús los llamó y les dijo: «Venid también vosotros conmigo y seréis mis discípulos».
Ellos dejando la barca y a su padre se fueron con Jesús. Éstos no fueron los únicos a los que Jesús eligió para que fueran sus mejores amigos. Pasado un tiempo, el número de discípulos aumentó. Jesús subió a un monte y pasó toda la noche en oración hablando con su Padre Dios.
Al llegar el día llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que llamó apóstoles: Simón, al que dio el nombre de Pedro , y su hermano Andrés ; Santiago , y su hermano Juan ; Felipe , Bartolomé , que al principio se llamaba Natanael; Mateo , Tomás , Santiago , hijo de Alfeo, Simón , al que llamaban Zelote; Judas , hermano de Santiago; y Judas Iscariote , el que traicionó a Jesús.
¿Por qué Dios envío a su Hijo a la tierra?
Tiempo para compartir “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (Lucas 2:10–11). Este año hemos aprendido sobre las promesas.
Una promesa es dar tu palabra de que harás o no harás cierta cosa. Al leer las Escrituras, vemos que el Padre y el Hijo siempre cumplen Sus promesas. Unas de las promesas más grandes que hizo nuestro Padre Celestial fue la de enviar a Su Hijo a la tierra.
En el Gran Concilio de los cielos, nuestro Padre Celestial prometió enviar un Salvador que expiaría nuestros pecados para que pudiéramos volver a vivir con nuestro Padre Celestial. ¿Cómo envió nuestro Padre Celestial a Su Hijo a la tierra? Lo envió en forma de recién nacido.
- Permitió que Jesús aprendiera y creciera tal y como lo hacemos nosotros;
- Como nuestro Padre Celestial nos ama tanto, permitió que Su Hijo muriera por nosotros;
- Pero después Jesús resucitó, lo que hace posible que también nosotros vivamos de nuevo;
¡Qué maravillosa promesa fue Jesucristo para la tierra! Nuestro Padre Celestial había prometido enviarlo y cumplió con Su promesa. ¿Qué espera nuestro Padre Celestial de nosotros? La canción de la Primaria “Mandó a Su Hijo” nos recuerda: La fe y la caridad, ser como Jesucristo fue y a otros ayudar.