Como Se Debe Orar A Dios?

Como Se Debe Orar A Dios
¿Cómo debemos orar? – No importa dónde estemos, ya sea que estemos de pie o arrodillados; ya sea que oremos verbalmente o en silencio, en forma individual o a favor de un grupo, debemos siempre hacerlo con fe, “…con un corazón sincero, con verdadera intención…” ( Moroni 10:4 ).

  1. Al orar a nuestro Padre Celestial, debemos decirle lo que realmente sentimos en el corazón, confiar en Él, pedirle perdón, suplicarle, agradecerle y expresarle nuestro amor;
  2. No debemos repetir palabras ni frases sin sentido (véase Mateo 6:7–8 );

Siempre debemos pedir que se haga Su voluntad, recordando que a veces lo que deseamos no es lo mejor para nosotros (véase 3 Nefi 18:20 ). Al terminar la oración, debemos hacerlo en el nombre de Jesucristo (véase 3 Nefi 18:19 ).

¿Cómo se debe orar a Dios según la Biblia?

La oración es una manera importante de comunicarse con Dios, acercarse a Él y navegar por los desafíos de la vida. Los misioneros pueden orar por ti o ayudarte a aprovechar al máximo tus propias oraciones.

¿Qué es orar y cómo se debe orar?

Catolicismo [ editar ] – Conforme a la Iglesia católica, la oración es un diálogo entre Dios y los hombres. El hombre ha sido creado para glorificar a Dios, a través de la oración se le da gloria , de lo cual el ser humano se beneficia espiritualmente, recibiendo el Amor del Padre por la comunión con Jesucristo a través del Espíritu Santo.

Mediante la oración se contempla a Dios, se le agradece, se le pide perdón y se le solicita su bendición y ayuda. Normalmente para orar se necesita un clima de recogimiento , silencio y soledad interior para facilitar la unión con Dios ; aunque hay momentos de oración comunitaria que lo dificultan, sin ser por ello menos efectiva.

Al orar, cada uno puede hacerlo con sus propias palabras o recurrir a algunas de las oraciones tradicionales de la Iglesia.

  • Ave María
  • Padre Nuestro
  • Gloria Patri
  • Rosario
  • Acordaos
  • Salve
  • Magníficat
  • Liturgia de las Horas
  • Otras oraciones

Jesús da un ejemplo de oración en el Huerto de los Olivos , cuando al orar decía “Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mc 14, 36). Una diferencia sustancial entre catolicismo y protestantismo es el papel en las oraciones de la Virgen María y los santos. En ese punto no hay diferencias entre el catolicismo y la Iglesia ortodoxa o las demás iglesias orientales. El Concilio Vaticano II dice que “desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios “. Tipos de oración Según la fe cristiana, la oración puede ser:

  • Verbal (El Padre Nuestro , por ejemplo. )
  • Mental (Por ejemplo el Casticismo o Hesiquia , en la que se repite mentalmente el nombre de Jesús)
  • De Meditación (Como la lectio divina o lectura espiritual, meditando la Biblia o textos de espiritualidad)
  • De Contemplación (Por ejemplo, se puede alcanzar en la Adoración del Santísimo Sacramento. Para alcanzar el estado de contemplación se puede hacer uso de diferentes tipos de oración , generalmente la meditación. )
  • De Petición
  • De Acción de Gracias
  • De Intercesión (oración por las necesidades de los demás)
  • De Ofrecimiento (Por ejemplo ofreciendo a Dios el trabajo de cada día, o un bien adquirido)
  • De Conversión (Cuando se produce un sentimiento de arrepentimiento y hay una intención de vivir más acorde al Evangelio. )
  • De Alabanza (Se suelen utilizar cantos)
  • De auditiva
  • De escrita
  • De visual
  • De abandono
  • De acogida
  • De elevación

Estos tipos de oración no tienen por qué ir separados, se pueden ejercitar a la vez, o irse desencadenando uno detrás de otro; por ejemplo mediante el rezo del Rosario se hace una oración verbal con oraciones conocidas, se puede meditar cada misterio correspondiente a una etapa de la vida de Jesucristo , y se puede hacer oración de petición pidiendo la intercesión de la Virgen María. La Virgen María, Intercesora en la oración La Tradición apostólica considera a la Virgen María, “interces de toda gracia” y “omnipotencia suplicante” en la oración. Cristo se hace humano en el vientre de María, dando ella su consentimiento al ángel enviado por Dios, “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Su condición de intercesora se manifiesta en la visita que María, encinta, hace a su prima Isabel; su sola presencia, llevando en su vientre al Mesías, llena del Espíritu Santo al hijo que Isabel espera (Juan Bautista).

(Lc 1,41-45) La gracia de omnipotencia suplicante de María la instaura el mismo Jesús en las bodas de Caná, al convertir el agua en vino, simplemente porque su Madre le hizo presente la necesidad. Y ello ocurrió a pesar de que aún no era la hora de empezar su misión.

(Jn 2,1-11) Además, respetando el mandato de Jesús crucificado, los católicos la reconocen como Madre de los hombres, sabiendo que por el mismo mandato, ella nos reconoce como hijos y nos hermana con Jesús. (Jn 19,26-27) La Comunión de los Santos El concepto de Comunión de los Santos , al hacer partícipes a todos los cristianos de los méritos de los santos , además de los de Cristo, para su propia salvación , está expresado desde la tradición cristiana desde la perspectiva de que la muerte no es el final de la vida, sino que es el inicio de la vida eterna con Dios.

El concepto de comunión de los santos es que, a través de nuestra oración y de la oración de los que ya están en la presencia de Dios (santos) podemos alabar a Dios. Este concepto de “comunión” implica que la Iglesia del cielo ( Iglesia triunfante ) y la de la tierra ( Iglesia militante ) están unidas a través de la oración.

Permite una clase de culto a los santos (culto de dulía ) distinto al culto debido a Dios (culto de latría : dárselo a otra entidad se considera idolatría ), pues no deben atribuirse a los santos méritos divinos. Este culto incluye la veneración de sus reliquias e imágenes y el rezo de oraciones.

¿Cómo orar ejemplo?

Compilado de oraciones para rezar – Se indican aquí doce oraciones para rezar, algunas de ellas en situaciones particulares (como frente a una enfermedad o durante un parto):

  1. La señal de la Santa Cruz. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
  2. Credo. Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

    Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

    Amén.

  3. Acto de contrición. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
  4. Padre nuestro. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
  5. Ave María. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo bendita eres entre todas la mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús Santa María, madre de Dios ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.
  6. Salve. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
  7. Oración a María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna.
    1. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta;
    2. Amén;
    3. No nos dejes caer en la tentación; mas líbranos del mal;
    4. Amén;
    5. Por el mismo Cristo nuestro Señor;

    Amén.

  8. Gloria. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
  9. Yo confieso. Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor.
  10. Oración de San Miguel Arcángel. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
  11. Oración de   San Bernardo. ¡Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra presencia Soberana.
  12. Rezo del Ángelus. Infundid, Señor, vuestra gracia en nuestras almas, para que, pues hemos creído la Encarnación de vuestro Hijo y Señor nuestro Jesucristo anunciada por el Ángel, por los merecimientos de su Pasión y Muerte, alcancemos la gloria de la Resurrección. Amén.
  13. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel, concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida.
  14. Devociones al Sagrado Corazón de Jesús y María. Corazón Sagrado de Jesús, en Vos ponemos toda nuestra confianza, temiéndolo todo de nuestra fragilidad, esperándolo todo de vuestra bondad: sed el único objeto de nuestro amor, el protector de nuestra vida, el sostén en nuestra debilidad,  la reparación de nuestras faltas, la seguridad de nuestra salvación y  nuestro refugio en la hora de la muerte.
  15. Señor mío Jesucristo. ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.

    Amén. Amén. No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente. Así sea. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén. Amén. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

    Amén.

  16. Oración ante el Crucifijo. Miradme, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado ante vuestra Santísima presencia; os ruego con el mayor fervor y compasión de que soy capaz imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. Verdadero dolor de mis pecados, propósito firmísimo de jamás ofenderos.
  17. Oración para bendecir los alimentos. Bendice Señor estos alimentos que vamos a recibir por tu misericordia, y bendice a quienes los han preparado. Da pan a los que tienen hambre, y hambre de justicia a los que tienen pan. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
  18. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero , Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
  19. Virgen del Parto , protege y defiende con amor todos los niños, para que regenerados en el agua del bautismo e incorporados a la Iglesia, crezcan serenos, llenos de vida,  se conviertan en testimonios valientes de tu Hijo Jesús y perseveren, con la gracia del Espíritu Santo, en el camino de santidad. Amén.
  20. Glorioso San Ramón Nonato , te suplico tu intercesión. Tú llevaste una vida resplandeciente por la protección de tu Dios. Intercede ahora por mí y mis intenciones. Necesitamos niños que sepan mirar al mundo, con ojos llenos de amor, y que cierren sus ojos al odio y la maldad. Queremos hacer del mundo, una familia donde todos los hombres se amen y amen a Dios.
    • Mientras que yo, con todo el amor de que soy capaz voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos, oh buen Jesús, el santo profeta David: ¡«Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos»;

    Amén.

  21. Padre Dios Todopoderoso , fuente de la salud y del consuelo, que has dicho «Yo soy el que te da la salud». Acudimos  a ti en este momento en  el que por la enfermedad sentimos la fragilidad de nuestros cuerpos. Ten piedad Señor de los que estamos sin fuerza, devuélvenos la salud.
  22. Alégrate, Reina del Cielo, aleluya. Porque Aquél que mereciste llevar en tu seno, aleluya. Ha resucitado según lo predijo, aleluya. Ruega por nosotros a Dios, aleluya. Gózate y alégrate Virgen María, aleluya. Porque verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya.
  23. Conviértenos a ti, Dios salvador nuestro , y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
  24. Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones , para que, viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
  25. El ángel del Señor anunció a María y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve María… He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve María… Y el verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros. Dios te salve María…  Ruega por nosotros Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
  26. Nuestra Señora del Socorro, Gracias , porque escuchas siempre los ruegos de quienes ponen en ti su confianza. Nos acordamos cuando fuiste, presurosa, por las montañas de Judá,  a prestar ayuda a tu prima Isabel. Recordamos cómo acudiste maternalmente en socorro de los novios en las bodas de Caná. Amén.
  27. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo , como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
  28. Gracias Señor por tu infinita misericordia , en ti confío y es por ti que puedo seguir adelante porque eres mi sostén, esa mano que salva cuando estamos a la deriva. Te amo Señor y te doy gracias por lo malo, porque de ello aprendo y me convierto y también por lo bueno.
  29. Bendita sea tu pureza. Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes Madre mía.
  30. Señor mío y Dios mío , Padre bueno, creador del cielo y de la tierra, sin yo merecerlo me regalas un nuevo día de vida ¡Muchas gracias! Tú sabes que soy pequeño, y que sin tu ayuda caigo a cada paso. ¡no me sueltes la mano! Ayúdame a descubrir, que todos los hombres son tus hijos y por tanto mis hermanos. Enséñame a disfrutar de la vida, a vivir con alegría y a ayudar a los demás. Amén.
  31. Señor, mira complacido a tu pueblo. Señor, mira complacido a tu pueblo, que con fervor desea entregarse a una vida santa, y, ya que con sus privaciones se esfuerza por dominar el cuerpo, que la práctica de las buenas obras transforme su alma. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quien contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
  32. Señor, Padre Santo. Señor, Padre santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Sigue con:

  • Caridad
  • Oraciones fúnebres
  • Normas religiosas

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¿Como dijo Jesús que debemos orar?

Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20 Imagen Jesús enseñó a Sus discípulos a orar. Dijo que algunas personas oran sólo para que otros los vean orar, y enseñó que debemos decir nuestras oraciones personales en un lugar donde podamos estar solos, si es posible. Imagen Dijo que algunas personas dicen las mismas palabras una y otra vez cuando oran, sin pensar realmente en lo que están diciendo. Jesús dijo que debemos orar sinceramente por lo que necesitamos. Imagen El Salvador hizo una oración para enseñar a Sus discípulos cómo orar. Comenzó diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Alabó a nuestro Padre Celestial y después le pidió ayuda. Dijo “amén” al final de Su oración. Más tarde, Jesús les dijo a Sus discípulos que oraran al Padre en el nombre de Él, y prometió que nuestro Padre Celestial contestaría sus oraciones..

¿Cómo se debe orar de pie o de rodillas?

(Antonio Serrano Santos) Hay quien opina y dice que” orar de rodillas es masoquista y que a Dios no le gusta”. Si se refiere a algunos casos, en particular, de rutina y fanatismo, no está mal dicho. Pero si es una afirmación general, para todo el que toma esa actitud, me parece que ha olvidado, o no ha revisado, la Sagrada Escritura, la tradición cristiana y la liturgia católica sobre este modo de orar, donde se muestra todo lo contrario.

  • Y es mucho asegurar que todos esos son masoquistas y desagradan a Dios;
  • Luego expondremos algunos de los muchísimos casos que aparecen en la Biblia, la tradición y la liturgia;
  • Una cosa es la actitud de temor servil, y otra, la actitud de temor filial;

A Dios hay que rezarle como hijos, como dice el Padre nuestro y, entonces, solo cabe un temor filial, es decir, temer ofender a Dios porque se le quiere, y obedecerle en lo que sabemos que nos manda porque El sabe lo que nos conviene. Dicho esto, nuestra oración es como la conversación y trato con un padre. La liturgia prescribe dos formas o modos de hacer oración: de pie, como se hacía, y ahora también, en la Iglesia Primitiva, con los brazoz abiertos, en alto; o de rodillas, en ciertos momentos también litúrgicos. Tanto en la misa, como en otros actos de culto, se ora de rodillas. Y no es, por eso, masoquismo ni humillación, ni desagrada a Dios, más bien todo lo contrario. Es un acto de humildad, intenso y profundo que, en algunos momentos, el cristiano realiza y necesita por la importancia de lo que adora y ama y cree, y por una gran necesidad espiritual, a veces, urgente, personal o comunitaria.

  1. ” Orar, dice Santa Teresa en el libro de su vida,es estar muchas veces, a solas, tratando amistosamente, con quien sabemos nos ama”;
  2. ” Para amar; no es otro el fin de la oración”;
  3. En ese modo de oración vemos cómo Dios demuestra su grandeza infinita abajándose hasta nosotros que nos sentimos pobres, totalmennte necesitados, siempre en peligro;

Y no solo nos sentimos, es que lo somos. Y en esa intimidad en que nos recogemos, en el silencio y la soledad, tantas veces, ante el sagrario o en nuestra habitación, o en plena naturaleza, en pura fe, unas veces, y con dulce sentimiento, otras, experimentamos la presencia y acción de Dios en nuestro espíritu y hasta en nuestro pobre cuerpo.

El siempre habla mucho más en el silencio y la soledad que en medio del ruido del mundo. ” Le llevaré a la soledad y allí le hablaré al corazón”, dice en boca del profeta. Algunos ejemplos maravillosos : 1.

– Al ciego de nacimiento, una vez curado, le dijo Jesús: ” Crees tú en el hijo del Hombre?( Hijo de Dios)- ¿Quién es, Señor, para que crea en él?- Responde. -El que habla contigo- dice Jesús- Creo, Señor. Y, cayendo de rodillas, lo adoró. Jesús aceptó ese gesto.

  • Le agradó;
  • Su humildad, su fe, y gratitud;
  • – “…encontraron al Niño y a su Madre, y, postrándose de rodillas, le ofrecieron oro, incienso y mirra”;
  • – ” Jesús, cayendo de rodillas, sobre su rostro, en tierra, exclamaba: Padre mío…Y entrando en agonía, oraba más intensamente, hasta derramar sangre”;

Parece que al orar de rodillas se ora más intensamente, acerca más a Dios, nos hace sentirnos más hijos, hasta el extremo de que el mismo Jesús, llega un momento en que no dice Padre, sino “Abba”, que tiene en hebreo una traducción castellana parecida a nuestro ” papá”.

– Filipenses, 2,10-12: …para que, al nombre de Jesús, doble la rodilla cuanto hay en los cielos, en la tierra y en los abismos…” Hay otros muchos más casos en la Biblia de este orar de rodillas. Pero vamos a ver otros fuera de ella.

– Al momento de la Consagración. – En el Viernes Santo, en la adoración de la Cruz, todos se arrodillan, prescripción litúrgica. En el Credo, también, puede arrodillarse al momento de decir: …se encarnó de María Virgen”. Y en la adoración y exposición del Santísimo, en el ” Tantum, ergo, Sacramentum, veneremos cernui”.

” Cernui” se traduce por ” de rodillas”. En el himno del Corpus: ” De rodillas, Señor, ante el sagrario, que guarda cuanto queda de amor y de unidad…” Y hay en el canto popular y las costumbres cristianas, antiguas, ese cántico : “Cuando, de rodillas, te contemplo, Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez…”Ante la Stma.

Virgen, como en Fátima, Lourdes. Versos como:” Pensamiento que al cielo subes y subes/mira bien no te pierdas entre las nubes/ Pliega, pliega las alas ,amaina el vuelo/ mejor a Dios te elevas cuando te humillas/ nunca es más grande el hombre que de rodillas”.

  • Hay personas que no pueden ponerse de rodillas, ni mucho ni poco;
  • Fuera de lo que la Iglesia, en su sabiduría de siglos, nos prescribe, cada uno ora como puede y quiere;
  • Tanto de rodillas como de pie;
  • El valor de la oración está e el corazón, la humildad, el amor;

Jesús pone un ejemplo de oración. ” Subieron dos al templo a orar. Uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, puesto en pie…” sabemos lo que sigue, pero está claro que si estaba de pie, el publicano estaba de rodillas. El fariseo, ante el altar, estaba seguro y satisfecho de su modo de orar.

Y decía que no era ni siquiera como ” ese publicano” y lo despreciaba, el cual , al fondo del altar, de rodillas, se golpeaba el pecho, diciendo: ” ¡Oh, Dios, ten compasión de este pecador”. Jesús, termina la parábola afirmando: Este salió justificado”.

Decir que” orar de rodillas es masoquista y no le gusta a Dios”, dicho con buena intención, sin la malicia y orgullo despectivo del fariseo, es, repito, no haber revisado bien la Sagrada Escritura, la tradición cristiana y la liturgia. Tarde o temprano, si no lo hace, puede caer en la actitud del fariseo, porque orar de rodillas no es masoquista y le gusta a Dios muchísimo.

Es humildad, amor de hijo que necesita, muchas veces, acudir a su Padre, buscando fuerza, consuelo, intimidad. Es la íntima amistad con Jesús, de la que todo depende; seguir su ejemplo en esos momentos de oración intensa que nos saque de la tibieza, de la rutina y nos prepara para aceptar el cáliz, ese cáliz que siempre nos espera en nuestra vida y que, de otro modo, no podríamos.

Porque de rodillas, orando intensamente, hasta sudar sangre, parece que es así como pudo Jesús aceptar la voluntad del Padre el cáliz que siempre aceptó, y no quería, incomprensiblemente para nosotros, en ese momento, aceptar..

¿Cómo aprender a orar con fe?

Invito al Espíritu Santo para que nos ayude al reflexionar en un principio que puede servir para que nuestras oraciones sean más sinceras: el principio del Evangelio de pedir con fe. Quiero repasar tres ejemplos en cuanto al pedir con fe en oración sincera y analizar las lecciones que podemos aprender de cada uno de ellos.

Al hablar de la oración, hago hincapié en la palabra sincera. El simple hecho de orar es muy diferente a entregarse en sincera oración. Espero que todos ya sepamos que la oración es esencial para nuestro desarrollo y protección espiritual; no obstante, lo que sabemos no siempre se refleja en lo que hacemos.

A pesar de que reconocemos la importancia de la oración, todos podemos mejorar en cuanto a la regularidad y la eficacia de nuestras oraciones personales y familiares.

¿Cuál es la oración más poderosa?

“La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos”: papa Francisco. “La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos”: papa Francisco. “La oración abre la puerta a Dios, transformando nuestro corazón, tantas veces de piedra. La oración -subraya el Papa- es de todos y “nace en el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales suelen llamar el corazón”.

  1. “La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: algo que nace en lo más profundo de nuestra persona y llega, porque siente la nostalgia de un encuentro;
  2. Esa nostalgia que es más que una necesidad, más que una necesidad: es un camino;

La oración es la voz de un “yo” que va a tientas, que procede a tientas, en busca de un “tú”. El encuentro entre el “yo” y el “tú” no se puede hacer con calculadoras: es un encuentro humano y muchas veces procedemos a tientas para encontrar el “tú” que mi “yo” está buscando”, dice el Pontífice.

(Además:  Oración al Espíritu Santo) En la catequesis, además, nos recuerda: “La oración abre la puerta a Dios, transformando nuestro corazón, tantas veces de piedra, en un corazón humano”. La señal de la cruz, subraya el Papa, es la primera oración.

Jesús, subraya el Pontífice, “reza con nosotros”. Y al rezar, “abre la puerta del cielo, y de esa brecha desciende el Espíritu Santo”. Y nos recuerda el Pontífice que “toda persona necesita un espacio para sí misma, donde pueda cultivar su vida interior, donde las acciones encuentren sentido”.

  • “Durante su vida pública”, añade, “Jesús recurre constantemente al poder de la oración;
  • Santo Tomás de Aquino definió al Padre Nuestro como la súplica más perfecta de todas;
  • Es el primer acercamiento de los católicos con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo;

Se conoce como La oración del Señor. El poder de esta oración es que encierra las siete peticiones que toda persona puede necesitar: (Le recomendamos: Oración de la Sangre de Cristo) Padre nuestro Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Con información de https://www.

vaticannews. va/ (Lea también: La Dama de Hierro del Vaticano) DESCARGA LA APP EL TIEMPO Personaliza, descubre e informate.

¿Cómo puedo saber si Dios me escucha?

Pedid y recibiréis – En las Escrituras se nos enseña que Dios siempre escuchará nuestras oraciones y las contestará si nos dirigimos a Él con fe y verdadera intención. Sentiremos en nuestro corazón la confirmación de que Él sí nos escucha, un sentimiento de paz y sosiego.

  1. También podemos sentir que todo estará bien si hacemos la voluntad del Padre;
  2. Si dudamos que Él nos escucha, debemos procurar guía en las Escrituras, y entonces preguntar si las cosas que leemos son verdaderas;

Constanza L. , 20 años, Bío Bío, Chile.

¿Cuál es la oración más poderosa de la Biblia?

¿Existe una oración más poderosa en el mundo para pedir un milagro? – La oración más poderosa es la que sale del alma, se reza con fe y busca no solo el bien propio sino el de las personas que nos rodean. Es por ello que una de las oraciones que tienen mayor poder es el Padre Nuestro.

El Padre Nuestro es el primer acercamiento de los católicos con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se conoce como “La oración del Señor” y por sobre él no existe otra figura. Santo Tomás de Aquino lo definió como la súplica más perfecta de todas.

El principal poder de esta oración es que encierra las siete peticiones fundamentales que todo ser humano puede anhelar: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Te puede interesar: Oraciones dedicadas a la Virgen María Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. [email protected]. com Más de Jeralí Giménez.