Tiempo de lectura: 6 Minuto, 39 Segundo Quizá todos nos hemos hecho esta pregunta. ¿Cómo hacer la voluntad de Dios y no la mía? O quizá ¿Cómo saber si esto que quiero hacer es la voluntad de Dios o no? ¿Cómo escoger una opción o decisión que cumpla la voluntad de Dios? Esas son precisamente las preguntas que trataremos de abordar el día de hoy.
Lo haremos juntos partiendo de un fragmento de la preciosa historia de Nicodemo. En la cual estuvimos meditando ayer. Lee el fragmento conmigo: ―Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.
Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo”. El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.
Juan 3: 4-8 Para mí, esta es una de esas verdades preciosas que Jesús expresa con palabras que solo el espíritu de Dios nos puede ayudar a comprender con claridad. Únicamente hay una forma de saber cómo hacer la voluntad de Dios, y no es necesariamente que pidas una señal a Dios y él te la dé.
Lo cual indiscutiblemente puede pasar, pero no es cómo que en cada decisión de tu vida puedas hacer eso. Este verso nos permite ver que el señor quiere darnos algo mejor que una señal. Este texto nos permite ver que para saber cómo hacer su voluntad, Él quiere darnos su espíritu para ser llenos de Él.
―Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. El señor quiere que hagamos su voluntad, guiados por su santo espíritu y llenos de él.
Habiendo nacido de él. Recuerdo que estaba leyendo un maravilloso libro llamado The Keys of Spiritual Growth por John MacArthur , cuando leí un fragmento que me iluminó con respecto a este tema y que lo ilustra de manera excepcional, el cual posteriormente pude enlazar con el texto del día.
Permíteme compartirte la traducción, ya que considero que él lo explica mucho mejor que yo: Un Fizzie es una pequeña tableta usada para preparar bebidas suaves. Algo así como un Alka Setser. Se le pone en un pequeño vaso de agua y su sabor se libera en toda el agua.
El poder concentrado de esta pastilla compacta no es útil a menos que se asiente en el fondo del vaso. Tiene que liberar su energía para llenar el vaso, y luego convierte el agua en algo nuevo. Si es un Fizzie de uvas produce un vaso de bebida con sabor a uva.
El sabor en la tableta determina el sabor del agua. De cierto modo, este ejemplo ilustra cómo el espíritu de Dios actúa en la vida humana. Él está en el cristiano todo el tiempo como una fuente de energía divina, compacta, concentrada y poderosa.
La pregunta es ¿alguna vez le has permitido liberar ese poder para llenar tu vida de tal modo que te puedas convertir en lo que Él es? Un cristiano no sometido al espíritu de Dios no puede manifestar la vida de cristo. El espíritu de Dios debe permear una vida si esa vida va a radiar su luz.
- No hay nada que podamos hacer aparte de ser llenos del espíritu de Dios;
- Si tengo un guante de tocar piano y le digo al guante, «Toca el piano»;
- ¿Qué hace el guante? Nada;
- El guante no puede tocar el piano;
- Pero si pongo mi mano dentro del guante y toco el piano, ¿qué pasa? ¡Música! Si pongo mi mano dentro del guante, el guante se mueve, el guante no se comporta «piadosamente» y dice «¡oh mano, muéstrame lo que debo hacer!»;
El guante no dice nada, simplemente avanza. La gente que está llena del espíritu santo no se tropieza o tartamudea tratando de encontrar lo que Dios quiere. ¡Ellos simplemente avanzan! (…) En hechos 4:31 leemos que la iglesia había orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.
- Ellos fueron consumidos con el espíritu de Dios, con el gozo, el poder, y la influencia del Espíritu Santo;
- Cómo resultado pudieron salir sin inhibición, sin la restricción de sus propios egos, completamente abandonados de sí mismos y por lo tanto comunicar a Cristo Jesús sin temor alguno;
Lo mismo puede ser verdad de nosotros. Podemos estar tan cautivados por el espíritu santo que seamos completamente controlados por Él. Si influencia sobrepuja nuestros miedos cotidianos y otras emociones. El resultado es la ausencia de temor, llenos de vigor, une felicidad solidad más allá de cualquier otra – gozo sobre gozo -porque él controla y cautiva cada parte de nosotros.
Para hacer la voluntad de Dios necesitamos estar llenos del espíritu de Dios. Con frecuencia, cuando enfrentamos tiempos en los que necesitamos tomar decisiones, podemos llegar a tener miedo a equivocarnos.
Cuando experimentamos eso, es normal querer hacer la voluntad de Dios en lugar a la nuestra, como siempre debería de serlo. Pero en lugar de tomar decisiones nosotros, quisiéramos que Dios las tomara por nosotros sin nuestra participación. Esta forma de reaccionar ante las decisiones puede no ser del todo positiva.
La razón de esto es el miedo. Sin embargo, no tiene que ser así, en esos casos tienes una elección. Puedes vivir tu vida con temor a tomar decisiones, o puedes llenarte del Espíritu Santo para que él tome control de ti y decida por ti.
La escritura dice en primera de Juan 4:18 que: (…) el amor echa fuera el temor (…) Si quieres hacer la voluntad de Dios, pídele que te llene de su santo espíritu, que limpie tu vida de toda influencia maligna y pecado, todo aquello que pueda estar entristeciendo al Espíritu Santo.
- Esa es la razón por la que creo que Jesús le dice a Nicodemo esta enigmática frase: El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va;
- Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu;
Para hacer la voluntad de Dios, sé lleno del espíritu de Dios, esto provocará que el espíritu santo tome control de tu vida, que tus prioridades ya no sean las tuyas, sino que sean las prioridades del Señor. El resultado será que sabrás cómo hacer la voluntad de Dios porque estarás sometido a Él.
- El texto dice que no se sabe de dónde vienes ni para dónde vas, porque es el espíritu de Dios quien está al control de tu vida y no tú, u otra persona;
- Pídele a Dios que te llene de su santo espíritu para que puedas hacer su voluntad conforme se revela en su santa palabra;
Así aprenderás cómo vivir y relacionarte en las diversas áreas de tu vida. Por supuesto que es necesario y es válido orar por sabiduría para tomar las mejores decisiones, adicional a esto Ora para que el espíritu santo tome el control de tu vida. Y avanza sin temor hacia el cumplimiento de las prioridades del Señor controlado por su santo espíritu y cuando mires hacia atrás verás con total certeza su mano dirigiéndote y guiando tus pasos para cumplir su perfecta voluntad en ti.
Contents
¿Cómo se puede hacer la voluntad de Dios?
Según el cristianismo, hacer la Voluntad de Dios es una elección libre y voluntaria de la persona, de actuar conforme a la Voluntad Divina donándose a sí mismo a la causa de Dios, al igual que Dios en la persona de Jesucristo se donó libre y totalmente a nosotros para nuestra Salvación.
¿Cómo hacer la voluntad de Dios en la Biblia?
1 Pedro 2:15 – La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata (1 Pe 2:15).
¿Cómo agradar a Dios y hacer su voluntad?
La santidad y la fidelidad a la que debemos aspirar todos aquellos que seguimos a Cristo no tienen como límite el mero cumplimiento de la letra de la ley, como hacían los escribas y fariseos. En el evangelio de hoy, Jesús establece un principio y tres aplicaciones concretas respecto a este tema.
El principio es: actuar para agradar a Dios sin buscar el aplauso de los hombres. Y las aplicaciones de este principio se refieren a tres de las más importantes obras, en las que los judíos de aquel tiempo hacían consistir la religión y la vida piadosa.
Hablamos de la limosna, el ayuno y la oración. En cada uno de los casos donde se viven estas tres obras, Jesucristo contrasta la conducta de hipocresía con la actitud discreta del verdadero adorador del Padre, que le recompensará porque “ve en lo secreto”.
Estos tres ejemplos nos manifiestan dos actitudes interiores completamente opuestas: la falsedad o la sinceridad ante los ojos de Dios. Lo que da valor a nuestras prácticas cristianas es la rectitud, la sinceridad a Dios y la apertura al prójimo.
Las obras de caridad, las aportaciones económicas por los más necesitados, la vida de oración y la práctica sacramental, si se llevan a cabo para ser vistos y aprobados por los demás, se quedan en acciones vacías. Es el amor desinteresado lo que les da la auténtica valía.
- El cristiano nunca debe ser un mero actor que trabaja por la fama;
- Se puede hacer el bien como los fariseos que daban limosna, ayunaban, oraban y estudiaban con empeño en las Escrituras; y esas son cosas buenas, pero no lo hacían bien;
Y de tal forma el modo de su obrar salpicaba lo que hacían, que convertía lo que en sí mismo era bueno en pura apariencia. La intención lo estropeaba todo. Y las intenciones vienen del corazón. Jesús les dijo que no tenían el corazón limpio, que eran hipócritas y obraban para ser vistos, aplaudidos y admirados por la gente.
Jesús pide a sus discípulos “ser” por encima de sólo “parecer”. Pide autenticidad. Oí decir un día que “el bien no hace ruido, y el ruido no hace bien”. Para que nuestro Padre Dios nos comprenda no hace falta gritar, ni hablar mucho, ni siquiera decírselo.
Él “ve en lo escondido”, ve el corazón y comprende, sin necesidad de que se lo digamos, todas nuestras acciones y omisiones..
¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios en mi vida?
Haz preguntas durante la oración – Dios siempre escucha y contesta nuestras oraciones. En el libro de Mateo, Jesús hace una promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Dios quiere bendecirnos. Él desea dirigirnos, guiarnos y enseñarnos, pero no suele contestar las oraciones o las preguntas que nunca le hacemos.
- Demuestra tu fe en Dios comunicándote con Él por medio de la oración;
- Pregúntale qué es lo que Él desea para ti en la vida;
- Es posible que no recibas una respuesta inmediata o de la manera que esperas, pero llegará;
Las Sagradas Escrituras están llenas de los tratos de Dios con Sus hijos. Tanto la Santa Biblia como el Libro de Mormón nos enseñan quién es Dios, cómo podemos desarrollar una relación con Él y cómo podemos volver a vivir con Él algún día. Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, por lo que Sus palabras y mandamientos son importantes para nosotros.
- Desde los días antiguos, Dios ha llamado a profetas para guiar a Su pueblo;
- Un profeta es alguien al que Dios ha llamado para dar guía al mundo entero;
- Aunque los mandamientos de Dios nunca cambian, las circunstancias que enfrentamos en el mundo siempre lo hacen;
Por medio de los profetas, Dios nos ayuda a saber cómo navegar a través de los desafíos y las pruebas singulares de nuestros días. Al estudiar las palabras de los profetas, apóstoles y otros líderes inspirados, puedes descubrir el mensaje que Dios tiene para ti en la actualidad.
- “Siento su amor al leer las escrituras, al tener gente tan buena en mi vida, al saber que me protege de tentaciones y al yo ser feliz por lo que tengo;
- Eso me hace ser agradecida con él y saber que me ama;
” “Lo siento cada vez que miro a mi familia y contemplo a mis hijos. Veo a Dios en todo el amor que me rodea. Cada vez que sucede algo inesperado veo a Dios y su infinito amor ayudándome a seguir su camino, ayudándome a gozar y disfrutar la vida. Él nos quiere felices y cada vez que siento alegría y felicidad, yo siento su amor.
” “Siento el amor de Dios en mi vida a través de todas las situaciones positivas que me ocurren; al igual que los momentos difíciles, porque sé que me traerán algo bueno. Desde el momento en que veo el sol salir hasta el momento en que me despido de mis hijos al dormir.
” “Al ver sus creaciones, cuando voy por la calle corriendo o caminando ver las flores, el sol, los pájaros, ver triunfar a las personas que amo. ” “Siento el amor de Mi Padre al despertar, al saber que tengo las verdades restauradas del Evangelio para recibir sus bendiciones.
Siento su amor a través de mi familia y amigos. Siento su amor cada vez que tengo una segunda oportunidad. Siento su amor cada vez que me tengo que arrodillar a pedirle ayuda por los desafíos que tenga en mi vida.
Son muchas las oportunidades en que siento este sentimiento cálido en mi corazón. De que no estoy solo y que puedo sentir que alguien está a mi lado dándome un amor infinito que no puedo comprender pero que es real. ” “El amor de Dios para mi es el ver su mano día a día en mi vida, ya sea por actos de servicio o pequeñas oportunidades que se presentan a través del día.
Estas muchas veces evidencian que Dios nos cuida y que provee para nuestras necesidades. ” “Siento el amor de mi Padre Celestial en cada detalle de mi vida. De verdad, Él participa de cada detalle de nuestras vidas.
Él me ha dado bendiciones sumamente personales y especiales, me ha brindado fortaleza para hacer frente a mis desafíos, me ha otorgado la confianza necesaria ante las pruebas. Su amorosa bondad ha hecho toda la diferencia en mi vida, la cual no sería igual sin Él.
¿Qué significa hacer su voluntad?
Qué es la Voluntad: – La voluntad es la intención o el deseo de hacer algo. Significa también ‘libre albedrío’. Se utiliza también para referirse a esfuerzo, coraje y determinación. En algunos casos, también se utiliza con el significado de ‘amor’, ‘cariño’.
¿Cómo saber si es una señal de Dios?
Las señales son acontecimientos o experiencias que demuestran el poder de Dios. Muchas veces son milagrosas. Indican y anuncian acontecimientos grandes, tales como el nacimiento, la muerte y la segunda venida del Salvador. Les recuerda a los hijos de Dios de los convenios que el Señor ha hecho con ellos.
¿Que le gusta a Dios que hagamos?
La ofrenda que a Dios le agrada es aquella que esta relacionada con la Sangre de Jesús, tu vida esta relacionada con el sacrificio de Cristo en la cruz. – “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto aún habla por ella” (Hebreos 11:4) RVR1960 “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto” (Proverbios 3: 9-10) RVR1960 La ofrenda dada por Abel, tuvo un significado muy especial; él escogió dar lo mejor de su rebaño, pues Dios, como único Creador, merecía lo mejor de todas las cosas. Su ofrenda fue generosa y redentora, pues escogió un animal que fuera el sustituto de sus pecados, reconociendo que su vida, cerca de la de Dios, era de poco valor. El Señor exalta la fe de Abel sobre la de Caín, pues aunque también trajo una ofrenda a Dios, no fue recibida con agrado, pues estaba acompañada de mezquindad, indiferencia, egoísmo y falta de reconocimiento de quién su Creador era.
Decide ser parte del Reino de Dios: Sabemos que en el mundo existen dos reinos espirituales: el Reino de Dios, y el reino del enemigo. El enemigo trata de conquistar a las personas, haciéndolas esclavas de lo material (y es cuando se despierta en el corazón de algunos un fuerte deseo por tener mucho dinero sin importarles a quiénes tengan que atropellar).
Muchos han adquirido grandes sumas de dinero y amasado fortunas, pero no tienen la capacidad de disfrutarlas, ni tienen felicidad plena en sus hogares. El Señor dio a entender que la felicidad del hombre no consiste en los bienes que posee. Dios no necesita de nuestro dinero ni de nuestras ofrendas, pero Él nos dio el privilegio de que pudiésemos ofrendar voluntariamente; Dios dejó establecido que nosotros ofrendáramos, pero Él lo hizo para probar nuestra actitud; Dios prueba nuestro corazón de acuerdo a la manera cómo nosotros ofrendamos, porque el Señor dejó principios establecidos sobre la importancia de dar; a Caín y Abel, Dios no les dijo que tenían que ofrendar, sino que ellos se sintieron movidos a ofrendar a Dios, y Abel pensó qué podría ofrecerle a Dios, pues él quería darle lo mejor.
Piensa en lo que más ama un niño; seguramente sus juguetes. Y si le dijéramos que nos compartiera algo, seguramente evitaría darnos esos juguetes. Pero cuando uno tiene un compromiso con Dios, uno le da lo que más ama.
Tu ofrenda es tan solo el reflejo de tu carácter: Cuando el Señor entró al templo, miró lo que la gente daba. Unos depositaban grandes sumas de dinero; pero una viuda solo dio dos blancas. Cuando terminó la reunión, Jesús les preguntó a sus discípulos cómo había sido la ofrenda.
- Ellos respondieron que había gente muy generosa y otros muy tacaños (refiriéndose a la ofrenda de la viuda);
- El Señor entonces les dijo que estaban equivocados en su apreciación, porque esos que aparentemente habían dado generosamente, dieron de lo que les sobraba, sin esfuerzo, sin embargo la viuda dio una ofrenda que agradaba a Dios porque era todo lo que tenía;
El Señor siempre pide una ofrenda con esfuerzo, y no cualquier ofrenda, porque Él pide la mejor. En la Biblia quedó registrada la ofrenda de Abel, porque él dio lo mejor. ¿Qué ofrenda le darías a Dios para que llegaras a tocar su corazón? Abel pensó en el rebaño, y tomando lo mejor de él, lo presentó ante Dios.
Pero, ¿por qué ese rebaño se constituyó en la mejor ofrenda? Hay un significado, un trasfondo al respecto: Abel le estaba diciendo con ésto a Dios, que él le ofrendaba su vida, que él quería morir por Él, pero como no lo podía hacer, en su lugar le ofrendaba ese animal con su sangre, como sacrificio.
El escritor a los Hebreos dice: “Sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados” (Hebreos 9:22) RVR1960 Esa ofrenda que estaba presentando Abel, se estaba constituyendo en el prototipo de Jesucristo. Cristo es la ofrenda de Dios, y se ofreció a sí mismo por la redención de la humanidad.
Si Jesús no se ofreciera en sacrificio, nadie sería salvo. Por eso la Escritura dice: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Corintios 9:15) RVR1960 3. Jesús se ofreció por nosotros: Solo hay un Dios, El Padre.
Jesucristo es el único camino para llegar a Dios. Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6) RVR1960 Jesús se constituyó en el camino porque Él dio su vida por nosotros; Él pagó el precio por nosotros, porque nosotros merecíamos morir; nuestros pecados nos llevaban a la muerte y a la destrucción; pero un día Jesús tomó el lugar de cada uno de nosotros y se ofreció a sí mismo a Dios, para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
Cuando nosotros aceptamos a Jesús en nuestro corazón, estamos ofrendando a Dios lo mejor. Es como si nos presentáramos ante Él y le dijéramos: Señor, me presento ante ti a través de Jesús, acéptame, pues me entrego hoy a Ti de la misma manera que Jesús lo hizo por mí.
Esa es la ofrenda que agrada a Dios, que toca su corazón, es la ofrenda genuina. Por otro lado, estaba Caín. Él no dio una buena ofrenda, porque dio una ofrenda de su esfuerzo, de su capacidad, de sus habilidades, de sus negocios, tomando del producto de la tierra, y dándosela a Dios del sudor de su frente ¡Dios desechó esa ofrenda! Las obras no cuentan para la salvación, sino la sangre de Cristo.
- Una persona, si no ha sido lavada con la sangre de Cristo, no puede ser salva, porque lo único que lava nuestros pecados es la sangre de Jesús;
- Dando nuestra mejor ofrenda: El apóstol Pablo dice que fuimos salvos para que andemos en buenas obras;
Después de la salvación, podemos hacer obras excelentes; Dios pide que demos nuestra mejor ofrenda. Nuestra vida; pero también nos confronta a entregar lo que más amamos, Dios le pedirá aquello que usted más ama. El proverbista dijo: “Echa tu pan sobre las aguas, reparte a siete y aún a ocho porque no sabes el mal que ha de venir sobre la tierra”.
Cuando usted ofrenda a Dios, nunca puede darle más de lo que Él le da; no hay una sola persona que pueda decir que da más que lo que Dios le da; nadie puede ganarle a Dios en la manera cómo Él nos da. Con mi hija Sara, jugamos a que si ella me da un beso, me debe dar un dólar; si yo le doy un beso, ella me cobra un dólar.
Un día le di cinco besos, y le pagué cinco dólares; ella se puso feliz, ¡pero me sorprendió! porque al rato vino y me dio doce besos y me pagó doce dólares. Ella entiende que no puede dar más de lo que le da su papá; que si ella da doce, su papá luego le va a dar veinticuatro; ella sabe lo que es la fe.
- Así sucede con Dios: Cuando tienes un corazón generoso, no cuestionas a Dios, sino que das con todo el corazón y luego Dios te recompensa;
- Recuerda, nunca podrás dar más de lo que Dios te da, y Dios ama al dador alegre;
Dios se agradó tanto de la ofrenda que dio Abel, que todavía hace memoria de él sobre la tierra. Abel es recordado por la ofrenda que dio. Tu ofrenda es un argumento a favor: Cuando ofrendas o diezmas, esto se convierte en un argumento a favor tuyo. Cuando alguien no diezma, un espíritu viene con argumentos para acusarlo ante Dios.
- Recordaras al centurión que tenía un siervo enfermo y los ancianos fueron hasta Jesús y le dijeron: Señor, es digno que le concedas esto, porque él ama nuestra nación, y nos ha edificado una sinagoga;
- Eso era un argumento a favor del centurión;
Esto quiere decir que cuando tienes una necesidad, en el mundo espiritual los ángeles se presentan ante Dios y le dicen al Señor que es digno que te conceda eso. Estos ángeles estarán presentando el reporte de las ofrendas que hemos dado, de cómo hemos bendecido a la iglesia, de cómo hemos usado las finanzas para el Reino de Dios y eso se convierte en un argumento a nuestro favor.
Los apóstoles le dijeron a Jesús: Señor, nosotros hemos dejado todo por seguirte, ¿qué tendremos? Y el Señor dijo: De cierto os digo que no hay ni uno solo de vosotros, que haya dejado casas, tierras, bienes, familia por causa de mí y del reino de los cielos, que no haya de recibir cien veces más en esta vida y en la otra la vida eterna.
De todo lo que tu das, el Señor en su banco dice: Ése gana cien veces más de lo que ha depositado. Si tu no le has dado correctamente a Dios, debes romper la maldición, (siendo que para tal liberación también se necesitan argumentos a favor). Da una ofrenda extra para cancelar los argumentos, y romperás toda maldición financiera.
- Luego haz un pacto de fidelidad con Dios;
- Tu ofrenda determina tu excelencia: Hay una palabra en griego llamada “arete”, cuyo significado es “excelencia”;
- El arete de un atleta, es la manera cómo define la carrera; eso es excelencia, cuando se es el mejor;
El arete de un ama de casa, es la excelencia en cómo conduce su hogar; el arete de un maestro, es la excelencia en la manera que enseña; el arete de un cristiano, es la manera cómo se relaciona con Dios. Cuando el Señor dice que Abel alcanzó mas excelente sacrificio que Caín, se está refiriendo a que la excelencia de un cristiano la determina la manera en cómo él da.
A uno de los pastores de mi equipo, Dios lo rescató de una vida terrible que tenía. Apenas convertido y recién ingresando a la visión, hizo un pacto con Dios, donde declaró que de los siete días de la semana, le iba a dedicar seis al Señor, quedando solo uno para él.
Y así lo hizo: Un solo día trabajaba, pero en ése Dios lo bendecía tanto, que hacía toda la ganancia de una semana en solo un periodo de trabajo; en los otros seis días, él se dedicaba a hacer la obra de Dios, llamando por teléfono, visitando y consolidando.
- Dios lo empezó a bendecir de una manera increíble: dándole gente, derramando unción sobre su vida y auxiliándolo en todo;
- El año pasado, en una semana hizo doce impactos evangelísticos y ganó 6000 personas;
Todo porque adquirió un compromiso con Dios. Tienes que pedirle a Dios que te dé esa excelencia como creyente; de esta manera le ofrendas tu vida (no para hacer lo que tu quieres) para lo que Dios quiere que tu hagas, con el propósito de engrandecer su Reino.
Tu ofrenda te lleva a la bendición: La fe para ofrendar, es la misma fe que nos lleva a conquistar las finanzas, porque: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22) RVR1960 En el libro de Hageo, capítulo 2 verso 8, el Señor dijo: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”.
El dinero es del Señor, y el diablo ha robado ese dinero, dándoselo a sus súbditos para esclavizarlos y tener control sobre ellos de una manera tirana. A través del profeta Jeremías, el Señor dijo: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:9-10) RVR1960 Dios sabe que el corazón del hombre está lleno de engaño, y para poder bendecir a Sus hijos, Él primero tiene que probar qué dirección han tomado esos corazones; por tal motivo, Dios permite que las personas pasen por ciertas circunstancias en sus vidas, que los llevarán a un desprendimiento total, tanto de sí mismos, como de los bienes que hayan adquirido.
Sé que el Señor quiere dar a cada uno de sus hijos la provisión que ellos necesitan; y siempre Él lo hace de una manera mucho más amplia de lo que ellos se imaginan, pues el corazón de Dios es extremadamente generoso.
Además, todos los hombres de Dios primero fueron probados, antes de ser prosperados. Entendiendo el sentido de la prosperidad: Creo que es importante entender que existe una gran diferencia entre ser próspero y ser rico. Normalmente, cuando se habla de ser rico, se hace referencia a una persona acaudalada y propietaria de muchos bienes; pero una persona puede ser próspera sin que sea acaudalada ni rica.
Por ejemplo: Cuando Jesús vivió en la tierra, no tenía riquezas, pero fue próspero; no podríamos decir que el Señor era pobre; Él era próspero, porque un pobre no puede alimentar a más de diez mil personas y fue lo que el Señor hizo.
Jesús no andaba con dinero en el bolsillo, tampoco tenía cuando le fueron a cobrar los impuestos, pero Él sabía que había una fuente de provisión directamente en Dios, y le dijo a Pedro: “Abre la boca del pez y saca la moneda”. El Señor utilizó el banco de un pez; dijo: “Echa el anzuelo, no le pongas carnada, y en el primer pez que saques vas a encontrar una moneda, y paga con ella los impuestos tuyos y los míos”. .
¿Cuáles son las cosas que Dios detesta?
El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos’.
¿Cuáles son las cosas que no le gusta a Dios?
Tiempo de lectura: 2 minutos «Seis cosas aborrece el Señor, y aun siete le son abominables: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que corren presurosos al mal, el testigo falso, que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
» (Prov. 6: 16-19) Vemos claramente en este texto las cosas que Dios detesta, pero sería bueno preguntarse si esta lista coincide con la lista de cosas que nosotros mismos rechazamos. El número siete en la Biblia nos da la idea de algo completo, por lo cual podemos decir que Dios detesta completamente estas cosas porque son consecuencias de la naturaleza pecaminosa del ser humano.
Como sabemos Dios ama al pecador pero detesta el pecado. De igual forma, nosotros debiéramos tener una actitud misericordiosa y compasiva con la persona que comete pecado, pero sin que esto signifique aceptación de las conductas que resultan intolerables para Dios. Las siete cosas que Dios detesta son:
- Los ojos altivos. Se trata de las personas orgullosas que se sobrevaloran a sí mismas, aquellos que no aceptan correcciones y subestiman a los demás.
- La lengua mentirosa. El que miente, engaña, falsea la verdad, dice medias verdades que en realidad representan medias mentiras.
- Las manos que derraman sangre inocente. Los homicidas, los que ejercen toda clase de violencia.
- El corazón que maquina pensamientos perversos, planes inicuos.
- Los pies que corren presurosos al mal.
- El testigo falso que dice mentiras. Una vez más, la falsedad y la mentira es claramente rechazada por Dios.
- El que siembra discordia entre hermanos. Sabemos que todo lo que se siembra es lo que se termina cosechando. Un dicho popular declara: “el que siembra vientos recoge tempestades” No agrada a Dios la persona que está sembrando “cizaña” entre hermanos.
La Palabra habla de todo: del que calumnia, del que genera contiendas en la familia, pero yo creo que también incluye a los que crean conflictos en la “familia espiritual que es la iglesia. Por lo tanto, este pasaje es tan rico que incluye al que murmura, al chismoso, al que usa su lengua como un arma para dividir, ofender y dañar, trayendo como consecuencia división, contienda y enemistad. Cuántas veces escuchamos comentarios irresponsables sin siquiera tener el recaudo de medir las consecuencias.
Por lo tanto debemos tener cuidado de “engancharnos” en hablar cosas que no solo no edifican sino que terminan dividiendo o enfrentando a los miembros de una familia. Es bueno saber que esto no es un juego sino que todo lo que hablemos de manera imprudente tendrá sus consecuencias.
Por Daniel Zangaro El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ..
¿Qué dice en Romanos 12 2?
2 Y no os adaptéis a este a mundo, sino transformaos por medio de la b renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
¿Qué dice Juan 7 17?
1 Y después de estas cosas, andaba Jesús por Galilea, pues no quería andar en Judea, porque los judíos a procuraban matarle. 2 Y estaba cerca la a fiesta de los judíos, la de los tabernáculos. 3 Y le dijeron sus a hermanos : Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces.
4 Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. 5 Pues ni aun sus hermanos creían en él. 6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto.
7 No puede el mundo aborreceros a vosotros; pero a mí me aborrece, porque yo doy testimonio de él, que sus obras son malas. 8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. 9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
- 10 Pero cuando sus hermanos hubieron subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto;
- 11 Y le buscaban los judíos en la fiesta y decían: ¿Dónde está aquel? 12 Y había gran murmullo acerca de él entre la gente, pues unos decían: Él es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña a la gente;
13 Sin embargo, ninguno hablaba abiertamente de él, por a miedo a los judíos. 14 Y a la mitad de la fiesta, subió Jesús al templo y enseñaba. 15 Y a se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe este de letras, sin haber estudiado? 16 Jesús les respondió y dijo: Mi a doctrina no es mía, sino de aquel que me b envió.
- 17 El que quiera hacer la a voluntad de él b conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mí mismo;
- 18 El que habla por sí mismo su propia a gloria busca; pero el que busca la b gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia;
19 ¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme? 20 Respondió la gente y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte? 21 Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. 22 Por eso Moisés os dio la a circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres), y en el día de reposo circuncidáis al hombre.
- 23 Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo a sané por completo a un hombre? 24 a No juzguéis según b las apariencias, sino juzgad con justo juicio;
25 Decían entonces unos de Jerusalén: ¿No es a este al que buscan para matarlo? 26 Y he aquí, habla públicamente, y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido en verdad a los gobernantes que este es el Cristo? 27 Pero este, sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es.
- 28 Entonces Jesús alzó la voz en el templo, enseñando y diciendo: A mí me conocéis y sabéis de dónde soy; no he venido por mí mismo, pero el que me envió, al cual vosotros no conocéis, es verdadero;
- 29 Yo le conozco, porque de él procedo, y él me a envió;
30 Entonces procuraban prenderle; mas ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora. 31 Y muchos del pueblo creyeron en él y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que este hace? 32 Los fariseos oyeron a la gente que murmuraba de él estas cosas; entonces los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para que le prendiesen.
33 Y Jesús dijo: Aún estaré con vosotros un poco de tiempo, e iré al que me envió. 34 Me a buscaréis y no me hallaréis; y a b donde yo esté, vosotros no podréis ir. 35 Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde se irá este que no le hallaremos? ¿Se ha de ir a los a dispersos entre los griegos, y a enseñar a los griegos? 36 ¿Qué quiere decir esto que dijo: Me buscaréis y no me hallaréis; y a donde yo esté, vosotros no podréis ir? 37 Pero en el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno a tiene sed, venga a mí y beba.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán de su interior ríos de a agua viva. 39 (Y esto dijo del a Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; b pues aún no se había dado el Espíritu Santo, porque Jesús aún no había sido glorificado).
40 Entonces algunos de la multitud, habiendo oído estas palabras, decían: Verdaderamente este es el a profeta. 41 Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42 ¿No dice la Escritura que del linaje de a David , y de la aldea de b Belén , de donde era David, vendrá el c Cristo ? 43 Así que había disensión entre la gente a causa de él.
44 Y algunos de ellos querían prenderle, pero ninguno le echó mano. 45 Y los guardias vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y estos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? 46 Los guardias respondieron: ¡Nunca ha a hablado hombre alguno así como este hombre! 47 Entonces los fariseos les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados? 48 ¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes o de los fariseos? 49 Pero esta gente que no sabe la ley, maldita es.
50 Les dijo a Nicodemo (el que vino a él de noche y que era uno de ellos): 51 ¿Juzga nuestra ley a un hombre si primero no se le oye y se entiende lo que ha hecho? 52 Respondieron y le dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta.
53 Y se fue cada uno a su casa..