¿Cómo creó Dios a Adán? Dios creó al hombre formándolo del polvo de la tierra; del barro lo formó. Dios le sopló su aliento en la nariz y le dio vida. … A este primer hombre Dios le puso el nombre de Adán, que significa ‘el hombre’.
Contents
¿Como Dios creó a Adán?
La Creacion del Hombre y la Mujer HD
A este primer hombre Dios le puso el nombre de Adán , que significa “el hombre”. Dios dijo a Adán: “Puedes comer de todos los árboles del jardín, menos del que está en medio: del árbol de la Ciencia del bien y del mal.
El día que comas de él, morirás”. Y Dios, el Señor, dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a darle otro que le ayude y le haga compañía; uno que sea de su misma especie”. Dios, hizo caer al hombre en un sueño profundo, para que no sientiese ni se diese cuenta de nada, le quitó una costilla, y le rellenó el hueco con carne.
De la costilla hizo una mujer, y la presentó al hombre. Entonces el hombre exclamó: “Esta si es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Una compañera igual que yo”. A la mujer Dios le puso Eva , que significa “la que da la vida”.
Ambos hombre y mujer, iban desnudos por el jardín y no se avergonzaban. LA TENTACIÓN Y LA CAÍDA La serpiente era el más astuto de todos los animales creados por Dios. Ella habló así a la mujer y le dijo: “¿Os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardín? La mujer le contestó: “Podemos tomar y comer los furtos de todos los árboles del jardín.
Sólo del árbol que esá en medio nos ha dicho Dios: ¡No toquéis ni comáis sus frutos pues de lo contrario moriréis! Entonces la serpiente dijo a la mujer: “De ningún modo; ciertamente no moriréis si coméis de él.
Dios sabe perfectamente que apenas comáis, se os abrirán los ojos y seréis inteligentes. Seréis como dioses capaces de distinguir entre el bien y el mal. La mujer tuvo un gran deseo de comer del árbol. Era hermoso y le atraía la posibilidad de alcanzar el conocimiento.
- Por eso alargó la mano hacia los frutos, tomó uno y comió; y después dio al hombre y él también comió;
- Entonces se les abrieron los ojos, y se asustaron pues se dieron cuenta de que estaban desnudos;
- Entonces tomaron unas hojas de higuera y tejieron con ellas unos vestidos y se los pusieron;
Al atardecer oyeron la voz de Dios, que se paseaba por el jardín al fresco del día. El hombre y la mujer se escondieron entre los árboles pues tenían miedo de encontrarse con Dios. Entoces Dios llamó al hombre y le dijo. “Adán, ¿dónde estás?” Adán respondió: “Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo.
Por eso me escondí. ” Pero Dios le respondió: “¿Quién te ha hecho ver que estás desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?” Adán comenzó a excusarse diciendo: “La mujer que me diste por compañera me ofreció de los frutos y comí” Entonces dijo Dios a la mujer: “¿Por qué has hecho esto? La mujer respondió: “La serpiente me sedujo, y comí.
” Y entonces Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto serás maldita entre todos los animales de la tierra. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra toda tu vida. Habrá enemistad entre ti y la mujer. ” Y a la mujer Dios le dijo: “Traerás a los hijos al mundo con dolor y siempre estarás unida a tu marido.
- ” Y al hombre le dijo: “Por haber hecho caso de las palabras de tu mujer y haber comido del árbol que te prohibí comer, por tu causa será maldita la tierra;
- Te alimentarás de ella toda tu vida, sufriendo fatiga y dificultades;
Cuando comas tu pan, has de saber que deberás trabajar con preocupación y sudores para conseguirlo, hasta que tú mismo vuelvas a la tierra. Pues tú eres tierra y hecho de tierra, y volverás a ser tierra. ” Y Dios, el Señor, les hizo vestidos de pieles y los vistió.
.
¿Como creo Adán y Eva?
En las religiones abrahámicas, Adán y Eva fueron el primer hombre y la primera mujer que poblaron la Tierra. Fueron creados por Dios en el sexto día de la creación. Según la Biblia y el Corán, Adán fue creado primero, y Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una compañera que fue creada a partir de una costilla del hombre.
Los primeros hijos de la pareja fueron Caín, Abel y posteriormente Set. Su historia se narra en el libro del Génesis. Adán fue creado del polvo mediante la alfarería a imagen y semejanza del creador, dándole vida Dios mediante un soplo; el cual le provee al Espíritu Santo.
Dios puso a Adán y Eva, y para probar su fidelidad y obediencia les dio el mandato de comer de todos los frutos del árbol del huerto, excepto uno, llamado el árbol de la ciencia del bien y del mal indicándole a Adán y Eva que si comían los frutos de él, iban a morir.
La serpiente se aprovechó de esta única regla, y así tentó y engañó a Eva; la cual comió del fruto prohibido. Eva viendo que era “bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y realmente un árbol codiciable para alcanzar la sabiduría”, le dio también a comer a su marido.
Esta falta de obediencia les acarreó la expulsión del Paraíso. Expulsión en la que Dios les castigó con la muerte, el dolor, la vergüenza y el trabajo. Estos hechos son conocidos como el pecado original. El relato bíblico continúa narrando la vida de Adán y Eva fuera del jardín del Edén.
¿Cuál fue el trabajo que Dios le dio a Adán?
Refiere el primer libro de la Torá (conocida en el mundo occidental y especialmente en ambientes cristianos como Pentateuco ) que Adán fue creado por Dios proveniente del polvo de la Tierra , a su misma semejanza, [ 1 ] para gobernar la Tierra. Adán se sentía solo aun estando entre tantos animales de la creación.
Y Dios dice: “No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda semejante a él”. [ 2 ] crea a Eva. [ 3 ] La Biblia declara que de una costilla tomada del hombre (Adán) Dios creó a una mujer ( Eva ).
[ 4 ] Siempre según la narración bíblica, Adán y Eva recibieron de Dios mandamiento de fructificar y multiplicarse, llenar la Tierra y gobernarla. [ 5 ] Dios puso a Adán y su esposa Eva en el huerto del Edén , [ 6 ] dándole mandamiento de no comer del « árbol de la ciencia del bien y del mal » para no morir.
- [ 7 ] Pero Moisés , presunto autor del libro de Génesis , relata que una astuta serpiente (Satán) engañó a Eva, la cual comió del fruto prohibido, viendo que era «bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría», dándole también a su marido;
[ 8 ] Observando Dios aquel panorama, no le agradó, y decidió echar a Adán y Eva del huerto de Edén , [ 9 ] Dios entonces dijo a Adán: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás».
[ 10 ] La Biblia continúa narrando la vida de Adán y Eva fuera del jardín de Edén. Cuenta que tuvieron hijos, Caín , Abel y Set y otros tantos, [ 11 ] y que Adán murió a la edad de 930 años. Miguel, el Arcángel, luchó contra los ángeles de aquella “serpiente antigua” o “dragón” ( Satanás , El Diablo ) y los expulsó a la tierra al finalizar la batalla en el cielo durante la existencia premortal.
[ 12 ] Según varias de sus escrituras modernas, Miguel nació en esta tierra como hombre: “Adán, el padre de todos, el príncipe de todos, el anciano de días”. [ 13 ] Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días también consideran a Adán como el primero de entre todos los profetas sobre la tierra, además de ser el primer hombre , padre y patriarca de la especie humana en la Tierra.
CIERTAMENTE, a Dios exaltó a Adán, a Nuh, a la Casa de Abraham y a la Casa de Imrán sobre toda la humanidad, (Aal-i-Imraan: 33) ¿No os ordené, Oh hijos de Adán, que no adoraseis a Satán –ya que, en verdad, es un enemigo declarado vuestro? (Yaseen: 60) Y, EN VERDAD, impusimos antaño Nuestro mandamiento a Adán; pero lo olvidó, y no hallamos en él firmeza de propósito.
(Taa-Haa: 115) Pues [así fue:] cuando dijimos a los ángeles: “¡Postraos ante Adán!” –se postraron todos, excepto Iblis , que se negó [a hacerlo]; (Taa-Haa: 116) Ciertamente, para Dios, la naturaleza de Jesús es como la naturaleza de Adán, a quien Él creó de tierra y luego le dijo: “Sé” –y es.
- (Aal-i-Imraan: 59) y entonces dijimos: “¡Oh Adán! En verdad, este es un enemigo tuyo y de tu esposa: no dejéis que os expulse del jardín y te haga desgraciado;
- ” (Taa-Haa: 117) Dijo: “¡Oh Adán! Infórmales de los nombres de estas [cosas];
” Y cuando [Adán] les hubo informado de sus nombres, [Dios] dijo: “¿No os dije: ‘Ciertamente, solo Yo conozco la realidad oculta de los cielos y de la tierra, y conozco todo lo que ponéis de manifiesto y todo lo que ocultáis’?” (Al-Baqara: 33) Pero Satán le susurró, diciendo: “¡Oh Adán! ¿Quieres que te indique el árbol de la vida eterna, y [por medio de él] un dominio que no se extingue?” (Taa-Haa: 120) Y [en cuanto a ti], ¡Oh Adán!, vivid tú y tu mujer en este jardín, y comed de lo que queráis; pero no os acerquéis a este árbol pues seríais malhechores!” (Al-A’raaf: 19) Y, HE AHÍ, que dijimos a los ángeles: “Postraos ante Adán” –y se postraron todos excepto Iblís.
Dijo: “¿Es que voy a postrarme ante quien has creado de barro?” (Al-Israa: 61) Y enseñó a Adán los nombres de todas las cosas; luego se las mostró a los ángeles y les dijo: “Decidme los nombres de estas [cosas], si es verdad lo que decís.
” (Al-Baqara: 31) Y dijimos: “¡Oh Adán! Habita con tu esposa en este jardín, y comed con libertad de lo que en él hay; pero no os acerquéis a este árbol, porque seríais transgresores. ” (Al-Baqara: 35) ¡OH HIJOS de Adán! ¡Embelleced vuestro aspecto para cualquier acto de adoración, y comed y bebed [con libertad], pero no derrochéis: en verdad, Él no ama a los derrochadores! (Al-A’raaf: 31) Luego Adán recibió palabras [de guía] de su Sustentador, que aceptó su arrepentimiento: pues, en verdad, solo Él es el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia.
(Al-Baqara: 37) Y cuando dijimos a los ángeles: “¡Postraos ante Adán!” –se postraron todos, excepto Iblis, que se negó y se mostró arrogante: y así se convirtió en uno de los que niegan la verdad. (Al-Baqara: 34) Y, ciertamente, os hemos creado y luego os dimos forma; y luego dijimos a los ángeles: “¡Postraos ante Adán!” –y se postraron [todos] excepto Iblis, que no fue de los que se postraron.
(Al-A’raaf: 11) Y comieron ambos de él: y entonces se hicieron conscientes de su desnudez y comenzaron a cubrirse con hojas del jardín. Y [así] desobedeció Adán a su Sustentador, y así cayó en el extravío. (Taa-Haa: 121) ¡OH HIJOS de Adán! Cuando vengan a vosotros enviados salidos de vosotros que os transmitan Mis mensajes, quienes sean conscientes de Mí y obren con rectitud –nada tienen que temer y no se lamentarán.
(Al-A’raaf: 35) PUES, EN VERDAD, hemos honrado a los hijos de Adán, y los hemos llevado por tierra y por mar, y les hemos dado sustento de las cosas buenas de la vida, y les hemos favorecido por encima de gran parte de Nuestra creación.
(Al-Israa: 70) ¡OH HIJOS de Adán! Ciertamente, hemos hecho descender para vosotros [el conocimiento de la confección de] vestidos para cubrir vuestra desnudez, y como adorno: pero el vestido de la consciencia de Dios es el mejor de todos. En esto hay un mensaje de Dios, para que el hombre pueda tenerlo presente.
- (Al-A’raaf: 26) Y RELÁTALES, como exposición de la verdad, la historia de los dos hijos de Adán – como ambos ofrecieron un sacrificio, y fue aceptado el de uno de ellos pero no el del otro;
- [Y Caín] dijo: “¡Ten por seguro que te mataré!” [Abel] respondió: “Ciertamente, Dios solo acepta de aquellos que son conscientes de Él;
” (Al-Maaida: 27) Y SIEMPRE que tu Sustentador saca de las entrañas de los hijos de Adán a su descendencia, les hace dar testimonio de sí mismos: “¿No soy acaso vuestro Sustentador?” —a lo cual responden: “¡Así es, en verdad! ¡Damos testimonio de ello!” [Os recordamos esto,] no fuerais a decir en el Día de la Resurrección: “En verdad, nada sabíamos de esto”.
- (Al-A’raaf: 172) Y [recuerda que] cuando dijimos a los ángeles: “Postraos ante Adán,” se postraron todos, excepto Iblís: él [también] era uno de esos seres invisibles, pero se rebeló contra la orden de su Sustentador;
¿Vais, pues, a tomarle a él y a sus secuaces por señores [vuestros] en vez de a Mí, cuando son enemigos vuestros? ¡Mal canje hacen los malhechores! (Al-Kahf: 50) ESTOS FUERON algunos de los profetas a los que Dios concedió Sus bendiciones —[profetas] descendientes de Adán y de los que transportamos con Noé [en el arca], y descendientes de Abraham y de Israel: y [todos eran] de aquellos a los que habíamos guiado y escogido; [y] cuando les eran transmitidos los mensajes del Más Misericordioso, caían [ante Él] postrados llorando.
(Maryam: 58) ¡Oh hijos de Adán! ¡No permitáis que Satán os seduzca de la misma forma en que hizo que vuestros antepasados fueran expulsados del jardín: les despojó de su vestimenta [de consciencia de Dios] para hacerles ver su desnudez.
En verdad, él y su tribu os acechan desde donde no podéis percibirles! En verdad, hemos puesto [toda clase de] fuerzas satánicas cerca de aquellos que [realmente] no creen. (Al-A’raaf: 27) El mes de Ramadán, en el que se hizo descender [por vez primera] el Qur’an como guía para la humanidad y una prueba evidente de esa guía, y el criterio por el que discernir lo verdadero de lo falso.
Así pues, quien de vosotros presencie la llegada de este mes, deberá ayunarlo todo; pero el que esté enfermo o de viaje, [ayunará igual] número de otros días. Dios quiere para vosotros la facilidad y no quiere la dificultad; pero [quiere] que completéis el número [requerido de días] y que ensalcéis a Dios por haberos guiado rectamente, y que [Le] deis gracias.
(Al-Baqara: 185) ¡Oh gentes! Sed conscientes de vuestro Sustentador, que os ha creado de un solo ente vivo, del cual creó a su pareja y de esos dos hizo surgir a multitud de hombres y de mujeres. [1] Y manteneos conscientes de Dios, en cuyo nombre os reclamáis mutuamente [vuestros derechos], y de estos lazos de parentesco.
¡En verdad, Dios os observa continuamente! (4:1) Y siempre que tu Sustentador saca de las entrañas de los hijos de Adán a su descendencia, les hace dar testimonio de sí mismos: “¿No soy acaso vuestro Sustentador?” —a lo cual responden: “¡Así es, en verdad! ¡Damos testimonio de ello!” (7:172) En genética humana, el Adán cromosomal-Y se define como el individuo más antiguo que poseía un cromosoma Y del cual descendieron todos los cromosomas Y de la población humana actual.
Un estudio evolutivo de la Universidad de Stanford sobre noventa y tres polimorfismos genéticos humanos hallados en este cromosoma, en mil individuos de veintiuna regiones del mundo, calculó que un antepasado masculino común a todos los hombres actuales vivió en África hace unos cincuenta mil años.
- Es bastante posterior a la antepasada común llamada Eva mitocondrial , por razones conocidas, ya que la mitocondria es heredada solo de la madre y el cromosoma Y es heredado solo del padre;
- La imagen de Adán y Eva ha sido profusamente utilizada, siendo uno de los pocos temas bíblicos que dan la oportunidad del desnudo al artista;
Adán es imberbe en la época paleocristiana, es en la Edad Media cuando se le representa, tanto con barba, como sin ella. A menudo se le representa con un pedestal o una montaña ( hombre de la montaña ), como el microcosmos que reina en los siete planetas ( homo caelestis ) o rodeado de animales (por ser su señor).
Tema recurrente, en los sarcófagos paleocristianos aparece Dios poniendo la mano sobre él en el acto de la creación, insuflándole la vida. Más tarde, saliendo de sus manos. El culmen, sin duda, Dios insuflándole el alma con un dedo ( Capilla Sixtina ).
La Historia de la literatura refiere que, en su origen, el personaje literario de Adán fue tomado por los judíos de la literatura sumeria , en concreto de la Epopeya de Gilgamesh : se trata de Enkidu y representa a la Naturaleza y los valores rurales del campo frente a Gilgamesh , que representa la Civilización y los valores urbanos de la ciudad.
Los judíos conocían la tradición literaria sumeria porque las primeras tribus hebreas habían salido del imperio sumerio (exactamente de Caldea). Posteriormente fueron desterrados como esclavos a Babilonia , donde nuevamente tuvieron contacto con esas otras culturas.
También conocían la tradición literaria egipcia, de la que tomaron la historia de Job y otros elementos, por haber emigrado también allí..
¿Dónde puso Dios a Adán y Eva?
Antesala del infierno El paraíso está en el sur de Africa. Justo en el mismo lugar olvidado del mundo donde tiene su sede el infierno. Los tópicos, que insisten en calificarlo como continente de contrastes, están por una vez en lo cierto: sólo aqui la muerte es tan exuberante, salvaje y cotidiana como la vida.
- Tanzania, Malawi, Zambia, Zimbabwe, Mozambique, la República Sudafricana;
- Poco más de diez países, centenares de lenguas, miles de formas culturales;
- Lugares formidables, que disfrutan de una naturaleza privilegiada y de una realidad social lamentable;
Los leones comen carne de ballena en las playas del Atlántico. Al mismo tiempo, en el delta del Okawango, se reune la mayor biodiversidad del planeta. En las costas del sur, pigüinos y tiburones luchan contra las aguas salvajes del cabo de Buena Esperanza.
- La mitad sudtropical de Africa está sembrada de parques naturales y de espacios protegidos;
- No muy lejos de estos lugares de ensueño la gente se pudre maltratada por enfermedades sin nombre (hasta un 148% de mortalidad infantil en Mozambique);
La brutal deuda exterior de estos países (sólo Malawi debe 23. 335 millones de dólares) les niega el progreso: en Namibia, donde más del 60% de la población es analfabeta, sólo se publican 193 libros al año. En demasiadas ocasiones los presupuestos de defensa superan a los de educación (en Angola, el 34% contra el 4,4% del Producto Interior Bruto).
- En este lado del Paraíso es difícil cruzarse con alguien (en Namibia la densidad de población no llega a dos habitantes por kilómetro cuadrado) y prácticamente imposible que sean ancianos;
- En siete de estos países la esperanza de vida no alcanza los cincuenta años;
Será el Edén, pero es más fácil encontrar un general que un médico, un receptor de televisión que un niño escolarizado en tercer grado, un antílope de cuernos de sable que una farmacia. / J. de A. Adán es judío, cristiano y musulmán CESAR VIDAL El relato de una pareja primigenia cuya desobediencia desencadenó la ruina del género humano cuenta con paralelos en casi todas las culturas de Europa, Oriente, Africa o América.
Sin embargo, el de Adán y Eva queda circunscrita a las tres grandes religiones monoteístas de la actualidad. Judaísmo La historia de Adán y Eva aparece recogida en los capítulos 1-4 del Génesis, el primer libro de la Biblia.
Aunque se ha repetido en numerosas ocasiones que el Génesis es tributario de distintas obras mesopotámicas, lo cierto es que el relato bíblico presenta notables peculiaridades. Por ejemplo, a diferencia del mito mesopotámico, Adán no es creado para aliviar a los dioses de sus trabajos sino por un solo Dios y para regir la creación.
- Colocado por Dios en el jardín o huerto del Edén, entre el Tigris y el Eufrates, Adán da nombre a los animales;
- Pronto es consciente de su soledad, y entonces Dios lo sume en un sopor que aprovecha para sacar de su costado a una mujer, Eva;
Incitados por la diabólica serpiente, Adán y Eva quebrantan la prohibición divina de comer la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal. En castigo, ambos son expulsados por Dios del jardín del Edén, enferman y mueren. Este relato fue objeto de repetidas interpretaciones por el judaísmo postbíblico.
Por ejemplo, se subrayó que Eva no había sido concebida por Dios como un ser inferior -y de ahí que no la sacara de los pies de Adán- ni como uno superior y de ahí que no la extrajera de la cabeza, sino como una compañera nacida del lugar del corazón.
Aunque se sostuvo en algún momento un equivalente a la doctrina del pecado original, finalmente se optó por rechazarla. Cristianismo El cristianismo aceptó como plenamente verídico el relato del Génesis. El Nuevo Testamento afirma que Adán trajo la condenación a la Humanidad por su acto de desobediencia, pero que Cristo, mediante su sacrificio en la cruz, ofrece a ésta la posibilidad de salvarse.
- Los escritos neotestamentarios también atribuyeron al pecado de Adán y Eva consecuencias cósmicas ya que había alterado la creación, una catástrofe que sólo podría ser completamente remediada con la futura Parusía de Cristo;
Esta visión fue mantenida por el cristianismo posterior aunque añadiéndole elementos durante el Medievo que desvirtuaron gravemente el sentido original. Por ejemplo, se asoció el pecado con el sexo (algo imposible dado que Dios había ordenado a Adán y Eva que crecieran y se multiplicaran), se prescribieron remedios sacramentales contra el mismo o se cargaron las tintas contra la mujer culpándola casi en exclusiva de la caída.
- Islam El Corán presenta acusadas diferencias con el relato del Génesis;
- Así, el Edén, lejos de estar ubicado entre los ríos Tigris y Eufrates, se sitúa en el cielo; se ordena al Diablo que se postre ante Adán, etc;
Al igual que sucede con otros aspectos de relatos contenidos originalmente en la Biblia y asimilados después por el Islam, son mayores las semejanzas entre éste y algunos movimientos de carácter gnóstico que las relacionadas con el texto inicial. Se rechaza igualmente la idea del pecado original.
.
¿Cuál es el apellido de Adán y Eva?
Cuando Adan y Eva entraron en el paraiso Dios le advirtio a Adan : – Si comes una manzana de este manzano, Perez serás (pereceras). Finalmente Adan y Eva comieron una manzana y a partir de ese momento se llamaron Adan Perez y Eva Perez.
¿Cuándo creó Dios a Eva?
Una nueva investigación descarta que el ancestro común de todas las mujeres existiera antes que el hombre. El «Adán y Eva mitocondrial» vivieron casi al mismo tiempo – 02/08/2013 Actualizado 05/08/2013 a las 01:38h. ¿Quién fue primero? ¿el hombre o la mujer? La Biblia enseña que Dios creó el mundo en seis días y al sexto día al hombre y después, a la mujer.
- La ciencia lo explica de otra forma: nuestro ancestro común femenino más reciente fue una mujer africana, la llamada «Eva mitocondrial» y ella llegó primero, mucho antes que el hombre;
- Los últimos estudios genéticos sobre evolución humana concluían que Eva tuvo que esperar a su Adán unos 84;
000 años. Pero ahora dos nuevas investigaciones vuelven a cambiar la historia de la evolución humana. No le dan la razón al Libro del Génesis, pero se acercan un poco más. Concluyen que los antepasados que pasaron su genoma al resto de la Humanidad prácticamente se solaparon durante el tiempo evolutivo.
Lo que aún no cambia es el origen de la Humanidad que sigue localizándose en África oriental, donde se cree que la especie humana actual nació hace unos 143. 000 años. Y desde allí estos humanos modernos colonizaron al resto del mundo.
Los dos trabajos, uno de la Universidad de Standford (Estados Unidos) y otro de investigadores italianos, en Cerdeña, se publican en la revista científica « Science ». Ocho mil años antes Eva no fue la primera, es más, según el trabajo de la Universidad de Standford , Adán llegó un poco antes.
- Sus estimaciones indican que el hombre llegó hace 120;
- 000 y 156;
- 000 años y entre 99;
- 000 y 148;
- 000 años para la mujer;
- Los cálculos anteriores hablaban de entre 50;
- 000 y 115;
- 000 años atrás para el ancestro masculino;
«Habría una diferencia de 8. 000 años, pero ese tiempo no es significativo en la evolución humana por eso nuestra conclusión es que tanto la Eva como el Adán mitocondrial surgieron casi al mismo tiempo. Nuestra investigación muestra que no hay diferencia», explica a ABC Carlos Bustamante , profesor de Genética de la Universidad de Stanford y autor de una de las investigaciones.
- Bustamante insiste en que el trabajo no cambia, todavía, el curso de la historia evolutiva del hombre;
- Que coexistieran los dos sexos lo que nos dice es que la evolución humana ha sido bastante complicada;
«Cuanto más conocemos de la diversidad genética humana, más reconocemos que aún sabemos poco de la prehistoria y cómo llegó el hombre a colonizar el mundo», dice. Los expertos en evolución humana utilizan la genética para explorar el pasado de la humanidad.
- Lo hacen estudiando los genes mitocondriales que son los que se transmiten intactos, sin mezclas de madres a hijas, y los genes del cromosoma Y, que se pasan del padre a los hijos;
- De esta forma intentan reconstruir el árbol genealógico de la humanidad y para denominar al ancestro común recurren a los nombres bíblicos «Adán» y «Eva» al que añaden el apellido «mitocondrial»;
A pesar de utilizar el nombre bíblico, es muy poco probable que fueran el único hombre y la única mujer con vida en el momento o los únicos que hoy tienen descendientes. El Adán y Eva mitocondriales fueron aquéllos que lograron trasladar con éxito el cromosoma Y y el genoma mitocondrial a la mayoría de los humanos actuales en un proceso de selección natural.
En su investigación los científicos de la Universidad de Stanford estudiaron las secuencias del cromosoma Y entre 69 hombres en nueve zonas diferentes del globo, en Namibia, República Democrática del Congo, Gabón, Argelia, Pakistán, Camboya, Siberia y México.
Construyeron un árbol genealógico que también ha permitido conocer mejor las relaciones entre las poblaciones de nuestros antepasados que se expandieron desde África hacia el continente europeo y Asia..
¿Dónde murió Adán y Eva?
Imagen Adán y Eva fueron los primeros hijos del Padre Celestial que vivieron en la tierra. Vivían en el hermoso Jardín de Edén, rodeados de todo tipo de plantas y árboles. Dios nuestro Padre Celestial y el Señor Jesucristo los visitaban y hablaban con ellos. Génesis 2:8–9 ; 3:8 ; Moisés 3:8–9 ; Abraham 5:8, 14–19 Imagen Dios les permitió comer del fruto de todos los árboles menos de uno. Si comían del árbol de la ciencia del bien y del mal, tendrían que abandonar el jardín y con el tiempo morirían. Satanás mintió a Adán y a Eva. Satanás dijo que si comían del fruto, conocerían el bien y el mal pero no morirían. Génesis 2:16–17 ; 3:1–5 ; Moisés 3:9 ; 4:6–11 ; Abraham 5:9 , 12–13 Imagen Eva eligió comer del fruto. Génesis 3:5–6 ; Moisés 4:12 Imagen Eva le dio a Adán del fruto. Él también eligió comer de él. Génesis 3:6–7 ; Moisés 4:12 Imagen Dios y el Señor los visitaron, pero Adán y Eva tuvieron miedo y se escondieron. Dios preguntó si habían comido del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Génesis 3:8–13 ; Moisés 4:13–14 Imagen Adán y Eva dijeron a Dios que habían elegido comer del fruto. Debido a su elección, tuvieron que salir del Jardín de Edén. Fueron separados de Dios, pero Él tenía un plan para ellos. Ahora distinguían el bien del mal y podían tener hijos. Génesis 3:16–24 ; Moisés 4:15–31 Imagen Adán y Eva prometieron obedecer todos los mandamientos de Dios. Se les enseñó a hacer sacrificios de animales. A medida que obedecían, aprendieron más acerca del Hijo de Dios, Jesucristo. Los dos sintieron gran gozo porque Él ayudaría a la familia de ellos a regresar a Dios. Génesis 3:23 ; Moisés 5:1–12.
¿Quién fue el primer hombre en la tierra según la Biblia?
Full Text: El relato bíblico de la creación del hombre y la mujer es una parábola, un relato imaginario que pretende dejar una enseñanza a la gente. A la Biblia no le interesa contar “cómo” apareció el hombre sobre la tierra –esta es una tarea de los científicos–, sino “de dónde” apareció.
Y su respuesta es: de las manos de Dios. Según la Biblia, Dios formó a Adán, el primer hombre, con barro del suelo. De una costilla suya hizo a Era, su mujer. Y luego los colocó en medio de un paraíso fantástico.
Ambos vivían desnudos sin avergonzarse, y Dios, por las tardes, solía bajar a visitarlos y a charlar con ellos (Génesis 2). Esta historia, que nos entusiasmaba cuando éramos niños, nos pone en señas dificultades ahora que somos grandes. La ciencia moderna ha demostrado que el hombre ha ido evolucionando a partir de seres inferiores, desde el Australopitecus, hace unos tres millones de años, pasando por el Horno erectus, el Horno habilis y el Horno sapiens, hasta llegar al hombre actual.
- Hoy sabemos, pues, que el hombre no fue formado ni de barro ni de una costilla; que al principio no hubo una sola pareja sino varias; y que los primeros hombres eran primitivos, no dotados de sabiduría ni perfección;
¿Por qué la Biblia relata de esta manera la creación del hombre y de la mujer? Sencillamente porque se trata de una parábola, de un relato imaginario que pretende dejar una enseñanza a la gente. Lo compuso un anónimo catequista hebreo, a quien los estudiosos llaman el “yahvista”, alrededor del siglo X a.
En aquel tiempo no se tenía ni idea de la teoría de la evolución. Pero como su propósito no era el de dar una explicación científica sobre el origen del hombre sino el de proveer un acercamiento religioso a él, eligió esta narración en la cual cada uno de los detalles tiene un mensaje religioso, según la mentalidad de aquella época.
Trataremos ahora de averiguar qué quiso enseñamos el autor con este relato. UN DIOS ALFARERO El primer detalle que llama la atención es que el texto afirme que el hombre fue creado del barro. Dice el Génesis que en el principio, cuando la tierra era aún un inmenso desierto, “Yahvé Dios amasó al hombre con polvo del suelo, y sopló sobre sus narices aliento de vida; y resultó el hombre un ser vivo” (v.
- 7);
- Para entender esto, hay que tener en cuenta que a los antiguos siempre les había llamado la atención ver que poco tiempo después de muerta una persona, se convertía en polvo;
- Esta observación les llevó a imaginar que el cuerpo humano estaba fundamentalmente hecho de polvo;
La idea se extendió por todo el mundo oriental, a tal punto que la encontramos manifiesta en la tradición de una mayoría de pueblos. Los babilonios, por ejemplo, contaban cómo sus dioses habían amasado con barro a los hombres; y los egipcios representaron en las paredes de sus templos a la divinidad amasando con arcilla al faraón.
Griegos y romanos compartían igualmente esta opinión. Cuando el escritor sagrado quiso contar el origen del hombre, se basó en aquella misma creencia popular, pero agregó una novedad a su relato: el ser humano no es únicamente polvo: posee en su interior una chispa de vida que lo distingue de todos los demás seres vivos, porque al venirle de Dios, lo convierte en sagrado.
Y no sólo sucede esto al rey o al faraón, sino también al hombre de la calle. Eso quiso decir cuando contó que Dios “le sopló en la nariz”. Empezaba así a revolucionarse la concepción antropológica de la época. La imagen de un Dios alfarero, de rodillas en el suelo amasando barro con sus manos y soplando en las narices de un muñeco, puede resultarnos algo extraña.
- Sin embargo, en la mentalidad de aquella época era todo un homenaje para Dios;
- En efecto, de todas las profesiones conocidas en la sociedad de entonces, la más digna, la más grandiosa y perfecta era la del alfarero;
Impresionaba ver a ese hombre que, con un poco de arcilla sin valor, era capaz de moldear y de crear con gran maestría preciosos objetos: vajillas, vasos refinados y exquisitos utensilios. El yahvista, sin pretender enseñar científicamente cómo fue el origen del hombre, puesto que no lo sabía, quiso indicar algo más profundo: que todo hombre, quienquiera que sea, es una obra directa y especialísima de Dios.
- No es un animal más de la creación, sino un ser superior, misterioso, sagrado e inmensamente grande, porque Dios en persona se tomó el trabajo de hacerlo;
- La imagen de Dios Alfarero quedó consagrada en la Biblia como una de las mejor logradas;
Y a lo largo de los siglos reaparecerá muchas veces para indicar la extrema fragilidad del hombre y su total dependencia de Dios, como en la célebre frase de Jeremías. “Como barro en las manos del alfarero, así son ustedes en mis manos, dice el Señor” (18, 6).
LA SOLEDAD DEL HOMBRE A continuación aparece en el relato una serie de pormenores curiosos y muy interesantes. Dice que Dios colocó al hombre que había creado en un maravilloso jardín, lleno de árboles que le darían sombra y lo proveerían de sabrosas frutas (v.
9). El agua sobreabundaba en ese jardín, ya que estaba regado por un inmenso río, con cuatro grandes brazos. Como la vida de los lectores de aquella época transcurría en terrenos desérticos donde el agua resultaba tan difícil de conseguir, semejante descripción despertaba sus apetencias y daba una imagen perfecta de la felicidad que ellos habrían deseado gozar.
- Pero de repente el relato se detiene;
- Algo parece haber salido mal;
- Dios mismo presiente que no es muy bueno lo que ha hecho: “No es bueno que el hombre esté solo” (v;
- 18);
- Aun a pesar de todo el derroche de creación que desplegó, su criatura está solitaria y sin poder colmar sus expectativas;
Lo ha rodeado de lujos y bienestar, pero el hombre no tiene a nadie con quien relacionarse. Ante esta circunstancia, dice d Génesis, Dios busca corregir la falla mediante una nueva intervención suya. Con gran generosidad crea todo tipo de animales, los del campo y las aves del cielo, y se los presenta al hombre para que ponga a cada uno un nombre y le sirvan de compañía (v.
19). Sin embargo, no encuentra un compañero adecuado para el hombre. Tampoco los animales resultan una compañía ideal para él (v. 20). ¿Dios se ha equivocado de nuevo? Luego de reflexionar, intentará subsanar su segunda equivocación mediante una obra definitiva: “Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, d cual se durmió.
Le quitó una de las costillas, y rellenó el vacío con carne. De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Será llamada varona porque del varón ha sido tomada” (v. Estas ingenuas y pueriles escenas que presentan a Dios aparentemente equivocándose y sin terminar de complacer los gustos del hombre, en verdad encierran tres profundas enseñanzas. La primera: que la soledad del hombre no es buena. Que no ha sido creado como un ser autónomo y autosuficiente, sino necesitado de los demás, de otras personas que lo complementen en su vida, sin ellas el mismo hombre “no es bueno”. Con aquel hipotético y solitario Adán, el autor quiso denunciar que la primera y principal amargura del ser humano es su falta de compañía, su vida aislada, sin ser compartida con nadie.
- 21-23);
- Finalmente, Dios tiene éxito;
- Puede sonreír satisfecho porque ahora sí ha conseguido un buen resultado;
- El hombre encontró su felicidad con la presencia de la mujer;
- La segunda enseñanza está en la frase que dice que en los animales Adán “no encontró una ayuda adecuada”;
Quiso advertir con ella que los animales no están al mismo nivel del hombre; que no tienen su misma naturaleza; y por lo tanto no estaba bien que este se relacionara con aquellos como lo hacía con las personas. La tercera enseñanza pretende explicar que está bien para el hombre dejar a su padre y a su madre, afectos tan sólidos y estables en aquella época, para unirse a una mujer.
Porque esa misteriosa tendencia que todo hombre siente hacia ella la puso Dios, y sólo con ella el hombre encuentra su plenitud. Es el primer canto de la Biblia al amor conyugal. Otro detalle fascinante es el profundo sueño que Dios hizo caer sobre Adán antes de crear a la mujer.
Muchos lo interpretan como una especie de anestesia preparatoria, ya que Dios está por intervenir quirúrgicamente a Adán para extraerle una costilla, y quiere primero volverlo insensible. Pero nuestro autor entendía muy poco de medicina y sería un desatino imaginario aquí anticipándose en tantos siglos a esta práctica de la cirugía moderna.
- Más bien el sueño de Adán tiene que ver con la concepción que el autor tenía de la acción creadora;
- Crear es el secreto de Dios;
- Solo Dios lo conoce y solo Él sabe hacerlo;
- El hombre no puede presenciar el acto de creación de Dios;
Por eso duerme cuando Dios crea. Al despertar, no sabe nada de lo que ha pasado. La mujer recién creada, tampoco porque cuando se da cuenta de que existe, ya ha sido formada. Con esta escena la narración advierte que la actuación de Dios en el mundo es invisible para los ojos humanos.
Solo quien tiene fe puede descubrirla. Nadie logra contemplar a Dios que pasa por su vida, si está dormido y no despierta a la fe. UN HOMBRE Y UNA MUJER Pero el momento culminante de la narración y de alguna manera el centro de todo el relato, lo constituye el detalle de la mujer formada de la costilla de Adán.
Nuestro autor emplea aquí una bellísima imagen para dejar a los lectores una lección grandiosa. Para crear a la mujer, Dios no tomó un hueso de la cabeza del hombre, pues ella no está destinada a mandar en el hogar; pero tampoco la hizo del hueso del pie, porque no está llamada a ser servidora del hombre.
- Al decir que la crea de su costilla, es decir, de su costado, la coloca a la misma altura que el varón, en su mismo nivel y con idéntica dignidad;
- Tal atrevimiento de declarar a la mujer semejante al varón, debió de haber irritado enormemente a sus contemporáneos, y sin duda constituyó una idea revolucionaria en su época;
El relato termina con un último detalle sugestivo: “Los dos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban el uno del otro” (v. 25). Más adelante, cuando se desate el drama del pecado original sobre Adán y Eva, dirá: “Entonces se les abrieron a ambos los ojos y se dieron cuenta de que estaban desnudos” (3, 7).
Esta alusión alimentó la imaginación de millones de lectores a lo largo de los siglos, y llevó a pensar que el pecado original tenía que ver con el sexo. Pero en realidad el autor con esta observación solo buscaba transmitir un último mensaje a sus lectores, basado en la experiencia cotidiana.
En ella veía cómo los niños pequeños andaban desnudos sin avergonzarse. En cambio al entrar en la pubertad, percibían su desnudez y se cubrían. Ahora bien, esa época coincidía con la edad en la que todos toman conciencia del bien y del mal, y son responsables de sus actos.
El yahvista quiso decir que toda persona, al entrar en la adultez, es pecadora, y por lo tanto responsable de las desgracias que existen en la sociedad. Nadie puede considerarse inocente frente al mal que lo rodea, ni puede decir: “yo no tengo nada que ver”.
Por eso todos sienten vergüenza de su desnudez. El autor buscó, así, establecer un vínculo entre la condición de pecador de todo hombre, y el fenómeno universalmente percibido de la desnudez (frecuente, además, en aquella época por el tipo de túnicas cortas que usaban los hombres).
Esta vergüenza les debía servir como recordatorio de sus pecados. La Biblia no enseña cómo fue el origen real del hombre y de la mujer, porque el escritor sagrado no lo sabía. Pero, como vimos, tampoco le interesa contar “cómo” apareció el hombre sobre la tierra, sino “de dónde” apareció.
Y su respuesta es: de las manos de Dios. El “cómo” deben explicarlo los científicos. El “de dónde” lo responderá la Biblia. Y a medida que pase el tiempo, los científicos podrán ir cambiando sus respuestas sobre “cómo” fue la aparición del hombre (si existió desde siempre como es hoy, si evolucionó de seres primitivos, si sus primeras partículas provienen de otras galaxias, etc.
- La Biblia, en cambio, nunca cambiará su respuesta a “de dónde”: de las manos de Dios, que estuvo dirigiendo ese proceso;
- Por esto no debemos temer que aparezcan nuevas visiones científicas;
- Porque la Biblia mantendrá invariable su mensaje: el hombre, frágil criatura de barro, es la obra maestra de Dios;
Todo hombre es sagrado e irrepetible porque tiene un “soplo” de Dios. Él es el rey y el responsable de la creación. Y la mujer participa de la misma grandeza, jerarquía y dignidad que él..
¿Por qué Dios hizo que Adán se quedará profundamente dormido?
Introducción El relato bíblico del origen del hombre ha sido ampliamente tratado por la tradición judía así como también por la parádosis cristiana. Un elemento de este mito llamó poderosamente la atención a los primeros cristianos, quienes ensayaron interesantes especulaciones en torno a él.
- Se trata del sueño que, según el relato sagrado, Dios infundió en el prístino Adán para formar a la primera mujer;
- Muy lejos de agotarse en una mera erudición historiográfica, el estudio pormenorizado de tales consideraciones permite arrojar luz sobre la valoración que los pensadores cristianos más antiguos tuvieron por la mujer, por la relación entre el principio masculino y el femenino y por el carácter misterioso del sueño;
Todos estos aspectos convergen en una consideración del hombre que permite elaborar una antropología cristiana de altísimo valor para el debate contemporáneo sobre las relaciones entre el varón y la mujer. Consideraremos en primer lugar los elementos míticos que aparecen en el relato genesíaco del origen del hombre y que resultan indispensables para el tratamiento del tema que nos ocupa.
Posteriormente, estudiaremos el despliegue especulativo que sobre el sueño de Adán aparece en los primeros textos cristianos. El origen del hombre en la tradición oriental Al relato del Génesis según el cual Dios creó al hombre del polvo de la tierra (Gn 2.
7) se le han añadido agregados míticos procedentes de distintas tradiciones. Según el apócrifo cristiano La cueva de los tesoros en su versión siríaca, en la hora primera del sexto día, que es el viernes, Dios formó consejo con todos los órdenes de los seres espirituales y dijo: “Hagamos un hombre a nuestra imagen y semejanza, refiriéndose con esto, con la nun en lugar del alef , a las gloriosas personas del Hijo y del Espíritu”( La cueva de los tesoros , versión siríaca II, 1, en González Casado 2004: 92).
Resulta necesario aclarar que en la conjugación siríaca, la primera persona del plural comienza con la letra nun ( נ ) mientras que la primera del singular lo hace con la alef ( א ). El hecho de que Dios emplee el plural en lugar del singular es interpretado por el autor como una prueba de que es la Trinidad en vez de una sola de sus personas la que llevó a cabo la creación del hombre.
La versión árabe del mismo texto, en cambio, afirma que Dios creó a Adán en la hora tercera del sexto día ( La cueva de los tesoros , versión árabe 9, 3, en González Casado 2004: 313). Por su parte, un texto judío afirma que así como la mujer permanece impura durante treinta y tres días después del nacimiento de un hijo varón, la Tierra se mantuvo impura durante treinta y tres generaciones hasta el reinado de Salomón, antes del cual el Santuario de Dios no podía ser edificado en Jerusalén (cfr.
- Agudat Agadot 77, Horowitz I, 1881: 69);
- Según Filón de Alejandría, Dios no habría utilizado tierra al azar, sino que dispuso de polvo en estado puro para que el hombre pudiera alcanzar la cima de la creación: En segundo lugar, es probable que Dios quisiera moldear esta imagen humana con el supremo celo, no tomando el montón de una parte cualquiera, sino eligiendo el mejor de toda la tierra, el más puro de una materia pura y filtrado al máximo, el que era más apto para la construcción;
En efecto, se fabricó una especie de casa o templo santo del alma racional que iba a llevar la imagen de la más semejante a Dios de las imágenes. (Filón de Alejandría,”La creación del mundo según Moisés”137, traducción de F. Lisi (2009: 147). Como una mujer que mezcla harina con agua y reserva una parte de la masa como una ofrenda halla 1 , Dios hizo que una niebla humedeciese la tierra 2 y luego utilizó un puñado de ella para crear al hombre, quien se convirtió así en la primera ofrenda halla del mundo.
- Como era hijo de Adama , ‘tierra’, el hombre se llamó a sí mismo Adán en reconocimiento de su origen, o tal vez a la tierra se la llamó Adama en honor de su hijo; pero algunos derivan su nombre de adom , ‘rojo’, recordando que fue formado con arcilla roja encontrada en Hebrón, en el Campo Damasceno, cerca de la cueva de Macpela en la que Abraham sepultó a Sara 3;
Respecto del modo en que Dios dispuso del material para formar a Adán, existen distintas versiones que resultan interesantes por su interferencia con la concepción de la salud sostenida por los judíos. Una de ellas afirma que Dios ordenó al Arcángel Miguel:”Tráeme polvo del lugar de mi Santuario”, es decir, el monte Moriá en el que Abraham fue bendecido por haber estado dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac.
De este modo, Dios reunió el polvo en el hueco de su mano y formó con él a Adán, vinculando así a la humanidad con lazos naturales a la montaña sagrada, el ombligo de la Tierra y sitio preciso en el que se levantaba el Santuario de Dios.
Él habría utilizado dos clases de polvo para la creación de Adán: uno recogido en el monte Moriá y otro tomado de los cuatro rincones de la Tierra y humedecido con el agua de todos los mares y ríos. Para asegurar la salud de Adán, utilizó polvo masculino y tierra femenina.
- De allí que el nombre ‘Adán’ revele los elementos formativos de su estructura, pues las tres letras hebreas אדם indican epher , ‘polvo’, dam , ‘sangre’ y marah , ‘hiel’;
- Si alguno de los tres no se halla presente en la misma medida que los demás, el hombre enferma y muere;
Otra versión sostiene que si bien Dios no se ocupó de buscar por Él mismo el polvo primordial y en su lugar envió a Miguel al monte Moriá y a Gabriel a los cuatro rincones del mundo, la Tierra se opuso sabiendo que sería maldita por causa de Adán. En consecuencia, Dios tendió Su mano 4.
La versión siríaca de La cueva de los tesoros afirma que los ángeles de Dios vieron Su mano derecha tendida a través del mundo y observaron cómo Él tomaba un polvo, pequeño como un grano, de toda la tierra, una gota de agua de todas las aguas del universo, un poco de viento de todo el aire y un poco de calor de todo el fuego, los reunió en el hueco de su mano y creó a Adán.
En adelante, todos los elementos del universo que intervinieron en su constitución se le someterían (cfr. La cueva de los tesoros , versión siríaca, II. 7-12; p. 92; versión árabe, 9. 6; p. 313). Otros relatos insisten en que el polvo para el cuerpo de Adán fue llevado desde Babilonia, el destinado a la cabeza fue tomado de Israel, el de las nalgas fue sacado de la fortaleza babilónica de Agma, y el de sus miembros fue tomado de otras regiones ( Baba Sanhedrin , opúsculo sobre el Talmud babilónico y el palestino , 38 a-b, citado por Graves- Patai 1969: 68).
- Por su parte, los diversos colores de las razas dan cuenta de las diferentes clases de polvo;
- Así, por ejemplo, el rojo formó su carne y su sangre; el negro, sus entrañas, el blanco, sus huesos y tendones y el verde oliva, su piel 5;
Ciertos musulmanes, en cambio, relatan que los ángeles Gabriel, Miguel, Israfil y Azrael llevaron polvo de los cuatro rincones del mundo y con él creó Alá el cuerpo de Adán; para formar su cabeza y corazón Alá eligió polvo de un lugar de La Meca donde más tarde se erigió la Santa Kaaba, pues La Meca es el ombligo del mundo para los musulmanes, como el monte Moriá lo era para los hebreos y Delfos para los griegos.
Al emplear polvo de todos los rincones del mundo, Dios aseguró que cualquiera que fuese la región de la Tierra en que muriesen los descendientes de Adán, esta los recibiría de nuevo. Una significativa tradición judía enseña que, apenas creado, Adán era una especie de terrón postrado que se extendía inmóvil a través del mundo, a pesar de lo cual podía contemplar la obra de la creación 6.
Esta condición inicial del primer hombre en estado de impotencia nos permite empalmar estos mitos con las primeras tesis cristianas acerca del sueño de Adán. El sueño de Adán en textos cristianos La situación de Adán recién salido de la plásis divina, incapaz de erguirse por sí mismo y postrado en la tierra, es ingeniosamente utilizada en ciertos tratados cristianos de inspiración gnóstica para introducir sus teorías sobre el sueño en el que aquel fue sumido.
- El pasaje bíblico en torno del cual ha de construirse el mito gnóstico del origen de Eva a partir del sueño de Adán según los matices propios de cada secta, dice: Se dijo luego Yahvé Dios;
- ´No es bueno que el hombre esté solo;
Voy a hacerle una ayuda adecuada. Y Yahvé Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.
- Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió;
- Le quitó una de las costillas y rellenó el vacío con carne;
- De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre;
Entonces este exclamó: ´Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer 7 porque del varón ha sido tomada (Gn 2. 18-23). Consideraremos en primer término el modo en que los gnósticos ofitas interpretan este pasaje, según la recensión de San Ireneo.
Seguidamente, estudiaremos el tema en los documentos del Códice II de Nag Hammadi, que presentan una indudable afinidad en lo tocante a la exégesis del mito antropogónico. Ofitas de San Ireneo El Obispo de Lyon considera que los ofitas son los precursores de los valentinianos 8 y describe sus doctrinas en Contra los herejes I, 30.
En el ambiente intelectual de los dos primeros siglos estaba vigente la interpretación de Filón de Alejandría sobre Gn 2. 21, que parece anticiparse a las premisas de la hermenéutica gnóstica: Dicho esto, es preciso aplicar ajustadamente la expresión:”Dios echó encima un éxtasis sobre Adán, y se durmió”(Gn 2.
- 21);
- Correcto, pues el sueño es el éxtasis y el cambio del intelecto;
- Sale de sí 9 cuando no emprende reflexiones que se le echan encima;
- Cuando no produce, duerme;
- Es correcto decir que está en éxtasis [;
- ]”Tomó una de sus costillas”(Gn 2;
21). Tomó una de las muchas potencias, la sensorial. “Tomó”no debe entenderse como que la sacó, sino como que la registró, la clasificó [. ] ¿Qué es, pues, lo que quiere demostrar? Sensibilidad se entiende de dos maneras: una como disposición, que existe aun cuando estamos dormidos, otra en acto.
De la primera, como disposición, no deviene ningún beneficio, pues con ella no aprehendemos nada de los objetos. De la segunda, de la sensibilidad en acto, sí, porque a través de ella ejercitamos la aprehensión de las cosas sensibles.
Habiendo creado la primera, la sensibilidad como capacidad, cuando creó también el intelecto -que construyó junto con muchas potencias en reposo- ahora quiere terminar de darle forma en acto. La constituye en acto toda vez que como disposición adquiere movimiento y se extiende hasta la carne y los órganos de los sentidos.
Como la naturaleza se realiza a partir del esperma en movimiento, así el acto, de la disposición movilizada. “Y rellenó con carne en su lugar” (Gn 2. 21), es decir, completó la sensibilidad según una cierta aptitud que conduce hacia el acto y la extiende a la carne y a todo lo visible.
Por eso agrega que”construyó una mujer”(Gn 2. 22), a partir de lo cual establece que el nombre más apropiado y exacto de la sensibilidad es ´mujer´. Así como el varón se manifiesta en el actuar y la mujer en el sentir, del mismo modo se compara el intelecto con la acción y la sensibilidad, a manera de mujer, con el padecer (Filón de Alejandría, Alegorías de las leyes 2.
- 25-39, traducción de M;
- Alesso 2009: 213-214);
- El par filoniano intelecto/sensibilidad guarda un notable paralelismo con dos elementos de la enseñanza que los ofitas de San Ireneo elaboran en base a ese texto de la Escritura;
Sostienen que el cuerpo de Adán estaba dotado de una inmensa longitud y anchura, y solo podía arrastrarse sobre la tierra 10. Los Arcontes lo llevaron ante su padre Jaldabaot (el Demiurgo) para que le infundiera aliento y lo pusiera en pie. Según Gn 2. 7, Jaldabaot infundió su aliento pero, sin saberlo, emitió además el espíritu que poseía en su interior, obedeciendo así a los designios de Sophía.
- De este modo, Adán se puso de pie y Jaldabaot quedó despojado del espíritu, que le fue transferido al hombre;
- El primer acto en la vida de Adán consiste en una plegaria al Padre o Primer Ánthropos, dejando de lado a quienes lo plasmaron, es decir, Jaldabaot y los Arcontes, con lo cual despertó la envidia del primero (cfr;
Ireneo, Contra los herejes I. 30. 7). Como consecuencia de aquella plegaria, el Demiurgo Jaldabaot advierte que Adán está en posesión del Intelecto y se lo quiere arrebatar sacando del Deseo o Enthýmesis de Adán, a la mujer. El sueño no es mencionado aquí como el medio por el cual el Demiurgo procedió contra Adán, pero se encuentra implícito en el texto.
- En su origen, Adán había recibido de Jaldabaot la Enthýmesis o sensibilidad, que otros denominan αἴσθησις y, por parte de Sophía -con ignorancia del Demiurgo pero por medio de él- el Intelecto o Νοῦς;
La Enthýmesis representa la facultad sensorial propia del individuo dominado por las pasiones, de naturaleza más elevada que el limo modelado por los Arcontes y consustancial con la naturaleza de Jaldabaot. El Noûs , por su parte, es el elemento venido de la Luz ( humectatio luminis ) y constituye la facultad espiritual peculiar del hombre divino.
- Ambos elementos se hallaban unidos en el primer hombre, pero con la Enthýmesis subordinada al Noûs;
- Tal dominio del Intelecto sobre la sensibilidad se manifestó en la plegaria elevada por Adán;
- La envidia del Demiurgo intentó romper esta armonía y sujeción jerárquica de una facultad a la otra;
Como la Enthýmesis de Adán provenía de él, el Demiurgo podía manipularla en orden a separarla del Intelecto. De este modo surgió Eva como sensibilidad subsistente, separada y no sometida al Noûs , mientras que Adán quedó reducido a mero Intelecto sin sensibilidad, como Varón sin Hembra ni dominio sobre el elemento femenino.
- Una vez rota la unidad, quedaron dos realidades humanas separadas: por un lado, Adán, con solo Noûs orientado hacia el Padre; por otro, Eva, sensibilidad pura dirigida hacia la materia;
- Los Arcontes se enamoraron de Eva, expresión de la vida de los sentidos, y no encontraron obstáculo en poseerla ya que ella, sensibilidad pura, accedió a sus intentos;
Adán, por su parte, permaneció apartado del pecado de los Arcontes, pero expuesto a sucumbir a la sensualidad de la mujer, apartarse así de la adoración al Primer Ánthropos e incurrir en el primer pecado, pues así como la sensibilidad en Eva cedió a los halagos de los Arcontes, el Intelecto en Adán cederá a la sugestión de la sensibilidad, dará lugar a la aparición del pecado y, con él, de la misma muerte.
En la teología de los ofitas, los elementos masculino y femenino están impostados en el Intelecto y la sensibilidad, el Noûs y la Enthýmesis , respectivamente. A pesar de que el sueño de Adán no se menciona, adquiere un lugar central en este mito ya que se trata del instrumento por el cual la mujer se desprende del hombre con absoluta autonomía, lo cual es el reflejo externo de la ruptura interior del equilibrio entre el Noûs y la Enthýmesis.
Este relato permite apreciar la intuición anticipada de Filón y resaltar la diferencia entre el estado perfecto del hombre caracterizado por la androginia propia de los dos elementos, y el carácter separado e imperfecto de la mujer. El Códice II de Nag Hammadi Este Códice contiene los siguientes documentos: Apócrifo de Juan (versión larga), Evangelio de Tomás , Evangelio de Felipe , Hipóstasis de los Arcontes , Sobre el origen del mundo (primera copia), Exposición sobre el alma y el Libro de Tomás el Atleta.
- Analizaremos el tema en cuatro de ellos en virtud de su semejanza y en función de los detalles que aportan para completar el estudio del mito 11;
- Apócrifo de Juan (NHC II 1) Si bien su contenido se conocía desde el siglo II, como lo demuestra la utilización que Ireneo hace de él, es preciso aclarar que la cuestión del sueño de Adán está incluida en todas las recensiones conocidas del libro, excepto en la de Contra los herejes I;
29. El párrafo que revela el sentido oculto de la desobediencia de los mandatos del Demiurgo y de la causa de la expulsión del Paraíso, introduce de esta manera el tema del sueño: [. ] y el primer arconte (Jaldabaot) supo que [Eva] no le obedecería, porque es más inteligente que él y quiso que expulsara la potencia que le fue facilitada por él y echó un sueño [copto: bsě ) sobre él.
- Yo [Juan el Apóstol] le dije: ´Cristo, ¿qué es el sueño?´;
- Y él respondió: ´No es como dijo Moisés: ´lo hizo dormir´ (Gn 2;
- 21), sino que cubrió su sensibilidad [ αἴσθησις ] con un velo y lo entorpeció con insensibilidad [ παραίσθησις ];
Porque sin duda él [Jaldabaot] ha dicho por el profeta: ´Entorpeceré los oídos de sus corazones para que no comprendan y no vean (Is. 6, 10). Entonces, la Reflexión [ Epínoia ] luminosa se ocultó en Adán y en su deseo el primer arconte quiso sacarla por la costilla, pero la Reflexión luminosa es inalcanzable.
Aunque la oscuridad la perseguía, no la podía atrapar (Jn. 1, 5). Él quiso sacar parte de la potencia de Adán, para hacer una obra de nuevo bajo forma de mujer. (La) hizo aparecer ante él. No según ha dicho Moisés: ´Tomó una costilla y creó a la mujer además de él´ (Gn.
2, 21-22). De inmediato Adán quedó sobrio [nhvfein] de la embriaguez de la oscuridad. La reflexión luminosa quitó el velo que estaba sobre su intelecto. Enseguida, tan pronto como conoció él su esencia [ οὐσία ], dijo: ´Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne´ (Gn.
2, 24). ( Apócrifo (Libro secreto) de Juan 58, 5-60, 5. Versión del Papiro gnóstico berolinense (BG) 8502, en García Bazán 2000: 273 s. El Apócrifo no distingue entre Noûs y Enthýmesis , entre lo que proviene de Sophía y lo que procede del primer arconte, respectivamente.
Este quitó a Adán el uso de los sentidos y le infundió un éxtasis, dejándolo en posesión de la Epínoia. Con la aisthésis o percepción, el primer arconte configuró a la Eva carnal y la presentó ante Adán, quien despertó del sueño en la pureza del Noûs , por el cual reconoció su esencia, el alma sensible que salió de él y que se le hacía presente en forma femenina.
Entonces, profirió las palabras de Gn. 2, 24. Pero la primera intención de Jaldabaot al infundir el sueño no consiste en presentar una mujer a Adán, sino en romper la unidad de los principios masculino y femenino reunidos en el hombre andrógino.
Se aprecia la semejanza con la teología de los ofitas, lo que permite deducir que ambos relatos interpretan el texto sagrado relativo al sueño de Adán como una explicación de la pérdida de la unidad originaria en el hombre y la dispersión sufrida tanto por su parte divina como por la terrena, lo que traerá aparejado el pecado y la muerte.
Hipóstasis de los Arcontes (NHC II 4) Es muy probable que este tratado derive de una fuente común al Apócrifo de Juan y a Sobre el origen del mundo , que se encuentra a continuación de este. La creación del hombre es explicada a partir de los textos del Génesis interpretados con una técnica midrásica.
El episodio del sueño de Adán es precedido por el relato de su plásis por parte de los Arcontes y el posterior traslado del primer hombre al Paraíso, donde el Demiurgo emite su prohibición de comer del árbol de la ciencia. Pero los Arcontes se lo dicen a Adán, ignorantes de que al hacerlo están cumpliendo con la voluntad del Padre.
Actúan como instrumentos ciegos movidos por una voluntad superior, situación que es puesta en evidencia en varias ocasiones por otro documento gnóstico, el Evangelio de Felipe (NHC II 3), que integra el Códice II y que precede en el orden al tratado que estamos considerando:”Los arcontes pensaban que por su poder y voluntad hacían lo que hacían, mas era el Espíritu Santo el que operaba todo secretamente, a través de ellos, como quería”( Evangelio de Felipe ( EvFlp )55, 14-16 12.
Por su parte, la Hipóstasis de los Arcontes ( HipA ) dice respecto del sueño de Adán: Los arcontes se reunieron en consulta y dijeron: ´Ea, infundamos un letargo sobre Adán. Y se durmió. Ahora bien, el letargo es la ignorancia; (este es el significado) de estas palabras ´Infundámoslo sobre él.
- Y se durmió´;
- Entonces hendieron su costado, que era como una mujer viviente, y luego rellenaron su costado con carne;
- Y Adán pasó a ser enteramente psíquico;
- Y se le acercó la mujer espiritual, habló con él y le dijo: ´Levántate Adán´;
Y cuando la vio, él dijo: ´Tú eres la que me ha dado vida; serás llamada Madre de los Vivientes´. (Queriendo significar) ´Ella es mi madre, ella es la comadrona, y la madre, y la paridora´. Entonces las potestades se acercaron a Adán, pero cuando vieron a su viva semejanza conversando con él entraron en gran agitación y la desearon.
Y se dijeron unos a otros: ´Ea, arrojemos nuestra simiente sobre ella´. Entonces la persiguieron y ella se burló de ellos a causa de su demencia y de su ceguera, y se transformó en árbol ante ellos, y dejó caer delante de ellos su sombra, que es una semejanza de sí misma.
Los arcontes mancillaron abominablemente (a esta sombra) y mancillaron el signo de su voz. (Esto sucedió) a fin de que se condenaran a sí mismos en su hechura y en la semejanza de ella. La espiritual penetró en la serpiente, el instructor. ( HipA 89. 1-31, traducción de J.
Montserrat Torrents (2000: 380). Se describe aquí el origen de la mujer corpórea, que no proviene del limo de la tierra sino de la costilla de Adán, para lo cual los Arcontes instrumentaron un letargo, una especie de velo sobre el intelecto adámico que lo sumió en una agnosia.
Con ello, además de la aparición de la mujer, logran que el hombre retorne del estado pneumático al estado psíquico que poseía antes de que el Espíritu descendiera sobre él, según lo relatado en un pasaje inmediatamente anterior al que expusimos: El Espíritu partió de la tierra adamantina 13 , descendió y habitó en él.
Aquel hombre pasó a ser un alma viviente 14. Y le puso el nombre de Adán puesto que fue hallado arrastrándose sobre la tierra. Una voz surgió de la incorruptibilidad acerca de la ayuda de Adán ( HipA. 88, 13-19, traducción de J.
Montserrat Torrents 2000: 379). En el sentido bíblico, la ‘ayuda’de Adán se refiere a Eva, pero en la rectificación gnóstica, a la vida espiritual que aquel ha recibido. Los Arcontes lograron su doble propósito por medio del único sueño que se menciona en el tratado, que no obstante guarda silencio acerca de cuánto tiempo permaneció Adán en su nuevo estado psíquico.
- Tampoco dice si reconoció o no a la mujer sensible salida de su costado;
- Para completar el mito antropogónico anunciado por los documentos ya estudiados, se hace necesario recurrir al relato más completo dentro del mismo códice y que permite llenar las lagunas presentes en estos testimonios;
Sobre el origen del mundo ( OgM ) (NHC II 5) Si bien este documento presenta elementos decididamente valentinianos, no es fácil adscribirle un origen particular teniendo en cuenta que, así como guarda una significativa semejanza con la Hipóstasis de los Arcontes , también denota influencias de la mitología y filosofía griegas, de la magia, la astrología e incluso del maniqueísmo.
El texto que nos interesa se expresa de la siguiente manera: Después del día de reposo, Sophía envió a su hija Zoé, la llamada Eva, en calidad de instructora para poner de pie a Adán, ya que este carecía de alma, a fin de que los que iban a ser engendrados por él fueran recipientes de la luz.
Cuando Eva vio al que era su viva semejanza tirado por los suelos, sintió pena por él y dijo: ´Adán, vive, levántate de la tierra´. En un instante su palabra se convirtió en obra y, efectivamente, Adán se levantó y enseguida abrió los ojos. Cuando la vio, dijo: ´Tú serás llamada madre de los vivientes, pues tú me has dado vida´.
- Entonces las potestades se enteraron de que su creatura vivía y andaba erguido, y se trastornaron muchísimo;
- Enviaron siete arcángeles para averiguar qué había sucedido;
- Llegados a donde estaba Adán, cuando vieron que Eva hablaba con él, se dijeron unos a otros: ´¿Qué es esta cosa luminosa? Pues se parece a la semejanza que se nos manifestó en la luz;
Ea, capturémosla y vertamos nuestra simiente en ella, a fin de que quede mancillada y ya no pueda regresar a su luz. Además, los que nazcan de ella quedarán bajo nuestra obediencia. Sin embargo, nada digamos de esto a Adán, pues no procede de nosotros. Antes bien infundamos un letargo en él y durante su sueño hagamos que imagine que ella procede de su costilla, de modo que la mujer le obedezca y él sea su señor´.
Entonces Eva, se burló de su propósito. Puso una niebla en sus ojos y dejó subrepticiamente su semejanza junto a Adán. Eva entró en el árbol del conocimiento y permaneció allí. Ellos la persiguieron, y ella les reveló que había entrado en el árbol y que era un árbol ( OgM 115, 30-116, 29, traducción de J.
Montserrat Torrents 2000: 408-409). A diferencia del Génesis, este relato presenta un primer sueño en el que está sumido Adán como consecuencia de la plásis arcóntica. Como los arcontes fueron incapaces de ponerlo en pie, Adán, en su larga extensión, se arrastra por el suelo.
Eva, quien es anterior a Adán, viene a despertarlo. Se trata aquí de la Eva celeste, independiente en su origen del Adán corpóreo; su nombre es Zoé, Madre de los Vivientes (Gn 3. 20), mujer espiritual y divina nacida de Sophía, cuya misión es entregar la Gnosis al Adán ciego y postrado, plasmado por los arcontes.
Como Instructora de Adán, ella se encargará de erigirlo y dotarlo de vida. De ese modo, podrá engendrar hijos”espirituales”dotados de Gnosis y consustanciales con la naturaleza divina de Sophía, según la ley de la generación homóloga. El ser humano se une con el ser humano; el caballo se une con el caballo; el asno se une con el asno.
Los miembros de un género se unen con sus congéneres. Asimismo, el espíritu se une con el espíritu, y el logos cohabita con el logos , y la luz cohabita con la luz ( EvFlp. 78, 24-30, traducción de F. Bermejo Rubio 1999: 46).
En posesión de la Gnosis otorgada por la Eva Zoé, Adán abrió los ojos y se irguió sobre la tierra, posición que lo habilita para mirar al cielo y alcanzar lo divino, según una concepción muy difundida en la tradición helénica 15. La diferencia con el texto genesíaco radica en que Adán se dirige a Eva como a su propia Madre, a quien le dice precisamente:”Tú serás llamada la Madre de los Vivientes, porque me has dado la Vida”.
A continuación, el relato introduce el segundo sueño de Adán. Aquí se destaca la presencia de una figura femenina que ya existía de antes pero que aún no había intervenido en la escena, a saber, la Eva carnal o hylica , que según los Arcontes debió provenir de la costilla de Adán.
El Demiurgo le infunde entonces un segundo sueño para hacerle creer que la mujer terrena salió de su costilla, y así establecer su superioridad sobre Eva. De este modo, engendraría hijos materiales, susceptibles al dominio de los arcontes. Este segundo sueño devolvería a Adán a la condición material de la que lo había sacado la Eva espiritual.
Según el mito, esta cegó los ojos de los Arcontes y se introdujo en el árbol de la Gnosis. Por lo tanto, cuando los Arcontes abusaron de la Eva carnal creyendo que poseían a la Mujer venida de la luz, y de la cual se habían enamorado al verla conversar con Adán, no lograron su verdadero propósito, ya que fueron engañados por la naturaleza superior de la Eva Zoé.
Por su parte, Adán y Eva espirituales siguieron su camino engendrando hijos de Dios, mientras que Adán y Eva carnales engendraron hijos materiales o de”las tinieblas”. Adán, dotado de espíritu y de plasma, no perdió su condición pneumática y produjo simultáneamente las dos generaciones, la divina y la carnal, junto a la Eva bivalente, también divina y carnal.
Consideraciones finales La rectificación mítica del relato bíblico del sueño de Adán por parte de los gnósticos permite extraer interesantes conclusiones en lo que respecta a la relación entre el principio masculino y el femenino.
La versión que trae Sobre el origen del mundo , destaca la anterioridad jerárquica y cronológica de lo femenino sobre lo masculino en el hombre. Eva Zoé, la espiritual, aparece como madre de Adán antes que esposa y es además la potencia que le permite ponerse en pie y completarse como hombre.
La superioridad pretendida de Adán sobre la Eva carnal salida de su costado, obedece a una estratagema de los Arcontes, quienes a través de un sueño impuesto sobre él lograron persuadirlo de tal dominio.
En la Hipóstasis de los Arcontes el sueño se cumple, mientras que en el primer documento mencionado, el propósito arcóntico perseguido con tal letargo es frustrado por la superioridad de la mujer que viene de la Sabiduría pleromática sobre las potencias del Demiurgo y sobre al Adán plasmado.
En ese sugestivo documento cristiano, el sueño de Adán se presenta de manera bivalente, pues mientras el primero de los letargos -introducido en el mito por fuera del texto canónico- resulta un medio para la recepción de la Gnosis y la consiguiente elevación de Adán a la condición de hombre pneumático , el segundo comporta una suspensión del intelecto o agnosía que devuelve al hombre a una naturaleza inferior y posibilita la aparición de la mujer, principio femenino e imperfecto sobre el cual el dominio masculino quedaría así justificado.
No obstante, se hace preciso considerar el relato desde todos los ángulos que los textos gnósticos lo presentan en el contexto codicológico que consideramos, en el que los distintos tratados se completan entre sí y nos permiten advertir que entre los primeros cristianos, al menos aquellos que pertenecían a ciertas corrientes gnósticas, la figura de lo femenino y por ende de la mujer, alcanzaba un prestigio tal que la elevaba a la misma condición divina y la exaltaba como elemento indispensable para que el hombre alcanzara su estatuto ontológico.
- Se trata nada menos que de la ayuda idónea que lo traslada de la condición psíquica a la pneumática y de la postración en la tierra a la posición erguida que lo distingue de todos los órdenes inferiores de la creación, a la vez que le permite elevar la vista al cielo, su lugar de procedencia;
Notas 1 Cfr. Nm 15. 17-21. Una halla era la”parte del sacerdote en la primicia de vuestra masa”. Pero los rabinos dispusieron que la masa estuviera sujeta a la Ley solo si ascendía a un omer , y que la parte del sacerdote debía ser una duodécima del total, o una vigésima cuarta si se mezclaba en una tahona y no en una vivienda particular.
En Lv 2. 14-16 se describe el ritual de las ofrendas de las primicias, espigas tostadas o pan cocido, acompañadas de aceite e incienso. Uno de sus sentidos puede consistir en una ‘prenda’ o parte pequeña que se quema en el altar y hace pensar al oferente en la totalidad de la cosecha, que le pertenece a Dios.
Cfr. De Vaux (1992: 536). 2 San Agustín, en cambio, sostiene que para pasar del polvo al barro, Dios utilizó agua de la fuente del Paraíso que se menciona en Gn 2. 6:”[. ] cuando creó Dios al hombre [. ] sobradamente lo declaran las palabras del Génesis: ‘Y formó Dios del polvo de la tierra al hombre’, cuya expresión, queriendo algunos interpretarla con más claridad, dijeron: ‘Hizo Dios al hombre del limo o barro de la tierra’, porque había dicho arriba: ‘Subía de la tierra una fuente y regaba toda la faz de la tierra’, como si por eso debiera entenderse el barro que se forma por la humedad y la tierra.
” La ciudad de Dios 13. 24, traducción de S. Santamarta del Río y M. Fuentes Lanero (1978: 53). 3 Cfr. Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos 1, 2, vol. II, traducido por L. Farré (1961: 9). La cuestión sobre el origen de la palabra no ha recibido aún una respuesta definitiva.
La voz ´âdâm , “hombre, hombres”, aparece solo en cananeo (hebreo y literatura post-bíblica, fenicio-púnico y ugarítico) y esporádicamente en semítico meridional (cfr. Jenni-Westermann 1978: 90). Según el Henoc eslavo, basado en un original griego,”el nombre Adán proviene de las iniciales de los cuatro vientos principales; Anatole, Dysis, Arctos y Mesembria”.
El acróstico griego para el nombre de Adán pierde significado al ser traducido al eslavo. El acróstico de Adán en la literatura antigua encuentra su testimonio documental ya a partir del siglo III d. , como puede observarse en los Oráculos Sibilinos 3, 4-6.
Cfr. Libro de los santos secretos de Henoc (Henoc eslavo) 11, 63, traducción de A. de Santos Otero (1982: 178). 4 Una tradición árabe de origen judío enseña que cuando Alá envió primeramente a Gabriel y luego a Miguel en busca del polvo necesario, la Tierra protestó en cada ocasión diciendo:”¡Invoco a Alá contra ti!”.
- Como respuesta, Alá envió al Ángel de la Muerte, quien juró no regresar hasta haber cumplido su tarea;
- La Tierra, temiendo su poder, le permitió recoger polvo blanco, negro y cobrizo, lo que daría lugar al surgimiento de las tres razas de diferentes colores de la humanidad;
5 Cfr. Targum de Jerusalén ( Targum Yer. ), ad Gn. II. 7, traducción parafrásica aramea del Pentateuco, conservada solo en fragmentos y preparada en Palestina entre los siglos I y II, en M. Ginsburger, Fragmentem-Targumim , 1899. El color verde oliva era considerado por los antiguos judíos como la tez ideal.
Un encomio de la belleza de la reina Ester dice que”su piel era verdosa como la corteza de un mirto”, cfr. Megillah (Opúsculo sobre el Talmud babilónico ) 13 a, en Graves-Patai (1969: 70). 6 Cfr. Exodus Rabba 40.
3 (en Graves-Patai 1969: 68). Se trata de un midrash sobre el Éxodo recopilado en hebreo y arameo en el siglo XI, pero que contiene material mucho más antiguo. Se cita capítulo y párrafo de la edición de Vilna 1884-1887. 7 El juego de palabras en Hebreo es evidente: ish , ‘varón’- ishah , ‘mujer’ (literalmente, ‘varona’).
8 “Estas son sus enseñanzas. De ella nació la escuela de Valentín, una fiera de muchas cabezas como la hidra de Lerna”, Ireneo, Contra los herejes I. 30. 15. 9 Se da aquí un juego de palabras entre ‘éxtasis’ ( ἔκστασις ) y ‘salirse de sí’ ( ἐξίστημι ).
10 Cfr. Ireneo, Contra los herejes I. 30. El mito tiene su paralelo en los naasenos de Hipólito ( Refutaciones V, 7, 6) y en otros documentos ( Otzar Midrashim 70s. , 428b; Eldad Hadani 66; Hagorem 40; Sepher Hassidim 200; Genesis Rabba 102, 178). Según la tradición consignada en estos testimonios, el gran tamaño de Adán y su rostro radiante impactaron de tal modo a los ángeles que lo llamaron”el Santo”y volvieron temblando al cielo.
Preguntaron a Dios:”‘¿Puede haber dos poderes divinos, uno aquí y otro en la Tierra?’ Para tranquilizarlos, Dios puso su mano sobre Adán y redujo su estatura en mil codos. Luego, cuando Adán desobedeció a Dios al comer del árbol de la Ciencia, aquel redujo aún más su estatura a cien codos.
Otros ( Sepher Hassidim 290) sostienen que Dios no encogió el cuerpo de Adán, sino que cortó innumerables trozos de su carne. Adán se quejó: ‘¿Por qué me disminuyes?’, a lo que Dios respondió: ‘Tomo solamente para dar de nuevo. Recoge esos trozos y disemínalos por todas partes; donde los arrojes volverán a convertirse en polvo, de modo que tu simiente puede llenar toda la Tierra'”.
- 11 Para el estudio del tema en otros textos gnósticos, remitimos al completísimo estudio de Orbe (1966: 351-394);
- 12 En Piñero, Montserrat Torrents y García Bazán, II (1999: 27);
- Cfr;
- en la misma obra, 59, 18-22:”Los santos son servidos por las potencias malas; pues ellas son cegadas por el Espíritu Santo para que piensen estar asistiendo a un hombre cuando están obrando para los santos;
Por esto (cuando) un discípulo pidió un día al Señor algo del mundo, él le dijo: ´Pide a tu madre, y ella te dará de lo ajeno´”, p. 31. Bibliografía Ediciones y traducciones 1. ALESSO, M. (2009). “Alegorías de las leyes” 1-3 en en Martín, J. (ed. ) Filón de Alejandría.
- Obras completas , vol;
- Madrid: Trotta; 159-301;
- [ Links ] 2;
- BERMEJO RUBIO, F;
- (1999);
- “Evangelio de Felipe (NHC II 3)”en Piñero, A;
- , Montserrat Torrents, J;
- y García Bazán, F;
- (eds;
- Textos gnósticos;
- Biblioteca de Nag Hammadi II: Evangelios, hechos y cartas;
Madrid: Trotta. [ Links ] 3. ESCOBAR, A. (trad. ) (2000). Cicerón. Sobre la naturaleza de los dioses. Madrid: Gredos. [ Links ] 4. FARRÉ, L. (trad. ) (1961). Flavio Josefo. Obras completas , 5 vols. Buenos Aires: Acervo cultural. [ Links ] 5. GARCÍA BAZÁN, F.
(2000). La gnosis eterna. Antología de textos griegos, latinos y coptos I. Madrid: Trotta. [ Links ] 6. GINSBURGER, M. (1889). Das Fragmententhargum (Thargum jeruschalmi zum Pentateuch). Berlin ( Jerusalem 1969).
[ Links ] 7. GIRÓN BLANC, L. (1989). Midrás Éxodo Rabbah I. Biblioteca Midrásica 8. Valencia: Institución San Jerónimo para la investigación bíblica. [ Links ] 8. GONZÁLEZ CASADO, P. (ed. y trad. ) (2004). La cueva de los tesoros. Apócrifos cristianos 5.
- Madrid: Ciudad Nueva;
- [ Links ] 9;
- HOROWITZ, Ch;
- (ed;
- ) (1881);
- Agudat agadot;
- Cobes midrasim quetanim , 1ª;
- Parte;
- Frankfort-on-the-Main (reimp;
- Jerusalén, 1967);
- 10;
- LISI, F;
- (trad;
- ) (2009);
- “La creación del mundo según Moisés”en Martín, J;
(ed. ) Filón de Alejandría. Obras completas , vol. Madrid: Trotta; 95-158. [ Links ] 11. MONTSERRAT TORRENTS, J. ( 2 2002). “La Hipóstasis de los arcontes”en Piñero, A. , Montserrat Torrents, J. y García Bazán, F. (eds. Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi I: Tratados filosóficos y cosmológicos.
- Madrid: Trotta;
- [ Links ] 12;
- ROUSSEAU, A;
- y DOUTRELEAU, L;
- (1979);
- Irénée de Lyon;
- Contre les Hérésies;
- Livre I (SC 263-264), 2 vol;
- Paris: Les Éditions du Cerf;
- [ Links ] 13;
- SANTAMARTA DEL RÍO, S;
- y FUENTES LANERO, M;
(trad. ) ( 3 1978). Obras de San Agustín: La Ciudad de Dios , edición bilingüe, 2 vols. Madrid: BAC. [ Links ] 14. SANTOS OTERO, A. de (1982). “Libro de los secretos de Enoc”en Diez Macho, A. Apócrifos del Antiguo Testamento IV. Madrid: Cristiandad; 147-202. [ Links ] 15.
- WENDLAND, P;
- (1916);
- Hippolitus Werke III: Refutatio omnium haeresiarum;
- Die Griechischen Christlichen Schriftsteller 26;
- Leipzig: Hinrichs;
- [ Links ] Bibiliografía citada 16;
- GRAVES, R;
- y PATAI, R;
- (1969);
- Los mitos hebreos;
El libro del Génesis. Trad. de Luis Echevarri Buenos Aires: Losada. [ Links ] 17. JENNI, E. y WESTERMANN, C. (eds. ) (1978). Diccionario teológico del Antiguo Testamento. Trad. de J. Mugica. Madrid: Cristiandad. [ Links ] 18. ORBE, A. (1966). “El sueño de Adán entre los gnósticos del siglo II”en Estudios Eclesiásticos 41: 351-394.
¿Qué le dijo el diablo a Eva?
(3-5) Génesis 3:4-5. Y seréis como dioses – “El diablo, al tentar a Eva, le dijo la verdad al decirle que si comían del árbol de la ciencia del bien y del mal serían como dioses, pero a la vez le dijo una mentira como siempre lo hace. El nunca dice la verdad completa.
Les dijo que no morirían aunque el Padre les había dicho que morirían. El diablo tenía que mentir para poder conseguir su propósito, pero parte de lo que dijo era verdad. Los ojos de Adán y Eva se abrieron, y aprendieron a conocer el bien y el mal, como lo hacen los dioses.
Llegaron a ser como Dios en ese sentido, porque ésa es una de las características, uno de los atributos particulares de los que llegan a ese estado glorioso: entender la diferencia entre el bien y el mal. ” (Cannon, Gospel Truth , tomo I, pág. 16.
¿Cuál es la fruta prohibida de la Biblia?
Este concepto viene vinculado a los textos de la Biblia, donde a Adán y a Eva se les presenta el fruto prohibido, y se relaciona la manzana con el pecado original.
¿Qué animal tentó a Eva?
Satanás, que no conocía la mente de Dios, pero que intentaba destruir Su plan, se acercó a Eva en el Jardín de Edén y la tentó a comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, asegurándole que Adán y ella no morirían, sino que serían ‘… como dioses, conociendo el bien y el mal’ (Moisés 4:11).
¿Por qué Dios creó a Eva?
Eva en la Biblia [ editar ] – Su historia se encuentra en el libro de Génesis , desde el versículo 27 del capítulo 1 hasta el versículo 2 del capítulo 5. Fue creada por Dios en el huerto del Edén como ayuda idónea de Adán , a partir de una costilla de este.
Se interpreta como salida de una de sus ramas, o sea, una de sus descendientes, en la cual Yahvéh dividió la genética para que fueran ish e isha (varón y mujer), seres espirituales, con alma y con el poder del verbo.
Su nombre, en hebreo, significa ” madre de los vivientes” o “dadora de vida”. En el libro de Génesis, se relata que Dios mandó a Adán y su esposa fructificar y multiplicarse, llenar la Tierra y gobernarla (Génesis 1:28). Se relata que también les mandó comer de todos los árboles del huerto, excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal, el cual estaba junto al árbol de la vida (Génesis 2:16–17).
- Pero, leemos, que Eva fue engañada por la serpiente y vio “que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría “, por lo que ella comió del fruto prohibido y dio a su pareja, el cual comió también;
Como consecuencia, de acuerdo con la Biblia, Dios como castigo le dijo a Eva: “Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti” (Génesis 3:16), que Adán debería trabajar para comer (Génesis 3:19) y que ambos morirían.
Después Dios dijo: “El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre” (Génesis 3:22).
Por esa razón Adán y Eva fueron echados del jardín de Edén (Génesis 3:24). En la Biblia encontramos que Eva fue madre (se mencionan Abel , Caín y Set , y en Génesis 5:4 se dice que Adán fue padre de otros hijos e hijas). Igualmente cabe mencionar que en la mitología (o el folclore) judío fue producto de leyendas y una reinterpretación del Génesis; igualmente algunos [ ¿quién? ] postulan que en la historia del Génesis, Eva no fue la primera mujer, y que habría sido una figura legendaria llamada Lilith.
¿Qué trabajo le asignó?
La primera tarea que Dios le asignó a Adán fue el trabajo. ‘ Tomó pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén para que lo labrara y lo guardase. Génesis 2: 15. El señor creó el trabajo para nuestro propio beneficio en un medio libre de pecado como lo fue el huerto del Edén.
¿Quién fue el que inventó el trabajo?
¿Qué consiguió? – En primer lugar uno de los vehículos más míticos de la historia el Ford T.
Pero sobretodo lo que consiguió Henry Ford fue cambiar la historia del siglo XX. Ya que su éxito no solo se basó en poner en marcha la primera cadena de montaje. También el abaratamiento de los costes de producción los repercutió en el precio del vehículo. Este lo hizo asequible a todos sus trabajadores, ya que una de las primeras medidas fue subir los salarios a todos ellos.
- Con esto consiguió que los mismos trabajadores se convirtieran en compradores;
- Henry Ford era consciente de que para conseguir el éxito en su arriesgada apuesta, necesita hacer crecer el numero de ventas;
De esta manera poder asimilar el incremento de producción de las fábricas de Ford. Acababa de nacer la denominada cultura de masas: « todos trabajamos, todos consumimos». Por lo tanto Henry Ford no inventó el trabajo. Pero cambio el concepto de trabajar. Tras esta vendrán otras revoluciones que han conformado la actual sociedad.
¿Qué es el trabajo completo de la creación?
Quiero detener el enigma dándole forma Francisco Amighetti Punto de partida: problema y método Los acercamientos desde la psicología al fenómeno del arte y de la creación se han dado principalmente sobre dos ejes: uno, la estética, referida al efecto producido por la obra en un receptor; y segundo, la creatividad como función psíquica en relación con las capacidades de percepción, atención y memoria del sujeto.
- Asimismo, sobre este segundo eje, se han seguido dos líneas de investigación: una centrada en los procesos cognoscitivos que caracterizarían a los individuos creativos, y otra en los aspectos de personalidad, motivacionales, sociales y afectivos de los creadores, abordajes por lo demás poco integrados entre sí hasta el momento (Gardner, 1995);
La investigación 1 de la que da cuenta este artículo transita sobre un eje alternativo: la exploración de las “teorías implícitas” entendidas como comprensiones elaboradas por el sujeto creador desde su lugar de actor y soporte del trabajo de creación.
Estas “teorías implícitas” responden a la herencia cultural de diversas representaciones sociohistóricas y filosóficas respecto a la creación y al arte, a la vez que operan sobre un vacío de explicaciones, sobre una imposibilidad comunicativa de la experiencia y una comprensión siempre inexacta del fenómeno.
Puesto que la experiencia de creación ha sido sostenida por el lenguaje, la sociedad y la historia, es comprendida por cada sujeto a través de esta triple mediación. Por lo tanto, toda comprensión particular se crea y se interpreta a partir de un contexto y una historia de interacciones, de una comprensión general que la antecede (Molina, 1996).
- Es importante aclarar que el análisis de las teorías implícitas no se da aquí a partir de los discursos culturales que las enmarcan;
- El punto de partida de este trabajo se ubica en la propuesta hecha por Fiorini en su libro “El psiquismo creador” (1995): “Hay que hacer hablar a los artistas, a los poetas;
Hay que proponerles teoría para sus registros, hay que conocer sus teorías” (p. 13). Se partió del supuesto de que el sujeto creador construye cierto saber respecto a su quehacer registrándolo de una forma particular: un saber no registrable sino como hacer, que al ser elaborado y reproducido como discurso conforma una “teoría implícita”.
El abordaje se apoya también en Anzieu (1993) quien afirma que el proceso creador obedece a leyes generales que son conocidas de modo preconsciente por los mismos sujetos creadores. Entonces, la pregunta en esta investigación no fue ¿qué es el trabajo de creación?, sino ¿cuál es la representación del trabajo de creación que el sujeto reproduce en su discurso como una comprensión elaborada a partir de su experiencia de creación?; ¿puede hablarse de un núcleo representacional en el que confluyan, a modo de ámbito común de comprensión, los discursos de diversos sujetos creadores?.
Por otra parte, a nivel metodológico, la investigación se planteó desde la perspectiva de la comprensión hermenéutica, el abordaje fue cualitativo de tipo exploratorio a partir de un estudio de casos. Esta vía permitió el acceso a la información brindada por los mismos actores a través de sus discursos como elaboraciones autorreflexivas.
- De forma consecuente, la comprensión formulada como resultado de la investigación se propone como registro de las “teorías implícitas”, apuntando así hacia el núcleo representacional que las vincula;
- Esta formulación es el resultado del diálogo establecido con once creadores costarricenses, activos en diversos campos: literatura (poesía, novela, dramaturgia), artes plásticas (pintura, grabado, cerámica), composición musical, y artes escénicas (danza, teatro), a través de entrevistas de profundidad construidas como espacios de interacción para promover la autorreflexión respecto a su quehacer y facilitar la elaboración y comunicación de sus teorías implícitas , con el fin de traducirlas en el posterior análisis y darles un registro escrito articulado;
A estas entrevistas corresponden los textos que se introducen a lo largo de este artículo (salvo cuando se indica lo contrario); no obstante, me abstengo de identificar la voz del hablante particular, con el in de sostener la amplitud de la propuesta comprensiva y de no programar la disposición de lectura.
Las “teorías implícitas” sobre el trabajo de creación surgen como parte de un proceso de comprensión sujeto a condiciones intersubjetivas (Jensen, 1985). Estas teorías son presentadas como texto configurado por estructuras lingüísticas, una interpretación que el sujeto creador se da a sí mismo y, a la vez, un discurso dado a otro como versión y deformación de su experiencia particular, proceso de reflexión que saca a la conciencia un “saber”.
Dentro de la situación dialógica y el pacto narrativo que ésta supone, la correspondencia entre el “saber” producido y la “verdad” o certeza de cualquier realidad fáctica del trabajo de creación queda en suspenso. Las entrevistas tomaron la forma de una discusión como exploración conjunta a través de una pregunta general: ¿En qué consiste su trabajo?.
- Este diálogo coloquial creativo y no estructurado permitió a cada sujeto participar como co-investigador en la ruta hacia una comprensión como modelo o metáfora descriptiva del fenómeno vivencial del trabajo de creación;
En este sentido, repito, esta investigación se interesa por el trabajo de creación como vivencia subjetiva, sea real o imaginada, la cual no puede aprehenderse sino en su representación. Darle forma lingüística a esta experiencia pasa por los límites que imponen las posibilidades de simbolización.
- En consecuencia, la comprensión del trabajo de creación resultante se ubica entre la praxis como tal y el lenguaje;
- El análisis se realizó a partir de la transcripción de las entrevistas, trabajando las irritaciones producidas como ejes de conexión entre el texto y la investigadora, con el fin de acceder a la simbología presentativa detrás del discurso, de aprehender el universo simbólico que cada autorrelato vehiculiza (Sanabria, 1997);
Por su parte, la comprensión articulada en el análisis enfatiza los procesos referidos al trabajo de creación, aún y cuando surge de expresiones particulares. De esta forma, narraciones individuales dotadas de cierta unicidad permiten elaborar una interpretación general como trasfondo de otras narraciones similares (Habermas, 1968).
A esta interpretación general se dedican los siguientes apartados. El trabajo de creación en el discurso del sujeto Para el sujeto creador el trabajo de creación es “intransferible” como experiencia; si bien su “secreto” puede decirse de muchas formas distintas y hasta contradictorias, constituye una representación múltiple y una comprensión que se da como dinámica de “saberes”.
En consecuencia, el sujeto tiene problemas para hacer narración de su experiencia, y así lo reconoce al pretender teorizar sobre ésta: dice pero lo que dice no es, se desdice; se trata de una comprensión que no carece de aspectos inexplicados o aparentemente misteriosos.
- Si bien esta representación no se superpone al vacío que introduce la pregunta por su quehacer, el creador no puede dejar de decir algo del saber que se le escapa;
- Tras eso que dice o imagina es hacia lo que aquí apuntamos;
El fenómeno de la creación posee un carácter complejo, puesto que el sujeto no es un elemento aislado sino en permanente interrelación con otros: los otros creadores que conforman el “ámbito” dentro del “campo” particular de su trabajo 2 , los posibles receptores de sus obras, y una tradición cultural que le señala el espacio de “otredad” que lo denota a él, a su vez, como sujeto.
La creación precede, continúa y sobrepasa al sujeto particular, quien actúa dentro del “campo” donde se formulan sus criterios y premisas en relación con regulaciones preestablecidas. No obstante, el creador está en capacidad de cuestionar ese “campo” como paradigma comprensivo, de reformularlo y ampliarlo de acuerdo a su experiencia de trabajo.
En este sentido, puede decirse que crear es un modo de afirmar y de negar a la vez. La creación constituye la posibilidad del sujeto frente a una imposibilidad de simbolizar lo real, y es a partir de esa imposibilidad que alcanza la posibilidad de la creación.
- El sujeto creador construye un código no convencional que condensa representaciones psíquicas antes suprimidas y las instaura como ejes organizadores de un trabajo de creación (Anzieu, 1993), el cual no es un proceso propio de la inteligencia adaptativa, sino uno que responde a otro tipo de causalidad en que participa la incertidumbre;
El espacio de la creación parece estar, coincide Fiorini (1995), en relación con el incierto potencial de transformación que se abre a partir de un desequilibrio entre “lo que es y lo que podría ser”, entre las estructuras cognitivas o comprensivas y la experiencia afectiva, desequilibrio que impone la necesidad de un trabajo capaz de conciliar, integrar y equilibrar ambos aspectos.
A partir de las representaciones de los sujetos entrevistados podemos esbozar una imagen del trabajo de creación como el espacio construido en torno a un “objeto” 3 como campo de trabajo. Se trata de un espacio de carácter paradójico que actualiza la presencia de lo contradictorio, la simultaneidad de polos antitéticos que establecen relaciones productivas sin tratarse de simples correspondencias o asociaciones, sino de posibilidad de acercamiento y cambio.
Dentro de este espacio el sujeto creador impulsa el tránsito de un “objeto” de naturaleza intrapsíquica hacia la identidad de obra acabada, externalizada y dirigida hacia un público. Este tránsito implica a su vez la posibilidad, también incierta, de una comunicación que busca la creación de un receptor.
En este sentido, el trabajo de creación es descrito esencialmente como un acto vinculativo, una creación de puentes entre diversos elementos: materiales, situaciones, tiempos, espacios y sujetos; es un intento para hacer posibles formas alternativas de vínculo, relacionando elementos antes cerrados o limitados por el orden de “lo dado”: La creación es un estado de transfiguración (.
) Lo que se transfigura son las relaciones de la materia, del espacio, del significado y de la capacidad de simbolización. La creación toma lugar en dos espacios relativos (ficticiamente diferenciados): uno incierto donde se origina, y otro referido a lo real donde se expresa.
- Uno imposible y otro posible;
- Las obras creadas emergen como puntos comunicantes entre estos espacios;
- El espacio de la creación, aquel incierto del origen es descrito como un “mar de posibilidades” frente al cual el sujeto padece de impotencia;
Por esto, ha de desplazarse hacia el segundo espacio, donde se forma la experiencia sensible, siempre dispuesto a ir más allá de lo conocido para lograr crear otro lenguaje en que la expresión sea equivalente a la experiencia. Entonces, el trabajo de creación es ante todo un “ir hacia.
“, nos dice Octavio Paz (1956), es un espacio a llenar, una dirección de búsqueda en que lo inmaterial se hace esencial para representar lo que no existe, para hacer presente lo ausente y, finalmente, para incluirlo.
A partir de estos dos espacios podemos suponer dos momentos inevitablemente imbricados, no sucesivos. Primero, sobre un orden establecido, el sujeto hace su apuesta de trabajo a favor del “objeto” que vislumbra como posibilidad, y actúa en consecuencia desde la certeza del “hacer”, no como concepto sino como noción afectiva.
Posteriormente se aclara la imagen del “objeto” al manifestarse un orden tentativo que el sujeto reconoce como identidad posible, una forma primaria que prefigura el “objeto” deseado. Podríamos señalar un tercer momento de crecimiento de esta primera forma, en el cual el “objeto” es lugar de tránsito hacia la identidad de la obra, tránsito que recorre la frontera entre posibilidad e imposibilidad, y que inevitablemente hace de la posibilidad un instante paradójico que conduce de nuevo a otra forma de “lo dado” y, asimismo, a otro comienzo del trabajo.
Lo “posible de ser”, los órdenes alternativos, permanecen en los límites de lo imposible. El trabajo se convierte en autorreflexión, en “búsqueda concienzuda”, en problematización de lo real, no en evasión sino en procesamiento de los recursos de “lo dado” más allá de su inmediatez, apuntando hacia aquello que en su aparente constancia no agota su multiplicidad ni su contradicción.
La invención está en el procesamiento de toda la experiencia e información que el sujeto filtra, cierne e incorpora. La creación desplaza y organiza un nuevo sistema de relaciones, su originalidad está en la transfiguración, en la tarea de selección, fragmentación y asociación que emprende un sujeto como “hacer realizante”: Crear es inventar algo que no existía antes.
Lo que no existía no es la pintura, ni el color, ni la palabra, sino la forma en la que los organicé y la selección que yo hice. Esa es la novedad. ) El trabajo del artista no es más que escogimientos. Ahí está la realidad, yo escojo colores, texturas, palabras, movimientos, desplazamientos sobre el espacio (.
- ) pero todo está, todo existe, no podemos prácticamente inventar algo que no esté (;
- ) todos son elementos que tomé de la realidad para inventar cosas nuevas a partir de la relación imprevista, novedosa, nunca anteriormente vista, que generé entre dos palabras, entre dos colores (;
) Entonces, yo lo que hago es un ordenamiento diferente, o escoger este sí y este no. Ese es el trabajo del artista nada más: escoger. Vislumbramos ahora que el trabajo de creación puede representarse como continuidad que toma la forma de círculos concéntricos, denotando un desplazamiento en espiral que representa una comprensión en construcción, un proceso de autorreflexión, una coevolución del sujeto respecto al “objeto” a través de la sucesión de campos de trabajo con los que el creador sostiene su dirección de búsqueda, movimiento que va tras lo “conocido desconocido”.
- Esta continuidad se ubica entre los ejes de tiempos y lugares entrecruzados, lo que Fiorini (1995) denomina transtemporalidad, en la cual se da la búsqueda de equilibrio y ruptura entre forma y movimiento; pues si bien las formas son temporales, el movimiento es continuo, y la forma será un instante de tránsito del movimiento;
Dentro de esa transtemporalidad el futuro convoca un proyecto de trabajo en lo posible y se cruza así con el proyecto de vida del sujeto, mientras el pasado reactúa constantemente como bagaje de experiencia y aprendizaje, como información a ser procesada, reincorporada o resignificada.
La creación formula un puente de coincidencia entre pasado, presente y futuro, y desde ahí escribe una historia. Sobre este sistema, “lo posible” actúa como fuerza centrípeta que conduce a la obra capaz de insertarse finalmente en “lo dado”, mientras que “lo imposible” es el impulso centrífugo que garantiza la continuación del trabajo, abriendo las formas hacia la divergencia.
El “germen” creador y el objeto: categorías por trabajar El espacio exterior al sujeto es identificado como lugar de reconocimiento de un “objeto” como forma potencial, reconocimiento que opera a modo de lo que proponemos denominar “germen” creador, entendido como un impulso que conjuga lo afectivo y lo cognitivo en un “saber hacer” incierto pero capaz de realizar la tarea de búsqueda, de actualizar los potenciales pautados por el código de desarrollo del “objeto” y de manifestar su identidad.
- Y es que para el sujeto creador la creación se asimila a una realización y manifestación de algo que ya preexiste en lo implícito; se trata entonces de hacer la lectura de una posibilidad de ordenamiento y de presentación de la información y de la realidad, que es también una lectura de las posibilidades del “objeto”;
Esa preexistencia puede entenderse en la noción de “germen” aquí propuesta, cuyo desarrollo se da con cierta espontaneidad de acuerdo a un patrón de posibilidades equivalente a un código genético. Sin embargo, no se trata de una manifestación gratuita sino de una correspondencia respecto a los procesos conscientes y preconscientes en búsqueda que el sujeto ha desarrollado en torno a la tarea: La función nace con la forma, es parte de su naturaleza, cuando ésta se gesta, lleva en su interior la función, es como la genética, el carácter, la sangre del ser, que va a ser determinado en la procreación misma del individuo (Hernández, 1993, pp.
22 ). La noción de “germen” como desencadenante del trabajo responde a la coincidencia de diversos factores (subjetivos, culturales, históricos, económicos, etc. ) como condiciones propicias para la expresión adecuada del “objeto”.
Su activación es efecto de algún estímulo concreto (siempre vinculado al orden de “lo otro”) que produce resonancias en el sujeto, y lo refiere a elementos en formación decantados de su experiencia, formas y contenidos previamente incorporados y procesados que se activan dentro de otro nivel de conciencia.
- La realidad conmociona al sujeto y esta conmoción lo lleva a percibir el estado de comunión del que participa en su entorno, a ubicarse en una subjetividad ampliada, como la llama Loewald (1988);
- En este sentido, se puede dar al otro cultural y al ámbito ampliado de la otredad el lugar del co-creador dentro del trabajo de creación: Prefiero decir la obra que a través mío se ha dado, que decir mi obra (;
) No soy yo solamente, imposible, porque salen cosas que yo no estoy pensando para nada (. ) en este estado de conciencia. La situación “germinal” del trabajo coincide, según algunos de los entrevistados, con lo que se ha llamado “inspiración”, y es resultado de una experiencia de intrusión, de una actualización de elementos del no-yo en el sujeto que conduce a una ruptura con lo conocido, evidenciando la pluralidad que une lo real y posibilitando un nuevo conocimiento.
El trabajo de creación refleja, traduce y procesa elementos de la realidad hasta que ésta aparece otra. Del mismo modo, el sujeto creador será transformado en el “resultado otro” del sujeto, gracias a su actitud de apertura hacia el mundo, a su estado de desidentificación (Fiorini, 1995) que permite que sea trabajado por la presencia-ausencia del “objeto”, centrado en el afán de sostenerlo, incorporarlo, delimitarlo y originarlo en otro lugar donde le sea accesible de conocer.
La noción de “objeto” está aquí referida al fenómeno transicional (Winnicott, 1980), al espacio intermedio de lo potencial, simbolizando el encuentro o identidad posible entre yo y no-yo. A esto responde que su realidad sea intrapsíquica e inmaterial, la de ser “objeto” causa del trabajo, ser potencialidad y no representación.
- “Objeto” que se elabora como enigma, como incógnita matemática que se despeja solo a través del trabajo focalizado, el cual constituye un tránsito hacia el lugar donde el “objeto” deviene en obra, quedando diluido o desplazado por ésta;
La urgencia de “hacer” que acompaña esta visión, responde al inminente riesgo percibido por el sujeto, de que el impulso y el saber que porta sobre el “objeto” se coarte: Es una cosa como que necesito. Es una cosa como que voy leyendo. Es como si fuera leyendo algo aquí, no sé dónde, y yo voy leyendo y voy haciendo, y voy haciendo y estoy viendo (.
) Una especie de visión de lo que hay adentro (. ) Yo nunca paso más de cierto tiempo con una idea, tengo que evacuarla porque si no me enveneno. Ante el influjo del “germen” creador el sujeto se declara subordinado.
Es en este sentido que comprendemos el trabajo de creación como una “creación que trabaja”, frente a la cual el sujeto permanece sujetado al “germen” como saber y al “objeto” como campo de trabajo, sujetado al lugar de las transformaciones y a la urgencia del “hacer”, imbuido en una suerte de estado obsesivo compulsivo.
- Los “objetos” trabajados son obsesiones que no acaban de esclarecerse: Y es como si una vida no alcanzara para más, y un artista afanosamente luchara durante esa corta vida (;
- ) luchara por plasmarlo, por reiterarlo, siempre con distintas formas, si es un buen artista, siempre con mayores alcances, con distintos matices;
Pero si vamos a la obra de un autor siempre es una misma tesitura, una misma búsqueda, y yo creo que esa es la ligazón que hay entre una obra y otra (. ) Y eso en definitiva es lo que va a estructurar su propio estilo, su originalidad, su voz peculiar. ) Eso es lo que enlaza una obra con la otra, y yo pienso que es un tema que no se abandona, que aunque el autor intente abandonarlo (.
) saldrá su preocupación vital. Estos “objetos” son parte del entramado de un “guión” que sujeta al creador y lo obliga a pensar y a hacer. Así, hay “objetos” que no dejan de trabajarse, que no se agotan en la realización de una obra ni en la de varias, que permanecen como enigma, como campos de trabajo siempre abiertos, estableciendo ejes de conexión sobre el quehacer del sujeto hasta constituir el tejido característico que posteriormente se reconoce como un “estilo” manifiesto en evolución a lo largo de todas sus obras.
En este sentido, cada tema trabajado hace “accesible cierta dosis de creación”, dosis siempre insuficiente que obliga al desplazamiento continuo: Pienso más de lo que hago (. ) No es que me plantee un tema y trabaje a raíz del tema, sino como que hay un guión que uno va arrastrando y completando mentalmente.
- Inicialmente, el trabajo implica encontrar o actualizar las imágenes y el lenguaje que corresponden a la identidad del “objeto” en gestación, a través de esbozos en constante transformación, bajo la guía de la “incierta certeza germinal”, “certeza” que es solo movimiento y no una forma definitiva, y que si bien, nos dice un entrevistado, “a veces incluso se golpea completamente con la razón (;
) uno sabe y siente y percibe que ahí adentro hay una verdad y que hay que seguirla”. Si bien no hay una visión de totalidad, sí hay lo que me parece adecuado denominar una “articulación infraestructural” de carácter relacional dada en el saber del sujeto sobre el “objeto”.
- Podríamos considerar que el trabajo de creación se autogenera o retroalimenta, que cada momento da la pauta para el siguiente, de forma que el proceso fluye como sumatoria de aproximaciones al “objeto”, como ordenamientos tentativos que conforman un trabajo infraestructural capaz de sostener la posibilidad del “objeto” en la obra;
Gran parte de este proceso de ordenamiento toma lugar a través de registros y conexiones no lingüísticas que sostienen al “objeto” como totalidad significante presentativa. Este mismo tipo de registro se manifiesta en el discurso que elabora el sujeto creador sobre su quehacer.
Por ejemplo, utiliza referentes sensoriales para describir el objeto y su relación con éste: imágenes visuales, olores, ritmos, sentimientos o emociones. En consecuencia, para el sujeto creador el “objeto” aparece inicialmente formulado de manera abstracta, como una sensación no comunicable sobre la cual se vuelve para amarrar los elementos que ha seleccionado, creando un nuevo orden que va revistiendo de cuerpo a esa sensación primaria.
El trabajo sobre la obra en proceso (que entonces coincide con el “objeto”) hace que esta substancia imprecisa se filtre, que sus elementos se sedimenten o decanten, y sean cernidos hasta manifestar las características que habrán de distinguir finalmente a la obra acabada.
- Del objeto a la obra: vínculo, duelo y continuación del trabajo La obra se construye como un juego que plantea una dinámica alternativa de convivencia, invitando al otro (receptor, espectador, etc;
- ) a participar, a producir desde su propio lugar en una actitud de reciprocidad comunicativa;
El “objeto” (o su rastro en la obra acabada) queda referido al espacio potencial intermedio para el encuentro, simboliza la posibilidad de unión. Sin embargo, igual que el objeto transicional de Winnicott, se trata esencialmente de una función, no de una cosa dada, existe por pura especulación, su realidad es intrapsíquica.
Aún así, será el “objeto”, como espacio de terceridad, el que finalmente permita la interacción entre creador y receptor. La reciprocidad buscada por el sujeto está en la participación del receptor como “público creador” capaz de ir más allá de la obra dada para buscar en ella el enigma y trabajarlo a su vez.
Se trata de un receptor que más que leer sabe escribir, quien deberá hacer su parte del camino hacia el encuentro, hacia la recuperación del “objeto”. Entonces, la obra aparece a la vez como superficie de separación y de contacto; se convierte así en elemento y expresión significativa del mundo común del artista y del público (Loewald, 1988).
He aquí una nueva dimensión del “objeto” en la que se vislumbra la identidad de una obra acabada que ha de ser entregada a la mirada de otros: El poema, una vez escrito, lo abandono un tiempo (. ) entonces, sacar el poema inmediatamente de la gaveta y ver si todavía me gusta, si todavía lo encuentro genial, si todavía encuentro que es lo mejor que se ha escrito en el mundo.
Entonces, ese goce que da el acto creativo, que es maravilloso, si uno tiene mucha suerte puede durar 3 semanas (. ) pero no importa, esas 3 semanas uno es muy feliz. Después ya se empiezan a ver los defectos, y ya empieza uno a tomar distancia. Pero ese es otro período muy productivo, porque ahí es entonces cuando ya se empieza a pulir, a trabajar y a reescribir.
Se puede comparar el trabajo de creación o el estado que éste induce, con el enamoramiento: pasar de la felicidad total de una ilusión de posibilidad y de perfección, a un distanciamiento reflexivo, crítico y un tanto depresivo, pero que permite una reparación de la obra en sus defectos percibidos.
No obstante, a partir de la ejecución se abre un espacio para el crecimiento de la obra. El sujeto creador espera y desea que ésta se independice, que haga cosas por sí misma, que se desarrolle como “objeto” según su propio código. Así, la obra empieza a rebelarse y el sujeto pierde autoridad sobre ella, provista de una identidad que se ejecuta a sí misma.
El “objeto” que ha sido lugar de tránsito y de trabajo, es transformado hasta emerger con una autosuficiencia de la que antes carecía. Como obra en proceso, el “objeto” va adquiriendo dimensión y textura de realidad hasta estar listo para ser insertado en ella, para incorporarse a “lo dado” y volverse obra acabada.
Hay un momento en que el trabajo debe detenerse. Este alto parece darse, en gran parte, porque el sujeto reconoce que su trabajo deja de responder a la naturaleza de la tarea, a las pautas de desarrollo del “germen” inicial, y que seguir trabajando “ahí” implica el riesgo de deformar el “objeto” y hasta de perderlo para siempre.
- A su vez, el sujeto creador descubre en sí mismo la tendencia a desplazarse hacia otro lugar, porque esa obra particular se ha agotado como campo de trabajo, como “objeto”, o, de manera equivalente, se ha agotado la posibilidad de trabajo que el sujeto tiene respecto a esa obra: Por agotamiento se abandona un libro;
Porque sino se puede reelaborar y reescribir eternamente, con el agravante de que conforme pasa el tiempo uno cambia, cambia su sensibilidad, su percepción. Entonces, si uno quiere ser honesto tiene que decir: bueno, este poema es así (. ) no voy a hacer trampa, así quedó, esto fue, y si quiero hacer otras cosas pues haré cosas nuevas.
- El sujeto, exhausto, abandona la obra más por agotamiento de su capacidad de trabajo que por alcanzar plena sensación de logro;
- La obra aparecerá entonces como una totalidad significante, como un tejido en el cual no es visible el tramado del trabajo que lo gestó;
No hay, necesariamente, marcas tangibles de las investigaciones previas, ni de los elementos originales procesados, ni de las vicisitudes afectivas del sujeto creador a lo largo del trabajo y del vínculo con el “objeto”. El sujeto creador queda confundido con la ruptura, en un estado post-creación de carácter depresivo, porque el “objeto” se diluyó, la obra lo abandonó y salió de su control; eso que era uno con él se ha vuelto otro y se pierde.
Sobre la obra acabada ya no puede recuperar el “objeto”. Por otra parte, el sujeto no puede dar garantía del valor de la obra a la que arriba, ya que con ella traiciona en cierta medida, mayor o menor, cualquier objetivo que haya formulado de forma predeterminada o consciente; a la vez, la obra tampoco alcanza a ser el “objeto” que se busca, aquel que ha sido causa del trabajo.
El sujeto creador carece entonces de los recursos críticos para distanciarse respecto a su trabajo: No hay juzgamiento posible (. ) No puedo juzgar si ese libro es bueno o es malo, pero sí puedo afirmar que hice lo que pude, y que esa obra era defendible.
Entonces, no podés juzgar lo que hacés, pero sabés que has hecho lo que tenías que hacer y lo que podías hacer, lo que estaba dentro de tu realidad interior y tus capacidades en cuanto a talento o lo que fuera.
Así que agotaste esa posibilidad, y defiendes tu criatura frente a un peligro exterior que quiere modificar eso. Terminar una obra se convierte en una decisión arbitraria. Cada obra acabada marca un punto de inflexión dentro del continuo fluir de la creación.
No obstante, que el “objeto” se haya diluido y no coincida ya con aquella no implica que deje de trabajar al sujeto, a quien el abandonar la obra no lo sana, en consecuencia deberá sostener su búsqueda y su desplazamiento para alcanzar un logro expresivo satisfactorio, aún a sabiendas de que no hay un logro último.
El movimiento responde al cambio de la experiencia ante una realidad que se transforma constantemente. El cambio de la experiencia obliga al cambio simultáneo de la expresión. Se establece entonces una coevolución del sujeto respecto al entorno y respecto a su trabajo como espacio de vínculo con este entorno.
- Asimismo, la capacidad cultural de creación tampoco se agota, ya que todo logro es incompleto y el trabajo siempre queda abierto para ser continuado;
- Hay un gran “hueco de lo que no se ha inventado” que marca la posibilidad inagotable del “hacer”, un vacío magnético que convoca la continuación de la creación cultural;
La partida de la obra obliga necesariamente a trabajar más para llenar el vacío que deja. Podríamos decir que para el sujeto la importancia esencial del trabajo de creación no es un carácter productivo sino el de ser tránsito, potencialidad del “objeto”.
- El trabajo es un caminar que crea rutas alternativas en busca de la posibilidad de “ser”, de relacionarse y de expresar esa relación;
- Las obras serán las huellas del tránsito del “objeto”, las marcas que produce la experiencia del mundo sobre el sujeto, la memoria de su intención de “hacer” y de “ir hacia;
En última instancia, nos dice el poeta costarricense Osvaldo Sauma, en el oficio del creador cualquier acierto resulta incierto. El sujeto no sabe qué busca aunque paradójicamente se le prefigura como certeza a partir del “germen” creador. Ante esto predomina el impulso imperioso de buscar y el deseo de encontrar, tolerando la frustración ante la imposibilidad.
En consecuencia, debe renovar sus medios y recursos continuamente, para ajustarlos a esta búsqueda. Por esto, nunca se expone un resultado final sino siempre un proceso respecto al cual siempre hay algo atrás y algo que lo continúa.
La misma incompletitud de la obra (aunque se declare acabada) funciona como grieta por la cual el “objeto” se sigue colando y proponiendo como enigma. Cualquier obra, a través del tiempo, siempre es ir pero nunca llegar. Se han alcanzado nuevos territorios, se descubren nuevos territorios, nuevos puntos de apoyo, pero nunca se cierra.
- Yo estoy en el proceso, no he llegado a tocar ningún tópico ni ningún máximo;
- Estoy apenas buscando;
- La obra siempre está en evolución constante hacia algo, se va caminando (;
- ) Yo sí creo que todo el tiempo estamos exponiendo los procesos, que nosotros estamos a medio acabar;
Hay cosas que ya uno no toca más, pero cada pieza te lleva a otra. Estás como reconstruyéndote todo el tiempo. Uno siente ya, ahora sí esto está, esto no lo toco ya más. Entonces ya no la ves (. ) porque si la veo no me gusta. La obra no es un fin, es un resultado inevitable, no una respuesta, porque igual estás ahí manteniéndote con tus dudas, tratando de clarificarlas.
El trabajo de creación siempre pasa por un momento de duelo, por una tensión entre conservar la obra, tratar de sostener el “objeto” en ella y correr el riesgo de perderla deformada por el trabajo excesivo y poco efectivo, destruir el rastro de eso “que no pudo ser” del “objeto” en la obra, o finalmente entregarla a los otros y aceptar ser olvidado por ella.
La obra será comprendida entonces como el reflejo o la huella del desplazamiento del sujeto en su “hacer”, el residuo de un instante de certeza, el subproducto de un intervalo en ese continuo que marca la creación como espacio y tiempo de trabajo, dentro del cual, posiblemente, el “objeto” siempre sea el mismo que se encuentra y se pierde cuando se decide la obra acabada.
- Una vez hecha pública, la obra aparece como una especie de máscara críptica y opaca que presenta y oculta un “objeto” posible;
- No obstante, desde esa misma opacidad la obra opera como un ojo que conecta;
De aquí las múltiples lecturas implícitas y potenciales, interpretaciones sobre las cuales el sujeto creador ya no tiene autoridad. De esta forma, la obra retorna al sistema de relaciones que ha originado el movimiento. La ganancia que resta para el sujeto creador es la ilusión del intercambio comunicativo, guiado por la expectativa de que la obra será capaz de transmitir y de recrear en el receptor sus propias experiencia y emociones.
- Sin embargo, este receptor es solo una máscara, un fantasma, un ser ideal y así deseado, a quien se ha dirigido la obra;
- Por esta razón, en último término, solo dentro del tránsito dado como trabajo será posible, en lo efímero, tanto el vínculo recíproco con el otro como el vínculo con el “objeto” que lo representa;
Se fue, ya no es culpa mía. Ya no tiene nada que ver conmigo. Yo nunca leo lo que se ha publicado (. ) No tiene que ver conmigo ni con las etapas en las que ya mi vida va transcurriendo. Son cosas que ya pasaron y ya no vale la pena preocuparse por eso (. ) Es como si esos libritos que están ahí fueran el recordatorio de algo que ahora ya no me quiero acordar (.
) Alguna desnudez hay ahí que me daría penilla, como vergüenza verla ya impresa (. ) No sé si psicológicamente me distancié para no pasar por esa vergüenza, como una defensa de mis confesiones íntimas, o si realmente ya aquello no tiene que ver conmigo ahora.
La expresión final de una obra es la huella de la relación que se establece entre el sujeto y el “objeto” a través del trabajo de creación, ahí donde ni el sujeto ni el “objeto” permanecen. Entonces, la noción general de “obra” podría entenderse como el conjunto de objetos y actos creados por ese impulso al desplazamiento que es la “creación que trabaja”, en el intento por fijar algo que se da como un efecto del mundo sobre el sujeto.
- Cada obra aparece como un ladrillo que conforma esa dirección de búsqueda, el desarrollo de un estilo expresivo, la construcción de un lugar de experiencia y de relación con el mundo;
- Las obras terminadas quedan fijadas en el tiempo porque responden a coyunturas subjetivas y culturales; en este sentido, son una perspectiva irrepetible; no obstante, hay un hilo de lectura que las conecta, rasgos que se repiten, constantes que trascienden los momentos y las perspectivas particulares;
Se trata de un “núcleo” que no cambia, núcleo central de búsqueda y de realización ubicado en el sujeto que apunta hacia la imprecisa identidad del “objeto”. Por ejemplo, que el artista hable de sus obras como “piezas” (fragmentos) nos refiere a la continuación del trabajo-búsqueda del “objeto”, dado sobre algo que está cambiando constantemente, que se atrapa solo como vacío-ausencia, y que solo así se puede señalar o contener.
Finalmente, la respuesta y comprensión que encarna cada obra, actuará como horizonte del trabajo futuro. Entonces la obra ya quedó por allá, o se la llevó alguien. Pero yo sigo elaborando. Ya no estoy, no atiendo a ese objeto sino al proceso que se va tejiendo.
Sí, ya no. Hay como un divorcio con los objetos que uno construye. El material para mí es efímero, pero sí me interesa advertir un proceso de trabajo, un encadenamiento de reflexiones (. ) Aquí no hay nada terminado, no existe nada definitivo (Roig, 1997, p.
8 ). El destino, tanto del sujeto creador como del “objeto” que trabaja, será la mutación permanente. La creatividad se comprende entonces como un sistema de retroalimentación constante que confluye en una tarea central capaz de generar una forma en transición que se desarrolla a partir del movimiento que la trabaja.
Yo pienso que uno se plantea un tema, comienza a planificarlo, comienza a hacerlo, pero en el fondo el tema no es una cosa muy precisa. Hay una idea y se va transformando en el proceso mismo. Inclusive yo pienso que hay un desconcierto al final, el final nunca es lo que uno pensó.
- El sujeto trabajado por el otro: carácter relacional del trabajo de creación El trabajo de creación, reitero, es una comprensión que se desplaza;
- Su resultado aparece como “otro saber” que atraviesa al sujeto; es presencia y experiencia de lo “conocido desconocido”;
Por esta razón, el creador suele asignarlo a algún otro, a un agente exterior a sí mismo. Ejemplo de esto es la noción de “germen” como ente intersticial que enlaza el orden de lo íntimo y el de lo ajeno, resultado del estado de comunión del sujeto con el mundo.
Este carácter del “germen” permite el tránsito de la paradoja que trabaja al sujeto, el cual, por un lado, se deja llevar por una identidad que lo supera, y, por el otro, inscribe su voluntad como rigor y oficio.
Aquí se hacen evidentes las constantes tensiones entre transgresión y acatamiento, originalidad y tradición, creatividad e información de las reglas de un “campo”, entre lo posible y lo dado (entre yo ideal y superyó según Anzieu, 1993) que atraviesan todo proceso creador: La imagen intuitiva, creativa, en embrión, se debilita ante la elaboración de la forma, ante la forma que va a adquirir.
Como si uno cogiera una persona con cierta belleza y le encaramara un vestido que no le va, o que le quiere encaramar un vestido que le vaya y nunca lo encuentra. En consecuencia, el trabajo de creación se comprende como un quehacer no convencional, inconformista y divergente, que, sin embargo, busca insertarse en el orden cultural, muchas veces guiado por la intención de desplazar y transformar la misma plataforma cultural de la que parte.
Esta intención y búsqueda se perpetúan como trabajo y movimiento continuos, guiados por una ética que no violenta la identidad del “objeto”. No obstante, en el “objeto” siempre quedará en suspenso una identidad imposible que solo existe en el tiempo y el lugar del tránsito: cuando el sujeto hace.
- Hacer que, repito, es un “saber hacer”, y que se funda en el carácter relacional del “objeto”;
- En este sentido, el trabajo de creación explora, simultáneamente, las posibilidades de manifestación del “objeto” sobre un medio dado, y las de la relación del sujeto con el otro;
El fenómeno transicional define este carácter relacional al conciliar los lugares separados del sujeto y el “objeto”, equivalentes aquí a los del “yo” y del “no-yo”. Encontramos así que el “objeto” germinal puede ser homólogo del objeto transicional que de acuerdo con Winnicott (1980) opera en el vínculo madre-niño, que remite a la presencia-ausencia del “otro causa del deseo”, del otro como la dimensión perdida de la identidad subjetiva, su historia incierta, potencial o imposible.
Así, con su trabajo, el sujeto creador intenta apropiarse e introyectar, simultáneamente, al “objeto” y al otro posible que se le presentan como enigma; ese otro que se cuela, presente y ausente a la vez, dentro del “objeto”, y que a través del trabajo se pronuncia como vacío.
No obstante, el “objeto”, como referente reiterado del otro ausente, siempre se escapa, y solo puede alcanzarse en la continuidad del trabajo. Tiene que venir del vacío, eso que se llama creación tiene que estar ahí. Entonces lo que hago es organizar ese vacío (.
) Al tratar de organizarlo posiblemente algunas chispas se escapen para este lado y eso es lo que uno da. En términos de lo relacional podemos concluir que el movimiento en la búsqueda de “ser” es el sostén del trabajo de creación, intento por develar un rostro tras la máscara del otro, por dar identidad a ese rostro fabricando otra máscara, y poniendo en juego simultáneamente la propia identidad.
Como ya hemos visto, el trabajo de creación es también una creación que trabaja en la producción del sujeto creador como “resultado otro” del sujeto. Gedo (1996), considera que la auto-creación precede a otros esfuerzos creativos. Por medio del trabajo de creación el sujeto intenta comunicarse consigo mismo, es decir, la obra sería una extensión de su yo capaz de reflejarle partes desconocidas de su propia identidad (Alvarez, 1974).
La transformación de la realidad subjetiva interna se inscribiría en la obra creada, externalizada como expresión de una toma de conciencia alcanzada por el sujeto respecto a su experiencia. A partir del discurso de los creadores se identifica un doble punto de partida del trabajo de creación: por un lado, ciertas experiencias vitales ineludibles para el sujeto actúan como filtro y desencadenante frente al influjo de lo externo; y por otro, la necesidad de sostener el trabajo como estrategia de sobrevivencia frente al vacío subjetivo, frente a una sensación de “no ser”, de soledad, de carencia o de imprecisión de identidad: Considero que no tengo existencia, que no hay así algo como que yo pueda decir yo soy, sino que soy como un montón de cosas intentando buscar mi propio ser, mi propia identidad, pero no la encuentro.
Siempre la otredad, siempre el alterego (. ) Al no encontrar, al no saber quién es uno mismo, se van adoptando diferentes entidades, y una de las entidades es ser vehículo de. Siendo máscara ocultando máscaras. Para Winnicott (1980) el lugar donde está ubicada la experiencia cultural es el espacio potencial entre el sujeto y el ambiente.
En cada sujeto el uso de este espacio está determinado por experiencias de vida propias de estadios tempranos de su existencia que le han o no permitido maximizar la intensidad de sus experiencias en el espacio potencial entre el objeto subjetivo y el objeto objetivamente percibido, entre las extensiones del yo y el no-yo.
De forma coincidente, para el sujeto el trabajo de creación resulta un intento por develar otra realidad paradójica de la identidad, responde a la búsqueda de lo perdido del yo que es el otro. Los elementos implicados y procesados en la creación provienen de lo perdido, de lo olvidado, de lo que le falta a la historia del sujeto y a la historia de su comunidad.
Para algunos sujetos, ser creador es buscar un espacio para “ser” cuando otros espacios han sido negados o son imposibles. Y es aquí donde, paradójicamente, el “no ser” parece marcar posibilidades para “hacer” y “ser”, ahí donde el “objeto” y el sujeto creador coevolucionan, y el trabajo se hace el medio para manifestar el “ser” frente a la sociedad, siendo a la vez un intento de reescribir una historia imposible, un conjuro contra esa imposibilidad y una alternativa para existir como otro posible.
Finalmente, el verdadero lugar en el mundo para cualquier sujeto es el que éste pueda construir: Se crea porque es un problema de crecimiento. O sea, desde que uno nace se está expandiendo y está ocupando espacios. Del yo interior al no-yo, que es todo lo demás, uno está ocupando espacios incorporándolos al yo.
- Y la creación es una de las formas más intensas de expandir el yo, ir llenando espacios, universos;
- La creación se da como una tarea de búsqueda e intento de construcción de una identidad, produciendo exteriorizaciones del yo como alteregos;
Así, lo creado es también el otro, el “no-yo” atravesando a ese “yo” que es vehículo portador de lo otro como del mundo. La identidad es dada solo en el tiempo de aproximación al otro, en el tránsito. El sujeto es vehículo y existe como tal, como lugar donde la creación se ejecuta, mutando al ser inexorablemente trabajado por su relación con el “objeto”.
- El lugar del sujeto en el trabajo de creación se describe múltiple: por un lado controla y, por otro, no tiene autoridad, sabe y no sabe, sufre y goza;
- Esta multiplicidad de lugares opera sobre la unidad que es la tarea que lo convoca y lo urge a pasar al acto;
En consecuencia, a lo largo del proceso se superponen emociones también contradictorias: placer, temor, decepción, satisfacción, sin que una anule necesariamente a las otras. El trabajo continuado, no agotado, conduce al sujeto a lo largo de una cadena interminable de mutaciones tras la búsqueda de la realización del vínculo potencial con el otro que aparece como nostalgia y como horizonte del deseo de completitud.
No obstante, ésta es, en último término, una carencia imposible de saldar. Los intentos se perpetúan como trabajo sobre una identidad finalmente incierta más allá del movimiento y del quehacer sostenido.
La reelaboración constante del “objeto” que se trabaja responde a las sucesivas mutaciones del sujeto: nunca ser el mismo y a la vez sostener la continuidad subjetiva, cambiar para permanecer. Las infinitas mutaciones del “objeto” quedan replicadas en las obras creadas.
Entonces, el trabajo de creación es una búsqueda de respuesta a los conflictos subjetivos a través de un “hacer”, a la vez que es un intento reiterado de formular un lenguaje como cuerpo y mundo que exprese la identidad del sujeto a través de lo que crea, identidad y trabajo siempre inconclusos, siempre en devenir: Puede haber una carencia (.
) Pero tiene que haber una determinación de, por lo menos, bordearla (. ) y ver qué hay del otro lado. Tiene que haber una decisión de trabajo, un planteamiento, un creer, voluntad de construir algo (. ) Sí creo que es una decisión racional, incluso ponerse a trabajar en algo, no es ya como el acto mágico así como que se entra en un trance.
Consideraciones finales Es importante acotar que si bien la problemática planteada en la investigación gira en torno a lo particular del trabajo de creación circunscrito al fenómeno del arte, esta especificidad se rompe a partir de la representación comunicada por los sujetos creadores, proyectándose hacia el ámbito más general de los procesos humanos, incluso dentro de lo cotidiano, como posibilidad de actualizar lo potencial frente a lo ya constituido.
En términos generales, la noción de sujeto creador puede definirse como un estado de maduración hacia el cual apunta la condición humana posible. El ser creador, en el ámbito de lo relacional, conlleva a asumir un rol de transformación como base de la experiencia.
Lo particular del sujeto creador aparece como la capacidad para asumirse como tal frente a sí mismo y a los otros. Otra cosa distinta es el reconocimiento externo, la asignación de roles. Sin embargo, frente a lo asignado, el sujeto debe visualizar lo alternativo, porque ningún rol es un estado último, la identidad ha de experimentarse como tránsito, como mutaciones, como algo que continuamente se crea o se escribe.
Finalmente, creo necesario recordar que las consideraciones antes expuestas son producto del análisis de una comprensión elaborada a partir de las “teorías implícitas” de los once creadores entrevistados; asimismo que, a sabiendas de que toda interpretación es provisional, esta investigación trata de hacer manifiesto un saber dado en el discurso del otro.
Pero puesto que el lenguaje es imperfecto, inevitablemente se da una ruptura en la comunicación intersubjetiva, dejándonos sin garantía de la interpretación elaborada, aunque sí la podemos suponer respecto a la comunidad vivida como experiencia del mundo y en el interés compartido sobre ese mundo.
En consecuencia, todo lo dicho hasta aquí queda abierto a crítica y debate. Si bien hay límites para la interpretación también hay posibilidad de alcances respecto a la comprensión propuesta, los cuales se darán en la medida que sea constatada por los sujetos creadores entrevistados, e incluso tal vez por otros creadores, de forma que señalen sus alcances y limitaciones, como parte de ese círculo hermenéutico que conduce a una corrección progresiva de toda comprensión que nunca deja de ser una hipótesis de trabajo.
Referencias Álvares, A. (1974) Psicología del arte. España: Biblioteca: Nueva Almagro. [ Links ] Anzieu, D. (1981/1993) El cuerpo de la obra. México: Siglo Veintiuno Editores. [ Links ] Csikszentmihalyi, M.
(1998). Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. Barcelona: Paidós. [ Links ] Fiorini, H. (1995). El psiquismo creador. Buenos Aires: Paidós. [ Links ] Gardner, H. (1995). Mentes creativas. Barcelona: Paidós. [ Links ] Gedo, J.
(1996). The artist and the emotional world: Creativity and personality. New York: Columbia University Press. [ Links ] Habermas, J. (1968/1982). Conocimiento e interés. España: Taurus ediciones. [ Links ] Hernández, F.
(1993). Exponerse a los estímulos. Revista Módulo , No. 33, pp. 20-23. [ Links ] Jensen, H. (1985). Psicoanálisis y hermenéutica en Alfred Lorenzer. Actualidades en Psicología Vol. 1 , Nº 1, pp. 1-12. [ Links ] Loewald, H. (1988). Sublimations. Inquiries into theoretical psychoanalysis.
Yale University Press: New Haven and London. [ Links ] Molina D. , M. (1996). Discusiones filosóficas en torno a la creatividad. Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica 34 , No. 83-84, pp. 401-414.
[ Links ] Paz, O. (1956/1996). El arco y la lira. México: Fondo de Cultura Económica. [ Links ] Quirós, L. (1997). Bernardí Roig en la Sala IV del MADC. El alma del pintor. Entrevista. Revista Fanal , No. 16, pp. 8-13. [ Links ] Sanabria L. , J. (1997). El texto en escena: la hermenéutica profunda como estudio psicoanalítico de los procesos de socialización.
- Actualidades en Psicología Vol;
- 13 , No;
- 91, pp;
- 5-70;
- [ Links ] Winnicott, D;
- (1980);
- Playing and reality;
- Great Britain: Penguin Education;
- [ Links ] 1 Tesis para optar por el título de Licenciatura en Psicología: Representación y comprensión del trabajo de creación elaborada y comunicada por el sujeto creador: un análisis de las teorías implícitas de la creación artística;
Escuela de Psicología, Universidad de Costa Rica, 2001. 2 Estas categorías son propuestas por Csikszentmihalyi (1998) como esferas interactuantes dentro del proceso de creación: campo: serie de reglas y procedimientos simbólicos ubicados en la cultura; ámbito: individuos que actúan dentro de ese campo; y sujeto: el que utiliza los símbolos de un dominio dado generando algo que lo transforma.