Que Es Orar A Dios?

Que Es Orar A Dios

¿Qué es la oración? – Jesús enseñó: “Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre”( 3 Nefi 18:19 ). La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra; por medio de ella podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar Su guía diariamente.

¿Cómo se le debe orar a Dios?

Los momentos usuales para orar son por la mañana, al comenzar el día, por la tarde, antes de cada alimento y por la noche, antes de irse a dormir. Sin embargo, no hay una hora incorrecta para orar. Dios siempre está escuchando, así que podemos ‘ orar sin cesar’ (1 Tesalonicenses 5:17).

¿Por qué es importante orar a Dios?

Investigaciones desde la psicología y la sociología han demostrado que las familias que rezan juntas se muestran más unidas, más felices, y mucho más saludables.

  • Que Es Orar A Dios

La familia es un pequeño templo en casa. Las familias que oran juntas establecen una confianza entre ellos, aprenden a orar en comunidad y se ponen de acuerdo por medio de Jesús. Hay muchos momentos para unirse en oración, como al iniciar o terminar el día, antes de tomar los alimentos o al iniciar un viaje familiar, entre otros.

  • Para su audiencia general número 100 el Papa Francisco ha elegido hablar sobre la oración;
  • Ha explicado que es en la familia donde se aprende a orar y a pedir el don del Espíritu Santo;
  • Ha dicho que el Evangelio meditado en familia es como un buen pan que alimenta el corazón y ha pedido a los padres que enseñen a los niños a hacer la señal de la Cruz;

Los invitamos a leer lo manifestado por el Papa Francisco y a poner en práctica la belleza de la oración en familia. “Queridos hermanos y hermanas: Hoy nos detenemos a reflexionar sobre la oración en familia. El espíritu de la oración se fundamenta en el gran mandamiento: “amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas».

  1. La oración se alimenta del afecto por Dios;
  2. Un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras, una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso hacia la Iglesia;

A pesar de lo complicado que es el tiempo en la familia, siempre ocupado, con mil cosas que hacer, la oración nos permite encontrar la paz para las cosas necesarias, y descubrir el gozo de los dones inesperados del Señor, la belleza de la fiesta y la serenidad del trabajo.

La oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura y familiaridad con la Palabra de Dios. Nos hará bien preguntarnos: ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Encontramos un momento para leerlo juntos o al menos leerlo solo? ¿Lo meditamos recitando el Rosario? El Evangelio leído y reflexionado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos.

Y por la mañana y por la tarde, cuando nos sentemos a la mesa, digamos juntos una oración con sencillez”..

¿Qué significa orar y por qué oramos?

La oración es una manera importante de comunicarse con Dios, acercarse a Él y navegar por los desafíos de la vida. Los misioneros pueden orar por ti o ayudarte a aprovechar al máximo tus propias oraciones.

¿Qué dice la Biblia acerca de orar?

Pasajes de la Biblia que hablan sobre la oración. – Hay varios pasajes bíblicos sobre la oración que nos enseñan cómo debemos presentar nuestras peticiones delate de Dios. En los siguientes versos notaras que hay ciertos conceptos relacionados con la oración , tal como la fe, la voluntad de Dios , la oración con propósito, y la humildad.

La próxima vez que ores, reflexiona en lo que la Biblia dice sobre la oración, y chequea si tu actitud, corazón y fe están de acuerdo. Orar en humildad: “Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea.

Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”. – Mateo 6:5,6 (NVI) Orar con propósito: “Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.

“- Mateo 6:7 (NVI) Orar con conciencia: “Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada. “- 1 Pedro 4:7 (NVI) Orar con fe: “Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro.

Quien sea así, no piense que recibirá del Señor cosa alguna, pues quienes titubean son inconstantes en todo lo que hacen. “- Santiago 1:6-8 (RVC) “Y ésta es la confianza que tenemos en él: si pedimos algo según su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

  • “- 1 Juan 5: 14, 15 (RVC) Las cosas que podemos pedir en oración: “¿Hay alguien entre ustedes, que esté afligido? Que ore a Dios;
  • ¿Alguno de ustedes está de buen humor? Que cante alabanzas;
  • ¿Hay entre ustedes algún enfermo? Que se llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor;

La oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará de su lecho. Si acaso ha pecado, sus pecados le serán perdonados. Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva. “- Santiago 5:13-16 (RVC) “Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá.

Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!”- Mateo 7:7-11 (DHH) Orar en el nombre de Jesús: “Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Si algo piden en mi nombre, yo lo haré”-. Juan 14:13, 14 (RVC) “Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. ” – Juan 15:7 (DHH) Diferentes tipos de oraciones: “Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad.

¿Cómo orar ejemplo?

Compilado de oraciones para rezar – Se indican aquí doce oraciones para rezar, algunas de ellas en situaciones particulares (como frente a una enfermedad o durante un parto):

  1. La señal de la Santa Cruz. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
  2. Credo. Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

    Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

    Amén.

  3. Acto de contrición. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
  4. Padre nuestro. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
  5. Ave María. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo bendita eres entre todas la mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús Santa María, madre de Dios ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.
  6. Salve. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
  7. Oración a María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna.

    Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. No nos dejes caer en la tentación; mas líbranos del mal. Amén. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

    Amén.

  8. Gloria. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
  9. Yo confieso. Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor.
  10. Oración de San Miguel Arcángel. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
  11. Oración de   San Bernardo. ¡Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra presencia Soberana.
  12. Rezo del Ángelus. Infundid, Señor, vuestra gracia en nuestras almas, para que, pues hemos creído la Encarnación de vuestro Hijo y Señor nuestro Jesucristo anunciada por el Ángel, por los merecimientos de su Pasión y Muerte, alcancemos la gloria de la Resurrección. Amén.
  13. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel, concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida.
  14. Devociones al Sagrado Corazón de Jesús y María. Corazón Sagrado de Jesús, en Vos ponemos toda nuestra confianza, temiéndolo todo de nuestra fragilidad, esperándolo todo de vuestra bondad: sed el único objeto de nuestro amor, el protector de nuestra vida, el sostén en nuestra debilidad,  la reparación de nuestras faltas, la seguridad de nuestra salvación y  nuestro refugio en la hora de la muerte.
  15. Señor mío Jesucristo. ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
    • Amén;
    • Amén;
    • No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente;
    • Así sea;
    • Por Nuestro Señor Jesucristo;
    • Amén;
    • Amén;
    • Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta;

    Amén.

  16. Oración ante el Crucifijo. Miradme, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado ante vuestra Santísima presencia; os ruego con el mayor fervor y compasión de que soy capaz imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. Verdadero dolor de mis pecados, propósito firmísimo de jamás ofenderos.
  17. Oración para bendecir los alimentos. Bendice Señor estos alimentos que vamos a recibir por tu misericordia, y bendice a quienes los han preparado. Da pan a los que tienen hambre, y hambre de justicia a los que tienen pan. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
  18. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero , Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
  19. Virgen del Parto , protege y defiende con amor todos los niños, para que regenerados en el agua del bautismo e incorporados a la Iglesia, crezcan serenos, llenos de vida,  se conviertan en testimonios valientes de tu Hijo Jesús y perseveren, con la gracia del Espíritu Santo, en el camino de santidad. Amén.
  20. Glorioso San Ramón Nonato , te suplico tu intercesión. Tú llevaste una vida resplandeciente por la protección de tu Dios. Intercede ahora por mí y mis intenciones. Necesitamos niños que sepan mirar al mundo, con ojos llenos de amor, y que cierren sus ojos al odio y la maldad. Queremos hacer del mundo, una familia donde todos los hombres se amen y amen a Dios.
    1. Mientras que yo, con todo el amor de que soy capaz voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos, oh buen Jesús, el santo profeta David: ¡«Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos»;

    Amén.

  21. Padre Dios Todopoderoso , fuente de la salud y del consuelo, que has dicho «Yo soy el que te da la salud». Acudimos  a ti en este momento en  el que por la enfermedad sentimos la fragilidad de nuestros cuerpos. Ten piedad Señor de los que estamos sin fuerza, devuélvenos la salud.
  22. Alégrate, Reina del Cielo, aleluya. Porque Aquél que mereciste llevar en tu seno, aleluya. Ha resucitado según lo predijo, aleluya. Ruega por nosotros a Dios, aleluya. Gózate y alégrate Virgen María, aleluya. Porque verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya.
  23. Conviértenos a ti, Dios salvador nuestro , y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
  24. Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones , para que, viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
  25. El ángel del Señor anunció a María y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve María… He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve María… Y el verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros. Dios te salve María…  Ruega por nosotros Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
  26. Nuestra Señora del Socorro, Gracias , porque escuchas siempre los ruegos de quienes ponen en ti su confianza. Nos acordamos cuando fuiste, presurosa, por las montañas de Judá,  a prestar ayuda a tu prima Isabel. Recordamos cómo acudiste maternalmente en socorro de los novios en las bodas de Caná. Amén.
  27. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo , como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
  28. Gracias Señor por tu infinita misericordia , en ti confío y es por ti que puedo seguir adelante porque eres mi sostén, esa mano que salva cuando estamos a la deriva. Te amo Señor y te doy gracias por lo malo, porque de ello aprendo y me convierto y también por lo bueno.
  29. Bendita sea tu pureza. Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes Madre mía.
  30. Señor mío y Dios mío , Padre bueno, creador del cielo y de la tierra, sin yo merecerlo me regalas un nuevo día de vida ¡Muchas gracias! Tú sabes que soy pequeño, y que sin tu ayuda caigo a cada paso. ¡no me sueltes la mano! Ayúdame a descubrir, que todos los hombres son tus hijos y por tanto mis hermanos. Enséñame a disfrutar de la vida, a vivir con alegría y a ayudar a los demás. Amén.
  31. Señor, mira complacido a tu pueblo. Señor, mira complacido a tu pueblo, que con fervor desea entregarse a una vida santa, y, ya que con sus privaciones se esfuerza por dominar el cuerpo, que la práctica de las buenas obras transforme su alma. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quien contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
  32. Señor, Padre Santo. Señor, Padre santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

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¿Como dijo Jesús que debemos orar?

Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20 Imagen Jesús enseñó a Sus discípulos a orar. Dijo que algunas personas oran sólo para que otros los vean orar, y enseñó que debemos decir nuestras oraciones personales en un lugar donde podamos estar solos, si es posible. Imagen Dijo que algunas personas dicen las mismas palabras una y otra vez cuando oran, sin pensar realmente en lo que están diciendo. Jesús dijo que debemos orar sinceramente por lo que necesitamos. Imagen El Salvador hizo una oración para enseñar a Sus discípulos cómo orar. Comenzó diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Alabó a nuestro Padre Celestial y después le pidió ayuda. Dijo “amén” al final de Su oración. Más tarde, Jesús les dijo a Sus discípulos que oraran al Padre en el nombre de Él, y prometió que nuestro Padre Celestial contestaría sus oraciones..

¿Qué poder tiene la oración?

El poder de la oración – Mi vida fue marcada por la oración desde los primeros días de mi vida. A los pocos días de nacido adquirí una enfermedad estomacal muy severa que por poco me quita la vida. Mi madre clamaba a Dios de rodillas frente a mi cuna, y Dios le respondió con sanidad para mi vida.

  1. A los pocos meses de casados, mi esposa fue diagnosticada con una condición renal que impedía que quedara embarazada;
  2. Una sierva de Dios, llamada Betty Day, fue a impartirnos clases de inglés en el Seminario, y nos enseñó también sobre el poder de la oración y la unción con aceite;

Al orar por mi esposa, fue totalmente sanada y Dios nos dio la bendición de tener dos hijos. Mi esposa también fue diagnosticada con cáncer de seno cuando nuestros hijos eran todavía pequeños. Muchos hermanos y hermanas se unieron a nosotros en oración y ayuno.

Antes de operarla para extraerle el cáncer, la doctora pidió su consentimiento para removerle el seno completamente. Mi esposa respondió en fe: “Ud. no tendrá necesidad de hacer eso” y pocas horas después, salió sonriente del salón de operaciones para comunicarnos que no había encontrado cáncer.

¡Gloria a Dios! En el año 1980, fui confinado a un campo de trabajos forzados por ser cristiano, donde cortaba caña de azúcar de sol a sol. Durante mi primer día en aquel lugar difícil, clamé a Dios que me proveyera de compañeros cristianos en medio de esa prueba para que pudiéramos apoyarnos mutuamente.

  • Me estaba duchando y cantaba el himno “Cuán grande es Él”, cuando escuché que en la ducha contigua una persona cantaba conmigo;
  • Pudimos identificar a otros cristianos en medio de aquel campo, y juntos nos fortalecíamos mutuamente adorando a Dios en medio de los campos de caña y celebrando la Santa Cena con galletas y jugo de caña de azúcar;

Durante 33 años de ministerio, Dios nos ha bendecido con innumerables experiencias de sanidad en nuestras congregaciones. En el año 2001, llegué con mi familia a los Estados Unidos, donde fui nombrado para comenzar una nueva iglesia. La oración jugó un papel fundamental en ese proceso.

  • La oración por discernimiento nos ayudó a identificar las necesidades en medio de la comunidad y en la vida de las personas;
  • La oración de fe nos permitió desafiar las dificultades y confiar en la provisión infinita de un Dios amoroso;

En respuesta a la oración intercesora de la comunidad de fe, Dios nos permitió ver victorias en procesos migratorios, sanidades de cáncer, provisión de locales adecuados conforme al crecimiento numérico del grupo, conversiones de personas que antes vivían esclavizadas por adicciones, y provisión financiera para que la nueva iglesia pudiera seguir adelante.

Recientemente vivimos una poderosa manifestación de Dios en una reunión de pastores y pastoras de nuestro distrito, cuando, al practicar la oración de fe y la unción con aceite, los pastores y pastoras testificaron de haber recibido afirmación en su llamamiento y poder para ejercer autoridad en el nombre de Jesús.

En medio de un mundo quebrantado y de sistemas financieros que sufren de constante inestabilidad, el pueblo de Dios necesita recuperar su pasión por la intimidad con Dios y buscar el poder para perseverar en el poder de la oración. Para que tengamos una iglesia saludable, que marque la diferencia en medio de nuestras comunidades agonizantes, necesitamos cumplir la tarea que Dios nos ha encomendado mirando, “no a lo que se ve, sino a lo que no se ve” (2 Corintios 4:18) y sostenernos “como viendo al invisible” (Hebreos 11:27), el Dios que por medio del poder de la oración, da a los que piden, concede a los que buscan y abre la puerta a los que claman a él.

¿Cuál es el propósito de la oración?

El propósito de la oración Sección doctrinal Una hermana está muy enferma en el hospital, y nos pidieron hace tiempo que oráramos y ayunáramos para que Dios la curase. Desde que supe que estaba enferma, he estado orando por ella diariamente; y mi esposa, nuestros hijos y yo hemos ayunado para su pronta y segura curación.

  • Mientras oro una y otra vez por ella a nuestro Padre Celestial, me pregunto si es necesario pedir a nuestro Padre Celestial que cure a una de Sus hijas que Él ama más y mejor que yo;
  • Porque yo también soy padre, y si uno de mis hijos enfermara y yo tuviera el poder, la capacidad o los medios para curarle, no necesitaría que los demás hijos me rogaran una y otra vez que lo hiciera;

Entonces, ¿por qué debemos pedirle que haga algo, si Él sabe mejor que nadie lo que debe hacer? Mientras escribo este artículo, hoy, Viernes Santo, 2 de abril de 2021, me ha llegado un mensaje diciendo que esta querida hermana ha fallecido hoy, el mismo día en que falleció nuestro amado Salvador.

Dura noticia que llega en medio de tantas oraciones y ayunos. ¿Han sido vanas nuestras oraciones y nuestros ayunos? En el Sermón del monte, el Señor dijo, “vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes de que le pidáis” (Mateo 6:8).

Dios conoce a todos Sus hijos, y está dispuesto a ayudarles, sin necesidad de que le informemos o le pidamos. Y he leído sobre este difícil asunto que la oración no debe ser un medio de obtener bendiciones que un Dios amoroso ya está dispuesto a darnos, porque Dios tiene muy claro lo que es mejor para nosotros dentro de su perspectiva eterna, y que, por tanto, la oración no se debe usar, ni para pensar que Su amor depende de nuestras peticiones, ni para intentar cambiar Su voluntad con ellas.

Entonces, repito: ¿por qué debemos orar en casos como este? En la revelación que incluye la llamada “Ley de la Iglesia”, dada en febrero de 1831, el Señor nos dice que los que enfermen y mueran “morirán para mí”.

Y añadió que para “los que mueran en mí, la muerte les será dulce” (cfr. y C. 42:44-46). Y repite en una revelación de agosto de 1831: “Sí, bienaventurados los que mueran en el Señor. Porque cuando Él venga […] se levantarán de los muertos” (cfr. y C. 63:49). Me han hecho meditar mucho las palabras de Jacob en el Libro de Mormón, cuando dijo que “la muerte ha pasado sobre todos los hombres, para cumplir el misericordioso designio del gran Creador” (2 Nefi 9:6).

  • Esto se aplica perfectamente a la muerte de Jesucristo;
  • Y, aunque no lo entendamos, tenemos que aceptar que se aplique también a quienes, como en este caso, “mueran en el Señor”;
  • Y, a pesar de todo, se nos pide que oremos, independientemente de lo que nuestro Padre decida hacer en cada caso;

Decía que yo también soy padre, y si tuviera que enfrentar la enfermedad y la muerte de uno de mis hijos, las peticiones de sus hermanos, aunque no lograran salvarle, me llenarían de gozo, al ver que mis hijos se aman los unos a los otros, y que acuden a mí porque confían en su padre.

De esa manera, las oraciones estarían fortaleciendo los lazos familiares, que deben continuar después de la muerte. La oración es un medio para la comunicación entre nosotros y Dios, y su propósito principal es mantener la conexión con los cielos, que nos ayude a recordar que somos hijos de Dios, y que nuestra vida en la tierra tiene un propósito que va más allá de lo terrenal y humano.

Y que, para el cumplimiento de nuestra misión en esta tierra, necesitamos la ayuda divina. Hay muchas razones por las que deberíamos orar. Vemos al Señor en Getsemaní orando una y otra vez para recibir fortaleza, y en ese momento tan difícil para Él, dijo a sus discípulos: “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mateo 26:41).

  1. Hay en la oración un medio para fortalecernos que quizá no conozcamos del todo;
  2. Cuando yo oro por alguien que está enfermo, no lo hago porque Dios necesite que le recuerden esa necesidad, sino porque soy yo el que necesita recordar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo, porque ambos están incluidos en esa oración: muestro mi amor por Dios, al acudir confiadamente a Él, y mi amor por el prójimo al pedir por los enfermos;

Y en el proceso me fortalezco yo, que soy al final el más beneficiado..

¿Qué es la oración y para qué sirve?

La oración es una comunicación con Dios de parte de los creyentes. La oración es una muestra de la dependencia que tenemos de Dios, y no de nuestras fuerzas. La oración es buscar la voluntad de Dios, no la nuestra. La oración es estar en la presencia de Dios.

La Biblia también nos habla de sinónimos de oración, como por ejemplo: clamar a Dios (Sal 3. 4), invocar el nombre del Señor (Gn 4. 26), elevar el alma al Señor (Sal 25. 1), acercarse al trono de la gracia (Hebreos 4.

16), y acercarse a Dios (Hb 10. 22). ¿Por qué tenemos que orar? Primero, porque Dios nos lo ordenó. La orden de orar sale de la boca de los salmistas (Sal 105. 4), de los profetas (Isaías 55. 6), de los apóstoles (Col 4. 2) y de Jesús mismo (Jn 16. 24). Segundo: La oración es necesaria para recibir bendición y poder de Dios.

Jesús dijo que recibirían el Espíritu Santo si perseveraban en la oración (Lc 11. 5-13). Es por eso que después de la ascensión de Jesús al cielo los discípulos perseveraron en oración en el aposento alto (Hch 1.

14) hasta que el Espíritu Santo se derramó con poder en (Hch 2. 1-4). Cuando los apóstoles se reunieron después de su arresto y liberación de parte de las autoridades judías, ellos oraron fervientemente para que el Espíritu Santo les diera denuedo y autoridad para hablar sus palabras.

Esto está en el libro de Hechos 4. 24-31, donde encontramos algunos principios de la oración: Oraron primeramente entendiendo que Dios es soberano y Él tiene el control de todo (24), oraron conforme a la palabra de Dios (25, 26), oraron entendiendo que Dios tiene el control de todo y todo tiene un porqué (28), pidieron algo conforme a su voluntad y para que se cumpla el propósito para el cual Dios les había escogido, que es predicar su palabra (29) y oraban para que Dios se manifieste sobrenaturalmente (30).

Resultado: Dios respondió sus oraciones. Pablo reconoció que su llamado no llegaría a concretarse con éxito sin la oración y la dependencia de Dios. Es por eso que, insistentemente, rogaba a los creyentes que oren por él, en todas sus epístolas, como Ro 15.

  • 30-32 y 2 Cor 1;
  • 11;
  • Santiago dice, claramente, que la sanidad física puede llegar al creyente como resultado de una oración de fe (Stg 5;
  • 14-15);
  • En el libro de Ex 33;
  • 11, leemos que Dios consideraba a Moisés como un amigo íntimo con quien podría hablar cara a cara;

Esa relación especial se debía, en parte, al hecho de que Moisés estaba sinceramente dedicado a Dios y a su causa, sus deseos y sus propósitos. Moisés era uno con el Espíritu de Dios, a tal punto que compartía los mismos sentimientos con Dios, sufriendo cuando Él sufría y afligiéndose con Dios.

Se afligía por el pecado y se dejaba tratar por Dios sin excusas: Moisés tenía un defecto gravísimo, él era tan iracundo que llegó a matar en un arrebato de ira. Por este motivo, Dios lo llevó 40 años al desierto, quitándole todo, humillándole para, luego de estar totalmente humillado, poder usarlo para su propósito, y él concluyó su carrera como el hombre más manso de toda la tierra (Números 12.

3). Moisés era transparente, sin doblez, dispuesto a ser humillado. Por eso era amigo de Dios y hablaba con Él cara a cara. Para que la oración sea eficaz, debe tener varios requisitos: 1) Las oraciones no tendrían respuestas a menos que se tenga una fe sincera y genuina (Mr 11.

24). 2) Deben hacerse en nombre del Señor Jesucristo (Jn 14. 13,14). 3) La oración solo puede ser eficaz si se hace conforme a la perfecta voluntad de Cristo (1 de Jn 5. 14). La oración del Padre Nuestro dice: “Hágase tu voluntad así como en el cielo también en la tierra”.

En el Getsemaní, en su momento de mayor aflicción, Jesús respetó este principio de soberanía divina al orar diciendo: “Mas no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lc 22. 42)..

¿Cuál es la oración que más le agrada a Dios?

Hoy desde allí donde te encuentras, Dios puede transformar tu vida. Él quiere manifestarse si lo buscas con todo tu corazón. Es por eso, que es necesario tomar ciertas decisiones que te conducirán a encontrarte con su presencia. Tu decisión de hoy construye tu futuro Dios es el mismo que bautizó a la iglesia en su comienzo, el día del Pentecostés.

Es por eso,  que hoy desea activar tu fe para que puedas vivir en plenitud y así contagiar a tu familia y amigos. Si de su lado está el “llenarnos de su fuego” para llevar adelante su obra, de nuestro lado entonces, está el tomar buenas decisiones en el tiempo oportuno.

Así como lo declara el Señor en su Palabra, “sus pensamientos son de bien”, por lo cual, Él desea obrar milagros y mostrarnos el mejor camino para nosotros. ¿Podrá Dios restaurar una familia, sanar un corazón o ayudarnos a vivir en santidad? ¡Claro que sí! Dios puede sacar de lo malo, algo muy bueno; de lo poco, multiplicarlo en mucho.

El Señor puede restaurar lo que se había destruido; puede ablandar corazones y sanar heridas. Pero, de nuestro lado, necesitamos tomar las decisiones correctas. De nada sirve tomar una buena decisión cuando ya es demasiado tarde.

Es por eso, que hoy la Palabra de Dios, toca a nuestros corazones para que podamos prestar atención a lo que el Señor desea guiarnos a comprender y así actuar de manera sabia. Por lo tanto, veamos cuáles son las decisiones que debemos tomar en este tiempo:

  • Orar para alinearnos a Dios. “Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: -Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Jesús dijo: -Deberían orar de la siguiente manera: Padre, que siempre sea santificado tu nombre.

La primera decisión que necesitamos tomar en este tiempo es alinearnos con Dios. Es tener perseverancia en conocer su voluntad y poder avanzar hacia ella. Cuando Jesús les enseñaba a orar a sus discípulos, lo primero y más importante era declararnos sus hijos y someternos a su reino. Si el Maestro mismo necesitaba apartarse y conectarse con Dios, ¿cuánto más nosotros? Era allí donde recibía instrucciones para su ministerio, para la iglesia naciente y renuevo constante.

  • Rodearse de cánticos de adoración. “Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria”@ ( Salmo 32:7 ). Evidentemente David, el salmista, estaba pasando tiempos difíciles y decidió rodearse de adoración, donde encontraba el verdadero refugio.

¡Más que nunca necesitamos incrementar el volumen de la alabanza a Dios! Nuestra adoración debe hablar más fuerte que la queja o el temor. Esto cambiará el ambiente de angustia y traerá libertad. ¿Es posible adorar a Dios en tiempos difíciles? ¿Cuáles son las alabanzas que cambian el ambiente en tu hogar?

  • Tener una fe intencional. Es tener una actitud activa, que se aleja de la comodidad para acercarse al Señor intencionalmente. Si anhelamos recibir algo de Dios, ¡es tiempo de levantarse para ir a buscarlo! Esta es la clase de fe que arrebata el milagro.

“Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua (…) Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana» (…) Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento»”. ( Marcos 5:24-34 ) Esta mujer tenía un sufrimiento desde hacía muchos años. Sin embargo, tomó la decisión de buscar al Señor con una fe intencional.

Que tu reino venga pronto”. ( Lucas 11:1-2). Esta decisión va mucho más allá de pedir poder para ver milagros, sino primeramente, conocer lo que Dios desea hacer en cada situación. Es entablar un diálogo, donde nos alineamos a su plan y escuchamos su corazón.

No se quedó esperando el milagro diciendo: “Si Dios quiere…” Sino que fue perseverante y lo buscó hasta que lo halló. Esta es la clase de fe que nos prepara para experimentar el cambio.

  • Llenar el vacío con plenitud. Cuando recibimos a Cristo en nuestra vida, de Él viene todo lo que necesitamos y en Él estamos plenos. ¿Qué es lo que distingue a un cristiano pleno? Es que luego de un genuino arrepentimiento, su vida es colmada de la presencia del Espíritu Santo. A un cristiano se lo distingue por los frutos, por el amor, porque conduce su vida sabiendo que es templo de Dios.

Jesús le dijo a sus discípulos: “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor [ a ]  no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; ” ( Juan 16:7 ) “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”.

Es la decisión de permitir que el Señor le ayude a resistir la tentación, a ser restaurado, a buscar la paz. Ser cristiano significa que Cristo vive en su corazón. ( Romanos 8:11 ) ” No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo.

Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte”. (Salmos 51:11-12)

  • Decir Amén a las promesas de Dios. En 2 Corintios 1:18-20 Pablo enseña acerca de la fidelidad de Dios: “Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”.

Dios es fiel y cumple sus promesas. Es por eso que necesitamos tomar la decisión de creerle al Señor. Aunque parezca muy difícil, Él tiene el poder para hacer realidad lo que te ha prometido. Por lo tanto, es tiempo de alinearnos a la voluntad de Dios y buscar su presencia con un corazón rendido para agradarle.

Más que nunca, necesitamos rodearnos de alabanza para que “pise” toda queja o temor y activar nuestra fe intencional para encontrarnos con los milagros de nuestro Padre Celestial. Puedes tomar la decisión de llenar el vacío con la plenitud del Espíritu Santo y confiar en que las promesas de Dios se cumplen.

¡Tu vida puede ser maravillosa! ¡Es tiempo de tomar buenas decisiones!.

¿Cómo pedirle a Dios según la Biblia?

User Admin Abril 05, 2015 – 12:00 a. 2015-04-05 Por: Lina Álvarez, especial para El País. La autora del libro ‘Por qué pido y no recibo’, Ana Mercedes Rueda, explica que los buenos deseos son puestos por Dios en el corazón del hombre. Pida con ardor y espere con fe.

  1. Cuando Ana Mercedes era niña, solía escribir en un cuaderno mensajes cifrados;
  2. Su madre no lo entendía, tan solo tenía cinco años;
  3. Entre sus letras y garabatos, se alcanzaba a leer claramente la palabra ‘Dios’;

El tiempo pasó y Ana comprendió que tenía un don. Aquella voz que le hablaba al oído y le entregaba mensajes de amor y paz, era su ángel. Aquél guía que le pediría, 25 años después, escribir un libro para brindar luz y mostrar el camino a aquellos que aunque buscan y rebuscan, no encuentran.

  • ¿Qué la motivó a escribir este libro? Este libro surgió porque empecé a escuchar que las personas dicen que le  piden a Dios y no los escucha;
  • No son capaces de comunicarse con sus ángeles y la respuesta siempre es un silencio prolongado que les genera mucha frustración;

Cuando empecé a percibir ese vacío en la gente, pensé que las palabras eran la manera indicada de orientarlos y explicarles el hecho de que no es que Dios no nos escuche a veces, sino que no le damos un mensaje claro. No es que no conteste, sino que él nos contesta de ciertas maneras que son especiales e interesantes.

  • Yo siempre le pido a Dios que me vaya guiando y mostrando cuál es el camino por el cual debo ir y de esa manera este libro surgió;
  • ¿De qué maneras particulares se comunica Dios con nosotros? Él se comunica de muchas formas, siempre se las ingenia para hacernos llegar el mensaje;

Ya todo depende de que alguien esté dispuesto o no a escuchar. Nos puede hablar a través de un sueño, de la lectura de un libro, de un amigo que nos da un consejo o a través de una canción. Hay que  estar con los ojos abiertos y los oídos despiertos para entender las señales que él nos pasa por enfrente.

Hay una herramienta que Dios utiliza muchísimo para comunicarse con nosotros y es ese “algo que te habla”. Es cuestión de que  te sintonices, a veces la voz de la intuición, es Dios que está tratando de darnos un mensaje.

“Orar es, como dicen los adolescentes,  ‘cool’ y hasta divertido. Si fortaleces tu comunicación con Dios y tus ángeles, nunca más te volverás a sentir solo”. Ana Mercedes rueda, angeóloga Utilice un método: Encuentre un lugar tranquilo en donde sienta que se puede concentrar sin tener interrupciones.

  1. Ponga música suave o encienda una vela que ayude a la relajación;
  2. Tenga al lado lápiz y papel;
  3. Mantenga  la actitud de concentración y pregunte a Dios qué es lo que realmente quiere y desea ver manifestado en su vida;

No se presione, sea sincero consigo mismo. Escríbalo  y reflexione acerca de lo que pide y las implicaciones que esto tiene. No piense tanto al hacerlo, dé rienda suelta a sus deseos de corazón. Pregunte a Dios qué método de oración utilizar: el de la afirmación o el de la fe.

Afirmar lo que se quiere es repetirlo constantemente, y tener fe, es dejar en sus manos determinada  situación. Comprenda el aprendizaje que le deja aquello que está viviendo. Es el punto clave del proceso.

A veces las cosas no suceden porque aún no hemos aprendido la lección. Evalúe los aspectos que debe cambiar, en ocasiones, la mente pone muchas barreras para evitar la evolución. Trabaje en sí mismo, elimine las cosas negativas y tome una mejor actitud. Tome la decisión.

Inicie  un programa personal intensivo. Busque su equilibrio y tenga paciencia, los resultados no son inmediatos. Sea disciplinado, acérquese a Dios y asuma una rutina diaria de oración. ¿Qué hacer en la sala de espera? El que espera, desespera.

Tome nota y tenga paciencia mientras Dios le contesta. Cuando se está en espera de la respuesta es cuando realmente estamos probando nuestra fe. Aunque parezca que nada está sucediendo, en esos momentos es cuando Dios está actuando tras bambalinas para ordenar todo de manera perfecta y entregarle la respuesta a sus oraciones.

¡Déjese sorprender! Dios sabe el momento y la manera perfecta para responder a cada una de sus peticiones, solo confíe. Todo llega en su debido momento. Sea proactivo durante el tiempo de espera: medite, ore con agradecimiento por lo que ya tiene y haga ejercicio.

Cree una afirmación positiva que resuma lo que está pidiendo y repítala diariamente cuantas veces desee. .

¿Cómo aprender a orar con fe?

Invito al Espíritu Santo para que nos ayude al reflexionar en un principio que puede servir para que nuestras oraciones sean más sinceras: el principio del Evangelio de pedir con fe. Quiero repasar tres ejemplos en cuanto al pedir con fe en oración sincera y analizar las lecciones que podemos aprender de cada uno de ellos.

Al hablar de la oración, hago hincapié en la palabra sincera. El simple hecho de orar es muy diferente a entregarse en sincera oración. Espero que todos ya sepamos que la oración es esencial para nuestro desarrollo y protección espiritual; no obstante, lo que sabemos no siempre se refleja en lo que hacemos.

A pesar de que reconocemos la importancia de la oración, todos podemos mejorar en cuanto a la regularidad y la eficacia de nuestras oraciones personales y familiares.

¿Cómo se debe orar de pie o de rodillas?

(Antonio Serrano Santos) Hay quien opina y dice que” orar de rodillas es masoquista y que a Dios no le gusta”. Si se refiere a algunos casos, en particular, de rutina y fanatismo, no está mal dicho. Pero si es una afirmación general, para todo el que toma esa actitud, me parece que ha olvidado, o no ha revisado, la Sagrada Escritura, la tradición cristiana y la liturgia católica sobre este modo de orar, donde se muestra todo lo contrario.

  1. Y es mucho asegurar que todos esos son masoquistas y desagradan a Dios;
  2. Luego expondremos algunos de los muchísimos casos que aparecen en la Biblia, la tradición y la liturgia;
  3. Una cosa es la actitud de temor servil, y otra, la actitud de temor filial;

A Dios hay que rezarle como hijos, como dice el Padre nuestro y, entonces, solo cabe un temor filial, es decir, temer ofender a Dios porque se le quiere, y obedecerle en lo que sabemos que nos manda porque El sabe lo que nos conviene. Dicho esto, nuestra oración es como la conversación y trato con un padre. La liturgia prescribe dos formas o modos de hacer oración: de pie, como se hacía, y ahora también, en la Iglesia Primitiva, con los brazoz abiertos, en alto; o de rodillas, en ciertos momentos también litúrgicos. Tanto en la misa, como en otros actos de culto, se ora de rodillas. Y no es, por eso, masoquismo ni humillación, ni desagrada a Dios, más bien todo lo contrario. Es un acto de humildad, intenso y profundo que, en algunos momentos, el cristiano realiza y necesita por la importancia de lo que adora y ama y cree, y por una gran necesidad espiritual, a veces, urgente, personal o comunitaria.

” Orar, dice Santa Teresa en el libro de su vida,es estar muchas veces, a solas, tratando amistosamente, con quien sabemos nos ama”. ” Para amar; no es otro el fin de la oración”. En ese modo de oración vemos cómo Dios demuestra su grandeza infinita abajándose hasta nosotros que nos sentimos pobres, totalmennte necesitados, siempre en peligro.

Y no solo nos sentimos, es que lo somos. Y en esa intimidad en que nos recogemos, en el silencio y la soledad, tantas veces, ante el sagrario o en nuestra habitación, o en plena naturaleza, en pura fe, unas veces, y con dulce sentimiento, otras, experimentamos la presencia y acción de Dios en nuestro espíritu y hasta en nuestro pobre cuerpo.

El siempre habla mucho más en el silencio y la soledad que en medio del ruido del mundo. ” Le llevaré a la soledad y allí le hablaré al corazón”, dice en boca del profeta. Algunos ejemplos maravillosos : 1.

– Al ciego de nacimiento, una vez curado, le dijo Jesús: ” Crees tú en el hijo del Hombre?( Hijo de Dios)- ¿Quién es, Señor, para que crea en él?- Responde. -El que habla contigo- dice Jesús- Creo, Señor. Y, cayendo de rodillas, lo adoró. Jesús aceptó ese gesto.

Le agradó. Su humildad, su fe, y gratitud. – “…encontraron al Niño y a su Madre, y, postrándose de rodillas, le ofrecieron oro, incienso y mirra”. – ” Jesús, cayendo de rodillas, sobre su rostro, en tierra, exclamaba: Padre mío…Y entrando en agonía, oraba más intensamente, hasta derramar sangre”.

Parece que al orar de rodillas se ora más intensamente, acerca más a Dios, nos hace sentirnos más hijos, hasta el extremo de que el mismo Jesús, llega un momento en que no dice Padre, sino “Abba”, que tiene en hebreo una traducción castellana parecida a nuestro ” papá”.

  1. – Filipenses, 2,10-12: …para que, al nombre de Jesús, doble la rodilla cuanto hay en los cielos, en la tierra y en los abismos…” Hay otros muchos más casos en la Biblia de este orar de rodillas;
  2. Pero vamos a ver otros fuera de ella;

– Al momento de la Consagración. – En el Viernes Santo, en la adoración de la Cruz, todos se arrodillan, prescripción litúrgica. En el Credo, también, puede arrodillarse al momento de decir: …se encarnó de María Virgen”. Y en la adoración y exposición del Santísimo, en el ” Tantum, ergo, Sacramentum, veneremos cernui”.

  • ” Cernui” se traduce por ” de rodillas”;
  • En el himno del Corpus: ” De rodillas, Señor, ante el sagrario, que guarda cuanto queda de amor y de unidad…” Y hay en el canto popular y las costumbres cristianas, antiguas, ese cántico : “Cuando, de rodillas, te contemplo, Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez…”Ante la Stma;

Virgen, como en Fátima, Lourdes. Versos como:” Pensamiento que al cielo subes y subes/mira bien no te pierdas entre las nubes/ Pliega, pliega las alas ,amaina el vuelo/ mejor a Dios te elevas cuando te humillas/ nunca es más grande el hombre que de rodillas”.

  1. Hay personas que no pueden ponerse de rodillas, ni mucho ni poco;
  2. Fuera de lo que la Iglesia, en su sabiduría de siglos, nos prescribe, cada uno ora como puede y quiere;
  3. Tanto de rodillas como de pie;
  4. El valor de la oración está e el corazón, la humildad, el amor;

Jesús pone un ejemplo de oración. ” Subieron dos al templo a orar. Uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, puesto en pie…” sabemos lo que sigue, pero está claro que si estaba de pie, el publicano estaba de rodillas. El fariseo, ante el altar, estaba seguro y satisfecho de su modo de orar.

  • Y decía que no era ni siquiera como ” ese publicano” y lo despreciaba, el cual , al fondo del altar, de rodillas, se golpeaba el pecho, diciendo: ” ¡Oh, Dios, ten compasión de este pecador”;
  • Jesús, termina la parábola afirmando: Este salió justificado”;

Decir que” orar de rodillas es masoquista y no le gusta a Dios”, dicho con buena intención, sin la malicia y orgullo despectivo del fariseo, es, repito, no haber revisado bien la Sagrada Escritura, la tradición cristiana y la liturgia. Tarde o temprano, si no lo hace, puede caer en la actitud del fariseo, porque orar de rodillas no es masoquista y le gusta a Dios muchísimo.

  1. Es humildad, amor de hijo que necesita, muchas veces, acudir a su Padre, buscando fuerza, consuelo, intimidad;
  2. Es la íntima amistad con Jesús, de la que todo depende; seguir su ejemplo en esos momentos de oración intensa que nos saque de la tibieza, de la rutina y nos prepara para aceptar el cáliz, ese cáliz que siempre nos espera en nuestra vida y que, de otro modo, no podríamos;

Porque de rodillas, orando intensamente, hasta sudar sangre, parece que es así como pudo Jesús aceptar la voluntad del Padre el cáliz que siempre aceptó, y no quería, incomprensiblemente para nosotros, en ese momento, aceptar..