Que Dice Dios De Mi?

Que Dice Dios De Mi
Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, entregaré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida. Isaías 43. 4 Muchas personas le dan mucha importancia a lo que pueda decir un individuo de ellos. Y toman muy en serio cada comentario que digan, esto puede ser un dardo para deprimirte y ponerte triste o un antídoto para aliviarte, cada palabra tiene un peso en tu vida.

Tal vez tú seas de esas persona que necesita la opinión de los demás para ser alguien motivado. Pero alguna vez te has preguntado qué dice Dios de ti, qué opina Dios de ti. Porque Dios te creó a su imagen y por eso eres precioso a sus ojos y te ama.

Quiero mostrarte algunos versículos que te pueden ayudar a superar opiniones negativas, y son algunas de mis escrituras favoritas: Salmo 139: 14 , donde Dios dice: “Estoy temeroso y maravillosamente”. Dios me dice en el Salmo 17 , “Soy la niña de sus ojos”.

En Deuteronomio 7: 6 , Dios me dice que yo soy “su especial tesoro”. En Filipenses 4: 8 , Dios me dice que debo pensar en todo lo que sea ” verdadero, noble, justo, puro y encantador”, tremendas verdades que vienen de Dios para ti, eso es lo Él piensa de ti.

Estas son palabras poderosas que pueden cambiar tu manera de verte. Créele a Dios, él te dice que tú eres importante para él. Tenemos una opción para creer y llenar nuestra mente con la verdad de Dios, que cambiará nuestro corazón, o escuchar lo que dicen otras personas y estar tristes.

¿Qué dice San Juan 1 12?

1 a En el principio era el b Verbo , y el Verbo estaba con Dios, y el c Verbo era d Dios. 2 Este estaba en el a principio con Dios. 3 Todas las cosas por medio de él fueron a hechas , y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. 4 En él estaba la a vida , y la vida era la b luz de los hombres.

5 Y la a luz resplandece en las b tinieblas , y las tinieblas no la c comprendieron. 6 Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba a Juan. 7 Este vino como testigo, para dar a testimonio de la luz, a fin de que todos b creyesen por medio de él.

8 No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. 9 Aquel era la a luz verdadera que b alumbra a todo hombre que viene a este mundo. 10 En el a mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo b no le conoció. 11 A los suyos vino, y los suyos no le a recibieron.

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio a potestad de llegar a ser b hijos de Dios; 13 que no a nacieron de sangre, ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios.

14 Y el Verbo fue hecho a carne y habitó entre nosotros (y b vimos su c gloria , gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio a testimonio de él y clamó, diciendo: Este es aquel de quien yo decía: El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo.

16 Porque de su plenitud recibimos todos, y a gracia sobre gracia. 17 a Porque la b ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la c verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios a nadie le vio b jamás ; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

19 Y este es el testimonio de a Juan , cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: Tú, ¿quién eres? 20 Y confesó y no negó, sino que confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú a Elías ? Dijo: No lo soy.

¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. 22 Entonces le dijeron: ¿Pues quién eres?, para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la a voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.

24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Entonces le preguntaron y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta? 26 Y Juan les respondió, diciendo: Yo a bautizo con agua, mas en medio de vosotros hay uno a quien vosotros no conocéis.

  • 27 a Este es el que ha de venir después de mí, el que es antes de mí, de quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia;
  • 28 Estas cosas acontecieron en a Betábara , al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba;

29 Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: ¡He aquí el a Cordero de Dios, que quita el b pecado del mundo! 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón que es antes de mí, porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía, pero para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.

32 Y Juan dio testimonio, diciendo: Vi al a Espíritu que descendía del cielo como b paloma , y que reposó sobre él. 33 a Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y que reposa sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo.

34 Y yo le he visto y he dado a testimonio de que este es el Hijo de Dios. 35 Al siguiente día otra vez estaba Juan, y con él dos de sus discípulos. 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios! 37 Y los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús.

  • 38 Y volviéndose Jesús y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que interpretado quiere decir Maestro), ¿dónde moras? 39 Les dijo: Venid y ved;
  • Entonces fueron y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima;

40 a Andrés , hermano de b Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y que habían seguido a Jesús. 41 Aquel halló primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al a Mesías (que interpretado es, el Cristo). 42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado a Cefas (que quiere decir piedra).

  1. 43 Al día siguiente, quiso Jesús ir a Galilea, y halló a a Felipe y le dijo: Sígueme;
  2. 44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro;
  3. 45 Felipe halló a a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribieron Moisés, en la ley, y también los profetas: a Jesús hijo de José, de Nazaret;

46 Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47 Jesús vio a Natanael que se le acercaba y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay a engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.

49 Respondió Natanael y le dijo: ¡Rabí, tú eres el a Hijo de Dios ! ¡Tú eres el Rey de Israel! 50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Crees porque te dije que te vi debajo de la higuera? Cosas mayores que estas verás.

51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del Hombre..

¿Qué dice Isaías 54 10?

1 a Regocíjate , oh estéril, la que no daba a luz; prorrumpe en cánticos y da voces de júbilo, la que nunca ha estado de parto, porque más son los hijos de la desolada que los de la casada, ha dicho Jehová. 2 Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no escatimes; alarga tus cuerdas y fortalece tus a estacas.

  • 3 Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda, y tu descendencia heredará a naciones y habitará las ciudades desoladas;
  • 4 No temas, porque no serás avergonzada, ni te humilles, porque no serás agraviada, porque te olvidarás de la a vergüenza de tu juventud y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria;

5 Porque tu a marido es tu Hacedor; b Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu c Redentor , el Santo de Israel; d Dios de toda la tierra será llamado. 6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dice el Dios tuyo.

7 Por un breve a momento te b abandoné , pero te c recogeré con grandes misericordias. 8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento, mas con a misericordia eterna tendré b compasión de ti, dice tu Redentor, Jehová.

9 Porque esto me será como las aguas de Noé, porque juré que nunca más las a aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti ni te reprenderé. 10 Porque los a montes se moverán y los collados serán quitados, mas no se quitará de ti mi bondad, ni el b convenio de mi paz se romperá, dice Jehová, el que tiene misericordia de ti.

11 ¡Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo! He aquí que yo cimentaré tus piedras sobre a carbunclo y sobre zafiros echaré tus cimientos. 12 Tus ventanas haré de piedras preciosas y tus puertas de piedras de carbunclo, y todo tu muro de piedras deleitables.

13 Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová, y grande será la a paz de tus hijos. 14 Con rectitud serás adornada; estarás lejos de la opresión, porque no temerás; y lejos del terror, porque no se acercará a ti. 15 He aquí, ciertamente se reunirán contra ti, pero no será por parte mía; quien contra ti se reúna, delante de ti caerá.

16 He aquí que a yo creé al herrero que sopla las brasas en el fuego y que saca la herramienta para su obra; y también he creado al destructor para destruir. 17 Ninguna a arma forjada contra ti prosperará, y tú condenarás toda b lengua que se levante contra ti en juicio.

Esta es la herencia de los c siervos de Jehová, y su rectitud viene de mí, dice Jehová..

¿Qué dice Romanos 8 14?

1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no a andan conforme a la carne, sino conforme al espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha a librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la a ley , por cuanto era b débil por la carne , c Dios , enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, 4 para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al espíritu.

  • 5 Porque los que viven conforme a la carne, en las cosas que son de la carne se ocupan; pero los que viven conforme al espíritu, en las cosas del espíritu;
  • 6 Porque el ánimo a carnal es b muerte , pero el ánimo c espiritual es vida y d paz;

7 Por cuanto la inclinación de la carne es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. 8 Así que, los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, si es que el a Espíritu de Dios mora en vosotros.

  1. Y si alguno no tiene el b Espíritu de Cristo , no es de él;
  2. 10 Y si a Cristo está en vosotros, b el cuerpo a la verdad está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu es vida a causa de la c justicia;
  3. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo Jesús de los muertos a vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros;

12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne, 13 porque si vivís conforme a la carne, a moriréis ; pero si por el espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son a hijos de Dios.

15 Porque no habéis recibido el espíritu de a servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos a hijos de Dios.

17 Y si hijos, también a herederos ; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Porque considero que los a sufrimientos de este tiempo no son dignos de ser comparados con la b gloria venidera que c en nosotros ha de ser manifestada.

  1. 19 Porque el anhelo profundo de la creación es el esperar la manifestación de los hijos de Dios;
  2. 20 Porque la creación fue a sujetada a la vanidad, no de buen grado, sino por causa del que la sujetó en esperanza, 21 porque también la creación misma será a librada de la servidumbre de la corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios;

22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre dolores de parto hasta ahora. 23 Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las a primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la b adopción , a saber, la c redención de nuestro cuerpo.

24 Porque en a esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que b se ve, ya no es esperanza, porque lo que se ve, ¿para qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo esperamos. 26 Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque no sabemos lo que hemos de a pedir como es debido, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

27 Pero el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque él, conforme a la voluntad de Dios, a intercede por los santos. 28 Y sabemos que para los que aman a Dios, a todas las cosas obrarán juntamente para su bien, para los que conforme a su propósito son llamados.

29 a Porque a los que b antes conoció, también c predestinó para que fuesen hechos d conforme a la e imagen de su Hijo, a fin de que él sea el f primogénito entre muchos hermanos; 30 y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.

31 ¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién a contra nosotros ? 32 a El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él b todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

  • 34 ¿Quién es el que condenará? a Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros;
  • 35 ¿Quién nos apartará del a amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: a Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos considerados como ovejas de matadero;
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37 Antes bien, en todas estas cosas somos más que a vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá apartar del a amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro..

¿Qué dice en Jeremias 31 3?

1 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré el Dios de todas las a familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. 2 Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando yo iba a dar reposo a Israel. 3 Jehová se manifestó a mí hace a ya mucho tiempo, diciendo: Sí, con amor eterno te he b amado ; por tanto, te he atraído con misericordia.

  1. 4 Otra vez te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; de nuevo serás adornada con tus panderos y saldrás en las danzas con los que se divierten;
  2. 5 Volverás a plantar viñas en los montes de Samaria; las plantarán los plantadores y disfrutarán de ellas;

6 Porque habrá día en que clamarán los a guardias en los montes de Efraín: ¡Levantaos y subamos a b Sion , a Jehová nuestro Dios! 7 Porque así ha dicho Jehová: Cantad con alegría por Jacob y dad voces de júbilo a la cabeza de las naciones; proclamad, alabad y decid: Oh Jehová, a salva a tu pueblo, el remanente de Israel.

8 He aquí, yo los hago volver de la tierra del a norte , y los reuniré de los confines de la tierra, y entre ellos a ciegos y a cojos, a la mujer que está encinta y a la que dio a luz juntamente; en gran congregación volverán acá.

9 Vendrán con a llanto , y por sus súplicas los guiaré y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán, porque yo soy el b padre de Israel, y c Efraín es mi primogénito. 10 Oíd la palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo saber en las islas que están lejos; y decid: El que dispersó a Israel lo a reunirá y lo guardará, como el pastor a su rebaño.

  • 11 Porque Jehová rescató a Jacob y lo redimió de manos del más fuerte que él;
  • 12 Y vendrán, y cantarán de gozo en lo alto de Sion y correrán hacia la bondad de Jehová: por el grano, y por el vino, y por el aceite y por las crías de las ovejas y de las vacas; y su vida será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor alguno;

13 Entonces la virgen se regocijará en la danza, los jóvenes y los ancianos juntamente; y cambiaré su duelo en gozo, y los consolaré y los alegraré de su dolor. 14 Y el alma de los sacerdotes satisfaré con grosura, y mi pueblo será saciado de mi a bondad , dice Jehová.

15 Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en a Ramá , llanto y lloro amargo; Raquel, lamentándose por sus hijos, no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. 16 Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz y de las lágrimas tus ojos, porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo.

17 Esperanza también hay para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propio territorio. 18 Ciertamente he oído a Efraín que se lamentaba: Me has castigado, y fui castigado como novillo indómito; hazme volver y yo volveré, porque tú eres Jehová mi Dios.

  1. 19 Porque a después que me aparté, me arrepentí; y después que comprendí, me di golpes en el muslo; me avergoncé y me sentí humillado, porque llevé la afrenta de mi juventud;
  2. 20 ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿No es niño en quien me deleito? Pues siempre que hablo contra él, ciertamente lo recuerdo aún más;

Por eso mis entrañas se conmueven por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová. 21 Establécete señales, ponte a majanos altos ; presta atención a la calzada, el camino por donde fuiste; vuélvete, oh virgen de Israel; vuelve a estas, tus ciudades.

22 ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija a rebelde ?, porque Jehová ha creado una cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón. 23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver a sus cautivos: ¡Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo! 24 Y morarán en ella Judá y todas sus ciudades juntamente, los labradores y los que van con rebaño.

25 Porque habré satisfecho al alma cansada y saciado a toda alma entristecida. 26 En esto me desperté y miré, y mi sueño me fue agradable. 27 He aquí, vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal.

  • 28 Y sucederá que así como tuve cuidado de ellos para arrancar, y a derribar , y derrocar, y destruir y afligir, así tendré cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová;
  • 29 En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las a uvas agrias, y a los hijos les da b dentera , 30 sino que cada cual a morirá por su propia b iniquidad ; a todo hombre que coma las uvas agrias le dará dentera;

31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un a nuevo b convenio con la casa de c Israel y con la casa de Judá, 32 no como el a convenio que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi convenio, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

  1. 33 Mas este es el a convenio que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi b ley en su mente y la escribiré en sus c corazones ; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo;

34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová, porque todos me a conocerán , desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la b iniquidad de ellos y no me acordaré más de su pecado.

35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, a las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que agita el mar para que bramen sus olas; Jehová de los ejércitos es su nombre: 36 Si estas leyes se apartan de delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel dejará de ser nación delante de mí para siempre.

37 Así ha dicho Jehová: Si se pudieran medir los cielos arriba y explorar abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharía toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová. 38 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será a edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Ángulo.

¿Qué dice en Romanos 5 1?

1 a Justificados, pues, por la b fe, tenemos c paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

¿Qué dice Romanos 3 24?

1 ¿ a Qué ventaja, pues, tiene el judío? ¿O de qué aprovecha la circuncisión? 2 De mucho, en todo sentido. Principalmente porque les fueron confiadas a las palabras de Dios. 3 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la verdad de Dios? 4 a De ninguna manera ; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.

  1. Como está escrito: b Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando seas juzgado;
  2. 5 a Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será b injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre);

6 De ninguna manera, porque de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aun así soy yo juzgado como pecador? 8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos): Hagamos lo malo para que venga lo bueno? La a condenación de los tales es justa.

9 ¿Qué, pues? ¿Somos mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos comprobado que, tanto judíos como gentiles, todos están bajo pecado. 10 Como está escrito: a No hay justo, ni aun uno; 11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.

12 Todos se a desviaron , a una se hicieron b inútiles ; c no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan; veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14 cuya boca está llena de maldición y de amargura; 15 sus pies son veloces para derramar sangre; 16 destrucción y a miseria hay en sus caminos; 17 y camino de a paz no conocieron.

  • 18 No hay a temor de Dios delante de sus ojos;
  • 19 Ahora bien, sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20 porque por las a obras de la b ley ninguna carne se c justificará delante de él, pues por medio de la ley es el conocimiento del pecado;

21 Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto a todos pecaron y están b destituidos de la gloria de Dios, 24 a siendo b justificados gratuitamente por su c gracia mediante la d redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios a puso como b propiciación por medio de la fe en su c sangre , para manifestación de su justicia, al haber pasado por alto, en su paciencia, los d pecados pasados, 26 con la mira de manifestar su justicia en este tiempo, para que él sea el a justo , y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la a jactancia ? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Así que, concluimos que el hombre es justificado por la a fe b sin las obras de la ley.

29 ¿Es a Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Sí, también de los b gentiles. 30 Porque Dios es a uno , y él justificará por la fe la circuncisión, y por medio de la fe la incircuncisión. 31 ¿Anulamos, entonces, la ley por la fe? De ninguna manera; antes bien, establecemos la ley..

¿Qué dice en Juan 13 1?

1 Antes de la fiesta de la a Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, b los amó hasta el fin.

¿Qué dice la Biblia en Hebreos 13 5?

1 Permanezca el a amor fraternal. 2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por esta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. 3 Acordaos de los a presos , como si estuvieseis presos juntamente con ellos; y de los b afligidos , puesto que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.

4 Honroso sea en todos el a matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los b fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. 5 Sean vuestras costumbres sin a avaricia ; b contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: No te desampararé ni c te dejaré.

6 De tal manera que decimos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. 7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos.

  1. 9 No seáis a llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, y no en los alimentos que nunca aprovecharon a los que se ocuparon de ellos;

10 Tenemos un altar, del cual no tienen derecho a comer los que sirven al tabernáculo. 11 Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre, por el pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. 12 Por lo cual también Jesús, para a santificar al pueblo mediante su propia b sangre , c padeció fuera de la puerta de la ciudad.

13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su a vituperio. 14 Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir. 15 Así que, por medio de él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, a saber, fruto de labios que confiesen su nombre.

16 Y a de hacer el bien y de compartir no os olvidéis, porque de tales sacrificios se agrada Dios. 17 a Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, y sin quejarse, porque esto no os es provechoso.

  • 18 Orad por nosotros, pues confiamos en que tenemos buena a conciencia , deseando b comportarnos bien en todo;
  • 19 Y aún más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto;
  • 20 Y el Dios de paz que levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran a pastor de las ovejas, por la sangre del b convenio sempiterno, 21 os haga aptos en toda a obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; a quien sea la gloria por los siglos de los siglos;
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Amén. 22 Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, porque os he escrito brevemente. 23 Sabed que nuestro hermano Timoteo está en libertad, con el que, si viene pronto, os iré a ver. 24 Saludad a todos vuestros pastores y a todos los santos.

¿Qué dice en Isaías 61 10?

Isaías 61 Capítulo 61 Isaías habla acerca del Mesías — El Mesías tendrá el Espíritu, predicará el Evangelio y proclamará la libertad — En los últimos días, Jehová llamará a Sus ministros y hará un convenio sempiterno con el pueblo. 1 El a espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ha ungido Jehová para b proclamar c buenas nuevas a los mansos; me ha enviado a vendar a los quebrantados de corazón, a d proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la e cárcel ; 2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de la a venganza del Dios nuestro; a b consolar a todos los que lloran; 3 a ordenar que a los que están de duelo en Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, aceite de a gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar de espíritu apesadumbrado; y serán llamados b árboles de justicia, c plantío de Jehová, para que él sea glorificado.

4 Y a reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán lo que antes fue desolado y restaurarán las ciudades asoladas, los asolamientos de muchas generaciones. 5 Y habrá extranjeros, y apacentarán vuestras ovejas; y los hijos de los extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores.

6 Y vosotros seréis llamados a sacerdotes de Jehová; se dirá que sois ministros de nuestro Dios; comeréis las riquezas de las naciones y en su gloria os jactaréis. 7 En lugar de vuestra a vergüenza , tendréis doble porción; y en luga r de deshonra, se regocijarán en sus heredades; por lo cual, en sus tierras poseerán doble porción y tendrán gozo eterno.

  1. 8 Porque yo, Jehová, amo a la justicia, aborrezco el robo para holocausto; por tanto, fielmente les daré su recompensa y haré con ellos b convenio sempiterno;
  2. 9 Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus retoños en medio de los pueblos; todos los que los vean reconocerán que son a descendencia bendita de Jehová;

10 En gran manera me regocijaré en Jehová; mi alma se alegrará en mi Dios, porque me a vistió con b vestiduras de salvación, me cubrió con manto de justicia, como a novio me atavió y como a novia que se adorna con sus joyas. 11 Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y a alabanza delante de todas las naciones..

¿Qué dice Juan 16 13?

13 Pero cuando venga el a Espíritu de verdad, él os b guiará a toda la c verdad; porque no hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga y os d hará saber las cosas que han de venir.

¿Qué dice Efesios 1 13?

13 En él esperasteis también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el a evangelio de vuestra salvación; en él también, habiendo creído, fuisteis b sellados con el c Santo Espíritu de la promesa, 14 quien es la garantía de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.

¿Qué dice en Juan 14 17?

1 No a se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la a casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me voy y os preparo lugar, a vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que b donde yo esté, vosotros también estéis.

  • 4 Y sabéis a dónde yo voy, y sabéis el camino;
  • 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy a el camino, y b la verdad y la vida; nadie viene al c Padre sino d por mí;

7 Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis y le habéis visto. 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al a Padre ; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mí mismo, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las a obras que yo hago él también las hará; y aun mayores que estas hará, porque yo b voy al Padre.

13 Y todo lo que a pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. 15 Si me a amáis , b guardad mis c mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro a Consolador , para que esté con vosotros para siempre: 17 El Espíritu de verdad, al que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.

  • 18 No os dejaré a huérfanos ; vendré a vosotros;
  • 19 Todavía un poquito, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis;
  • 20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros;

21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me a manifestaré a él. 22 Le dijo Judas, no el Iscariote: Señor, ¿cómo es que te vas a manifestar a nosotros y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos a morada con él.

  1. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió;
  2. 25 Estas cosas os he hablado estando con vosotros;
  3. 26 Mas el Consolador, el a Espíritu Santo , a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho;

27 a La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. 28 Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vuelvo a vosotros. Si me amarais, ciertamente os regocijaríais, porque he dicho que voy al Padre, porque a el Padre mayor es que yo.

29 Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que, cuando suceda, a creáis. 30 No hablaré ya mucho con vosotros, a porque viene b el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí. 31 Pero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dio el mandamiento, a así hago.

¡Levantaos, vámonos de aquí!.

¿Qué dice en Efesios 2 10?

1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais a muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los que anduvisteis en otro tiempo conforme a la corriente de este a mundo , conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de b desobediencia , 3 entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo, andando según nuestros a deseos carnales, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por b naturaleza hijos de ira, también como los demás.

4 Pero Dios, que es rico en a misericordia , por el gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos a dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). 6 Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes a riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

8 Porque por a gracia sois b salvos por medio de la c fe ; y esto no de vosotros, pues es d don de Dios; 9 no por obras, para que nadie a se gloríe. 10 Porque somos a hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que b anduviésemos en ellas.

11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión, hecha con mano en la carne; 12 y de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, y ajenos a los a convenios de la promesa, sin b esperanza y c sin Dios en el mundo.

13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14 Porque él es nuestra a paz , que de ambos pueblos hizo uno, derribando la b pared intermedia de separación, 15 a aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en b ordenanzas , para crear en sí mismo de los dos un solo y c nuevo hombre , haciendo la paz, 16 y mediante la cruz a reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

¿Qué dice en Juan 15 9?

1 Yo soy la a vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo a pámpano que en mí no lleva b fruto , lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo c limpiará , para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 a Permaneced en mí, y yo en vosotros.

  • Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí;
  • 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto, porque sin a mí nada podéis hacer;

6 El que en mí no permanece será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los recogen y los echan al fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, a pedid todo lo que queráis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.

  • 9 Como el Padre me a ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor;
  • 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor;

11 Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro a gozo sea completo. 12 Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os a he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno a ponga su vida por sus amigos.

  • 14 Vosotros sois mis a amigos si hacéis las cosas que yo os mando;
  • 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que a oí de mi Padre os las he dado a conocer;

16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os a elegí a vosotros, y os he b puesto para que vayáis y llevéis c fruto , y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi d nombre , él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis los unos a los otros.

18 Si el mundo a os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. 19 Si fuerais del a mundo , el mundo b amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.

20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El a siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han b perseguido , también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. 21 Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

22 Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían a pecado , pero ahora no tienen excusa por su pecado. 23 El que me aborrece también a mi Padre aborrece. 24 Si no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han aborrecido a mí y a mi Padre.

25 Pero esto sucede para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron. 26 Pero cuando venga el a Consolador , a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el que procede del Padre, él b dará testimonio de mí.

¿Qué dice Mateo 5 45?

1 a Y al ver las multitudes, subió al monte y se sentó. Y vinieron a él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 a Bienaventurados los b pobres en espíritu , porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

5 Bienaventurados los a mansos , porque ellos recibirán la b tierra como heredad. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de a justicia , porque ellos serán b saciados. 7 Bienaventurados los a misericordiosos , porque ellos alcanzarán misericordia.

8 Bienaventurados los de a limpio b corazón , porque ellos c verán a Dios. 9 Bienaventurados los a pacificadores , porque ellos serán llamados b hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen a persecución por causa de la justicia, porque b de ellos es el reino de los cielos.

11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de a mal contra vosotros, mintiendo. 12 a Gozaos y alegraos, porque vuestro b galardón es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

13 Vosotros sois la a sal de la tierra; pero si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

  1. 15 Ni se enciende una a vela y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa;
  2. 16 Así alumbre vuestra a luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas b obras y c glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos;

17 No penséis que he venido para abrogar la a ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para b cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se a haya cumplido.

  1. 19 De manera que a cualquiera que b quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así c enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos;
  2. Pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos;
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20 Porque os digo que si vuestra a justicia no excede a la de los b escribas y a la de los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: a No b matarás ; y cualquiera que matare c será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se a enoje con su hermano será culpable de juicio; y cualquiera que diga a su hermano: b Raca , será c culpable ante el concilio; y cualquiera que diga: Insensato, quedará expuesto al fuego del d infierno.

23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar y ve, a reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

25 a Reconcíliate pronto con tu adversario, entretanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26 De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el a último cuadrante.

  • 27 Oísteis que fue dicho: No a cometerás adulterio;
  • 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para a codiciarla , ya ha cometido adulterio con ella en su corazón;
  • 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es a ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al b infierno;

30 Y si tu a mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al b infierno. 31 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su esposa, déle carta de a divorcio.

  • 32 Pero yo os digo que el que a repudia a su esposa, a no ser por causa de b adulterio , hace que ella cometa adulterio; y el que se casa con la repudiada comete adulterio;
  • 33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No a jurarás falsamente, sino que cumplirás al Señor tus b juramentos;

34 Pero yo os digo: No a juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello.

37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, o No, no, porque lo que es más de esto, del a mal procede. 38 Oísteis que fue dicho: a Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Pero yo os digo: No resistáis al malo; antes bien, a cualquiera que te golpee en la mejilla derecha, a vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.

42 Al que te pida, a dale ; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. 43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu a prójimo y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: a Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y b orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que a seáis b hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.

¿Qué significa recibir a Cristo en tu corazón?

Entregar nuestro corazón a Dios Cuando somos receptivos al Espíritu, aprendemos la manera del Señor y sentimos Su voluntad. En la conferencia general de abril, el élder Dallin H. Oaks habló de lo que “debemos hacer para reformar nuestra vida personal” 1.

Yo considero que la reforma personal inicia con un cambio de corazón, no importa las experiencias que hayan vivido o donde hayan nacido. Provengo del sur de los Estados Unidos y, en mi juventud, las palabras de un viejo himno protestante me enseñaron sobre el corazón de un verdadero discípulo, un corazón que ha cambiado.

Piensen en la letra, que tanto amo: ¡Que sea a tu manera, Señor! ¡A tu manera! Tú eres el alfarero, y yo la arcilla. Fórmame y hazme, según Tu voluntad, Mientras espero, sumiso y tranquilo 2. ¿Cómo podemos nosotros, personas modernas, ocupadas, competitivas, llegar a ser sumisas y tranquilas? ¿Cómo hacemos que los caminos del Señor sean nuestros caminos? Creo que comenzamos al aprender acerca de Él y pedir entendimiento.

  • A medida que nuestra confianza en Él aumenta, nuestro corazón se abre, procuramos hacer Su voluntad y esperamos las respuestas que nos ayudarán a comprender;
  • Mi cambio de corazón comenzó cuando tenía doce años y empecé a buscar a Dios;

Excepto recitar el Padrenuestro 3 , yo no sabía orar. Recuerdo que me hincaba, esperando sentir Su amor, y preguntaba: “¿Dónde estás, Padre Celestial? Sé que estás ahí, pero ¿dónde?”. Pregunté durante toda mi adolescencia. Tuve destellos de la realidad de Jesucristo, pero el Padre Celestial, en Su sabiduría, dejó que buscara y esperara durante diez años.

En 1970, cuando los misioneros me enseñaron acerca del plan de salvación del Padre y de la expiación del Salvador, mi espera terminó; acepté esas verdades y me bauticé. Basándonos en ese conocimiento de la misericordia y el poder del Señor, mi esposo, mis hijos y yo elegimos este lema familiar: “Todo saldrá bien”.

Sin embargo, ¿cómo podemos decir esto cuando surgen problemas graves y no encontramos respuestas? Cuando nuestra encantadora y digna hija de veintiún años, Georgia, fue hospitalizada en estado crítico después de un accidente en bicicleta, nuestra familia dijo: “Todo saldrá bien”.

  1. Al volar inmediatamente desde nuestra misión en Brasil a Indianápolis, Indiana, EE;
  2. UU;
  3. , para estar con ella, me aferré a nuestro lema familiar;
  4. Sin embargo, nuestra hermosa hija pasó al mundo de los espíritus solo horas antes de que yo aterrizara;

Con el dolor y la conmoción en que se encontraba nuestra familia, ¿cómo podíamos mirarnos unos a otros y aún así decir: “Todo saldrá bien”? Después de la muerte de Georgia, sentimos gran dolor, luchamos por superarlo y aún tenemos momentos de gran tristeza; pero nos aferramos al conocimiento de que nadie muere realmente.

A pesar de nuestra angustia cuando el cuerpo físico de Georgia dejó de funcionar, tuvimos fe de que ella siguió viviendo como espíritu, y creemos que viviremos con ella eternamente si somos files a los convenios que hicimos en el templo.

La fe en nuestro Redentor y en Su resurrección, la fe en el poder de Su sacerdocio, la fe en los sellamientos eternos nos permite declarar nuestro lema con convicción. El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Si hacen lo mejor de su parte, todo funcionará.

Confíen en Dios … El Señor no nos abandonará” 4. Nuestro lema familiar no dice: “Todo saldrá bien ahora “. Habla de nuestra esperanza en el resultado eterno, no necesariamente de resultados presentes. En las Escrituras leemos: “Escudriñad diligentemente, orad siempre, sed creyentes, y todas las cosas obrarán juntamente para vuestro bien” 5.

Esto no significa que todas las cosas son buenas, sino que para los mansos y fieles, las cosas, tanto las positivas como las negativas, obran juntamente para bien, y el momento apropiado depende del Señor. Esperamos en Él, en ocasiones como Job en su sufrimiento, sabiendo que “él lastima, pero él venda; él hiere, pero sus manos curan” 6.

Un corazón sumiso acepta la prueba y espera que llegue la curación. Cuando somos receptivos al Espíritu, aprendemos los caminos de Dios y sentimos Su voluntad. Durante la Santa Cena, la cual yo llamo el corazón del día de reposo, he encontrado que después de que oro por el perdón de los pecados, es educativo para mí preguntarle al Padre Celestial: “Padre, ¿hay algo más?”.

Cuando nos sometemos y estamos tranquilos, nuestra mente puede ser encaminada hacia algo más que debamos cambiar, algo que está limitando nuestra capacidad para recibir la guía espiritual e incluso la sanación y la ayuda. Por ejemplo, tal vez tenga un resentimiento cuidadosamente oculto hacia alguien.

  1. Si pregunto si hay algo más que confesar, ese “secreto” viene claramente a mi mente;
  2. En esencia, el Espíritu Santo susurra: “Tú preguntaste honestamente si había más, pues aquí está: Tu resentimiento disminuye tu progreso y daña tu habilidad para tener relaciones sanas;

Tienes que olvidarlo”. Sí, es difícil, y puede que sintamos que nuestra animosidad está justificada, pero seguir el camino del Señor es el único camino a la felicidad eterna. Con el tiempo y gradualmente recibimos Su fortaleza y Su guía, la que tal vez nos lleve a asistir más al templo o a estudiar más profundamente la expiación del Salvador, o a hablar con un amigo, un obispo, un consejero profesional o hasta un médico.

La sanación de nuestro corazón comienza cuando nos sometemos a Dios y lo adoramos. La adoración verdadera inicia cuando nuestro corazón es recto ante el Padre y el Hijo. ¿Cuál es la condición de nuestro corazón hoy? Paradójicamente, para tener un corazón sano y fiel, debemos permitir que se quebrante ante el Señor.

“Y me ofreceréis como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito” 7 , declara el Señor. El resultado de sacrificar nuestro corazón o nuestra voluntad al Señor es que recibimos la guía espiritual que necesitamos. Con mayor entendimiento de la gracia y la misericordia del Señor, descubriremos que nuestro corazón obstinado empieza a quebrantarse y a sentir gratitud.

  1. Entonces acudimos a Él, anhelando sujetarnos al Hijo Unigénito de Dios;
  2. En nuestra búsqueda y sumisión con un corazón quebrantado, recibimos nueva esperanza y guía renovada por medio del Espíritu Santo;
  3. He luchado para eliminar el deseo mortal de que las cosas sean a mi manera, finalmente dándome cuenta que mi manera es tan deficiente, limitada e inferior a la manera de Jesucristo;

” Su camino es el sendero que lleva a la felicidad en esta vida y a la vida eterna en el mundo venidero” 8. ¿Podemos amar a Jesucristo y Su camino más de lo que nos amamos a nosotros mismos y nuestros planes? Algunos pueden pensar que han fallado demasiadas veces y se sienten muy débiles para cambiar actos pecaminosos o deseos mundanos del corazón.

Sin embargo, como pueblo de Israel, no intentamos cambiar una y otra vez por nuestra cuenta. Si acudimos sinceramente a Dios, Él nos acepta como somos, y nos hace mejores de lo que imaginamos. El gran teólogo Robert L.

Millet escribe sobre “un sano anhelo de mejorar”, en equilibrio con “la seguridad espiritual de que en y a través de Jesucristo lo lograremos” 9. Con tal comprensión, podemos decirle al Padre Celestial francamente: Y siempre confiando en Su bondad, Sus dones recibiré.

Alegre, haré Su voluntad, y lo que me mandes, seré 10. Cuando ofrecemos nuestro corazón quebrantado a Jesucristo, Él acepta nuestra ofrenda; nos vuelve a aceptar. Sin importar las pérdidas, las heridas o el rechazo que hayamos sufrido, Su gracia y sanación son más poderosas que todo ello.

“Todo saldrá bien”. En el nombre de Jesucristo. Amén..

¿Qué significa les dio potestad?

Potestad, o también recientemente aceptado podestad, es un término jurídico que hace referencia a la autoridad legal, y posee un concepto híbrido entre poder, derecho y deber.

¿Qué quiere decir la palabra Abba padre?

Palabra perteneciente a la lengua aramea cuyo significado es ‘ padre ‘ o ‘papá’. En las lenguas semíticas el vocablo ‘ab’ significa ‘ padre ‘, en hebreo se escribe אב y tiene ya el significado de ‘ padre ‘. En arameo Abbá se escribe אבא y literalmente significa ‘ padre ‘ o ‘el padre ‘.

¿Por qué con la boca se confiesa para salvación?

¿Quiere usted ser salvo?Si usted quiere ser salvo y heredar la vida eterna en el futuro, en el Reino de Dios, tiene que hacer lo que dijo el apóstol Pablo en ese pasaje de Romanos 10:8-10, es decir, tiene que confesar con su boca que JESÚS ES EL SEÑOR, y creer que Dios el Padre le resucitó de los muertos.

  1. Pablo dijo que con la boca se CONFIESA para salvación;
  2. Ahora bien, ¿qué significa confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor?Ponga muchísima atención, pues de esto que le explico en este libro depende su salvación eterna;

Si usted rechaza esta gran verdad que le voy a explicar, entonces jamás se salvará, sino que se condenará. El apóstol Pablo dijo lo siguiente:Rom 10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:Rom 10:9 que si confesares con tu boca que JESÚS ES EL SEÑOR, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Rom 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Rom 10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Rom 10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;Rom 10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Era el Dios supremo, el Padre celestial, quien HABLABA a Israel por medio de los profetas hebreos (Heb. 1:1-2), sin embargo, el Señor Jehová que descendía del cielo y se APARECÍA a los seres humanos no era el Dios Padre, sino que era el segundo Jehová, Jesucristo, el Ángel de Jehová, y fue este segundo Dios llamado también Jehová quien siglos más tarde se hizo carne, hombre, y habitó entre nosotros con el nombre de Jesús (Jn.

1:14), y será este mismo Señor Jehová de los ejércitos, que es Jesús, quien vendrá del cielo con gran poder y gloria acompañado por todos sus santos para descender sobre el monte de los Olivos y reinar sobre toda la tierra desde la ciudad de Jerusalén (Zac.

14:2-1, Mt. 25:31-46). Para ser salvos tenemos que confesar con nuestra boca esta gran verdad bíblica: que Jesús es este eterno Señor Jehová de los ejércitos, al cual el Dios supremo, el Padre celestial, resucitó de entre los muertos (Ro. 10:9-10). No se deje usted engañar por la mentira satánica del arrianismo, creída y enseñada por millones de falsos cristianos, los cuales rechazan esta gran verdad bíblica y prefieren creer en doctrinas de demonios (1Tm.

4:1). Si usted desea ser salvo y tener la vida eterna en el Reino de Dios ha de confesar con su boca esta gran verdad de que Jesús es EL SEÑOR, es decir, el Señor Jehová mencionado en el llamado Antiguo Testamento, y bautícese en el nombre del Señor Jesucristo INVOCANDO SU NOMBRE para el perdón de los pecados, y entonces será salvo: “Porque todo aquel que INVOQUE EL NOMBRE DE JEHOVÁ será salvo” (Joel 2:32, comparar con Ro.

10:12-13)..