“Para esto he venido al mundo” “El símbolo de Jesús y del lugar que ocupa en nuestros corazones debe ser una vida totalmente entregada a Su servicio, a amar y cuidar a los demás”. Cuando Jesús fue llevado ante Pilato, después de una obscura noche llena de odio, de insultos y de maltrato, el orgulloso Procurador romano rápidamente pudo darse cuenta de que éste no era un hombre común.
- Jesús no manifestó ninguna actitud servil ni el falso valor característico de aquellos que suplicaban misericordia ante el poder del imperio de Roma; sino que permaneció en silencio ante el orgulloso romano; con la cabeza erguida, majestuoso, con porte dócil pero al mismo tiempo digno de un rey;
“¿Luego, eres tú rey?” , inquirió Pilato ( Juan 18:37 ). Jesús, el Rey de Reyes, cuyo Padre le hubiera dado “más de doce legiones de ángeles” ( Mateo 26:53 ) si tan sólo se lo hubiera pedido, cuya gloria y majestad trascendían cualquier cosa que Pilato o cualquier otro hombre hubiese podido comprender, respondió con sencillez: “Tú dices que yo soy rey.
Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” ( Juan 18:37 ). Pilato, un hombre débil e indeciso, carente de integridad e indiferente a los principios correctos, replicó en tono cínico: “¿Qué es la verdad?” ( Juan 18:38 ).
Luego, aunque no halló en Jesús ningún delito y además sabía con certeza que Él no era ningún agitador político ni una amenaza para el poder y la autoridad de Roma, Pilato cedió a la presión de la multitud sedienta de sangre, y entregó a Cristo a quienes lo irían a crucificar.
- “Para esto he venido al mundo”;
- ¿Y qué era esto ? ¿Por qué Jesús, el Señor Dios omnipotente, que se sienta a la diestra del Padre, creador de mundos sin fin, legislador y juez, condescendió venir a la tierra para nacer en un establo, vivir la mayor parte de su existencia terrenal en la obscuridad, caminar por los polvorientos senderos de Judea proclamando un mensaje al que violentamente muchos se oponían, para ser al final traicionado por uno de Sus allegados más íntimos, y morir entre dos malhechores en la sombría colina del Gólgota? Nefi, que se glorió en “Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno” ( 2 Nefi 33:6 ) comprendía la motivación de Cristo: “Él no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque él ama al mundo, al grado de dar su propia vida para traer a todos los hombres a él” ( 2 Nefi 26:24 );
El amor que sentía por todos los hijos de Dios fue lo que llevó a Jesús, único en su perfección sin pecado, a ofrecerse como rescate por los pecados de los demás. Como dice la letra de un himno predilecto: “Pues el Señor Su vida dio y con Su sangre nos salvó” ( Himnos , N° 106).
- Ésa fue, entonces, la causa sublime que trajo a Jesús a la tierra a “sufrir y por los hombres a morir”;
- Vino como “cordero sin mancha y sin contaminación” ( 1 Pedro 1:19 ) para expiar nuestros pecados para que Él, al ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a sí mismo a todos los hombres (véase 3 Nefi 27:14 );
Según las acertadas palabras de Pablo: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” ( 1 Corintios 15:22 ). El símbolo de su triunfo sobre la muerte es la tumba vacía. Aquel al que “levantó Dios al tercer día” ( Hechos 10:40 ) desató las “ligaduras de esta muerte temporal, de modo que todos se levantarán” ( Alma 11:42 , cursiva agregada) y lograrán “la victoria sobre la tumba” ( Mormón 7:5 ).
- En Él “el aguijón de la muerte es consumido” ( Mosíah 16:8 );
- No obstante, Jesús vino a traer no sólo la inmortalidad, sino también la vida eterna a los hijos de nuestro Padre;
- A pesar de que la Expiación de Cristo proporciona la resurrección de las personas de todo el universo, ya sea que lo merezcan o no, el don de la vida eterna, o sea la vida con el Padre y el Hijo, en Su presencia perfecta, está reservado para los fieles, para aquellos que manifiestan su amor por Cristo mediante su deseo de seguir Sus mandamientos y hacer convenios santos y guardarlos;
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda”, nos recuerda Jesús, “ése es el que me ama” ( Juan 14:21 ). Tal como lo han declarado los profetas a través de los tiempos, únicamente si hacemos convenios sagrados y los guardamos, esos sagrados acuerdos celestiales entre Dios y el hombre, llegaremos a ser “participantes de la naturaleza divina” y escapar a “la corrupción que hay en el mundo” ( 2 Pedro 1:4 ).
Antes que nada, Jesús vino a la tierra como el Salvador expiatorio que murió para que todos pudiesen tener “paz en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero” ( D. y C. 59:23 ). Sin embargo, vino también por otra razón: para servir como ejemplo para todos del potencial divino del hombre, la norma mediante la cual debemos medir nuestra vida.
Aquel que proclamó Su divinidad a la mujer samaritona en el pozo de Jacob (véase Juan 4 ) nos exhorta a ser “aun como yo soy” ( 3 Nefi 27:27 ), a ser perfectos “como yo, o como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” ( 3 Nefi 12:48 ). Desde lo más hondo de esa inefable perfección, Él nos hace el llamado de cuidar a los enfermos, a los pobres, a los afligidos, a orar y a sentir compasión hacia todos los hijos de Dios, porque “Dios no hace acepción de personas” ( véase Hechos 10:34 ).
Para Él no hay barreras de raza, género ni idioma: Según explicó Nefi: “a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios…” ( 2 Nefi 26:33 ).
A aquellos de entre nosotros que se preguntan quién es nuestro prójimo, Él habló del buen samaritano; del pastor que dejó a sus noventa y nueve ovejas para ir a buscar a la que se le había perdido; y del hombre que “hizo una gran cena” a la cual invitó “a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos” ( Lucas 14:16,21 ).
- Jesús, el Maestro Supremo, a menudo enseñaba verdades eternas que extraía de las experiencias comunes de la vida;
- Una de esas lecciones tiene que ver con la necesidad que tenemos de dar con espíritu de sacrificio y con la verdadera intención de bendecir a los que sean menos afortunados que nosotros;
Lucas anotó en el registro que cuando Jesús se sentó en el templo, observaba a los que ponían sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Algunos depositaban su obsequio con actitud piadosa y sinceridad de propósito, pero otros, aunque daban grandes sumas de plata y oro, lo hacían de manera ostentosa, principalmente para ser vistos de los hombres.
- Entre las largas filas de donantes se encontraba una viuda pobre, quien depositó en el arca de las ofrendas todo lo que tenía, dos pequeñas monedas de bronce conocidas como blancas, que juntas sumaban menos que el valor de medio centavo en dinero americano;
Percatándose de la desproporción que había entre lo que ella dio y las ofrendas cuantiosas de algunos otros, Jesús proclamó: “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos”. Si bien el rico había dado de su abundancia, “ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía” ( Lucas 21:1–4 ).
- Jesús sabía que la cantidad que damos no es lo que importa;
- De acuerdo con la aritmética de los cielos, el valor lo determina la calidad y no la cantidad;
- Para Dios, lo que es aceptable es la intención del corazón y de la mente bien dispuesta (véase 2 Corintios 8:12 );
Jesús sentía un amor especial hacia los niños. Tanto en el viejo continente como en el nuevo, los exhortó a venir a Él (véase Lucas 18:16 ; 3 Nefi 17:21–24 ). En el registro nefita se encuentra asentado el dulce testimonio del tierno amor que Cristo tiene hacia los pequeñitos: “…y tomó a sus niños pequeños, uno por uno, y los bendijo, y rogó al Padre por ellos.
“Y cuando hubo hecho esto, lloró” ( 3 Nefi 17:21–22 ). Jesús sabía que los niños son puros y sin pecado, “…si no os volvéis y os hacéis como niños”, dijo, “no entraréis en el reino de los cielos” ( Mateo 18:3 ).
El rey Benjamín, el gran profeta nefita, explicó lo que significa llegar a ser como un niño: “sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor y dispuesto a someterse a cuanto el Señor juzgue conveniente imponer sobre él” ( Mosíah 3:19 ). En un mundo en el que día a día presenciamos tanta indiferencia insensible hacia los menos afortunados, Jesús habló de la necesidad de dar de comer al hambriento, de dar de beber al sediento, de dar albergue al forastero, de vestir al desnudo y de visitar a los enfermos y a los encarcelados.
En una de las pruebas más difíciles del ser un discípulo de Cristo, el Señor nos exhortó: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” ( Mateo 5:44 ).
Nos recordó que al hacer actos de caridad en beneficio de los demás, incluso de aquellos que algunos consideran los “más pequeños”, “a mí lo hicisteis” (véase Mateo 25:35–45 ). Enseñó no sólo acerca de la obligación que tenemos de ayudarnos los unos a los otros temporalmente, sino también en cuanto a las consecuencias poderosas, eternas y espirituales que esto conlleva.
- En verdad, todos Sus mandamientos, al final de cuentas, son espirituales y no sólo temporales;
- Por lo tanto, las Escrituras nos amonestan que “a fin de retener la remisión de [nuestros] pecados de día en día, para que [andemos] sin culpa ante Dios… de [nuestros] bienes [demos] al pobre, cada cual según lo que tuviere” ( Mosíah 4:26 );
Por tanto, a fin de cuentas, la mejor manera de manifestar nuestra devoción a Cristo y nuestro deseo de seguir Sus pasos es por la forma en que vivimos y le servimos. El símbolo de Jesús y del lugar que ocupa en nuestros corazones debe ser una vida totalmente entregada a Su servicio, a amar y cuidar a los demás, a una consagración total a Cristo y a Su causa; a un renacimiento espiritual que produce “un gran cambio” en nuestros corazones y nos prepara para recibir “su imagen en [nuestros] rostros” ( Alma 5:13–14 ).
El tomar el nombre del Señor sobre nosotros significa que estamos dispuestos a hacer cualquier cosa que Él requiera de nosotros. Alguien ha dicho que el precio de una vida cristiana es el mismo de siempre: es sencillamente dar todo lo que poseemos sin retener nada, “[abandonar] todos [nuestros] pecados para conocer [le a Él]” ( Alma 22:18 ).
Cuando no vivimos de acuerdo con las normas del Señor por pereza, indiferencia o iniquidad; cuando somos inicuos o crueles, egoístas, sensuales o frívolos; en cierto sentido estamos crucificando de nuevo al Señor. Cuando en todo momento nos esforzamos por ser lo mejor; cuando estamos al cuidado de los demás y les servimos; cuando superamos el egoísmo con el amor; cuando ponemos el bienestar de los demás antes que el nuestro; cuando llevamos las cargas los unos de los otros y “[lloramos] con los que lloran”; cuando “[consolamos] a los que necesitan de consuelo, y [somos] testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar” ( Mosíah 18:8–9 ), es entonces que honramos al Señor, recibimos Su poder y llegamos a ser más y más como Él, haciéndonos más y más resplandecientes, si perseveramos, “hasta el día perfecto” ( D.
- y C;
- 50:24 );
- No hay voz que pueda declarar, ni lengua que pueda proclamar la plenitud del ejemplo indescriptible de Cristo;
- Las palabras de Juan, el amado, dicen: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir” ( Juan 21:25 );
Termino en donde comencé, con las majestuosas palabras de Cristo a Pilato: “Para esto he venido al mundo”. Cuan agradecidos debíamos estar de que Él vino hace dos mil años, para expiar nuestros pecados y establecer el ejemplo para nuestras vidas. Nosotros proclamamos esa gran verdad a todo el mundo.
Contents
- 1 ¿Qué convirtio Dios en vino?
- 2 ¿Por que Dios nos envío al mundo?
- 3 ¿Que iba a mandar Dios a la tierra?
- 4 ¿Cuáles son las señales del fin del mundo según la Biblia?
- 5 ¿Cuál es el plan de Dios al enviar a su Hijo?
- 6 ¿Por qué Dios mando el diluvio?
¿Por qué Dios mando a su hijo a la tierra?
Tiempo para compartir “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (Lucas 2:10–11). Este año hemos aprendido sobre las promesas.
- Una promesa es dar tu palabra de que harás o no harás cierta cosa;
- Al leer las Escrituras, vemos que el Padre y el Hijo siempre cumplen Sus promesas;
- Unas de las promesas más grandes que hizo nuestro Padre Celestial fue la de enviar a Su Hijo a la tierra;
En el Gran Concilio de los cielos, nuestro Padre Celestial prometió enviar un Salvador que expiaría nuestros pecados para que pudiéramos volver a vivir con nuestro Padre Celestial. ¿Cómo envió nuestro Padre Celestial a Su Hijo a la tierra? Lo envió en forma de recién nacido.
Permitió que Jesús aprendiera y creciera tal y como lo hacemos nosotros. Como nuestro Padre Celestial nos ama tanto, permitió que Su Hijo muriera por nosotros. Pero después Jesús resucitó, lo que hace posible que también nosotros vivamos de nuevo.
¡Qué maravillosa promesa fue Jesucristo para la tierra! Nuestro Padre Celestial había prometido enviarlo y cumplió con Su promesa. ¿Qué espera nuestro Padre Celestial de nosotros? La canción de la Primaria “Mandó a Su Hijo” nos recuerda: La fe y la caridad, ser como Jesucristo fue y a otros ayudar.
¿Cuando vino Jesucristo al mundo?
La historia de la cruz de jesús – Leer artículo El 25 de diciembre ya era la fecha convencional cuando Dionisio el Exiguo elaboró su datación. La elección de este día se debía a que era la fiesta del Sol Invicto, un dios oriental que había sido elevado a culto oficial del Imperio por parte del emperador Aureliano a finales del siglo III.
A partir del reinado de Constantino y especialmente de Teodosio -quien hizo del cristianismo la religión oficial- los esfuerzos de evangelización implicaron la superposición de las celebraciones cristianas a las paganas para facilitar la conversión.
También con este fin se identificaron muchos aspectos del cristianismo y del propio Jesús con los dioses antiguos : la elección del Sol Invicto servía como metáfora de que Jesús era el nuevo “sol” que había venido a iluminar el mundo..
¿Qué pasa si Jesús viene a la tierra?
¿Qué hará Jesús cuando venga nuevamente? – Cuando Jesucristo vuelva a la tierra hará lo siguiente:
- Purificará la tierra. Cuando Jesús venga nuevamente, vendrá con poder y gran gloria. Ese será el momento en que los inicuos serán destruidos, todo lo que esté corrupto será quemado y la tierra será purificada con fuego (véase D. y C. 101:24–25 ).
- Juzgará a Su pueblo. Cuando Jesús venga nuevamente, juzgará a las naciones y separará a los rectos de los inicuos (véase Mateo 25:31–46 ; véase también el capítulo 46 de este libro). Juan el Revelador escribió acerca del juicio: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dada facultad para juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios… y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.
- Vendrá a dar principio al Milenio. El Milenio es un período de mil años durante el cual Jesús reinará sobre la tierra. Los justos serán arrebatados para recibir a Jesús en Su venida (véase D. y C. 88:96 ); Su venida también dará comienzo al reino milenario. (Véase el capítulo 45 de este libro).
- Y de los inicuos dijo: “…no volvieron a vivir sino hasta que se cumplieron mil años” ( Apocalipsis 20:4–5 ; véase también D;
- y C;
- 88:95–98 );
- El presidente Brigham Young dijo: “En el Milenio, cuando el Reino de Dios se haya establecido con poder, gloria y perfección sobre la tierra, y el reinado de la iniquidad que por tanto tiempo ha permanecido sea sojuzgado, los santos de Dios tendrán el privilegio de construir sus templos, entrar en ellos y llegar a ser, en cierto sentido, columnas en los templos de Dios [véase Apocalipsis 3:12 ], y oficiarán por sus muertos;
Entonces nuestros amigos vendrán a nosotros, y aun quizás algunos que ya hemos conocido aquí… Y recibiremos revelaciones para conocer a nuestros antepasados hasta nuestro Padre Adán y nuestra Madre Eva, y entraremos en los templos de Dios para oficiar por ellos.
Entonces [los hijos] serán sellados a [los padres] hasta formar una cadena perfecta hasta Adán, de modo que exista una cadena perfecta del sacerdocio desde Adán hasta el fin” ( Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Brigham Young , 1997, págs.
349–350).
- Completará la Primera Resurrección. Los que hayan obtenido el privilegio de salir en la resurrección de los justos se levantarán de sus tumbas y serán arrebatados para ir a recibir al Salvador cuando Él descienda del cielo. (Véase D. y C. 88:97–98 ). Después de que Jesucristo se levantó de los muertos, otras personas justas que habían muerto también resucitaron y se aparecieron en Jerusalén y también en el continente americano.
- (Véase Mateo 27:52–53 ; 3 Nefi 23:9–10 );
- Ése fue el comienzo de la Primera Resurrección, y hay algunas otras personas que han resucitado desde entonces;
- Aquellos que ya han resucitado, y los que lo serán en el momento de Su venida, heredarán la gloria del reino celestial (véase D;
y C. 76:50–70 ). Después de la resurrección de los que heredarán la gloria celestial, otro grupo resucitará: aquellos que recibirán una gloria terrestre. Cuando todas esas personas hayan resucitado, la Primera Resurrección habrá terminado. Los inicuos que vivan en el momento de la segunda venida del Señor serán destruidos en la carne y, junto con los inicuos que ya han muerto, habrán de esperar hasta la última resurrección.
- Jesucristo tomará Su lugar como Rey del cielo y de la tierra. Cuando Jesús venga, establecerá Su gobierno sobre la tierra y la Iglesia se convertirá en parte de ese reino. El Señor gobernará a toda la gente de la tierra en paz por un período de mil años. Cuando Jesús vino por primera vez a la tierra, no lo hizo en gloria; nació en un humilde establo y durmió en un pesebre de heno; no vino con grandes ejércitos como los judíos lo esperaban de su Salvador, sino que llegó diciendo: “…Amad a vuestros enemigos… haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan” ( Mateo 5:44 ); fue rechazado y crucificado.
- Todo el resto de los muertos se levantará para encontrarse con Dios; son los que heredarán el reino telestial o los que serán echados a las tinieblas de afuera junto con Satanás (véase D;
- y C;
- 76:32–33, 81–112 );
Sin embargo, no será rechazado en Su segunda venida, “…porque todo oído lo oirá, y toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará…” que Jesús es el Cristo ( D. y C. 88:104 ). Él será recibido como “…Señor de señores y Rey de reyes…” ( Apocalipsis 17:14 ); y será llamado “…Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” ( Isaías 9:6 ).
- ¿Qué sentimientos y pensamientos tiene al contemplar los acontecimientos de la Segunda Venida?
¿Qué convirtio Dios en vino?
El milagro de Jesús convirtiendo el agua en vino en las bodas de Caná , se registró en el evangelio de San Juan. El vino se acabó durante una ceremonia de boda, que habría sido considerado una vergüenza pública. María pide ayuda a Jesús y éste responde: “Mujer, ¿por qué me estás diciendo esto a mí?” distanciándose de su madre, creyendo que su tiempo para revelarse aún no había llegado.
Sin embargo, Jesús hizo un milagro. Le dice a los sirvientes que llenen las tinajas de agua, luego lo convirtió en vino. Al enseñar el milagro del agua convertida en vino, es importante leer e interpretar el pasaje.
A continuación, se analizará el significado del milagro. Pasos a seguir: 1 Discuta y defina el significado de la palabra ” milagro “. 2 Lea el pasaje de la Biblia , Juan 2:1-11 que describe las bodas de Caná y discuta por qué sólo se ha registrado en el Evangelio de San Juan.
- 3 Discuta las costumbres de la boda de esa época que se encuentran en el Evangelio de Juan, centrándose en María como la encargada de la boda y la importancia que el vino tenía en una ceremonia y la celebración;
4 Vuelva a leer el pasaje y discuta el lenguaje utilizado entre Jesús y su madre María, centrándose en lo qué dijo de su tiempo “no había llegado todavía” y por qué iba a llamarla “mujer. ” Determine el significado. 5 Discuta el proceso antes de que Jesús convirtiera el agua en vino y quien le asiste.
- Examine el papel de María alentando a Jesús;
- 6 Examine por qué Jesús convirtiendo el agua en vino , era importante como un milagro por primera vez para su vinculación con la transubstanciación, que es cuando el vino se convierte en la sangre de Cristo durante la Misa Católica;
Puede ser útil llevar en el sermón de un sacerdote, el libro de los Milagros CS Lewis u otra explicación para ayudar a mantener su discusión. 7 Relacione las bodas de Caná con el Antiguo Testamento , discutiendo por qué no había una abundancia de vino, lo que simbolizaba el vino, y cómo la producción de vino sería un signo del reino estableciéndose.
Discuta cómo las acciones de Jesús se refieren a las tradiciones de los fariseos en la tradición judía y por qué iba a seguir con esa tradición. 8 Hable sobre lo que significa que Jesús se revela como el creador y el Mesías.
9 Esquematice las aplicaciones de lo que las bodas de Caná significan para nosotros hoy en día, por ejemplo, cómo María presentó a Jesús, cómo Jesús sancionó la institución del matrimonio, cómo Dios se centra en nuestra felicidad, cómo todos los milagros se acumulan a la muerte de Jesús, así como el tema de la creación y que Jesús es un creador y mesías.
¿Por que Dios nos envío al mundo?
La vida es un lugar de prueba para nosotros – Dios nos envió a la tierra para aprender y crecer por medio de experiencias agradables y también dolorosas. Él nos permite elegir entre el bien y el mal y nos deja decidir si serviremos a otros o si nos enfocaremos en nosotros mismos.
¿Que iba a mandar Dios a la tierra?
Se necesitaba un Líder y un Salvador –
- ¿Por qué fue necesario que saliéramos de la presencia de nuestro Padre Celestial? ¿Por qué necesitamos un Salvador?
Cuando se nos presentó el plan de salvación en el mundo espiritual preterrenal, nos sentimos tan felices que nos regocijamos (véase Job 38:7 ). Comprendimos que tendríamos que dejar nuestro hogar celestial durante algún tiempo, es decir, que no viviríamos en la presencia de nuestro Padre Celestial. En la época que pasaríamos alejados de Él, todos cometeríamos pecados y algunos nos perderíamos. Nuestro Padre Celestial conocía y amaba a cada uno de nosotros, y sabía que necesitaríamos ayuda, por lo que planeó la manera de ayudarnos.
- Necesitábamos un Salvador que pagara por nuestros pecados y que nos enseñase la forma de regresar a nuestro Padre Celestial;
- El Padre dijo: “…¿A quién enviaré?…” ( Abraham 3:27 );
- Jesucristo, que entonces se llamaba Jehová, dijo: “…Heme aquí; envíame…” ( Abraham 3:27 ; véase también Moisés 4:1–4 );
Jesús estuvo dispuesto a venir a la tierra, a dar Su vida por nosotros y a tomar sobre Sí nuestros pecados. Él, al igual que nuestro Padre Celestial, deseaba que decidiéramos si obedeceríamos los mandamientos de nuestro Padre Celestial. Sabía que debíamos ser libres para elegir a fin de que nos probáramos a nosotros mismos que éramos dignos de obtener la exaltación.
- Jesús dijo: “…Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre” ( Moisés 4:2 );
- Satanás, que se llamaba Lucifer, también dijo: “…Heme aquí, envíame a mí;
- Seré tu hijo y redimiré a todo el género humano, de modo que no se perderá ni una sola alma, y de seguro lo haré; dame, pues, tu honra” ( Moisés 4:1 );
Satanás quería forzarnos a hacer su voluntad. De acuerdo con su plan, no se nos permitiría elegir y él nos quitaría la libertad de escoger que nos había concedido nuestro Padre. Satanás quería recibir todo el honor ante nuestra salvación; bajo su propuesta, se hubiera frustrado nuestro propósito de venir a la tierra (véase Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: David O.
¿Cuál es el significado del vino en la Biblia?
‘Convencidos de que el vino es un don de Dios, los autores sagrados describen la prosperidad en términos de abundancia de «trigo y mosto» (Gn 27:28), requieren el diezmo del vino (Dt 12:17), prescriben para ciertas ofrendas una libación de vino (Nm 15:7).
¿Qué significa el milagro del vino?
La ” Iglesia de la boda ” en Kafr Kanna, Israel, un lugar de peregrinación que muchos cristianos creen que es el lugar de la boda bíblica. Las bodas de Caná es el nombre con el que se suele identificar un relato que tiene lugar al final de la primera semana del ministerio de Jesucristo en el Evangelio de Juan 2:1-11. Este pasaje describe el primer milagro realizado por Jesús, el cual tuvo por marco una boda en Caná de Galilea a la que también asistían su madre y sus discípulos.
En un momento dado faltó vino, por lo que María dijo a los sirvientes que hicieran lo que Jesús dijera. Este dispuso que se llenaran de agua seis tinajas de piedra destinadas a purificaciones, pero al revisar el contenido, el agua se había transformado en un vino de gran calidad.
Para Juan el evangelista , esa fue la primera de las señales realizadas por Jesús.
¿Qué es lo que Dios desea para cada uno de nosotros?
Haz preguntas durante la oración – Dios siempre escucha y contesta nuestras oraciones. En el libro de Mateo, Jesús hace una promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Dios quiere bendecirnos. Él desea dirigirnos, guiarnos y enseñarnos, pero no suele contestar las oraciones o las preguntas que nunca le hacemos.
Demuestra tu fe en Dios comunicándote con Él por medio de la oración. Pregúntale qué es lo que Él desea para ti en la vida. Es posible que no recibas una respuesta inmediata o de la manera que esperas, pero llegará.
Las Sagradas Escrituras están llenas de los tratos de Dios con Sus hijos. Tanto la Santa Biblia como el Libro de Mormón nos enseñan quién es Dios, cómo podemos desarrollar una relación con Él y cómo podemos volver a vivir con Él algún día. Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre, por lo que Sus palabras y mandamientos son importantes para nosotros.
- Desde los días antiguos, Dios ha llamado a profetas para guiar a Su pueblo;
- Un profeta es alguien al que Dios ha llamado para dar guía al mundo entero;
- Aunque los mandamientos de Dios nunca cambian, las circunstancias que enfrentamos en el mundo siempre lo hacen;
Por medio de los profetas, Dios nos ayuda a saber cómo navegar a través de los desafíos y las pruebas singulares de nuestros días. Al estudiar las palabras de los profetas, apóstoles y otros líderes inspirados, puedes descubrir el mensaje que Dios tiene para ti en la actualidad.
“Siento su amor al leer las escrituras, al tener gente tan buena en mi vida, al saber que me protege de tentaciones y al yo ser feliz por lo que tengo. Eso me hace ser agradecida con él y saber que me ama.
” “Lo siento cada vez que miro a mi familia y contemplo a mis hijos. Veo a Dios en todo el amor que me rodea. Cada vez que sucede algo inesperado veo a Dios y su infinito amor ayudándome a seguir su camino, ayudándome a gozar y disfrutar la vida. Él nos quiere felices y cada vez que siento alegría y felicidad, yo siento su amor.
” “Siento el amor de Dios en mi vida a través de todas las situaciones positivas que me ocurren; al igual que los momentos difíciles, porque sé que me traerán algo bueno. Desde el momento en que veo el sol salir hasta el momento en que me despido de mis hijos al dormir.
” “Al ver sus creaciones, cuando voy por la calle corriendo o caminando ver las flores, el sol, los pájaros, ver triunfar a las personas que amo. ” “Siento el amor de Mi Padre al despertar, al saber que tengo las verdades restauradas del Evangelio para recibir sus bendiciones.
Siento su amor a través de mi familia y amigos. Siento su amor cada vez que tengo una segunda oportunidad. Siento su amor cada vez que me tengo que arrodillar a pedirle ayuda por los desafíos que tenga en mi vida.
Son muchas las oportunidades en que siento este sentimiento cálido en mi corazón. De que no estoy solo y que puedo sentir que alguien está a mi lado dándome un amor infinito que no puedo comprender pero que es real. ” “El amor de Dios para mi es el ver su mano día a día en mi vida, ya sea por actos de servicio o pequeñas oportunidades que se presentan a través del día.
Estas muchas veces evidencian que Dios nos cuida y que provee para nuestras necesidades. ” “Siento el amor de mi Padre Celestial en cada detalle de mi vida. De verdad, Él participa de cada detalle de nuestras vidas.
Él me ha dado bendiciones sumamente personales y especiales, me ha brindado fortaleza para hacer frente a mis desafíos, me ha otorgado la confianza necesaria ante las pruebas. Su amorosa bondad ha hecho toda la diferencia en mi vida, la cual no sería igual sin Él.
¿Cuál fue la misión de Jesús en su primera venida?
La misión de Jesús fue hacer posible que nuestras relaciones con Dios, entre nosotros y con la creación pudieran ser restauradas y que fueran buenas de nuevo. Él se describió a sí mismo como el que vino a traer el jubileo.
¿Cómo será el fin del mundo según la Biblia católica?
Las catástrofes se ciernen sobre nosotros Jesús regresará a nuestro mundo y la ceniza y el humo lo cubrirán todo impidiendo la llegada de la luz solar, lo que dejará a la Tierra sumida en las tinieblas.
¿Cuáles son las señales del fin del mundo según la Biblia?
(22-7) Mateo 24:29, 30, 36-39. ¿Qué más nos dice el profeta José acerca del tiempo de la Segunda Venida y de la Señal del Hijo del Hombre? – “La venida del Hijo del Hombre no acontecerá, no puede acontecer, sino hasta que sean derramados los juicios que se han anunciado para esta época, y estos juicios ya han comenzado.
Pablo dice: ‘Porque todos vosotros sois hijos de luz…no estáis en tinieblas, para que aquel día os sobrecoja como ladrón’. No tiene pensado el Señor Todopoderoso venir a la tierra y desmoronarla y reducirla a polvo sin revelarlo antes a sus siervos los profetas.
“Judá ha de volver, Jerusalén ha de ser reedificada, junto con el templo, y debe salir agua de debajo del templo y han de ser sanadas las aguas del Mar Muerto. Se precisará algún tiempo para reedificar las murallas de la ciudad, el templo, etc. , y todo esto debe hacerse antes que el Hijo del Hombre aparezca.
Habrá guerras y rumores de guerras, señales arriba en los cielos y abajo en la tierra, el sol se tornará en tinieblas y la luna en sangre, habrá terremotos en diversos lugares, los mares se saldrán de sus límites y entonces aparecerá en el cielo la gran señal del Hijo del Hombre.
¿Pero qué hará el mundo? Dirán que es un planeta o un cometa, etc. Pero el Hijo del Hombre vendrá como la señal de la venida del Hijo del Hombre, que será como la luz de la mañana que aparece en el oriente” (Smith, Enseñanzas , págs. 347-48).
¿Qué dice Jesús sobre el vino?
El Señor Jesús compartió el vino con sus discípulos en la santa cena. Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a tu hermano. Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
¿Qué significa el agua y el vino?
Así como el vino absorbe el agua, así Cristo nos ha absorbido en sí mismo a nosotros y a nuestros pecados. Por esto, cuando el agua cae en el vino, los fieles se unen con El, a quien han seguido por la fe; y esta unión es tan fuerte, que nada la puede deshacer, lo mismo que es imposible separar el agua del vino.
¿Cuál es el plan de Dios al enviar a su Hijo?
INTRODUCCIÓN – Nuestro Padre Celestial tiene una plenitud de gozo. Él ama a Sus hijos y desea que lleguemos a ser como Él; preparó el plan de salvación, al cual también se le llama plan de felicidad, con el fin de que también nosotros podamos experimentar ese mismo gozo.
¿Por qué Dios mando el diluvio?
En otros textos judeocristianos [ editar ] – Igualmente, en otros textos judeocristianos considerados apócrifos , tales como el Libro de Enoc , se muestra que la historia del diluvio no solo fue un castigo hacia los hombres que obraron mal, sino principalmente en contra de un grupo de ángeles llamados vigilantes , y los hijos gigantes de estos llamados nefiylym.
- Estos seres, según estos textos, habrían sido los causantes de un gran daño y desequilibrio entre los hombres, por lo que Dios habría decidido castigarlos y limpiar la tierra del mal producido por ellos, mandando este diluvio;
De esta forma se unirían las historias de estos seres nombrados en el Génesis con el diluvio que comienza en el Génesis. Esta versión del diluvio bíblico se vería apoyada por un pasaje de la Biblia en el Libro de la Sabiduría (un libro Deuterocanónico ), que cuenta que al comienzo, cuando murieron los orgullosos gigantes, la esperanza del mundo se refugió en una balsa (el Arca); y en ella estuvo la semilla de una nueva humanidad (Sabiduría 14:6).