Una de las frases más famosas de Albert Einstein es Dios no juega a los dados, la cual dijo como una forma de sintetizar su rechazo a cierta interpretación de la física cuántica, justamente lo que la hace rara e incomprensible.
Contents
- 1 ¿Qué quiere decir la frase Dios no juega a los dados con el universo?
- 2 ¿Quién dijo Einstein deja de decirle a Dios lo que tiene que hacer con sus dados?
- 3 ¿Qué es Dios para Einstein?
- 4 ¿Qué dice Albert Einstein sobre la vida?
- 5 ¿Qué frase decía Einstein ante su asombro sobre la indeterminación del mundo cuántico?
- 6 ¿Qué es la realidad existe?
- 7 ¿Cuando dijo Einstein Dios no juega a los dados?
- 8 ¿Cuál fue la última frase de Albert Einstein?
¿Qué quiere decir que Dios no juega a los dados?
Quiso decir que la naturaleza es determinista y no probabilista. Esta frase era una arremetida personal de Einstein contra la visión de Copenhage de la Mecánica Cuántica; y nada tiene que ver ni con Dios ni con la teología.
¿Qué quiere decir la frase Dios no juega a los dados con el universo?
- Ana Pais (@_anapais)
- BBC News Mundo
18 enero 2019 Fuente de la imagen, Donaldson Collection/Getty Pie de foto, La aleatoriedad es parte intrínseca de la física cuántica, algo que incomodaba a Einstein. Albert Einstein estaba indignado. Era diciembre de 1926 y la física o mécanica cuántica estaba dando sus primeros pasos como la ciencia que explica el mundo de las partículas más pequeñas, el cual es invisible a los ojos. “La mecánica cuántica resulta imponente”, escribió el físico alemán a su colega Max Born.
- “Pero una voz interior me dice que, así y todo, no es verdadera”;
- Y agregó: “La teoría ofrece mucho pero no nos acerca al secreto del Viejo;
- En cualquier caso, estoy convencido de que él no juega a los dados “;
La famosa frase —eternamente citada pero no siempre comprendida en su justo contexto— muestra cómo aún una mente científica brillante como la de Einstein no podía concebir que, a escala de átomos y partículas subatómicas, el mundo fuera raro e impredecible.
- En 1935 el físico austríaco Erwin Schrödinger explicó uno de esos extraños comportamientos elaborando lo que hoy es la metáfora más famosa de la física cuántica: la del gato en la caja;
- Su experimento mental consistió en encerrar a un gato con un átomo radioactivo, el cual tiene 50% de probabilidades de desintegrarse y emitir un veneno que lo matará;
Pasado un tiempo, según las leyes de la física cuántica, el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, una ambigüedad impensable en nuestra vida cotidiana donde los seres están o vivos o muertos. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, El nobel Serge Haroche dará una charla y participará de varios paneles este sábado en Santiago de Chile en el marco de la conferencia “Nobel Prize Dialogue”.
- “La forma en que la naturaleza se comporta en esta escala se ve extraño porque es distinto a lo que estamos acostumbrados en el mundo macroscópico que nos rodea “, dice a BBC Mundo el físico francés Serge Haroche;
Es que, continúa, “la física cuántica describe un mundo microscópico para el cual no tenemos una intuición directa”. Haroche lo tiene claro: desde que ganó el premio Nobel de física en 2012 viaja por el mundo intentando explicar esta realidad contraintuitiva.
- El investigador de 74 años, que este sábado participa de la conferencia ” Nobel Prize Dialogue ” organizada en Santiago de Chile por la propia Fundación Nobel , habló sobre cómo el galardón cambió su vida, cómo es estudiar al “gato” de Schrödinger en el laboratorio y de la importancia de la física cuántica aún con la desaprobación de Einstein;
¿Qué piensa de la famosa frase de Einstein de que Dios no juega a los dados con el u niverso ? Einstein no hablaba de Dios en un sentido religioso, sino que, para él, Dios era una metáfora de la naturaleza. Lo que quería decir es que las leyes de la naturaleza no podían tener una aleatoriedad intrínseca, a lo que Born famosamente le respondió que quién era él para decir a qué juega Dios.
La frase refleja el hecho de que la falta de determinación de la física cuántica era algo que disgustaba a Einstein. Y no solo a Einstein: Schrödinger tampoco estaba cómodo con estos aspectos de la física cuántica.
Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Einstein también escribió a Born: “Tú crees en el Dios que juega a los dados y yo creo en la ley y la ordenación total de un mundo que es objetivo”. Pero la historia ha probado que, en este aspecto, Dios efectivamente está jugando a los dados.
Hasta ahora no existe un solo experimento que contradiga el hecho de que la física cuántica incluye la aleatoriedad. ¿ Es posible que el mundo a escala atómica y subatómica sea aleatorio porque aún no se conoce lo suficiente sobre él y que , en algún momento , la ciencia devele una serie de reglas predecibles como las del mundo que vemos en el día a día ? Creo que la aleatoriedad está aquí para quedarse.
En la física cuántica no hay forma en que puedas predecir con certeza qué va a suceder. Pero eso no quiere decir que no podamos estar seguros de algunas cosas: sabemos que si tomamos determinadas medidas, vamos a obtener siempre el mismo resultado. Tampoco quiere decir que no puedas hacer cosas muy precisas.
- De hecho, los relojes atómicos, que miden el tiempo con una exactitud fantástica, operan según las leyes de la física cuántica;
- Es una teoría que tiene inscrita la aleatoriedad y, a la misma vez, permite tomar medidas que son mucho más precisas que las de la física clásica;
Esta es una paradoja de la física cuántica que la hace fascinante. Como científico, ¿cómo le hace sentir esta aleatoriedad? Por supuesto que se siente raro, pero pienso que es porque nuestra intuición está vinculada a nuestra evolución. Nuestros cerebros son el resultado de la evolución durante miles de generaciones, en la cual hemos estado expuestos al mundo macroscópico.
- Entonces tenemos una intuición sobre qué sucederá si, por ejemplo, un objeto está cayendo y cómo protegerte de ser golpeado en la cabeza por él;
- Esto obedece a las leyes de la física clásica;
- Es una teoría que tiene inscrita la aleatoriedad y, a la misma vez, permite tomar medidas que son mucho más precisas que las de la física clásica;
Esta paradoja la hace fascinante En cambio, no estamos acostumbrados a entender qué pasa cuando un átomo se desintegra, por lo que tenemos que tratar de desconectarnos de nuestra intuición básica y aplicar las ecuaciones de la física cuántica que sabemos que funcionan.
Esto nos da otro tipo de intuición, una intuición matemática, una intuición sobre qué sucederá si hacemos un experimento. De hecho, esto es algo que pasa en la ciencia a todo nivel. A medida que la ciencia progresa, puede provocar eventos que se ven raros y que se oponen a la sabiduría popular.
Cuando Copérnico dijo que no era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra sino al revés, fue una idea muy difícil de aceptar a nivel general y Galileo tuvo una experiencia muy mala tratando de convencer al Papa de ello. Pelear contra las falsas intuiciones y falsas ilusiones es parte de la ciencia y, en la física cuántica, la ilusión del determinismo es un aspecto importante de la pelea.
- Dado que va en contra de la intuición, ¿cómo suele explicar por qué ganó el premio Nobel de física en 2012 ? (Se ríe;
- ) Todavía es difícil de explicar;
- Durante los últimos 30 años, no solo yo sino muchos físicos han estado intentando aprender a manipular y medir sistemas cuánticos aislados, es decir, cómo trabajar con ellos, cómo ponerlos en diferentes tipos de estados cuánticos, cómo ponerlos a interactuar y ver qué resulta de ello;
Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, David Wineland y Serge Haroche ganaron el Nobel de física en 2012 por desarrollar distintos métodos experimentales innovadores que permitieron medir y manipular sistemas cuánticos individuales. Estos tipos de experimentos que hacen malabares con sistemas cuánticos aislados han sido posibles gracias al desarrollo de nuevas tecnologías como los láseres, en particular, un tipo de láseres de alta precisión que permiten manipular átomos.
Aquí es donde entra el premio Nobel: junto con mi amigo (el físico estadounidense) David Wineland lo ganamos por representar dos formas de lograr dicha manipulación. Muchas otras personas podrían haber ganado el Nobel por ello.
Nosotros solo somos dos personas que representan a una gran comunidad de investigadores de alrededor del mundo que están haciendo este tipo de experimentos. Desde hace décadas que los científicos saben que las partículas aisladas se comportan de forma extraña, pero no podían observarlas en el laboratorio.
Sin embargo, usted logró crear un experimento que por primera vez permitió ver al “gato” de Schrödinger decidir si estaba vivo o muerto. ¿Cómo fue posible? Un sistema cuántico puede existir en una superposición de estados.
En la metáfora del gato de Schrödinger la superposición sería una situación en la que el gato podría estar al mismo tiempo vivo y muerto. Por así decirlo, estaría “suspendido” entre estas dos realidades clásicas. Por supuesto que esto no funciona para sistemas como gatos porque pasa en tiempos muy muy breves.
Pero podemos observar este tipo de fenómenos si manipulamos sistemas mucho más pequeños, que no estén formados por “tropecientos” átomos, sino por apenas unos pocos átomos o unos pocos fotones. Entonces puedes preparar este tipo de superposición y estudiar cómo se pierden las características cuánticas de la superposición a medida que pasa el tiempo.
Esto es justamente lo que hicimos. Fuente de la imagen, Science Photo Library Pie de foto, El experimento diseñado por Haroche con láseres permitió ver al “gato” de Schrödinger y decidir si estaba vivo o muerto por primera vez en la historia. Logramos atrapar en una caja un campo formado por unos pocos fotones y preparar este campo en una superposición cuántica de dos estados, que llamamos usando la metáfora del estado vivo y muerto.
Luego, estudiamos cómo, después de un pequeño periodo, el sistema tenía que decidir si estaba vivo o muerto y no ambos al mismo tiempo. Esta evolución de la física cuántica a la clásica es llamada decoherencia cuántica.
Lo que hace es transformar la letra “y” en la palabra “o”, por lo que el gato ya no está vivo y muerto, sino vivo o muerto. El estudio de la decoherencia fue, entonces, uno de los puntos más importantes de nuestra investigación. ¿ Existe alguna aplicación práctica para este descubrimiento ? Si es útil o no todavía es una pregunta abierta.
El campo de la tecnología cuántica se está expandiendo muy rápido hoy en día. Hay gente intentando usar o aprovechar partículas cuánticas para hacer tareas útiles en las comunicaciones, la computación y en mediciones.
Hay avances en muchas direcciones, pero es difícil saber cuál de estos avances llevará a inventos ampliamente utilizados como sucedió con otros aspectos de la física cuántica que llevaron al desarrollo de los láseres, el GPS y las computadoras que usamos hoy en día, por ejemplo.
A la gente le gusta llamar esto “la segunda ola de la revolución cuántica”, pero por el momento todavía es algo muy incierto. Muchas de las cosas que estamos pensando que sucederán, no pasarán, pero otras tantas que no estamos siquiera imaginando, sí se harán realidad.
Esto es lo que siempre ha sucedido en el pasado. Los científicos abren nuevas avenidas y a menudo se presentan sorpresas inesperadas. Fuente de la imagen, SSPL/Getty Pie de foto, Schrödinger creía que la ciencia jamás lograría manipular átomos aislados y que, por ende, la física cuántica no llegaría a estudiarse en el laboratorio.
¿Fue la c omputación cuántica una sorpresa para usted? Cuando comencé a investigar, solo estaba fascinado por el reto de tratar de manipular un sistema cuántico y averiguar cómo la naturaleza se comportaría.
Pero en ese entonces, algunas personas no creían que seríamos capaces de lograrlo. El propio Schrödinger dijo en los años 50 que nunca podríamos lograrlo porque para eso era necesario manipular átomos aislados y él pensó que eso siempre estaría en el dominio de los experimentos imaginarios y no del laboratorio.
Pero Schrödinger murió en 1961 y, en la década de 1960 y 1970, el láser fue desarrollado. En ese entonces yo era un joven investigador y me fascinaron las perspectivas que abría al láser. Y me di cuenta que efectivamente sería posible manipular átomos aislados.
Pero no tenía idea de que podía derivar en una computadora cuántica. Luego, en los 90, algunas personas empezaron a especular con que la computadora cuántica podía ser el resultado de este tipo de investigaciones. En ese entonces era escéptico porque me di cuenta que los experimentos con un solo átomo ya eran demasiado difíciles y para hacer funcionar una computadora cuántica, tendrías que manipular millones de átomos al mismo tiempo.
Esto todavía es un desafío hoy, 20 o 30 años después. Estamos jugando con pequeños sistemas, que demuestran los pasos básicos de la operación de una computadora, pero todavía no sabemos cómo podríamos aumentar hasta llegar al tamaño de una computadora que haga tareas verdaderas.
Para mí es fascinante cómo en la ciencia el resultado es mayormente impredecible. Lo único seguro es que nunca tendrás una aplicación y tecnología si antes no tienes ciencia básica, si no entiendes el fenómeno. Lo que sucederá después no lo sabemos y hay muchísimos ejemplos de ello en la ciencia moderna.
Fuente de la imagen, IBM Pie de foto, Este mes la empresa IBM presentó lo que llamó “el primer sistema de computación cuántico integrado” para uso científico y comercial. Por ejemplo, las tomografías o imágenes por resonancia magnética (IRM), que permiten tomar imágenes de adentro de nuestro cuerpo con una precisión fantástica y que son usadas por doctores de todas partes del mundo, son una aplicación de la resonancia nuclear magnética.
Quienes inventaron la resonancia nuclear magnética en la década de 1940 se sorprendieron cuando, 20 años después, derivó en la creación de la máquina de IRM. Es que, para eso, no solo debías tener resonancia magnética, sino también campos magnéticos altos, que no eran posibles en aquella época, y debías tener computadoras, que no existían.
Todo esto es el resultado de una combinación de ciencia básica desarrollada por distintos científicos en distintas áreas y que se cristalizó en esta máquina de una manera que no pudo ser prevista cuando los primeros experimentos se hicieron.
¿ Es de esto de lo que tratará la charla “La utilidad del conocimiento inútil” que dará en Chile ? Lo que llamamos “inútil” es la ciencia que está movida por la curiosidad y la “útil” es la que lleva a una aplicación y a dispositivos. Lo que decimos es que está mal oponer este tipo de ciencias: no hay forma de tener aplicaciones prácticas o “útiles” si no haces ciencia básica o “inútil” antes.
La ciencia que se mueve solo por la necesidad de aumentar el conocimiento es algo muy importante porque está en la base de la civilización. Hoy en día mucha gente está hablando de “hechos alternativos” y de la “posverdad”, y estas son cosas a las cuales que se opone la ciencia.
Los valores de la ciencia son los valores de la verdad y, si los enseñas a través de la educación, podrás tener sociedades que sean menos propensas a seguir personas que simplemente mienten todo el tiempo. No hay forma de tener aplicaciones prácticas o ‘útiles’ si no haces ciencia básica o ‘inútil’ antes La ciencia básica puede parecer inútil, pero crea una atmósfera donde los valores de la verdad sobreviven y esto es muy importante.
¿ De qué manera afectó su vida el ganar el premio Nobel? Afectó mi vida en muchos aspectos, porque me convertí en alguien que es buscado por los medios y recibo muchas solicitudes. Me invitan a dar charlas y conferencias, y viajo seguido por el mundo.
Pero no me quejo porque me gusta conocer gente, viajar y dar charlas, sobre todo a estudiantes de nivel secundario, porque creo que es muy importante. Además, ya estoy formalmente retirado del Colegio de Francia, por lo que ya no tengo que dar clases semanalmente.
Si no fuese por el Nobel, mi vida sería mucho más tranquila en este momento, por supuesto. Gracias al premio Nobel también pude mantener mi laboratorio en el Colegio de Francia y mis colegas están trabajando muy duro para continuar este tipo de investigación, e intento estar en contacto con ellos y saber lo que están haciendo.
Participo en las investigaciones a través de la escritura de papers. Estoy muy activo, lo cual ciertamente se hizo más fácil por el reconocimiento del Nobel. ¿ Y cómo fue ese momento en que se enteró que había ganado el Nobel? Era el final de la mañana en París y estaba caminando por la calle, cuando recibo una llamada y veo que el código de país era de Suecia.
¿Quién dijo que Dios juega a los dados?
Su aportación a la cuántica – La primera gran aportación de Born a la cuántica se produjo en 1925, en colaboración con su ayudante Heisenberg. Ambos introdujeron en la cuántica el álgebra matricial, un enfoque que Born conocía gracias a sus estudios de matemáticas y que por entonces no solía emplearse en la física.
En 1926, Born aplicaba el mismo tratamiento a la ecuación de onda de Schrödinger para transformar los orbitales de los electrones en nubes de densidad de probabilidad. Naturalmente, este carácter cada vez más neblinoso de la física atómica iba a encontrar respuesta por parte de quien veía toda aquella indefinición como un conocimiento a medias.
El 4 de diciembre de 1926, Einstein escribía en una carta a Born: “la mecánica cuántica es ciertamente impresionante. Pero una voz interior me dice que aún no es la realidad. La teoría dice mucho, pero realmente no nos acerca más al secreto del ‘viejo’. Yo, en todo caso, estoy convencido de que Él no juega a los dados “.
¿Quién dijo Einstein deja de decirle a Dios lo que tiene que hacer con sus dados?
Iniciamos esta serie de Hablando de… con el ácido sulfúrico , sintetizado por primera vez por Geber , cuyas ideas inspiraron la búsqueda en la Edad Media de la piedra filosofal por los alquimistas, el más grande de los cuales fue Paracelso , que eligió ese nombre para compararse con Celso, que se pensaba era un médico romano pero realmente era un tratadista que escribió una de las primeras grandes enciclopedias, la mayor de las cuáles es el Siku Quanshu , que contiene tesoros científicos, literarios y filosóficos como los tres textos clásicos del Taoísmo Filosófico , que tenía un concepto de la realidad muy diferente del occidental hasta la llegada de la “realidad cuántica” , puesta en cuestión por algunos físicos, que se enzarzaron en interesantes debates como las discusiones entre Einstein y Bohr.
_ Pero hablando de las discusiones entre Einstein y Bohr…_ A pesar de que él mismo había establecido algunos de los fundamentos físicos que más adelante construirían la mecánica cuántica (como el concepto de fotón), la teoría cuántica nunca gustó a Albert Einstein – todo lo que dijimos en el artículo anterior de esta serie acerca del desmoronamiento de la realidad objetiva disgustaba al ilustre físico profundamente.
Para él, debía existir una realidad objetiva que la mecánica cuántica no podía describir por limitaciones de la propia teoría, y no por la naturaleza del Universo. Probablemente has leído algunas de las citas de Einstein contra la cuántica, como la que suele expresarse como “Dios no juega a los dados”.
Einstein era bueno creando frases citables, pero no el único – es posible que no conozcas la respuesta de Niels Bohr, “Einstein, deja de decir a Dios lo que hacer [a veces se añade:] con sus dados. ” Porque Einstein mantuvo una interesantísima discusión durante años con los físicos que defendían la mecánica cuántica y, en particular, la Interpretación de Copenhague de esta teoría.
Piensa en la situación: Einstein contra las mentes de Bohr, Heisenberg, Born, von Neumann…es una lucha de titanes. Bohr y Einstein, en una foto tomada por Ehrenfest. La mayor parte de las discusiones se producían de la siguiente manera: Einstein inventaba un experimento mental que, en su opinión, demostraba que la mecánica cuántica no funcionaba, por ejemplo, rompiendo el Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Las ideas de Einstein, como casi siempre, eran elegantes, agudas y muy creativas (de hecho, pocos de sus “oponentes” podían encontrar fallos en sus argumentos).
- Solía escribir a Bohr (por ser el más cercano a él personalmente), y el genial danés le contestaba rompiendo su argumento en algún punto;
- Al principio, Einstein se centró en atacar el Principio de Incertidumbre , que dice que es imposible medir simultáneamente la posición y el momento lineal de una partícula, o lo que es lo mismo, su energía y el instante en el que se mide;
Este principio es fundamental en la cuántica, pues es el que hace que la realidad sea “borrosa” debido a la influencia de la medición. Por ejemplo, uno de sus experimentos mentales era el siguiente: supongamos que tengo una caja que contiene radiación electromagnética (fotones) y un reloj conectado a una pequeña compuerta en la pared de la caja.
Puedo abrir y cerrar la puerta en un intervalo de tiempo muy corto, de manera que de la caja salga únicamente un fotón, y el reloj puede marcar el instante en el que el fotón sale de la caja. Pero, ¿cómo sé qué energía tiene ese fotón? Aquí es donde el genio de Einstein se pone de manifiesto, al utilizar su propia Teoría de la Relatividad Especial para hacerlo sin, aparentemente, perturbar al fotón de ninguna manera: puesto que la energía y la masa son dos caras de la misma moneda, si sé la masa de la caja antes y después de que salga el fotón, la pérdida de masa de la caja se corresponderá, según la fórmula E = mc2, con la energía del fotón que ha salido, y podré conocer su energía y el instante de tiempo con precisión arbitraria.
Ergo , el principio de incertidumbre no es absoluto. Einstein propuso ese argumento en el Congreso de Solvay de 1930, y los cuánticos no podían encontrar el fallo de su argumento. Bohr en particular estaba muy agitado y nervioso, yendo de físico a físico tratando de convencerlos de que era imposible que Einstein tuviera razón, que debía haber algún fallo que no podían ver.
Según Leon Rosenfeld, otro físico del Congreso, Einstein y Bohr dejaron el edificio juntos: Einstein muy calmado, con una leve sonrisa irónica en los labios, y Bohr trotando a su lado lleno de excitación y bullendo con ideas.
Observa cómo, en la hora en la que parecía que uno de ellos derrotaría al otro, ambos se iban juntos, y su relación no dejaba de ser muy cordial. Sin embargo, la mañana siguiente vio el triunfo, una vez más, de Bohr, y si has leído y entendido el artículo anterior puede que tú mismo hayas visto un par de fallos en el razonamiento de Einstein: en primer lugar, ¿cómo medimos la masa de la caja? Tenemos que utilizar algún instrumento, por ejemplo, una balanza.
- Si la caja cuelga de un muelle, podemos medir cuánto se alarga el muelle y así saber la masa de la caja… Pero no podemos medir el alargamiento del muelle sin alterarlo de alguna manera, de modo que oscile, con lo que no podemos saber la masa con precisión absoluta;
De hecho, combinando esta imprecisión con la del cierre de la puerta (que no puede ser instantáneo), se obtiene…la fórmula del Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Una vez más, Einstein se veía derrotado. Pero nunca dejó de luchar contra lo que, para él, era abandonar la búsqueda de una verdad absoluta en la Naturaleza.
- Una vez se dio cuenta de que los principios cuánticos no eran atacables, pasó a argumentar que la teoría parecía indicar que no había una realidad absoluta porque era incompleta;
- Había variables ocultas que la teoría no consideraba porque no las conocemos pero, si se descubrieran e incluyeran, demostrarían que hay una realidad absoluta y cognoscible;
En una última etapa, Einstein publicó un artículo junto con Boris Podolski y Nathan Rosen, el argumento EPR , que demostraba que una teoría cuántica debía ser no local , es decir, todo está relacionado instantáneamente. El argumento, a grandes rasgos, era el siguiente: Si tengo dos fotones que se encuentran en estados cuánticos entrelazados (es decir, no es posible saber cuál es el estado del primero sin saber el del segundo) y los llevo a lugares diferentes, medir el estado del primer fotón necesariamente determina cuál es el estado del segundo.
- Supongamos que el primer fotón puede estar en el estado A o el estado B, y el segundo fotón necesariamente está en el estado contrario;
- Entonces, si en un momento dado mido el estado del primer fotón y resulta ser B, instantáneamente el estado del segundo se convierte en A;
Si suponemos que los estados de los fotones eran fijos y estaban determinados desde el principio, pero que no podíamos conocerlos porque la teoría cuántica es incompleta (como afirmaba Einstein), no hay problema: no hay nada que se haya transmitido de un fotón al otro instantáneamente; simplemente, no sabíamos el estado y ahora sí, pero el estado era el mismo.
Pero si el estado del fotón, como afirma la “realidad cuántica”, realmente se convierte en el estado B, eso quiere decir que hay “algo” que viaja desde el primer fotón al segundo de forma instantánea. En palabras de Einstein, una “acción fantasmal a distancia” que haría que la realidad no fuera local: es decir, que las cosas afectaran a otras cosas instantáneamente, de modo que la única manera de “ver” el Universo como es sería verlo en su totalidad, no sólo una parte, porque cualquier parte del Universo puede afectar a cualquier otra parte de forma instantánea, lo cual era absolutamente inaceptable para él.
Cinco meses después de la publicación de la “paradoja EPR”, Bohr respondió en la misma publicación, pero su respuesta no es demasiado brillante ni derrota al argumento de Einstein que, una vez más, es de una agudeza extraordinaria. (Ni siquiera vamos a poner aquí la respuesta de Bohr, porque no es muy interesante).
¿Significa esto que, al final, Einstein gana la batalla y demuestra que la cuántica es incompleta? Pues no. Los experimentos realizados desde entonces han demostrado que la “acción fantasmal a distancia” existe realmente, con lo que el argumento de Einstein, una vez más, no puede derrotar a la mecánica cuántica.
Aunque aún hay diferencias en la interpretación de la teoría, la opinión prevalente es que, efectivamente, la realidad no es local ni absoluta – por supuesto, es posible que teorías futuras expliquen por qué nos parece así y que, al final, Einstein tenga razón y haya factores que aún no estamos teniendo en cuenta.
En cualquier caso, esa etapa (los 20-30 años durante los cuales tuvieron lugar los debates) es fascinante: las mentes de tantos genios en un duelo de esgrima mental de argumentos y contra-argumentos, de los cuales sólo hemos dado, por supuesto, pequeñas pinceladas… Las figuras más importantes, desde luego, fueron Einstein y Bohr, pero piensa en los actores “secundarios”: Heisenberg, Ehrenfest, Schrödinger, Born, von Neumann… algunos no tan conocidos por la gente en general, pero no por ello menos geniales; por ejemplo, John von Neumann, un personaje fascinante al que hemos mencionado en El Tamiz en ocasiones anteriores.
Pero hablando de von Neumann….
¿Quién dijo la frase Dios no juega a los dados con el universo?
Derechos – La frase del célebre físico es repetida una y otra vez, y aparece lo mismo en sobremesas, discusiones y alegatos. Pero el contexto que le da verdadero significado suele ser desconocido.
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Albert Einstein y Niels Bohr en 1925
A lbert Einstein escribió en Diciembre de 1926: “La teoría produce un buen caso, pero no nos acerca al secreto del Viejo. Estoy del todo convencido que Él no juega a los dados”. Einstein estaba respondiendo a una carta del físico alemán Max Born. El corazón de la teoría de la mecánica cuántica, según Born, latía de forma aleatoria e incierta, como si sufriera de arritmia. Si, antes de la cuántica, la física se trató siempre de hacer esto y obtener aquello , la mecánica cuántica parecía decir que cuando hacemos esto , obtenemos aquello solo con cierta probabilidad.
Y en ciertas circunstancias podríamos obtener lo otro. | Como a muchas otras industrias, la emergencia sanitaria está afectando la capacidad de los medios de financiarse. Si nuestro trabajo te ayuda a estar mejor informado, #haztuparte aquí| Einstein no estaba convencido.
Su insistencia de que Dios no juega a los dados con el Universo ha resonado durante décadas , tan familiar y elusiva en su significado como E=mc2. ¿Qué quiso decir Einstein? ¿Y cómo concebía a Dios? Hermann y Pauline Einstein eran judíos ashkenazi no practicantes.
A pesar del secularismo de sus padres, a los nueves años Albert descubrió y abrazó el judaísmo con considerable pasión y, por un tiempo, fue un obediente judío practicante. Según la tradición judía, sus padres invitaban a un académico pobre a comer cada semana, y de un empobrecido estudiante de medicina Maz Talmud (luego Talmey), el joven e impresionable Einstein aprendió sobre las matemáticas y la ciencia.
Consumió los 21 volúmenes de los alegres Libros populares de ciencia natural (1880) de Aaron Bernstein. Talmud luego lo dirigió hacia la Crítica de la Razón Pura (1781) de Immanuel Kant, de donde migró hacia la filosofía de David Hume. De Hume había un paso relativamente corto hacia el físico austriaco Ernst Mach, cuya vertiente filosófica estridentemente empirista de ver-es-creer demandaba un rechazo total a la metafísica, incluyendo las nociones de un tiempo y espacio absoluto y la existencia de los átomos.
¿Qué es Dios para Einstein?
Einstein dijo creer en el Dios de Spinoza, un Dios que se muestra a sí mismo a través del orden y la armonía de las leyes universales, un Dios en cuyo intelecto participa la mente humana. Albert Einstein (1879 – 1955) es ampliamente considerado el científico más importante, conocido y popular del siglo XX. Uno de los temas que se discuten frecuentemente en Internet tiene que ver con si Einstein creía en Dios o no. El tema genera fascinación porque las personas buscan confirmar sus propias creencias y dar un golpe de autoridad (recurriendo a una “autoridad”): si el más grande científico del siglo XX creía en Dios, esto parecería darle a las personas que creen en Dios mayor legitimidad y seguridad y, por el contrario, si una mente como la de Einstein, que sondeó los misterios del universo, no se inclinó hacia la divinidad esto parecería consolidar más la visión ateísta y materialista que domina la ciencia actualmente.
Lo cierto es que existe cierta confusión al respecto, aunque ciertamente Einstein dijo identificarse con ” el Dios de Spinoza “. La confusión nace de que la divinidad que postuló el filósofo neerlandés de origen sefardí Baruch Spinoza (1632 -1677) ha sido interpretada de formas diversas, entre ellas como un ateísmo, bajo la interpretación de que su panteísmo (la inmanencia de Dios) oculta realmente un ateísmo en tanto a que se puede substituir a Dios por la Naturaleza, y en tanto a que no necesariamente implica un culto o adoración a esa Naturaleza.
Primero veamos brevemente las declaraciones que acercan a Einstein al Dios de Spinoza y luego veamos cómo concibió a este Dios el filósofo holandés del siglo 17. Gerald Holton, profesor de la Universidad de Harvard, quien fue designado curador del archivo de Einstein, mantiene que Einstein atravesó un periodo religioso y otro científico y que al final los conjugó ambos: “Definitivamente sí [creía en Dios].
- Pero debemos recordar que así como inventó su física y su estilo de vida, también inventó su religión;
- Era el Dios de Spinoza, que introdujo la racionalidad en el mundo, de modo que la Naturaleza y Dios se identifican”;
En una entrevista de 1930 publicada en el libro Glimpses of the Great de G. Viereck, Einstein explica: “La mente humana, no importa que tan entrenada esté, no puede abarcar el universo. Estamos en la posición del niño pequeño que entra a una inmensa biblioteca con cientos de libros de diferentes lenguas.
- El niño sabe que alguien debe de haber escrito esos libros;
- No sabe cómo o quién;
- No entiende los idiomas en los que esos libros fueron escritos;
- El niño percibe un plan definido en el arreglo de los libros, un orden misterioso, el cual no comprende, sólo sospecha;
Esa, me parece, es la actitud de la mente humana, incluso la más grande y culta, en torno a Dios. Vemos un universo maravillosamente arreglado, que obedece ciertas leyes, pero apenas entendemos esas leyes. Nuestras mentes limitadas no pueden aprehender la fuerza misteriosa que mueve a las constelaciones. ” Baruch de Spinoza pintado por Barend Graat en 1666. Hay que mencionar que, en muchos sentidos, la filosofía de Spinoza es una ruptura con la filosofía cartesiana que remarca el dualismo entre cuerpo y alma (o mente). Spinoza concibe en su Ética, en cambio, una única sustancia, la cual define como aquello “que es en sí mismo y es concebido por sí mismo, esto es, aquello cuyo concepto no requiere del concepto de otra cosa para formarse”.
Me fascina el panteísmo de Spinoza, porque él es el primer filósofo que trata al alma y al cuerpo como si fueran uno mismo, no dos cosas separadas. De aquí que la única sustancia, aquello que no necesita de algo más, sea Dios.
“Excepto Dios, no existe sustancia que pueda darse o concebirse”. La sustancia de Spinoza es infinita e indivisible; como la energía de Einstein, no se crea ni se destruye. En otra famosa respuesta, Einstein contestó un telegrama del rabino Herbert S. Goldstein sobre su visión religiosa diciendo escuetamente: “Creo en el Dios de Spinoza.
- Quien se revela a Sí mismo en las armoniosas leyes del universo, no en un Dios quien se ocupa del destino y el castigo de la humanidad”;
- Aquí se hace una alusión al gran atractivo que ha hecho de la filosofía de Spinoza sumamente atractiva para muchos científicos y filósofos que sienten una religiosidad cósmica (no antropomórfica) que se aleja de los grandes monoteísmos (basados en una figura divina patriarcal que castiga o premia), y lo cual hizo que incluso fuera acusado de ateísmo en su época;
“Los hay que se representan a Dios como un hombre compuesto de cuerpo y alma y sometido a pasiones; pero ya consta, por las anteriores demostraciones cuán lejos vagan éstos de un verdadero conocimiento de Dios”, escribió. Esto es así ya que si bien todas las cosas, dice Spinoza, son en Dios, Dios no es corpóreo, ya que los cuerpos están, por definición, limitados.
Esta es su definición de Dios: “Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita.
” Otra de las grandes razones, por las cuales el Dios de Spinoza es tan atractivo para mentes científicas es que en ningún momento recurre a lo supernatural o a lo milagroso. Dios aunque es todo, es conocido (intuido) adecuadamente en sus leyes. “Todo lo que ocurre, ocurre en virtud de las solas leyes de la infinita naturaleza de Dios y se sigue de la necesidad de su esencia”.
Y todo lo que ocurre se produce por necesidad, no por un acto de voluntad creativa o arbitrariedad; el universo es determinístico, algo que es lógicamente muy atractivo para un científico o matemático que observa el edificio cósmico de la causalidad y encuentra ecuaciones o constantes universales que parece existir eternamente.
“Todas las cosas necesariamente proceden de, o siempre siguen al poder infinito de Dios] por la misma necesidad y en la misma forma en la que de la naturaleza de un triángulo procede, por toda la eternidad, que sus tres ángulos sean iguales a dos ángulos rectos. ” El filósofo Baruch Spinoza. Pintor desconocido, sobre el 1665. Spinoza además sugiere que es posible conocer “la naturaleza de todas las cosas, a saberse, a través de las leyes universales y reglas de la naturaleza”. Estas leyes son las más puras expresiones de Dios y tienen una realidad superior a la existencia de las cosas individuales, por ejemplo, ya que permanecen siempre igual, mientras que las cosas cambian y perecen (y en realidad tienen su existencia en esas leyes, que son la naturaleza, Dios).
- La tercera gran razón de que la filosofía de Spinoza es tan atractiva para un físico, tiene que ver con que Spinoza llegó a sugerir que Dios es sinónimo a la Naturaleza,”Deus sive Natura”, escribió famosamente Spinoza;
Recordemos que la física hasta hace uno siglos era llamada “filosofía natural”, y esto hace que algunos físicos y filósofos crean que al decir Dios es la Naturaleza, se puede decir que lo divino, lo que es, la realidad, es la física o lo físico (la palabra griega physis, de hecho, ha sido traducida a lenguas modernas como naturaleza).
- Esto, sin embargo, es altamente discutible ya que Spinoza no puede considerarse en ninguna medida un materialista, ya que habla de la eternidad de la mente que participa en Dios;
- “La mente humana no puede ser absolutamente destruida con el cuerpo, sino que una parte de ella, que es eterna, permanece”;
“Nuestra mente en tanto a que entiende es un modo eterno de pensamiento”. Estas proposiciones, entre otras, han generado gran debate. Algunos filósofos creen que Spinoza habla de algún tipo de inmortalidad individual del alma; otros creen que más bien se trata de una inmortalidad impersonal, de aquello que conoce adecuadamente a Dios, y que es en sí mismo Dios.
Esto es similar a algunas visiones orientales, particularmente la budista, en la cual no existe una inmortalidad del alma, sólo una inmortalidad de la mente que percibe correctamente la realidad, que es en sí misma la budeidad (no una persona o un individuo).
En otras palabras, podemos decir que la sabiduría es inmortal, la ignorancia es perecedera. El tema más polémico en relación a la obra de Spinoza es si su visión de la realidad puede considerarse como atea. Evidentemente no si nos basamos en sus propias palabras y no asumimos que ahora somos más astutos para darnos cuenta que él mismo no se daba cuenta de que lo que estaba desarrollando era en realidad un ateísmo (porque el panteísmo, un término que Spinoza nunca uso, es en realidad un ateísmo mal llamado) y Spinoza, que utiliza el término Dios por todas partes y se esmeró en probar su existencia, el filósofo que Shelley y Byron llamaron “intoxicado de Dios”, en realidad no creía en Dios.
Acaso sólo utilizó este término para librarse de acusaciones de herejía. El argumento de que su filosofía es ateísta, se basa en que equipara a Dios con la naturaleza (y aparentemente no recurre a ninguna diferencia o trascendencia entre estos) y en que no parece haber hecho o llamado explícitamente a una adoración de Dios-Naturaleza.
El problema, por supuesto, yace en cómo definimos “Dios”, si lo definimos como un ser trascendente que crea el universo de la nada y que interviene a voluntad para afectar su creación, entonces sí podríamos hablar de que la filosofía de Spinoza es ateísta.
- Pero esta es solamente una definición de la divinidad basada en la tradición judeocristiana en sus aspectos exotéricos;
- Si admitimos una definición más sutil esto cambia;
- Max Müller, el gran traductor y compilador de textos orientales, escribió: “El Brahman, como fue concebido por los Upanishads y definido por Shankara, es claramente el mismo que la Substantia de Spinoza”;
La teología de Spinoza también puede leerse como un monismo: Dios es Todo y es Uno, como dice el poema de Borges sobre el Dios de Spinoza, el universo es “el infinito mapa de Aquel que es todas Sus estrellas”. El argumento de que el Dios de Spinoza es solamente inmanente, es decir no existe más que en la naturaleza, por otro lado, ha sido discutido Martial Guéroult, quien sugiere que Spinoza en realidad es un panenteísta (y no un panteísta), la diferencia estriba en que en su interpretación de la filosofía de Spinoza Dios no es solamente el mundo, sino más bien el mundo está en Dios.
Todas las cosas tienen su existencia en Dios, pero Dios no es limitado por el mundo. Karl Jaspers, por su parte, ha puesto en duda la afirmación de que para Spinoza Dios y la naturaleza son intercambiables, y sugiere que Dios mantiene una trascendencia en tanto a que tiene infinitos atributos, mientras que el mundo conocido por los humanos sólo tiene dos atributos, el Pensamiento y la Extensión, los cual abarcan la cualidad inmanente de Dios.
Dios es entonces trascendente e inmanente, lo cual lo acerca de nuevo a una concepción oriental, como la que encontramos en el shivaísmo tántrico de Cachemira, entre otros. Por otro lado, el argumento de que Spinoza no siente la necesidad de adorar o de rendir culto a su Dios es algo, de nuevo, bastante arbitrario, ya que aunque no habla de ritos o prácticas específicas para acercarse a esa divinidad, en repetidas ocasiones sugiere que el bien y el sentido de la existencia humana es conocer y amar a Dios.
- – El más alto bien es el conocimiento de Dios, y la más alta virtud de la mente es el conocimiento de Dios;
- – El amor intelectual de la mente hacia Dios es parte del amor infinito con el que Dios se ama a sí mismo;
El amor de Dios a los hombres, y el amor intelectual de la mente a Dios, son idénticos. – El hombre sabio rara vez sufre conmociones del ánimo, sino que, consciente de sí mismo, de Dios y de las cosas, con arreglo a una necesidad eterna, nunca deja de ser, y siempre posee el verdadero contento del ánimo.
- Sobra decir que la “Naturaleza” de Spinoza, rebosante de gnosis, amor y eternidad, es muy diferente a la naturaleza ciega e inerte de la ciencia moderna materialista;
- La filosofía de Spinoza es más sofisticada que la de los grandes cultos religiosos monoteístas (aunque sólo en su entendimiento exotérico, la cábala judía, por ejemplo, tiene una visión también panenteísta); pero no por ello deja de tener una clara religiosidad;
Se trata de una religiosidad cósmica, altamente intelectual, que se nutre de la contemplación del orden y la elegancia de las leyes del universo y de la misma mente humana que es un atributo de la divinidad. Los pensadores de la India fueron sensibles a esta diferencia, mientras que la religiosidad cristiana, por ejemplo, es más lo que llaman un bhakti yoga (unión a través de la devoción), lo de Spinoza se acerca a un jnana yoga (unión con dios y anulación de la individualidad a través de la gnosis).
- Verdaderamente para Spinoza el ser humano es una forma en la que Dios se percibe a sí mismo;
- Un concepto que sería reformulado secularmente por Carl Sagan, diciendo que somos la forma en la que el universo se conoce a sí mismo;
De esto se deriva que la mente humana es parte del infinito intelecto de Dios. Así entonces, cuando decimos que la mente humana percibe esto o aquello, no estamos diciendo más que Dios, no en cuanto a que es infinito, sino en cuanto a que es explicado a través de la naturaleza de la mente humana, o en tanto a que constituye la esencia de la mente humana, tiene esta o aquella idea.
(Ética, 2. p11. c) En este sentido Spinoza sí postula un sistema religioso, un sistema de re-unión o reconexión, que es solamente el reconocimiento de que lo que somos, particularmente nuestro intelecto en su percepción adecuada de la realidad, es Dios.
¡DIOS no juega a los dados con el UNIVERSO!… ¿Qué quiso decir EINSTEIN?
Esta gnosis divina es lo que perdura, es la misma eternidad de la mente que es acogida en el seno divino. Albert Einstein. Fotografía de Orren Jack Turner, Princeton, N. 1947. Einstein también reconoció la importancia de este sentimiento de religiosidad cósmica, basado en el conocimiento de lo “Misterioso”. El misterio es lo más hermoso que nos es dado sentir -el conocimiento de la existencia de algo insondable para nosotros, la manifestación de la más profunda razón aunada a la más resplandeciente belleza.
- No puedo imaginar un Dios que castiga o recompensa a los objetos de su creación, o que tiene una voluntad del tipo que experimentamos nosotros mismos;
- Me satisface el misterio de la eternidad de la vida con la conciencia de –y atisbos de- la maravillosa construcción del mundo existente en conjunto con la determinación expedita a comprender una porción, aunque sea pequeña, de la razón que se manifiesta a sí misma en la naturaleza;
Esta es la base de una religiosidad cósmica, y me parece a mí que la función más importante del arte y la ciencia es despertar este sentimiento entre los receptivos y mantenerlo vivo. Al final, no es necesario el concepto de “Dios”, pero sí el concepto de algo más grande, eterno, misterioso y bello que da sentido y ordena la existencia (algo que evoca el sentimiento estético, ético y espiritual que solemos describir con la palabra “divino”).
Algo que es más grande y misterioso, pero que, a la vez, es lo más íntimo e inmediato, en lo cual todo tiene su existencia. Al final los nombres como “Dios” o “Naturaleza” son sólo conceptos, pero la religiosidad es una actividad, un dinamismo, una forma de ser que provee vital significado.
El mismo Einstein sugirió que “la ciencia sin religión está coja, y la religión sin ciencia está ciega”. No es necesario elegir entre una o la otra. Por Alejandro Martínez-Gallardo Via pijamasurf.
¿Que decía Einstein de la fisica cuantica?
Entrelazamiento cuántico roto – El entrelazamiento cuántico describe una particularidad asombrosa de las partículas elementales: después de permanecer unidas durante un tiempo, comparten la misma identidad una vez separadas entre sí. Cualquier cambio que provoquemos en una de esas partículas se reflejará instantáneamente en la otra partícula, aunque esté a miles de kilómetros de distancia.
Einstein llamó al entrelazamiento cuántico acción espeluznante a distancia. Este vínculo es tan sólido que no es posible alterar el grado de entrelazamiento entre dos partículas manipulando una de las partículas por sí sola, mientras está en estado de entrelazamiento cuántico.
En la universo de juguete, (basado en operadores matemáticos diferentes que extienden las ecuaciones fundamentales de la física cuántica ordinaria), los investigadores pudieron alterar el nivel de entrelazamiento de los cúbits manipulando solo a uno de ellos: un resultado que está expresamente prohibido en la física cuántica regular.
¿Qué opinaba Einstein de la física cuántica?
Aguarda un minuto. Mirar, medir: ¿nuestras acciones realmente producen alguna diferencia? ¿No está ese pobre felino vivo o muerto antes de que abramos la caja? ¿Seguramente el mundo se comporta independientemente de la percepción que tenemos de él? Así pensaba Albert Einstein: defendía el realismo, según el cual el universo se puede entender y describir sin tener en cuenta nuestras interacciones con él.
Su némesis era el físico y antirrealista Niels Bohr, quien argumentó que semejante imagen objetiva no es posible, sólo un lienzo superpuesto que muestra lo que podemos observar y medir. El antirrealismo triunfó.
La mecánica cuántica promovida por Bohr, que relega la realidad a una irrelevancia, es la imagen predominante de la naturaleza a escala atómica y subatómica. Debería derrocarse, según Lee Smolin, junto con el pensamiento “mágico” que la acompaña. (Newton, más importante que Einstein en el mundo).
- Smolin, una figura destacada en la lucha por restablecer el realismo como el fundamento de la ciencia, insiste en que éste es el momento adecuado para tomar las armas;
- “La ciencia está bajo ataque”, escribe en Einstein’s Unfinished Revolution (La revolución inconclusa de Einstein), “y con ella la creencia en un mundo real en el que los hechos son verdaderos o falsos;
Cuando la física fundamental es secuestrada por una filosofía antirrealista, estamos en peligro”. El riesgo, advierte, es la capitulación del proyecto del realismo de siglos de antigüedad, “que no es más que el ajuste, poco a poco, conforme progresa el conocimiento, del límite entre nuestro conocimiento de la realidad y el reino de la fantasía”.
Smolin ofrece una exposición magistral sobre el estado de la física cuántica, combinando sin problemas una historia del campo con explicaciones claras, un contexto filosófico y una introducción accesible a nuevas ideas.
Su narrativa sobre cómo dos perspectivas opuestas sobre el comportamiento cuántico se convirtieron en la ortodoxia contraintuitiva de Bohr, es fascinante. Einstein dio el pistoletazo de arranque al abogar por la idea de que la luz podía mostrar las propiedades tanto de una partícula, que ocupa una ubicación definida, como de una onda, que es más difusa.
- En 1905, cuando tenía solo 26 años y trabajaba como empleado de patentes, demostró que la luz reflejada sobre el metal podía liberar electrones;
- Había descubierto lo que llegó a conocerse como el efecto fotoeléctrico, demostrando que la luz venía en pequeños paquetes o fotones;
El descubrimiento le valdría un premio Nobel en 1921. Niels Bohr descubrió que la teoría de la luz de Einstein podía aplicarse útilmente a los átomos. Un joven aristócrata parisino llamado Louis de Broglie ofreció un análisis crítico: si la luz podía ser tanto una onda como una partícula, ¿podría la misma extraña dualidad ocurrir con los electrones y otra materia? En 1925, Erwin Schrödinger, profesor de la Universidad de Zúrich, se enteró de la tesis de De Broglie y se la llevó a unas vacaciones en las montañas.
- En unos días, había inventado las ecuaciones relevantes;
- Bohr comprendió que todos estos avances se estaban fusionando en una teoría llena de probabilidades desconcertantes, un alejamiento de los resultados familiares y deterministas de la física clásica;
Pero la nueva teoría de la mecánica cuántica parecía funcionar, si no intuitivamente, al menos matemáticamente. Bohr aprovechó su momento, escribe Smolin, “anunciando el nacimiento no sólo de una nueva física, sino de una nueva filosofía. Había llegado el momento para el antirrealismo radical y Bohr estaba listo para esto”.
- Dado que el instituto de Bohr en Dinamarca fue el semillero de estas ideas, la filosofía se conoció como la interpretación de Copenhague;
- Cuando el teórico alemán Werner Heisenberg llegó a la misma formulación de la mecánica cuántica a través de una ruta distinta, Bohr quedó aún más reivindicado;
Incluso aunque Einstein se plegó ante el dominio danés, el realismo nunca murió del todo. Más tarde, De Broglie fue el precursor de una idea llamada teoría de la onda piloto, según la cual la partícula es guiada por una onda ‘piloto’. Fue redescubierta en la década de 1950 y todavía tiene sus seguidores.
En el último medio siglo se han originado otras ideas novedosas, como la gravedad cuántica de bucles, de la cual Smolin es uno de los principales investigadores. Pero él y sus colegas no se hacen ilusiones sobre el desafío monumental que se avecina: la necesidad de inventar una nueva física, como lo hicieron Einstein y otros.
“Así que quizás todo depende de un estudiante brillante en algún lugar, muy arrogante, como lo fue el joven Einstein, pero con un talento tan intenso que pueda absorber lo esencial de todo lo que hemos hecho, antes de echarlo a un lado y comenzar de nuevo con confianza”, dijo.
Si parece que Einstein es el hombre del momento, es porque 2019 marca el centenario de la prueba más espectacular de sus poderes: el esfuerzo por confirmar su teoría de la relatividad utilizando el eclipse solar total de 1919.
Este experimento es el tema de No Shadow of a Doubt (Sin sombra de duda), de Daniel Kennefick de la Universidad de Arkansas. Einstein había calculado que la luz de las estrellas debería curvarse cuando pasa junto a un objeto enorme – por ejemplo, el sol – porque la gravedad del objeto deforma la estructura del espacio-tiempo.
El eclipse solar del 29 de mayo de 1919 brindaba una rara oportunidad para probar su predicción. Los científicos británicos aprovecharon la oportunidad y planearon expediciones a dos lugares, la Isla de Príncipe en el Golfo de Guinea y Sobral en Brasil.
Cuando la luna pasa frente al sol durante un eclipse, bloquea la luz del disco solar y convierte el día en noche. El apagón temporal permite que se vean las estrellas alrededor del borde del sol (así como la corona del sol similar a un halo). Al comparar las verdaderas ubicaciones de las estrellas con sus ubicaciones aparentes durante el apagón, los científicos pudieron deducir si el sol realmente estaba desviando la luz de las estrellas.
Kennefick reúne una emocionante combinación de ingredientes en una historia densa pero gratificante: el descaro de Einstein; el encanto, la suerte y el sentido de aventura de la persecución del eclipse; la audacia de planear un experimento tan exigente durante la Primera Guerra Mundial y llevarlo a cabo durante el caótico período de posguerra.
Un intento previo de confirmar la relatividad terminó mal: Los rusos arrestaron a los científicos alemanes que observaban el eclipse de 1914 en Crimea bajo cargos de espionaje. La guerra también ensombreció el eclipse de 1919. La planificación recayó en dos astrónomos: Sir Arthur Eddington, director del Observatorio de Cambridge, y Sir Frank Dyson, Astrónomo Real.
Eddington, un objetor de conciencia cuáquero, enfrentaba la cárcel hasta que su universidad hizo un conmovedor llamamiento a la junta de reclutamiento, alegando que después de las muertes del primer y segundo ayudantes del observatorio, nadie más en Cambridge sabía cómo rastrear un eclipse.
La escasez de naves civiles también planteaba dificultades para despachar el equipo necesario. Pero las expediciones de alguna manera se hicieron a la mar, el sol brillaba por lo general, y se garantizaron las observaciones necesarias. ¡Y qué tremendas observaciones fueron! En noviembre de 1919, seis meses después del eclipse, Eddington y Dyson revelaron que habían confirmado la predicción de Einstein.
- Fue una sensación a nivel mundial;
- “Las luces se tuercen en el firmamento”, decía el New York Times;
- La confirmación incluso influyó en la cultura de la ciencia: La disposición de Einstein a someter sus ideas a la investigación experimental persuadió al filósofo Karl Popper a desarrollar la ‘falsabilidad’ como la prueba de fuego de la verdad científica;
Kennefick disecciona el escepticismo que desde entonces ha envuelto este histórico experimento. Señala que después de la guerra la mayoría de los científicos alemanes enfrentaron el ostracismo. ¿Eddington y Dyson planearon probar la relatividad en un intento para unir a los científicos y al mundo? ¿Mostraron parcialidad al rechazar algunos datos? El hecho de que tanto Eddington como Dyson eran expertos en el uso de la publicidad también parece haber debilitado sus reputaciones, de forma injustificada, según la opinión de Kennefick.
- “Es un error creer que la verdad no necesita defensor”, escribe;
- Él cree que el experimento de 1919 logró su único objetivo: demostrar si Einstein tenía razón o no;
- Y no es que este gran hombre necesitara de tal afirmación;
Cuando se le preguntó qué habría hecho si los resultados hubieran sido menos favorecedores, Einstein declaró: “Entonces yo habría sentido lástima por el buen Señor. La teoría está correcta”. Entonces, guardemos nuestra lástima para Mileva Maric, quien se describe en Einstein’s Wife (la esposa de Einstein), una nueva biografía de forma selectiva (él se casó dos veces).
La intelectual serbia, una de las primeras estudiantes de ciencias en Europa, conoció a Albert en 1896 en el Politécnico de Zúrich, donde ambos estudiaron matemáticas y física. Un compañero de estudios describió a Mileva como “una chica muy buena, inteligente y seria, es pequeña, frágil, oscura, fea; cojea un poco, pero tiene muy buenos modales”.
Albert, varios años más joven, quedó cautivado ; él la llamaba Dollie y ella lo llamaba Johnnie. Sus familias no aprobaron la relación. Mileva quedó embarazada. Una hija, Lieserl, nació fuera del matrimonio, pero, sorprendentemente, su destino sigue siendo desconocido.
Las cartas que quedan apuntan a que Lieserl murió de fiebre escarlata o fue dada en adopción. Sin embargo, ésta no es la pregunta que este libro, del profesor de física jubilado Allen Esterson y el historiador de la ciencia David C Cassidy, se propone responder.
En su lugar, ¿fue Mileva, como han especulado los biógrafos anteriores, una colaboradora no acreditada de la investigación de Einstein? Los informes de la escuela y la universidad sugieren que ella era brillante pero no de forma preternatural. Durante los períodos que pasaron separados, él escribía con entusiasmo sus ideas, pero en sus respuestas, ella no las profundizaba.
- Tras un meticuloso análisis de cartas, entrevistas, chismes, informes de segunda mano, traducciones y más traducciones, los autores no quedaron convencidos del mito de Mileva;
- En cambio, lo que surgió fue el retrato de una joven capaz pero frustrada que no alcanzó su pleno potencial como científica, ” ni se dio cuenta de sus esperanzas y sueños en el matrimonio y en la vida”;
Para 1919, el año del eclipse, Einstein se había divorciado de Mileva para casarse con su prima hermana Elsa. Recientemente salieron a la luz cartas sugiriendo que Einstein tenía intenciones con una de las hijas de Elsa. En cambio, esta biografía de la primera esposa olvidada de Einstein brinda una acusación inquietante de que Albert era un compañero distante y, en última instancia, desleal: un esposo cuántico que no estaba aquí ni allá; un visionario que vio la luz de las estrellas en el universo, pero no la oscuridad cerca de su casa.
¿Cuándo Albert Einstein se equivocó?
El primer error – En su obra maestra sobre la teoría general de la relatividad , Albert Einstein escribió la ecuación que describe la evolución del Universo en función del tiempo. La solución de esta ecuación muestra un universo inestable , en lugar de, como se creía hasta entonces, una enorme esfera de volumen constante en la que se deslizaban las estrellas.
A principios del siglo XX, todo el mundo vivía con la idea bien arraigada de un universo estático en el que el movimiento de los astros se repetía sin descanso. Es probable que se debiera a las enseñanzas de Aristóteles, que establecía que el firmamento era inmutable, en contraposición con el carácter perecedero de la Tierra.
Esta creencia provocó una anomalía histórica: en el año 1054, los chinos advirtieron una nueva luz en el cielo que no aparece mencionada en ningún documento europeo, y eso que se pudo ver a plena luz del día durante varias semanas. Se trataba de una supernova, es decir, una estrella moribunda, cuyos restos todavía se pueden observar en la nebulosa del Cangrejo.
Fuente de la imagen, NASA/ESA/J. Hester/A. Loll (ASU) Pie de foto, La nebulosa del Cangrejo no fue documentada en Europa tras su aparición en 1054. El pensamiento dominante en Europa impedía aceptar un fenómeno tan contrario a la idea de un cielo inmutable.
Una supernova es un acontecimiento muy raro , que solo se puede observar a simple vista una vez cada cien años (la última fue en 1987). Así que Aristóteles tenía casi razón al afirmar que el cielo era inmutable, al menos a la escala de una vida humana. Para no contradecir la idea de un universo estático, Einstein introdujo en sus ecuaciones una constante cosmológica que congelaba el estado del universo.
¿Qué es la física cuántica espiritual?
¿Qué es la física cuántica? –
- El término “cuántica” proviene de “quantum”, que es la unidad más pequeña que conforma la luz. Así, lo que busca por encima de todo la mecánica cuántica es poder entender la fenomenología del átomo, y todas esa partículas elementales que lo componen.
- Estamos ante una ciencia que empezó alrededor del siglo XX y donde nombres como el de Max Planck asentaron gran parte de las teorías de las que disponemos en la actualidad.
- Se trata de una disciplina tan llamativa como compleja que aspira a definir y entender aquello que no se ve, lo que no se puede medir y todo ese indeterminismo inscrito en las partículas que conforman nuestra realidad. De este modo, algo que ha podido saber es que si pudiéramos ver un átomo bajo un microscopio, lo que descubriríamos es un pequeño tornado. Un vórtice donde giran los quarks y los fotones.
Si nos acercáramos a ellos un poco más descubriríamos algo aún más llamativo: un vacío. Porque los átomos no tienen estructura física, porque de lo que están hechos en realidad es de energía invisible, no de materia tangible. Esa idea, la de que somos energía, es uno de los pilares que configuran la conexión entre la física cuántica y la espiritualidad y de lo que habló el Dalai Lama. .
¿Qué dice Albert Einstein sobre la vida?
‘La vida es como andar en bicicleta. Para mantener el equilibrio debes mantenerte en movimiento’.
¿Qué frase decía Einstein ante su asombro sobre la indeterminación del mundo cuántico?
En una ocasión, Albert Einstein [1] , dirigiéndose a los científicos que en ese momento se dedicaban a la «nueva física», les dijo: «el problema cuántico es tan extraordinariamente importante y difícil que debería captar la atención de todos» [2]. La «mecánica cuántica» es actualmente la teoría física más completa para describir la materia, la radiación y las interacciones recíprocas, especialmente cuando las teorías anteriores, las así llamadas «teorías clásicas» [3] , resultan inadecuadas, es decir, en lo que se refiere a los fenómenos de longitud o energía atómica y subatómica.
La frase de Einstein es válida para todos, porque, además de tener un gran impacto tecnológico – y consecuentemente social -, tiene implicancias muy importantes en la visión filosófica de la realidad. Podemos agregar que Einstein – aunque tenía una gran admiración tanto por el formalismo matemático cuántico como por su capacidad de describir los experimentos – no era de ninguna manera un defensor de la llamada «ortodoxia» de la física cuántica.
La interpretación ortodoxa, también denominada «interpretación de Copenhague», se inspira esencialmente en los trabajos desarrollados alrededor de 1927 por Niels Bohr [4] y Werner Heisenberg [5] , enriquecidos por la contribución decisiva de Max Born [6].
- En el resto del artículo intentaremos aclarar esta perspectiva;
- Pero podemos comprender desde ya que la física no es en absoluto una disciplina lineal o aséptica, sino que está inextricablemente ligada, de manera amplia y compleja, a nuestra vida;
«La vida supera a la ciencia», afirma John Polkinghorne [7] ; y Heisenberg escribe que «la Naturaleza es anterior al hombre, pero el hombre es anterior a la ciencia de la naturaleza» [8]. Las concepciones religiosas, filosóficas y existenciales del físico entran en un «diálogo circular», tan enriquecedor como problemático, con su profesión científica.
No es raro observar cómo los físicos, de acuerdo entre sí en el plano científico, exhiben contrastes explícitos en lo que atañe a las consecuencias filosóficas de una teoría determinada. La ciencia da forma a la vida y al pensamiento, pero no lo aprisiona.
Veremos cómo Einstein, y otros junto a él, se opusieron a la concepción de la mecánica cuántica de la escuela de Copenhague, y cómo, a pesar de ello, esta última llegó a constituirse en el pensamiento dominante entre los científicos. La mecánica cuántica, como ya señalamos, representa hoy la mejor y más exhaustiva descripción del mundo físico.
Comprenderla seria y honestamente ofrece escenarios inesperados, fascinantes y abiertos a una realidad más vasta. En ella se puede vislumbrar un horizonte hacia el Misterio, incluso desde una óptica cristiana.
« Los muchachos de Copenhague » Aparte de Born, que superaba los cuarenta años, Heisenberg, Jordan [9] , Dirac [10] y Pauli [11] – es decir, los principales protagonistas del nacimiento de la teoría cuántica– eran todos veinteañeros. Con juvenil entusiasmo se vieron involucrados en el proyecto que habría cambiado el escenario de la física y, con este, el paradigma de nuestra visión del mundo.
Este grupo de jóvenes, por medio de un refinado formalismo matemático [12] y de experimentos – reales o incluso concebidos solo mentalmente –, llegó a las siguientes conclusiones: 1) es imposible renunciar a lo que podríamos llamar el aspecto «probabilístico» de la teoría; 2) las cantidades «observables», es decir, obtenibles mediante procesos de medición, son las únicas que realmente existen para la ciencia.
El aspecto probabilístico El aspecto probabilístico no refleja solamente la imperfección de nuestro conocimiento. Incluso si fuéramos «Dios» [13] , no podríamos conocer con certeza el resultado de un fenómeno cuántico. Si este conocimiento absoluto y superior fuera posible, entonces nuestro modo de ver la realidad sería el modo conocido como «clásico».
Intentemos ahora aclarar el problema. En la física clásica se recurre a la probabilidad, aunque en realidad el proceso es determinístico. Es la imperfección de nuestro conocimiento y su inexactitud respecto de las condiciones iniciales de un sistema (el estado de partida), lo que impide que podamos formular pronósticos precisos, determinísticos.
Si fuéramos Dios y si el mundo fuera gobernado por leyes clásicas, seríamos capaces de predecir con certeza absoluta el resultado de todos los fenómenos físicos del mundo. Conociendo por completo y precisamente el punto de partida de cada partícula del universo, estaríamos en condiciones de describir y predecir el recorrido que la enorme máquina cósmica – el gran «reloj de Dios» – está realizando y realizará.
En la mecánica cuántica, en cambio, es como si Dios mismo estuviera jugando a los dados y, cual jugador honesto, no conociera anticipadamente el resultado. Incluso conociendo de manera exacta todos los datos iniciales y las leyes de la naturaleza, sería de todos modos imposible predecir con exactitud el éxito de un experimento.
Por lo tanto, los resultados de las mediciones son fundamentalmente no determinísticos, es decir, no predecibles de manera determinada [14]. El máximo de nuestro conocimiento, en la eventualidad de que efectuáramos la medición de una cantidad física del mundo cuántico, consistiría solamente en la probabilidad de obtener cierto valor [15].
Incluso sin entrar en el formalismo matemático, digamos de todas formas que el estado de un sistema cuántico está descrito por la llamada «función de onda», en la que coexisten – no realmente, sino en potencia – todas las magnitudes físicas – entre las que se cuentan, por ejemplo, la posición y la velocidad –, cada una con su respectiva probabilidad.
Esto es todo lo que nos es dado conocer; la función de onda describe solo la probabilidad con la cual podremos obtener un resultado en el caso en que se efectuara la medición. « ¡Pero mira quién está aquí! » El otro aspecto desconcertante de la mecánica cuántica es que preguntas del tipo: «¿Dónde se encontraba la partícula antes de que midiéramos su posición? ¿Qué recorrido ha realizado?» ya no tienen sentido.
El físico Richard Feynman [16] formuló en 1948 un método matemático – muy técnico pero a la vez muy eficaz – que permite describir un fenómeno físico calculando la probabilidad de cada posible evolución del sistema, desde el punto inicial al punto final.
En el procedimiento se deben incluir «todas» las trayectorias que el sistema puede recorrer [17] , incluso aquellas que serían imposibles para la mecánica clásica, que prevé solo un recorrido determinado. En la mecánica cuántica no existe una sola trayectoria (una línea evolutiva única) atravesada por el sistema, sino infinitas, y la partícula puede pasar por todas ellas, incluso contemporáneamente.
- Pero, ¿son reales estas infinitas trayectorias? John Wheeler [18] respondería: «[en el mundo físico] solo los fenómenos son reales […], y ningún fenómeno es un fenómeno mientras no sea un fenómeno observado» [19];
La física desarrollada por los «muchachos de Copenhague» estudia exclusivamente cantidades observables, es decir, que pueden obtenerse mediante mediciones. La medición «restringe» al fenómeno físico a asumir uno solo de los valores permitidos – el valor observado -, que se vuelve, de esta forma, el único que existe realmente.
- En términos técnicos, este proceso se define como «colapso de la función matemática»;
- El conocimiento contenido en esta función de onda, que describe todos los valores posibles del sistema, es anulado completamente en el momento de la medición: esta hace colapsar la estructura matemática – y con ella el sistema – sobre el único valor que «realmente» observamos [20];
Podemos deducir, por lo tanto, que si bien la mecánica cuántica describe fenómenos que exceden nuestra experiencia cotidiana, no se trata de una mera especulación metafísica [21] ni menos de un modelo que arriesga introducir un cierto espiritualismo paranormal o parapsicológico.
¿Qué es la realidad existe?
La realidad (del latín realitas y este de res , «cosa») es el término lingüístico que expresa el concepto abstracto de lo real. [ 1 ] La realidad es la suma o agregado de todo lo que es real o existente dentro de un sistema, en contraposición a lo que es solo imaginario.
- El término también se usa para referirse al estado ontológico de las cosas, lo que indica su existencia;
- [ 2 ] En términos físicos, la realidad es la totalidad de un sistema, conocido y desconocido;
- [ 3 ] Las cuestiones filosóficas sobre la naturaleza de la realidad o la existencia o el ser se consideran bajo la rúbrica de la ontología, que es una rama importante de la metafísica en la tradición filosófica occidental;
Las preguntas ontológicas también aparecen en varias ramas de la filosofía , incluida la filosofía de la ciencia , la filosofía de la religión , la filosofía de las matemáticas y la lógica filosófica. Estos incluyen preguntas sobre si solo los objetos físicos son reales (es decir, el fisicalismo), si la realidad es fundamentalmente inmaterial (por ejemplo, el idealismo ), si existen entidades hipotéticas no observables postuladas por teorías científicas, si Dios existe, si existen números y otros objetos abstractos, y si existen mundos posibles.
¿Cuando dijo Einstein Dios no juega a los dados?
La frase “Dios no juega a los dados” fue la respuesta de Einstein al mundo probabilístico surgido de la investigación atómica. Ya desde el s. XVII, con la era de la Razón que condujo a la Ilustración, y hasta bien entrado el siglo XX, el universo se había vuelto cada vez más predecible.
Bastaba con aplicar las leyes de la física conociendo las variables de partida para saber con exactitud la posición de un planeta, la ocurrencia de un eclipse o la velocidad de caída de una piedra. Pero la física cuántica tuvo que renunciar a la física tradicional para adentrarse en un mundo regido por el principio de incertidumbre de Heisenberg.
Nunca podremos conocer con exactitud la posición y la velocidad de una partícula subatómica en un momento dado, solo la probabilidad de que esté allí. No tardó en aparecer la matemática del caos, tratando de describir procesos aparentemente impredecibles.
Ni siquiera conociendo las variables de partida, podríamos saber el resultado final, porque cualquier pequeña desviación en las variables de entorno afectarán al resultado. ¿Quién puede predecir el recorrido exacto de una gota de lluvia en el cristal de nuestra ventana? El efecto mariposa se hizo un término común, el batir de alas de una en una esquina del mundo podría provocar un huracán en las antípodas.
Einstein argumentaba que lo que nos parece impredecible es porque no controlamos todas las variables que intervienen. Pero Dios sí las conoce. Para Él, el universo sería determinista. Pero, la propia vida no es posible en un mundo ordenado y estable, aunque tampoco en uno completamente desordenado y caótico.
La vida surge y se mantiene en el límite del caos. La transición de fase entre lo ordenado y lo caótico no es ni inmovilista ni totalmente impredecible y abre un espacio único para que surjan estructuras complejas que se autoorganizan.
La creación científica y artística también habitan allí. Un universo probabilístico, en la frontera del caos, no es impredecible. Los sistemas caóticos tienden a pasar con mayor probabilidad y cierta regularidad por una serie de estados conocidos como atractores extraños y nosotros podemos anticipar una tormenta con cierta seguridad.
Si ha habido una línea de progreso en la evolución de la vida es hacia el independizarse del ambiente, especialmente anticipando el futuro, desarrollando mecanismos que prevean el invierno, el ciclo de mareas… nuestra inteligencia consiste, sobre todo en la capacidad de anticipar y evitar los problemas.
El universo es probabilístico y razonablemente predecible. Quizás ésta es la manera que se le ocurrió a Dios de compatibilizar nuestra libertad con su conocimiento absoluto..
¿Qué fue lo último que dijo Stephen Hawking?
(CNN) — No hay Dios, esa es la conclusión del célebre físico Stephen Hawking, cuyo último libro fue publicado en octubre de 2018, meses después de su muerte. Este jueves marcó el primer aniversario del fallecimiento del científico. El libro, acabado por su familia tras la muerte del científico , presenta respuestas a las preguntas que más le hicieron a Hawking durante su tiempo en la Tierra.
- Otras bombas que el científico británico dejó a sus lectores incluyen la creencia de que existe vida extraterrestre, que la inteligencia artificial podría ser más astuta que los humanos y que los viajes en el tiempo no se pueden descartar;
Hawking, considerado uno de los científicos más brillantes de su generación, murió en marzo de 2018 a la edad de 76 años. LEE: ¿Qué es la ELA, la enfermedad con la que convivió Stephen Hawking durante 50 años? “No hay Dios. Nadie dirige el universo”, escribe en “Respuestas breves a las grandes preguntas”.
“Durante siglos se creía que las personas discapacitadas como yo vivían bajo una maldición que fue infligida por Dios”, agrega. “Prefiero pensar que todo se puede explicar de otra manera, por las leyes de la naturaleza”, precisa.
Hawking sufrió de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) , un trastorno neurodegenerativo también conocido como Enfermedad de Lou Gehrig, durante la mayor parte de su vida adulta. El científico murió mientras trabajaba en el libro, que su familia y colegas terminaron con la ayuda de sus vastos archivos personales. Esta semana se publicará un libro póstumo de Stephen Hawking.
¿Cuál fue la última frase de Albert Einstein?
20/02/2015 – 05:00 Actualizado: 20/02/2015 – 13:28 Albert Einstein no sólo formuló la teoría científica más importante del siglo XX, además, al contrario que muchos compañeros de profesión, fue un hombre integro en cuestiones éticas y políticas. Como narra Philip Ball en el fantástico libro Al servicio del Reich.
- La física en tiempos de Hitler (Turner), Einstein fue el único físico relevante que criticó abiertamente a los nazis desde que supo de su existencia;
- Cuando Hitler conquistó el poder en Alemania el físico se encontraba de viaje a Estados Unidos y anunció que nunca volvería al que había sido su país de acogida hasta que no se restituyesen “la libertad civil, la tolerancia y la igualdad ante la ley”, lo que le convirtió en uno de los enemigos declarados del Tercer Reich;
Y sí, Einstein era judío, pero a diferencia de muchos compañeros (de trabajo y de “raza”, como dirían los nazis) denunció lo que consideraba injusto sin titubear, algo que no hicieron desde el principio muchas judíos alemanes relevantes, que pensaban que el nacionalsocialismo sería sólo una locura transitoria.
- Enistein, además, no se casaba con nadie;
- Con anterioridad, antes de que el antisemitismo se generalizara en una Europa enferma, Einstein se había opuesto a la Primera Guerra Mundial y, más adelante, pese a ser un convencido sionista, criticó la conveniencia de crear el estado de Israel, apostando por la unión de árabes y judíos, “para llegar a una comprensión recíproca”;
Einstein pensaba que su trabajo como científico no podía desvincularse de su labor como ciudadano, algo que tuvo claro hasta el final de sus días. Aunque formuló su teoría de la relatividad en 1915 y en 1921 ganó el premio Nobel, siguió trabajando en su campo de estudio más de 40 años, a sabiendas de que era imposible llegar más alto.
El último día de Albert Einstein Einstein trabajó hasta el momento de su muerte, pese a que sufría una dolorosa enfermedad, un aneurisma de aorta abdominal, que le provocaba graves ataques que duraban dos o tres días, cada tres o cuatro meses.
En 1948, siete años antes de que falleciera, le operaron para impedir que el aneurisma que tenía, “del tamaño de un pomelo”, se rompiera. Su salud desde entonces fue muy precaria, pero aun así publicó investigaciones durante los 50 y estuvo trabajando hasta el momento mismo de su muerte, en 1955.
- Así lo atestiguó Ralph Morse, el histórico fotógrafo de la revista LIFE que inmortalizó su despacho tal como lo había dejado el físico el mismo día en que Einstein dejó este mundo;
- “Ya he hecho mi parte;
Es hora de irse y lo haré con elegancia”. Morse recibió una llamada de la redacción de LIFE avisándole de que Einstein acababa de morir en el Hospital de Princeton. Morse se desplazó allí lo más rápido posible pero, al llegar al hospital, vio una marabunta de periodistas y un caos tremendo y tuvo otra idea.
Compro una caja de botella de whisky y fue a la oficina de Einstein en el Instituto de Estudios Avanzados. “Sabía que la gente iba a ser reacia a hablar, pero la mayoría de personas agradecen una botella de alcohol, en vez de dinero, a cambio de su ayuda”, explicó Morse en LIFE, poco antes de fallecer.
“Así que logré acceder al edificio, encontrar al superintendente y, tras ofrecerle una botella, me abrió la oficina”. Morse tomó entonces la que es ya una de las imágenes icónicas de la carrera de Einstein. Aunque el fotógrafo no pudo dar su grandísima exclusiva –el editor de LIFE de aquellos años, Ed Thompson, decidió renunciar a ella por respeto a la familia–, la instantánea se publicó el pasado año y muestra el despacho del físico repleto de papeles.
- El día de su deceso, Einstein estaba trabajando en un discurso que tenía que dar en la televisión israelí y se llevó el borrador al hospital para seguir escribiéndo allí;
- Sólo unas horas antes de su muerte los médicos le propusieron probar una nueva cirugía experimental como último recurso para extender su vida;
Pero el físico se negó: “Ya he hecho mi parte. Es hora de irse y lo haré con elegancia”. Fue la última decisión que tomó en su vida. Einstein se fue de este mundo orgulloso de sus contribuciones y hasta el final tuvo claro uno de sus principios fundamentales, que consta en una de sus más famosas citas: “No intentes convertirte en un hombre de éxito, mejor conviértete en un hombre valioso”.
¿Que decía la carta de Einstein a Roosevelt?
‘Cometí un gran error en mi vida cuando firmé la carta al presidente Roosevelt recomendándole que se fabricaran bombas atómicas’, dijo Einstein, citado por Pauling. ‘Pero había una justificación: el peligro de que los alemanes la fabricaran’.