Creer en el Salvador y en Su misión es tan esencial que es el primer principio del Evangelio: “Fe en el Señor Jesucristo” 1. ¿Qué es la fe? En su epístola a los Hebreos, en el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo enseñó que la fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” 2.
¿Y cómo obtenemos la fe? ¿Cómo logramos la convicción de la realidad de nuestro Salvador, a quien no hemos visto? Las Escrituras nos enseñan esto: “A algunos el Espíritu Santo da a saber que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que fue crucificado por los pecados del mundo; “a otros les es dado creer en las palabras de aquéllos, para que también tengan vida eterna, si continúan fieles” 3.
Desde el principio, los profetas han sabido que Jesucristo es el Hijo de Dios, han sabido de Su misión terrenal y de Su Expiación por toda la humanidad. Los registros sagrados dan profecías de miles de años, no sólo de la primera venida de nuestro Salvador, sino también de la Segunda Venida, un día glorioso que, sin duda alguna, vendrá.
Si hubiéramos vivido en los días de aquellos profetas de antaño, ¿habríamos creído en sus palabras? ¿Habríamos tenido fe en la venida de nuestro Salvador? En la antigua América, Samuel el lamanita profetizó que la noche del nacimiento del Salvador “[habría] grandes luces en el cielo… al grado que a los hombres les parecería que es de día” 4.
Muchos le creyeron a Samuel y fueron a buscar a Nefi, confesaron sus pecados, se arrepintieron y se bautizaron. “Y se aparecieron ángeles a los hombres, a hombres sabios, y les declararon buenas nuevas de gran gozo…” 5. Pero la mayor parte de los nefitas “empezó a endurecer su corazón” 6 y se volvió ciega a las “señales y prodigios” de esos días.
Aquellas señales se dieron para que los del pueblo “supieran que el Cristo pronto debía venir” 7. No obstante, en lugar de prestarles atención, los del pueblo “empezaron a confiar en su propia… sabiduría, diciendo: Algunas cosas [los creyentes] pudieron haber adivinado acertadamente… mas he aquí… No es razonable que venga tal ser como un Cristo…” 8.
En aquellos días, como en los nuestros, algunos antagonistas, llamados anticristos, convencieron a otras personas que no había necesidad de un Salvador ni de la Expiación. Cuando la profecía de Samuel por fin se cumplió, y hubo “un día y una noche y un día, como si fuera un solo día” 9 , ¡cuánto gozo debe de haber llenado el corazón de los que habían creído a los profetas! “Y habían acontecido, sí, todas las cosas, toda partícula, según las palabras de los profetas.
Y aconteció también que apareció una nueva estrella, de acuerdo con la palabra” 10. Los que creyeron las palabras de los profetas reconocieron al Salvador durante Su vida y Su ministerio y tuvieron la bendición de seguirlo.
Pero a veces aun la fe de los seguidores más devotos se puso a prueba. Después de la crucifixión, Tomás oyó a sus hermanos testificar que el Salvador se había levantado del sepulcro. Sin embargo, en lugar de creerles, Tomás dijo: “Si no viere… no creeré” 11.
Más adelante, al buen apóstol se le brindó la oportunidad de tocar las marcas de los clavos en las manos del Salvador, y exclamó: “¡Señor mío, y Dios mío!” 12 El Salvador entonces le enseñó amorosamente, así como Él nos ha enseñado a todos nosotros, lo que significa tener fe: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” 13.
Los creyentes del continente americano enfrentaron pruebas similares de su fe. Tal como Samuel había profetizado, hubo “truenos y relámpagos” 14 , y la oscuridad cubrió “la superficie de esta tierra durante tres días” 15. Pero “los que recibieron a los profetas y no los apedrearon” 16 no tuvieron miedo ni huyeron, sino que reconocieron que “se había dado la señal tocante a [la] muerte” del Salvador 17 y se reunieron maravillados alrededor del templo.
- Allí, Él apareció ante ellos, diciéndoles: “He aquí, yo soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo;
- “…he bebido de la amarga copa que el Padre me ha dado, y he glorificado al Padre, tomando sobre mí los pecados del mundo, “…Y sucedió que cuando Jesucristo hubo hablado estas palabras, toda la multitud cayó al suelo; pues recordaron que se había profetizado entre ellos que Cristo se les manifestaría después de su ascensión al cielo” 18;
Hermanos y hermanas, las profecías de la primera venida de Cristo se cumplieron, “toda partícula” de ellas. Como resultado, hay muchas personas por todo el mundo que creen que el Salvador en verdad vino y que vivió en el meridiano de los tiempos. ¡Pero todavía quedan muchas profecías por cumplirse! En ésta y en otras conferencias, escuchamos a los profetas actuales cuando profetizan y testifican de la segunda venida de Cristo; también testifican de las señales y los prodigios que nos rodean, diciéndonos que sin duda Cristo vendrá otra vez.
¿Optamos por creer en sus palabras? O, a pesar de sus testimonios y advertencias, ¿estamos en espera de la evidencia? ¿Andamos “en tinieblas al mediodía” 19 , rehusando ver a la luz de la profecía moderna y negando que la Luz del Mundo volverá a gobernar y reinar entre nosotros? A lo largo de mi vida, he conocido muchas personas buenas y generosas que se adhieren a los valores cristianos; sin embargo, a algunas les falta la fe de que Él vive, que es el Salvador del mundo y que Su Iglesia ha sido restaurada en la tierra.
Debido a que no creen en las palabras de los profetas, se pierden el gozo del Evangelio y de sus ordenanzas salvadoras. Tengo un querido amigo que un día, no hace mucho, en un momento de afecto fraternal, me preguntó: “Élder Hales, deseo creer, siempre lo he deseado, ¿pero cómo lo logro?”.
Esta mañana quiero contestar esa pregunta. El apóstol Pablo escribió esto a los Romanos: “…la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” 20. El hecho mismo de que ustedes estén mirando, escuchando o leyendo el desarrollo de esta conferencia significa que están oyendo la palabra de Dios.
El primer paso hacia la fe en el Señor Jesucristo es dejar que la palabra de Él —dicha por boca de Sus siervos, los profetas— penetre en su corazón. Pero no basta con dejar que esas palabras le pasen por encima, como si sólo oírlas pudiera transformarlo; debemos hacer algo de nuestra parte, o, como el Salvador mismo dijo: “El que tiene oídos para oír, oiga” 21.
- En otras palabras, el oír exige un esfuerzo activo;
- “La fe sin obras está muerta” 22;
- Significa tomar en serio lo que se nos enseña, considerarlo cuidadosamente, estudiarlo con atención;
- Como aprendió el profeta Enós, significa dejar que el testimonio que otras personas tengan del Evangelio nos penetre el “corazón profundamente” 23;
Repasemos algunos de los elementos de la experiencia profunda y promovedora de fe que tuvo Enós: Primero, él había oído las verdades del Evangelio de boca de su padre, tal como ustedes las oyen en sus familias y en esta conferencia. Segundo, dejó que las enseñanzas del padre sobre “la vida eterna y el gozo de los santos” 24 le penetraran profundamente el corazón.
- Tercero, se llenó de deseos de saber él mismo si esas enseñanzas eran verdaderas y en qué posición se encontraba ante su Hacedor;
- Sus palabras fueron: “Y mi alma tuvo hambre…” 25;
- Por ese intenso apetito espiritual, Enós se hizo merecedor del cumplimiento de esta promesa del Salvador: “…bienaventurados son todos los que padecen hambre y sed de rectitud, porque ellos serán llenos del Espíritu Santo” 26;
Cuarto, Enós obedeció los mandamientos de Dios, lo cual le dio el poder de ser receptivo al Espíritu del Espíritu Santo. Quinto, Enós escribe: “…me arrodillé ante mi Hacedor, y clamé a él con potente oración y súplica por mi propia alma; y clamé a él todo el día; sí, y cuando anocheció, aún elevaba mi voz en alto hasta que llegó a los cielos” 27.
No fue fácil. La fe no le vino al instante. De hecho, él describió su experiencia en la oración como una “lucha que [tuvo] ante Dios” 28. Pero recibió la fe. Por el poder del Espíritu Santo, recibió su propio testimonio.
No podemos tener una fe como la de Enós sin nuestra propia lucha ante Dios en la oración. Testifico que la recompensa vale la pena el esfuerzo. Recuerden este modelo: (1) Oír la palabra de Dios, hablada y escrita por Sus siervos; (2) dejar que esa palabra les penetre profundamente el corazón; (3) sentir hambre de rectitud en el alma; (4) seguir con obediencia las leyes, las ordenanzas y los convenios del Evangelio; y (5) levantar la voz en potente oración y súplica, pidiendo con fe saber que Jesucristo es nuestro Salvador.
Les prometo que si lo hacen sincera e incesantemente, estas palabras de Cristo a Sus discípulos se cumplirán para ustedes: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” 29. Una vez que comenzamos a tener fe en Jesús, nuestro Padre Celestial permite que nuestra fe se fortalezca.
Esto ocurre de muchas formas, incluso mediante la experiencia con la adversidad. Una conocida mía me escribió hace poco: “Perdimos un nietecito de dos años y medio por la leucemia… Mis hijos todavía no han sacado su pequeña cama, y pronto hará siete años de su muerte.
Es difícil tener fe. Perdí a un amigo de sesenta y nueve años. En diez años tuvo tres tipos de cáncer, y dos veces quedaron en remisión. Primero, lo encontraron en los riñones, después en el cerebro y por último en los pulmones.
Ya no pudo luchar más. Hizo todo lo humanamente posible, y hace seis años halló la fe… pero eso no le dio ni un día extra; así que supongo que es difícil creer”. Esta súplica que se me hizo por fe, la contesté como sigue: “Su relato de la pérdida de su nieto debido a la leucemia me conmovió.
Espero que usted y sus hijos encuentren paz al buscar las respuestas al propósito de la vida. Nuestra fe se consigue por medio de la oración, con un sincero deseo de acercarnos a Dios y confiar en que Él lleve nuestras cargas y dé respuesta a los misterios inexplicables del propósito de la vida: ¿De dónde vinimos? ¿Por qué estamos en esta tierra como seres mortales? ¿Y a dónde vamos después de nuestra jornada terrenal? Su pequeñito está bien, porque murió antes de la edad de responsabilidad, los ocho años, y está en la presencia de Dios.
Busque la fe, y que las bendiciones de Dios la acompañen. ” Es interesante el hecho de que el que sufre obtiene fe mediante el sufrimiento y acepta la voluntad de Dios; “hágase tu voluntad” 30 , dice, mientras que a los familiares y a las personas que lo cuidan les es difícil aceptar el trágico final y ser capaces de fortalecer su fe con la experiencia.
- No podemos medir la fe por “un día extra”;
- Cuando nos llegan las dificultades de la vida terrenal, y nos llegan a todos, puede ser “difícil tener fe” y “difícil creer”;
- En esos momentos, sólo la fe en el Señor Jesucristo y en Su expiación puede brindarnos paz, esperanza y comprensión;
Solamente la fe en que Él sufrió por nosotros nos dará la fortaleza para perseverar hasta el fin. Cuando obtenemos esa fe, experimentamos un potente cambio de corazón, y, como Enós, nos fortalecemos y empezamos a desear el bienestar de nuestros hermanos.
- Oramos por ellos, para que ellos también se eleven y se fortalezcan por medio de la fe en la expiación de nuestro Salvador Jesucristo;
- Consideremos algunos de esos testimonios proféticos de los efectos que la Expiación tiene en nosotros;
Al hacerlo, les pido que dejen que penetren profundamente en su corazón y satisfagan cualquier hambre y sed que haya en su alma. “Y en ese día descendió sobre Adán el Espíritu Santo, que da testimonio del Padre y del Hijo, diciendo: Soy el Unigénito del Padre desde el principio… para que así como has caído puedas ser redimido” 31.
- Y “el Señor se le mostró [al hermano de Jared], y dijo: …He aquí, yo soy el que fue preparado desde la fundación del mundo para redimir a mi pueblo;
- He aquí, soy Jesucristo;
- Soy el Padre y el Hijo;
- En mí todo el género humano tendrá vida, y la tendrá eternamente, sí, aun cuantos crean en mi nombre…” 32;
Abinadí testificó: “Quisiera que entendieseis que Dios mismo descenderá entre los hijos de los hombres, y redimirá a su pueblo… Sí, aun de este modo será llevado, crucificado y muerto… [dándole] poder para interceder por los hijos de los hombres… habiéndolos redimido y satisfecho las exigencias de la justicia” 33.
Y finalmente, está José Smith. Cuando era un muchacho de catorce años, ejerció una fe firme y siguió el consejo del profeta Santiago de “pedir a Dios” 34. Debido al llamamiento profético de José, Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo aparecieron ante él y le dieron instrucciones.
¡Qué gloriosa fue esa Primera Visión para el primer Profeta de esta última dispensación! Dieciséis años después, en el Templo de Kirtland, el Salvador visitó otra vez a José y él testificó así: “Vimos al Señor… y su voz era como el estruendo de muchas aguas, sí, la voz de Jehová, que decía: Soy el primero y el último; soy el que vive, soy el que fue muerto; soy vuestro abogado ante el Padre” 35.
A mi querido amigo y a todas las almas que tienen hambre de fe, los invito “a buscar a este Jesús de quien han escrito los profetas y apóstoles” 36. Dejen que el testimonio de éstos de que el Salvador dio su vida por ustedes se hunda profundamente en su corazón.
Procuren con sus oraciones obtener un testimonio de la verdad por medio del Espíritu Santo; y vean luego cómo se fortalece su fe al enfrentar con ánimo las dificultades de esta vida terrenal y prepararse para la vida eterna. Jesucristo en verdad vino. Él realmente existió.
Contents
¿Qué debemos hacer para tener fe en Dios?
¿Cómo aumentar la fe y la confianza en Dios?
Pasos –
- 1 Alimenta tu fe: recibe una medida de fe de Dios al leer la Palabra de Dios (al estudiar la Biblia). Romanos 10:17 dice: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo”.
- La fe no proviene principalmente al orar, al suplicar o ayunar, sino Romanos 10:17 sería solo una sugerencia.
- La Biblia nos exhorta “ora siempre”, así que la actitud para orar será esencial, pero la fe proviene por el oír y luego por aplicar la Palabra de Dios.
- Deberás continuar leyendo y estudiando la Palabra de Dios (la Biblia) para que tu fe crezca. En 2 Tesalonicenses 1:3 dice: “Tu fe se acrecienta cada vez más” viviendo conforme a las promesas de Dios en la Biblia.
- 2 Lee la parte de la Biblia donde dice que Jesucristo tenía toda la fe de Dios”: sin medida. Él es la palabra viva de Dios. [3] La fe se denomina “fruto del Espíritu Santo” que Jesús prometió enviar después de que fuera con el Padre. La fe podría manifestarse en una persona nacida de nuevo del Espíritu, incluso en los momentos difíciles, no solo en los días buenos: ~ “[. [4]
- 3 Como creyente, tendrás que nacer de nuevo mediante el arrepentimiento (dejar de hacer lo que hacías antes) y tendrás que continuar en Cristo para que recibas una medida de fe y el Espíritu de Dios. Si has nacido de nuevo, quiere decir que tendrás una porción de la naturaleza de Dios , como lo afirma la Palabra. Así que nadie tiene una excusa: “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3). [5]
- Deja que la fe crezca en ti y lo hará en esa área que no ves en la que crees (eso sí, siempre dentro de la voluntad de Dios), luego la podrás aplicar y realizar. No es solo una esperanza, es el acceso que determinó Dios para obtener las cosas de le atañen.
- 4 Ama a tu hermano. ¿Cómo puedes amar a Dios a quien no ves si no puedes amar a tu hermano a quien sí ves? Dios se te revelará por medio de su pueblo, su amor, su Hijo, su Palabra y por su Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo.
- Según Gálatas 5:6, la fe obra por el amor.
- 5 Tener fe para mover montañas de problemas consiste sencillamente en confiar que Dios cumplirá su Palabra. Confía que Dios no miente. No podrás confiar en Dios sin conocerlo a través la comunión de la presencia de Dios. Esta comunión consiste en pasar tiempo de calidad a solas estudiando, alabando, orando a Dios, conociéndolo a Él, su vida, camino y verdad (que verás plasmado en la Biblia).
- Según Romanos 4:19-21, Abraham tiene una fe extremadamente sólida porque 1) no se centra en sus circunstancias, 2) confía que Dios puede hacer lo que prometió y 3) alaba a Dios.
- 6 Ten comunión con Él y a medida que la desarrolles, ponte de acuerdo con otros creyentes. ~ “Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan (dentro de la voluntad de Dios), les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20). [6]
- 7 Para cultivar tu fe, dale a Dios la oportunidad de que se te revele. Lo conocerás, porque vivirá en tu vida. Ten comunión con el Dios invisible que da vida al espíritu con una medida de fe que podrá cambiar las cosas en el mundo visible y físico.
- 8 Actúa según tu fe. La fe se expresa en acciones, no es pensamientos ni palabras. Gracias a que crees, podrás recibirla, luego buscarás y esperarás resultados reales, porque tendrás expectativas de favor con Dios. Dios le dijo a Josué que debía ser fiel a las Escrituras: ~ “Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. [7]
- Ten presente que en Marcos 9:23, Jesús dijo que todas las cosas son posibles para aquel que cree. “Creer” es un verbo que requiere acción. Si no se necesitara ninguna acción, Jesús hubiera dicho: “Todas las cosas son posibles para el que tiene fe”. La fe es un sustantivo, es un regalo que Dios nos da.
- 9 Medita en la Palabra de Dios. Al meditar en ella, sabrás cómo comportarte según la Palabra. Confesarte, declarar la Palabra y las cosas de Dios son parte de la oración y la meditación. Al leer, digerirás y hablarás la Palabras para ti mismo. Así estarás meditando en la Palabra.
- 10 Para aumentar tu fe, di una cosa, piensa en ella y hazla con honestidad, no con fingimiento. La Palabra de Dios ya está sucediendo, pero no lo hará si no crees con convicción. Lo que medites está formado y forma lo que crees: “Ten cuidado con lo que piensas. Lo que piensas determina lo que haces. Ten cuidado con lo que hagas de las oportunidades. Esas acciones determinarán tu fe, identidad y carácter.
- ] El fruto del Espíritu Santo son el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad [;
- ]”;
- Así prosperarás y tendrás éxito” (Josué 1:8);
- Ten cuidado de esos aspectos de tu carácter, porque determinan lo que hay dentro de tu ser;
Lo que hay dentro de tu ser determinará tu persona Así que es verdad lo de “Eres lo que piensas” (sabiduría popular).
- 11 Edifícate mediante la fe, la cual también se desarrolla orando en el idioma del espíritu (Judas 20). Orar en lenguas es un tipo de ejercicio espiritual según el Nuevo Testamento.
- 12 Tómate un tiempo para orar y meditar todos los días en la Palabra en tu lengua materna y en lenguas para que el espíritu se mantenga activo y no pasivo. Las Escrituras dicen: ~ “Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo ” (Judas 1:20). [8]
- 13 Deja que Dios esté en tus meditaciones, alabanzas y crezca en tu ser. Meditar en la Palabra y ponerse de acuerdo hará que creas en ella tanto que actuarás por fe.
- 14 Niégate a aceptar la duda. Empieza a alabar a Dios cuando te invadan pensamientos negativos y cámbialos por alabanzas. Si crees en Él, entonces tendrás muchas alabanzas para darle. Él vive dentro y en el pueblo que cree en Él: ~ “Dios habita en las alabanzas de Israel [es decir, su pueblo, los creyentes que hacen su voluntad]”. [9]
- 15 Conoce por qué Dios habita en las alabanzas de su pueblo: era una honra para Dios que la tienda del tabernáculo se convirtiera en el templo de piedra, pero ahora Él vive dentro de ti. [10]
- Así pues, el tabernáculo le da lugar al espíritu fiel porque es la morada que le agrada a Dios :
- Pero el universo es el tempo de Dios, así que ¿por qué hay un templo en el espíritu humano?
- El cielo es su trono y la tierra, el estrado de sus pies. El servicio de los hombres no le beneficia en nada y aun así busca a los fieles para que le sirvan.
- Así pues, el tabernáculo le da lugar al espíritu fiel porque es la morada que le agrada a Dios :
- 16 Sigue a Jesús por fe en la naturaleza activa de su vida, camino y verdad elegida y ungida para que el espíritu humano fiel, contrito y redimido pueda representar el templo que le agrada , lugar donde quiere habitar. Anuncio
¿Qué es la fe y cómo se obtiene?
Qué es Fe: – La fe es la creencia, confianza o asentimiento de una persona en relación con algo o alguien y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad de aquello en lo que se cree. La palabra proviene del latín fides , que significa ‘lealtad’, ‘fidelidad’.
- Fe también significa tener confianza plena en algo o alguien : “Yo tengo fe en que los políticos encontrarán una solución a los problemas del mundo”;
- En la práctica religiosa , la fe es fundamental;
- En este contexto se denomina fe al conjunto de creencias de una religión , en cuyo caso es equivalente a doctrina;
Todas las religiones requieren de la fe. Así, fe puede referir a la vez a 1) creer en algo y, 2) las cosas o principios en los que creemos. Es, pues, bajo la fe que los creyentes aceptan como verdad absoluta los principios difundidos por la religión que profesan: la creencia en un ser supremo y el sometimiento a su voluntad divina.
La fe, por otro lado, también es sinónimo de religión o culto : fe islámica, fe cristiana, fe judía. Asimismo, como fe se denomina la credibilidad que se ha otorgado a algo o alguien debido a la autoridad, fama o reputación de quien lo afirma: “El ministro dijo tener fe en que las negociaciones llegarían a buen término”.
Una fe, finalmente, es también un documento que certifica la verdad de algo y que solo puede ser emitido por funcionarios públicos debidamente autorizados: fe de soltería, fe de vida.
¿Cuál es la oración de fe?
Ejemplo [ editar ] – ‘ Padre celestial, se que he pecado contra ti y que mis pecados me separan de ti. Me arrepiento sinceramente. Te pido me perdones y me ayudes a no pecar de nuevo. Creo que tu Hijo Jesucristo murió por mis pecados, que fue levantado de los muertos, que vive y oye mi oración.
- Invito a Jesús a ser mi salvador y el Señor de mi vida, a gobernar y reinar en mi corazón desde este día en adelante;
- Ruego que envíes tu Espíritu Santo para ayudarme a obedecerte y redargüirme cuando peque;
Prometo crecer en gracia y en conocerte. Mi mayor propósito en la vida es seguir tu ejemplo y hacer tu voluntad por el resto de mi vida. En Jesús oro, Amén. Sitio Web Sinner’s Prayer [ 1 ] .
¿Cómo se puede alimentar la fe?
Fortalezcamos nuestra fe en Cristo – Debemos tratar siempre de fortalecer nuestra fe, y a medida que lo hagamos, sentiremos el gozo de estar cerca del Señor y recibir Sus bendiciones. Alma nos dice que el desarrollar fe en Cristo es como plantar, cultivar y recoger el fruto de un árbol.
- Muestre la ayuda visual 27-b, “La fe comienza con el sembrado de una sola semilla”;
- El primer paso en el desarrollo de la fe se puede comparar con plantar una semilla;
- Alma dijo: “Experimenta[d] con mis palabras, y ejercit[ad] un poco de fe, sí, aunque no sea más que un deseo de creer, dejad que este deseo obre en vosotros… para que sea sembrada una semilla” (Alma 32:27–28);
¿Cómo puede plantarse una semilla de fe en nuestro corazón? Una de las maneras con que suele comenzar la fe es cuando oímos o leemos la palabra de Dios y deseamos creer. A medida que ponemos a prueba lo que hemos leído u oído y hacemos un esfuerzo por creer y vivir los principios que se nos han enseñado, comenzamos a sentir en nuestro corazón que lo que se nos ha enseñado es verdad (véase Juan 7:16–17).
Muestre la ayuda visual 27-c, “Al igual que una planta necesita la luz del sol, aire y agua, la fe necesita nutrición constante”. El segundo paso es similar al cuidado que se le da a una planta. Al igual que la planta necesita la luz del sol, aire y agua para crecer, nuestra fe necesita nutrición para hacer lo mismo.
¿Cómo podemos nutrir o aumentar nuestra fe en Jesucristo? Podemos nutrir nuestra fe cuando leemos y meditamos las Escrituras, al orar, ayunar y servir al Señor, cuando apoyamos a los líderes de la Iglesia y obedecemos los mandamientos de Dios. Al igual que una planta sin agua moriría, lo mismo sucedería con la fe sin obras. ¿Cuáles son las bendiciones o frutos de la fe en Jesucristo? La fe nos permite:
- “Allegar[nos] a todo lo bueno” (véase Moroni 7:28).
- Disfrutar de paz y felicidad, porque no temeremos el futuro.
- Recibir respuestas a nuestras oraciones.
- Que Dios aligere nuestras cargas (véase Mateo 11:28–29).
- Ser perdonados de nuestros pecados a medida que nos arrepintamos de ellos.
- Ejercitar el poder del sacerdocio.
- Tener con nosotros el Espíritu Santo (véase Moroni 7:32).
- Experimentar milagros en nuestra vida (véase 2 Nefi 26:13).
- Volver a vivir con nuestro Padre Celestial después de la resurrección.
La Biblia explica el caso de una mujer que había estado muy enferma durante doce años, y que había gastado todo lo que tenía en procura de que los doctores la sanaran, pero fueron incapaces de hacerlo. Un día Jesús llegó al pueblo donde vivía dicha mujer; ella había oído hablar de Él y tuvo fe en que se curaría si solamente pudiera tocar Su manto, por lo que ejerciendo su fe, tocó el manto del Señor cuando caminaba cerca de ella. Al tocar Su manto, se curó de inmediato, y Jesús se dirigió a ella diciéndole: “Hija, tu fe te ha salvado; vé en paz” (véase Lucas 8:43–48).
- Debemos nutrir constantemente nuestra fe por medio de obras de rectitud (véase Santiago 2:14–26);
- Muestre la ayuda visual 27-d, “La cosecha de la fe es la paz, el gozo y la vida eterna”;
- Por medio de nuestra diligencia en nutrir nuestra fe, podemos disfrutar grandes bendiciones, al igual que el cuidar una planta nos permitirá gozar de su fruto;
La mujer de este relato nutrió su fe en Cristo al poner en acción su creencia; tocó el manto del Señor y así recibió las bendiciones de su fe al ser curada. ¿Por qué es importante ejercitar fe en Jesucristo cuando se bendice a los enfermos y cuando se recibe una bendición? Pida al miembro de la clase previamente asignado que presente o lea el relato que figura a continuación.
- El hermano Randall Ellsworth fue un misionero que ejercitó gran fe después de haber quedado gravemente herido por un terremoto en Guatemala;
- Al momento del suceso, él se encontraba en un edificio que se desplomó sobre él;
Una de las Autoridades Generales describió esta experiencia de esta manera: “Permaneció apretado por una viga creo que durante doce horas, tras lo cual se le halló totalmente paralizado de la cintura para abajo. Los riñones no le funcionaban, y no había esperanza de que volviera a caminar.
“Se le trasladó de inmediato a Maryland, donde fue entrevistado en el hospital por un periodista de televisión. Éste le dijo: ‘Los doctores dicen que no podrá volver a caminar. ¿Qué opina usted élder Ellsworth?’ El élder respondió: ‘No solamente volveré a caminar, sino que tengo un llamamiento de un Profeta para servir como misionero en Guatemala, y volveré a Guatemala para finalizar esa misión’… “Hacía el doble de ejercicios que los médicos le habían prescrito.
Ejerció su fe, recibió una bendición del sacerdocio y su recuperación fue milagrosa. Dejó asombrados a los médicos y a los especialistas. Comenzó a ponerse de pie; más tarde logró caminar con muletas, y luego los doctores le dijeron: ‘Puede volver al campo misional si la Iglesia así se lo permite’.
Así es que lo enviamos nuevamente a Guatemala. Regresó al pueblo al que amaba profundamente. “Al llegar allí caminó, cumpliendo con sus actividades a la par de cualquier otro misionero, con un bastón en cada mano.
El presidente de misión le dijo un día: ‘Élder Ellsworth, con la fe que usted tiene, ¿por qué no tira esos bastones y camina solo?’. Y así fue que soltó los dos bastones y nunca tuvo que volver a utilizarlos” (Marion G. Romney, “Confianza en el Señor”, Liahona, febrero de 1978, pág 51).
¿Qué dice Santiago sobre la fe?
1 Hermanos míos, a que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin hacer acepción de personas. 2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3 y atendéis solícitamente al que trae la vestidura lujosa, y le decís: Siéntate tú aquí, en buen lugar, y decís al pobre: Quédate tú allí de pie, o siéntate aquí debajo de mi estrado, 4 ¿acaso a no hacéis distinción entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos? 5 Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los a pobres de este mundo para ser ricos en fe y b herederos del reino que ha prometido a los que le aman? 6 Pero vosotros habéis afrentado al pobre.
¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los juzgados? 7 ¿No blasfeman ellos el buen a nombre que fue invocado sobre vosotros? 8 Si en verdad cumplís vosotros la ley real, conforme a la Escritura: a Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9 pero si a hacéis acepción de personas, cometéis pecado y sois hallados culpables por la ley como transgresores.
10 Porque cualquiera que guarda a toda la ley, pero b ofende en un punto, se hace c culpable de todos. 11 Porque el que dijo: a No cometerás adulterio, también ha dicho: b No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.
- 12 Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la a libertad;
- 13 Porque juicio sin a misericordia se hará con aquel que no muestre misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio;
14 a Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene b fe , y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y a tienen necesidad del sustento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, abrigaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿de qué aprovechará? 17 Así también la a fe , si no tiene b obras , es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis a obras. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. a También los demonios creen, y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21 ¿No fue a justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando b ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por a justicia , y fue llamado b amigo de Dios.
¿Qué significa la palabra activar en la Biblia?
-prnl. Acelerar, avivar, excitar, mover.