¿Cómo pedirle perdón a Dios de corazón? – Dios dice que cuando le pides perdón con un corazón sincero Él es fiel para perdonar. Repítete a ti mismo que le crees y dile a Dios que le crees. 1 de Juan 1:9 dice “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”.
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¿Cómo pedir perdón de corazón a Dios?
Reconoce que has pecado, que de alguna manera te has apartado de Dios. El cambio no puede suceder si nos negamos a admitir que hemos hecho algo mal. Siente verdadero remordimiento o pesar por las cosas en tu vida que estén en conflicto con la voluntad de Dios.
¿Qué tengo que hacer para que Dios me perdone?
Información adicional – Cómo buscar el perdón del Señor El pecado es una carga pesada. Trae la tensión de la culpa y la angustia de saber que hemos obrado en contra de la voluntad de nuestro Padre Celestial. Lo acompaña un remordimiento persistente al darnos cuenta de que debido a nuestras acciones podemos haber herido a otros y evitado recibir las bendiciones que nuestro Padre está dispuesto a darnos.
Gracias a la expiación de Jesucristo, podemos recibir el perdón de nuestros pecados mediante un arrepentimiento completo y sincero. El pecado acarrea sufrimiento y dolor, mas el perdón del Señor brinda alivio, consuelo y dicha.
El Señor ha prometido: “He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más” (D. y C. 58:42). “Si vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
- Podemos experimentar ese milagro, ya sea que tengamos que arrepentirnos de pecados graves o de debilidades cotidianas;
- Así como el Señor clamó al pueblo en la antigüedad, nos ruega hoy en día: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar;
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas. “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28–30). “¿No os volveréis a mí ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane? “Sí, en verdad os digo que si venís a mí, tendréis vida eterna.
He aquí, mi brazo de misericordia se extiende hacia vosotros; y a cualquiera que venga, yo lo recibiré; y benditos son los que vienen a mí” (3 Nefi 9:13–14). Cómo perdonar a los demás Además de procurar el perdón de nuestros propios pecados, debemos estar dispuestos a perdonar a los demás.
El Señor dijo: “Debéis perdonaros los unos a los otros; pues el que no perdona las ofensas de su hermano, queda condenado ante el Señor, porque en él permanece el mayor pecado. Yo, el Señor, perdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os es requerido perdonar a todos los hombres” (D.
- y C;
- 64:9–10);
- En las circunstancias diarias de la vida, sin duda seremos agraviados por los demás, a veces de forma inocente y a veces con toda intención;
- Es fácil resentirse o enojarse o volverse vengativo en esas situaciones, pero tal no es la manera del Señor;
El Salvador nos aconsejó así: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). Él nos dio el ejemplo perfecto de perdón cuando estaba en la cruz. Hablando de los soldados romanos que Lo habían crucificado, oró diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34; véase nota al pie de página c).
Debemos orar para tener la fortaleza de perdonar a los que nos agravian, y debemos despojarnos de los sentimientos de enojo, rencor o venganza. Debemos asimismo buscar lo bueno en los demás, en vez de centrarnos en sus defectos y exagerar sus debilidades.
Dios será el juez de las acciones dañinas de los demás. Véase también Arrepentimiento; Expiación de Jesucristo; Juzgar a los demás —Véase Leales a la fe, 2004, págs. 140–142 Ver más.
¿Cuáles son los 7 pecados que Dios no perdona?
Los siete pecados capitales , también conocidos como los pecados cardinales o viciosos capitales , es una agrupación y categorización de las faltas humanas que, además de ser contrarias a las enseñanzas cristianas en función del objeto elegido, del fin que se busca o la intención y de las circunstancias de la acción u omisión, se cometen de modo reiterado, repetitivo o habitual oscureciendo la conciencia y distorsionando la valoración concreta de los actos humanos (conforme al Catecismo de la Iglesia Católica , 1865, 1866 y 1750).
Ellos son: la ira , la gula , la soberbia , la lujuria , la pereza , la avaricia y la envidia. El término «capital» (de caput , capitis , “cabeza”, en latín) no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados, de acuerdo con Santo Tomás de Aquino (II-II:153:4).
Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal. […] Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada.
- Tomás de Aquino [ 1 ] Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a san Juan Casiano y a san Gregorio Magno ( Mor;
31, 45). Son llamados capitales porque generan otros pecados , otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza. Al principio del cristianismo, todos los escritores religiosos ― Cipriano de Cartago , Juan Casiano , Columbano de Luxeuil , Alcuino de York ― enumeraban ocho pecados capitales. Una imagen alegórica que representa el corazón humano sujeto a los siete pecados capitales, cada uno representado por un animal (en el sentido de las agujas del reloj: sapo = avaricia; serpiente = envidia; león = ira; caracol = pereza; cerdo = gula; cabra = lujuria; pavo real = soberbia).
¿Cuál es el salmo para pedir perdón?
Salmo 25. David suplica ser encaminado en la verdad y pide perdón — La misericordia y la verdad son para los que guardan los mandamientos.
¿Cuál es la oración del perdón?
E l perdón es la llave de la libertad y la paz interior. Para pedir perdón se requiere humildad. Para perdonar se requiere misericordia. Ni la humildad ni la misericordia son fáciles. Pedir perdón supone reconocerse pecador. Perdonar supone tener un corazón como el de Cristo.
En el Padre Nuestro, Jesucristo nos enseña a pedir: «Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» , pues el perdón de los pecados y el haber perdonado son condiciones para alcanzar la paz interior y la salvación eterna.
Padre, me declaro culpable, pido clemencia, perdón por mis pecados. Me acerco a ti con absoluta confianza porque sé que tú prefieres la penitencia a la muerte del pecador (cfr. Ezequiel 33,11) A ti no te gusta ni la venganza ni el rencor, tu corazón es compasivo y misericordioso, y sé que sólo estás esperando a que tenga la humildad de reconocer mi pecado, arrepentirme y pedir perdón para desbordar la abundancia de tu misericordia.
- «Cuando confesamos nuestros pecados, Dios, fiel y justo, nos los perdona» (1 Jn 1,9) Miro al horizonte: veo tus brazos abiertos y un corazón de Padre queriendo atraerme con lazos de un amor infinito;
Padre, perdóname, quiero recibir el abrazo eterno. Tu enseñanza es muy clara: para ser perdonados y poder entrar en el Reino de los cielos debemos tener un Corazón como el tuyo. «Perdonad y se os perdonará» (Lc 6,36) «El que odia a su hermano es un homicida» (1 Jn 3,15) «Con la medida que midiereis se os medirá» (Mt 7,2) «Si no perdonáis, tampoco el Padre os perdonará» (Mc 11,23) Nos pides que seamos buenos cristianos por la práctica de la caridad evangélica.
Que seamos benévolos con quienes nos han hecho daño, con quienes nos han ofendido, nos han traicionado y nos odian, pues de otro modo no mereceremos que lo seas Tú con nosotros. El siervo al que se le condonó su deuda, cuando no quiso él hacer lo mismo con otro que le debía, fue encarcelado.
Perdió el perdón que había obtenido al no ser él capaz de perdonar. (Mt 18,23-25) Padre, envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados, purifícame, sáname, restáurame, renuévame con la Sangre Redentora de tu Hijo; ayúdame a tener un corazón como el Suyo, un corazón humilde y generoso capaz de perdonar, arranca de mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne..
¿Cómo saber si Dios te perdono tus pecados?
¿Qué pasa si confieso mi pecado?
La necesidad de confesar nuestros pecados – Cuando pecamos, se crea una barrera entre nosotros y el Señor, la cual interrumpe nuestra comunión con Él. Es por eso que debemos confesar nuestros pecados. Cuando confesamos nuestros pecados, somos perdonados, nuestras ofensas son lavadas y nuestra comunión con el Señor es restaurada.
- No debemos ignorar nuestros pecados o tratar de encubrirlos;
- Proverbios 28:13 nos dice: “”El que encubre sus transgresiones no prosperará, mas el que las confiesa y las abandona obtendrá misericordia”;
- En vez de encubrir nuestros pecados, debemos confesarlos, y creer en la Palabra de Dios en 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia”;
¡Aleluya por la sangre de Jesús! Cada vez que confesamos, nuestros pecados son perdonados y la sangre de Cristo nos limpia de toda injusticia. ¡Qué provisión tan maravillosa de parte de Dios! Cuando confesamos nuestros pecados, nuestra comunión con el Señor es restaurada.
¿Cómo se recibe el perdón de Dios?
La Iglesia nos perdona los pecados en nombre de Jesús. Jesús mandó a sus apóstoles que en su nombre perdonasen los pecados. Los cristianos lo hacemos en el sacramento del perdón o de la reconciliación. El sacerdote, en nombre de la Iglesia, nos bendice y perdona, Si estamos arrepentidos y confesamos nuestros pecados.
¿Qué debe hacer el pecado para alcanzar el perdón de sus pecados?
Información adicional – La necesidad del arrepentimiento El Señor ha declarado que “ninguna cosa impura puede heredar el reino del cielo” (Alma 11:37). Nuestros pecados nos vuelven impuros e indignos de regresar y morar en la presencia del Padre Celestial; esos pecados también llenan de angustia el alma en esta vida.
- Mediante la expiación de Jesucristo, nuestro Padre Celestial ha preparado el único camino para que seamos perdonados de nuestros pecados (véase Perdón);
- Jesucristo padeció el castigo por los pecados a fin de que seamos perdonados si nos arrepentimos sinceramente;
Al arrepentirnos y confiar en Su gracia salvadora, seremos limpios del pecado. Los elementos del arrepentimiento El arrepentimiento es un proceso aveces doloroso, pero lleva al perdón y a la paz duradera. Por conducto del profeta Isaías, el Señor dijo: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
En esta dispensación, el Señor ha prometido: “Quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más” (D. y C. 58:42). El arrepentimiento abarca los siguientes elementos: Fe en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo.
El poder del pecado es grande. Para librarnos de él, debemos volvernos hacia nuestro Padre Celestial, orar con fe y actuar como Él nos manda hacerlo. Es posible que Satanás trate de convencernos de que no somos dignos de orar y de que nuestro Padre Celestial está tan molesto con nosotros que nunca escuchará nuestras oraciones; ésa es una mentira.
- Nuestro Padre Celestial siempre está dispuesto a ayudarnos si acudimos a Él con un corazón arrepentido;
- Él tiene el poder de sanarnos y de ayudarnos a triunfar sobre el pecado;
- El arrepentimiento es un acto de fe en Jesucristo, el reconocimiento del poder de Su Expiación;
Sólo podemos ser perdonados bajo las condiciones que Él impone. Si reconocemos con agradecimiento Su expiación y Su poder para limpiarnos del pecado, podemos “ejercitar [nuestra] fe para arrepentimiento” (Alma 34:17). Pesar por el pecado. Para ser perdonados, primero debemos reconocer en nuestro interior que hemos pecado.
- Si nos estamos esforzando por vivir el Evangelio, ese reconocimiento nos llevará a la “tristeza que es según Dios”, la cual “produce arrepentimiento para salvación” (2 Corintios 7:10);
- La tristeza que es según Dios no viene como consecuencia natural del pecado ni por el temor al castigo, sino que emana del conocimiento de que, por nuestras acciones, hemos desagradado a nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador;
Cuando experimentamos la tristeza que es según Dios, sentimos el deseo sincero de cambiar y la voluntad de someternos a todos los requisitos para obtener el perdón. Confesión. “El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).
Para recibir el perdón es esencial estar dispuesto a confesar totalmente a nuestro Padre Celestial todo lo que hayamos hecho. Debemos arrodillarnos ante Él en humilde oración y reconocer nuestros pecados, confesar la vergüenza y la culpa que sentimos, y después suplicar Su ayuda.
Las transgresiones serias, como las violaciones a la ley de castidad, pueden poner en peligro la condición de miembro de la Iglesia de una persona; por lo tanto, se deben confesar esos pecados tanto al Señor como a Sus representantes del sacerdocio en la Iglesia.
- Esto se hace bajo el cuidado del obispo o del presidente de rama y posiblemente del presidente de estaca o de misión, quienes sirven como atalayas y jueces en la Iglesia;
- Aunque sólo el Señor puede perdonar los pecados, estos líderes del sacerdocio tienen un papel vital en el proceso del arrepentimiento;
Ellos mantendrán el carácter confidencial de la confesión y ayudarán a la persona en el proceso del arrepentimiento. Abandono del pecado. Aunque la confesión es un elemento esencial del arrepentimiento, no es suficiente. El Señor ha dicho: “Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará” (D.
- y C;
- 58:43);
- Se debe mantener la determinación permanente e inflexible de no repetir nunca la trasgresión;
- Si guardamos ese compromiso, nunca volveremos a experimentar el dolor de ese pecado;
- Debemos huir inmediatamente de cualquier situación peligrosa y si existe la posibilidad de pecar en cualquier circunstancia, tenemos que alejarnos de ella;
No podemos permanecer en la tentación y esperar vencer el pecado. Restitución. Debemos restituir todo lo que ha sido dañado por nuestras acciones hasta donde sea posible, ya sea la propiedad o la buena reputación de otra persona. La restitución voluntaria demuestra al Señor que haremos todo lo posible por arrepentirnos.
- Vivir rectamente;
- No basta con simplemente tratar de resistir el mal o desechar el pecado de nuestra vida, sino que debemos llenarla con rectitud y participar en actividades que otorguen poder espiritual;
Debemos sumergirnos en las Escrituras y orar a diario pidiendo al Señor que nos dé más fortaleza de la que podríamos obtener por nosotros mismos. En ocasiones, debemos ayunar para pedir bendiciones especiales. Una obediencia total nos brinda todo el poder del Evangelio en nuestra vida, incluso mayor fortaleza para superar las debilidades; dicha obediencia comprende acciones que quizás inicialmente no pensábamos que formaran parte del arrepentimiento, como la asistencia a las reuniones, el pago del diezmo, el prestar servicio y el perdonar a los demás; pero el Señor prometió: “El que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado” (D.
¿Cuál es el pecado más grave para Dios?
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada. Este aviso fue puesto el 28 de julio de 2009. |
De acuerdo al catolicismo , un pecado serio , grave o mortal es la violación con pleno conocimiento y deliberado consentimiento de los mandamientos de Dios en una materia grave. [ 1 ] Un pecado mortal puede conducir a la condenación eterna si una persona no se arrepiente del pecado antes de la muerte. Se considera que un pecado es “mortal” cuando su calidad es tal que conduce a una separación de esa persona de la gracia salvadora de Dios.
- Tres condiciones deben cumplirse juntas para que un pecado sea mortal: “El pecado mortal es el pecado cuyo objeto es una materia grave y que también se comete con pleno conocimiento y consentimiento deliberado”;
Se podrían considerar como tales (si se cumplen las condiciones señaladas): el secuestro , el asesinato , el incesto , el robo , el adulterio , la violación , el aborto , el suicidio , entre otros.
¿Cuál es el único pecado que no tiene perdón?
Mateo 12:31. ‘Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada’.
¿Cuántas veces te puede perdonar Dios?
Evangelio – Lectura del santo evangelio según san Mateo (18,21–19,1) En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?» Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo. ” El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: “Págame lo que me debes.
- ” El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré;
- ” Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía;
- Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido;
Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?” Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
¿Que leer en la Biblia para pedir perdón?
¿Qué debe hacer el pecado para alcanzar el perdón de sus pecados?
Información adicional – La necesidad del arrepentimiento El Señor ha declarado que “ninguna cosa impura puede heredar el reino del cielo” (Alma 11:37). Nuestros pecados nos vuelven impuros e indignos de regresar y morar en la presencia del Padre Celestial; esos pecados también llenan de angustia el alma en esta vida.
Mediante la expiación de Jesucristo, nuestro Padre Celestial ha preparado el único camino para que seamos perdonados de nuestros pecados (véase Perdón). Jesucristo padeció el castigo por los pecados a fin de que seamos perdonados si nos arrepentimos sinceramente.
Al arrepentirnos y confiar en Su gracia salvadora, seremos limpios del pecado. Los elementos del arrepentimiento El arrepentimiento es un proceso aveces doloroso, pero lleva al perdón y a la paz duradera. Por conducto del profeta Isaías, el Señor dijo: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
En esta dispensación, el Señor ha prometido: “Quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más” (D. y C. 58:42). El arrepentimiento abarca los siguientes elementos: Fe en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo.
El poder del pecado es grande. Para librarnos de él, debemos volvernos hacia nuestro Padre Celestial, orar con fe y actuar como Él nos manda hacerlo. Es posible que Satanás trate de convencernos de que no somos dignos de orar y de que nuestro Padre Celestial está tan molesto con nosotros que nunca escuchará nuestras oraciones; ésa es una mentira.
Nuestro Padre Celestial siempre está dispuesto a ayudarnos si acudimos a Él con un corazón arrepentido. Él tiene el poder de sanarnos y de ayudarnos a triunfar sobre el pecado. El arrepentimiento es un acto de fe en Jesucristo, el reconocimiento del poder de Su Expiación.
Sólo podemos ser perdonados bajo las condiciones que Él impone. Si reconocemos con agradecimiento Su expiación y Su poder para limpiarnos del pecado, podemos “ejercitar [nuestra] fe para arrepentimiento” (Alma 34:17). Pesar por el pecado. Para ser perdonados, primero debemos reconocer en nuestro interior que hemos pecado.
Si nos estamos esforzando por vivir el Evangelio, ese reconocimiento nos llevará a la “tristeza que es según Dios”, la cual “produce arrepentimiento para salvación” (2 Corintios 7:10). La tristeza que es según Dios no viene como consecuencia natural del pecado ni por el temor al castigo, sino que emana del conocimiento de que, por nuestras acciones, hemos desagradado a nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador.
Cuando experimentamos la tristeza que es según Dios, sentimos el deseo sincero de cambiar y la voluntad de someternos a todos los requisitos para obtener el perdón. Confesión. “El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).
Para recibir el perdón es esencial estar dispuesto a confesar totalmente a nuestro Padre Celestial todo lo que hayamos hecho. Debemos arrodillarnos ante Él en humilde oración y reconocer nuestros pecados, confesar la vergüenza y la culpa que sentimos, y después suplicar Su ayuda.
Las transgresiones serias, como las violaciones a la ley de castidad, pueden poner en peligro la condición de miembro de la Iglesia de una persona; por lo tanto, se deben confesar esos pecados tanto al Señor como a Sus representantes del sacerdocio en la Iglesia.
- Esto se hace bajo el cuidado del obispo o del presidente de rama y posiblemente del presidente de estaca o de misión, quienes sirven como atalayas y jueces en la Iglesia;
- Aunque sólo el Señor puede perdonar los pecados, estos líderes del sacerdocio tienen un papel vital en el proceso del arrepentimiento;
Ellos mantendrán el carácter confidencial de la confesión y ayudarán a la persona en el proceso del arrepentimiento. Abandono del pecado. Aunque la confesión es un elemento esencial del arrepentimiento, no es suficiente. El Señor ha dicho: “Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará” (D.
- y C;
- 58:43);
- Se debe mantener la determinación permanente e inflexible de no repetir nunca la trasgresión;
- Si guardamos ese compromiso, nunca volveremos a experimentar el dolor de ese pecado;
- Debemos huir inmediatamente de cualquier situación peligrosa y si existe la posibilidad de pecar en cualquier circunstancia, tenemos que alejarnos de ella;
No podemos permanecer en la tentación y esperar vencer el pecado. Restitución. Debemos restituir todo lo que ha sido dañado por nuestras acciones hasta donde sea posible, ya sea la propiedad o la buena reputación de otra persona. La restitución voluntaria demuestra al Señor que haremos todo lo posible por arrepentirnos.
Vivir rectamente. No basta con simplemente tratar de resistir el mal o desechar el pecado de nuestra vida, sino que debemos llenarla con rectitud y participar en actividades que otorguen poder espiritual.
Debemos sumergirnos en las Escrituras y orar a diario pidiendo al Señor que nos dé más fortaleza de la que podríamos obtener por nosotros mismos. En ocasiones, debemos ayunar para pedir bendiciones especiales. Una obediencia total nos brinda todo el poder del Evangelio en nuestra vida, incluso mayor fortaleza para superar las debilidades; dicha obediencia comprende acciones que quizás inicialmente no pensábamos que formaran parte del arrepentimiento, como la asistencia a las reuniones, el pago del diezmo, el prestar servicio y el perdonar a los demás; pero el Señor prometió: “El que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado” (D.
¿Cómo hacer una oración de arrepentimiento?
ORACION DE ARREPENTIMIENTO Mi Dios Hoy vengo a rendirme ante ti, a pedirte perdon por todas mis faltas, por todos mis pecados, por el daño que yo he hecho, te suplico misericordia y compasión, se que son grandes mis pecados, pero hoy vengo arrepentido a humillarme ante ti, por favor necesito tu ayuda para poner en.