La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente ; creador, juez, protector y, en algunas religiones, providente y salvador del universo y de la humanidad.
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¿Cómo es Dios en la Biblia?
En el cristianismo , Dios es la entidad que creó y que mantiene el Universo. Dios es trascendente (independiente y distinto del universo material) e interviene activamente en el mundo. [ 1 ] [ 2 ] La mayoría de los cristianos creen en el dogma de la Santísima Trinidad. Según esta doctrina, Dios se ha manifestado y se manifiesta en tres personas diferentes, pero que comparten la misma sustancia de Dios: Como Padre , como Hijo y como Espíritu.
- Al Dios Trino se le conceden diferentes atributos, entre ellos el amor, el más importante de todos (1 Jo 4,8 y manifestado así por Pablo en 1Co 13), la omnipotencia , la santidad, la Verdad (Jo 14:16), la justicia y la fidelidad;
Los cristianos creen que Dios es espíritu, [ 3 ] no creado, omnipotente y eterno. El Creador y sustentador de todas las cosas, que rescata al mundo a través de su Hijo, Jesucristo. Con este plano de fondo, la creencia en la divinidad de Cristo y en el Espíritu Santo está expresada como la doctrina de la Santísima Trinidad , [ 4 ] que describe una única ” sustancia ” divina ya existente como tres personas distintas e inseparables: el Padre , el Hijo ( Jesucristo ), y el Espíritu Santo.
[ 5 ] De acuerdo con esta doctrina, Dios no está dividido, en el sentido de que cada persona tiene un tercio de todo, pero antes, cada persona es considerada como siendo plenamente Dios (cf. Perichoresis ).
La distinción reside en sus relaciones.
¿Cuál es el rostro de Dios?
¿Cómo es realmente la cara de Dios? Según las percepciones y representaciones culturales, se trata de un hombre viejo y de barba blanca, caucásico y muy anciano. Pero una nueva teoría en base a un estudio que se realizó en Estados Unidos arroja resultados sorprendente. El rostro de Dios, según los participantes jóvenes (izquierda) y los mayores (derecha). Foto: UNC-Chapel Hill La imagen “ganadora” resultó llamativa. La gente imagina un rostro más joven, más femenino y menos caucásico de lo que sugiere la cultura popular. Y lo más increíble es que proyecta en él algunas de sus características personales, desde su propio aspecto físico hasta sus ideas políticas.
Un equipo de psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, usaron una nueva técnica para reconstruir la cara de Dios a partir de una percepción que 511 cristianos estadounidenses cree sobre cómo sería ese increíble rostro.
Los participantes del estudio vieron cientos de caras y seleccionaron qué rostro se parecía más o cómo imaginaban que sería el de Dios. Al combinar todas las caras seleccionadas, los investigadores pudieron armar una nueva “cara de Dios” compuesta por lo que refleja el imaginario de los participantes de la muestra. El estudio fue realizo por la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. Las percepciones de las personas también están relacionadas con sus propias características. Los más jóvenes creían en un Dios más joven. Las personas que se veían a ellas mismas más atractivas físicamente también creían en un Dios más atractivo. Y los afroamericanos creían en uno con un color de piel más oscuro y unos rasgos más parecidos a los suyos.
- Desde Michelangelo hasta Monty Python, las “fotos” de Dios casi siempre lo mostraron como un hombre viejo con barba blanca;
- Pero los investigadores encontraron que muchos cristianos veían a Dios como más joven, más femenino y menos caucásico, en contra de lo que sugiere la cultura popular;
“Estos sesgos podrían haber surgido del tipo de sociedades que los liberales y los conservadores quieren”, sugirió en un comunicado Joshua Conrad Jackson, autor principal del estudio. “Investigaciones anteriores muestran que los conservadores están más motivados que los liberales para vivir en una sociedad bien ordenada, una que estaría mejor reflejada por un Dios poderoso”. Mirá también Mirá también Los voluntarios no mostraron un sesgo egocéntrico sobre el género. Hombres y mujeres creían en un Dios igualmente masculino. Según explican los investigadores en la revista PLOS ONE y lo destaca el diario ABC, estos resultados también hablan del amplio alcance de las diferencias religiosas: incluso las personas de la misma nacionalidad y la misma fe parecen pensar de manera diferente acerca de la apariencia de Dios.
¿Cómo es Dios con las personas?
Resumen Dios se relaciona como un amigo íntimo con cada persona humana. Él, a través de los Sacramentos de la Iglesia y de la Sagrada Escritura, comunica su “Vida”, así, hace “participar”de su “naturaleza divina a todo ser humano que se acerque a él. De este modo, nace la amistad entre Dios y los hombres.
¿Cómo es Dios según la Biblia Apocalipsis?
La visión de Juan del Hijo del Hombre se describe en Apocalipsis 1:9-20. Juan mira una visión del resucitado, ascendido y glorificado Jesucristo, a quien describe como «uno semejante al Hijo del Hombre» (versículo 13). Jesús es retratado en esta visión como teniendo una túnica con un cinto de oro, cabello blanco, ojos como llama de fuego, pies como bronce y una voz como el estruendo de muchas aguas.
¿Cuál es la naturaleza de Dios?
PARTICIPAR DE LA NATURALEZA DIVINA DE DIOS ES PARTICIPAR DEl PODER DE DIOS MEDIANTE EL ESPIRITU SANTO – ¿Qué es la naturaleza divina? Es la naturaleza de Dios. Es la naturaleza, perfección, personalidad, gloria, poder y santidad no solamente del Padre sino también del Hijo, Jesucristo, pues El ha participado de la “plenitud” y ha llegado a ser como el Padre en todo sentido.
- Se nos promete que, como Cristo ha obtenido esta plenitud, nosotros, mediante la obediencia a El, podemos finalmente obtenerla también;
- (Véase D;
- y C;
- 93:16, 17, 19, 20;
- ) Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días deben llegar a ser como el Señor Jesucristo yeso se espera de ellos; se espera que obtengan la naturaleza divina que poseen el Padre y el Hijo;
Naturalmente, todos somos llamados a alcanzar este gran destino. El llamamiento —la elección, la promesa, la oportunidad— la ha extendido el Señor a todos, pero ninguno nos va a obligar a cumplir con ella y asegurarla. Es un asunto de libre albedrío. Pero ya hemos hecho algo que denota nuestra seriedad en aceptar el llamamiento y elección que nos ha sido ofrecido.
Por ejemplo, ustedes han escogido unirse a los Santos y reunirse con ellos, orar, leer las Escrituras, estudiar esta lección. Su llamamiento de ser participantes de la naturaleza divina, de llegar a ser como Dios, no ha caído a un vacío; la elección no es solamente de Dios, sino de ustedes también.
Ciertamente, en lecciones anteriores (por ejemplo en la lección 3) se ha sugerido que hemos buscado esta oportunidad aun antes de entrar al estado terrenal (Véase 2 Pedro 1:3; 2 Tesalonicenses 2:13, 14: y 3 Nefi 27:27). Pedro especifica la fe, virtud, conocimiento, templanza, paciencia, santidad, bondad fraternal y caridad (2 Pedro 1:5-7).
Estas cosas no son demostradas en perfección por la humanidad caída de aquí abajo, sino por el Padre y el Hijo que están arriba. Sin embargo, nosotros también debemos obtener estas cualidades de algún modo y llegar a ser perfectos en ellas.
(Mateo 5:48. ) ¿Pueden apreciar mediante este capítulo, que a medida que uno aprende acerca de Dios y luego se esfuerza por ser semejante a El, uno puede atraer los poderes del cielo para que lo ayuden a actuar más como lo hizo Jesucristo, aquí y ahora? Estudien con atención la siguiente cita expresada por el presidente Brigham Young: “Cuando mediante el evangelio, el Espíritu en el hombre ha vencido a la carne de forma que pueda vivir sin transgresiones voluntarias, el Espíritu de Dios se une a su espíritu y vienen a ser compañeros, y la intención y voluntad del Creador es así transmitida a la criatura” (JD, 9:288). Consideren sus esfuerzos por adquirir la “naturaleza divina” en los siguientes campos:
1. Fe | Estoy poniendo en práctica, activamente, las enseñanzas de los profetas de la Iglesia, tales como la orientación familiar, noche de hogar para la familia, etc. |
2. Virtud | Me estoy esforzando continuamente para controlar cualquier idea indeseable que pudiera llevarme a acciones indeseables. |
3. Conocimiento | Durante la semana que ha pasado he leído de los libros canónicos. |
4. Templanza | Soy tolerante y comprensivo con aquellos que no tienen mis mismas creencias. |
5. Paciencia | Al ser provocado en una situación familiar tengo fuerza suficiente para no responder ni con palabras ni con hechos. |
6. Santidad | Sinceramente estoy esforzándome por llegar a ser como Dios en mi forma de hablar y en mis acciones. |
7. Bondad fraternal | Trato a mis familiares y a mis compañeros tal como deseo ser tratado. |
8. Caridad | El amor de Jesucristo se manifiesta en la forma en que hablo y trato a los demás. |
No estoy actuando así Estoy intentándolo Me va bien. |
Y bien, ¿cómo es que podemos esperar obtener la naturaleza divina? Ciertamente, la experiencia de todos los mortales sugeriría que nuestra disciplina personal y nuestro ingenio no serían suficientes para la tarea. Pedro dice que si tenemos el deseo de entregar “toda diligencia” (2 Pedro 1:5) a la tarea de adquirir o desarrollar estas cualidades, “las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” vendrán a nosotros mediante el “poder divino” (2 Pedro 1:3. ) Si se esperara que adquiriésemos la naturaleza divina sin alimento y poder provenientes de una fuente divina, Pedro no nos habría pedido que fuésemos “participantes”.
¿Es eso lo que se quiere decir con la expresión “participantes de la naturaleza divina”? Bien, ¿qué pueden ustedes hacer para participar más plenamente de la naturaleza divina de Jesucristo? Pedro sugiere algunas cualidades que los ayudarán en este esfuerzo (2 Pedro 1:5-7).
Es razonable que deberíamos participar del poder divino a fin de alcanzar alturas divinas. Tenemos delante de nosotros el llamamiento, con características específicas de la naturaleza divina establecida. Es un asunto de fe y diligencia a través de la vida.
- Pero también es un asunto de ayuda divina, incluyendo aquella relación personal con Cristo que estudiamos antes en esta lección;
- Pablo dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13);
- Recuerden que estas promesas que Pedro llamó “preciosas y grandísimas” son también para ustedes, y que la naturaleza divina del Padre y del Hijo están al alcance de ustedes;
El procedimiento es tan real y aplicable como quieran que lo sea en su vida. Tal fue el testimonio del presidente David O. McKay cuando dijo: “(Pedro] escribió en una ocasión: ‘llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina’…El comprendía lo que significaba estar a tono con lo espiritual, elevarse por encima de lo temporal, lo sensual, y participar del divino Espíritu de Dios.
“…ese es el propósito de hacernos más capaces de responder al Espíritu y de vencer lo sensual… “Por esa razón es que nos gusta que cada joven y señorita utilice su tiempo inteligente y útilmente, para poner al alma en armonía con el espíritu, a fin de que todos podamos ser partícipes del Espíritu de Dios, partícipes de su naturaleza divina…” ( CR , oct.
de 1961, pág. 90). “Dichoso el hombre que ha vivido esa relación con su Hacedor, por la cual somos ‘participantes de la naturaleza divina’. Esa es una realidad y así lo testifico a vosotros aquí en este sagrado momento” (David o. McKay, CR , abril de 1957, pág. )
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¿Cuántas personas hay en Dios?
Las iglesias evangélicas [ editar ] – Las iglesias evangélicas definen que dentro de la unidad de Dios existen tres distintas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres comparten los mismos atributos y la misma naturaleza; por lo tanto, estos tres constituyen el único Dios.
¿Cómo se puede ver a Dios?
Cuando se siente un vacío espiritual es el momento de buscar y reencontrarse con Dios. Esta es una tarea complicada y que exige un alto grado de dedicación e investigación. Hay que tener en cuenta que para llegar a hacerlo es necesario realizar una serie de sacrificios y concesiones. Es una manera de encontrar sentido a la vida. Desde unComo.
com te ayudamos en los primeros pasos para saber cómo encontrar a Dios. Foto: Google Images Pasos a seguir: 1 Una buena manera de empezar es acudir a tu iglesia o centro de oración local, ya que te darán apoyo y ayuda en tu intención de encontrar a Dios.
2 Antes de empezar la búsqueda, es muy importante tener la mente abierta , ya que hay que estar atentos a las organizaciones que se burlan de Dios y a las que dicen que tienen la única verdad. Cada uno debe encontrar su propia verdad en la espiritualidad.
- 3 Una actividad que puede ayudar a encontrar a Dios es la consulta y lectura de libros de texto que tengan relación;
- Es una opción amena y de la que podemos sacar mucho provecho;
- 4 Hay que estar dispuesto a la fe;
Esta puede ser a veces racional y razonable y, a veces, todo lo contrario, pero seguir teniendo fe es lo que nos hará fuertes en la búsqueda de Dios. 5 La oración es el punto más importante para nuestro objetivo. Ayudará a cultivar nuestra fe y a comunicarnos con el Dios que buscamos.
- 6 Por último, encontrar alguien de confianza que ejerza de guía en nuestra búsqueda y nuestra fe, a través de su experiencia y sabiduría;
- En esta persona encontraremos los consejos que necesitamos y la ayuda en momentos de difíciles o de duda;
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¿Cómo se ve realmente Jesús?
- Joan Taylor
- King’s College London
25 diciembre 2015 Fuente de la imagen, Thinkstock Todos saben cuál es el aspecto de Jesús. Es la figura más retratada del arte occidental. En todo sitio se le reconoce como alguien de cabello largo y barba, que viste una túnica larga con mangas largas, a menudo blanca, y un manto, a menudo azul. Jesús es tan familiar que su rostro puede ser reconocido en panqueques o hasta tostadas.
¿Pero realmente se veía así? Probablemente no. De hecho, esta imagen familiar de Jesús viene de la época bizantina, del siglo IV en adelante, y las representaciones bizantinas de Jesús eran simbólicas. Estaban cargadas de significado, pero necesariamente de precisión histórica.
Se basaban en la imagen de un emperador entronizado, como se ve en el mosaico del altar de la iglesia de santa Pudenziana en Roma. Fuente de la imagen, Alamy Pie de foto, Los bizantinos representaron a Jesús con una túnica dorada y sentado en un trono, inspirados en Zeus.
En este, Jesús lleva puesta una túnica dorada. Aparece como el gobernante celestial del mundo y es muy similar a la famosa estatua de Zeus con cabello largo y barba, en un trono. La estatua de Zeus era tan conocida que el emperador romano Augusto mandó a hacer una copia que lo representara a él en el mismo estilo, pero sin el cabello largo ni la barba.
Los artistas bizantinos, esperando mostrar el reinado celestial de Cristo como rey cósmico, lo representaron como una versión más joven de Zeus. Fuente de la imagen, Alamy Pie de foto, Esta estatua de Zeus inspiró las representaciones de Jesús en la época bizantina.
¿Qué dones te puede dar Dios?
3. ¿CÓMO ES DIOS?
¿Qué pasa si estamos unidos a Dios?
Por: Josué Del Cid “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. ” (Mateo 22:36-38 NVI) Cuando amamos a alguien esa persona llega a ser lo más importante.
- Cuando hablamos de estar unidos con Dios estamos hablando de amarle, viviendo una vida conectada a Su Presencia y Su Palabra;
- Todo nuestro entorno gira alrededor de Él;
- Fuera de Su Presencia y de Su Palabra es imposible tener Su Espíritu en nosotros;
Jesús confirmó que el primero y más importante de los mandamientos es amar a Dios, también nos describe cómo debemos amarlo: con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todo nuestro ser. No nos da la opción de darle parcialmente nuestro corazón, mente y ser a Dios.
¡Cuán inmenso e intenso amor por Dios! Sabemos que los malos hábitos pueden ser dañinos, éstos nos alejan de Dios, de su propósito y voluntad. Pero gracias al poder de Su Espíritu y Su Palabra podemos cambiar los malos hábitos por buenos hábitos, debemos ser intencionales cada día en buscar el rostro de Dios y Su perfecta voluntad para nuestras vidas, para llegar a ser conformes a Su corazón, cómo lo fue David, un gran adorador y apasionado por Su Presencia (Hechos 13:22) (1 Samuel 13:14).
Quisiera compartirte algunos hábitos de todos los días que nos ayudan a conectar con Dios y que nos permitan mantenernos en perfecta unión y comunión con Él. Dale a Dios las primicias de tu día. Encomienda tu corazón y pensamientos en Sus manos al despertar. Puedes comenzar diciéndole gracias en oración, alabándole y adorándole al empezar tu día. El hábito de primeramente (y constantemente) pensar en la fidelidad y bondad de Dios, impacta todo tu ser conectándote inmediatamente a la presencia de Dios. Desde ese primer gesto y acción de gracias ante Dios, marcas el entorno de tu día, honrándole con lo PRIMERO poniéndolo a Él cómo el más IMPORTANTE y PRIMERO sobre todas las cosas.
- “Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar solitario;
- ” (Lucas 4:42 NVI) En la Biblia vemos el ejemplo de Job un hombre justo de quién Dios dijo: No hay en la tierra nadie como él (Job 1:8);
- Una de las costumbres cotidianas de Job era estar con Dios e interceder por sus hijos ofreciendo holocaustos al Señor muy de mañana (Job 1:5);
Busca lugar y tiempo para estar a solas y en quietud con Dios. Desconecta tu mente y corazón de las preocupaciones del mundo y dale tu atención al Señor. En ese momento y lugar puedes descansar, escucharlo y poner tu concentración en Él. Vivimos en mundo lleno de estímulos, desconéctate un rato de todo lo que pueda ser distracción y lee Su Palabra, medita, ora, canta, toca tu instrumento (si eres músico o cantante) en actitud de adoración a Dios.
Habla con Dios, dile lo que hay en tu corazón, se sincero y vulnerable, dile cuanto lo necesitas para seguir adelante. También haz un tiempo y espacio para estar en silencio y quietud, dejando que el Señor te hable y te llene de su amor y paz.
Después de estar en este lugar de comunión y conexión con Dios, en total atención y rendición, tus días nunca más serán igual. Tu amor por el Señor, Su Presencia y Sus palabras se convertirán en tu mayor gozo y anhelo. “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios…” (Salmo 46:10 NVI) ” “Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia…” (Salmo 37:7 NVI) 3. Si quieres conocer el corazón de Dios y Su voluntad, lee Su Palabra, escúchala, medita en ella. La palabra de Dios es la verdad que nos purifica todos los días y nos ayuda y enseña a cómo vivir una vida que agrada a Dios y también nos ayuda y enseña a cómo amar y conducirnos con los demás. Jesús oró al Padre estas palabras: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
- Lee, escucha y medita en la Palabra de Dios;
- ” (Juan 17:17 NVI);
- “¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra;
- ” (Salmo 119:9 NVI) Comienza a tener una disciplina de lectura;
No trates de leer toda la Biblia en un día. Puedes llevar tu propio ritmo, lo importante es que estés escudriñando y meditando en una porción de la Palabra de Dios todos los días. Alimenta tu corazón, mente y ser todos los días. Ese contacto con la Palabra de Dios es crucial para conocer el corazón de Dios y crecer en Él.
- Cuando hacemos contacto con Su Palabra el Espíritu de Dios guarda nuestra mente, corazón, espíritu y ser;
- ¡Es el arma más poderosa que tenemos! “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo;
” (Romanos 10:17 NVI) “—Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. ” (Juan 6:68 NVI ) 4. Ora, alaba y adora a Dios. Jesús nos dio el perfecto ejemplo de lo que es estar unido a nuestro Dios y Padre. Estar unido a nuestro Señor significa obedecerle y hacer Su voluntad.
- Vemos la oración de Jesús en el Getsemaní, una oración difícil pero necesaria en la que entregó su voluntad completa al Padre;
- Cuando oramos, nos olvidamos de lo que nosotros queremos y buscamos y anhelamos lo que nuestro Padre Dios quiere;
La oración fortalece nuestro corazón, ser, y mente. Nos desconecta de todo lo demás. En la Biblia vemos que Daniel acostumbraba orar tres veces al día. Muchas veces el buscar el tiempo para orar se hace difícil en el día a día por nuestras agendas ocupadas pero nunca vamos a estar muy ocupados para pausar todo y estar con Dios.
A veces es difícil alabar a Dios, adorar, y orar, cuando estamos entre mucho ruido, distracciones, preocupaciones, y cuando pasamos por tiempos difíciles. Lo importante es que detengas todo para pensar en Dios y darle la gloria, tu alabanza, y agradecimiento.
“¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas. ” (Santiago 5:13 NVI) “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. ” (1 Tesalonicenses 5:16-18 NVI) Estos son algunos hábitos y consejos que espero te ayuden a estar más cerca de Dios, unido a Su Espíritu y a Su Palabra.
Se qué pudiéramos hablar de muchos más, lo importante es llevar acabo y aplicar a nuestra vida todo aquello que nos ayuda a estar conectados a la fuente inagotable que es Jesús para estar en comunión con nuestro Padre amado y Su Santo Espíritu.
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¿Cómo fue que nació Dios?
Imagen de un belén que representa el nacimiento de Jesús. Cada año, al acercarse la Navidad hay siempre quien me pregunta, recordando mis estudios bíblicos: “¿Donde nació de verdad Jesús?” ¿Es verdad que no nació en Belén sino en la minúscula aldea de Nazaret, en la región de Galilea? ¿Es cierto que no nació el 24 de diciembre? ¿Se sabe lo que hizo hasta aparecer en público con 30 años? ¿Estaba casado? ¿Tuvo hijos? ¿Por qué lo mataron? ¿Por revolucionario político o por desafiar el poder del Templo judío? La Navidad tal y como la viven los cristianos, católicos, protestantes o evangélicos es hoy más bien una leyenda según los expertos en estudios bíblicos.
- Una bella y tierna leyenda creada, para que se cumplieran las profecías según las cuales el Mesías debería ser de la estirpe de David que había nacido en Belén;
- En realidad Jesús y toda su familia eran de Nazaret;
Todos judíos. La leyenda del nacimiento de Jesús cuenta que, nació en invierno, en un pesebre, entre animales que le ofrecían calor, adorado por tres reyes de Oriente que le llevaron de regalo oro, incienso y mirra. Junto con la de su nacimiento en Belén nació también la leyenda de la huida a Egipto porque el rey Herodes quería matar al niño.
Como no consiguió encontrarlo, habría mandado matar a todos los niños menores de dos años. Una historia preñada de simbolismos que acaba gustando a pequeños y grandes. La leyenda del nacimiento de Jesús es silenciada por dos de los cuatro evangelios canónicos: el de Marcos, considerado el más antiguo, y el de Juan.
Ellos inician el relato de la vida de Jesús cuando era ya adulto. Dan por hecho que Jesús y toda su familia eran oriundos de la aldea de Nazaret tan pequeña que no aparece en los mapas de aquel tiempo. Tan rural, que en ella se hablaba un dialecto del arameo, la lengua oficial.
- El hebreo se había convertido en una lengua de culto;
- Tan insignificante en aquel tiempo que los fariseos, ante la fama que iba ganando el profeta, se preguntaban “si en Nazaret podía nacer algo bueno”;
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Suscríbete La Iglesia bautizó como cristiana la gran festividad pagana de los romanos El judío Jesús que daría origen al futuro cristianismo nació sin cantos de ángeles, sin magos llegados del Oriente para adorarlo, sin pesebre y sin ser perseguido por Herodes.
- No nació el 24 de diciembre, por el simple hecho de que en ninguno de los textos evangélicos se habla de esa fecha;
- Fue escogida por la Iglesia más tarde porque los cristianos querían celebrar la festividad de su nacimiento;
Se decidió que fuera el 24 de diciembre porque era la gran fiesta de Roma, la fiesta al dios Sol. La Iglesia bautizó como cristiana la gran festividad pagana de los romanos. Otro de los argumentos de los biblistas para defender que Jesús nació en Nazaret se refiere al hecho de que a los judíos se les designaba o por el nombre del padre o por el del lugar del nacimiento.
Jesús debería haberse llamado o Jesús de José o Jesús de Belén, algo que no aparece en ningún texto evangélico. En ellos, en todos, se le llama siempre Jesús de Nazaret. Una cosa es cierta: nadie sabe lo que Jesús hizo hasta los 30 años que es cuando aparece en público.
Se ha querido defender últimamente que Jesús era analfabeto. Nada más falso. Si acaso, el misterio radica en saber como sabía tanto tras haber vivido hasta entonces encerrado en el pequeño pueblo de Galilea trabajando como carpintero o peón de albañil. En efecto, a los 30 años Jesús se muestra capaz de discutir con los doctores de la ley, conocía los textos sagrados del judaísmo, varias culturas como la griega o la de los gnósticos y otras religiones como el budismo.
Jesús era culto y hasta intelectuales como Nicodemo iban a encontrarse con él de noche, a escondidas, para discutir temas filosóficos como el de la metamorfosis indispensable para poder dar un salto cuántico del frío culto a la ley a la libertad de espíritu del nuevo Reino por él anunciado.
Nacen así las hipótesis de que en vez de haberse quedado en Nazaret hubiese podido viajar a Egipto y hasta a la India durante su juventud. Conocía bien la cultura griega. Cuando los apóstoles le presentan un grupo de griegos que querían conocerle, usa con ellos de una fina ironía.
- A sabiendas de que para ellos la belleza corporal era fundamental y criterio de poder, Jesús les cuenta la parábola de la simiente, la cual si no se pudre en la tierra y no se la cubre de estiércol, no nacerá ni dará frutos;
Lo opuesto a los puros criterios de la estética de la belleza griega. ¿Qué si Jesús estaba casado? Pocos teólogos y expertos en cuestiones bíblicas tanto católicos como protestantes lo ponen hoy en duda. Era práctica inconcebible para un judío de su tiempo no tener familia y descendencia ya que el judaísmo se transmite de madre a hijo.
- Tan fuerte era ese motivo que en la Biblia a los patriarcas cuyas esposas eran estériles, Dios les pedía que se acostasen con una de las esclavas para darles descendencia;
- Fue el caso, por ejemplo, de Abraham casado con Sara que no podía procrear;
Jesús estuvo casado sin duda con la Magdalena que no era, como sostuvo durante siglos la Iglesia, una prostituta o endemoniada ¿Con quién estaba casado? Sin duda con la Magdalena, que no era, como sostuvo durante siglos la Iglesia, una prostituta o endemoniada.
Con mucha probabilidad era una conocedora de la doctrina gnóstica, como aparece en algunos evangelios de aquella secta. A ella confiaba sus mayores secretos, algo que despertaba los celos de Pedro: “¿Por qué a ella y no a nosotros?”, se pregunta en uno de los evangelios gnósticos.
De no haber sido su mujer no hubiese sido a ella a quien se le apareció el día de la resurrección, antes aún que a su madre. Pedro se quedó perplejo preguntándose por qué no se les había aparecido a ellos, sus discípulos, ya que además las mujeres no contaban nada, ni eran creíbles en aquel tiempo.
- Ni siquiera como testigo ante un juez;
- Fue siempre ese hecho el gran quebradero de cabeza de Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia, que se murió sin entender por qué Jesús no se apareció antes que a nadie a Pedro, que era el jefe del grupo de apóstoles y lo hizo a una mujer;
¿Entonces, si no nació en Belén ni el 24 de diciembre vale la pena celebrar la Navidad? Sí, porque esa leyenda lleva en su entraña la añoranza del ser humano de pararse una vez al año para celebrar la vida, para apostar por la paz, un paréntesis para el perdón y la aceptación de los otros, sobretodo de los diferentes.
¿No fue por ser diferente, por no doblegarse al poder tirano e injusto, por predicar el perdón, bendecir a prostitutas y endemoniados y tocar a leprosos por lo que Pilatos mandó clavarlo aún joven en una cruz? Dónde y cuándo nació importa menos.
Mi amigo Jorge Perelló me escribe para felicitarme la Navidad, que dice “existe sólo para los rechazados”, y añade: “el resto es leyenda, historia y hasta superstición”. Es cierto, pero en ese caso en la Navidad cabemos todos ya que de un modo u otro todos somos de algún modo rechazados por alguien, pobres de algo, solitarios, exiliados, a veces de nosotros mismos y a la vez buscadores de esa paz que el mundo rechaza porque es más fácil matar o mandar matar, que amar y perdonar.
¿Cómo es el cielo?
El cielo es muy grande porque desde cualquier parte de la Tierra de donde lo miremos siempre veremos la mitad del universo. La otra mitad se encuentra al otro lado del planeta. Y el universo siempre se extenderá más allá de donde alcancemos a mirar. (Fotografía: Nasa).
– El cielo no puede ser visto como una sábana que cubre el planeta Tierra. En realidad, tenemos el imaginario de que el cielo es el límite del universo, el punto más alto, como si se tratara de algo finito.
Pero nada acerca de esta idea es verídico. El cielo es, nada más y nada menos, todo el universo que se expande ante nosotros. En astronomía el cielo es conocido como una esfera celeste. Éste entendido como una bóveda imaginaria en donde se distribuyen el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas.
A su vez dicha esfera se divide en regiones llamadas constelaciones. Para entender más claramente la magnitud de ese azul celeste, a veces gris oscuro y en las noches casi negro, es necesario saber que el cielo se divide en diversas capas: atmósfera, tropósfera, estratósfera, mesósfera, termósfera y exósfera, respectivamente.
Entre ellas no hay ninguna diferencia. Es decir, éstas sólo tienen un cambio en las partículas de aire. Por ejemplo, si pudiéramos volar sobre el planeta Tierra, a medida que nos alejáramos más y más de ella, nos daríamos cuenta de que nunca llegaríamos al cielo, debido a que éste se expande cada vez más.
¿Que figura tiene Dios?
La imagen más famosa que se tiene de Dios fue realizada por el genial artista italiano Miguel Ángel Buonarroti en su célebre pintura “La creación de Adán”, magnífica obra realizada alrededor del año 1511 en la bóveda de la Capilla Sixtina y que representa a Dios dándole vida a Adán, el primer hombre. Dios es representado por Miguel Ángel como un venerable viejo, con una abundante cabellera y una luenga barba, ambas canas, envuelto en una túnica color púrpura y rodeado por varios querubines. Su brazo derecho se encuentra solemnemente estirado, para impartir la chispa de vida de su propio dedo al de Adán, cuyo brazo izquierdo se encuentra en idéntica posición al de su Creador. Ambos dedos, por cierto, están separados por una distancia mínima.
Las posiciones idénticas de Dios y Adán, en tanto, se basan en el célebre pasaje de Génesis 1:27 (“Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó”) que sostiene que el Supremo Hacedor creó al hombre a su imagen y semejanza.
Al mismo tiempo Dios, para recalcar su esencia divina, aparece flotando en el aire, contrastando con la imagen terrenal de Adán, quien se encuentra acostado en un estable triángulo de tierra. Desde siglos antes del nacimiento del Cristianismo, en la época de los primeros Patriarcas, la apariencia de Dios constituyó todo un enigma para el pueblo de Israel, el pueblo elegido. Cuando Dios se le aparece a Moisés, éste lo primero que quiere saber es cuál es su nombre y Dios le responde enigmáticamente: “Yo soy el que soy” (palabras que según las reglas de la gramática hebrea significaría “yo soy aquel que estaba, que está y que estará”, es decir, “yo soy aquel que está siempre presente”), aclarando más tarde que puede ser llamado Yavhé -nombre construido a partir de la pronunciación de cuatro consonantes, el llamado tetragrama YHWH: “Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación”.
Posteriormente, en Éxodo 33:18-23, cuando Moisés le pide a Dios ver su gloria, Dios le contesta: “Voy a hacer pasar toda mi bondad delante de ti, y delante de ti pronunciaré mi nombre…Pero te aclaro que no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre podrá verme y seguir viviendo”. Dios posteriormente le dice a Moisés: “Mira, aquí junto a mí hay un lugar. Ponte de pie sobre la roca. Cuando pase mi gloria, te pondré en un hueco de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado. Después quitaré mi mano, y podrás ver mis espaldas; pero mi rostro no debe ser visto”.
La Biblia es enfática en aclarar que si bien el Hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, no existe una descripción física de Dios, aunque sí se mencionan algunos de sus atributos naturales (Eterno, Inmutable, Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente) y morales (Amor, Justicia, Verdad, Sabiduría y Santidad). Los teólogos afirman que precisamente porque Dios es Santo, existe una brecha casi insalvable entre Dios y nosotros, los pecadores. Por ello los hombres están vedados de verlo en toda Su gloria, pues Su apariencia es totalmente inimaginable y demasiado gloriosa para ser percibida claramente por el hombre pecador.
Las Escrituras dicen: “Pero las iniquidades de ustedes han hecho separación entre ustedes y su Dios. Y los pecados le han hecho esconder Su rostro para no escucharlos” (Isaías 59:2). Juan, uno de los cuatro evangelistas, aseguró en las Sagradas Escrituras que “nadie ha contemplado a Dios nunca.
El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre; él le ha dado a conocer”” (Juan 4:12), aclarando también que “Dios es un Espíritu” (Juan 4:24), es decir, no está limitado a un cuerpo, forma, fuerza o barrera física alguna. Las Sagradas Escrituras declaran que Dios es la Luz en quien no hay “ninguna oscuridad” (1 Juan 1:5), el “Rey de los siglos, inmortal, invisible, el único y sabio” (Timoteo 1:17 ). Según los escritos bíblicos, el Padre Celestial es tan superior a nosotros que resulta sencillamente inconcebible imaginar el aspecto que tiene. “¿A quién pueden ustedes asemejar a Dios?”, pregunta el profeta Isaías (40:18), mientras que en otros pasajes se comenta que incluso el majestuoso universo palidece al lado del Todopoderoso (Isaías 40:22, 26).
Si bien ningún hombre vivo ha contemplado el rostro de Dios, los teólogos aventuran que si pueden verlo los ángeles, seres espirituales, luminosos y beatíficos que moran en los valles del Cielo; el mismo Jesús dijo de ellos: “Siempre contemplan el rostro de mi Padre que está en el Cielo” (Mateo 18:10).
Los ejemplos del Antiguo Testamento acerca de la apariencia de Dios se centran más que nada en su gloria y presencia celestial morando en lugares y objetos de Su elección: la zarza ardiendo que no se consumía, la cima del Monte Sinaí, el Tabernáculo, la columna de nube y la columna de fuego que guiaba al pueblo de Israel por el desierto. En el Nuevo Testamento se asimila la figura de Dios con la de Jesús, su único Hijo, pues de acuerdo con la doctrina de la Santísima Trinidad Dios, siendo uno, existe simultáneamente y eternamente, como una unión de tres personas: el Padre, el Hijo (encarnado como Jesús de Nazaret), y el Espíritu Santo. Es por ello que en los Evangelios Jesús afirma que “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10:30) y “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Jesús también dice que “las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras.
Pero en el Nuevo Testamento, según los teólogos, Dios se revela por fin a Sí Mismo apareciendo ante nosotros a través de los rasgos de un hombre, su Hijo Encarnado y unigénito, Jesucristo. Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí”.
Lo anterior alude al hecho de que el Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Sea Su humanidad o Su divinidad y la unión hipostática que media entre ambas, éstas se someten a la voluntad del Padre celestial. Existen en las Sagradas Escrituras dos pasajes que describen poderosamente la asombrosa apariencia de la Gloria de Jesús en el cielo, en Ezequiel 1:26-28 y Juan en Apocalipsis 1:14-16, pasajes que para algunos teólogos podrían dar una suerte de indicio del verdadero aspecto de Dios. Ezequiel 1:26-28 declara que “por encima de esa bóveda había algo semejante a un trono de zafiro, y sobre lo que parecía un trono había una figura de aspecto humano. De lo que parecía ser su cintura para arriba, vi algo que brillaba como el metal bruñido, rodeado de fuego.
La esencia de Cristo es el Espíritu, es decir, la divinidad. Por lo tanto, Su esencia es la de Dios mismo. De su cintura para abajo, vi algo semejante al fuego, y un resplandor a su alrededor. El resplandor era semejante al del arco iris cuando aparece en las nubes en un día de lluvia.
Tal era el aspecto de la gloria del Señor. Ante esa visión, caí rostro en tierra y oí que una voz me hablaba”. Y en Apocalipsis 1:14-19 el Evangelista Juan proclama que “su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, Amén.
- Y tengo las llaves de la muerte y del Hades;
- Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas”;
- Estos dos pasajes representan los esfuerzos de Ezequiel y de Juan por acercarse a la apariencia de Cristo Glorificado y, por ende, de Dios, por que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno;
Los teólogos aseguran que cuando los hombres justos, los escogidos, lleguen al cielo, desprovistos de todo pecado, por fin éstos serán capaces de percibir a Dios en toda Su gloria: “… le veremos tal como Él es” (1 Juan 3:2), algo que ya anunciaba el mismo Jesús en el mítico Sermón del Monte: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8)..
¿Cómo era Dios fisicamente?
- Edison Veiga
- Milán, para BBC Brasil
30 marzo 2018 Fuente de la imagen, Cícero Moraes/BBC Brasil Pie de foto, La recreación elaborada por Cícero Moraes muestra que los judíos que vivían en Medio Oriente en el siglo I tenían la piel, el cabello y los ojos oscuros. Después de siglos y siglos de eurocentrismo —tanto en el arte como en la religión— se sedimentó la imagen más conocida de Jesús: un hombre blanco, barbudo, de cabello largo castaño claro y ojos azules. A pesar de ser un retrato ya conocido por la mayoría de los cerca de 2.
000 millones de cristianos que hay en el mundo, se trata de una recreación que debe haber tenido poco que ver con la realidad. El Jesús histórico, señalan expertos, muy probablemente era moreno, bajito y mantenía el cabello recortado, como los otros judíos de su época.
La dificultad para saber cómo lucía Jesús viene del mismo origen del cristianismo : el Nuevo Testamento, la parte de la Biblia que narra la vida de Jesús, no hace ninguna descripción de su aspecto. “Los evangelios no lo describen físicamente, no dicen si era alto o bajo, guapo o fuerte.
- Lo único que dicen es su edad aproximada, unos 30 años”, comenta la historiadora neozelandesa Joan E;
- Taylor, autora del nuevo libro What Did Jesus Look Like? (“¿Cómo lucía Jesús?”) y profesora del Departamento de Teología y Estudios Religiosos del King’s College de Londres, Reino Unido;
Pie de foto, Ilustración que hizo el especialista Richard Neave para un documental de la BBC en 2001. “Esta ausencia de datos es muy significativa. Parece indicar que los primeros seguidores de Jesús no se preocupaban por tal información, que para ellos era más importante registrar las ideas que decir cómo era físicamente”, afirma el historiador André Leonardo Chevitarese, profesor del Instituto de Historia de la Universidad Federal de Río de Janeiro y autor del libro “Jesús Histórico.
¿Quién vio el trono de Dios?
Apocalipsis 4:2-11 INTRODUCCIÓN: Allá en lo alto, en alguna parte del universo , existe un trono, el trono de Dios. Este trono nos da una fugaz visión del cielo de Dios. La Biblia nos enseña que hay tres cielos (Deuteronomio 10:14): 1) El primero es el atmosférico, adonde «el que gobierna las tinieblas» vive a sus anchas, y un día será destruido.
2) El segundo es el estelar, conocido como el universo. 3) El tercero, a donde Juan fue llevado en el versículo uno, es el cielo de Dios. Este último pudiera ser «el vacío» que se menciona en Job 26:7. A pesar de que, hasta donde alcanzan los telescopios, los cielos están llenos de estrellas, parece que detrás de la estrella del norte existe en espacio vacío.
Por esta razón, se sugirió que allí pudiera estar el tercer cielo, el de Dios, donde está su trono. El trono de Dios parece ser un punto fijo, alrededor del cual se mueve y se relaciona todo lo que hay en el cielo. Encontramos expresiones tales como «alrededor del trono», «rodeaban el trono», delante del trono», y «en el trono». La visión del trono de Dios… [Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado] 4:2
- A. El trono de Dios:
- 1. «Y al instante yo estaba en el Espíritu»
Juan es transportado espiritualmente hasta el mismo cielo, donde pudo contemplar las cosas que le fueron reveladas.
- 2. «Y he aquí, un trono establecido en el cielo»
«Y he aquí» ( idoú ) es una interjección que se repite varias veces a través del Apocalipsis para llamar la atención respecto a una intervención divina o para enseñar algún acontecimiento importante. El sustantivo «trono» ( thrónos ) se usa 45 veces en el Apocalipsis. Aunque dicho vocablo tiene varios usos en la literatura clásica, aquí parece referirse a un trono de juicio o al estrado de un juez. Representa la absoluta soberanía de Dios y al hecho de que el juez y Señor del universo está a punto de intervenir en la historia de la humanidad.
- Se considera al trono de Dios como el centro fijo de todo el universo, el punto de referencia inmóvil;
- Así como la estrella del norte fue la guía en el rumbo de los antiguos navegantes, debido a su posición fija en medio de las estrellas, el trono de Dios es el lugar de autoridad y el centro de su gobierno en las actividades celestiales;
El trono de la gracia se transformará en el trono de juicio. Obsérvese que el trono está «establecido en el cielo» ( ékeito en toi ouranói ). El verbo «establecido» ( ékeito ) es el imperfecto indicativo, voz media de ( kéimai ) y debe traducirse «estaba colocado», «estaba siendo puesto» o «estaba en pie».
- En cualquier caso, la idea es que el mencionado trono es colocado o introducido en ese momento porque antes no estaba allí;
- El trono es preparado para juicio (Sal;
- 9:7; Dn;
- 7:9 donde su usa el plural «tronos»);
La septuagésima semana de Daniel (Dn 9:27) se corresponde con los juicios de la gran tribulación (véase Mt. 24). La preparación de la escena de esos juicios tiene lugar en los capítulos 4-5 del Apocalipsis. El trono fue establecido «en el cielo», porque el Dios del cielo está a punto de manifestar su soberanía en la tierra (véase Dn.
- 3. «Y en el trono, uno sentado»
( Kaí epí tón thrónos kathéimenos ). La expresión «sentado» ( kathéimenos) es el participio presente, voz media de ( kátheimai ), que significa «sentarse». El tiempo presente sugiere una acción en progreso que podría expresarse así: «Y en el trono, uno [que estaba] en el acto de sentarse» o «y en el trono, uno [que estaba] sentándose».
- 2:44);
- Juan no hace ningún esfuerzo por describir concretamente o identificar dicha persona , sino que usa un símil para recalcar el efecto general de su percepción de aquel sentado sobre el trono;
- Thomas observa la siguiente: [La combinación de kathéimenos («sentándose») y la preposición epí («sobre») frecuentemente designa a Dios a través del libro;
La postura de estar sentado denota la actividad de reinar, no de descansar o del cese de la función sacerdotal como en Hebreos 1:3; 10:12; 12:2. Pero lo más probable es que la expresión «sentándose sobre el trono» apunte al hecho de que Dios, como juez del universo, da comienzo a los juicios escatológicos profetizados en las Escrituras.
- B. La descripción del que estaba sentado en el trono:
[Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina] 4:3a
- 1. «Y el aspecto del que estaba sentado»
El griego no denota características individuales o personales; en cambio , se refiere a una presencia, pero no habla de cuántas personas hay. Po lo tanto, sabemos que Dios el Padre se encuentra allí. Sin embargo, el versículo 3 sugiere que Dios el Hijo también está presente, tal como lo enseñan otros pasajes de las Escrituras (Mt. 26:64). Este versículo describe al Señor Jesucristo, porque, a partir de varios pasajes de las Escrituras, sabemos que a Dios el Padre no se le puede ver (Jn.
- El cuadro es el de un juez que entra en la corte judicial y toma su sitio en el estrado real porque el juicio va a comenzar;
- 1:18; 6:46; 1 Timoteo 6:16);
- Por lo tanto, la persona que Juan vio no era otro que el único miembro de la Trinidad al cual se puede ver;
Aunque la visión de Juan es semejante a la de Ezequiel, hallamos ya una de las diferencias más significativas. 1) Ezequiel presenta a Jehová en el trono como «una semejanza que parecía de hombre sentado sobre el» etc. (Ezequiel 1:6-28). 2) Juan evita atribuir a Dios forma alguna humana, y dice que «el que estaba sentado allí tenía aspecto del jaspe y de la cornalina (v. 3)
- 2. «Era semejante a piedra de jaspe y de cornalina»
Las piedras preciosas mencionadas («jaspe y cornalina») simbolizan las deslumbrantes glorias, atributos, excelencias y perfecciones de Dios el Padre.
- 1) El «jaspe» del Apocalipsis no es la piedra opaca que conocemos con ese nombre. Más adelante, se describe como un cristal (véase Ap. 21:11). posiblemente se refiera al diamante y destaca el lustre brillante de luz blanca que describe la pureza de la gloria y la santidad de Dios.
- 2) La «cornalina» en el texto griego es ( sardíoi ) que significa «Sárdica» y es de color rojo fuego o rojo sangre , que podría sugerir una expresión de la justicia y la ira de Dios. Las palabras de William Hendriksen son muy apropiadas al comentar este texto:
[Lo que el apóstol describe no es a Dios mismo, sino su fulgor, su resplandor, porque a Él no se le puede describir (Éx. 20:4). En la visión se le representa como rodeado del lustre resplandeciente del diamante, claro como el cristal, blanco, consumidor , simbolizando la santidad de Dios…, y con el carmesí del sardio, color como de sangre, indicando que este santo carácter de Jehová se expresa por medio de los juicios].
Estas dos piedras eran llevadas por el sumo sacerdote en el pectoral y eran la primera y la última de las doce piedras en total que contenía este pectoral (Éx. 28:17-20). Como estas piedras llevaban el nombre de las tribus de Israel , puestas en orden de acuerdo al nacimiento de los patriarcas, la primera sugería de inmediato el nombre de Rubén, «he aquí un hijo», y la otra, a Benjamín, «hijo de mi diestra».
Con esta referencia podemos ver que Juan ve al Señor en su papel sacerdotal. Y representa la primera vez en que Cristo tuvo la totalidad de su sacerdocio al mismo tiempo. El sacerdocio de los creyentes comenzó en el día de Pentecostés. Cada miembro del cuerpo de Cristo es miembro del sacerdocio de los creyentes (1 P.
- 2:9);
- La iglesia de Jesucristo, compuesta por ese «real sacerdocio», ahora no se encuentra en su presencia, al menos en forma absoluta;
- Solo después del arrebatamiento, cuando los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados, se reunirá al mismo tiempo todo el sacerdocio de Cristo;
Por lo tanto, las piedras del «jaspe» y la «cornalina» se utilizan para describir a Cristo como nuestro sumo sacerdote. Entre los cristianos de hoy, uno de los temas más descuidados es el del sacerdocio de todos los creyentes, es decir, que hoy somos sacerdotes de Dios.
- 1) La oración de intercesión debiera ocupar gran parte de la vida del creyente (1 Timoteo 2:1). Si de verdad entendiéramos que los incrédulos no pueden orar y que los cristianos que se encuentran fuera de la comunión con Dios tampoco pueden hacerlo, arderíamos de deseo de orar por nuestros hermanos en Cristo y por los que no son salvos. El curso de la historia cambiaría si nosotros, los cristianos, fuéramos más fieles en ese aspecto.
- 2) El nuevo Testamento nos habla de cuatro sacrificios que podemos hacer los cristianos: (a) nuestro cuerpo Ro. 12:1-2, (b) sacrificio de alabanza He. 13:15, (c) buenas obras He. 13:16 y (d) dádivas He. 13:16.
II. La visión de lo que está alrededor del trono… En el resto del capítulo 4 vemos que hay siete cosas alrededor del trono, las que estudiaremos una a una.
- A. Un arco iris:
[Y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda] 4:3b
- 1. «Y había alrededor del trono un arco iris»
Lo mismo que en Ezequiel 1:28, el arco iris que se menciona en la segunda parte del versículo 3, se diferencia del arco iris natural en dos detalles: 1) El arco iris natural consiste en siete colores ; en cambio, éste es comparado a la esmeralda, piedra de color verde (símbolo de la esperanza), que nos habla de la misericordia divina. En Génesis 9:13, el arco iris la señal del pacto de Dios con la humanidad, después del tremendo castigo infligido por medio del diluvio. En la ira, Dios se acuerda de la misericordia (Habacuc 3:2). 2) El arco iris natural forma una media circunferencia, cerrada por arriba abierta por abajo, porque Dios nunca quebranta sus pactos, pero los hombres sí.
Como tales, debiéramos ser fieles en ejercer nuestros privilegios y responsabilidades. ¿Cuáles son esas responsabilidades? Básicamente se dividen en dos: «intercesión» y «sacrificio». En cambio, este otro arco iris forma una completa circunferencia, para dar a entender que la fidelidad inquebrantable de Dios domina todas las resistencias , rebeldías e infidelidades.
«Semejante en aspecto a la esmeralda» La «esmeralda» es de color verde y posee la cualidad de atemperar el deslumbrante brillo del «jaspe» de la majestad y el fulgurante rojo de la «cornalina» de juicio. Aunque Dios aparece sentado sobre un trono de juicio, manifiesta un estado de tranquilidad perfecta y majestad inefable, radiante en la refulgencia de sus infinitas perfecciones.
- El juicio de Dios es determinado por lo que Él es en sí mismo, condicionado por la luz y las perfecciones de su propio carácter;
- El arco iris, como se ha observado, evoca el pacto de Dios con Noé (Gn;
- 9:9-17);
En Génesis 9, sin embargo, el arco iris aparece después del juicio de Dios sobre la humanidad, mientras que en Apocalipsis 4 lo precede como garantía de que no habrá una destrucción total de la civilización (véase Mt. 24:22).
- B. Los 24 tronos y los 24 ancianos:
[Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas] 4:4
- 1. «Y alrededor del trono había veinticuatro tronos»
En el versículo cuatro Juan va describiendo lo que hay alrededor del trono, y nos dice que hay veinticuatro tronos rodeando el trono central donde se encuentra sentado nuestro Señor Jesucristo. Es de suponerse que el trono de Dios sobresale por encima de los veinticuatro tronos mencionados en este versículo. Estos veinticuatro tronos están situados «alrededor» ( kyklóthen ) del trono de Dios, probablemente doce a cada lado o, más probable aún, en otro círculo más allá de la aureola de esmeralda.
- 2. «Y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos»
El vocablo «sentados» ( katheiménous ) es el participio presente, voz media de ( kátheimai ). Esta forma verbal es descriptiva. Juan vio a los veinticuatro ancianos mientras tomaban sus asientos en los mencionados tronos, ejerciendo conjuntamente con Dios el Padre autoridad judicial delegada y formando parte del tribunal o consejo real. Una cuestión que se ha discutido por los comentaristas concierne a la identidad de los veinticuatro ancianos.
¿Quiénes son los mencionados ancianos o ( prebytérous )? El vocablos «anciano» o prebytérous se usa para indicar una persona de edad avanzada (véase Hch. 2:17; 1 Ti. 5:1), y también para referirse a alguien que ocupa una posición oficial sin tener en cuenta la edad, pero sí la madurez (Mt.
16:21; Hch. 4:5, 23; 14:23; 1 Ti. 5:17). La identificación de los veinticuatro ancianos en Apocalipsis 4:4, sin embargo, no es una tarea fácil. El texto no aclara por qué su número es veinticuatro ni por qué se les clasifican como ancianos. Algunos expositores opinan que son hombres, mientras otros dicen que son ángeles.
Los que entienden que son ángeles se dividen en tres grupos : (1) Los que creen que representa a la iglesia; (2) los que dicen que representan a los redimidos de Israel; y (3) lo que dicen que representan a ambos grupos.
Quienes entienden que los veinticuatro ancianos a ángeles también se agrupan en tres bandos: (1) Los que creen que representan a órdenes sacerdotales del Antiguo Testamento ; (2) los que piensan que simbolizan a los fieles de todos los siglos; y (3) los que interpretan que representan una clase especial de ángeles.
- a) Argumentos a favor de la iglesia:
Quienes entienden que los ancianos representan a la iglesia, se apoyan en Ap. 5:9, 10, donde los veinticuatro ancianos junto con los cuatro seres vivientes alaban al Cordero «y cantaban un nuevo cántico diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación ; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra».
- Dicen que los ancianos son redimidos por el uso del pronombre «nos» («nos has redimido») en 5:9;
- También el uso de «nos» en 5:10 y la frase final: «Y reinaremos sobre la tierra»;
- Sin embargo, esa lectura del texto sólo es apoyada por la mitad de los manuscritos existentes;
La lectura del texto crítico de Apocalipsis 5:9, 10 conduce a una interpretación diferente del pasaje: «Y cantaban un cántico nuevo: eres digno de recibir el documento y abrir sus sellos, porque fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios [gente} de toda tribu, lengua, pueblo y nación , y los hiciste reino de sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra».
- Según el texto crítico, los veinticuatro ancianos conjuntamente con los cuatro seres vivientes alaban al Cordero por lo que han hecho por otros, no por lo que han hecho por ellos;
- También se argumenta que las ropas blancas sugieren las justicias de la iglesia;
Debe recordarse que los ángeles también aparecen vestidos con ropas blancas (Jn. 20:12; Hch. 1:10; Ap. 6:11). Además los mártires de la tribulación también visten de blanco (Ap. 6:11; 7:9, 13). De modo que las ropas blancas no son exclusivas de los redimidos de la iglesia.
- Se argumenta que las coronas son los galardones de la iglesia delante del tribunal de Cristo;
- Sin embargo, las coronas de los veinticuatro ancianos parecen indicar más bien el derecho de ejecutar juicio sobre la base de algún tipo de victoria;
También podría ser que las coronas «denoten la dignidad de quienes están asociados con el trono de Dios (1 R. 22:19; Sal. 89:7)». John Walvoord opina que los ancianos no pueden ser ni representan a Israel, ya que al llegar al capítulo 4, aún no ha sido juzgado ni galardonado. Quienes entienden que los ancianos simbolizan la iglesia tienen que contender con las siguientes objeciones:
- 1) Una cuestión hermenéutica : el texto da a entender que se habla de 24 ancianos en el sentido literal del vocablo.
- 2) Si los 24 ancianos son simbólicos, también tendrían que serlo los cuatro seres vivientes mencionados en el versículo 6.
- 3) El contexto no da a entender que los 24 ancianos sean un grupo simbólico. Obsérvese que en 5:5 y en 7:13 un anciano actúa de manera individual y no el grupo colectivamente.
- 4) Nótese, también, que en 7:14 Juan contesta la pregunta de uno de los ancianos en particular («Señor, tú lo sabes»).
- b) Sugerencia en cuanto a quienes podrían ser los ancianos mencionados en 4:4
El número veinticuatro representa dos veces el doce. Tal vez, aquí se pudiera ver a los doce patriarcas y a los doce apóstoles, los santos de las dos dispensaciones. Esto es mejor que pensar en que representan a la iglesia. El Dr. Ironside explica: «Pero ahora, el versículo 4 pone frente a nosotros una visión que nunca se contempló en el cielo en ocasiones previas: veinticuatro tronos (no simples «tronos») que rodean el trono central, y en ellos se sientan veinticuatro ancianos con las coronas de los vencedores (no con diademas) sobre la cabeza, vestidos con ropas sacerdotales del blanco más puro.
- Para Walvoord, sólo la iglesia califica para ser representada por los veinticuatro ancianos en Apocalipsis 4:4;
- ¿Quiénes son estos favorecidos reunidos alrededor del glorioso ser central? Pienso que no tenemos por qué dudar acerca de su identidad si comparamos escritura con escritura y no confiamos en nuestra propia imaginación que nos puede llevar por un camino equivocado;
En 1 Crónicas, capítulo 24, leemos algo muy similar; y de nuevo le recuerdo que muchos de los lectores de Juan eran hebreos, totalmente familiarizados con el Antiguo Testamento. ¿Podemos cuestionar acaso que cada creyente judío recordara rápido a los veinticuatro ancianos que designó el rey David para representar todo el sacerdocio levita? Dividió a los ancianos en veinticuatro grupos, cada uno de los cuales tenía que servir durante dos semanas corridas en el templo que Salomón construía.
Esta misma disposición estaba vigente cuando se anunció la llegada del precursor de nuestro Señor. Zacarías era «del grupo de Abías», el que estaba en octavo lugar (Lc. 1:5). Los sacerdotes eran miles, no podían venir todos al mismo tiempo, pero cuando los veinticuatro ancianos se encontraban en el recinto del templo de Jerusalén, toda la casa sacerdotal se encontraba representada.
Y esta es la explicación. En este caso tengo que conformarme con el símbolo. Los ancianos en el cielo representan a todo el sacerdocio celestial, es decir, a todos los redimidos que murieron, o que estén con vida cuando el Señor regrese. En la visión no se les vio como una compañía multitudinaria de millones de adoradores salvos, sino como veinticuatro ancianos, simbolizando a toda la compañía.
La iglesia de la era actual y los santos del Antiguo Testamento están incluidos por igual. Todos son sacerdotes. Todos adoran. Había doce patriarcas en Israel y doce apóstoles comenzando la nueva dispensación.
Todos juntos eran veinticuatro. Además, fíjese que estas personas no son ángeles. Son redimidos que vencieron en el conflicto contra Satanás y contra el mundo, ya que tienen las coronas de la victoria sobre sus frentes. Nunca se dijo que se coronó a los ángeles y además no conocieron la redención. En conclusión, los veinticuatro ancianos no pueden ser ángeles por tres razones:
- 1) Porque ellos no son galardonados
- 2) Porque no tienen necesidad de redención.
- 3) Porque Dios sujeta todas las cosas al hombre, se cumple el Salmo 8. Los ángeles y todos los seres celestiales, tienen su lugar debajo de Cristo y de la iglesia.
En definitiva los veinticuatro ancianos tienen que ser hombres capacitados por Dios para esta tarea, y como ya vimos pueden ser:
- 1) Los doce patriarcas del Antiguo Testamento que representarán a Israel
A favor de los doce patriarcas encontramos que:
- a) Los israelitas del (A. ) están incluidos en las promesas, pues ellos son «la adopción… el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne vino Cristo» (Romanos 9:4-5).
- b) Los israelitas del (A. ) que creyeron las promesas fueron considerados hijos de Dios (Romanos 9:6-8).
- c) Las promesas a Abraham fueron antes que la ley (Gálatas 3:17=18; Romanos 4:13-25), y fueron hechas a la simiente de Abraham, o sea, a Cristo (Gálatas 3:16).
- d) Los israelitas creyentes del (A. ) fueron hechos herederos de la promesa (Gálatas 3:26-29).
- e) Los israelitas creyentes del (A. ) «conforme a la fe murieron todos éstos [Israel] sin haber recibido lo prometido… sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y salud ándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque… buscaban una patria, anhelaban una mejor, la celestial [la nueva Jerusalén]» (Hebreos 11:13-16).
- f) Las almas de los creyentes del (A. ) fueron trasladadas por el Señor, en el tiempo que su cuerpo estuvo en la tumba (Efesios 4:8-10).
- g) Los israelitas creyentes (A. ) que no creyeron las promesas se excluyeron a sí mismos (Romanos 9:25, 30-32).
- 2) Los doce apóstoles del Nuevo Testamento que representarán a la iglesia (Mt. 19:27-28).
A favor de los doce apóstoles que representan a la iglesia encontramos que:
- a) Los israelitas creyentes (A. ) «Y todos éstos [Israel], aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido… para que no fuesen ellos [Israel] perfeccionados aparte de nosotros [la iglesia]» (Hebreos 11:39-40).
- b) Los israelitas creyentes del (A. ) serán «perfeccionados con nosotros» (Hebreos 11:40).
- c) Las almas de los creyentes del (A. ) y del (N. ) actualmente están en un mismo lugar.
- d) Las puertas de la Nueva Jerusalén tienen nombres inscritos, «que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel… y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero» (Apocalipsis 21:12, 14).
- 3. «Vestidos de ropas blancas»
El término «vestidos» ( peribebleiménous ) es el participio presente, voz pasiva de ( peribállo ), que significa «estar vestido». El tiempo perfecto sugiere una condición permanente. Las «ropas blancas» sugieren la pureza de su carácter en el juicio. Representa la justicia de Dios (Ef. 5:27).
- 4. «Con coronas en sus cabezas»
Las «coronas de oro» ( stephánous chrysoús ) sugiere la victoria obtenida por los que la llevan. El vocablo ( stephánous ) aparece ocho veces en el Apocalipsis y generalmente indica la corona de un vencedor. Hay dos palabras griegas que se usan para referirse a una corona:
- a) [stephánous] se usa para referirse a la corona del vencedor
- b) [diádeima] que significa «corona real» lo que representa autoridad real.
- C. Las señales del Juicio:
[Y del trono salían relámpagos y truenos y voces ] 4:5a La expresión «del trono» ( ek toú thrónou ) significa «fuera del mismo trono», es decir, directamente fuera del sitio del gobierno divino. El verbo «salían» ( ekporeúontai ) es el presente indicativo, voz media de ( ekporeúomai ) el presente sugiere una acción continua. La idea puede expresarse así: «Y del mismo trono proceden relámpagos y truenos y voces». Aquí se mencionan tres cosas:
- 1) Relámpagos, que aterrorizan (Éx. 19:16; Ez. 1:13)
- 2) Truenos, señal de la ira judicial (Éx. 9:23, 28; 1 S. 7:10; 12:17, 18; Sal. 29:3)
- 3) Voces, sonidos y ecos de voces que la acompañan.
Todos provenientes del trono de Dios. Desde tiempos modernos, los relámpagos y los truenos se asocian al concepto de juicio; por lo tanto, llegamos a la conclusión de que, como provienen del trono de Dios, son un preludio del juicio que está a punto de caer sobre la tierra. Debiéramos recordar que los juicios de la tribulación provienen del trono de Dios.
No son el resultado del mal que un ser humano le ocasiona a otro, sino que aparecen como juicios directos de Dios. Durante este período que tiene que ver con la septuagésima semana de Daniel 9:27, el trono de Dioses un lugar de juicio y sentencia de juicio.
Una vez que ese tiempo se cumpla, el trono de Dios será un lugar de bendición (Ap. 22:1). El trono mencionado aquí no es «el trono de la gracia» de Hebreos 4:16, sino el trueno de juicio.
- D. Los siete espíritus:
[Y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, los cuales son los siete espíritus de Dios] 4:5b
- 1 «Y delante del trono ardían siete lámparas de fuego»
Esta frase pone de manifiesto una segunda actividad que transcurre delante del trono, es decir, en el lugar más preeminente del cuadro contemplado por Juan. Las «siete lámparas» son en realidad «siete antorchas» ( heptá lampádes ) de las que se usan para el exterior. El vocablo «ardían» en realidad es el participio presente, voz pasiva con función de gerundio ( kaiómenai ), que debe traducirse «ardiendo». La forma de gerundio es descriptiva y expresa una acción continua.
- 2 «Los cuales son los siete espíritus de Dios»
Estas siete antorchas de fuego, ardiendo delante del trono, se definen como «los siete espíritus de Dios». Ya vimos esta descripción en Apocalipsis 1:4, adonde Juan se refiere según parece a las siete características del Espíritu Santo tal como se revela en Isaías 11:2:
- a) El Espíritu del Señor
- b) El Espíritu de sabiduría
- c) El Espíritu de entendimiento
- d) El Espíritu de consejo
- e) El Espíritu de poder
- f) El Espíritu de conocimiento
- g) El Espíritu de temor del Señor
«Los siete espíritus» no quiere decir que sean siete Espíritus diferentes, sino que son las siete características del Espíritu Santo. Sin embargo, debiéramos tener en cuenta que estas características no se limitan a su tarea en el cielo, su tarea durante la tribulación o su tarea durante la era de la iglesia, sino que son una parte eterna del Espíritu Santo. Por lo tanto, cuando somos llenos del Espíritu Santo, además del fruto del Espíritu que encontramos en Gálatas 5:22, debiéramos esperar que se manifiesten estas características: sabiduría, entendimiento, consejo, poder , conocimiento y reverencia ante el Señor.
- E. El mar de vidrio :
[Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal] 4:6a Es evidente que Juan encuentra dificultades para describir el entorno del trono. Primeramente dice que delante del trono había algo así como un mar de vidrio o cristal. Sin duda, la figura usada en la comparación trasciende la capacidad humana para describirla. No obstante, en cuanto al significado del mar de vidrio, uno puede llegar a la conclusión de que tiene la finalidad de transmitir estabilidad, porque un mar de vidrio es un mar calmo, que no se encrespa por los vientos ni las tormentas. Existen dos sugerencias con respecto al mar de vidrio en sí:
- 1) La iglesia en reposo
- 2) La Palabra de Dios
Esta última se desprende del mar de vidrio en el templo de Salomón, que simbolizaba la palabra de Dios como medio de santificación. Por lo tanto, purificó a su iglesia «lavándola con agua mediante su Palabra» (Ef. 5:26). En las Escrituras, por lo general, un mar se refiere a la gente, y esto está de acuerdo con lo que encontramos en Apocalipsis 15, cuando los santos de la tribulación que fueron martirizados por el anticristo están de pie sobre un mar de vidrio.
- Juan vio siete antorchas de fuego ardiendo delante del trono con llama brillante y continua;
- En este tribunal celestial está la Santísima Trinidad, asistida por los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes listos para ejecutar los juicios decretados por Dios con el fin de purificar la creación y preparar la tierra para el reinado glorioso del Mesías;
En aquel momento, pudiera parecer que el mar de vidrio representaba el fundamento seguro , la Palabra de Dios, el medio que tenemos para purificarnos. La estabilidad habla de la completa santificación y de la seguridad de los creyentes. Una de las cosas que hace tambalear nuestra confianza o nuestro sentido de seguridad es el pecado.
- F. Los cuatro seres vivientes:
[Y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás] 4:6b
- 1 «Y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes»
Estos «cuatro seres vivientes» ( téssara zóia ) estaban alrededor del trono, es decir, adelante, atrás y a cada lado. Para los lectores de la KJV es una lástima que los traductores interpretaran la palabra griega que se usa aquí (zoa) como «bestia». Esta palabra, de donde proviene nuestro vocablo «zoología», se traduce mejor como «seres vivientes» o «animales».
- 2 «Llenos de ojos delante y detrás»
La primera característica que Juan observa es que los cuatro seres vivientes están «llenos de ojos delante y detrás» el vocablo «lleno» ( gémonta ) es el participio presente, voz activa de ( gémo ) que significa «estar llenos». Esta expresión sugiere la idea de algo completo. La frase «delante y detrás» habla de facultad comprensiva o extensa. El versículo 8b dice: «…y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos…» Esta expresión sugiere tanto el conocimiento intrínseco o subjetivo como el conocimiento objetivo de los cuatro seres vivientes.
La lucha que se desarrolla en las vidas de los creyentes entre el viejo y el nuevo hombre, hacen que anhelen la santificación definitiva, cuando ya no serán arrastrados por los vientos de la vida. Aquí vemos a los creyentes de la tribulación después del arrebatamiento, de pie sobre un fundamento sólido y calmo, el mar de vidrio.
Los «ojos» sugieren conciencia , vigilancia y discernimiento no sólo en lo intrínseco, sino también en la vigorización espiritual que sustenta la creación.
- G. La descripción de los cuatro seres vivientes:
[El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando] 4:7 Al fijarnos en la descripción de estas criaturas, descubrimos que tienen características animales , estos cuatro seres vivientes pueden ser serafines, el profeta Isaías describe en su visión del trono de Dios (Isaías 6:1-3), a unos seres semejantes a los que a Juan se le permitió contemplar. La última frase del versículo 6, así como los versículos 7 y 8 nos ofrecen la descripción de estos cuatro seres vivientes. Obsérvese que los cuatro seres vivientes poseen características propias. Dichas características permiten apreciar que cada uno de ellos es superior en su clase.
- 1 «El primer ser viviente era semejante a un león»
Al primer ser viviente, Juan lo describe con la semejanza de un león. El «león» nos habla de fuerza (Proverbios 30:30), de ira (Proverbios 19:12), de majestad y realeza (2 Crónicas 9:18-19).
- 2 «El segundo era semejante a un becerro»
Al segundo ser viviente, el apóstol lo mira como semejante a un becerro. El «becerro» sugiere vitalidad, sacrificio, resistencia y trabajo.
- 3 «El tercero tenía rostro como de hombre»
Nótese que sólo en el caso del tercer ser viviente la característica personal se limita a su rostro, Juan dice: «el tercero tenía rostro como de hombre». El «hombre» destaca personalidad , inteligencia , sensibilidad, voluntad y capacidad para ejercer autoridad.
- 4 «Y el cuarto era semejante a un águila volando»
Juan le asemeja al cuarto ser viviente como a un águila en pleno vuelo. El «águila» destaca visión permanente, vuelo ágil y elevado (Isaías 40:31), juicio celestial (Deuteronomio 28:49; Jeremías 4:13; Oseas 8:1; Habacuc 1:8). De la creación terrestre. En esta misma línea, pero de forma diferente, dice un comentario rabínico del año 300 de nuestra era:
- 1) El águila es el más poderoso de los pájaros
- 2) El becerro es el más poderoso de los animales domésticos
- 3) El león es el más poderoso de los animales salvajes
- 4) El hombre es el más poderoso de toda la creación
- Algunas comparaciones de los cuatro seres vivientes:
- Los cuatro evangelios…
Desde tiempos antiguos, se les ha comparado con los cuatro aspectos en que los cuatro evangelios consideran al Señor Jesucristo:
- 1) En Mateo se le considera como Mesías – Rey de Israel, el León de la tribu de Judá.
- 2) En Marcos, como el siervo sufriente, fiel, obediente y paciente, el becerro para el sacrificio.
- 3) En Lucas, el Salvador del mundo, el Hijo del Hombre.
- 4) En Juan, es el Hijo de Dios, como el águila que se eleva hasta el seno del Padre (Jn. 1:1-18).
Sin embargo, la representación más popular a este respecto difiere mucho de ésta, excepto en lo del cuarto evangelio, en el que todos han visto representada el águila, aunque no como símbolo del mismo Cristo, sino de la elevación del propio Juan en su prólogo (Jn. 1:1-18).
- 2) El hombre se aplica a Mateo, por comenzar con la genealogía humana de Cristo.
- 3) El león a Marcos, porque comienza con el grito del Bautista en el desierto.
- 4) El becerro a Lucas, porque comienza con el ministerio de Zacarías en el templo.
- Las tribus de Israel:
Antiguos escritores rabínicos declaran que las tribus de Israel levantaron sus tiendas y sus estandartes en los cuatro lados del Tabernáculo en este mismo orden, a saber:
- 1) La tribu de Judá (el León) situado al lado Este del Tabernáculo (Números 2:3)
- 2) La tribu de Efraín (el Becerro) situado al Oeste del Tabernáculo (Números 2:18).
- 3) La tribu de Rubén (el Hombre) situado al Sur del Tabernáculo (Números 2:10).
- 4) La tribu de Dan (el Águila) situado al Norte del Tabernáculo (Números 2:25).
- H. Las características de los cuatro seres vivientes:
[Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos] 4:8a La presencia y las funciones de estos cuatro seres celestiales alrededor del trono divino nos hacen recordar visiones que otros siervos de Dios tuvieron y describieron en el Antiguo Testamento.
- 1) Isaías vio serafines alrededor del trono de Dios:
La visión de Isaías tuvo lugar en Jerusalén cerca del año 750 a. DE la propia pluma del profeta leemos lo siguiente: «En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime […] Por encima de Él había serafines, cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
- Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria (Is;
- 6:1-3);
- Aquí observamos a estos seres celestiales de alto rango, a quienes el profeta designa como ( seraphim ), plural del verbo ( seraph ) que significa «encender»;
Uno de ellos purificó los labios del profeta con un carbón encendido, tomado del altar (Is. 6:6).
- 2) Ezequiel vio querubines alrededor del trono de Dios:
La visión de Ezequiel se registró en Babilonia en el año 593 a. Cuando Ezequiel cumplió 30 años de edad y se encontraba en medio de los cautivos junto al río Quebar (Ez. 1:1), Dios se le apareció en visión para asignarle la tarea profética. Al describir esa visión Ezequiel dice: «Una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de Él un resplandor y en medio del juego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes […] Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas […] corrían y se volvían a semejanza de relámpagos (Ez.
1:4, 5, 14). Podría haber alguna relación entre estos cuatro seres vivientes y los mencionados en Ezequiel, pero no deben ser los mismos, los seres vivientes de Ezequiel 1:16 tienen cuatro alas mientras que los de Apocalipsis tienen seis.
El texto no dice nada tocante a la función de sus alas. Se puede conjeturar, sin embargo, que son emblemas del continuo servicio que rinden a Dios, particularmente en lo que respecta a la adoración. Quizá lo más sensato sea entender que los cuatro seres vivientes pertenecen a una clasificación de seres vivientes semejantes a los querubines mencionados en Ezequiel 10:14-15, 20, pero con características diferentes: Los de Ezequiel tienen cuatro alas, mientras que los de Apocalipsis tienen seis; los de Ezequiel tienen cuatro rostros, mientras que los de Apocalipsis sólo tienen uno; en Ezequiel aparecen con ojos en las ruedas, pero en Apocalipsis sólo en sus cuerpos; en Ezequiel parece ser que los seres vivientes sirven de apoyo al trono, mientras que en Apocalipsis están alrededor del trono.
- También podría ser que tanto los cuatro seres vivientes de Ezequiel como los de Apocalipsis pertenezcan a la misma clasificación de seres vivientes, pero con pequeñas variaciones dentro del orden mismo de los querubines;
Obsérvese que algunas de las características de los seres vivientes en Apocalipsis 4 son similares a la de los serafines (por ejemplo, el mismo número de alas Is. 6:2). Como contraste, sin embargo, debe recordarse que los serafines se asocian con la santidad del pueblo de Dios y la purificación (Is.
- 6:6-7), mientras que los querubines se relacionan con el gobierno y con la santidad judicial de Dios;
- La función general de los querubines es proteger, cubrir y guardar el de la inmediata manifestación de la presencia de Dios;
Están particularmente activos en juicio contra cualquier cosa que sea contraria a dicha presencia (véase Gn. 3:24; Éx. 25:18; 1 R. 6:25-35; Sal. 80:1; Is. 37:16).
- I. La adoración celestial hacia el que está sentado en el trono:
- 1. De los cuatro seres vivientes:
[Y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos] 4:8a-9 He aquí una expresión de adoración sobrenatural. Los cuatro seres vivientes están concentrados en rendir alabanza incesante al Señor Dios Todopoderoso. Hay un gran parecido con la alabanza de Isaías 6:3, aunque también hay algunas diferencias:
- a) «Santo, santo, santo».
Igual que la alabanza en Isaías 6, puesto que el Dios tres veces santo permanece inmutable en su esencia. Dios está perfecta y eternamente separado del pecado.
- b) «Señor Dios Todopoderoso».
Partes: 1 , 2.
¿Cómo se puede ver a Dios?
Cuando se siente un vacío espiritual es el momento de buscar y reencontrarse con Dios. Esta es una tarea complicada y que exige un alto grado de dedicación e investigación. Hay que tener en cuenta que para llegar a hacerlo es necesario realizar una serie de sacrificios y concesiones. Es una manera de encontrar sentido a la vida. Desde unComo.
com te ayudamos en los primeros pasos para saber cómo encontrar a Dios. Foto: Google Images Pasos a seguir: 1 Una buena manera de empezar es acudir a tu iglesia o centro de oración local, ya que te darán apoyo y ayuda en tu intención de encontrar a Dios.
2 Antes de empezar la búsqueda, es muy importante tener la mente abierta , ya que hay que estar atentos a las organizaciones que se burlan de Dios y a las que dicen que tienen la única verdad. Cada uno debe encontrar su propia verdad en la espiritualidad.
3 Una actividad que puede ayudar a encontrar a Dios es la consulta y lectura de libros de texto que tengan relación. Es una opción amena y de la que podemos sacar mucho provecho. 4 Hay que estar dispuesto a la fe.
Esta puede ser a veces racional y razonable y, a veces, todo lo contrario, pero seguir teniendo fe es lo que nos hará fuertes en la búsqueda de Dios. 5 La oración es el punto más importante para nuestro objetivo. Ayudará a cultivar nuestra fe y a comunicarnos con el Dios que buscamos.
- 6 Por último, encontrar alguien de confianza que ejerza de guía en nuestra búsqueda y nuestra fe, a través de su experiencia y sabiduría;
- En esta persona encontraremos los consejos que necesitamos y la ayuda en momentos de difíciles o de duda;
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¿Cuál era el nombre de Dios?
¿Yahvé o Jehová? – Yahvé y Jehová son nombres con los cuales es designado Dios en la Biblia. Ambas son derivaciones del Tetragrámaton hebreo YHVH. Debido a que estaba prohibido pronunciar el nombre divino de Dios entre los judíos, la pronunciación real de YHVH, escrita con cuatro consonantes, pero sin vocales, se perdió en el tiempo.
- Yahvé es, pues, la pronunciación que, según los eruditos, se considera más próxima a la original;
- Jehová , por su parte, vendría a ser una combinación entre las vocales de Adonay, denominación antigua que también daban los judíos a Dios, y las consonantes de YHVH;
Además de esto, ambas designaciones para Dios se diferencian en que Yahvé es la denominación empleada en las biblias católicas y Jehová en las evangélicas. Vea también Jehová. Cómo citar: “Yahvé”. En: Significados. com. Disponible en: https://www. significados.