Jess dice: Ven Tal Como Ests Desde el cielo me tiende la mano y me salva; reprende a mis perseguidores. Dios me enva su amor y su verdad!. Salmo 57:3 (NVI) Todo lo que Jess hizo por ti, lo hizo por amor. La Biblia dice que Dios te hizo para amarte. La nica razn por la que ests vivo es porque fuiste creado para ser amado por Dios.
Dios no solo dijo que te amaba; lo mostr. La Biblia dice: Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todava ramos pecadores, Cristo muri por nosotros Romanos 5:8 (NVI). Dice cuando todava ramos pecadores.
Antes de que supieras que necesitabas a Dios en tu vida, Jess muri por ti. Existe un mito que dice que tienes que limpiar tu pecado antes de poder acercarte a Dios. La gente dice: Hay algunas cosas que tengo que hacer bien en mi vida primero, y luego vendr a Dios.
- No! Puedes acudir a Dios con tus problemas: los buenos, los malos y los feos;
- Es como cepillarse los dientes antes de ir al dentista para que te limpien los dientes! Por qu hacemos cosas as? Dios dice: No tienes que limpiar tu pecado;
Solo tremelo todo. Treme todos tus problemas y todo tu lo. Tengo todas las respuestas. Ven tal como ests. La Pascua muestra la profundidad del amor de Dios por ti. La Biblia dice: Desde el cielo me tiende la mano y me salva, Dios me enva su amor y su verdad! Salmo 57:3 (NVI).
- Eso es lo que hizo Jess en Pascua;
- Se envi a s mismo desde el Cielo para salvarte por amor;
- De modo que puedes llevarle tus problemas a Dios, porque l te ama y tiene las respuestas;
- Si no actas de acuerdo con esta Buena Nueva, entonces la muerte de Jesucristo y su Resurreccin son en vano para ti personalmente; no harn ninguna diferencia en tu vida;
No es suficiente reconocer el don de Dios; tienes que recibirlo. Si confiesas con tu boca que Jess es el Seor y crees en tu corazn que Dios lo levant de entre los muertos, sers salvo. Porque con el corazn se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo Romanos 10:9-10 (NVI).
Contents
¿Donde dice la Biblia ven y ve?
Abandona – Felipe estaba muy entusiasmado de haberse encontrado con Jesús el Mesías. Cuando se encuentra con su amigo Natanael, le dice: “Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas”.
Lo primero que le responde Natanael es “¡De Nazaret! ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?” Natanael estaba ciego por sus propios prejuicios y favoritismo. No podría ver ni oír el entusiasmo de Felipe que quería compartir algo tan especial.
¿Puede algo bueno salir de Nazaret, una pequeña aldea allá afuera? ¿Puede algo bueno proceder de Haití, África, el Caribe o Centro América? Para que Natanael pudiese ver a Jesús el Mesías, tuvo que abandonar sus propios prejuicios y parcialidad para darle a Jesús una oportunidad, y así experimentar lo bueno que puede venir de Nazaret, Harlem, Haití, África y todos esos lugares menospreciados.
¿Donde dice la Biblia viendo no ven?
1 Y aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se congregó junto a él mucha gente; y entrando él en una barca, se sentó, y toda la gente estaba en la ribera. 3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y se la comieron. 5 Y parte cayó en a pedregales , donde no había mucha tierra; y brotó enseguida, porque no tenía profundidad de tierra; 6 mas cuando salió el sol, se quemó; y se secó, porque no tenía raíz.
7 Y parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. 8 Y parte cayó en buena tierra y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga. 10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por a parábolas ? 11 Y él, respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es concedido saber los a misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es concedido.
12 a Porque a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: De a oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. 15 Porque el a corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y b han cerrado sus ojos, no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los c sane.
16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la a entiende , viene el malo y b arrebata lo que fue sembrado en su corazón; este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra y de inmediato la recibe con gozo.
21 Pero no tiene raíz en sí, sino que es temporal, y cuando viene la a aflicción o la b persecución por la palabra, enseguida c se ofende. 22 Y el que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra; pero a el afán de este mundo y el b engaño de las c riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y a entiende la palabra, y el que da b fruto ; y da uno a ciento, y otro a sesenta y otro a treinta por uno. 24 Les refirió otra a parábola , diciendo: El b reino de los cielos es semejante al hombre que sembró buena c semilla en su campo.
25 Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró a cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y cuando la hierba brotó y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Y viniendo los siervos del padre de familia, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Y él les dijo: Un enemigo ha hecho esto.
Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Y él dijo: No; no sea que, al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la a siega ; y al tiempo de la siega, yo diré a los segadores: Recoged b primero la cizaña y atadla en manojos para c quemarla ; pero recoged el trigo en mi alfolí.
31 Otra parábola les relató, diciendo: El reino de los cielos es semejante al a grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo. 32 A la verdad es la más pequeña de todas las semillas, mas cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, y vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado. 34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba, 35 para que se cumpliese lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas a escondidas desde la fundación del mundo.
36 Entonces, una vez despedida la gente, Jesús entró en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la a cizaña del campo. 37 Y, respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son los hijos del reino, y la a cizaña son los hijos del malo; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo; a y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
40 De manera que, como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será en el a fin de este mundo. 41 El Hijo del Hombre enviará a sus a ángeles , y recogerán de su reino a todos los que causan tropiezo y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán al horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.
43 Entonces los a justos b resplandecerán como el c sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga. 44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y lleno de gozo por ello, va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
45 También el reino de los cielos es semejante al mercader que busca buenas perlas, 46 y que, habiendo hallado una a perla de gran precio, fue y b vendió todo lo que tenía y la compró. 47 Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, a recoge toda clase de peces, 48 la cual, una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas y lo malo echan fuera.
49 Así será el fin del a mundo : saldrán los ángeles y b apartarán a los malos de entre los justos, 50 a y los echarán al horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 51 Les dijo Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
52 Y él les dijo: Por eso, todo a escriba que llega a ser discípulo en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas. 53 Y aconteció que, cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.
54 Y al llegar a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban a atónitos y decían: ¿De dónde saca este esta sabiduría y estas obras maravillosas? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre a María , y sus hermanos Jacobo, y José, y Simón y Judas? 56 ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, saca este todas estas cosas? 57 Y a se escandalizaban de él.
Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo allí muchas obras maravillosas a causa de la a incredulidad de ellos..
¿Qué dice Mateo ven?
“Ven, sígueme” La admonición “Ven, sígueme” y la pregunta “¿Qué haría Jesús?” son importantes pautas para la vida cotidiana. Somos discípulos de Jesucristo. En las palabras de Nefi, “creemos en Cristo… hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo…” (2 Nefi 25:24, 26).
Para los creyentes de todas partes, las dos palabras más potentes que Él pronunció y que rigen nuestra conducta son: “Ven, sígueme” (Lucas 18:22; véase también Mateo 16:24; Marcos 1:17; Lucas 9:23). Cuando un escriba le preguntó cuál era el mandamiento más importante, Jesús respondió: “…amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Este es el principal mandamiento. “Y el segundo es… Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:30–31). Usando como guía esos dos mandamientos, analicemos cuál es la forma mejor de seguirle a Él. El ejemplo del Salvador del amor recíproco entre Él y Su Padre ha sido siempre evidente; Sus oraciones frecuentes, prolongadas y sinceras son un potente ejemplo que debemos seguir.
Y el amor del Padre por Su Hijo fue siempre obvio, particularmente en el momento en que Juan lo bautizó: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).
La unidad entre los dos era evidente cuando el Salvador dijo: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). La comprensión de que Su voluntad y la del Padre hayan podido ser diferentes, aun cuando fuera por muy breve tiempo, como en Getsemaní (véase Mateo 26:39), nos hace recordar que nuestras oraciones pueden no siempre recibir la respuesta que hayamos imaginado.
- Sin embargo, la oración es un importante principio de acción;
- El Salvador dijo que, si tenemos fe y no dudamos, “todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:21–22);
- Nuestro amor por Él debe ir acompañado por nuestras acciones: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15);
Consideremos ahora el segundo de los grandes mandamientos: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39), o la misma enseñanza impartida en un nivel más alto a los apóstoles: “Que os améis unos a otros… como yo os he amado” (Juan 13:34). Aun cuando el invitar a cenar a los vecinos de puerta es una buena manera de expresar amor, el Salvador eligió un ejemplo mucho más difícil cuando el abogado le preguntó: “¿Y quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29).
A continuación, viene el conocido relato del hombre que viajaba de Jerusalén a Jericó, a quien robaron y golpearon dejándolo medio muerto junto al camino. Un levita y un sacerdote lo vieron y siguieron de largo; pero un samaritano, que era despreciado por los judíos, tuvo compasión y se ocupó de él.
El samaritano no averiguó raza ni procedencia antes de demostrar misericordia. Jesús concluyó esa extraordinaria historia con la admonición: “Vé, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:37). En toda ciudad grande tenemos a los que han sido golpeados y dejados de lado, a los que están sin hogar, a los pobres, a los hambrientos y enfermos.
- Hay quienes dicen que dándoles dinero sólo estamos alimentando su hábito de drogas o de alcoholismo y habilitándolos así a continuar el estilo de vida que han elegido;
- Es muy fácil juzgar a esas personas y, como los amigos de Job, conjeturar sobre los errores que habrán cometido y que les han acarreado toda esa infelicidad (véase Job 22; Mosíah 4:17);
No obstante, antes de pasar de largo como el levita y el sacerdote, consideremos la admonición del Salvador, “Ven, sígueme”. Recordemos que Él estuvo sin hogar, tenía sólo la ropa que llevaba puesta y muchas veces pasó hambre. ¿Qué haría Él? No hay ninguna duda sobre lo que haría: les demostraría misericordia y les ministraría.
Hay muchas maneras de ayudar a los que están sin hogar, entre ellas la contribución de tiempo, artículos y dinero a los grupos humanitarios, a los comedores públicos o a las agencias que se ocupan de esos problemas; a pesar de eso, me parece que también debemos demostrarles misericordia.
Los principios de bienestar establecidos son una guía apropiada. Recordemos que siempre habrá pobres entre nosotros (Marcos 14:7). El Salvador hizo hincapié en ese principio nuevamente cuando habló del día del juicio y de la separación de las ovejas y los cabritos.
“Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? “¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? “¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:37–40).
Pedro puso de relieve esta clase de caridad al decir: “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). Mormón expresó conceptos similares con esta admonición: “Por tanto, amados hermanos míos, si no tenéis caridad, no sois nada, porque la caridad nunca deja de ser.
Allegaos, pues, a la caridad, que es mayor que todo, porque todas las cosas han de perecer; “pero la caridad es el amor puro de Cristo, y permanece para siempre; y a quien la posea en el postrer día, le irá bien” (Moroni 7:46–47).
Jesús enseñó y al mismo tiempo ejemplificó muchas cualidades personales que debemos considerar al tratar de seguirlo. Estas cualidades son el amor, la mansedumbre, la humildad, la compasión, la sed de rectitud, el hábito de orar, la misericordia y el ser puro de corazón.
- No debemos juzgar nunca a los demás sino ser con nuestros semejantes como quisiéramos que ellos fueran con nosotros;
- Él enseñó que debemos ser la sal de la tierra y una luz al mundo; dijo que lo que un hombre piense es tan importante como sus acciones visibles;
Se nos dijo que debemos perdonar a todos, incluso a nuestros deudores, y amar a nuestros enemigos. No sólo debemos ser pacificadores, sino que también debemos alegrarnos en la persecución. Nos aconsejó que demos limosnas y ayunemos y oremos en secreto; nos dijo que pongamos la otra mejilla y que vayamos la segunda milla; y especialmente nos advirtió que nos hagamos tesoros en los cielos y no en la tierra.
- (Véase Mateo 5–7;
- ) Al contemplar el profundo significado de la expresión “Ven, sígueme”, es evidente que tenemos mucho que aprender y mucho que hacer antes de poder responder totalmente a ese mandato;
- Es interesante notar, sin embargo, que en los primeros treinta años de Su vida en Nazaret, evidentemente Jesús despertó poca atención en la gente, a pesar de llevar una vida sin pecado (véase Mateo 13:54–56; Marcos 6:2–3);
Eso debe instarnos a mejorar nuestras acciones de manera discreta y humilde, y sin llamar la atención. La admonición “Ven, sígueme” y la pregunta “¿Qué haría Jesús?” son importantes pautas para la vida cotidiana, y el prestarles más atención nos ayudará a volvernos más parecidos a Cristo en nuestros pensamientos y acciones.
¿Donde dice la Biblia yo estaré contigo hasta el fin del mundo?
Carta a los Romanos 8,14-17 – Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre).
¿Qué dice Mateo 10 3?
3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el a publicano; Jacobo hijo de Alfeo, y Lebeo, por sobrenombre Tadeo; 4 a Simón el Cananita, y b Judas Iscariote, el que además le c entregó.
¿Que nos enseña el capítulo 1 de Juan?
Bosquejo – 1 Juan 1–3. Juan enseña que por medio de la obediencia podemos llegar a conocer a Dios, tener comunión con Él y llegar a ser como Él. En los últimos días surgirán anticristos. El amor del Salvador por nosotros se manifiesta a través de Su sacrificio expiatorio.
- 1 Juan 4–5;
- Juan insta a los santos a determinar si un maestro es de Dios;
- Dios es amor y, debido al inmenso amor que Él tiene por nosotros, envió a Su Hijo a sufrir por nosotros;
- Quienes aman a Dios guardarán Sus mandamientos;
Quienes creen en Jesucristo y han nacido de Dios vencerán al mundo..
¿Qué significa porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden?
Fondo Musical: P. Martin Alejandro Arceo Álvarez – Descargar los textos en PDF Jesús acaba de narrar la parábola del sembrador. Es una parábola ejemplar, en el sentido que si no se comprende esta, es difícil entender las demás. Efectivamente, con esta parábola Jesús enseña su nueva manera de predicar el Evangelio, que es, precisamente, con parábolas.
- En las parábolas los conceptos se mezclan con las imágenes y los acontecimientos de la vida de cada día que son bien comprensibles por quienes escuchan;
- El Evangelio tenía que llegar a todas partes;
- Cualquiera podía escucharlo y ser ayudado;
Los apóstoles, sorprendidos por aquella decisión de Jesús, le preguntan directamente: «¿Por qué les hablas en parábolas?». El anuncio del Reino de Dios, que es el corazón de la predicación evangélica, debía comunicarse de manera clara pero sin que fuera malinterpretado.
Para los judíos el Mesías tenía que instaurar el Reino por medios políticos y en algunos casos con violencia, como predicaban los zelotas. Jesús no quería que lo malinterpretaran. Por eso eligió un lenguaje que llegara a entrar en el corazón.
Quien tenía sed de amor, iba a recibir más. Quien no tiene sed de amor, la agotará aún más. Podríamos entender las palabras de Jesús así: a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. El lenguaje parabólico implica a quien lo oye y desarma a los fariseos.
- Además, Dios decidió revelar los «misterios del reino» a los pequeños y a los débiles;
- Ellos son los destinatarios del Reino;
- Por eso dice a los discípulos: «¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!»;
Ellos, así como los débiles, reciben la gracia de poder tocar, escuchar y ver con sus ojos a Jesús. Él es «la parábola» de Dios entre nosotros. [1] V. Paglia – Comunidad de Sant’Egidio, La palabra de Dios cada día, 2018 , 292-293..
¿Qué dice Lucas 8 10?
1 Y aconteció después, que Jesús caminaba por todas las a ciudades y aldeas, predicando y anunciando el b evangelio del reino de Dios, c y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: a María , que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
- 4 Y como se juntó una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por a parábola : 5 Un sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino y fue hollada; y las aves del cielo se la comieron;
6 Y otra parte cayó entre las piedras; y una vez que brotó, se secó, porque no tenía humedad. 7 Y otra parte cayó entre espinos, y los espinos que brotaron juntamente la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra y, cuando brotó, dio fruto a ciento por uno.
Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga. 9 Y sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola. 10 Y él dijo: A vosotros os es dado saber los a misterios del reino de Dios; pero a los otros, por parábolas, para que viendo no vean y oyendo no b entiendan.
11 Esta es, pues, la parábola: La a semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen; pero luego viene el diablo y quita la palabra de su corazón, para que no crean y se salven. 13 Y los de entre las piedras son los que, habiendo oído, reciben la palabra con gozo, pero no tienen raíces; por un tiempo creen, pero en el tiempo de la a tentación se apartan.
- 14 Y la que cayó entre espinos son los que oyeron, pero luego siguen su camino y son ahogados por los afanes, y por las riquezas y por los placeres de esta vida, y a no dan fruto;
- 15 Pero la que cayó en a buena tierra son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con b paciencia;
16 Ninguno que enciende una a vela la cubre con una vasija ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren vean la luz. 17 Porque no hay nada a oculto que no haya de ser manifestado, ni nada escondido que no haya de ser conocido y de salir a la luz.
- 18 Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que a tiene , le será dado; y a todo el que no tiene, aun lo que cree tener le será quitado;
- 19 Y vinieron a él su madre y sus a hermanos ; pero no podían llegar hasta él por causa de la multitud;
20 Y le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. 21 Él entonces, respondiendo, les dijo: Mi a madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y b la hacen. 22 Y aconteció un día, que él entró en una barca con sus discípulos y les dijo: Pasemos al otro lado del lago.
Y partieron. 23 Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago, a y se anegaban y peligraban. 24 Y acercándose a él, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciéndose los unos a los otros: ¿Quién es este, que aun manda a los vientos y al agua, y le obedecen? 26 Y navegaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea.
- 27 Y al llegar él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad que tenía demonios desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa ni vivía en una casa, sino entre los sepulcros;
- 28 El cual, cuando vio a Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, a Jesús , Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes;
29 (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues muchas veces se había apoderado de él; y le guardaban preso con cadenas y grilletes; mas rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio hacia los desiertos). 30 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué nombre tienes? Y él dijo: a Legión.
- Porque muchos demonios habían entrado en él;
- 31 Y le rogaban que no los mandase ir al a abismo;
- 32 Y había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso;
33 Entonces salieron los demonios del hombre y entraron en los cerdos; y el hato se arrojó al lago por un despeñadero y se ahogó. 34 Y los que los apacentaban, cuando vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo, dieron aviso en la ciudad y por los campos.
35 Y salieron a ver lo que había acontecido; y vinieron a Jesús y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios sentado a los pies de Jesús, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. 36 Y los que lo habían visto les contaron cómo había sido sanado aquel endemoniado.
37 Entonces toda la multitud de la región de alrededor de los gadarenos le rogó que se fuese de ellos, porque tenían gran temor. Y Jesús, subiendo en la barca, regresó. 38 Y aquel hombre, de quien habían salido los demonios, le rogó que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: 39 Vuélvete a tu casa y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo.
Y él se fue, a publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él. 40 Y aconteció que cuando volvió Jesús, la gente le recibió con gozo, porque todos le esperaban. 41 Y he aquí, llegó un hombre llamado a Jairo , que era principal de la sinagoga; y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa, 42 porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.
Y mientras Jesús iba, le apretaba la multitud. 43 Y una mujer que padecía de a flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo lo que tenía y que por ninguno había podido ser curada, 44 se le acercó por detrás y tocó el a borde de su manto; y al instante cesó su flujo de sangre.
45 Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y preguntas: ¿Quién es el que me ha tocado? 46 Y Jesús dijo: Alguien me ha tocado, porque yo he percibido que ha salido poder de mí.
47 Entonces, cuando la mujer vio que no había pasado inadvertida, vino temblando y, postrándose delante de él, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado y cómo al instante había sido sanada. 48 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; ve en paz.
49 Mientras él aún hablaba, vino uno de la casa del principal de la sinagoga a decirle: Tu hija ha muerto; no importunes más al Maestro. 50 Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada.
51 Y entrando en la casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, y a a Jacobo , y a Juan, y al padre y a la madre de la niña. 52 Y lloraban todos y se lamentaban. Y él dijo: No lloréis; no está muerta, sino que duerme. 53 Y hacían burla de él, sabiendo que estaba muerta.
¿Qué dice Juan 13 7?
1 Antes de la fiesta de la a Pascua , sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, b los amó hasta el fin. 2 Y acabada la cena, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas hijo de Simón Iscariote que le a entregase , 3 a sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las b cosas en las manos, y que había c salido de Dios y a Dios iba, 4 se levantó de la cena, y se quitó su manto y, tomando una toalla, se la ciñó.
5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. 6 Entonces llegó a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; pero lo entenderás después.
8 Pedro a le dijo: No me lavarás los pies jamás. Le respondió Jesús: Si no te b lavo , no tendrás parte conmigo. 9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no solo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10 Jesús le dijo: El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo a limpio ; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
- 11 Porque sabía quién le iba a a entregar ; por eso dijo: No estáis limpios todos;
- 12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a sentarse a la mesa y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13 Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y decís bien, porque lo soy;
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis a lavaros los pies los unos a los otros. 15 Porque a ejemplo os he dado, para que así como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
17 Si sabéis estas cosas, a bienaventurados sois si las hacéis. 18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quiénes he elegido; pero para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo levantó contra mí su a calcañar.
19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo a soy. 20 De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo envío, a mí me a recibe ; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió. 21 Cuando hubo dicho Jesús esto, se conmovió en el espíritu, y testificó y dijo: De cierto, de cierto os digo que uno de vosotros me va a a entregar.
- 22 Entonces los discípulos se miraron unos a otros, sin saber de quién hablaba;
- 23 Y uno de sus a discípulos , a quien Jesús amaba, estaba reclinado en el pecho de Jesús;
- 24 A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba;
25 Él entonces, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? 26 Respondió Jesús: Es aquel a quien yo le dé el pan mojado. Y mojando el pan, se lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. 27 Y después del bocado, a Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, haz lo pronto.
28 Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo eso. 29 Porque unos pensaban que, como Judas tenía la a bolsa , Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.
30 Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, salió enseguida; y era ya de noche. 31 Entonces, cuando él salió, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y enseguida le glorificará.
33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me a buscaréis , pero, como dije a los judíos: A donde yo voy, vosotros no podéis ir; así os digo a vosotros ahora. 34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os a améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros.
35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros. 36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; pero me seguirás después. 37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? ¡Mi vida pondré por ti! 38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces..
¿Qué dice en Proverbios 22 6?
6 a Instruye al niño b en su camino;y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él. 7 El rico se enseñorea de los pobres;y el que a toma prestado es siervo del que presta. 8 El que siembra iniquidad, iniquidad segará,y perecerá la vara de su ira.
¿Qué dice en Efesios 4 32?
1 Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es a digno de la b vocación con que habéis sido llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con a paciencia los unos a los otros en amor; 3 solícitos en guardar la a unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
4 Un a cuerpo , y un Espíritu; como fuisteis también llamados a una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un a Señor , una b fe , un c bautismo , 6 un Dios y a Padre de todos, quien está sobre todos, y por todos y en todos vosotros.
7 Pero a cada uno de nosotros dada fue la a gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8 Por lo cual dice: a Subiendo a lo alto, llevó cautivos a los cautivos, y dio dones a los hombres. 9 (Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 10 El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo).
- 11 Y él mismo a constituyó a unos b apóstoles ; y a otros, c profetas ; y a otros, d evangelistas ; y a otros, e pastores y f maestros ; 12 a fin de a perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la b edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la a unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un b varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos a niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de b doctrina , por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que, hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en aquel que es la a cabeza , a saber, Cristo; 16 de quien, todo el cuerpo, bien ajustado y ligado entre sí por todas las coyunturas que lo sustentan, según la función adecuada de cada miembro, crece, edificándose en amor;
17 Esto, pues, digo y testifico en el Señor, que no andéis más como los otros a gentiles , que andan en la b vanidad de su mente, 18 teniendo el a entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la b ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su c corazón ; 19 los cuales, después que a perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20 Mas vosotros no habéis aprendido así sobre Cristo, 21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús, 22 en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del a viejo hombre, que está viciado conforme a los b deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del a nuevo hombre que es creado según Dios en la b justicia y santidad de la verdad.
25 Por lo cual, dejando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros. 26 a Airaos , pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al a diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino a trabaje , haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué b dar al que padece necesidad.
- 29 Ninguna a palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de que dé gracia a los oyentes;
- 30 Y no a contristéis al b Santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis c sellados para el día de la redención;
31 Quítense de vosotros toda amargura, y enojo, e ira, y gritos, y a maledicencia y toda b malicia. 32 Más bien, sed a benignos los unos con los otros, misericordiosos, b perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo..
¿Qué dice en Colosenses 3 13?
13 a soportándoos los unos a los otros, y b perdonándoos los unos a los otros si alguno tuviere queja del otro; de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
¿Por qué Jesús dice por mi parte yo estare con ustedes?
Jesús resucitado nos hace entender el significado de “Dios con nosotros” – El texto que leemos dice que Jesús estará con sus discípulos hasta el fin del mundo. Durante su ministerio terreno, la relación de Jesús con sus discípulos estuvo caracterizada por su presencia visible en medio de ellos.
A partir de la Pascua, esta presencia no termina, será distinta. Jesús utiliza la conocida expresión bíblica: ” El Señor está contigo ” que aseguraba a una persona que tenía una misión particular que Dios le asistiría con poder y eficacia en su tarea.
Con esto se quería decir que Dios no abandona al hombre a sus propias fuerzas, sino que la tarea que Dios encomienda, va acompañada de su presencia y ayuda. Jesús habla con la potestad divina, asegurando su presencia y su ayuda a la Iglesia misionera. El que fue presentado como el “Emmanuel”, es decir, el “Dios con nosotros”, muestra ahora la verdad de esta expresión: Dios es fiel, y su fidelidad se manifiesta viviente en Jesús.
- La celebración de la Ascensión nos pone ante las palabras de Jesús, quien, con todo el poder, determina el futuro de sus discípulos: Él, ha no estará visible para ellos, pero si estará presente en medio de los suyos ” hasta el fin del mundo “, hasta que se realice de manera definitiva la comunión de vida con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo;
[1] F. Oñoro, Exaltado al cielo, el Resucitado permanece con nosotros. Lectio Mateo 28, 16-20 , CEBIPAL/CELAM..
¿Qué dice Isaías 41 10 13?
1 Guardad silencio ante mí, oh islas, y renueven fuerzas los pueblos; acérquense y entonces hablen; vengamos a juntos a juicio. 2 ¿Quién despertó al justo del a oriente , lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones y le hizo b gobernar sobre reyes? Los entregó a su espada como polvo, y a su arco como hojarasca arrebatada.
3 Los persiguió; pasó en paz por un camino por donde sus pies nunca habían pisado. 4 ¿Quién hizo y realizó esto, llamando a las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el a primero , y con los postreros; yo soy aquel.
5 Las islas vieron y tuvieron temor; los confines de la tierra temblaron, se acercaron y vinieron. 6 Cada cual a ayuda a su prójimo y dice a su hermano: ¡Sé fuerte! 7 El artífice anima al orfebre, y el que aplana con martillo dice al que bate en el yunque, acerca de la soldadura: ¡Está bien! Y lo afirma con clavos para que no se mueva.
- 8 Pero tú, oh Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo a escogí , descendencia de Abraham, mi b amigo;
- 9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí y no te deseché;
10 a No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados; los que contienden contigo serán como nada y a perecerán.
- 12 Los buscarás y no los hallarás, los que tienen contienda contigo; aquellos que te hacen la guerra serán como nada y como cosa que no es;
- 13 Porque yo, Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice: No temas, yo te ayudaré;
14 No temas, a gusano de Jacob, oh vosotros hombres de Israel; yo te socorreré, dice b Jehová , tu c Redentor , el Santo de Israel. 15 He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, cortante, lleno de dientes; trillarás a montes y los molerás, y convertirás los collados en tamo.
16 Los a aventarás , y se los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Pero tú te regocijarás en Jehová; te gloriarás en el Santo de Israel. 17 Los afligidos y menesterosos buscan agua, pero no hay; se secó de sed su lengua; yo, Jehová, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los a desampararé.
18 En las cumbres abriré a ríos , y fuentes en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques de agua, y la tierra seca en manantiales de agua. 19 Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; pondré en el yermo cipreses, a olmos y álamos juntamente, 20 para que vean, y sepan, y consideren y entiendan todos que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.
21 Presentad vuestra causa, dice Jehová; exponed vuestros fuertes a razonamientos , dice el Rey de Jacob. 22 Tráigan los y declárennos lo que ha de suceder; dígannos lo que ha sucedido desde el principio, y lo consideraremos en nuestro corazón, para que sepamos también su final; y hacednos entender lo que ha de venir.
23 Declaradnos lo que ha de venir después, para que sepamos que vosotros sois dioses; haced algo, sea bueno o malo, para que lo temamos y lo veamos juntamente. 24 He aquí que vosotros no sois nada, y vuestras obras son vanidad; a abominación es el que os escoge.
25 Del norte desperté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como a lodo, como pisotea al barro el alfarero. 26 ¿Quién lo a declaró desde el principio, para que lo supiéramos; o de tiempo atrás, para que dijéramos: Es justo? Ciertamente no hay quien lo declare; sí, no hay quien lo anuncie; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras.
27 He aquí, yo soy el primero que he declarado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un portador de buenas nuevas. 28 Miro, y no hay nadie; y entre ellos ningún consejero hay; les pregunto, y no responden palabra. 29 He aquí, todos son a vanidad , y las obras de ellos nada son.
¿Qué dice Juan 17 21?
21 para que todos sean a uno, como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
¿Qué dice en Juan 1 18?
1 a En el principio era el b Verbo , y el Verbo estaba con Dios, y el c Verbo era d Dios. 2 Este estaba en el a principio con Dios. 3 Todas las cosas por medio de él fueron a hechas , y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. 4 En él estaba la a vida , y la vida era la b luz de los hombres.
5 Y la a luz resplandece en las b tinieblas , y las tinieblas no la c comprendieron. 6 Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba a Juan. 7 Este vino como testigo, para dar a testimonio de la luz, a fin de que todos b creyesen por medio de él.
8 No era él la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. 9 Aquel era la a luz verdadera que b alumbra a todo hombre que viene a este mundo. 10 En el a mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo b no le conoció. 11 A los suyos vino, y los suyos no le a recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio a potestad de llegar a ser b hijos de Dios; 13 que no a nacieron de sangre, ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios.
14 Y el Verbo fue hecho a carne y habitó entre nosotros (y b vimos su c gloria , gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio a testimonio de él y clamó, diciendo: Este es aquel de quien yo decía: El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo.
- 16 Porque de su plenitud recibimos todos, y a gracia sobre gracia;
- 17 a Porque la b ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la c verdad vinieron por medio de Jesucristo;
- 18 A Dios a nadie le vio b jamás ; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer;
19 Y este es el testimonio de a Juan , cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: Tú, ¿quién eres? 20 Y confesó y no negó, sino que confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú a Elías ? Dijo: No lo soy.
¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. 22 Entonces le dijeron: ¿Pues quién eres?, para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la a voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. 25 Entonces le preguntaron y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta? 26 Y Juan les respondió, diciendo: Yo a bautizo con agua, mas en medio de vosotros hay uno a quien vosotros no conocéis.
27 a Este es el que ha de venir después de mí, el que es antes de mí, de quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia. 28 Estas cosas acontecieron en a Betábara , al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
29 Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: ¡He aquí el a Cordero de Dios, que quita el b pecado del mundo! 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón que es antes de mí, porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía, pero para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.
32 Y Juan dio testimonio, diciendo: Vi al a Espíritu que descendía del cielo como b paloma , y que reposó sobre él. 33 a Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y que reposa sobre él, ese es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34 Y yo le he visto y he dado a testimonio de que este es el Hijo de Dios. 35 Al siguiente día otra vez estaba Juan, y con él dos de sus discípulos. 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios! 37 Y los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús.
- 38 Y volviéndose Jesús y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que interpretado quiere decir Maestro), ¿dónde moras? 39 Les dijo: Venid y ved;
- Entonces fueron y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima;
40 a Andrés , hermano de b Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y que habían seguido a Jesús. 41 Aquel halló primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al a Mesías (que interpretado es, el Cristo). 42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado a Cefas (que quiere decir piedra).
43 Al día siguiente, quiso Jesús ir a Galilea, y halló a a Felipe y le dijo: Sígueme. 44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. 45 Felipe halló a a Natanael y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribieron Moisés, en la ley, y también los profetas: a Jesús hijo de José, de Nazaret.
46 Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47 Jesús vio a Natanael que se le acercaba y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay a engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
- 49 Respondió Natanael y le dijo: ¡Rabí, tú eres el a Hijo de Dios ! ¡Tú eres el Rey de Israel! 50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Crees porque te dije que te vi debajo de la higuera? Cosas mayores que estas verás;
51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del Hombre..
¿Qué dice Isaías 6 9?
Isaías 6 – Isaías ve al Señor en una visión y es llamado a profetizar al pueblo Pregunte a los alumnos qué preocupaciones o inquietudes tendrían si se les llamara a una misión entre un pueblo inicuo. Explique que Isaías 6 comienza con una visión que tuvo Isaías cuando fue llamado a servir al Señor.
- Según el versículo 1 , ¿a quién vio Isaías?
- ¿Qué más vio Isaías en esa visión?
Si lo desea, explique que los serafines son seres angelicales que ministran en la corte de Dios. Las alas de los serafines son un símbolo de su poder para moverse o para obrar (véase D. y C. 77:4 ). Pida a un alumno que lea Isaías 6:5 en voz alta. y pida a la clase que siga la lectura en silencio y que presten atención a cómo se sintió Isaías en la presencia del Señor.
- ¿Cómo se sintió Isaías en la presencia del Señor? ¿Por qué? (Si lo desea, hágales notar a los alumnos la explicación que aparece en la nota a al pie de página de Isaías 6:5 , para ayudarlos a comprender cómo se sintió Isaías).
Pida a los alumnos que piensen en ocasiones en las que sintieron que estaban en un lugar muy sagrado o en la presencia de alguien muy santo. Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 6:6–7 , y pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que le ocurrió a Isaías en la visión. Explique que el carbón que se tomó del altar constituía un símbolo de purificación (véase la nota a al pie de página de Isaías 6:6 ).
- Según el versículo 7 , ¿qué dijo el serafín que había ocurrido con los pecados de Isaías? (Le habían sido borrados o eliminados).
- ¿Qué sentimientos podrías tener si un mensajero del Señor te declarara limpio de tus pecados? ¿Por qué tendrías esos sentimientos?
Pida a un alumno que lea Isaías 6:8 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para averiguar lo que el Señor preguntó y la manera en que respondió Isaías.
- ¿Cómo respondió Isaías a la invitación del Señor a prestar servicio? (Explique que esa invitación fue el llamamiento de Isaías como profeta).
- ¿En qué manera el conocimiento de que estaba limpio del pecado pudo haber influido en la disposición de Isaías de servir al Señor?
- De lo que aprendieron sobre Isaías en ese relato, ¿de qué forma el ser limpiados de nuestros pecados influye en nuestro deseo de servir al Señor? (Los alumnos quizás reconozcan un principio como el siguiente: Al ser perdonados de nuestros pecados, tenemos una mejor disposición a hacer lo que el Señor nos pide ).
Explique que cuando somos limpiados de nuestros pecados, tenemos un mayor deseo de servir al Señor y de ayudar a los demás a que también se acerquen a Él y sean limpiados. Explique que Isaías 6:9–10 describe el pueblo al que Isaías fue llamado a predicar. Pida a un alumno que lea en voz alta Isaías 6:9–10. y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que el Señor dijo en cuanto a cómo respondería el pueblo al mensaje de Isaías.
- ¿Qué le dijo el Señor a Isaías en cuanto a la manera en que el pueblo respondería a su mensaje? (El pueblo rechazaría su mensaje, por lo que endurecería su corazón y se volvería espiritualmente sordo [“agrava sus oídos”] y ciego [“ciega sus ojos”]. Si lo desea, aclare que el Señor no quería que el pueblo endureciera su corazón y se volviera espiritualmente sordo y ciego. Más bien, las palabras del Señor en el versículo 10 describen la respuesta del pueblo a la predicación de Isaías: elegirían no escuchar).
¿Qué dice Mateo 5 45?
1 a Y al ver las multitudes, subió al monte y se sentó. Y vinieron a él sus discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 a Bienaventurados los b pobres en espíritu , porque de ellos es el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
- 5 Bienaventurados los a mansos , porque ellos recibirán la b tierra como heredad;
- 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de a justicia , porque ellos serán b saciados;
- 7 Bienaventurados los a misericordiosos , porque ellos alcanzarán misericordia;
8 Bienaventurados los de a limpio b corazón , porque ellos c verán a Dios. 9 Bienaventurados los a pacificadores , porque ellos serán llamados b hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen a persecución por causa de la justicia, porque b de ellos es el reino de los cielos.
- 11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de a mal contra vosotros, mintiendo;
- 12 a Gozaos y alegraos, porque vuestro b galardón es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros;
13 Vosotros sois la a sal de la tierra; pero si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una a vela y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra a luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas b obras y c glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
17 No penséis que he venido para abrogar la a ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para b cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se a haya cumplido.
19 De manera que a cualquiera que b quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así c enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos. Pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que si vuestra a justicia no excede a la de los b escribas y a la de los fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: a No b matarás ; y cualquiera que matare c será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se a enoje con su hermano será culpable de juicio; y cualquiera que diga a su hermano: b Raca , será c culpable ante el concilio; y cualquiera que diga: Insensato, quedará expuesto al fuego del d infierno.
23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar y ve, a reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
25 a Reconcíliate pronto con tu adversario, entretanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26 De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el a último cuadrante.
27 Oísteis que fue dicho: No a cometerás adulterio. 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para a codiciarla , ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es a ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al b infierno.
30 Y si tu a mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti; porque mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al b infierno. 31 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su esposa, déle carta de a divorcio.
- 32 Pero yo os digo que el que a repudia a su esposa, a no ser por causa de b adulterio , hace que ella cometa adulterio; y el que se casa con la repudiada comete adulterio;
- 33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No a jurarás falsamente, sino que cumplirás al Señor tus b juramentos;
34 Pero yo os digo: No a juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello.
- 37 Mas sea vuestro hablar: Sí, sí, o No, no, porque lo que es más de esto, del a mal procede;
- 38 Oísteis que fue dicho: a Ojo por ojo, y diente por diente;
- 39 Pero yo os digo: No resistáis al malo; antes bien, a cualquiera que te golpee en la mejilla derecha, a vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos;
42 Al que te pida, a dale ; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. 43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu a prójimo y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: a Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y b orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que a seáis b hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.
¿Qué dice San Juan 4 24?
24 a Dios es b Espíritu; y los que le adoran, es necesario que le adoren en espíritu y en verdad.