Qué Hizo Jesús Para Prepararse Espiritualmente?

Qué Hizo Jesús Para Prepararse Espiritualmente

Para reflexionar sobre la Cuaresma Jesús se prepara en el desierto. por Marcelo A. Murúa ” El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo, y después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.

» Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. » Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo.

Y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios dará ordenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus pies no tropiecen en piedra alguna. » Jesús replicó: «Dice también la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.

» A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. Y le dijo: «Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras. Jesús le dijo: «Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás.

» Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a servirle. ”                                                 Mt. 4, 1-11 Pistas para la reflexión

  • Cuaresma, tiempo de preparación personal y comunitaria para vivir la Semana Santa y la Pascua del Señor en nuestras vidas.
  • Al comienzo de cada Cuaresma la Iglesia nos presenta a Jesús que, antes de iniciar su vida de predicación, se retira al desierto para prepararse.
  • Los evangelios coinciden al señalar cómo la iniciativa del desierto corresponde al Espíritu de Dios. El conduce a Jesús al desierto. Es importante tenerlo en cuenta para disponerse en las manos del Espíritu y dejar ser llevado por El. Una verdadera vida espiritual consiste en un camino de despojo en las manos de Dios, para que El guíe nuestros pasos, y seamos sencillos instrumentos para hacer su voluntad.
  • La preparación de Jesús en el desierto consiste en ayuno y oración. Para anunciar el Reino hace falta el encuentro personal con Dios, y el desierto, el silencio personal, cierta ascesis (sacrificio) y la oración son el camino de Jesús.
  • Las tentaciones prefiguran los desafíos que Jesús deberá afrontar en su vida. Seguir la voluntad de Dios o hacer la suya propia. Es interesante notar que ante cada tentación Jesús responde con la Palabra de Dios. La fuerza para superar las tentaciones la tenemos cerca: es la Palabra de Dios meditada en el corazón y vivida cada día.

Para compartir con nuestra comunidad Preguntas para partir de la vida ¿Conoces algún desierto? Comentale a tus compañeros cómo es, qué características tiene. Preguntas para profundizar el evangelio • ¿Qué papel desempeña el Espíritu en el relato? Recordar otros momentos de la vida de Jesús en los que el Espíritu esté presente. • Observar las tentaciones. ¿Con qué aspectos de la vida están relacionadas cada una? Intenta pensar en ellas aplicándolas a tu vida.

Preguntas para pensar en la oración ¿Qué puedes hacer para iniciar un tiempo de desierto en tu vida, en preparación para la próxima Pascua? Para orar juntos C ondúcenos al desierto, Espíritu de Jesús. Toma nuestra mano y guíanos al encuentro con el Señor.

Invítanos al silencio para aprender a escuchar su voz. Enséñanos a dialogar para llamar a Dios Papá y discernir cuál es su voluntad para nuestra vida. Condúcenos al desierto, para estar a solas con el Señor, para saborear su presencia y aprender a gustar su compañía. com ofrecen una alternativa de Formación Bíblica Pastoral por Internet

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¿Qué hizo para prepararse espiritualmente?

Muchos de nosotros hemos reflexionado en cómo prepararnos para las tormentas. Hemos visto y sentido el dolor de mujeres, hombres y niños, de los ancianos y de los débiles atrapados en los huracanes, los maremotos, las guerras o las sequías. Nuestra reacción suele ser: “¿Cómo puedo prepararme?”.

  • Entonces nos entran las prisas por comprar y hacer acopio de aquello que creemos que podríamos necesitar el día que nos enfrentemos con esos desastres;
  • Pero hay una preparación aún más importante que debemos acometer ante las pruebas que, ciertamente, todos vamos a tener;

Esa preparación debe comenzar cuanto antes, pues requiere tiempo. Lo que necesitaremos entonces no se puede comprar ni pedir prestado, no se almacena y es preciso utilizarlo con regularidad y frecuencia. Lo que necesitaremos en el tiempo de nuestra prueba será una preparación espiritual.

Para superar la prueba de la vida de la que depende toda nuestra eternidad es necesario haber desarrollado una poderosa fe en Jesucristo. Esa prueba forma parte del propósito que Dios tenía reservado para nosotros durante la Creación.

Gracias al profeta José Smith tenemos la descripción que el Señor hace de dicha prueba. Nuestro Padre Celestial creó el mundo con la ayuda de Su Hijo Jesucristo, y éstas son las palabras que describen el objeto de la Creación: “Descenderemos, pues hay espacio allá, y tomaremos de estos materiales y haremos una tierra sobre la cual éstos puedan morar; y con esto los probaremos, para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare” 1.

  1. La gran prueba de esta vida es ver si daremos oídos a los mandamientos de Dios y los obedeceremos en medio de las tormentas de la vida;
  2. No se trata tanto de soportar las tormentas como de hacer lo justo en medio de ellas;

La gran tragedia de la vida es no superar esa prueba y, por tanto, no hacernos merecedores de regresar en gloria a nuestro hogar celestial. Somos la progenie espiritual de un Padre Celestial que nos amó y enseñó antes de que naciéramos en este mundo. Nos dijo que deseaba darnos todo lo que Él tenía, pero que para ello, era preciso obtener un cuerpo terrenal y ser probados.

Por causa del cuerpo, padeceríamos dolor, enfermedades y la muerte. Quedaríamos sujetos a las tentaciones mediante los deseos y las debilidades propias del cuerpo mortal. Las sutiles y poderosas fuerzas del mal intentarían que cediésemos a esas tentaciones.

La vida tendría tormentas en medio de las cuales deberíamos tomar decisiones basándonos en la fe en lo que no veríamos con el ojo natural. Se nos prometió que tendríamos a Jehová, Jesucristo, como nuestro Salvador y Redentor. Él aseguraría la resurrección de todo el género humano y posibilitaría que pasáramos la prueba de la vida si ejercíamos la fe en Él por medio de la obediencia.

  1. Nos regocijamos todos al oír tan buenas nuevas;
  2. En un pasaje del Libro de Mormón, otro testigo de Jesucristo, se describe la dificultad de la prueba y lo que hará falta para pasarla: “Anímense, pues, vuestros corazones, y recordad que sois libres para obrar por vosotros mismos, para escoger la vía de la muerte interminable, o la vía de la vida eterna;

“Por tanto, mis amados hermanos, reconciliaos con la voluntad de Dios, y no con la voluntad del diablo y la carne; y recordad, después de haberos reconciliado con Dios, que tan sólo en la gracia de Dios, y por ella, sois salvos. “Así pues, Dios os levante de la muerte por el poder de la resurrección, y también de la muerte eterna por el poder de la expiación, a fin de que seáis recibidos en el reino eterno de Dios, para que lo alabéis por medio de la divina gracia.

  • Amén” 2;
  • Será necesario tener una fe inquebrantable en el Señor Jesucristo para escoger el camino que conduce a la vida eterna;
  • Por medio del ejercicio de esa fe, conoceremos la voluntad de Dios;
  • Al actuar movidos con esa fe desarrollaremos entereza para hacer la voluntad de Dios;

Y al ejercer esa fe en Jesucristo resistiremos la tentación y obtendremos el perdón por medio de la Expiación. Será necesario haber desarrollado y nutrido esa fe en Jesucristo mucho antes de que Satanás nos golpee, como lo hará, con las dudas y apele a nuestros deseos carnales, y con la voz de la mentira nos diga que lo bueno es malo y que no hay pecado.

  1. Esas tormentas ya están arreciando y, hasta que el Salvador vuelva, no harán sino empeorar;
  2. No importa cuánta fe en Dios tengamos ahora, será preciso fortalecerla continuamente y mantenerla fresca;
  3. Eso se hace al decidir en este momento ser más prestos para obedecer y tener mayor determinación para perseverar;

Aprender a comenzar con tiempo y perseverar son las claves de la preparación espiritual, mientras que la postergación y la inconstancia son sus más mortíferos enemigos. Permítanme sugerirles cuatro escenarios en los cuales practicar una obediencia rápida y firme.

Uno es el mandamiento de deleitarse en la palabra de Dios. Otro es orar siempre. El tercero es el mandamiento de ser pagador de un diezmo íntegro. Y el cuarto es huir del pecado y de sus terribles efectos. Cada uno requiere fe para comenzar y luego perseverar, y en conjunto podrán fortalecer su capacidad para conocer y obedecer los mandamientos del Señor.

Ya contamos con la ayuda del Señor para comenzar. En agosto, el presidente Gordon B. Hinckley nos prometió lo siguiente si leíamos el Libro de Mormón de principio a fin antes de terminar el año: “Sin reservas les prometo que, si cada uno de ustedes sigue ese sencillo programa, sin tener en cuenta cuántas veces hayan leído antes el Libro de Mormón, recibirán personalmente y en su hogar una porción mayor del Espíritu del Señor, se fortalecerá su resolución de obedecer los mandamientos de Dios y tendrán un testimonio más fuerte de la realidad viviente del Hijo de Dios” 3.

Ésa es la mismísima promesa del aumento de fe que precisamos para estar preparados espiritualmente; pero si demoramos el comienzo de la obediencia a esa invitación inspirada, el número de páginas que deberemos leer cada día será cada vez mayor.

Si dejamos de leer aunque tan sólo sea por algunos días, aumentará el margen para el fracaso. Por eso decidí leer más de lo que había previsto para cada día a fin de poder optar a las bendiciones prometidas del espíritu de resolución y del testimonio de Jesucristo.

Cuando diciembre llegue a su fin, habré aprendido a actuar en cuanto reciba un mandamiento de Dios y a perseverar en la obediencia. Es más, al leer el Libro de Mormón, oraré para que el Espíritu Santo me ayude a saber lo que Dios espera de mí.

De hecho, se nos promete que esta súplica tiene respuesta en el propio libro: “Deleitaos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer” 4. Obedeceré sin dilación lo que me indique el Espíritu Santo al leer el Libro de Mormón y meditar en él.

Cuando termine el proyecto en diciembre, habré tenido muchas experiencias que habrán fortalecido mi fe para ser obediente; así se fortalecerá mi fe. Y conoceré por propia experiencia el resultado que se obtiene al acudir a las Escrituras con tiempo y constancia para saber lo que Dios desea que yo haga y luego hacerlo.

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Si actuamos así, estaremos mejor preparados para cuando lleguen las tormentas rigurosas. Entonces podremos elegir qué hacer después del 1º de enero. Podremos escoger suspirar aliviados y decirnos: “He almacenado una gran reserva de fe al haber comenzado con tiempo y perseverado en la obediencia.

  1. La conservaré para cuando me enfrente con las pruebas al llegar las tormentas”;
  2. Hay una manera mejor de prepararse, porque la gran fe caduca en breve si no se fortalece de continuo;
  3. Podríamos optar por seguir estudiando las palabras de Cristo en las Escrituras y las enseñanzas de los profetas vivientes;

Eso es lo que voy a hacer. Retomaré la lectura del Libro de Mormón y beberé de él abundante y frecuentemente. Entonces me sentiré agradecido por lo que habrán hecho el reto y la promesa del profeta para enseñarme cómo tener más fe y conservarla. La oración personal puede también incrementar nuestra fe para hacer lo que Dios nos mande.

Se nos manda orar siempre para no ser vencidos. Parte de la protección que vamos a precisar consistirá en la intervención directa de Dios, pero la mayor parte de esa protección será el resultado de edificar nuestra fe para obedecer.

Podemos orar diariamente para saber lo que Dios desea que hagamos. Podemos comprometernos a empezar a hacerlo de inmediato en cuanto recibamos la respuesta. Mi experiencia me dice que Él siempre contesta tales peticiones. Entonces debemos elegir obedecer. Sólo así edificaremos la fe suficiente para no ser vencidos, y tendremos la fe necesaria para regresar una y otra vez en busca de más instrucción.

  • Cuando lleguen las tormentas, estaremos preparados para ir y hacer lo que mande el Señor;
  • El Salvador ejemplificó sobremanera la oración sumisa;
  • Mientras efectuaba la Expiación en el huerto de Getsemaní, oró para que se hiciera la voluntad de Su Padre;

Él sabía que la voluntad de Su Padre suponía el que Él hiciese algo tan doloroso y tan terrible que nosotros no podemos comprenderlo. Oró no sólo para aceptar la voluntad del Padre, sino para hacerla, mostrándonos así la manera de orar con una sumisión perfecta y resoluta.

El principio de ejercer fe con antelación y perseverancia se aplica también al mandamiento del pago del diezmo. No conviene aguardar hasta el ajuste anual de diezmos para decidir ser pagador de un diezmo íntegro; podemos decidirlo ahora.

Lleva tiempo aprender a controlar nuestros gastos con fe en que lo que tenemos procede de Dios. Hace falta fe para pagar nuestro diezmo sin demora ni postergación. Si decidimos ahora ser pagadores de un diezmo íntegro y somos firmes en su pago, recibiremos bendiciones durante todo el año y también en el momento del ajuste anual.

  • Al decidir ahora mismo ser pagador de un diezmo íntegro, y gracias a nuestro empeño constante en obedecer, nuestra fe se verá fortalecida y, con el tiempo, nuestro corazón se ablandará;
  • Es ese cambio en el corazón gracias a la expiación de Jesucristo, más que el hecho de entregar nuestro dinero o bienes, lo que posibilita al Señor prometer a los pagadores de un diezmo íntegro el recibir protección en los últimos días 5;

Podremos tener confianza en que seremos merecedores de esa bendición de protección si nos comprometemos ahora a pagar un diezmo íntegro y somos constantes al hacerlo. Ese mismo poder de decidir con tiempo ejercer la fe y ser perseverantes en la obediencia se aplica a obtener la fe indispensable para resistir la tentación y recibir el perdón.

El mejor momento para resistir la tentación es “anticipadamente”, mientras que el mejor momento para arrepentirse es “ahora”. El enemigo de nuestra alma pondrá pensamientos en nuestra mente para tentarnos.

Decidamos con antelación ejercer la fe para expulsar los malos pensamientos antes de actuar llevados por ellos. También podemos decidir actuar con prontitud para arrepentirnos cuando pecamos antes de que Satanás debilite nuestra fe y nos atrape. Siempre es preferible buscar el perdón en el momento mismo a hacerlo posteriormente.

  1. Cuando mi padre estaba postrado en el que sería su lecho de muerte, le pregunté si no creía que era el momento de arrepentirse y orar suplicando el perdón de cualquier pecado que tuviera sin haberlo resuelto con Dios;

Puede que mis palabras le transmitieran la idea de que tal vez podría tener miedo a la muerte y al Juicio final, pero se limitó a reírse y me dijo: “Ah, no, Hal. Ya me he arrepentido por el camino”. El decidir ahora ejercer la fe y perseverar en la obediencia, con el tiempo, será una fuente de gran fe y certeza.

Ésa es la preparación espiritual que todos necesitaremos; y con ella estaremos preparados para recibir, en los momentos de crisis, la promesa del Señor: “Si estáis preparados, no temeréis” 6. Así será cuando nos enfrentemos con las tormentas de la vida y con la perspectiva de la muerte.

Nuestro amoroso Padre Celestial y Su Hijo Amado nos han dado toda la ayuda posible para superar la prueba de la vida. Pero es indispensable decidir obedecer y luego hacerlo. Edificamos la fe para pasar las pruebas de la obediencia con el tiempo y por medio de las decisiones diarias.

Podemos decidir ahora hacer sin dilación lo que Dios nos pida y también podemos decidir ser firmes y constantes en las pequeñas pruebas de obediencia que edifican la fe que precisamos para superar las grandes pruebas, que ciertamente vendrán.

Sé que ustedes y yo somos hijos de un Padre Celestial amoroso. Sé que Su Hijo Jesucristo vive y que Él es nuestro Salvador, y que pagó el precio de todos nuestros pecados. Él resucitó, y Él y nuestro Padre Celestial aparecieron al joven José Smith. Sé que el Libro de Mormón es la palabra de Dios y que fue traducido por el don y el poder de Dios.

También sé que ésta es la Iglesia verdadera de Jesucristo. Sé que por medio del Espíritu Santo podemos aprender lo que Dios desea que hagamos y testifico que Él puede darnos el poder de hacer lo que nos pida, cualesquiera que sean las pruebas que sobrevengan.

Ruego que escojamos obedecer al Señor con prontitud, siempre, tanto en los momentos de calma como en las tormentas. Si lo hacemos, nuestra fe se fortalecerá, hallaremos paz en esta vida y obtendremos la certeza de que nosotros y nuestras familias seremos merecedores de la vida eterna en el mundo venidero.

¿Qué es lo que hizo Jesús?

Milagros relatados en los evangelios – La resurrección de Lázaro por Giotto di Bondone (siglo XIV ). Según los evangelios, durante su ministerio Jesús realizó varios milagros. En total, en los cuatro evangelios canónicos se narran veintisiete milagros, de los cuales catorce son curaciones de distintas enfermedades, cinco exorcismos , tres resurrecciones, dos prodigios de tipo natural y tres signos extraordinarios.

  • Los evangelios narran las siguientes curaciones milagrosas obradas por Jesús:
  1. Sanó la fiebre de la suegra de Pedro , en su casa en Cafarnaúm , tomándola de la mano (Mc 1,29-31; Mt 5,14-15; Lc 4,38-39);
  2. Sanó a un leproso galileo mediante la palabra y el contacto de su mano (Mc 1,40-45; Mt 8,1-4; Lc 5,12-16);
  3. Sanó a un paralítico en Cafarnaúm que le fue presentado en una camilla y al que había perdonado sus pecados, ordenándole que se levantara y se fuera a su casa (Mc 2, 1-12; Mt 9,1-8; Lc 5,17-26);
  4. Sanó a un hombre con la mano seca en sábado en una sinagoga, mediante la palabra (Mc 3,1-6; Mt 12,9-14;Lc 6,6-11);
  5. Sanó a una mujer que padecía flujo de sangre, que sanó al tocar el vestido de Jesús (Mc 5,25-34; Mt 9,18-26; Lc 8,40-56);
  6. Sanó a un sordomudo en la Decápolis metiéndole los dedos en los oídos, escupiendo, tocándole la lengua y diciendo: «Effatá» , que significaría ‘ábrete’ (Mc 7,31-37);
  7. Sanó a un ciego en Betsaida poniéndole saliva en los ojos e imponiéndole las manos (Mc 8,22-26);
  8. Sanó a Bartimeo , el ciego de Jericó (Mt 20,29-34; Mc 10,46-52; Lc 18,35-45);
  9. Sanó a distancia al criado del centurión de Cafarnaúm (Mt 8,5-13, Lc 7,1-10, Jn 4,43-54; Jn 4,43-54); [ Nota 8 ] ​
  10. Sanó a una mujer que estaba encorvada y no podía enderezarse, mediante la palabra y la imposición de manos (Lc 13,10-17). Esta curación tuvo lugar también en sábado y en una sinagoga;
  11. Sanó a un hidrópico en sábado, en casa de uno de los principales fariseos (Lc 14, 1-6).
  12. Sanó a diez leprosos, que encontró de camino a Jerusalén, mediante la palabra (Lc 17,11-19).
  13. Sanó a un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo, en Jerusalén, en sábado (Jn 5,1-9).
  14. Sanó a un ciego de nacimiento untándolo con lodo y saliva, tras lo cual le ordenó lavarse en la piscina de Siloé (Jn 9,1-12).
  15. Sanó la oreja de un siervo del sumo sacerdote (Lc 22,51)
  • En los evangelios canónicos aparecen cinco relatos de expulsiones de espíritus impuros ( exorcismos ) realizados por Jesús:
  1. Expulsó a un demonio en la sinagoga de Cafarnaúm (Mc 1,21-28; Lc 4,31-37);
  2. Expulsó a otro en la región de Gerasa (Mt 8,28-34; Mc 5,1-21; Lc 8,26-39);
  3. Expulsó a otro que poseía a la hija de una mujer sirofenicia (Mt 15,21-28; Mc 7,24-30);
  4. Expulsó a otro que atormentaba a un epiléptico (Mt 17,20-24; Mc 9,14-27; Lc 9,37-43);
  5. Expulsó a un «demonio mudo» (Lc 11,14; Mt 12,22).

Además, hay varios pasajes que hacen referencia de modo genérico a exorcismos de Jesús (Mc 1,32-34;Mc 3,10-12).

  • Según los evangelios, Jesús obró tres resurrecciones :
  1. Resucitó a una niña de doce años, la hija de Jairo (Mc 5,21-24, Mt 9,18-26, Lc 8,40-56). Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo dormida (Mt 9,24;Mc 5,39;Lc 8,52).
  2. Resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17).
  3. Resucitó a Lázaro de Betania (Jn 11,1-44).
  • Jesús obró también, según los evangelios, dos prodigios de tipo natural, en los que se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas naturales (el mar y el viento) a su autoridad.
  1. Jesús ordenó a la tempestad que se calme y esta obedece (Mt 8,23-27; Mc 4,35-41; Lc 8,22-25).
  2. Jesús caminó sobre las aguas (Mt 14,22-33; Mc 6,45-52; Jn 6,16-21).
  • Tres signos extraordinarios, que tienen un sentido acusadamente simbólico:
  1. Multiplicación de los panes y los peces. Es el único de todos los milagros de Jesús que es registrado por todos los evangelios (Mc 6,32-44; Mt|14,13-21; Lc 9,10-17; Jn 6,1-13). Ocurre en dos ocasiones según el Evangelio de Marcos (8,1-10) y el Evangelio de Mateo (15,32-39);
  2. la pesca milagrosa (Lc 5,1-11; Jn 21,1-19);
  3. la conversión del agua en vino en las bodas de Caná (Jn 2,1-11).

En esos tiempos, los escribas, fariseos y otros, atribuyeron a una confabulación con Belcebú este poder de expulsar a los demonios. Jesús se defendió enérgicamente de estas acusaciones. [ 32 ] ​ Según los relatos evangélicos, Jesús no solo tenía el poder de expulsar demonios, sino que transmitió ese poder a sus seguidores. [ 33 ] ​ Incluso se menciona el caso de un hombre que, sin ser seguidor de Jesús, expulsaba con éxito demonios en su nombre.

¿Cómo debemos prepararnos como familia para el día de la venida de Jesús sabemos cuándo va a ser ese día?

Estamos en los últimos días y debemos permanecer alerta a las señales de la segunda venida del Salvador. – Diré a los Santos de los Últimos Días, como élder de Israel y como Apóstol del Señor Jesucristo, que nos acercamos a algunos de los juicios más terribles que Dios haya derramado sobre el mundo.

  1. Fíjense en las señales de los tiempos, en la señal de la venida del Hijo del Hombre, que han empezado a manifestarse tanto en el cielo como en la tierra… Estamos acercándonos a ellas;
  2. Todo lo que tienen que hacer los Santos de los Últimos Días es ser calmos, cuidadosos y prudentes ante el Señor, fijarse en las señales de los tiempos y ser verídicos y fieles; y cuando todo haya pasado, comprenderán muchas cosas que hoy no comprenden… Estamos en la última dispensación y el cumplimiento de los tiempos;
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Es una época maravillosa y los ojos de todo el cielo están fijos en nosotros, así como los ojos de Dios mismo y de todos los patriarcas y profetas. Ellos están observándolos con gran interés en su bienestar; y nuestros profetas que fueron asesinados y sellaron su testimonio con su sangre están con los Dioses, rogando por sus hermanos.

  • Por lo tanto, seamos fieles, dejemos esos acontecimientos en manos de Dios y, si cumplimos nuestro deber, Él nos cuidará 4;
  • El Señor Jesucristo viene a reinar en la tierra;
  • El mundo tal vez diga que Él demorará Su venida hasta el fin de la tierra;

Pero la gente del mundo no conoce los pensamientos ni los caminos del Señor. Él no demorará Su venida a causa de la incredulidad de ellos, y las señales tanto del cielo como de la tierra indican que está cercana. Las higueras están cubriéndose de hojas a la vista de todas las naciones de la tierra [véase José Smith—Mateo 1:38–40], y si tuvieran el Espíritu de Dios, las verían y comprenderían 5. Imagen Second coming of Christ “El Señor Jesucristo vendrá a reinar en la tierra. El Señor no demorará Su venida”.

¿Cómo nos preparamos espiritualmente para recibir la Navidad?

¿Qué es estar preparado espiritualmente?

Estamos en el tiempo de la espera, tiempo de la preparación, tiempo de la conversión a la venida del Señor que viene lleno de poder, lleno de gozo, lleno de esplendor, lleno de fuerza, lleno de Luz. ¿Qué significa prepararnos para la venida del Señor? Significa buscar intensamente al Señor de la vida, al Señor de la historia en lo profundo de nuestro corazón; significa animarnos a que la gracia de Dios penetre en lo profundo de nuestra vida y de nuestra historia.

El Señor va a venir y debemos estar preparados. ¿Cómo nos preparamos para esperar la venida del Señor, que viene en la condición frágil de un niño, pero lleno de poder, lleno de bondad, lleno de amor? Debemos darnos tiempo para estar preparados y es un camino necesario que debemos de asumir como creyentes, como cristianos.

Es un camino que debemos hacer para poder alcanzar la plenitud de lo que el Señor nos ofrece en la persona de su hijo Jesús, allí en el pesebre, en ese lugar que va a elegir para nacer, en el pesebre de nuestro corazón. Pero debemos estar prevenidos, debemos prepararnos constantemente, en las obras cotidianas, en la oración, en los gestos concretos que podemos hacer a nuestro prójimo, reconociendo en ellos el rostro visible de Jesucristo.

  1. Hoy hay muchos crucificados por el dolor, por la pena, por la angustia, por la soledad, otros privados de libertad, y tantos otros que caminan sin rumbo, sin saber dónde está el Señor;
  2. Por eso es que, este tiempo que comenzamos, sea tiempo de la esperanza en el Señor, de su promesa, la promesa de alcanzar la vida en plenitud, asumiendo y viviendo nuestro ser cristianos, llevando el amor de Dios a todos los hombres, en todos los lugares, allí donde el Señor nos envíe;

Que este tiempo sea realmente el tiempo propicio para volver fuertemente la mirada hacia el Señor y que no tardemos nunca en buscarlo, sobre todo cuando nos sentimos solos, tristes o cuando hemos perdido el sentido de la vida. Que el Señor sea luz y guía para nuestros pasos.

Como dice San Pablo: “Que dejemos las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz” (Rom. 13, 12). Tenemos que estar en vela, en la construcción de la paz. Es muy tentador tranquilizar nuestra conciencia, creyendo que somos “buenas personas”, que queremos y buscamos la paz y que son los otros “los malos” que no la desean, ni la hacen posible.

Por lo general, cada uno de nosotros tiene una imagen interesada de la paz y, en realidad, lo que buscamos es un orden de cosas tranquilo donde se cumplan nuestros intereses individuales y políticos. Es por eso que hemos de escuchar una vez más la llamada a “despertar” (Mt.

24, 42) y abrir los ojos. Hemos de preguntarnos si realmente queremos la paz aunque no responda completamente a nuestros objetivos individuales o de grupo. Caminar hacia una paz justa y verdadera para todos, solo será posible sí sabemos escucharnos y buscar juntos lo que hay de justo y bueno en los diversos planteamientos.

El autor es sacerdote católico..

¿Qué significa la palabra preparación en la Biblia?

La palabra preparar viene del latín praeparare, formada del prefijo prae- (pre- antes) y el verbo parare (disponer, dejar listo). Entonces, preparar sería lo que se hace antes de disponer.

¿Qué lecciones prácticas enseño Jesús?

Las enseñanzas de Jesús: Un modelo divino – Dentro de las enseñanzas de Jesucristo encontramos el plan para nuestra felicidad, redención y salvación. Este modelo divino incluye la fe en Cristo, el arrepentimiento, el bautismo, guardar los mandamientos de Dios, recibir el Espíritu Santo y perseverar hasta el fin.

Jesucristo enseñó estos principios salvadores, los cuáles son el fundamento de su Evangelio. Poco después de su bautismo llevado a cabo por Juan el Bautista, Jesús enseñó su Evangelio y describió cómo ser un discípulo en un poderoso sermón llamado el Sermón del Monte.

El hombre debe prepararse espiritualmente – MENSAJES SUD

En este poderoso sermón enseñó a la humanidad la manera de vivir como sus discípulos. Durante este preciado sermón, Jesús presentó una nueva norma de rectitud con base en los Diez Mandamientos. “No matarás” ya no era suficiente. Cristo requería que sus seguidores rechazaran el odio, que perdonaran e inclusive que amaran a sus enemigos.

Le pidió a la gente que cambiara su corazón así como sus acciones. En el Sermón del Monte, Jesús también dio ocho enseñanzas importantes llamadas las Bienaventuranzas. La palabra bienaventuranza significa bendición suprema o felicidad exaltada.

Las bienaventuranzas resaltan las asombrosas bendiciones prometidas que vienen cuando desarrollamos ciertos rasgos justos. Haz clic a través de un resumen de las Bienaventuranzas a continuación: Qué Hizo Jesús Para Prepararse Espiritualmente Bienaventurados los pobres en espíritu Jesús enseña que el reino de los cielos es para los que se humillan. Mateo 5:3 Qué Hizo Jesús Para Prepararse Espiritualmente Bienaventurados los mansos A los que son enseñables, pacientes, humildes etc. , se les promete “heredar la tierra”. Mateo 5:5 Bienaventurados los misericordiosos Jesús dijo: “Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36), es decir, aquellos que muestran misericordia también la recibirán. Mateo 5:7 Bienaventurados los pacificadores Aquellos que hagan las paces entre sí, dijo Jesús, “serán llamados hijos de Dios”. Mateo 5:9 Bienaventurados los que lloran Jesús promete que aquellos que lloran y se vuelven a Él encontrarán el consuelo que buscan. Mateo 5:4 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia A los que buscan la justicia se les promete que quedarán satisfechos debido a su deseo fiel. Mateo 5:6 Bienaventurados los limpios de corazón Aquellos que se esfuerzan por mantener la bondad en sus corazones y mentes, Jesús dice, “verán a Dios”. Mateo 5:8 Bienaventurados los que padecen persecución Cuando se persigue a las personas por vivir con rectitud, Jesús declara que “de ellos es el reino de los cielos”. Mateo 5:10 Debido a la compasión y percepción divina de Cristo, Él era capaz de entender de una forma única a las personas que enseñaba y hablarles convincentemente a través de palabras simples y también por medio de parábolas. El uso de parábolas era un método de enseñanzas poderoso que encajaba con la tradición de su tiempo.

  1. Estas historias sencillas y a la vez excepcionales, representan un tercio de sus enseñanzas en la Biblia;
  2. El poder único de las parábolas es que contienen varios grados de significado y se pueden entender en niveles diferentes dependiendo de la preparación espiritual y sensibilidad del lector;

Sus parábolas enseñan lecciones importantes que aún se aplican en nuestro tiempo. Haz clic a través de un resumen de las parábolas de Jesús que se encuentra a continuación. Jesús enseñó que todo aquel que escoja venir a Él y trabajar en su viña tiene la oportunidad de recibir grandes bendiciones. (véase Mateo 20:1–16) Jesús nos enseñó la importante lección del perdón al preguntar: “¿No debías tú también haber tenido misericordia de tu consiervo, así como yo tuve misericordia de ti?”. (véase Mateo 18:33) Jesús enseñó que debemos amar a nuestro prójimo. La parábola del buen samaritano enseña que nuestro prójimo puede ser cualquier persona, incluso desconocidos o enemigos. (véase Lucas 10:25–37) Toda persona que se vuelva a Cristo recibirá su amorosa aceptación, independientemente de lo que haya hecho (véase Lucas 15: 11–32). A través de sus acciones, y específicamente milagros, Jesús enseñó lecciones importantes sobre la fe, el amor y la habilidad de Dios para hacer cosas grandiosas de nuestras ofrendas más humildes. Por ejemplo, cuando una multitud de 5. 000 hombres y un número desconocido de mujeres y niños se reunieron a su alrededor cerca de Betsaida, Jesucristo los alimentó a todos con dos pescados y cinco panes.

  1. Oportunidades similares para enseñar— a veces mediante milagros y a veces mediante sus acciones, surgieron cuando se encontró con leprosos, hombres ricos, la mujer del pozo y los fariseos;
  2. Él enseñó en reuniones religiosas y sociales, enseñó a los afligidos al sanarlos, enseñó a los poderosos al reprenderlos y enseñó a los pecadores al perdonarlos;

Jesús continúa realizando milagros incluso hoy. Sus milagros inspiran relatos que pueden ayudarnos a acercarnos más a Él, y a medida que lo conocemos, podemos experimentar los efectos milagrosos de sus enseñanzas y de su gracia en nuestras vidas. Explora los milagros de Jesús en el deslizador abajo. “Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa” (Mateo 9:27–31). “Y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Y cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que, mientras iban, fueron limpiados” (Lucas 17:12–19). Él sanó al enfermo y al afligido “Y cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante ella se enderezó y glorificaba a Dios” (Lucas 13:11–17). “He aquí que sacaban a un difunto, unigénito de su madre, que era viuda…Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: No llores…Y dijo: Joven, a ti te digo, ¡levántate! Entonces se incorporó el que había muerto” (Lucas 7:12–15). Él convirtió el agua en vino “Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Entonces les dijo: Sacad ahora y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Y… el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era” (Juan 2:1–11). “Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar” (Mateo 14:25). Él alimentó a miles con poco alimento “Y tomando los cinco panes y los dos peces, y mirando al cielo, bendijo y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió entre todos los dos peces. Y comieron todos y se saciaron” (Marcos 6:34–44).

¿Qué mostró Jesús por medio de su primer milagro?

Resumen – Si alguien nos preguntara cuál fue el primer milagro que hizo Jesús, no dudaríamos en responder que fue el del agua convertida en vino durante una fiesta de bodas, en la ciudad de Caná de Galilea. El mismo evangelio de San Juan lo dice expresamente: «Éste fue el primer signo que hizo Jesús, en Caná de Galilea, con el cual mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él» (Jn 2,11).

  • Sin embargo, para los otros tres evangelistas (Mateo, Marcos y Lucas), ése no fue el primer milagro realizado por Jesús;
  • Más aún: ni siquiera se enteraron de ese milagro;
  • Para ellos no existe;
  • Y en su lugar cada uno relata otro «primer» milagro;

Así, en San Marcos (y San Lucas) figura la curación de un endemoniado en la sinagoga de Cafarnaún. Y en San Mateo, la curación de un leproso luego del sermón de la montaña. © 2021 Razón y fe. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta revista por cualquier procedimiento electrónico o mecánico, sin permiso escrito de la editorial..

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¿Qué hizo Jesús cuando creció?

Seguir a Jesús Imagen Imagen Imagen Jesús nació como un pequeño bebé. ¡Yo también fui un bebé! María y José ayudaron a cuidar de Jesús. ¿Quién me ayuda a mí? Jesús creció de la misma manera en la que estoy creciendo. Creció en sabiduría. Eso quiere decir que Él aprendió cosas nuevas. Jesús creció en estatura. Esto significa que su cuerpo creció.

Él creció en gracia para con Dios. Eso quiere decir que Él aprendió acerca del Padre Celestial. Aprendió a orar. Leyó las Escrituras. Jesús creció en gracia para con los hombres. Eso significa que Él hizo nuevos amigos.

Él era amable con los demás. Ayudaba a su familia. Puedo ayudar a mi mente y a mi cuerpo a crecer. Puedo aprender a seguir a Dios. Puedo ser un buen amigo. Creceré de buenas maneras, ¡tal como Jesús lo hizo!.

¿Donde dice la Biblia que debemos estar preparados?

A fin de prepararnos para la venida del Señor, debemos velar y orar y poner en orden nuestra casa – Hay muchos acontecimientos en el mundo de hoy que indican que el día grande del Señor se está aproximando, cuando el Redentor aparecerá de nuevo para establecer Su reino en rectitud en preparación para el reinado milenario.

Mientras tanto, el deber de los miembros de la Iglesia es procurar conocimiento, y prepararse mediante el estudio y la fe para el inicio de ese día grande y glorioso 13. No tenemos que preocuparnos por los tiempos y la época en que Cristo vendrá, pero sí tenemos que velar, orar y estar preparados 14.

A veces me molesto con algunos de nuestros élderes que, al discursar, dicen que el Señor vendrá cuando todos seamos lo suficientemente rectos para recibirlo. El Señor no va a esperar a que nos volvamos rectos. Cuando Él esté listo para venir, vendrá —cuando la copa de iniquidad esté llena— y si en ese momento no somos rectos, sencillamente será una lástima para nosotros, porque seremos clasificados entre los impíos, y seremos cual rastrojo que se barrerá de la faz de la tierra, porque el Señor dice que la iniquidad no permanecerá 15.

  1. ¿Seguiremos dormidos en total ignorancia o indiferencia ante todo lo que el Señor nos ha advertido? Yo les digo: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor;
  2. “Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría y no dejaría minar su casa;

“Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” ( Mateo 24:42–44 ). Ruego que hagamos caso de esa advertencia que dio el Señor y pongamos nuestra casa en orden y estemos preparados para la venida de Él 16.

¿Cómo puedo preparar mi corazón para recibir de la mejor manera al Niño Dios?

Hemos comenzado ya una época muy especial: la preparación de la Navidad. – Por Mariana Stevenazzi. 17 diciembre, 2018. Qué Hizo Jesús Para Prepararse Espiritualmente ¿De qué tipo de preparación se trata? Nuestras casas se visten de fiesta, adornamos con guirnaldas, coronas, luces, árbol y el infaltable nacimiento. Y es que sin pesebre no hay Navidad; por ello, este debe tener un espacio y lugar privilegiados en el hogar. Ya hemos comenzado a planificar con quién pasar la el 24 en la noche o el 25. ¿Qué comeremos?, ¿cómo vestirán nuestros hijos?, ¿enviaremos tarjetas y saludos navideños?, ¿habrá regalos este año para Navidad?, ¿será Papá Noel, el Niño Dios o los Reyes Magos? y un largo etcétera.

  1. Esos son solo algunos preparativos pero, sin dudas, no son los centrales, sino más bien una manifestación externa de la preparación más importante: la de nuestro corazón para que, en él, el Niño Jesús pueda encontrar cobijo seguro y cálido;

¿Cómo preparar nuestra interioridad para la gran llegada del Niño Rey? La respuesta puede resumirse en una palabra: amando. El corazón se ensancha con el verdadero amor, y no hay mejor regalo que este para quien nos amó primero, quien nos creó por amor; por amor nos sostiene y por amor vino a este mundo para dar su vida. La lista puede ser inmensa de acuerdo a la situación de cada uno, pero me animo a dejar algunas sugerencias especialmente para preparar la Navidad con los niños:

  • Preparar junto a los pequeños de la casa el nacimiento, el árbol y la corona de adviento. Si alguna de estas cosas puede ser hecha por ellos mismos, más que ideal. Elija un lugar muy especial y visible de la casa para cada una de estas cosas como recuerdo diario del gran acontecimiento que se nos acerca.
  • Muchos padres tenemos la costumbre de leer cuentos o contar historias antes de dormir. Aprovechemos esta época para elegir historias navideñas y con transmisión de valores. Los padres más creativos pueden, incluso, inventar cuentos donde los protagonistas alrededor del pesebre sean los niños, llevando regalos de amor a Jesús.
  • Rezar todas las noches en familia frente al nacimiento. Hacer una oración sencilla, donde los más pequeños puedan dar gracias y hacer peticiones al Niño y la que podemos terminar con alguna canción o villancico. Una idea que suele gustar muchos a los niños es aprovechar ese momento de oración familiar para arropar al Niño de una manera muy especial: por cada buena acción, le acercamos a su cuna un corazón de papel (preparados con ellos); de esta manera, esperamos que el día de Navidad, el Niño Jesús pueda nacer en una cuna repleta de corazones.
  • Aprovechar el adviento para escuchar y aprender villancicos para cantar en Navidad.
  • Preparar una representación de pesebre viviente para la nochebuena donde nuestros hijos tengan el protagonismo. No importa que la “obra” salga excelente, sino que nos ayude a recordar la verdadera historia del nacimiento y que podamos estar más cerca del misterio de la nochebuena.
  • Para los más pequeños, también puede ser bonito imprimir imágenes del pesebre para pintar, hacer en casa un cuento casero sobre la llegada del Niño o manualidades para regalar a la familia en nochebuena.

Pero hay algo más que no puede faltar: estar con los más necesitados. Los primeros en visitar a Jesús fueron los pastores y la gente del lugar. Dios quiso que así fuera, quiso acercarse primero a ellos y nacer de la manera más humilde y sencilla, en un lugar sin comodidades. Ese tiene que ser entonces el verdadero espíritu de la Navidad.

Algunos aún se estarán preguntando ¿cómo lo hago? Oímos a menudo “amor son obras y no buenas razones”. Así que aquí tenemos la clave: hacer obras de amor. ¿Cómo acercarse a los más necesitados? El más necesitado puede estar en nuestra propia casa o cerca: un enfermo, alguien atravesando una situación difícil o triste.

Puede ser un vecino, el guardia de mi edificio o de mi calle, o la señora que trabaja en casa. También podemos buscarlo más lejos, haciendo voluntariado, labores sociales, visitando enfermos, ayudando a las madres solteras, a los niños sin hogar. En definitiva, las tan nombradas obras de misericordia que el papa Francisco ha estado promoviendo desde siempre. Qué Hizo Jesús Para Prepararse Espiritualmente Algo muy práctico y concreto que podemos hacer es regalar algo de casa a quien lo pueda estar necesitando más. No se trata solo de dar aquello que nos está sobrando, sino de elegir algo que pueda ser útil a los demás. Mis hijos me enseñan mucho en este aspecto. Cuando todas las navidades llega el momento de regalar un juguete a los niños que no tienen, ellos voluntariamente eligen los juguetes que están en buen estado e incluso aquellos que recibieron este mismo año para su cumpleaños.

además, eligen muchos. “Es que nosotros ya tenemos otros, mamá”. Que podamos prepararnos con esa sencillez, alegría y humildad tan características de los niños, sin olvidar quién es el protagonista de tanta fiesta.

Que Dios encuentre esta Navidad nuestros corazones especialmente encendidos de amor. ¡Muy feliz y Santa Navidad! El 24 tenemos una cita a la que no podemos faltar. Nos encontramos todos en el pesebre de Belén..

¿Cómo debemos prepararnos para recibir a Jesús en nuestro corazón?

El Evangelio de la misa nos trae las palabras de un hombre gentil, un centurión del ejército romano. Estas palabras están recogidas en la liturgia de la misa desde muy antiguo, y han servido para la preparación inmediata de la comunión a los cristianos de todos los tiempos: Domine, non sum dignus.

(Señor, yo no soy digno). Cuando Jesús estuvo cerca de la casa, el centurión pronunció las palabras que se repiten en todas las misas (diciendo “alma”, en lugar de “siervo”): Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi siervo quedará sano.

Una sola palabra de Cristo sana, purifica, alienta y llena de esperanza. La fe, la humildad y la delicadeza se unen en el alma de este hombre. Por esto, la Iglesia nos propone su ejemplo y sus mismas palabras como preparación para recibir a Jesús cuando viene a nosotros en la Sagrada Comunión: Señor, yo no soy digno.

  • El papa Francisco, a propósito del Evangelio de hoy, afirmó: “La Navidad no es solo un acontecimiento temporal o un recuerdo de una cosa bonita;
  • La Navidad es algo más: vamos por este camino para encontrarnos con el Señor;

¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón; con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe. El Señor, en la palabra que hemos escuchado, se maravilló de este centurión: se maravilló de la fe que él tenía.

Él había hecho un camino para encontrarse con el Señor, pero lo había hecho con fe. Por eso no solo él se ha encontrado con el Señor, sino que ha sentido la alegría de ser encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos: ¡el encuentro de la fe! Pero más allá de ser nosotros los que encontremos al Señor, es importante dejarnos encontrar por Él.

(Del libro Hablar con Dios y http://es. catholic. net).

¿Cuál es la preparacion más importante para la Navidad?

El Adviento es el período de preparación para celebrar la Navidad y comienza cuatro domingos antes de esta fiesta. Además se encuentra en el comienzo del Año Litúrgico católico.

¿Qué debemos preparar para celebrar la Navidad?

¿Qué podemos hacer para estar preparados para el Adviento?

¿Cómo nos preparamos para servir a Dios?

¿Qué hacer para fortalecer la vida espiritual?

¿Qué es la vida espiritual ejemplos?

¿Qué queremos decir por “espiritual”? – Al nacer, cuando inhala por primera vez, se convierte en un ser espiritual. Pero, ¿qué significa esto? Lo espiritual interactúa con las otras dimensiones de la vida. Funciona parecido a los informes de tránsito que recibimos durante la hora pico.

  • Detecta lo que sucede dentro de nosotros;
  • Podemos optar por ignorar los “informes” o podemos escucharlos;
  • Más aun, del mismo modo que una luz necesita electricidad para funcionar, el cuerpo humano necesita del espíritu para funcionar;

Algunas personas usan las palabras “espiritual” y “religioso” indistintamente, pero la espiritualidad es realmente un término amplio; las ideas religiosas son sólo parte de un concepto mucho mayor. Entonces, aunque la espiritualidad de algunas personas está muy relacionada con Dios o con un poder superior y puede incluir la veneración en una iglesia, sinagoga o mezquita, para otros la espiritualidad tal vez no tenga nada que ver con la religión y cosas como rezar o ir a la iglesia.

¿Qué es el entrenamiento de tipo espiritual?

Una práctica espiritual o disciplina espiritual (a menudo incluyendo ejercicios espirituales ) es la realización regular o a tiempo completo de acciones y actividades emprendidas con el propósito de inducir experiencias espirituales y cultivar el desarrollo espiritual.

Una metáfora común utilizada en las tradiciones espirituales de las grandes religiones del mundo es la de recorrer un camino. [ 1 ] ​ Por lo tanto, una práctica espiritual mueve a una persona a lo largo de un camino hacia una meta.

La meta se conoce como salvación , liberación o unión (con Dios). Una persona que camina por tal sendero es a veces referida como un caminante o un peregrino.