Que Es Pecado Según La Biblia?

Que Es Pecado Según La Biblia
Qué es el Pecado: – Se conoce como pecado a la transgresión voluntaria de la ley divina o de alguno de sus preceptos. Por otro lado, el pecado es visto como todo aquello que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido, por ejemplo; la violación de alguna ley o norma.

  1. En el ámbito de la religión , el pecado es considerado una ofensa a Dios, debido a la violación de la ley de Dios, y de los mandamientos de la iglesia, lo cual produce la ruptura de la relación entre Dios, y el individuo, lo cual debe de ser corregido a través del sacramento de la confesión y del perdón por parte de Dios;

En relación a lo anterior, las consecuencias del pecado son la lejanía de Dios, el remordimiento, aumento de las dificultades en el camino de la vida debido a la falta de la presencia de Dios, entre otras. Es por ello, la importancia por parte del individuo del arrepentimiento, y la búsqueda de la salvación en Dios.

En la Biblia , el pecado es nombrado en un sinfín de veces en el libro sagrado, tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento, empezando por el pecado original, ejecutado por Adán y Eva. Por otro lado, el pecado es el exceso o defecto en cualquier línea , puede ser considerado como aquello que demuestra maldad, o perversidad, como por ejemplo: botar la comida, existiendo tantos individuos pasando hambre, e incluso muriendo por causa de la misma.

En relación a este tema, se alude el término pecador como adjetivo que apunta a todo individuo que peca. En relación a este punto, el pecador está sujeto al pecado, o puede cometerlo. En inglés, el término pecado es “sin”. Vea también Se dice el pecado pero no el pecador.

¿Qué quiere decir la palabra pecado?

Hay pecados de pensamiento, palabra y obra. Dejo a un lado los de pensamiento y obra, para fijarme en los de palabra, entendida como principio básico de la comunicación, pero ella puede convertirse en medio de discriminación, engaño y mentira, como sabe la Biblia, que define al Diablo como el mentiroso (Jn 8, 44); no necesita matar haciendo guerras, le basta con mentir para dominar el mundo.

  1. El Apocalipsis dice que hay tres poderes destructores: La violencia militar que defiende matando; el dinero que crea riqueza esclavizando; la palabra que educa, pero que también miente y margina (Ap 13);

Y entre los tres, el más peligroso es el pecado de la palabra (la mentira que engaña, seduce, destruye). En esa línea, muchos dicen que el mundo actual se encuentra dirigido por un tipo de conocimiento (ciencia e información) al servicio del pecado, que consiste en acaparar el conocimiento para servicio propio y en mentir a los demás, para destruirles.

Los que hoy dominan el mundo, no son ya los dueños del oro, trigo o petróleo, sino los que controlan el conocimiento, excluyendo a los más pobres, y además mintiendo, para controlar a los demás, a través de unos medios de información y comunicación de masas, para su servicio.

Esto es algo que sabían ya los judíos hace más de 2500 años, cuando dijeron que el mayor “pecado” de Israel y, en especial, de sus gobernantes, jueces y sacerdotes era la mentira, una información falsa, al servicio de su riqueza. Así lo dice por ejemplo el Salmo 12:  Sálvanos, Dios, que se acaban los rectos, no hay hombres que digan verdad… no hacen más que mentir a su prójimo, hablan con labios embusteros.

y con doblez de corazón… Así dicen: con nuestra lengua somos poderosos, nuestros labios nos defienden ¿quién podrá dominarnos?. (cf. Sal 12, 2-5) Éstos son los malvados que quieren dominar el mundo a través de la mentira (o de la ocultación de la verdad, del conocimiento), engañando, dominando y marginando a los otros.

Éste no era un pecado exclusivo de hombres poderosos, como ciertos políticos y dueños de los medios de comunicación de masas, sino un pecado de todos los que utilizan la palabra (el lenguaje) para engañar a los demás, de un modo directo o indirecto, para dominarles.

  • Así dice en el Nuevo Testamento en la Carta de Santiago cuando habla del “pecado de la lengua”, afirmando que ella es como el “timón” de una nave, que puede dirigirla hacia un lado o el otro (Sant 3);
  • En esa línea condena a los que acaparan la palabra (impidiendo que otros conozcan y hablen) y, sobre todo, acusando de un modo especial a los que pervierten la verdad, pues utilizan la palabra para ocultar la verdad, para mentir, destruyendo así a los otros;

Los perversos, los más duros destructores de la vida humana eran y siguen siendo los que suscitan y propagan una cultura de mentira, imposición (no dejando que otros aprendan y hablen) y opresión, para servicio propio, dominando (esclavizando) de esa forma a los demás, en sentido personal, social e incluso religioso.

Estos perversos de la palabra no necesitan armas para dirigir la nave del mundo, como decía Santiago. Tienen un arma más más fuerte y peligrosa: La palabra que miente, que engaña, que destruye a los demás.

En contra de eso, el Dios de este salmo sigue diciendo: «Por la opresión de los pobres, por el gemido de los débiles yo me levantaré, y daré salvación a quienes están oprimidos» (Sal 12, 7). Así se opone Dios al pecado de la lengua que destruye a los débiles.

Sólo puede llamarse cristiana una comunidad que no miente, no engaña, sino que dice la verdad y ofrece a todos la palabra. Los prepotentes de la tierra “quitan” a los pobres la palabra, pero Dios se la restituye, de un modo solemne, de manera que aparezcan y sean “ricos” en palabra.

Este salmo identifica la palabra buena con un tesoro de reyes, pues ella es la auténtica riqueza, la plata más fina, el poder más alto. Así se entiende aquel pasaje en el que Pilato le pregunta a Jesús ¿tú eres rey? y Jesús le responde: Yo soy rey “porque digo la verdad” (Jn 18, 38).

Aquí vemos que la verdadera grandeza del hombre consiste en decir la verdad, no engañar, no destruir a los demás con la palabra. En ese sentido, todos hemos de ser “reyes y amigos”, como sigue diciendo Jesús: Vosotros no sois mis criados o siervos, sino mis amigos, porque yo os he dicho todo, siempre la verdad, sin mentiras (cf.

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Jn 15, 15). La verdad libera, nos hace “reyes”, hijos de Dios, amigos, hermanos. Lo contrario a la verdad es el Diablo (Jn 8, 44), que miente y mata, porque la mentira es una forma de homicidio (Jn 6, 44). Que Es Pecado Según La Biblia Xabier Pikaza Ibarrondo Ha sido profesor de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España (1973 – 2003). Casado con M. Isabel Pérez. Escritor e investigador de reconocido prestigio internacional. “Sólo puede llamarse cristiana una comunidad que no miente, no engaña, sino que dice la verdad y ofrece a todos la palabra”..

¿Cuál es el pecado más grave para Dios?

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada. Este aviso fue puesto el 28 de julio de 2009.

De acuerdo al catolicismo , un pecado serio , grave o mortal es la violación con pleno conocimiento y deliberado consentimiento de los mandamientos de Dios en una materia grave. [ 1 ] ​ Un pecado mortal puede conducir a la condenación eterna si una persona no se arrepiente del pecado antes de la muerte. Se considera que un pecado es “mortal” cuando su calidad es tal que conduce a una separación de esa persona de la gracia salvadora de Dios.

Tres condiciones deben cumplirse juntas para que un pecado sea mortal: “El pecado mortal es el pecado cuyo objeto es una materia grave y que también se comete con pleno conocimiento y consentimiento deliberado”.

Se podrían considerar como tales (si se cumplen las condiciones señaladas): el secuestro , el asesinato , el incesto , el robo , el adulterio , la violación , el aborto , el suicidio , entre otros.

¿Cuál es el origen de la palabra pecado?

La palabra ‘ pecado ‘ se asocia con la raíz indoeuropea *ped-, que significa ‘pie’ y más próximamente del latín ‘pecco’ (contracción de pedico), ‘tropezar’ y de ahí ‘cometer una falta’. Sí, pero la palabra pecado viene directamente del latín peccatum (delito, falta o acción culpable).

¿Dónde nace el pecado según la Biblia?

Qué es Pecado Original: – El término pecado original es originario de la fe cristiana y es para ellos el origen y la causa de la existencia de pecado en el mundo. La biblia cuenta que el pecado original existió en la Tierra cuando la primera pareja creada por dios, Adán y Eva, lo desobedecen al ser seducidos por la serpiente (representación del demonio), comiendo del árbol del conocimiento del bien y del mal e impregnando desde ése momento la existencia del pecado al resto de la humanidad.

¿Qué es el pecado y cuáles son sus clases?

Los pecados capitales son: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. La iglesia católica romana dividió los pecados en dos categorías principales: – Pecado venial: aquellos que son relativamente menores y pueden ser perdonados a través del sacramento.

¿Cuáles son los 7 pecados que Dios no perdona?

Los siete pecados capitales , también conocidos como los pecados cardinales o viciosos capitales , es una agrupación y categorización de las faltas humanas que, además de ser contrarias a las enseñanzas cristianas en función del objeto elegido, del fin que se busca o la intención y de las circunstancias de la acción u omisión, se cometen de modo reiterado, repetitivo o habitual oscureciendo la conciencia y distorsionando la valoración concreta de los actos humanos (conforme al Catecismo de la Iglesia Católica , 1865, 1866 y 1750).

Ellos son: la ira , la gula , la soberbia , la lujuria , la pereza , la avaricia y la envidia. El término «capital» (de caput , capitis , “cabeza”, en latín) no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados, de acuerdo con Santo Tomás de Aquino (II-II:153:4).

Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal. […] Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada.

  • Tomás de Aquino [ 1 ] ​ Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a san Juan Casiano y a san Gregorio Magno ( Mor;

31, 45). Son llamados capitales porque generan otros pecados , otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza. Al principio del cristianismo, todos los escritores religiosos ― Cipriano de Cartago , Juan Casiano , Columbano de Luxeuil , Alcuino de York ― enumeraban ocho pecados capitales. Una imagen alegórica que representa el corazón humano sujeto a los siete pecados capitales, cada uno representado por un animal (en el sentido de las agujas del reloj: sapo = avaricia; serpiente = envidia; león = ira; caracol = pereza; cerdo = gula; cabra = lujuria; pavo real = soberbia).

¿Cuáles son los 5 pecados graves?

La soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza son las siete pasiones del alma que la tradición eclesiástica ha fijado como « pecados capitales».

¿Cuáles son los pecados más comunes?

¿Qué es el pecado y sus consecuencias?

41m – El amor de Dios me plantea una duda: ¿por qué no experimento ese amor? ¿por qué, lo que nos rodea, nos habla de dolor, tristeza, sufrimiento, infelicidad, injusticia y angustia? La respuesta a esa pregunta es: el pecado. El pecado es la causa de todos los males que aquejan al hombre: nos aleja de Dios, de nuestro prójimo, del mundo en que vivimos y de nosotros mismos.

¿Cómo se puede vencer el pecado?

El arrepentimiento y la Expiación – La clave para dejar la pornografía se halla en el arrepentimiento y en la expiación de Jesucristo. El arrepentimiento proporciona fortaleza y una nueva actitud hacia Dios, hacia uno mismo y hacia la vida en general. Por medio de esa fortaleza, usted puede abandonar el pecado y poner el corazón y la voluntad de acuerdo con el plan que Dios tiene para usted.

Comience por orar sinceramente y pida ayuda con humildad. Nuestro Padre Celestial tiene la potestad de aumentar su deseo y fortaleza si suplica con verdadera intención y con la firme determinación de cambiar.

Las Escrituras lo ayudarán a comprender el poder y el amor de Dios; aumentará su fe en que Él puede fortalecerlo y librarlo de este yugo. En la medida que abandone los pecados y obedezca los mandamientos de Dios, la influencia del Espíritu regresará a su vida.

  1. La expiación de Jesucristo tiene dos potentes efectos: puede limpiarlo del pecado y fortalecerlo;
  2. El élder Dallin H;
  3. Oaks del Quórum de los Doce explicó: “Una vez que la persona ha pasado por ese proceso que da como resultado lo que las Escrituras describen como un corazón quebrantado y un espíritu contrito, el Salvador hace por él algo más que limpiarlo del pecado, le da una nueva fortaleza;
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Esa nueva fortaleza que recibimos del Salvador es indispensable para que nos demos cuenta del propósito de la purificación del pecado, que es regresar a nuestro Padre Celestial. Para ser admitidos en Su presencia, se necesita algo más que estar limpios: debemos haber cambiado de una persona moralmente débil que ha pecado a una persona fuerte y con el calibre espiritual que le permita estar en la presencia de Dios.

  • Como dice en las Escrituras, debemos convertirnos en un ‘santo por la expiación de Cristo el Señor’ (Mosíah 3:19);
  • Esto es lo que significa cuando se nos dice que una persona que se haya arrepentido de sus pecados los abandonará (D;

y C. 58:43), lo cual significa mucho más que limitarse a no repetirlos; abandonar el pecado implica que se opere un cambio absoluto” (“Sins, Crimes, and Atonement”, discurso pronunciado a instructores de religión del S. , 7 de febrero de 1992, pág. 12).

¿Cuando un pecado es grave?

“El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo, que nos llena con el lavado de la misericordia y de la gracia que fluye incesantemente desde el corazón abierto de par en par de Cristo crucificado y resucitado.

  • ” (Papa Francisco, Audiencia 19/02/2014);
  • Confesarnos, ¿por qué? La Confesión es un sacramento instituido por Jesucristo para perdonar los pecados, cuando dijo a sus apóstoles: “A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes retengáis los pecados, les serán retenidos;

(Jn, 20,23. ¿Qué es el pecado? Los pecados se distinguen según su gravedad en mortal y venial. El pecado mortal destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción grave de la ley de Dios; aparta al hombre de Dios, que es su fin último y su bienaventuranza, prefiriendo un bien inferior.

El pecado venial deja subsistir la caridad, aunque la ofende y la hiere. Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones: una acción que tiene como objeto una materia grave, cometida con pleno conocimiento (plena conciencia) y deliberado consentimiento.

Se comete un pecado venial cuando no se observa en una materia leve la medida prescrita por la ley moral, o cuando se desobedece a la ley moral en materia grave, pero sin pleno conocimiento o sin entero consentimiento. El pecado venial debilita la caridad; entraña un afecto desordenado a bienes creados; impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y la práctica del bien moral; merece penas temporales.

  1. El pecado venial deliberado y que permanece sin arrepentimiento, nos dispone poco a poco a cometer el pecado mortal;
  2. (Cfr;
  3. Catecismo de la Iglesia Católica, 1849-1864);
  4. ¿Qué se necesita para una buena Confesión?   Para hacer una buena Confesión es necesario: un diligente examen de conciencia de los pecados cometidos desde la última Confesión; la contrición o arrepentimiento; la confesión, o la acusación de los pecados hecha delante del sacerdote y la satisfacción o penitencia impuesta por el confesor al penitente para reparar el daño causado por el pecado;

Para hacer el examen de conciencia ayuda repasar los pecados cometidos desde la última confesión a la luz de los diez mandamientos, del Sermón de la montaña y las enseñanzas apostólicas. La contrición consiste en el dolor y la detestación del pecado cometido, porque es una ofensa a Dios y a los demás, e incluye el deseo de no volver a pecar.

  • Por la confesión o acusación el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia;
  • Se deben enumerar todos los pecados mortales de que tienen conciencia tras haberse examinado seriamente, incluso si estos pecados son muy secretos, pues, a veces, estos pecados hieren más gravemente el alma y son más peligrosos que los que han sido cometidos a la vista de todos;

Si alguna vez caes, hijo, acude prontamente a la Confesión y a la dirección espiritual: ¡enseña la herida!, para que te curen a fondo, para que te quiten todas las posibilidades de infección, aunque te duela como en una operación quirúrgica. (Forja, 192).

  1. La confesión de todos los pecados cometidos manifiesta la verdadera contrición y el anhelo de la misericordia divina;
  2. Es como un enfermo, que deja ver su llaga al médico para que le cure;
  3. La satisfacción o penitencia;

Si los pecados causan daño al prójimo, es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo, restituir las cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las heridas). La simple justicia exige esto. Pero además el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios y con el prójimo.

La absolución quita el pecado, pero no remedia todos los desórdenes que el pecado causó. Liberado del pecado, el pecador debe todavía recobrar la plena salud espiritual. Por tanto, debe hacer algo más para reparar sus pecados: debe «satisfacer» de manera apropiada o «expiar» sus pecados del modo que indique el confesor.

(Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1451; 1455; 1456; 1459). ¿Porqué pedir perdón a un hombre y no directamente a Dios?   Sólo Dios perdona los pecados (cfr. Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, dice de sí mismo: «El Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados en la tierra» (Mc 2,10) y ejerce ese poder divino: «Tus pecados están perdonados» (Mc 2,5; Lc 7,48).

Entrega de las llaves a San Pedro, Perugino  Jesús, en virtud de su autoridad divina, confiere este poder a los apóstoles (cfr. Jn 20,21-23) y a sus sucesores, los sacerdotes, para que lo ejerzan en su nombre.

Cristo quiso que la Iglesia fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. Y confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico. Por eso el sacerdote al confesar actúa «en nombre de Cristo», y «es Dios mismo» quien, a través de él nos dice: «Dejaos reconciliar con Dios» (Cfr.

2 Co 5,20). (Catecismo de la Iglesia Católica, 1441-1442). ¿Con qué frecuencia hay que confesarse?  Santo Padre durante la JMJ en Brasil 2013   ¡Adelante, pase lo que pase! Bien cogido del brazo del Señor, considera que Dios no pierde batallas.

Si te alejas de El por cualquier motivo, reacciona con la humildad de comenzar y recomenzar; de hacer de hijo pródigo todas las jornadas, incluso repetidamente en las veinticuatro horas del día; de ajustar tu corazón contrito en la Confesión, verdadero milagro del Amor de Dios.

  1. En este Sacramento maravilloso, el Señor limpia tu alma y te inunda de alegría y de fuerza para no desmayar en tu pelea, y para retornar sin cansancio a Dios, aun cuando todo te parezca oscuro;
  2. Además, la Madre de Dios, que es también Madre nuestra, te protege con su solicitud maternal, y te afianza en tus pisadas;
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(Amigos de Dios, 214). Santo Padre durante la JMJ en Brasil 2013 ¡Dios sea bendito!, te decías después de acabar tu Confesión sacramental. Y pensabas: es como si volviera a nacer. Luego, proseguiste con serenidad: “Domine, quid me vis facere? —Señor, ¿qué quieres que haga? —Y tú mismo te diste la respuesta: con tu gracia, por encima de todo y de todos, cumpliré tu Santísima Voluntad: “serviam! —¡te serviré sin condiciones! (Forja, 238).

¿Qué es una blasfemia contra el Espíritu Santo?

Qué es Blasfemia: – La blasfemia es una ofensa a una divinidad. Es un insulto o irreverencia hacia una religión o hacia lo que se considera sagrado. Es la difamación del nombre de un dios. El término blasfemia proviene del griego “blaptein” , que significa injuriar , y “pheme” , que significa reputación.

  1. También la blasfemia es una palabra o acto ofensivo en contra de cualquier persona o cosa respetable;
  2. En algunos países existen leyes en el código contra la blasfemia donde las sanciones pueden variar dependiendo de su gravedad;

Entre estos países están: Alemania, Austria, Dinamarca, España, Finlandia, Irlanda, Países Bajos, Suiza y otros. Algunos países han intentado reformar esas leyes o derogarlas. En los países musulmanes, las leyes contra la blasfemia son más estrictas y las sanciones son bastante severas, con cadena perpetua o incluso la pena de muerte.

  • Para el judaísmo, los que blasfeman deben ser condenados a muerte, según el libro de Levítico (capítulo 24), en el Antiguo Testamento;
  • En el cristianismo, según dijo Jesús, escrito en el Evangelio de San Marcos (capítulo 3), todo tipo de blasfemias son perdonadas pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca obtendrá el perdón, llevará su pecado para siempre;

Vea también Calumnia. Cómo citar: “Blasfemia”. En: Significados. com. Disponible en: https://www. significados. com/blasfemia/ Consultado:.

¿Cuáles son los pecados por los que no se puede comulgar?

Entre los ‘ pecados ‘ que nos impedirán comulgar o salvarnos destacan ‘usar de cualquier modo de la sexualidad fuera del matrimonio, ya sea a solas o con otras personas aunque haya consentimiento’ o ‘darse a la brujería, espiritismo o adivinación’.

¿Cuándo es pecado mortal y venial?

¿Se dan pecados, que de su naturaleza son veniales o mortales? R. Que sí. La conclusión es de fe contra Calvino, el cual enseñaba: que todos los pecados eran de su naturaleza mortales, y sólo para los predestinados, a quienes no se les imputaban, eran veniales.

Es también contra [147] Lutero, quien pensó, que todos los pecados de los infieles eran mortales, y los de los fieles veniales, a excepción de la infidelidad. También es contra Bayo, que entre sus proposiciones condenadas ponía la siguiente reprobada por la Iglesia: Nullum est peccatum ex natura sua veniale, sed omne peccatum meretur poenam aeternam.

Danse, pues, pecados de su naturaleza mortales, y son aquellos con que gravemente se ofende la caridad de Dios y del prójimo, la justicia, y otras virtudes simpliciter tales. Se dan asimismo pecados de su naturaleza veniales, como lo es la mentira simple, las palabras ociosas, y cosas semejantes.

¿Cuáles son los pecados que no admiten parvidad de materia? R. Que aquellos cuya razón formal de malicia es indivisible, y se halla en cualquiera transgresión por mínima que sea la materia. Tales son el odio formal de Dios, la herejía, la infidelidad, desesperación, y otros varios, de que diremos en sus lugares respectivos.

¿En qué se diferencian el pecado mortal, y el venial? R. Que en muchas cosas. Lo primero, en que el mortal quita la vida al alma privándola de la vida de la gracia, y el venial sólo priva del fervor de la caridad. Lo segundo, en que el mortal, cuanto es de sí destruye a Dios, mas no el venial.

Lo tercero, en que el mortal quita la amistad con Dios, y el venial sólo la entibia. Lo cuarto, en que el mortal nos aparta de Dios, lo que no tiene el venial. Lo quinto, en que el mortal es grave ofensa de Dios, y el venial leve.

Lo sexto, en que el mortal es absolutamente contra legem, y el venial es praeter legem. Lo séptimo, en que el mortal desordena la voluntad en orden al fin, y el venial sólo en cuanto a los medios de su consecución. Lo octavo, en que el mortal mancha al alma simpliciter, y el venial sólo secundum quid.

Lo nono, en que el mortal merece pena eterna de daño y de sentido, y el venial sólo temporal. ¿Por qué medios se remite el pecado mortal, y por cuáles el venial? R. Que cuando se hallan juntos se remiten por los mismos, es a saber; por la atrición sobrenatural con Sacramento de muertos, [148] y por la atrición sobrenatural existimata contritione con Sacramento de vivos: por la contrición perfecta, o acto de caridad: y por la infusión de la gracia, la cual expele directamente el pecado, así como la luz disipa las tinieblas.

Si los pecados veniales se hallan separados de los mortales, como acontece en el justo, se remiten por estos mismos medios, y por los Sacramentos de vivos, supuesta la atrición o detestación de ellos, y también por los Sacramentales; con esta diferencia, que por los Sacramentos se remiten ex opere operato, y por los Sacramentales ex opere operantis, en cuanto excitan a su detestación.

¿Cuántos, y cuáles son los Sacramentales por cuyo medio se remiten los pecados veniales? R. Que son siete, es a saber: El herir los pechos, la bendición Episcopal, el agua bendita, la oración Dominical, la confesión general; el pan bendito, y la limosna, los cuales se explican en este verso: Orans, tinctus, edens, confessus, dans, benedicens.

En el confessus se entiende, así la confesión general, como el golpe de pechos. Estos Sacramentales no remiten el pecado inmediatamente, sino por medio de la detestación de él, o en cuanto mueven a reverenciar a Dios, o a los actos de caridad, y religión, como advierte S.

Tom. quest. 87. art. ¿Se puede remitir un pecado sin remitirse los demás? R. Que al que está en pecado mortal no se le remite pecado alguno, ni mortal, ni venial, sin que se le remitan los demás graves; porque para que a aquel que se halla en pecado mortal se le remita cualquier pecado, es del todo necesaria la gracia, pues sin ella nulla datur remissio, y con la gracia ningún pecado grave es compatible.

Si los pecados veniales se hallan en el que está en gracia, pueden remitirse unos sin otros, por los medios ya dichos. ¿En qué manera el pecado de su naturaleza grave puede ser solamente leve? R. Que por dos capítulos, que son por falta de perfecta deliberación, y por parvidad de materia en los preceptos que la admiten.