Que Es La Oracion Segun La Biblia?

Que Es La Oracion Segun La Biblia
¿Qué es la oración? – Jesús enseñó: “Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre”( 3 Nefi 18:19 ). La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra; por medio de ella podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar Su guía diariamente.

¿Qué dijo Jesús acerca de la oración?

Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20 Imagen Jesús enseñó a Sus discípulos a orar. Dijo que algunas personas oran sólo para que otros los vean orar, y enseñó que debemos decir nuestras oraciones personales en un lugar donde podamos estar solos, si es posible. Imagen Dijo que algunas personas dicen las mismas palabras una y otra vez cuando oran, sin pensar realmente en lo que están diciendo. Jesús dijo que debemos orar sinceramente por lo que necesitamos. Imagen El Salvador hizo una oración para enseñar a Sus discípulos cómo orar. Comenzó diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Alabó a nuestro Padre Celestial y después le pidió ayuda. Dijo “amén” al final de Su oración. Más tarde, Jesús les dijo a Sus discípulos que oraran al Padre en el nombre de Él, y prometió que nuestro Padre Celestial contestaría sus oraciones..

¿Cuál es el propósito de la oración?

El propósito de la oración Sección doctrinal Una hermana está muy enferma en el hospital, y nos pidieron hace tiempo que oráramos y ayunáramos para que Dios la curase. Desde que supe que estaba enferma, he estado orando por ella diariamente; y mi esposa, nuestros hijos y yo hemos ayunado para su pronta y segura curación.

Mientras oro una y otra vez por ella a nuestro Padre Celestial, me pregunto si es necesario pedir a nuestro Padre Celestial que cure a una de Sus hijas que Él ama más y mejor que yo. Porque yo también soy padre, y si uno de mis hijos enfermara y yo tuviera el poder, la capacidad o los medios para curarle, no necesitaría que los demás hijos me rogaran una y otra vez que lo hiciera.

Entonces, ¿por qué debemos pedirle que haga algo, si Él sabe mejor que nadie lo que debe hacer? Mientras escribo este artículo, hoy, Viernes Santo, 2 de abril de 2021, me ha llegado un mensaje diciendo que esta querida hermana ha fallecido hoy, el mismo día en que falleció nuestro amado Salvador.

Dura noticia que llega en medio de tantas oraciones y ayunos. ¿Han sido vanas nuestras oraciones y nuestros ayunos? En el Sermón del monte, el Señor dijo, “vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes de que le pidáis” (Mateo 6:8).

Dios conoce a todos Sus hijos, y está dispuesto a ayudarles, sin necesidad de que le informemos o le pidamos. Y he leído sobre este difícil asunto que la oración no debe ser un medio de obtener bendiciones que un Dios amoroso ya está dispuesto a darnos, porque Dios tiene muy claro lo que es mejor para nosotros dentro de su perspectiva eterna, y que, por tanto, la oración no se debe usar, ni para pensar que Su amor depende de nuestras peticiones, ni para intentar cambiar Su voluntad con ellas.

  • Entonces, repito: ¿por qué debemos orar en casos como este? En la revelación que incluye la llamada “Ley de la Iglesia”, dada en febrero de 1831, el Señor nos dice que los que enfermen y mueran “morirán para mí”;

Y añadió que para “los que mueran en mí, la muerte les será dulce” (cfr. y C. 42:44-46). Y repite en una revelación de agosto de 1831: “Sí, bienaventurados los que mueran en el Señor. Porque cuando Él venga […] se levantarán de los muertos” (cfr. y C. 63:49). Me han hecho meditar mucho las palabras de Jacob en el Libro de Mormón, cuando dijo que “la muerte ha pasado sobre todos los hombres, para cumplir el misericordioso designio del gran Creador” (2 Nefi 9:6).

  • Esto se aplica perfectamente a la muerte de Jesucristo;
  • Y, aunque no lo entendamos, tenemos que aceptar que se aplique también a quienes, como en este caso, “mueran en el Señor”;
  • Y, a pesar de todo, se nos pide que oremos, independientemente de lo que nuestro Padre decida hacer en cada caso;

Decía que yo también soy padre, y si tuviera que enfrentar la enfermedad y la muerte de uno de mis hijos, las peticiones de sus hermanos, aunque no lograran salvarle, me llenarían de gozo, al ver que mis hijos se aman los unos a los otros, y que acuden a mí porque confían en su padre.

De esa manera, las oraciones estarían fortaleciendo los lazos familiares, que deben continuar después de la muerte. La oración es un medio para la comunicación entre nosotros y Dios, y su propósito principal es mantener la conexión con los cielos, que nos ayude a recordar que somos hijos de Dios, y que nuestra vida en la tierra tiene un propósito que va más allá de lo terrenal y humano.

Y que, para el cumplimiento de nuestra misión en esta tierra, necesitamos la ayuda divina. Hay muchas razones por las que deberíamos orar. Vemos al Señor en Getsemaní orando una y otra vez para recibir fortaleza, y en ese momento tan difícil para Él, dijo a sus discípulos: “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mateo 26:41).

  • Hay en la oración un medio para fortalecernos que quizá no conozcamos del todo;
  • Cuando yo oro por alguien que está enfermo, no lo hago porque Dios necesite que le recuerden esa necesidad, sino porque soy yo el que necesita recordar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo, porque ambos están incluidos en esa oración: muestro mi amor por Dios, al acudir confiadamente a Él, y mi amor por el prójimo al pedir por los enfermos;

Y en el proceso me fortalezco yo, que soy al final el más beneficiado..

¿Cuál es la importancia de la oración según la Biblia?

Pr. Emilio Agüero Esgaib comunicaciones@mqv. org. py twitter: @emilioaguero – http://www. emilioaguero. com/ La oración es la sangre de la vida espiritual y es fundamental que aprendamos a orar. Si hay algo que tienen en común todas las religiones o credos del mundo es la oración, la búsqueda de una conexión con un ser superior.

  • La oración es muy controversial en esta época hiperconectada tecnológicamente y con muy poco tiempo;
  • ¿Vale la pena orar? ¿Realmente alguien me está escuchando?, se pregunta la gente;
  • Es que el fin de la oración no es cambiar a Dios, sino cambiarme a mí;

Cuando un estudiante de doctorado en la Universidad de Princeton preguntó en qué podría basar su tesis, su maestro le contestó: “Estudia sobre la oración. Si hay algo que la ciencia debe de investigar es la oración”. Ese maestro era Albert Einstein. El psiquiatra Gerald C.

  • May dijo: “Después de 20 años de escuchar los anhelos de los corazones de la gente, estoy convencido de que los seres humanos tienen un deseo innato de Dios;
  • Ya sea que seamos religiosos o no, este anhelo es nuestro deseo más profundo y nuestro tesoro más preciado”;

Y si Dios existe y estamos hechos a su imagen, de seguro, una de las maneras de llenar ese anhelo es la oración. Uno de los mayores predicadores del siglo XX, el inglés Leonard Ravenhill, afirmó con mucho acierto: “El secreto de la oración es la oración en secreto (Mt 6.

6), y si estás débil en esa área, estás débil en todas las demás”. Esta frase parecerá muy fatalista, pero es la pura verdad, ya que solo recibimos direccionamiento de Dios y estamos en sintonía con Él a través de la oración.

De no estar en oración, nos será imposible saber qué es lo que Dios quiere que hagamos. Tenemos que entender que no se trata de hacer mucho, sino de hacer lo que Dios nos mandó a hacer, de buscar su propósito para nuestras vidas. Es que “nada funciona a menos que alguien ore”, decían los misioneros moravos.

  • No orar siempre, ininterrumpida, intensa y constantemente es no depender de Dios, no buscar de Él y no hacer lo que Él quiere que hagamos;
  • Podemos levantar imperios sin oración, podemos hacer muchas cosas sin oración, podemos tener mucho éxito sin oración;

El punto es, si Dios está ahí, si Él avala lo que estamos haciendo. Tenemos que tener cuidado en esto. Una característica distintiva de los hijos de Dios con respecto al resto del mundo no es cómo hablamos, ni la ropa que vestimos, ni el trabajo que hacemos, es SU Presencia.

Esto solo lo puede tener un hijo de Dios. Muy pocas cosas se enfatizan en la Biblia como el orar. La orden de orar sale de la boca de los salmistas: Salmo 105. 4, de los profetas: Isaías 55. 6, de los apóstoles: Colosenses 4.

2 y de Jesús mismo: Lucas 18. 1 y Jn 16. 24. La presencia de Dios es la prueba y la característica distintiva de que tenemos el favor de Dios. Hoy muchos cristianos están mundanizados, viven afanados, enojados, malhumorados, cargados, desanimados, quejosos, cayendo en pecado, perezosos, sin pasión o entusiasmo por seguir a Dios, en constantes rencillas familiares, matrimonios conflictivos, adulterios, rebeldía y todo esto es por un solo motivo: no tienen la presencia de Dios en sus vidas.

No buscan a Dios en oración diariamente. El que ora deja de pecar y el que peca deja de orar. No orar todos los días es decir a Dios con nuestra acción: “Hoy no necesito de vos, puedo solo”. La oración es necesaria para recibir bendición y poder de Dios (Lc 11.

5-17). La Biblia también nos da un antídoto contra un mal muy común en estos tiempos: la ansiedad, y es orar (Filipenses 4. 6-7). Conviertan en una oración todo afán que tengan. Los afanes deben ser un tipo de materia prima para las oraciones..

¿Por qué es importante la oración?

Investigaciones desde la psicología y la sociología han demostrado que las familias que rezan juntas se muestran más unidas, más felices, y mucho más saludables.

  • Que Es La Oracion Segun La Biblia

La familia es un pequeño templo en casa. Las familias que oran juntas establecen una confianza entre ellos, aprenden a orar en comunidad y se ponen de acuerdo por medio de Jesús. Hay muchos momentos para unirse en oración, como al iniciar o terminar el día, antes de tomar los alimentos o al iniciar un viaje familiar, entre otros.

Para su audiencia general número 100 el Papa Francisco ha elegido hablar sobre la oración. Ha explicado que es en la familia donde se aprende a orar y a pedir el don del Espíritu Santo. Ha dicho que el Evangelio meditado en familia es como un buen pan que alimenta el corazón y ha pedido a los padres que enseñen a los niños a hacer la señal de la Cruz.

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Los invitamos a leer lo manifestado por el Papa Francisco y a poner en práctica la belleza de la oración en familia. “Queridos hermanos y hermanas: Hoy nos detenemos a reflexionar sobre la oración en familia. El espíritu de la oración se fundamenta en el gran mandamiento: “amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas».

  • La oración se alimenta del afecto por Dios;
  • Un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras, una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso hacia la Iglesia;

A pesar de lo complicado que es el tiempo en la familia, siempre ocupado, con mil cosas que hacer, la oración nos permite encontrar la paz para las cosas necesarias, y descubrir el gozo de los dones inesperados del Señor, la belleza de la fiesta y la serenidad del trabajo.

La oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura y familiaridad con la Palabra de Dios. Nos hará bien preguntarnos: ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Encontramos un momento para leerlo juntos o al menos leerlo solo? ¿Lo meditamos recitando el Rosario? El Evangelio leído y reflexionado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos.

Y por la mañana y por la tarde, cuando nos sentemos a la mesa, digamos juntos una oración con sencillez”..

¿Que se entiende por oración?

La oración es la palabra o conjunto de palabras que tiene sentido propio y establece un acto de comunicación entre el hablante y el oyente. La oración se aísla en la lengua hablada con una entonación determinada y en la escrita con un punto.

¿Cuál es la oración que más le agrada a Dios?

Hoy desde allí donde te encuentras, Dios puede transformar tu vida. Él quiere manifestarse si lo buscas con todo tu corazón. Es por eso, que es necesario tomar ciertas decisiones que te conducirán a encontrarte con su presencia. Tu decisión de hoy construye tu futuro Dios es el mismo que bautizó a la iglesia en su comienzo, el día del Pentecostés.

Es por eso,  que hoy desea activar tu fe para que puedas vivir en plenitud y así contagiar a tu familia y amigos. Si de su lado está el “llenarnos de su fuego” para llevar adelante su obra, de nuestro lado entonces, está el tomar buenas decisiones en el tiempo oportuno.

Así como lo declara el Señor en su Palabra, “sus pensamientos son de bien”, por lo cual, Él desea obrar milagros y mostrarnos el mejor camino para nosotros. ¿Podrá Dios restaurar una familia, sanar un corazón o ayudarnos a vivir en santidad? ¡Claro que sí! Dios puede sacar de lo malo, algo muy bueno; de lo poco, multiplicarlo en mucho.

  • El Señor puede restaurar lo que se había destruido; puede ablandar corazones y sanar heridas;
  • Pero, de nuestro lado, necesitamos tomar las decisiones correctas;
  • De nada sirve tomar una buena decisión cuando ya es demasiado tarde;

Es por eso, que hoy la Palabra de Dios, toca a nuestros corazones para que podamos prestar atención a lo que el Señor desea guiarnos a comprender y así actuar de manera sabia. Por lo tanto, veamos cuáles son las decisiones que debemos tomar en este tiempo:

  • Orar para alinearnos a Dios. “Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: -Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Jesús dijo: -Deberían orar de la siguiente manera: Padre, que siempre sea santificado tu nombre.

La primera decisión que necesitamos tomar en este tiempo es alinearnos con Dios. Es tener perseverancia en conocer su voluntad y poder avanzar hacia ella. Cuando Jesús les enseñaba a orar a sus discípulos, lo primero y más importante era declararnos sus hijos y someternos a su reino. Si el Maestro mismo necesitaba apartarse y conectarse con Dios, ¿cuánto más nosotros? Era allí donde recibía instrucciones para su ministerio, para la iglesia naciente y renuevo constante.

  • Rodearse de cánticos de adoración. “Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria”@ ( Salmo 32:7 ). Evidentemente David, el salmista, estaba pasando tiempos difíciles y decidió rodearse de adoración, donde encontraba el verdadero refugio.

¡Más que nunca necesitamos incrementar el volumen de la alabanza a Dios! Nuestra adoración debe hablar más fuerte que la queja o el temor. Esto cambiará el ambiente de angustia y traerá libertad. ¿Es posible adorar a Dios en tiempos difíciles? ¿Cuáles son las alabanzas que cambian el ambiente en tu hogar?

  • Tener una fe intencional. Es tener una actitud activa, que se aleja de la comodidad para acercarse al Señor intencionalmente. Si anhelamos recibir algo de Dios, ¡es tiempo de levantarse para ir a buscarlo! Esta es la clase de fe que arrebata el milagro.

“Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua (…) Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana» (…) Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento»”. ( Marcos 5:24-34 ) Esta mujer tenía un sufrimiento desde hacía muchos años. Sin embargo, tomó la decisión de buscar al Señor con una fe intencional.

Que tu reino venga pronto”. ( Lucas 11:1-2). Esta decisión va mucho más allá de pedir poder para ver milagros, sino primeramente, conocer lo que Dios desea hacer en cada situación. Es entablar un diálogo, donde nos alineamos a su plan y escuchamos su corazón.

No se quedó esperando el milagro diciendo: “Si Dios quiere…” Sino que fue perseverante y lo buscó hasta que lo halló. Esta es la clase de fe que nos prepara para experimentar el cambio.

  • Llenar el vacío con plenitud. Cuando recibimos a Cristo en nuestra vida, de Él viene todo lo que necesitamos y en Él estamos plenos. ¿Qué es lo que distingue a un cristiano pleno? Es que luego de un genuino arrepentimiento, su vida es colmada de la presencia del Espíritu Santo. A un cristiano se lo distingue por los frutos, por el amor, porque conduce su vida sabiendo que es templo de Dios.

Jesús le dijo a sus discípulos: “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor [ a ]  no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; ” ( Juan 16:7 ) “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”.

  • Es la decisión de permitir que el Señor le ayude a resistir la tentación, a ser restaurado, a buscar la paz;
  • Ser cristiano significa que Cristo vive en su corazón;
  • ( Romanos 8:11 ) ” No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo;

Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte”. (Salmos 51:11-12)

  • Decir Amén a las promesas de Dios. En 2 Corintios 1:18-20 Pablo enseña acerca de la fidelidad de Dios: “Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”.

Dios es fiel y cumple sus promesas. Es por eso que necesitamos tomar la decisión de creerle al Señor. Aunque parezca muy difícil, Él tiene el poder para hacer realidad lo que te ha prometido. Por lo tanto, es tiempo de alinearnos a la voluntad de Dios y buscar su presencia con un corazón rendido para agradarle.

  1. Más que nunca, necesitamos rodearnos de alabanza para que “pise” toda queja o temor y activar nuestra fe intencional para encontrarnos con los milagros de nuestro Padre Celestial;
  2. Puedes tomar la decisión de llenar el vacío con la plenitud del Espíritu Santo y confiar en que las promesas de Dios se cumplen;

¡Tu vida puede ser maravillosa! ¡Es tiempo de tomar buenas decisiones!.

¿Qué poder tiene la oración?

El poder de la oración – Mi vida fue marcada por la oración desde los primeros días de mi vida. A los pocos días de nacido adquirí una enfermedad estomacal muy severa que por poco me quita la vida. Mi madre clamaba a Dios de rodillas frente a mi cuna, y Dios le respondió con sanidad para mi vida.

A los pocos meses de casados, mi esposa fue diagnosticada con una condición renal que impedía que quedara embarazada. Una sierva de Dios, llamada Betty Day, fue a impartirnos clases de inglés en el Seminario, y nos enseñó también sobre el poder de la oración y la unción con aceite.

Al orar por mi esposa, fue totalmente sanada y Dios nos dio la bendición de tener dos hijos. Mi esposa también fue diagnosticada con cáncer de seno cuando nuestros hijos eran todavía pequeños. Muchos hermanos y hermanas se unieron a nosotros en oración y ayuno.

  • Antes de operarla para extraerle el cáncer, la doctora pidió su consentimiento para removerle el seno completamente;
  • Mi esposa respondió en fe: “Ud;
  • no tendrá necesidad de hacer eso” y pocas horas después, salió sonriente del salón de operaciones para comunicarnos que no había encontrado cáncer;

¡Gloria a Dios! En el año 1980, fui confinado a un campo de trabajos forzados por ser cristiano, donde cortaba caña de azúcar de sol a sol. Durante mi primer día en aquel lugar difícil, clamé a Dios que me proveyera de compañeros cristianos en medio de esa prueba para que pudiéramos apoyarnos mutuamente.

  1. Me estaba duchando y cantaba el himno “Cuán grande es Él”, cuando escuché que en la ducha contigua una persona cantaba conmigo;
  2. Pudimos identificar a otros cristianos en medio de aquel campo, y juntos nos fortalecíamos mutuamente adorando a Dios en medio de los campos de caña y celebrando la Santa Cena con galletas y jugo de caña de azúcar;

Durante 33 años de ministerio, Dios nos ha bendecido con innumerables experiencias de sanidad en nuestras congregaciones. En el año 2001, llegué con mi familia a los Estados Unidos, donde fui nombrado para comenzar una nueva iglesia. La oración jugó un papel fundamental en ese proceso.

La oración por discernimiento nos ayudó a identificar las necesidades en medio de la comunidad y en la vida de las personas. La oración de fe nos permitió desafiar las dificultades y confiar en la provisión infinita de un Dios amoroso.

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En respuesta a la oración intercesora de la comunidad de fe, Dios nos permitió ver victorias en procesos migratorios, sanidades de cáncer, provisión de locales adecuados conforme al crecimiento numérico del grupo, conversiones de personas que antes vivían esclavizadas por adicciones, y provisión financiera para que la nueva iglesia pudiera seguir adelante.

  1. Recientemente vivimos una poderosa manifestación de Dios en una reunión de pastores y pastoras de nuestro distrito, cuando, al practicar la oración de fe y la unción con aceite, los pastores y pastoras testificaron de haber recibido afirmación en su llamamiento y poder para ejercer autoridad en el nombre de Jesús;

En medio de un mundo quebrantado y de sistemas financieros que sufren de constante inestabilidad, el pueblo de Dios necesita recuperar su pasión por la intimidad con Dios y buscar el poder para perseverar en el poder de la oración. Para que tengamos una iglesia saludable, que marque la diferencia en medio de nuestras comunidades agonizantes, necesitamos cumplir la tarea que Dios nos ha encomendado mirando, “no a lo que se ve, sino a lo que no se ve” (2 Corintios 4:18) y sostenernos “como viendo al invisible” (Hebreos 11:27), el Dios que por medio del poder de la oración, da a los que piden, concede a los que buscan y abre la puerta a los que claman a él.

¿Qué es la oración y porque la necesidad de orar?

La oración es el medio para entregar nuestros problemas a Dios: ‘Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros’ (1 Pedro 5:7). ‘Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias’ (Filipenses 4:6).

¿Qué efecto tiene la oración?

La oración y la medicina – Sin lugar a dudas, la oración marca con su influencia nuestras acciones y conductas, hasta tal punto que las personas que tienen el hábito de orar viven con más paz interior, manifiestan una tranquilidad de porte y reflejan en su rostro una nueva expresión.

En lo más profundo de su conciencia brilla una luz: «Rezar significa dirigir el corazón a Dios; cuando una persona ora, instaura con Él una relación viva». Cuando practicamos la oración empezamos a descubrirnos a nosotros mismos, a cultivar un sentimiento ético, de solidaridad con los más débiles.

Descubrimos nuestros egoísmos, nuestra vanidad y nuestros desatinos. Propiamente entendida, la oración es una actividad madura, indispensable para el desarrollo complejo de la personalidad y para la integración de las facultades más profundas del ser humano.

Justamente a través de la oración podemos alcanzar la armonía y la unificación de «cuerpo, mente y espíritu» , que es lo que otorga a la frágil constitución humana su fortaleza invencible. Los estudios de la Dra.

Targ Fisher, sobrina del maestro de ajedrez, graduada en Stanford y profesora de psiquiatría en la Universidad de San Francisco de California, también han puesto en evidencia el papel positivo de la espiritualidad en el proceso de curación. Que Es La Oracion Segun La Biblia En este sentido, como médico católico, apostólico y romano he podido observar a pacientes desquiciados y desesperados por todo tipo de terapias librarse de enfermedades y del sufrimiento gracias a su entrega a la oración. Son muchos los pacientes que han descubierto que la oración los provee de una corriente continua de poder que los sostiene inalterables en sus vidas cotidianas. Todos los días recuerdo el funeral de mi padre (+ 97 años), porque me sorprendió gratamente cuando mi querido José María García, el mejor periodista deportivo de la historia, me dijo: «Manuel, siempre tendré a tu padre en mis oraciones».

Ese mensaje influyó mucho en mi vida y hoy tengo que revelar un secreto: José María superó una enfermedad severa gracias a sus oraciones. Nadie mejor que él sabe que la «fe mueve montañas». Por otra parte, una de las experiencias que más me ha llamado la atención durante mi vida profesional es la de aquel paciente «ateo» que siente que ha llegado su hora de morir y suplica a su médico que llame a un sacerdote para que le dé la extremaunción.

En el último minuto, se convierte al cristianismo y entra en el Reino de los Cielos. En estas situaciones siempre recuerdo a Louis Pasteur, el enigmático científico, descubridor de las vacunas. Murió con el rosario en la mano (al igual que mi abuela) tras escuchar la vida de San Vicente de Paúl porque pensó que así ayudaría a salvar a los niños que sufren.

Siguiendo su ejemplo, desde hace años, siempre llevo conmigo mi entrañable rosario, que me regaló mi querido amigo Guillermo, y que está bendecido por el Papa Francisco. La influencia de la oración es tan poderosa que el Dr.

Larry Possey comprobó que no importa si se asocia al credo cristiano, budista, protestante, hindú o musulmán. El efecto es igualmente positivo pues, a través de la oración, el espíritu se pone en contacto con el Ser Supremo, Invisible, Creador de todas las cosas.

  1. La oración nos introduce en la dimensión sobrenatural de Dios;
  2. Así lo ha constatado también el Dr;
  3. David Larson , oncólogo radioterápico por la Universidad de Harvard y autor de más de 200 artículos científicos;

Según los estudios de Larson, «cultivar la comunicación con Dios renueva nuestro estado de ánimo y cambia nuestra actitud frente a la enfermedad». En este sentido, acude a mi memoria Albert Einstein , Premio Nobel de Física, quien  afirmaba: «Hay dos maneras de vivir una vida: la primera es pensar que nada es un milagro; la segunda, que todo es un milagro.

Pero de lo que estoy seguro es de que Dios existe». Personalmente, no tengo ninguna duda al respecto. La oración es un esfuerzo del hombre por llegar hasta Dios. Cuando, por medio de una ferviente oración, nos dirigimos a Él experimentamos una mejoría tanto del alma como del cuerpo.

Pienso aquí en Epicteto , el estoico, y en su consejo: «Piensa más a menudo en Dios que las veces que respiras». Como hoy me siento inspirado, me viene a la memoria Antonio Salieri, el gran compositor  de Cámara José II de Habsburgo en la Corte Imperial de Viena.

En sus diálogos habituales con Dios, un buen día Salieri suplica que le conceda el mismo «don» que a Mozart. Al no lograr su antojo, decide desafiar a Dios, rompe el crucifijo con el que rezaba y concentra su maldad hacia Mozart, a quien hace enfermar y sufrir hasta la muerte.

Así se describe en Amadeus , obra maestra del gran escritor británico Peter Shaffer. Atormentado, Salieri vivió sus últimos años en un manicomio hasta llegar al suicidio, la mayor catástrofe del ser humano. Me sumo a los que piensan que no debemos mirar hacia atrás con ira, ni hacia delante con miedo, sino alrededor de la conciencia.

En este sentido, os recuerdo tener muy presente lo que decía Mario Benedetti: “El perdón es un puñado de sentimientos que a veces nos acaricia cuando el alma llora”. Personalmente, sugiero evitar dos grandes errores.

El primero es vivir con odio, que es lo más insano y cuyo único antídoto es el perdón. El segundo, solicitar a Dios que gratifique nuestros caprichos. Y en este momento hago un punto de inflexión para recordar que el verdadero paradigma de alma solidaria lo llevaba impregnado Lady Di. Que Es La Oracion Segun La Biblia En resumen, y a la luz de las evidencias científicas anteriormente mencionadas y constatadas por mi converso preferido, Alexis Carrel , Premio Nobel de Medicina, la oración es una fuerza tan real como la rotación de la Tierra. «Es una emanación invisible del espíritu del hombre, que es la forma más poderosa que el hombre pueda generar». Si adquieres este hábito «te cambia la vida». Dicho de otro modo: la verdadera oración moldea la vida y la verdadera vida exige oración. ¿Cree usted en Dios? Sí, gracias a Dios.

Y como decía Einstein: “Si Dios no existiera, habría que inventarlo”. El debate científico-religioso sobre si la oración ayuda a curar sigue abierto. Existen numerosas controversias al respecto y las dificultades para evaluar su efectividad parecen evidentes.

«No hay manera de poner a Dios a prueba». A modo de conclusión: el poder de la oración podría congeniarse con el arte de la medicina y configurar el arsenal terapéutico que constituye la solidez del gran médico. Porque, como diría Gandhi , “cuando todos te abandonan, Dios se queda contigo”.

  1. En definitiva, tan solo pretendo contribuir a que todos los aspectos filosóficos, espirituales y éticos construyan los cimientos de las innovaciones farmacológicas, biomédicas y biotecnológicas, que son los pilares del poder de curar;

Con una visión basada en evidencias científicas, escribo sobre ello en este blog, dedicando mi alma. Tengo siempre muy presente lo que dice mi grupo favorito, los Rolling Stones: «La mayoría de las veces no puedes conseguir lo que quieres, pero si lo que necesitas».

Y para finalizar, me viene a la memoria uno de mis poemas favoritos de Santa Teresa de Calcuta , que ha sido el mejor regalo de cumpleaños que me ha hecho mi prima favorita, Lolo Simó: “El fruto del silencio es la oración.

El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. ” Manuel de la Peña, M. , Ph. oración terapéutico dios.

¿Como debe ser la oración?

Cuatro pasos para la oración – Dios es tu Padre Celestial y desea saber de ti. Puedes acercarte a Él a través de la oración. Como Su hijo, puedes pedirle a tu Padre Celestial Su ayuda y guía en tu vida. La oración puede hacerse en voz alta o mentalmente.

  • Puedes hablarle a Dios como lo haces con otras personas;
  • Tus palabras no tienen que ser elocuentes o memorizadas;
  • Es más importante que abras tu corazón;
  • Ten fe de que Él está ahí para ti y que te escucha, porque así es;

Ten fe en que Él te ayudará, porque lo hará. La oración es uno de los dones más valiosos que hemos recibido de un amoroso Padre Celestial. Antes de empezar, encuentra un lugar tranquilo donde te sientas cómodo. Una buena manera de comenzar es dirigirte a Dios por su nombre.

  1. Puedes decir, “Querido Dios”, o “Querido Padre Celestial”, “Padre Nuestro que estás en los Cielos”, o simplemente “Dios”;
  2. Habla de tu corazón y comparte tus esperanzas y deseos como también tus preocupaciones y problemas;

Puedes pedirle Su ayuda, dirección, perdón o sanación. Lo que sea que esté en tu mente, tráelo a Él. Reconoce que Su sabiduría y Su tiempo son más grandes que los tuyos. Puedes preguntarle qué es lo que Él quiere para ti. Comparte con Dios tus sentimientos hacia otras personas.

Puedes pedir por sus necesidades o preguntarle en qué manera puedes ayudarles y amarles. Agradécele a Dios por todas las bendiciones en tu vida. Aun los desafíos pueden ser una bendición. Estos nos ayudan a ser humildes y a mantener nuestro corazón y mente más abiertos a las respuestas de Dios.

Una vez que le hayas dicho todo lo que querías decir, puedes terminar diciendo, “En el nombre de Jesucristo, Amen”. Lo hacemos así porque Jesús nos mandó orar en Su nombre y todo lo que hacemos debe ser hecho en Su nombre.

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¿Qué poder tiene la oración?

El poder de la oración – Mi vida fue marcada por la oración desde los primeros días de mi vida. A los pocos días de nacido adquirí una enfermedad estomacal muy severa que por poco me quita la vida. Mi madre clamaba a Dios de rodillas frente a mi cuna, y Dios le respondió con sanidad para mi vida.

  1. A los pocos meses de casados, mi esposa fue diagnosticada con una condición renal que impedía que quedara embarazada;
  2. Una sierva de Dios, llamada Betty Day, fue a impartirnos clases de inglés en el Seminario, y nos enseñó también sobre el poder de la oración y la unción con aceite;

Al orar por mi esposa, fue totalmente sanada y Dios nos dio la bendición de tener dos hijos. Mi esposa también fue diagnosticada con cáncer de seno cuando nuestros hijos eran todavía pequeños. Muchos hermanos y hermanas se unieron a nosotros en oración y ayuno.

Antes de operarla para extraerle el cáncer, la doctora pidió su consentimiento para removerle el seno completamente. Mi esposa respondió en fe: “Ud. no tendrá necesidad de hacer eso” y pocas horas después, salió sonriente del salón de operaciones para comunicarnos que no había encontrado cáncer.

¡Gloria a Dios! En el año 1980, fui confinado a un campo de trabajos forzados por ser cristiano, donde cortaba caña de azúcar de sol a sol. Durante mi primer día en aquel lugar difícil, clamé a Dios que me proveyera de compañeros cristianos en medio de esa prueba para que pudiéramos apoyarnos mutuamente.

Me estaba duchando y cantaba el himno “Cuán grande es Él”, cuando escuché que en la ducha contigua una persona cantaba conmigo. Pudimos identificar a otros cristianos en medio de aquel campo, y juntos nos fortalecíamos mutuamente adorando a Dios en medio de los campos de caña y celebrando la Santa Cena con galletas y jugo de caña de azúcar.

Durante 33 años de ministerio, Dios nos ha bendecido con innumerables experiencias de sanidad en nuestras congregaciones. En el año 2001, llegué con mi familia a los Estados Unidos, donde fui nombrado para comenzar una nueva iglesia. La oración jugó un papel fundamental en ese proceso.

La oración por discernimiento nos ayudó a identificar las necesidades en medio de la comunidad y en la vida de las personas. La oración de fe nos permitió desafiar las dificultades y confiar en la provisión infinita de un Dios amoroso.

En respuesta a la oración intercesora de la comunidad de fe, Dios nos permitió ver victorias en procesos migratorios, sanidades de cáncer, provisión de locales adecuados conforme al crecimiento numérico del grupo, conversiones de personas que antes vivían esclavizadas por adicciones, y provisión financiera para que la nueva iglesia pudiera seguir adelante.

  • Recientemente vivimos una poderosa manifestación de Dios en una reunión de pastores y pastoras de nuestro distrito, cuando, al practicar la oración de fe y la unción con aceite, los pastores y pastoras testificaron de haber recibido afirmación en su llamamiento y poder para ejercer autoridad en el nombre de Jesús;

En medio de un mundo quebrantado y de sistemas financieros que sufren de constante inestabilidad, el pueblo de Dios necesita recuperar su pasión por la intimidad con Dios y buscar el poder para perseverar en el poder de la oración. Para que tengamos una iglesia saludable, que marque la diferencia en medio de nuestras comunidades agonizantes, necesitamos cumplir la tarea que Dios nos ha encomendado mirando, “no a lo que se ve, sino a lo que no se ve” (2 Corintios 4:18) y sostenernos “como viendo al invisible” (Hebreos 11:27), el Dios que por medio del poder de la oración, da a los que piden, concede a los que buscan y abre la puerta a los que claman a él.

¿Qué dice Lucas 11 1?

1 Y aconteció que, estando Jesús orando en un lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

  • Venga tu reino;
  • Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra;
  • 3 El pan nuestro de cada día, dános lo hoy;
  • 4 Y a perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que b nos deben;

c Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. 5 a Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de camino, y no tengo qué ofrecerle; 7 y el de dentro, respondiendo, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme para dártelos? 8 Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.

  • 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, 10 porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá;
  • 11 ¿Y qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 O, si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará a el Espíritu Santo a los que se lo pidan? 14 Y estaba Jesús echando fuera a un demonio, el cual era mudo; y aconteció que, después de haber salido fuera el demonio, el mudo habló y la gente se maravilló;

15 Pero algunos de ellos decían: Por a Beelzebú , príncipe de los demonios, echa fuera los demonios. 16 Y otros, para tentarle, le pedían una a señal del cielo. 17 Pero él, conociendo los a pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.

  • 18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque decís que por Beelzebú yo echo fuera los demonios;
  • 19 Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los a echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces;

20 Pero si por el a dedo de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando el hombre fuerte y armado guarda su casa, en paz está lo que posee. 22 Pero si viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba y reparte sus despojos.

23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama. 24 Cuando el a espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y, al no hallarlo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.

25 a Y cuando llega, la halla barrida y b adornada. 26 Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; y entran y habitan allí; y el estado final de aquel hombre es peor que el primero. 27 Y aconteció que, mientras él decía estas cosas, una mujer de la multitud, levantando la voz, le dijo: ¡ a Bienaventurado el vientre que te trajo y los pechos que te criaron! 28 Y él dijo: ¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan! 29 Y apiñándose la gente alrededor de él, comenzó a decir: Esta generación es mala; busca señal, pero señal no le será dada, sino la señal de a Jonás.

30 Porque como Jonás fue señal a los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre a esta generación. 31 La a reina del sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón.

Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar. 32 Los hombres de a Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ante la predicación de Jonás se arrepintieron; y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar. 33 Nadie pone en oculto la a vela encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entren vean la luz.

34 La lámpara del cuerpo es el ojo; pues si tu ojo es a bueno , también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero si es malo, también tu cuerpo está en b tinieblas. 35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas.

36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor. 37 Y luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y Jesús entró y se sentó a la mesa.

38 Y el fariseo, cuando lo vio, se sorprendió de que no se hubiese lavado antes de comer. 39 Y el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato; pero vuestro a interior está lleno de b rapiña y de maldad.

40 ¡Necios!, el que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? 41 a Pero de lo que tenéis, dad b limosna ; y he aquí todo os será limpio. 42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos!, que diezmáis la menta, y la ruda y toda hortaliza; pero pasáis por alto el juicio y la caridad de Dios.

Pues estas cosas os era necesario hacer, sin dejar de hacer las otras. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos!, que amáis las a primeras sillas en las sinagogas y las salutaciones en las plazas. 44 ¡Ay de vosotros, a escribas y fariseos, hipócritas!, que sois como b sepulcros que no se ven, y los hombres que andan por encima no lo saben.

45 Y respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. 46 Y él le dijo: ¡Ay de vosotros también, a intérpretes de la ley!, porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis.

  • 47 ¡Ay de vosotros!, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres;
  • 48 De cierto dais testimonio de que a consentís en los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros;

49 Por eso, la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, 50 para que se demande de esta generación la a sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la fundación del mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.