Conceptos erróneos sobre la cremación. Lo que algunos creen: La cremación deshonra el cuerpo. La verdad: La Biblia dice que, al morir, la persona vuelve al polvo, y eso es lo que le pasa a un cadáver cuando se descompone ( Génesis 3:19 ). La cremación, que reduce el cuerpo a cenizas (o polvo), simplemente acelera este proceso.
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¿Qué opina el cristianismo sobre la cremación?
La cremación o incineración de cadáveres es una práctica milenaria que consiste en quemar los cuerpos de las personas para disponer de ellos tras su muerte. Según los historiadores, para muchas civilizaciones antiguas y contemporáneas, la cremación de sus muertos tiene implicaciones religiosas y sociales. En algunas épocas fue muy común, mientras que en otras civilizaciones fue prohibido por completo. Las primeras evidencias conocidas de cremación de cadáveres indican que esta práctica ya se realizaba durante la edad de bronce, entre el 2200 y el 750 antes de la era cristiana en la región que hoy es Grecia.
Los griegos de la antigüedad creían que al quemar el cuerpo se purificaba su alma y se desprendía de su forma terrenal para llegar más rápido a su destino. El imperio romano, que se extendió por toda Europa, adoptó estas creencias de los griegos, expandiendo por todos sus dominios la práctica de la cremación de cadáveres.
La palabra “cremación”, viene del latin “crematio”, (el latin era la lengua del imperio romano) que significa quemar o incinerar. Según los registros de los romanos, esta práctica separaba a los muertos pobres de los muertos adinerados, ya que la tradición del momento indicaba que a los ricos se les incineraba durante el día, mientras que los pobres solo durante las horas de la noche.
- Existen evidencias de que la cremación se usó hasta el siglo IV después de Cristo, momento que coincide con la época en que el cristianismo empezó a adoptarse por toda Europa;
- Para los cristianos la cremación no es aceptable, porque ellos creen que todos los seguidores de su fe van a resucitar como lo hizo Jesucristo, y el hecho de destruir el cuerpo constituye de cierta forma una contradicción de sus creencias;
La cremación fue reemplazada en Europa por el entierro, y las evidencias históricas se encuentran en los sarcófagos muy elaborados y elegantes que datan de ese periodo, y que se usaron durante siglos para enterrar a los muertos. Ejemplos de estos sarcófagos se pueden encontrar a lo largo de todo el continente donde hubo influencia cristiana.
- Aunque hoy en día la Iglesia Católica no se opone a las cremaciones, lo cierto es que solo hasta 1963 el Papa Pablo VI aprobó oficialmente esta práctica;
- La Iglesia Católica de hecho permite desde hace varias décadas las cremaciones de personas que pertenecen a su comunidad y profesan su religión, pero establece condiciones y normas a seguir;
De acuerdo con las instrucciones publicadas en el año 2016 por La Congregación para la Doctrina de la Fe , las cenizas de los católicos no se pueden esparcir, dividir ni guardar en una residencia particular. Además establece que no se pueden hacer joyas usando las cenizas, y recomienda que los cuerpos sean enterrados en el cementerio.
¿Qué pasa con el espíritu de una persona cuando la crema?
Vía: Por: Daniel Beyllis / Crónica. com Por distintas razones, que van desde una falla irreversible de algún órgano, por longevidad, debido a algún mal incurable o a diferentes tipos de accidentes fatales, la muerte marca el fin de una vida. Aunque se deben considerar también que se pierden muchísimas vidas en una guerra o de muchas otras formas.
Se estima que en la actualidad fallecen aproximadamente unas 50 millones de personas por año en todo el mundo. Una cifra que puede parecer alta, pero que está en desventaja con los más de 135 millones de nacimientos al año, en cifras estimadas por organismos internacionales de 2018.
Y así como hay muchas maneras de morir, a partir de ese momento del que absolutamente nadie puede certificar en un todo cómo es, y que muy pocos planean o desean, mientras el alma dicen que se eleva, las familias de los que ya no están empiezan a buscar el método a emplear para el “adiós definitivo” y qué hacer con ese cuerpo en descomposición.
- Porque hay prácticas y ritos que muchas religiones imponen, o están aquellos otros que piden especificaciones sobre qué desean que se haga con sus cuerpos inertes;
- Los pasos a seguir son muy variados y los cementerios de las distintas creencias siguen siendo una de las elecciones más escogidas;
Pero entre esas otras prácticas, en los últimos años la cremación ha aumentado enormemente la cantidad de casos. ¿Y entonces qué pasa con el alma de ese ser que pereció? ¿Es acaso mejor que terminar bajo tierra? El fuego… Aunque no es tan habitual como el entierro.
- La cremación ya había sido utilizada en el Neolítico, y también se observó como una práctica bárbara en el Antiguo Oriente Próximo, en tiempos de plagas;
- En cambio, los babilonios embalsamaban a sus muertos y los persas zoroástricos castigaban con pena capital a todo aquel que intentaba la cremación;
En Europa las primeras cremaciones se registraron 2000 años a. En tanto, el hinduismo en sus orígenes iba más allá: no solamente permitía la cremación sino que, además, lo prescribía. En la India se la considera desde entonces como la etapa formativa de la civilización védica.
En cambio, tanto en Grecia como en la Roma Antigua nunca permitieron la quema de sus muertos. E influenciada por el judaísmo (que la prohíbe), el cristianismo reprobó la cremación. Por eso, luego del siglo V d.
había desaparecido de Europa y solamente se utilizaba al castigo de herejes o como una penalidad póstuma. Ante esas consideraciones, es presumible pensar que esos pueblos creían que después de la muerte, también existía un castigo más. Ya en el siglo pasado, en la Segunda Guerra Mundial los nazis cremaban a sus víctimas en cámaras de gas de los campos de concentración para hacer desaparecer cualquier vestigio.
Y tras esa conflagración, se siguió utilizando como forma de castigo. En Japón también se cremaron los cuerpos de los criminales de guerra ejecutados. Sin embargo, ya desde hace unos años y en la práctica, en especial en el llamado mundo occidental, la cremación ha dejado de ser una cuestión que provocara implicancias en la vida de los deudos, que buscaron en ese método el rechazo al entierro de los cadáveres de sus deudos.
Incluso, conforme ha avanzado esta práctica, cada día más personas vivas solicitan ser cremados, a diferencia de quienes eligen ser enterrados. ¿Y el alma de esas personas? Gana adeptos Existen muchas formas y métodos de despedir a los difuntos, pero a diferencia del entierro, que es poner el cuerpo inerte en una caja o cajón de madera o material biodegradable, para después enterrarlo o sepultarlo en cementerio o sitio sagrado, la cremación dejará escasísimos rastros, dado que es un proceso irreversible al someter al cuerpo a altas temperaturas para reducir sus elementos básicos.
En ese contexto, y a pesar de creencias y mitos, en las cenizas no se hallan fragmentos y restos de huesos durante la cremación. Y esos fragmentos de huesos se pulverizan para obtener una forma polvorienta, que se hace en un crematorio, en un proceso no menos a las tres horas.
Siendo que ese ser ya fallecido es reducido a cenizas en su impávida parte visible, vuelve a surgir la pregunta. ¡El alma también se incinera? En realidad no hay uniformidad de criterios. Son varias las religiones que defienden la existencia de ese espíritu superior que, asistido por la cremación, se eleva a un nivel superlativo.
Muy contrapuesto a quienes aseguran que temen o creen que el proceso de la cremación evitará que el alma sea capaz de continuar hacia su elevación en su camino hacia el más allá. Incluso, algunos afirman que esas almas pueden ser irreversiblemente dañadas con la hoguera del fuego.
¿Qué dicen los entendidos? Algunos estudiosos en la materia disipan muchas de las ideas que van en contra de la cremación, y fundan sus consideraciones en una serie de visiones concordantes en muchas de las religiones y otras creencias. Afirman que el alma abandona al cuerpo al mismo momento en que la persona fallece.
Ese es el momento de la elevación o salida del espíritu, provocado por la muerte del cuerpo. Y reafirman que ese alma obviamente no es tangible, físico o material, y por eso ya no está en ese cuerpo que se pondrá en contacto con el fuego, como elemento material que sólo puede actuar sobre la materia y la sustancia que pertenezca al plano material (léase el cuerpo inerte).
Así afirman que el proceso de la cremación no molesta, ni daña ni afecta negativamente a ninguna parte del ser que no sea el cuerpo físico, que ya ha muerto mucho antes de la cremación. Por eso mismo, y porque quienes han elegido la forma de que se trate su cuerpo una vez que fallezcan se relaciona a la poca familia que les queda, o simplemente para no complicarles la vida a los deudos, eligen la incineración que, para los especialistas en necrologías y tanatomías, es la mejor elección, incluso porque ofrece beneficios espirituales.
- La dispersión ¿A qué se refieren? Es que consideran que con el fuego en acción el cuerpo astral se disuelve muy rápidamente;
- Los resultados de la cremación en el alma del difunto se liberan en gran medida de cualquier atracción restante que puedan tener hacia la Tierra y las cuestiones del plano físico, que de otra manera podrían obstaculizar la primera parte del proceso posterior a la muerte;
Asimismo, tras la cremación los especialistas agregan que esos restos cremados pueden ser desechados en un sinfin de formas como dispersándolos por los aires, en la tierra, enterrándolos en un jardín, o tirando los restos al lecho de un río o mar (esta última modalidad es la más elegida en los últimos tiempos).
Lo que no aconsejan es guardar las cenizas del difunto en una urna o recipiente y guardarlos en su propia casa, a partir de la mirada espiritual. Hay muchos que creen que el agua es un elemento clave de limpieza permanente: al esparcir las cenizas en agua también sirve como la ruta más rápida hacia el más allá.
Siempre desde lo espiritual, algunos expertos sugieren que es necesario aguardar de tres a cinco días tras el fallecimiento de un ser, antes de incinerar el cuerpo, porque de esa manera el alma asume su nuevo estado y deja a un lado todos los traumas y pensamientos encontrados que les han afectado mientras estaban vivos.
La muerte, un tema para esquivar Fallecer es probablemente la cuestión menos comprendida por estos tiempos y con el pensamiento actual. La mayoría abrumadora esquiva hablar abiertamente del tema, debido a que provoca incertidumbre, miedo y preocupación.
Empero, existe un importante número de hombres y mujeres que sostienen que cuando un ser querido fallece no está muerto, sino que pasan a vivir en otros sitios, quizás en otros cuerpos y en diferentes condiciones (como planta o animal…). Hay muchos estudios que apoyan la teoría de que la vida después de la muerte sí existe, pero el físico y cosmólogo Sean Carroll reafirma su tesis de que resulta imposible la existencia de cualquier cosa tras la muerte de un ser humano.
Sostiene su idea en que «conocemos por completo las leyes de la física que subyacen a la vida cotidiana», y todo tiene que ocurrir en esos márgenes. Además, dice que para que hubiera algo después de la muerte, la conciencia tendría que estar completamente separada de nuestro cuerpo físico.
¿Y cuál es entonces el destino de esa conciencia? Carroll afirma que los médicos declaran el fallecimiento de un paciente cuando deja de respirar, cesan los latidos de su corazón y no se detectan ondas cerebrales durante varios segundos. La lógica ciencia, acompañada del sentido comín, aclara que una vez que el órgano falla, la sangre ya no circula al cerebro y, por lo tanto, los monitores no pueden detectar actividad alguna.
- Empero, la conciencia es una serie de átomos y electrones que cada ser recibe de su mente;
- Y es ahí donde Carroll pregona que las leyes del universo no permiten que estas partículas funcionen después de la muerte física;
Y agrega: “Todo debe suceder en esos márgenes, y no hay manera, en esas leyes, de permitir que la información almacenada en el cerebro persista después de que muera”. Sin embargo, podría refutarse esa opinión con el sólo hecho de explicitar que las leyes conocidas por el hombre son solamente esas.
Porque no se comprenden otras. Como no se entienden los movimientos de los OVNIS cuando son visualizados. ¿Acaso esos desplazamientos que rompen con toda la lógica terrestre, pueden ser destrozadas si las leyes se vulneran con otras desconocidas? La pregunta queda planteada.
// Crónica.
¿Qué dice la Biblia sobre la incineración?
‘Todo cuerpo, esté bien seco o convertido en polvo, húmedo o comprimido en cenizas, se nos arrebata a los vivos, pero se reserva a Dios en la custodia de los elementos.
¿Qué hacer con las cenizas de un difunto según la Biblia?
25 octubre 2016 Fuente de la imagen, Thinkstock Pie de foto, La Iglesia católica considera permisible la cremación de los restos humanos, pero pide que se mantengan en un lugar de oración y no en casa. Las cenizas de los difuntos católicos no se pueden esparcir, ni dividir, ni mantener en casa. Tampoco se pueden crear joyas a partir de ellas. “La Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en cementerios u otros lugares sagrados”.
- Estas son parte de las nuevas instrucciones que la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano que se encarga de regir sobre la doctrina católica, publicó este martes con aprobación del papa Francisco;
La Iglesia no se opone a la cremación por razones “higiénicas, económicas o sociales” , pero el nuevo documento marca el cambio más grande a su instrucción Piam et constantem de 1963, cuando las cremaciones fueron autorizadas por primera vez. “Las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia”, o en algún lugar con “jurisdicción” eclesiástica, ordenan las instrucciones Ad resurgendum cum Christo.
“No sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos”.
Fuente de la imagen, Thinkstock Pie de foto, Un sacerdote puede negar las exequias para un difunto que haya optado por su cremación al no creer en la fe católica, dice el Vaticano. Algunas joyerías ofrecen servicios para convertir las cenizas de un difunto en una piedra brillante o varios tipos de adornos, lo cual es contrario a la nueva doctrina católica.