El Ayuno Que Dios Aprueba?

El Ayuno Que Dios Aprueba

¿Es obligatorio ayunar? – El único ayuno mandado por Dios como ley en el Antiguo Testamento es el ayuno del Día de Expiación (Levítico 16:29-31) combinado en esa ocasión con el día de reposo. Todo el pueblo debía ayunar un día completo para la purificación de los pecados. El Ayuno Que Dios Aprueba Sabemos que, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, ya hemos recibido el perdón por nuestros pecados. Jesús fue el Cordero perfecto y propicio a través del cual estamos sin mancha. Solo tenemos que aceptar el sacrificio de Jesús como válido para nosotros reconociendo que hemos pecado, que solo somos perdonados y limpios a través de él. Por esto el ayuno ya no es una imposición.

En ese día se ofrecía el sacrificio de un macho cabrío (escogido entre dos) que, de forma simbólica, llevaba los pecados del pueblo. Si eres hijo de Dios no ayunarás porque se exige de ti. Pedirás dirección divina en cada una de tus situaciones y, según el Padre hable a tu corazón, decidirás si debes o no hacer un ayuno.

Hay un relato muy interesante en la Biblia, en Mateo 9:14-17. Es una pregunta que los discípulos de Juan el Bautista le hicieron a Jesús. Un día se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: ―¿Cómo es que nosotros y los fariseos ayunamos, pero no así tus discípulos? Jesús les contestó: ―¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán.

Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán.

Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan. (Mateo 9:14-17) ¡Interesante! Jesús había ayunado 40 días y 40 noches antes de comenzar su ministerio (Mateo 4). Sin embargo, él no exigía a sus discípulos que ayunaran. Esto sí lo hacían los fariseos y Juan el Bautista.

Jesús explica que mientras él (el novio) estaba vivo, no era el momento de ayunar o estar de luto. Ese momento llegaría y entonces sí ayunarían. Jesús también explica la diferencia que marcaban su venida y su vida.

Los odres viejos (la ley) no podrían contener el vino nuevo que representa el nuevo pacto a través del sacrificio de Jesús. Él traía algo nuevo: el perdón de pecados y la vida eterna a través de la gracia (Efesios 2:8-9). El ayuno, y todo lo que se hacía por obligación bajo la ley, pasa a ser hecho por amor y agradecimiento al Padre, mostrando nuestro anhelo de disfrutar de su presencia y su cercanía.

  • ¿Quieres acercarte más a Dios? ¿Deseas recibir dirección para alguna decisión? ¿Estás pasando por un tiempo retador en tu vida? Puede que sea un buen momento para realizar un ayuno;
  • Pregunta a Dios si ese es su deseo para ti;

Verifica con tu médico cuál es la mejor forma para hacerlo. No olvides que el Padre anhela que nos acerquemos a él y nunca rechaza a los que le buscan. Aprende más sobre el ayuno con el ejemplo de 7 personajes bíblicos que ayunaron. Versículos bíblicos sobre el ayuno.

¿Cuál es el ayuno que Dios quiere que hagamos?

La Iglesia Cristiana, considera el ayuno como una ayuda para fortalecer el espíritu y acercarse más a Dios. Se basa en la abstención completa o parcial de la comida, negando algo al cuerpo, para darle prioridad a una parte espiritual, a la relación con Dios.

Lea también: ¿Cómo bajar de peso sin dejar de comer?  El principal motivo para realizar esta práctica de manera espiritual es mostrar obediencia, amor y sumisión al ser supremo, como acto de humildad y sacrificio , nunca con motivos egoístas.

Cabe resaltar, que el único día que era “obligatorio” de ayuno según la ley en el Antiguo Testamento, es el Día de Expiación, combinado con el día de reposo; sin embargo, el ayuno ya no se considera como una imposición. Para más información escuche la entrevista completa..

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¿Cómo es el verdadero ayuno según la Biblia?

Un verdadero ayuno se trata de vivir una vida de justicia y equidad, no sólo de abstenerse de los alimentos.

¿Cuál es el propósito del ayuno?

Las bendiciones de un ayuno apropiado Me temo… que muchos de nosotros no estemos ayunando en los días de ayuno o que lo estemos haciendo de una manera descuidada. Hermanos, espero que hayan advertido esta mañana que, cuando el presidente Hinckley se aprestaba a anunciar el nombre de los dos nuevos apóstoles, dijo haber ayunado y orado para conocer la voluntad del Señor.

  • El ayuno ha sido siempre una práctica entre los del pueblo de Dios;
  • En la actualidad es un mandamiento dado por el Señor a todos los miembros de la Iglesia;
  • Además de los ayunos especiales que hacemos de vez en cuando por razones personales y familiares, se espera que ayunemos el primer domingo de cada mes;

Se nos enseña que hay tres aspectos en la observancia de un ayuno apropiado: primero, abstenernos de alimentos y bebidas por dos comidas consecutivas o, en otras palabras, por veinticuatro horas; segundo, asistir a la reunión de ayuno y testimonios; y tercero, dar una ofrenda de ayuno generosa.

  1. En mi familia, nuestros ayunos siempre se han efectuado en forma regular desde el almuerzo del sábado hasta el almuerzo del domingo;
  2. De esa forma, ayunamos durante dos comidas, la del sábado por la noche y la del domingo por la mañana;

Aunque no hay una norma de la Iglesia para efectuar el ayuno, excepto que tiene que ser por 24 horas y abarcar dos comidas, hemos hallado provecho espiritual al asistir a la reunión de ayuno y testimonios hacia el final del ayuno. El ayuno es un mandamiento para aquellos que son físicamente capaces.

  1. Al hablar de nuestro día de ayuno mensual, el presidente Joseph F;
  2. Smith dijo: “El Señor ha instituido el ayuno de acuerdo con una base razonable e inteligente… se requiere que cumplan lo anterior quienes puedan; es un deber que no pueden eludir… se deja al criterio de la gente como asunto de conciencia, y para que ejerzan prudencia y juicio… “Pero quienes puedan ayunar deben hacerlo… A nadie se exime de esto; es requerido a los miembros, ancianos y jóvenes en todas partes de la Iglesia” ( Doctrina del Evangelio, pág;

238). Pero me temo, hermanos, que muchos de nosotros no estemos ayunando en los días de ayuno o que lo estemos haciendo de una manera descuidada. Si estamos cayendo en el hábito de ayunar sin pensar en el porqué lo hacemos o si simplemente ayunamos el domingo por la mañana en vez de hacerlo durante dos comidas, o sea, veinticuatro horas, nos estamos privando a nosotros mismos y a nuestros familiares de maravillosas experiencias espirituales y de bendiciones que se reciben mediante el verdadero ayuno.

Si todo lo que hacemos es abstenernos de alimentos y de agua durante veinticuatro horas y pagar nuestras ofrendas de ayuno, nos hemos perdido una magnífica oportunidad de progreso espiritual. Por otro lado, si tenemos un propósito especial en nuestro ayuno, éste tendrá mucho más significado.

Quizás podamos tomar un tiempo en familia antes de comenzar el ayuno para hablar de lo que esperemos lograr al ayunar. Esto se podría hacer en la noche de hogar anterior al domingo de ayuno o en una breve reunión de la familia al momento de la oración familiar.

  • Cuando ayunamos con un propósito, tenemos algo en qué enfocar nuestra atención en vez de concentrarnos en el hambre que tengamos;
  • El propósito de nuestro ayuno podría ser muy personal;
  • El ayuno nos ayuda a vencer defectos y pecados personales; nos sirve para superar nuestras debilidades;

Hace que nuestras debilidades se conviertan en fortalezas. El ayuno nos ayuda a ser más humildes, menos orgullosos, menos egoístas y a preocuparnos más por las necesidades de los demás. Nos ayudar a ver más claramente nuestros propios errores y debilidades, y a ser menos propensos a criticar a otras personas; o nuestro ayuno podría tener como propósito afrontar un desafío familiar.

Un ayuno familiar podría aumentar el amor y el aprecio entre los miembros de la familia y reducir la contención en ella, o podríamos ayunar como pareja a fin de fortalecer nuestro matrimonio. Como poseedores del sacerdocio, un propósito de nuestro ayuno podría ser buscar la guía del Señor en nuestros llamamientos, como ha demostrado el presidente Hinckley o podríamos ayunar con nuestro compañero de orientación familiar a fin de saber cómo ayudar a alguna de nuestras familias.

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A lo largo de las Escrituras el término ayuno suele combinarse con la oración. “…os doy el mandamiento de perseverar en la oración y el ayuno desde ahora en adelante…” es el consejo del Señor (D. y C. 88:76). El ayunar sin orar es solamente pasar hambre durante 24 horas; pero el ayuno combinado con la oración aumenta el poder espiritual.

Cuando los discípulos no pudieron sanar a un muchacho que estaba poseído por un espíritu malo, le preguntaron al Salvador: “¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?” Jesús les dijo: “…este género no sale sino con oración y ayuno” (Mateo 17:19, 21).

Comencemos nuestros ayunos con oración. Esto puede hacerse si nos arrodillamos alrededor de la mesa al acabar la comida, después de la cual iniciaremos el ayuno. Esa oración debe ser una plegaria natural al dirigirnos a nuestro Padre Celestial con respecto al propósito de nuestro ayuno y pedirle que nos ayude a lograr nuestras metas.

  • Del mismo modo, terminemos nuestros ayunos con una oración;
  • Sería muy apropiado que nos hincásemos alrededor de la mesa antes de sentarnos a tomar los alimentos con los cuales terminaremos nuestro ayuno;

Agradezcamos al Señor la ayuda que nos haya brindado durante el ayuno y lo que hayamos sentido y aprendido de ello. Además de comenzar y de terminar con una oración, debemos buscar al Señor con oraciones personales de forma constante durante el ayuno. No debemos obligar a nuestros hijos pequeños a ayunar durante el período de dos comidas que se recomienda, pero enseñémosles los principios del ayuno.

Si se habla del ayuno y se proyecta en el entorno familiar, los pequeños estarán al tanto de que sus padres y sus hermanos mayores están ayunando, y comprenderán el propósito del ayuno. Ellos deben participar en las oraciones familiares para comenzar y terminar el ayuno.

De esa manera, cuando lleguen a la edad correspondiente, estarán deseosos de ayunar con el resto de la familia. Nosotros hemos hecho eso y hemos alentado a los niños de entre ocho y doce años a ayunar durante una comida; entonces, al cumplir los doce años y recibir el Sacerdocio Aarónico o al ingresar a las Mujeres Jóvenes, los hemos alentado a ayunar durante dos comidas.

  • Después de haber castigado al antiguo Israel por haber ayunado en forma indebida, el Señor, por medio del profeta Isaías, habla en un hermoso y poético lenguaje acerca del ayuno: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?” (Isaías 58:6);

Si ayunamos y oramos con el propósito de arrepentirnos de los pecados y de vencer debilidades personales, desde luego estaremos buscando “desatar las ligaduras de impiedad” en nuestra vida. Si el propósito de nuestro ayuno es ser más eficaces al enseñar el Evangelio y al servir a los demás en nuestros llamamientos de la Iglesia, sin duda nos estamos esforzando por “soltar las cargas de opresión” de otras personas.

Si ayunamos y oramos pidiendo la ayuda del Señor en nuestros esfuerzos misionales, de cierto tenemos el deseo de “dejar ir libres a los quebrantados”. Si el propósito de nuestro ayuno es aumentar el amor por nuestro prójimo y vencer nuestro egoísmo, nuestro orgullo y el tener nuestros corazones puestos en las cosas del mundo, indudablemente estamos procurando “[romper] todo yugo”.

El Señor continúa describiendo el ayuno apropiado: “¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” (Isaías 58:7). Es verdaderamente admirable que mediante nuestras ofrendas de ayuno podamos alimentar al hambriento, dar albergue a las personas sin hogar y vestir al desnudo.

Si ayunamos de la debida forma, el Señor promete: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti… “Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí… “y si diereis tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.

“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma… y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan” (Isaías 58:8–11). Es mi oración que mejoremos nuestros ayunos, a fin de disfrutar de esas hermosas bendiciones prometidas.

Doy testimonio de que, si nos “[allegamos]” al Señor mediante nuestros ayunos y oraciones, Él se “[allegará]” a nosotros (véase D. y C. 88:63). Testifico que Él vive, que nos ama y que desea allegarse a nosotros.

En el nombre de Jesucristo. Amén..

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¿Cuál es la finalidad del ayuno?

Cuando ayunamos, seguimos un ejemplo sagrado. Moisés y Elías ayunaron durante cuarenta días antes de ir ante la presencia de Dios (Éxodo 34,28, 1 Reyes 19, 8). Ana, la Profetisa, ayunó para prepararse a la venida del Mesías (Lucas 2,37). Todos querían ver a Dios y consideraban que el ayuno era un requisito previo básico.

  • Nosotros también deseamos entrar a la presencia de Dios y por lo mismo, ayunamos;
  • Jesús ayunó (Mateo 4, 2);
  • Y como él no necesitaba de purificación, seguramente lo hizo para darnos un ejemplo;
  • De hecho, asumió que todos los cristianos seguirían su ejemplo;

“Cuando ustedes ayunen”, dijo, “no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando”. (Mateo 6,16). Tengan en cuenta que no dijo: “Si ayunan”, sino “cuando ayunen”. Entonces los apóstoles continuaron ayunando, mucho después de la resurrección y de la ascensión de Jesús (ver Hechos 13, 2-3 y 14,23).

  1. En los documentos cristianos más antiguos, vemos que los primeros creyentes ayunaban todos los miércoles y viernes;
  2. En esos días probablemente sólo tomaban una comida, de pan y agua;
  3. Los ayunos actuales no son tan exigentes;

La Iglesia requiere que ayunemos sólo dos días al año: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Las normas para el ayuno son obligatorias para los católicos desde los 18 a los 59 años. Y se nos permite tomar algo más que pan y agua. Las reglas permiten tomar una comida completa, así como también dos comidas más pequeñas.

Las dos comidas más pequeñas juntas no deberían ser iguales a la comida completa. Los católicos también observan ayunos menores a lo largo del año. No comemos ni bebemos nada más que agua durante una hora antes de recibir la Sagrada Comunión.

Llamamos a esto el “ayuno eucarístico”. La Biblia nos explica los beneficios espirituales específicos del ayuno. Produce humildad (Salmo 69,10). Muestra nuestr dolor por nuestros pecados (1 Samuel 7, 6). Despeja el camino hacia Dios (Daniel 9, 3). Es un medio de discernir la voluntad de Dios (Esdras 8, 21) y es un método poderoso de oración (8,23).

  • Es una señal de verdadera conversión (Joel 2,12);
  • El ayuno nos ayuda a desprendernos de las cosas de este mundo;
  • Ayunamos, no porque las cosas terrenales sean malas, sino precisamente porque son buenas;
  • Son los dones que Dios nos da;

Pero son tan buenas que a veces preferimos los dones que al Dador. Tendemos a comer y a beber hasta el punto en que nos olvidamos de Dios. San Pablo dijo que para algunas personas: “su dios es su vientre… No piensan más que en las cosas de la tierra” (Fil 3, 19).

No hemos de ser como esas personas. Hemos de poder disfrutar de los dones de Dios sin olvidarnos nunca del Dador. El ayuno es una buena manera de empezar. Este año estamos ayunando más de lo habitual, inclusive que el Viernes Santo.

Estamos privados de actividades que disfrutamos. Estamos confinados en casa y limitados de otras maneras. Ni siquiera podemos recibir la Sagrada Comunión. Podemos considerar esto como algo deprimente, o usarlo como una ocasión extraordinaria de gracia y crecimiento espiritual.

¿Qué Salmo leer en ayuno?

Salmo 35:13-14 – Yo, en cambio, cuando ellos estaban enfermos , me cubría con ropas de penitente, afligía mi alma con ayunos y oraba con la cabeza inclinada. Ellos eran para mí como un amigo o un hermano, y yo andaba triste y abatido, como quien llora la muerte de su madre.

¿Cuál es el poder del ayuno y la oración?

Conclusión – Hay muchas otras ocasiones en que la oración y el ayuno pueden ayudarnos a llevar a cabo la obra del Señor; por ejemplo, podemos orar y ayunar por las familias a quienes enseñamos, así como también podemos hacerlo como quórum a favor de uno de los miembros o una de las familias del mismo.