Como Orarle A Dios?

Como Orarle A Dios

¿Cómo debemos orar? – No importa dónde estemos, ya sea que estemos de pie o arrodillados; ya sea que oremos verbalmente o en silencio, en forma individual o a favor de un grupo, debemos siempre hacerlo con fe, “…con un corazón sincero, con verdadera intención…” ( Moroni 10:4 ).

Al orar a nuestro Padre Celestial, debemos decirle lo que realmente sentimos en el corazón, confiar en Él, pedirle perdón, suplicarle, agradecerle y expresarle nuestro amor. No debemos repetir palabras ni frases sin sentido (véase Mateo 6:7–8 ).

Siempre debemos pedir que se haga Su voluntad, recordando que a veces lo que deseamos no es lo mejor para nosotros (véase 3 Nefi 18:20 ). Al terminar la oración, debemos hacerlo en el nombre de Jesucristo (véase 3 Nefi 18:19 ).

¿Cómo orar ejemplo?

Compilado de oraciones para rezar – Se indican aquí doce oraciones para rezar, algunas de ellas en situaciones particulares (como frente a una enfermedad o durante un parto):

  1. La señal de la Santa Cruz. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
  2. Credo. Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

    Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

    Amén.

  3. Acto de contrición. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
  4. Padre nuestro. Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
  5. Ave María. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo bendita eres entre todas la mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús Santa María, madre de Dios ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.
  6. Salve. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
  7. Oración a María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna.
    • Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta;
    • Amén;
    • No nos dejes caer en la tentación; mas líbranos del mal;
    • Amén;
    • Por el mismo Cristo nuestro Señor;

    Amén.

  8. Gloria. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
  9. Yo confieso. Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante vosotros hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, Nuestro Señor.
  10. Oración de San Miguel Arcángel. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
  11. Oración de   San Bernardo. ¡Acordaos, oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra presencia Soberana.
  12. Rezo del Ángelus. Infundid, Señor, vuestra gracia en nuestras almas, para que, pues hemos creído la Encarnación de vuestro Hijo y Señor nuestro Jesucristo anunciada por el Ángel, por los merecimientos de su Pasión y Muerte, alcancemos la gloria de la Resurrección. Amén.
  13. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen. Dios todopoderoso, tú que inspiraste a la Virgen María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel, concédenos, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida.
  14. Devociones al Sagrado Corazón de Jesús y María. Corazón Sagrado de Jesús, en Vos ponemos toda nuestra confianza, temiéndolo todo de nuestra fragilidad, esperándolo todo de vuestra bondad: sed el único objeto de nuestro amor, el protector de nuestra vida, el sostén en nuestra debilidad,  la reparación de nuestras faltas, la seguridad de nuestra salvación y  nuestro refugio en la hora de la muerte.
  15. Señor mío Jesucristo. ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.

    Amén. Amén. No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente. Así sea. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén. Amén. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.

    Amén.

  16. Oración ante el Crucifijo. Miradme, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado ante vuestra Santísima presencia; os ruego con el mayor fervor y compasión de que soy capaz imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. Verdadero dolor de mis pecados, propósito firmísimo de jamás ofenderos.
  17. Oración para bendecir los alimentos. Bendice Señor estos alimentos que vamos a recibir por tu misericordia, y bendice a quienes los han preparado. Da pan a los que tienen hambre, y hambre de justicia a los que tienen pan. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
  18. Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero , Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
  19. Virgen del Parto , protege y defiende con amor todos los niños, para que regenerados en el agua del bautismo e incorporados a la Iglesia, crezcan serenos, llenos de vida,  se conviertan en testimonios valientes de tu Hijo Jesús y perseveren, con la gracia del Espíritu Santo, en el camino de santidad. Amén.
  20. Glorioso San Ramón Nonato , te suplico tu intercesión. Tú llevaste una vida resplandeciente por la protección de tu Dios. Intercede ahora por mí y mis intenciones. Necesitamos niños que sepan mirar al mundo, con ojos llenos de amor, y que cierren sus ojos al odio y la maldad. Queremos hacer del mundo, una familia donde todos los hombres se amen y amen a Dios.
    1. Mientras que yo, con todo el amor de que soy capaz voy considerando vuestras cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Vos, oh buen Jesús, el santo profeta David: ¡«Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos»;

    Amén.

  21. Padre Dios Todopoderoso , fuente de la salud y del consuelo, que has dicho «Yo soy el que te da la salud». Acudimos  a ti en este momento en  el que por la enfermedad sentimos la fragilidad de nuestros cuerpos. Ten piedad Señor de los que estamos sin fuerza, devuélvenos la salud.
  22. Alégrate, Reina del Cielo, aleluya. Porque Aquél que mereciste llevar en tu seno, aleluya. Ha resucitado según lo predijo, aleluya. Ruega por nosotros a Dios, aleluya. Gózate y alégrate Virgen María, aleluya. Porque verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya.
  23. Conviértenos a ti, Dios salvador nuestro , y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
  24. Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones , para que, viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
  25. El ángel del Señor anunció a María y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve María… He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve María… Y el verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros. Dios te salve María…  Ruega por nosotros Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
  26. Nuestra Señora del Socorro, Gracias , porque escuchas siempre los ruegos de quienes ponen en ti su confianza. Nos acordamos cuando fuiste, presurosa, por las montañas de Judá,  a prestar ayuda a tu prima Isabel. Recordamos cómo acudiste maternalmente en socorro de los novios en las bodas de Caná. Amén.
  27. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo , como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
  28. Gracias Señor por tu infinita misericordia , en ti confío y es por ti que puedo seguir adelante porque eres mi sostén, esa mano que salva cuando estamos a la deriva. Te amo Señor y te doy gracias por lo malo, porque de ello aprendo y me convierto y también por lo bueno.
  29. Bendita sea tu pureza. Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes Madre mía.
  30. Señor mío y Dios mío , Padre bueno, creador del cielo y de la tierra, sin yo merecerlo me regalas un nuevo día de vida ¡Muchas gracias! Tú sabes que soy pequeño, y que sin tu ayuda caigo a cada paso. ¡no me sueltes la mano! Ayúdame a descubrir, que todos los hombres son tus hijos y por tanto mis hermanos. Enséñame a disfrutar de la vida, a vivir con alegría y a ayudar a los demás. Amén.
  31. Señor, mira complacido a tu pueblo. Señor, mira complacido a tu pueblo, que con fervor desea entregarse a una vida santa, y, ya que con sus privaciones se esfuerza por dominar el cuerpo, que la práctica de las buenas obras transforme su alma. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quien contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
  32. Señor, Padre Santo. Señor, Padre santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Sigue con:

  • Caridad
  • Oraciones fúnebres
  • Normas religiosas

document. addEventListener( ‘wpcf7submit’, function( event ) , false ); –>.

¿Cuáles son los pasos para orar efectivamente?

Podemos madurar en la oración – Orar, como sabemos, es hablar con Dios. Es como desarrollamos nuestra relación con Dios y nos fortalecemos en la fe. Aquí encontraras cinco consejos básicos para orar efectivamente. Concéntrate: Nuestros días están llenos de demandas: del trabajo, la familia, los vecinos.

Más que nunca es fácil de alcanzar a alguien o que nos alcanzan a nosotros, sea por teléfono, celulares, email y los medios sociales. Tenemos que aprender a poner todas estas distracciones a un lado cuando es tiempo de orar.

Una de las mejores formas de hacer esto es a través de la alabanza. Empieza alabando a Dios y dándole gracias por todo. Puedes cantar o poner música cristiana y así envolverte en la adoración. Algunas personas prefieren leer un pasaje bíblico primero y dejar que sea Dios quien, por medio de su palabra, empieza la conversación.

  • Pide perdón: Como no somos perfectos y a veces pecamos sin saberlo, toma un momento para pedir perdón por tus pecados;
  • Tomando el ejemplo del Padre Nuestro, confiesa tus ofensas al Señor y pide que te ayude a no caer en tentación y que te libre del mal;

Peticiones de acuerdo a la voluntad de Dios: En 1 Juan 5 encontramos una hermosa promesa sobre las peticiones. El verso 14 dice “Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. ” la Biblia Supongamos, por ejemplo, que se te dañó el carro y los mecánicos te están diciendo que es tiempo de comprar otro.

  • Lamentablemente tú no tienes el dinero;
  • Una oración que no toma en cuenta la voluntad de Dios seria: “Padre, necesito un carro y el que me gusta es el último modelo de la BMW, color azul, cuatro puertas y que me salga a un precio barato, porque tú, Jehová, eres dueño de todo y me lo puedes dar y yo sé que me quieres bendecir;

Amen. ” Bíblicamente no sé si es la voluntad de Dios que tengas el BMW, aunque si es cierto que Dios es capaz de bendecirte como él quiera. Tampoco creo que un carro de lujo compruebe la bendición de Dios en tu vida. La oración centrada en la voluntad de Dios seria: “Padre, estoy en necesidad de un carro y mis recursos para comprar uno son pocos.

Sabes que dependo de un carro para ir a trabajar. Tu palabra dice que tú suples todas nuestras necesidades. Te pido que por favor suplas esta necesidad en particular, para testimonio de que tú cuidas de tus hijos.

En el nombre de Jesús, amen. ” ¿Notaste la diferencia? La primera oración está centrada en el “yo”. La segunda tiene como meta glorificar a Dios y dar testimonio de sus obras. Orar en fe: Continuando en 1 Juan 5, el verso 15 dice: “Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.

” También, Santiago 1:6-dice: “Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace.

” oraciones poderosas Orar en el nombre de Jesús: La razón por la cual decimos “en el nombre de Jesús, amen. “, al concluir una oración se basa en Juan 14:15. El verso dice: “Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.

¿Cuál es la oración más poderosa?

“La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos”: papa Francisco. “La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos”: papa Francisco. “La oración abre la puerta a Dios, transformando nuestro corazón, tantas veces de piedra. La oración -subraya el Papa- es de todos y “nace en el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales suelen llamar el corazón”.

  1. “La oración es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: algo que nace en lo más profundo de nuestra persona y llega, porque siente la nostalgia de un encuentro;
  2. Esa nostalgia que es más que una necesidad, más que una necesidad: es un camino;

La oración es la voz de un “yo” que va a tientas, que procede a tientas, en busca de un “tú”. El encuentro entre el “yo” y el “tú” no se puede hacer con calculadoras: es un encuentro humano y muchas veces procedemos a tientas para encontrar el “tú” que mi “yo” está buscando”, dice el Pontífice.

  • (Además:  Oración al Espíritu Santo) En la catequesis, además, nos recuerda: “La oración abre la puerta a Dios, transformando nuestro corazón, tantas veces de piedra, en un corazón humano”;
  • La señal de la cruz, subraya el Papa, es la primera oración;

Jesús, subraya el Pontífice, “reza con nosotros”. Y al rezar, “abre la puerta del cielo, y de esa brecha desciende el Espíritu Santo”. Y nos recuerda el Pontífice que “toda persona necesita un espacio para sí misma, donde pueda cultivar su vida interior, donde las acciones encuentren sentido”.

  • “Durante su vida pública”, añade, “Jesús recurre constantemente al poder de la oración;
  • Santo Tomás de Aquino definió al Padre Nuestro como la súplica más perfecta de todas;
  • Es el primer acercamiento de los católicos con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo;

Se conoce como La oración del Señor. El poder de esta oración es que encierra las siete peticiones que toda persona puede necesitar: (Le recomendamos: Oración de la Sangre de Cristo) Padre nuestro Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Con información de https://www.

vaticannews. va/ (Lea también: La Dama de Hierro del Vaticano) DESCARGA LA APP EL TIEMPO Personaliza, descubre e informate.

¿Cómo orar y alabar a Dios?

Adorar a Dios es brindarle nuestro amor, reverencia, servicio y devoción. El Señor mandó a Moisés: “Adora a Dios, porque a él sólo servirás” (Moisés 1:15). Él también ha mandado: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerza; y en el nombre de Jesucristo lo servirás” (D.

y C. 59:5). Además de demostrar nuestro amor por Dios y compromiso hacia Él, el adorar nos da fortaleza para obedecer Sus mandamientos. A través de la adoración crecemos en conocimiento y fidelidad. Si ponemos a alguna persona o alguna cosa por encima del amor de Dios, estamos adorando a esa cosa o persona.

Cuando Ores a Dios, hazlo de esta manera

Esto se llama idolatría (véase Éxodo 20:3–6).

¿Cuáles son las 3 oraciones más poderosas?

“Orar, como todo verdadero diálogo, es también saber permanecer en silencio – en los diálogos existen momentos de silencio –, en silencio junto a Jesús. Y cuando nosotros vamos a Misa, tal vez llegamos cinco minutos antes y comenzamos a conversar con quien está al lado nuestro.

Pero no es el momento de conversar: es el momento del silencio para prepararnos al diálogo. Es el momento de recogernos en nuestro propio corazón para prepararnos al encuentro con Jesús. ¡El silencio es muy importante!”, nos recuerda el papa Francisco.

Les presentamos tres oraciones para avivar ese diálogo, relación personal con Dios: (Le puede interesar:  ¿Cuál es el momento más importante de la Eucaristía?) Alma de Cristo Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame.

  1. Agua del costado de Cristo, lávame;
  2. Pasión de Cristo, confórtame;
  3. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme;
  4. Dentro de tus llagas, escóndeme;
  5. No permitas que me aparte de Ti;
  6. Del maligno enemigo, defiéndeme En la hora de mi muerte, llámame;

Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén (Le puede interesar: La palabra de Dios con perspectiva de género) Ángel de Dios Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname.

Amén Vea:  Semana Santa: ¿cuándo es y cuáles son los días festivos? Bajo tu amparo Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita.

Oraciones tomadas de Vatican News (Además: Viacrucis: conozca cómo puede hacerlo desde su casa).

¿Cómo se le pide al Espíritu Santo?

El Espíritu Santo nos auxilia en todo momento y esta crisis sin duda alguna nos ha hecho levantar los ojos al cielo. Creo que con frecuencia comentamos y quizás anhelamos que esta situación que vivimos frente a la pandemia nos vuelva mejores personas. Pero también sabemos que eso no se dará por arte de magia.

Ya quisiéramos un día acostarnos y al día siguiente levantarnos viviendo plenamente aquella virtud o cualidad que sabemos nos hace falta, que haría que nuestra vida sea más sencilla. El cambio interior, no se da sin una toma de conciencia del mal, y de cómo este nos afecta.

Junto a ello está la decisión acompañada de la fuerza de voluntad para dar el paso y sobre todo entender que solos no podemos. Es por esto que quisiera compartirte cuatro cosas que podemos pedirle al Espíritu Santo para que esta crisis, nos transforme para bien y nos ayude a discernir, elegir y actuar mejor.

  • Espíritu Santo, recuérdame siempre que necesito tu ayuda «Porque separados de mí no podéis hacer nada» Jn;
  • 15, 5;
  • Él se hace presente por medio de su Espíritu Santo y también a través de personas concretas que nos ayudan, acompañan y aconsejan;

Sumergidos en un mundo que ha obviado a Dios nos hemos acostumbrado a pensar o vivir de una forma que hace muy difícil poder ver con claridad el mal y cómo este nos afecta. Esta ha sido parte de mi reflexión, ver cómo en medio de esta pandemia encontramos personas que se están aprovechando de ella.

Tal vez para sacar un beneficio económico ponen en riesgo la salud y la vida de otros, y la de ellos mismos por consecuencia. Qué difícil entender esta actitud, el corazón duele. Pidámosle al Espíritu Santo que nos permite tenerlo presente en cada una de nuestras acciones, que siempre estén encaminadas al bien y que obremos honestamente.

“Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro” Qué actual, qué viva se hace esta plegaria en nuestros días. No se trata de señalar, creo que también sucede en la experiencia de cada uno, quizás en menos proporciones, luchar contra algún pecado o defecto que está enraizado en nosotros.

Porque si uno, no tiene al Espíritu Santo en su corazón, reinan otros espíritus o fuerzas que no son buenas. Por ejemplo, el egoísmo, la indiferencia, el espíritu de la codicia, y otros más que están presentes con tal fuerza en la sociedad, que se van impregnando en nuestro ser si no estamos atentos.

Te pido que llenes el vacío que hay en mi interior, que no permitas que me incline por el mal, que coopere o aconseje a otros a tomar malas decisiones. Que esta crisis me ayude a ver el vacío de mi corazón, de mis decisiones o de las acciones que he tomado a lo largo de mi vida y que han hecho sufrir a otros.

  • ¡Quiero ser agradable a la mirada de Dios! 3;
  • Espíritu Santo, que mi actuar sea reflejo de tu amor Durante este tiempo de pandemia hemos visto de todo;
  • Nos hemos encontrado con personas que fabrican mascarillas fraudulentas, poniendo en riesgo la vida de los demás, de los médicos o del personal sanitario que está sirviendo y ayudando a otros;

Todo a cambio de un poco más de dinero, se lucran con productos adulterados. Me parece importante recalcar que sucede en todos los estratos sociales, porque el mal no solo infecta el corazón de un estrato social. Por eso, en algunos casos, hasta compañeros de institución infectados por el mal del pecado, están dispuestos a poner en riesgo a los demás.

Que mi actuar sea siempre un reflejo de tu amor. Regálame el don del consejo, para saber dirigirme a otros si veo que van por mal camino. Y el consejo de la sabiduría para siempre tenerte presente en mi diario vivir, en cada paso, en cada abrazo que doy, en cada palabra de aliento que le brindo a otros.

Ayúdame a ganarle la batalla al pecado Esto no nos escandaliza, porque sabemos que el mal y el pecado existen. Vivimos en una lucha constante, así que no temamos repetir esta oración al Espíritu Santo: « Ven Espíritu Santo… ¡Mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento!».

Vemos y palpamos en carne propia, que cuando falta Dios, que es amor, el poder del egoísmo se torna más fuerte que la solidaridad. La indiferencia más fuerte que el comprender el sufrimiento del otro, la codicia más fuerte que el vivir humildemente, pero con dignidad.

Si no luchamos contra el pecado, crece y se hace fuerte, tan fuerte que ya no nos deja respirar otra cosa que frialdad, rencor, avaricia, odio etc. Que en esta crisis tú saques lo mejor de mí, para demostrarle a todos que con Dios todo es posible.

¿Cómo invocar la presencia del Espíritu Santo?

Consagración al Espíritu Santo – Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagracion perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

¿Cómo pedir perdón por los pecados?

Reconozco, Señor, que no he puesto resistencia, que he caído con facilidad y he pecado, y aunque sé que Tú todo lo conoces de mí, hoy vengo ante Ti a reconocer mis culpas, pues necesito pedirte perdón con claridad de conciencia por haber actuado mal no solo de obra, sino también de pensamiento y omisión.

¿Cuál es la alabanza que le agrada a Dios?

Por Olguín Landázuri. Supervisor Distrito 6, Cauca Ante el mundo y los ángeles afirmamos que somos adoradores. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

  1. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23-24);
  2. Cuéntele al mundo por medio de su alabanza sincera que Él es Dios, Él es bueno y maravilloso, responderá con bendiciones, con ministerios, con sanidades y salvación;

Proclame que Él es su Dios y anuncie el Evangelio “En los íntegros es hermosa la alabanza” (Salmos 33:1). La palabra griega “yallontes” es rasguear. “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19).

  • Rasguear las cuerdas del corazón, es decir, alabar;
  • Todo cristiano puede exaltar con himnos, salmos y cánticos espirituales, aunque no todos son músicos;
  • El corazón es el instrumento vivo que toca todo creyente fiel en adoración;

No es un instrumento muerto, es decir, fabricado de materiales inertes, sin vida, de hechura humana. A la flauta y la cítara, Dios las cataloga como “cosas inanimadas que producen sonidos”. El corazón no es un instrumento inanimado “Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara?” (1 Corintios 14:7).

La prioridad principal de los verdaderos adoradores es agradar a Dios. En uno de los cultos mencionado en los Hechos de los Apóstoles, donde se arrepintieron como tres mil personas, se dijo: “les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios” ; en el culto de Elías no hubo música, pero descendió fuego; en el culto de los tres muchachos hebreos no hubo música, pero el fuego no les pudo hacer daño; en el culto de Pablo y Silas no hubo música pero las puertas de la cárcel se abrieron.

El centro de nuestros servicios no son las luces, los músicos o el pastor. Hoy se hacen reuniones para impresionar, impactar, entretener, ser vistos y admirados por los hombres, pero es importante entender que el centro de nuestro culto es Dios. “Él es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto” (Deuteronomio 10:21).

  1. El pueblo de Israel tenía varios instrumentos musicales, entre ellos: címbalos, salterios, arpas y trompeta;
  2. “Puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios, y arpas, conforme al mandamiento de David, de Gad vidente del rey, y del profeta Natán: porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas;

Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas” (2 Crónicas 29:25-26). Durante el sacrificio se ejecutaban estos instrumentos, no podían usar cualquier instrumento que a ellos les agradara, sino solamente los que Dios les había indicado y en las ocasiones que Dios les había señalado.

  1. Actualmente no se ofrecen sacrificios de machos cabríos, corderos o tórtolas, ni se quema incienso; nuestros sacrificios son espirituales;
  2. “Porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Hebreos 13:16);
  3. “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17);

Cuéntele al mundo por medio de su alabanza sincera que Él es Dios, Él es bueno y maravilloso, responderá con bendiciones, ministerios, sanidades y salvación. Proclame que Él es su Dios y anuncie el Evangelio “En los íntegros es hermosa la alabanza” (Salmos 33:1).

¿Qué pasa cuando se alaba a Dios?

Como Orarle A Dios No cabe duda que si asistes a la iglesia ya te has dado cuenta que la mayoría de los servicios comienzan de la misma manera; Todos entonando cánticos de alabanza y adoración a nuestro Dios. Si son cánticos de celebración, observarás a muchos dando saltos, gritando, danzando, aplaudiendo, dando gritos de alegría y más. Si son cánticos más de adoración y reverencia, observarás a algunos con las manos levantadas, otros de rodillas, otros postrados, otros llorando, etc.

Y de repente te has hecho la pregunta: ¿Cuál es la importancia de yo demostrar y expresar mi adoración y mi alabanza al Señor?. Inclusive hasta lo has hecho pero no sabes lo que eso realmente produce. Quisiera enumerarte algunas de las cosas que se producen cuando tu demuestras tu adoración a nuestro Dios.

Una de ellas es. VICTORIA. La biblia nos dice en 2da de Crónicas capítulo 20 que había un rey llamado Josafat el cual estaba temeroso, junto a su pueblo, ya que ciertos grupos se habían levantado para hacerle frente en batalla. Josafat, como estaba temeroso por sus enemigos, convocó a un ayuno para todo el pueblo y todos juntos comenzaron a humillarse en adoración buscando la guianza y la voz de Dios.

¿Y sabes que? Dios no se quedó callado. El espíritu de Dios vino al profeta Jahaziel y éste profetizó diciendo: “¡Escúchenme ustedes, habitantes de Judá y de Jerusalén! ¡Y escúchame tú, rey Josafat! El Señor les dice: “No tengan miedo ni se amedrenten al ver esta gran multitud, porque esta batalla no la libran ustedes, sino Dios.

Mañana, cuando ellos suban por la cuesta de Sis, ustedes caerán sobre ellos. Los encontrarán junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 En este caso, ustedes no tienen por qué pelear. Simplemente quédense quietos, y contemplen cómo el Señor los va a salvar.

  1. Judá y Jerusalén, no tengan miedo ni se desanimen;
  2. ¡Salgan mañana y atáquenlos, que el Señor estará con ustedes!”;
  3. Cuando nos humillamos y mostramos adoración al Señor, Dios mismo es el que pelea nuestras batallas mientras nosotros simplemente descansamos en él;

Otra de las cosas que se producen cuando demostramos adoración y alabanza a nuestro Dios es. ROMPIMIENTO. No sé si conoces la famosa historia de las murallas de Jericó y de como Josué y todo su pueblo durante 6 días estuvieron rodeando las murallas en silencio.

Pero al séptimo día todos gritaron dando voces de júbilo y victoria mientras sonaban las trompetas. Y en medio de toda esta algarabía las murallas de Jericó cayeron y pudieron conquistar la ciudad que ya Dios les había entregado de antemano.

De repente hay algo que sabes que es tuyo y que ya Dios te lo entregó pero sientes que hay un impedimento para poseerlo. Sientes como si hubiese una muralla separándote de eso que es tuyo. Quisiera animarte a que te apropies del suceso que le ocurrió a Josué y su pueblo y simplemente levantes alabanzas y gritos de júbilo y alegría a nuestro Dios para que veas que tarde o temprano esas murallas caerán y podrás apoderarte de lo que ya Dios te ha dicho que es tuyo.

  • Por último, otra de las cosas que se producen cuando demuestras tu alabanza y tu adoración al Señor es;
  • LIBERTAD;
  • ¿Recuerdas la historia de Pablo y Silas cuando estaban en la cárcel? ¿Recuerdas lo que hicieron ellos mientras estaban encarcelados? Coloquémonos en sus zapatos;

¿Que haríamos usted y yo si hoy estuviésemos encarcelados? Bueno, yo se muy bien lo que yo haría y definitivamente no es lo que hicieron ellos. Pablo y Silas comenzaron a entonar cánticos de alabanza y adoración a nuestro Dios. ¿Sabes que ocurrió a consecuencia de eso? Las cadenas de todos los presos, o sea no solo de Pablo y Silas sino de todos los presos, se soltaron y todos quedaron en libertad.

¿Cual es la enseñanza detrás de la enseñanza? Muy sencilla. De repente estás luchando con alguna atadura en tu vida y/o de repente tienes seres queridos que están luchando con ataduras. Cuando comienzas a entonar cánticos de alabanza en medio de esa “cárcel” que te tiene prisionero, Dios provocará que no solo tus ataduras, sino las ataduras de tus seres queridos queden rotas para que de esa manera tanto usted como sus seres queridos puedan disfrutar de la libertad que solamente Dios nos dá.

¡Que gran noticia! Así que te animo a que desde hoy rompas con todos los paradigmas que tengas y simplemente demuestra tu alabanza y tu adoración a Dios como nunca lo has hecho y ya verás que algo cambiará en tí y no volverás a ser el mismo. ¡Que Dios te bendiga!.