A Dónde Se Va El Alma Cuando Morimos Biblia?

A Dónde Se Va El Alma Cuando Morimos Biblia

El destino del alma. – Algunos grupos cristianos piensan que el alma humana tras la muerte entra a un estado de inconsciencia. A esto se le conoce como el sueño del alma. Pero dicha doctrina va en contra de la enseñanza de la conciencia del alma después de la muerte presente en el Nuevo Testamento (2 Corintios 5:6; Filipenses 1:23; Lucas 23:43; Lucas 16:19-31).

Tras leer Lucas 16:19-31 podemos apreciar que la Biblia enseña donde va el alma después de la muerte. En este pasaje se da a conocer la existencia de dos lugares intermedios a donde va a parar el alma humana.

Uno de ellos es el « Seno de Abraham » (el paraíso) y el otro es el infierno. El paraíso es el lugar intermedio en el que van a parar las almas de las personas que deciden seguir a Dios y someterse a su voluntad. Están aquí para mientras esperan la resurrección, cuerpo glorificado y vida eterna (Juan 5:28-29; 1 Corintios 15:51; Apocalipsis 21).

  1. En cambio el infierno es otro lugar en donde van las almas de las personas que decidieron revelarse en contra de Dios y sus lineamientos morales y espirituales;
  2. Estas almas desde ya están en tormenta y esperan el Juicio del Trono blanco para posteriormente ser lanzadas al lago de Fuego (Juan 5:28-29; Apocalipsis 20:11-15);

En conclusión podemos afirmar por medio de la Biblia a donde va el alma y el espíritu después de la muerte. El espíritu vuelve a Dios y el alma va a parar según sus obras y decisión al paraíso o al infierno. Espero que esta información sea de utilidad y bendición para tu vida.

¡Te animo a dejar un comentario quiero saber que opinas al respecto! ¡Te estaré leyendo y respondiendo! Dios te bendiga. 🙏🙏🙏 Puedes aacceder a mi publicación anterior AQUÍ: Los tres cielos que hay según la Biblia.

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¿Qué pasa con el alma según la Biblia?

Información adicional – La muerte es una parte esencial del plan de salvación del Padre Celestial (véase 2 Nefi 9:6). Para llegar a ser como nuestro Padre Eterno, tenemos que experimentar la muerte para después obtener un cuerpo perfecto y resucitado. Cuando el cuerpo físico muere, el espíritu sigue viviendo.

En el mundo de los espíritus, los espíritus de los justos son “recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso: un estado de descanso, un estado de paz, donde descansarán de todas sus aflicciones, y de todo cuidado y pena” (Alma 40:12).

Un lugar denominado prisión de los espíritus está reservado para “los que [han] muerto en sus pecados, sin el conocimiento de la verdad, o en transgresión por haber rechazado a los profetas” (D. y C. 138:32). A los espíritus que se encuentran en la prisión se les enseña “la fe en Dios, el arrepentimiento del pecado, el bautismo vicario para la remisión de los pecados, el don del Espíritu Santo por la imposición de las manos y todos los demás principios del evangelio que les [son] menester conocer” (D.

  1. y C;
  2. 138:33–34);
  3. Si aceptan los principios del Evangelio, se arrepienten de sus pecados y aceptan las ordenanzas efectuadas a su favor en los templos, se les permitirá entrar en el paraíso;
  4. Gracias a la expiación y a la resurrección de Jesucristo, la muerte física es sólo temporal: “Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22);

Todos resucitaremos, lo cual significa que los espíritus de todas las personas se reunirán con su cuerpo y serán “restablecido[s] a su propia y perfecta forma” y nunca más estarán sujetos a la muerte (Alma 40:23; véase también Alma 11:44–45). Véase también Expiación de Jesucristo; Paraíso; Plan de Salvación; Resurrección —Véase Leales a la fe, 2004, págs.

¿Qué sucede con el alma después de la muerte?

Cielo e Infierno [ editar ] – El cielo , los cielos, los siete cielos, las tierras puras, Tian , Yanna , Valhalla o Tierra de Summer, son lugares religiosos, cosmológicos o trascendentes comunes donde se dice que se originan, se entronizan o viven seres como dioses , ángeles , genios , santos o ancestros venerados.

  1. De acuerdo con las creencias de algunas religiones, los seres celestiales pueden descender a la tierra o encarnarse, y los seres terrenales pueden ascender al cielo en la vida después de la muerte, o en casos excepcionales, entrar al cielo en vida;

El cielo a menudo es descrito como el ‘lugar más alto’, el lugar más sagrado o un paraíso , en contraste con el infierno o el inframundo o ‘lugares bajos’. Es accesible universal o condicionalmente por los seres terrenales de acuerdo con diversos estándares de divinidad, bondad, piedad , fe u otras rectas virtudes o creencias o, simplemente, por la voluntad de Dios.

Otros creen en la posibilidad de un cielo en la Tierra en un mundo por venir. En las religiones indias, el cielo se considera como Svarga loka. Hay siete regiones positivas a las que el alma puede ir después de la muerte y siete regiones negativas.

[ 20 ] ​ Después de completar su estancia en la región respectiva, el alma se somete al renacimiento en diferentes formas de vida de acuerdo con su karma. Este ciclo puede romperse después de que al alma alcance Moksha o Nirvana. Cualquier lugar de existencia, ya sea de humanos, almas o deidades, fuera del mundo tangible (cielo, infierno u otros) se conoce como Otro mundo.

  1. El infierno, en muchas tradiciones religiosas y folclóricas , es un lugar de tormento y castigo en la vida después de la muerte;
  2. Las religiones con una historia divina lineal a menudo representan al infierno como un destino eterno , mientras que las religiones con una historia cíclica a menudo representan el infierno como un período intermedio entre encarnaciones;

Típicamente, estas tradiciones ubican el infierno en otra dimensión o debajo de la superficie de la tierra y a menudo incluyen entradas al infierno desde la tierra de los vivos. Otros destinos después de la vida incluyen el purgatorio y el limbo. Las tradiciones que no conciben la vida después de la muerte como un lugar de castigo o recompensa simplemente describen el infierno como una morada de los muertos , una tumba o un lugar neutral (por ejemplo, sheol o el hades ) ubicado debajo de la superficie de la tierra.

¿Dónde está el alma en el cuerpo humano?

Reseña El alma está en el cerebro; radiografía de la máquina de pensar * David A. Quebradas A. ** Grupo de Filosofía de la Mente y Ciencias Cognitivas. Universidad del Valle. Cali, Colombia “…Desgraciadamente, cuando se conoce mejor el mundo, también se conoce mejor a uno mismo; y cuando uno se conoce a sí mismo, es posible que no se guste mucho…” (p.

360) Introducción El alma está en el cerebro, Radiografía de la máquina de pensar, es la materialización del magnífico trabajo periodístico realizado por Eduardo Punset con prestigiosos científicos. Este libro es producto de las diversas conversaciones que de manera exitosa presenta el autor en el escenario de Redes, su programa de televisión, donde lleva acabo la laboriosa tarea de divulgar los avances científicos, en este caso los que gravitan alrededor de la relación que existe entre el alma (mente) y el cerebro.

Ahora bien, sabiendo cuál es el eje de gravedad del libro, se debe decir que se ha de recorrer un laberinto donde la razón y, como veremos, las emociones buscan descifrar lo que en un momento fue un misterio, pero ahora es un excitante problema. De este modo el libro se compone de dos partes, la primera PERDIDOS EN EL LABERINTO y la segunda SECRETOS DEL LABERINTO, en las que el lector neófito, avanzado y demás curiosos pueden enriquecerse con las conversaciones acerca de las diversas maneras como se pensó la relación mente-cerebro, la conciencia, lo inconsciente, la función de las emociones, las alegría y desgracias de las que estas son vehículo, y muchos otros problemas que hoy hacen que distintas disciplinas converjan para logar una hipótesis a modo de solución.

  1. Todo esto con la necesidad de no dejar por fuera ninguna ficha de este enorme rompecabezas (puzle) que constituye la naturaleza humana;
  2. Así los genes, el ambiente, el aprendizaje, la realidad, la razón, las emociones, los sentimientos, el cuerpo y la mente serán protagonistas de este laberinto que guarda al final de su recorrido, el motivo real que ha inducido por siglos al hombre a conocerse así mismo;

Perdidos en el Laberinto En esta primera parte del laberinto el autor expone como el alma (mente) se ha desplazado por el cuerpo hasta volver a su asiento, a saber, del cerebro al corazón, del corazón al hígado, al corazón y a otro parte o quizá ninguna (puesto que de las tres almas que se concibieron en la edad media, se contaba con un alma racional, cristiana, que era inmaterial), y de estos o de ningún lugar de nuevo al cerebro.

  1. Actualmente se asume, al menos en el escenario de la neurociencia, que el cerebro es el asiento de la mente, por lo que el “dónde” ya no es una cuestión en la que haya mayor discrepancia, contrario al “Cómo”;

Sí, el ¿Cómo se encuentra organizada? ¿Cómo se desarrolla? etc. De ahí que no basta con saber qué paso desde Alcmeon de Crotona (S. V a. ), Hipócrates de Cos (470-375 a. ), René Descartes (1596-1650), Thomas Willis (1621-1675), Emanuel Kant (1724-1804), Franz Joseph Gall (1758-1828), Pierre Paul Broca (1824- 1880), Karl Wernicke (1848-1904) y otros más hasta nuestra época, sino ¿Cómo paso? y ¿Qué significo? (Para profundizar en esto ver, Polanco- Carrasco, 2009).

A principio del siglo XVII, a nadie se le hubiese ocurrido que el alma inmaterial pudiera estar situada en el cerebro. En esta medida el paso del cardiocentrismo al neurocentrismo actual se debe, en buena parte, a Thomas Willis, quien y junto a otros sabios acuñó el termino neurología, además de ser pionero en la idea de curar todas las enfermedades mentales por medio de procedimientos químicos.

Willis consideraba al cerebro y la mente como una unidad indivisible, viendo al primero como el mejor asiento para la mente y no como una glándula inútil y sin forma definida, por consiguiente su idea, en palabras de Carl Zimmer, era: “…que se podían curar todas las enfermedades mentales mediante la alteración química de la actividad cerebral.

  1. Por ejemplo, él explicaba que un ataque epiléptico podía estar causado por un descontrol químico, como la pólvora que explota si no se mantiene ciertas condiciones en el entorno;
  2. […] una manera de razonar muy distinta a la que imperaba entonces, cuando la gente decía que los epilépticos estaban poseídos por el demonio…” (p;

23) Es por esto que Carl Zimmer, ensayista en el campo de la neuroanatomía y reconocido divulgador científico, subraya en repetidas ocasiones el trabajo pionero de Willis, a pesar de que este trabajo estuviera más cercano a la alquimia que a la ciencia formal si se le viera con los lentes del presente.

  • Así pues, Thomas Willis tuvo gran responsabilidad en la posterior aparición de drogas para dormir y hasta para estar despierto, y el que se haya comenzado a suponer que el mismo yo era un proceso cerebral;

Considerando lo anterior, el retorno al cerebro y el establecimiento de una posición neurocéntrica no sólo significó una reconceptualización de la relación mente-cerebro, sino también una reconceptualización de lo que cabe esperar del ser humano (naturaleza del comportamiento) y de la realidad.

  1. En vista de que aceptar que el alma está en el cerebro, hizo que un factor tan importante en el ser humano como los es el libre albedrio, se viera altamente amenazado por el fantasma del determinismo, que severamente señala que la conciencia de la que se estaba seguro que correspondía a todo lo mental y otorgaba tanto poder a la razón para dirigir el comportamiento, no es más que una pequeña pieza de un rompecabezas que yace oculto, inconsciente;

Haciendo posible que a diferencia de los animales que sólo pueden ser fieles o infieles, los hombres puedan guardar contradicciones, ser fieles e infieles, amar a la vez que odian o viceversa. Por otro lado con respecto a la realidad las cosas son más satisfactorias, pero igualmente complejas, puesto que no es fácil comprender que el cerebro adultera y falsifica la realidad con el objetivo de la supervivencia, supliendo la información que falta por fantasías y fabulaciones, dándole un sentido coherente a una realidad que aparenta ser manipulada por los sentidos, donde la memoria almacena una historia consistente en vez de una verdadera.

El cerebro construye así, una realidad que se presta fiable, en tanto que vivir en un mundo donde la duda permanece constante no permitiría que el hombre se sintiera seguro. De ahí, que basta una lesión en algún lugar de la corteza cerebral para afectar buena parte del sistema y perder el color (Parte Occipital), los recuerdos (Parte Temporal), el habla (Especialmente Parte Parietal y Frontal Izquierda) etc.

y hacer de la realidad un lugar incierto que amenaza la supervivencia. De este modo el desarrollo de la neurociencia, la biología evolutiva y la psicología cognitiva en las últimas tres décadas hace que se vuelva a lo que se había aprendido y es necesario cuestionar.

La psicología evolutiva surge integrando estas disciplinas y rompiendo con la tradición que asumía la mente como una tabula rasa (Tabla en Blanco), donde la función del cerebro se reducía a aprender y adquirir una cultura.

Contrario a esto enseña que el cerebro: “…es un conjunto de máquinas procesadoras de información que fueron diseñadas por selección natural para solucionar los problemas adaptativos a los que se enfrentaron nuestros ancestros cazadores-recolectores. Este sistema de maquinaria computacional es la base de nuestras aptitudes naturales: en ella radica nuestra habilidad para ver, para hablar, para enamorarnos, para temer las enfermedades, para orientarnos, entre muchos otros rasgos instintivos que solemos obviar o que, simplemente, asociamos a conceptos como la razón o la cultura…” (p.

112) Señalando, que a pesar de que “…a mucha gente le molesta la idea que la mente humana sea un producto de la evolución, porque ésta es una visión cínica que requiere que los humanos sean violentos y competitivos…” (p.

113), es necesario aprender concebir la misma mente como producto de la evolución. So pena de que “…la cultura no siempre es la causa de nuestro comportamiento, sino un reflejo del mismo…” (p. 118), en palabras de Steven Pinker: “…La cultura es el producto de la mente humana.

  • Las personas tienen que inventar palabras y construcciones gramaticales para que existan las lenguas, hay que inventar formas artísticas… Y, para adquirir la cultura, el ser humano tiene que interpretar constantemente lo que hacen los demás cuando están hablando, o creando arte, o cuando está dando ejemplo;

Los seres humanos no son fotocopiadoras o grabadoras de vídeo: deben interpretarlo…” (p. 119) Así hay cosas que se tienen que olvidar y que no se debían haber aprendido como la manera en que aún se entiende la naturaleza humana y la cultura. Pero antes de seguir a la segunda parte de este intrincado recorrido, huelga señalar que aún falta mucho por descubrir acerca de la estructura y funcionamiento del cerebro y la manera como los procesos cognitivos que constituyen la mente se organizan en este y con la cultura.

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Secretos del Laberinto Esta segunda parte, en el laberinto, las conversaciones bridan las posibles claves para la construcción del puzle, que a la misma vez que es el problema que se quiere resolver, es el mapa donde esta representada la ruta para salir del laberinto.

Así, se presenta la función de las emociones y los sentimientos en la toma de decisiones, en la convivencia, pero ante todo en la supervivencia, la relación entre el lenguaje y el cerebro, y la relación existente entre los genes y el medio ambiente y el problema de la determinación o no de las enfermedades mentales.

Desde Descartes y Kant y hasta no hace mucho, la razón fría y neutra, lejos de las pasiones, era la luz que iluminaba al hombre en sus decisiones, de modo que la mente (racional) aparecía indiferente a las pasiones que tenían un carácter mecánico y entorpecían el razonamiento.

No obstante como lo demuestra el trabajo realizado con pacientes prefrontales por Antonio Damasio director del Instituto Cerebro y Creatividad y su grupo de investigadores, tal razón propia de los prefrontales que no pueden integrar la evaluación cognitiva con la información afectiva, no es nada ventajosa, en tanto que la razón fría y neutra a pesar de poder elaborar múltiples hipótesis no puede establecer una preferencia por alguna de ellas y así tomar una decisión.

  1. El no poder marcar con una emoción las hipótesis que se elaboran, hace difícil dar el punto final a la elaboración de hipótesis y que sea más que un dilema decidir por alguna de las hipótesis como lo demuestra fide-dignamente el paciente de Damasio, Elliot, quien luego de tener múltiples hipótesis para solucionar un problema decía: > (Damasio, 2003) Pero ¿Qué son las emociones y los sentimientos? ¿Cuál es el proceso? ¿Cómo se controlan? Etc;

Son preguntas que siempre habían evadido las ciencias de la mente, como la neurociencia y la ciencia cognitiva que gastaban todas sus energías en el intento de comprender los procesos cognitivos, tales como la atención, la planificación, la precepción, el lenguaje, el movimiento voluntario entre otros.

Sin embargo actualmente una nueva ola de investigaciones en neurociencia cognitiva han dirigido su atención hacia las emociones y los sentimientos, y gracias a esto hoy se puede decir, de acuerdo a Damasio, que las emociones son ese conjunto de cambios fisiológicos automáticos que se desencadenan después de que un estímulo que tiene el poder de desencadenar esta reacción aparece en el medio o en la mente (i.

un recuerdo), y que los sentimiento se configura a partir del “…conjunto de estímulo/ reacción corporal/ ideas…” (p. 198), es decir los sentimientos vendrían a ser la percepción de las emociones. Y ahora bien, respondiendo a la tercera pregunta Damasio sugiere, soportándose en Spinoza, que una emoción negativa no se controla con la mera razón, que “…la mejor manera de contrarrestar una emoción negativa es tener una emoción positiva aún más fuerte…” (p.

  • 196);
  • Sobra resaltar que las emociones y los sentimientos son las bases para el establecimiento de vínculos afectivos como la empatía, y que estos soportan la capacidad de constituir una experiencia que permita “colocarse en los zapatos del otro”;

La desintegración de lo intelectual y lo afectivo, es una de las características principales del psicópata, que como indica Robert Hare: “…puede entrar en tu cerebro e intentar imaginar qué piensas; sin embargo, jamás podrá comprender cómo te sientes.

Es como intentar explicarle los colores aun daltónico. […] puede llegar a relacionarse social e intelectualmente, pero ven y tratan a las personas como objetos…” (p. 216) Al presente, la psicopatía es una de las enfermedades mentales que más llama la atención, en tanto que no es una enfermedad exclusivamente genética o adquirida, es una enfermedad donde es necesario ambos factores, puesto que no basta una predisposición genética que configure un hombre que no puede situarse en lugar del otro y que no pueda establecer ningún lazo afectivo, se necesita de un ambiente, un estímulo que tenga el poder de dar lugar a una función donde las emociones no subirán al escenario para evaluar el delito.

Pero sin quedarse atrás y cortando las venas de los científicos y muchos hombres más, está la depresión; si por desgracia en la lotería genética le tocara un gen denominado 5-HTT, y en la ambiental se ganara determinado ambiente, es muy probable que se deprima.

  1. Por esto, Robert Sapolsky “…menciona que los genes determinan ciertas cosas en entornos concretos…” (p;
  2. 284), y esto vale tanto para las enfermedades mentales (depresión, psicopatía, psicosis entre otras) como para el caso de la creatividad o genialidad, sin olvidar que se es loco o genio en la medida que la sociedad lo reconozca como tal;

A fin de cuentas la depresión, la psicosis y otras enfermedades mentales, son el precio que muchos han de pagar por tener un cerebro que posee la capacidad extraordinaria para duplicar el mundo a través del lenguaje, puesto que es lenguaje, el sistema de símbolos, signos y significados que posee una estructura y unas reglas (sintaxis) que son vehículo de diversos contenidos (semántica), el que le da la capacidad al hombre de contarse una historia coherente aunque no sea verdadera.

Se necesita estar más que despierto para sentir terror, para soñar, para delirar y agregarle al mundo más personajes, nuevos colores y emociones extravagantes, se necesita de una historia y ser conciente de ella, ser narrador y narratario (persona a quien se le cuenta), se necesita el lenguaje que se inscribe en la cultura, y de un cerebro que pueda ser capaz de esto.

Después de todo este recorrido, basta decir que las emociones, la razón, el lenguaje, el cuerpo, el cerebro, la mente, los genes, el medio ambiente, la cultura y saber cómo encajan todas estas fichas, son las claves para llegar al final del laberinto y encontrar el motivo por el que el hombre ha querido descifrar el problema de su naturaleza, un estado transitorio, una emoción que se desvanece en el tiempo, pero que tiene la oportunidad de aparecer una y otra vez con distintos tonos, la Felicidad.

Sí, la búsqueda de la felicidad, la ausencia de miedo, fue en todo momento el objetivo por el cual se entró en el laberinto y se ha tratado de comprender las claves para salir de este. Resta decir que El alma está en el cerebro es un apasionante recorrido, en el que el autor junto con los especialistas de la neurociencia, la psicología cognitiva y del comportamiento, logra descifrar el enmarañado laberinto que se ha atravesar para encontrar la felicidad, desde luego a partir de una radiografía de la máquina de pensar, que además de servir como mapa para salir del laberinto, es un conjunto de discusiones muy didácticas, un ejemplo para los profesionales de cómo hacer inteligible para el hombre de la calle y el aprendiz estos problemas que aparentan ser inasequibles y que evidencian que: “…Los seres humanos, en fin, somos un puzle completo en el que el significado del sistema global no se puede deducir de cada uno de sus componentes, por muy bien que los conozcamos.

Es relativamente fácil saber cuáles son las piezas; lo difícil es conseguir que encajen…” (p. 283) Referências Damasio, A. (2003). El error de Descartes. La emoción, la razón y el cerebro humano. Edit. ROMANYA/VALLS, S. Barcelona. [ Links ] Polanco-Carrasco, R.

(2009). “Una historia artificial de la mente; en busca de su objeto”. Cuad. Neuropsicol. 2009; 3 (1); 24 – 64 Punset, E. (2008). El alma está en el cerebro. Radiografía de la máquina de pensar. 2da. Edición. Punto de Lectura, S.

Madrid, España. [ Links ] Recibido: 27 Octubre 2009. Revisado: 16 Noviembre 2009. Aceptado: 1 Diciembre 2009 Agradecimientos Agradecemos de manera especial al Ph. Oscar Sierra por la lectura, corrección, sugerencias y aportes al presente trabajo. * Punset, E.

(2008). El alma está en el cerebro. Radiografía de la máquina de pensar. 2da. Edición. Punto de Lectura, S. Madrid, España. 425 Págs. ** Co-Investigador de Mentis, Grupo de Filosofía de la Mente y Ciencias Cognitivas.

Universidad del Valle. Cali, Colombia Contacto: queto87@hotmail. com ¥ Psicóloga Practicante de la Corporación Juan Bosco, Secretaria General del Grupo Estudiantil y Profesional de Psicología Univalle y miembro del comité editorial de la Revista de Psicología GEPU.

¿Qué pasa después de la muerte según la Biblia Reina Valera 1960?

¿Qué sucede cuando morimos? – Cuando morimos, nuestro espíritu y nuestro cuerpo se separan. Aunque nuestro cuerpo muere, nuestro espíritu, que es la esencia de quienes somos, sigue viviendo. Nuestro espíritu va al mundo de los espíritus. El mundo de los espíritus es un período de espera hasta que recibamos el regalo de la resurrección, cuando nuestros espíritus se reunirán con nuestros cuerpos.

¿Cuánto dura el alma después de la muerte?

Hay que tener en cuenta que el tiempo entre la muerte y el funeral no puede ser inferior a 24 horas ni superior a 48 horas, salvo cuando se trate de algún caso especial.

¿Qué pasa después de los 40 días de muerto?

Según San Lucas, Jesús acaba su paso por la tierra a los cuarenta días de su Resurrección, significando la consumación de su trabajo de redención y entrada en el cielo. Quedará Pentecostés.

¿Cómo saber si una persona está descansando en paz?

¿Qué es el alma de una persona según la Biblia?

Las tres partes del hombre – Echemos un vistazo a la nota 5 en 1 Tesalonicenses 5:23 en la Versión Recobro. Dado que se trata de una nota extensa, la leeremos en secciones. La primera parte de la nota dice: “Esta palabra claramente indica que el hombre consta de tres partes: espíritu , alma y cuerpo.

El espíritu como nuestra parte más profunda, es el órgano interno, por el cual tomamos conciencia de Dios y tenemos contacto con Él (Jn. 4:24; Ro. 1:9)”. El espíritu humano es la parte más profunda de una persona.

Por medio de esta parte más interna, podemos contactar a Dios en la esfera espiritual. Ninguna otra criatura fue creada por Dios con esta tercera parte. Ahora leamos la siguiente sección de la nota, que explica nuestra alma: “El alma es nuestro mismo yo (cfr.

Mt. 16:26; Lc. 9:25), un intermediario entre nuestro espíritu y nuestro cuerpo; por ella somos conscientes de nosotros mismos y tenemos nuestra personalidad”. Nuestra alma percibe las cosas en la esfera psicológica.

De hecho, en griego, el idioma original del Nuevo Testamento, la palabra para alma es psujé , que también es la palabra raíz de psicología. Nuestra alma es nuestra personalidad, quienes somos. Con nuestra alma pensamos, razonamos, consideramos, recordamos y nos preguntamos.

Experimentamos emociones como felicidad, amor, tristeza, ira, alivio y compasión. Y somos capaces de determinar, elegir y tomar decisiones. Ahora leamos la siguiente sección sobre nuestro cuerpo y cómo se relacionan nuestras tres partes: “El cuerpo como nuestra parte exterior es el órgano externo; por él somos conscientes del mundo y tenemos contacto con el mundo material.

El cuerpo contiene el alma, y el alma es el vaso que contiene el espíritu”. Nuestro cuerpo existe y contacta las cosas tangibles del mundo material usando nuestros cinco sentidos físicos. El cuerpo es la parte visible y externa de nuestro ser, y contiene el alma. .

¿Cuál es la diferencia entre el alma y el espíritu?

Espíritu, alma y cuerpo – El espíritu se diferencia del alma porque el espíritu es considerado universal , en contraste con el alma, que es individual. Según la teorización cristiana, el hombre se compone de tres elementos: el cuerpo, el alma y el espíritu.

En este sentido, el cuerpo es el soma o lo carnal; el alma es lo que nos imprime de personalidad individual, donde reside la imaginación, los sentimientos, la razón (mente, emoción y voluntad), y, finalmente el espíritu es la herencia divina de nuestro ser, donde reside la fe, la esperanza, la reverencia y nuestro mundo espiritual.

La introducción del Espíritu Santo representa justamente el espíritu divino y sagrado de Dios. Vea también

  • Alma
  • Espíritu Santo

¿Qué es el alma y dónde habita?

Los sentimientos del alma – Las sensaciones no nacen del yo ni son orientadas hacia un objeto; éstas siempre son localizables en el cuerpo biológico ( Körper ). En ellas, por tanto, no podemos encontrar al yo como lo hemos concebido (Stein, 1964: 46).

  1. Max Scheler distingue los varios niveles de sentimientos a fin de ubicarlos correctamente en relación con el yo;
  2. En el primer peldaño están los sentimientos sensoriales o sentimientos de sensación, según calificativos de C;

Stumpf. 3 Observemos que el yo tiene una relación lejana con éstos: el placer sensible (el dulce en la lengua) o el dolor (herida o quemadura). En segundo lugar aparecen los sentimientos propio corporales, como estado, y los sentimientos vitales, como función (la persona realiza actos; no así el yo y el alma, que sólo cumplen funciones).

Expliquémonos: las funciones son psíquicas, implican un cuerpo y un medio; los actos son ejecutados por la persona y son independientes del cuerpo. La euforia es uno de estos sentimientos como estado; la pasión, como función.

Si, a nivel de meras sensaciones, la voluntad puede intervenir y afectarlas, olvidarlas, por ejemplo, en los sentimientos vitales o propio corporales (es decir, en los dos casos acto o función), la acción del hombre es reducida. Gracias a esta distinción y descripción que hace el autor, nos acercamos a una relación más profunda con el yo.

  • En efecto, cuanto más cerca del yo se encuentre la sensación, el hombre en su totalidad podrá tener menor influencia sobre ella;
  • Faltaría la distancia sin la cual, a causa de la imbricación resultante de la cercanía, el “control” de las sensaciones no es posible;

Domina, así, la unidad de la que nos percatamos al reconocer la esencia del alma. Identificamos, luego, los sentimientos del alma llamados también sentimientos puros del yo. El gozo es uno de ellos. Es preciso hacer aquí una crítica al autor. Parecería ésta una contradicción con lo que analizábamos antes, ya que aparentemente el yo no tiene sentimientos propios, pues los unifica todos.

Tal vez la falta de sistematización, bien conocida en Scheler, sea la causa de tal defecto. Sin embargo, se podría afirmar que los sentimientos del alma son los más próximos al yo y, en esta forma, salvar el escollo.

La acción de la voluntad es menor que en el caso anterior. Finalmente encontramos —más allá del ‘alma’ scheleriana— el espíritu, que tiene sus manifestaciones propias. La distinción entre ambos permite conocer mejor el alma y atribuir al espíritu todas las facultades que le son propias: la inmortalidad, por ejemplo, ya que el alma sí es mortal en este sistema de pensamiento.

  • La voluntad no tiene ninguna acción sobre los sentimientos personales o espirituales, es decir, los sentimientos de la personalidad (la beatitud o la desesperanza pertenecen a esta categoría);
  • La relación de éstos con el yo es secundaria, ya que este último es sólo un sustrato que permite a la persona tener acción y manifestarse;

En este sentido, si el yo es afectado por dichos sentimientos, por corresponder éstos a un nivel superior, debemos partir de un centro de mayor importancia en el hombre: la ‘persona’, que manda finalmente sobre el todo humano. Tocamos aquí un punto medular de la antropología scheleriana y su vocación hacia la ‘persona’.

Si ésta había sido considerada anteriormente desde Tomás de Aquino, en Scheler vuelve a ocupar el centro de nuestras inquietudes y a ser la resolución de muchas dificultades filosóficas en consideraciones menos sintéticas y de menor altura.

De esta forma, nos adentramos también al nivel ontológico, desde el cual se percibe y conoce al ser humano. Por estas razones puede considerarse a Scheler el fundador del personalismo moderno, tratado por Maritain 4 en su forma esencial y por Mounier 5 en su forma existencial.

Atendamos ahora la tercera especie de sentimientos, que es lo más cercana al ‘alma’. Son nombrados también sentimientos anímicos (la alegría o la tristeza son ejemplo de éstos). Son sentimientos puros del yo, pero su “unión” con el yo no debe considerarse uniforme.

Scheler indica que puede haber mayor o menor cercanía con el yo. Por otra parte, es esencial notarlo, los sentimientos vitales pueden influir sobre ellos, pero no dependen de ellos. Hablamos de motivación pero no de causalidad, lo que corresponde con la forma cómo se desarrolla la ciencia.

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Las ciencias sociales buscan la motivación, es decir, el futuro: ¿a dónde vamos? Las ciencias de la naturaleza, que tratan el determinismo, buscan las causas. Existe la posibilidad real de que, efectivamente, un sentimiento del alma pueda modificarse, desaparecer o dejar lugar a otro por influencia de un sentimiento vital.

Un dolor lancinante desplaza, a la larga, la alegría de un éxito obtenido. Estas anotaciones y descubrimientos deben integrarse en la visión ética del hombre. Scheler, en efecto, es eticista , impulsado por una antropología definida por los planteamientos y preguntas de la ética.

La distancia psíquica del yo puede medirse de acuerdo con la calidad de dichos sentimientos. La presencia inevitable de los sentimientos vitales afecta a los sentimientos del alma: si la relación es muy íntima se podría hablar de menos pureza en los sentimientos del alma y, por consiguiente, de alejamiento del yo; por el contrario, cuando el sentimiento del alma está desligado totalmente de los sentimientos vitales (felicidad a pesar del dolor físico) se logra mayor pureza y, por consiguiente, más cercanía al yo (psíquico).

Al llegar a estos estados, los sentimientos del alma se unen con los contenidos de conciencia del individuo; es decir que los fenómenos son “residuo” de la reducción fenomenológica. Por eso, por esta imbricación, la acción de la voluntad es muy reducida y estos sentimientos difícilmente pueden ser orientados para felicidad nuestra; más aún, si aplico en ellos mi voluntad mediante la atención, los desarticulo, los destruyo.

Por ejemplo, el alejarse voluntariamente de un sentimiento sensorial (quemadura), atendiendo otros asuntos, produce el olvido y “desaparece” el dolor; sin embargo, a un sentimiento del alma positivo (gozo), que si no le pongo atención crece, lo aniquilo al aplicarle mi voluntad cuando los sentimientos del alma son negativos (tristeza), si aplico lo mencionado, contrario al caso anterior, la acción reduce los efectos negativos.

Es posible ir más lejos en este análisis y proyectarse hacia modos de actuar que podrían llamarse perversos. Scheler insiste en ello diciendo que los sentimientos sensoriales son creables por la voluntad: puedo producir en mí sensaciones con la sola voluntad; ahora bien, propiciarlas mediante el descuido de mi salud física representa dificultades psíquicas sin solución real o aparente.

Este modo de tratarse a sí mismo es lo más degradante que puede darse, ya que las energías superiores están orientadas y son puestas al servicio de lo más superficial del hombre. Voluntad, inteligencia, razón ancillae del placer o del dolor (psicopatía), esclavas del hedonismo pedestre.

Los sentimientos del alma son, pues, estado o función del yo (la función aquí es el lazo entre perspectiva interior y exterior, entre alma y cuerpo, Leib ). En síntesis, para el cuerpo se dan las funciones vitales, para el yo las funciones psíquicas, para la persona los actos espirituales.

  • El yo, así como el alma-propio-corporal es la emanación de la percepción interna del cuerpo propio;
  • Su acción es independiente de la del cuerpo-propio-corporal;
  • La tristeza no necesita de un cuerpo físico ( Körper ) para darse, no es extensiva;

El alma se distingue del cuerpo en que los fenómenos captados por ella son inextensos, en oposición a los del cuerpo que sí tienen extensión y, por consiguiente, ubicación física en alguna parte. Lo inextenso de las sensaciones del alma le procura una manera muy peculiar de relacionarse con el yo.

Pero la extensión no, únicamente, está determinada por tres dimensiones, como enseñan la geometría y la física, existe también el tiempo. Los fenómenos del alma son extensivos también en el tiempo; en efecto, en ellos se da cierta durabilidad que permite hablar de una extensión temporal.

La tristeza está presente muy cerca del yo, es propia del yo. Hablar de cercanía en este caso es inadecuado, pero las palabras son insuficientes para expresar este fenómeno psíquico. Se abre ante nuestros ojos una perspectiva que nos ubica, de mejor modo, ante un sentimiento muy común entre seres humanos: la simpatía.

Efectivamente, puedo crear en mí (imaginar y hacer real) un sentimiento que yo no he vivido del alma de otro. Puedo co-sentir, es decir, sentir con él, experimentar la misma pena (Scheler: 342). La etimología de simpatía ya lo indica: sentir con o sufrir con.

La fenomenología indica con mayor profundidad en qué forma es posible hacer de este “con” una realidad. Para entender los valores propios del alma del otro, recurro a los fenómenos de expresión. Si no he vivido nunca los sentimientos del otro, si no los he captado nunca en mi interior, me resulta imposible establecer contacto con ellos.

Sin embargo, la demostración exterior de tales sentimientos me ubica en una actitud receptiva para compartir los contenidos del alma del otro. Confirmamos, así, la relación del yo con un tú que, en este caso, se expresa de un modo claro.

La relación con el tú no es simplemente exterior, ya que existe una interrelación mediante la vivencia —si es propiciada— de los sentimientos propios del yo del otro. Esta relación no se limita solamente al conocimiento del tú, pues también se comparten íntimamente los sentimientos del alma, que son casi el nivel más alto de sentir en el hombre.

Hago míos tus sentimientos. Se nota, así, que la simpatía no es una relación sencilla: exige de parte de los interesados un movimiento del alma que recree los sentimientos del otro. No es un fenómeno pasajero, no intencional o espontáneo.

Existe un primer contacto visual que es sólo una introducción a la simpatía. No se debe confundir este primer acercamiento, aún superficial, con el sentimiento que sigue si le damos vida: la simpatía. La cercanía entre dos personas que viven la simpatía es profunda, lo cual produce gozos generosos y tristeza verídica.

Existe una tradición filosófica que consiste en oponer la percepción interna a la percepción externa. Descartes 6 manifestó que la interna no puede engañar. Husserl vuelve a esta misma posición, origen de su método fenomenológico, cuando la externa no es confiable; de ahí las reducciones, es decir, el trabajo de “limpieza” del objeto por conocer , envuelto en razones sociológicas, históricas o religiosas.

Scheler, por el contrario, considera las dos opciones igualmente válidas: dos formas eficaces de conocer; sin embargo, admite que pueden darse errores o ilusiones que no radican en el camino de la búsqueda sino en la debilidad del hombre, manifiesta tanto en una como en otra manera de enfrentar la realidad.

El origen de estos dos modos de estar en el mundo para el ser humano (del alma-propio-corporal y del cuerpo-propio-corporal) es uno. El cuerpo propio ( Leib ) es, en efecto, anterior a las dos maneras de percibir.

La existencia de estos dos puntos de vista que permiten al hombre relacionarse con el mundo, de las dos perspectivas de encuentro, está fundada, por consiguiente, en la preexistencia del cuerpo propio. El alma no es una sustancia localizable en un cuerpo: no se puede decir que existe algún lugar donde ésta tenga sede (ni siquiera existe un centro único de los procesos nerviosos).

Sin embargo, lo psíquico, que podría ser característico de lo que produce el alma, coincide con la vida. Tocamos, así, la otra dualidad propia de Scheler: vida-impulso y espíritu. No nos detenemos en esta nueva dualidad, que enriquece enormemente nuestro conocimiento del ser humano, porque abre una ventana hacia un mundo muy amplio que debe ser tratado de manera independiente.

Nos limitamos a considerar estos dos aspectos como parte de un mismo proceso vital. El primero es el Leibkörper (cuerpo propiamente corporal), este cuerpo tal como lo percibimos desde fuera (me descubro a mí mismo olfato) y me ubico en el espacio y en relación con los otros objetos que me rodean gracias a mis sentidos de la vista o el olfato.

El segundo es el alma, captación desde dentro. A pesar de sus diferencias esenciales, existe una característica común entre cuerpo y alma: la unidad que mantienen en torno a un centro de referencia. Para el alma o para las sensaciones orgánicas, el yo congrega las vivencias o relaciones sensoriales, a fin de edificar, así, una unidad específica.

Para el cuerpo, la unidad se da por el sentir orgánico conjunto. Aunque las sensaciones orgánicas son localizables en el cuerpo en torno a los órganos respectivos, el conjunto de todas ellas nos da el conocimiento de la totalidad y de la unidad de este cuerpo.

  • Si veo un paisaje, si piso una piedra y si oigo el sonido del aire al mismo tiempo o en momentos sucesivos, sé que es un solo cuerpo el que capta de modo diverso el mundo exterior;
  • Estas dos percepciones mencionadas son las que nos permiten conocer el cuerpo propio;

Entonces, el cuerpo es la animación para el hombre y el alma es la coordinación de los hechos del alma (los relaciona y ordena). Aclaremos que no se puede confundir alma con conciencia. Aquí hablaremos de saber conjunto, de asir en forma coordinada los hechos anímicos.

Importante es comprender cómo el alma es la fuerza que permite la conjunción de las sensaciones y le proporciona su carácter de percepción global. De ahí, el descubrimiento que esta doble percepción está fundada en el encuentro total e inmediato, es decir, sin intermediario, del hombre consigo mismo.

Este hecho fundamental logrado mediante el contacto entre dos perspectivas distintas se conoce como el “cuerpo propio”. Dicho reconocimiento es esencial para la creación de la ‘persona’, la cual surge del encuentro del ser consigo mismo en forma directa, la que aquí se muestra.

Ahora bien, este encuentro se da a través de los contactos exteriores: tú, ustedes, cosmos y Dios, dice Martín Buber, 7 para todo ello se requiere esta captación concentrada, sintética; de tal suerte que sigamos como unidad característica primera del individuo.

Esta unidad es óntica , como diría Scheler; es decir que el factor de unidad es la vida, que alimenta tanto el cuerpo como el alma. La vida es una realidad superior a esta oposición, y en ella se resuelve la dificultad encontrada al separar, por motivos de estudios, el cuerpo y el alma.

  • Está es el elemento central e indispensable que faltaba para que el hombre se descubriera uno en forma indiscutible;
  • Asimismo, es la diferencia con otras especies en las que la unidad no se presenta (aun cuando biológicamente las relaciones vitales estén orientadas en un mismo sentido, jamás se genera el conocimiento de tal unidad);

Teilhard lo apunta, varias ocasiones, en su búsqueda de los orígenes; cuando habla de la hominización afirma que lo nuevo es el conocer del conocer. El hombre, a diferencia del animal, sabe que conoce. Ahí reside la unidad. Nos adentramos a un nivel superior.

  • La unidad vital tiene, para el ser humano, otro nombre y otra sustancia;
  • El hombre puede afirmar su yo, pues es el único que puede decir “yo”;
  • Scheler indica, así, que existe otra realidad de orden superior en el hombre, causa de esta riqueza: “Ninguna unión entre los procesos ‘del alma’ y los procesos corporales es posible ni comprensible sino porque se realiza por la intervención de la acción eficaz, unitaria e indivisible, de la persona” (Scheler: 484);

Precisemos ahora las características que diferencian alma y cuerpo. Ya hemos notado la orientación de las dos perspectivas, agreguemos ahora un nuevo dato. Lo psíquico es conocido doblemente: en forma objetiva, hacia fuera como ser vivo, y subjetiva, hacia dentro como “alma” (Dupuy, 1959: 393).

  • Yo me conozco como ser vivo al observarme desde fuera;
  • Tengo la capacidad de proyectar mi aptitud de conocerme en un objeto exterior a mí mismo, y por ello este conocimiento se torna objetivo en el sentido de que mi propio ser se transforma en objeto para mí;

La vida del alma, por consiguiente, es vida natural, si se opone a la vida espiritual ya anunciada supra , que es de otro orden. Ahora bien, la unión de la vida del alma al factor vital no es siempre de la misma especie, puede ser más o menos directa, y la influencia del espíritu sobre los procesos vitales puede hacer dudar de esta dimensión.

  1. Eso quiere decir que en algunas manifestaciones mentales no es fácil distinguir el espacio que ocupa el espíritu, la presencia eficaz del espíritu, ya que lo psíquico, en algunas de sus demostraciones, puede estar muy cerca de lo espiritual y confundirnos;

Podemos aportar un ejemplo muy común en nuestro medio judeocristiano. La fe y la devoción son dos manifestaciones de la religiosidad. La fe es propiamente espiritual, la devoción es propia del alma, más cercana a las emociones.

¿Que hay en el alma?

Los tres componentes del alma son la voluntad, mente, y las emociones, vamos a analizar hoy la voluntad y cómo influye este componente en todas las reacciones de mi alma.

¿Qué tipo de almas hay?

Según tal teoría el cuerpo humano estaría habitado por tres clases de almas : el alma concupiscible, el alma irascible y el alma racional, ubicadas respectivamente en el vientre y bajo vientre, en el pecho y en la cabeza.

¿Por qué los muertos nada saben Biblia?

1 He dedicado mi corazón a todas estas cosas para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios. El hombre no sabe ni de amor ni de odio, aunque todo está delante de él. 2 Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo a suceso ocurre al justo y al malvado; al bueno, y al puro y al impuro; al que sacrifica y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que b jura , como al que c teme jurar.

  1. 3 Este es un mal que hay entre todo lo que se hace debajo del sol: que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno del mal, y hay locura en su corazón durante su vida;

Y después de esto se van a los a muertos. 4 Aún hay a esperanza para todo aquel que está entre los vivos, pues mejor es perro vivo que león muerto. 5 Porque los que viven saben que han de morir; mas los muertos nada saben ni tienen más recompensa, porque su recuerdo cae en el olvido.

  1. 6 También su amor, y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol;
  2. 7 Anda, come tu pan con gozo y bebe tu vino con alegre corazón, porque tus obras ya son agradables a Dios;

8 En todo tiempo sean a blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. 9 a Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu b vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.

10 Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el a Seol , adonde tú vas, no hay obra, ni razonamiento, ni conocimiento ni sabiduría. 11 Me volví y vi debajo del sol que no es de los a ligeros la carrera, ni la batalla de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas ni de los entendidos el favor, sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.

12 Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son apresados en la mala red y como las aves que son apresadas en el lazo, así son atrapados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos. 13 También he visto esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: 14 Había una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y vino contra ella un gran rey, y la sitió y edificó contra ella grandes baluartes.

15 Y se hallaba en ella un hombre pobre y sabio, el cual libró la ciudad con su sabiduría; pero nadie se acordaba de aquel hombre pobre. 16 Entonces dije yo: Mejor es la a sabiduría que la fuerza, aunque la sabiduría del pobre sea menospreciada y no sean escuchadas sus palabras.

17 Las palabras del sabio en quietud son más oídas que el clamor del gobernante entre los necios. 18 Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un solo pecador destruye mucho bien..

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¿Por qué hay que orar por los difuntos?

Por la festividad de Todos los Santos acudimos a los cementerios para recordar a nuestros difuntos. El amor que les profesamos queda de manifiesto en el cuidado y el adorno con flores de sus tumbas. La Iglesia además nos recuerda, en especial en estos días, la importancia de no descuidar la oración por los difuntos.

Al orar por los difuntos hacemos profesión de nuestra fe en la vida eterna, de nuestra esperanza en un futuro reencuentro con ellos junto al Padre Dios, de nuestra confianza en la misericordia de Dios, necesaria para que quienes han muerto sean purificados de sus faltas, y de la comunión con quienes nos han precedido en el señor.

Quienes mueren así pasan por una purificación ante Dios juez. Dicha purificación comporta dolor y alegría. Dolor porque quema lo impuro que hay en ellos, y alegría porque sabemos que van a ser totalmente de Dios. Nosotros podemos y debemos pedir por esas personas.

  • Es lo que hace la Iglesia, es lo que hacemos los creyentes cristianos;
  • Nuestra oración expresa nuestra esperanza;
  • No conocemos el resultado directo de nuestra oración, pero no podemos dejar de confiar;
  • Dios es bueno para los que esperan y confían en él, para quienes lo buscan de corazón;

En el Evangelio se nos habla de las estancias que hay en la casa del padre. Aluden a un designio de Dios. En su misericordia nos ha pensado junto a él para siempre. Por eso rezamos por nuestros difuntos. San Agustín decía: “Una lágrima se evapora, una rosa se marchita, solo la oración llega hasta Dios”.

Dios no abandona a ninguno de sus hijos. Somos conscientes de que el pecado nos hace indignos ante Dios, pero también que él ha ideado maneras justas y misericordiosas para que pueda realizarse su salvación en nuestros difuntos.

H *Obispo de Segorbe-Castellón.

¿Qué dice Juan 11 11?

1 Estaba entonces enfermo uno llamado a Lázaro , de Betania, la aldea de b María y de c Marta , su hermana. 2 ( a Y María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que b ungió al Señor con perfume y enjugó sus pies con sus cabellos). 3 Enviaron, pues, sus hermanas a decir a Jesús: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.

  • 4 Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la a gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella;
  • 5 Y amaba Jesús a Marta, y a su hermana y a Lázaro;
  • 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba;

7 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. 8 Le dijeron los discípulos: Rabí, hace poco los judíos procuraban apedrearte, ¿y otra vez vas allá? 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que a anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo.

  • 10 Pero el que anda de noche tropieza, porque no hay luz en él;
  • 11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarle;
  • 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, se recuperará;

13 Pero Jesús hablaba de la muerte de Lázaro, y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. 14 Entonces, Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15 y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. 16 Dijo entonces Tomás, llamado el Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con a él.

17 Llegó, pues, Jesús a y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18 Y Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince a estadios ; 19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María para consolarlas por su hermano.

20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto; 22 mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.

23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25 Le dijo Jesús: Yo soy la a resurrección y la b vida ; el que cree en mí, aunque esté c muerto , d vivirá.

26 Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. 28 Y cuando hubo dicho esto, fue y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.

  1. 29 Ella, cuando lo oyó, se levantó deprisa y fue a él;
  2. 30 (Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado);
  3. 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado deprisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí;

32 Y María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. 33 Jesús entonces, cuando la vio llorando, y a los judíos que habían llegado con ella también llorando, se conmovió en espíritu, y se turbó, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.

35 Y lloró Jesús. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Pero algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho que Lázaro no muriera? 38 Y Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro.

Era una cueva, la cual tenía una piedra puesta encima. 39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, pues lleva cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? 41 Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto.

Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy porque me has oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que a tú me has enviado.

43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había estado muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejadle ir. 45 Entonces muchos de los judíos que habían venido a ver a María y habían visto lo que había hecho Jesús creyeron en él.

46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho. 47 Entonces los principales a sacerdotes y los fariseos se juntaron en concilio y decían: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos b milagros.

48 Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación. 49 Entonces a Caifás , uno de ellos, b sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada, 50 ni pensáis que nos conviene que un hombre a muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.

  • 51 Mas esto no lo dijo de sí mismo, sino que, como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; 52 y no solamente por esa nación, sino también para a reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos;

53 Así que, desde aquel día convinieron en matarle. 54 Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín, y se quedó allí con sus discípulos. 55 Y estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse.

¿Qué dice la Biblia sobre el alma y el espíritu?

Los seres humanos son complicados. Cada uno de nosotros es único; procedemos de varios trasfondos y tenemos diferentes personalidades. Pero con respecto a cómo Dios nos creó, realmente todos somos iguales. La Biblia nos dice en 1 Tesalonicenses 5:23 que todos fuimos creados con tres partes: un espíritu, un alma y un cuerpo: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y vuestro espíritu y vuestra alma y vuestro cuerpo sean guardados perfectos e irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

¿Cuáles son los estados del alma?

Los cuadernos como lugares de pensamiento, reflexión y aprendizaje, donde las ideas se hacen visibles, donde los pensamientos se hilvanan en una combinación de líneas, colores y palabras. Así, antes y durante el viaje por los desiertos del oeste de Estados Unidos, los cuadernos no solo son un diario imaginario de momentos clave y reveladores de esta experiencia -más de veintiséis mil kilómetros de soledad, silencio y paisajes de indómita belleza-, sino que en sus páginas residen los pensamientos mágicos que evocan días y días de tránsito por las carreteras infinitas y solitarias en busca de los lugares donde hacer fotografías, donde el cuerpo y el alma se imbrican para crear nuevos rituales de paso.

  1. Los estados del alma son lugares de búsqueda, de emoción y de libertad que invitan a vivir esta experiencia de viaje iniciático;
  2. El después de este tránsito por los desiertos y los estados del alma concluye en el proyecto expositivo de Soledad Córdoba Trilogía del alma;

Trascendencia, Purificación, Renacimiento, comisariado por Zara Fernández de Moya. En estas páginas, ambas, artista y comisaria, mantienen una evocadora conversación..

¿Cómo salvar el alma según la Biblia?

Puntos destacados del artículo –

  • Los puntos claves para rescatar a almas descarriadas incluyen la santificación personal, seguir el modelo de rescate del Señor y utilizar los poderes salvadores del sacerdocio.

“No importa cuán lejos se ha apartado el ser querido, él o ella puede regresar”. —Larry W. Barkdull, escritor PROVO, UTAH Tal como el paciente padre del hijo pródigo, casi todo el mundo tiene un ser querido (un hijo, un cónyuge, un amigo o incluso uno de los padres) que se ha apartado del camino seguro del Evangelio. “Ocurre en todos lados y afecta a todos en la Iglesia”, dijo el hermano Larry W.

Barkdull, escritor de Utah y hombre de negocios que enseñó cómo rescatar a almas descarriadas en una serie de cuatro días durante la Semana de la Educación de la Universidad Brigham Young. Los puntos claves para rescatar a almas descarriadas incluyen la importancia de la santificación personal, seguir los modelos de rescate del Señor y utilizar los poderes salvadores del sacerdocio, enseñó.

Quienes sufren por un ser querido que se ha apartado necesitan saber, primero, que siempre hay esperanza; y segundo, que hay muchas cosas que una persona puede hacer para ayudar a un alma descarriada al seguir el modelo del Señor de la santificación personal.

“No se puede quitar el albedrío a los demás, pero se puede alinear con un plan de santificación personal que ya está establecido”, dijo. El hermano Barkdull dijo que Jesucristo estableció ese modelo de santificación personal a través de Sus acciones previas al jardín de Getsemaní y la Expiación.

El Salvador fue obediente a los mandamientos. Él había demostrado caridad y prestó servicio a los demás. Tenía el espíritu de oración y observó la ley del ayuno. Había renovado Sus propios convenios al participar de la Santa Cena. Quienes sufren por un alma descarriada pueden invocar las bendiciones, para sí mismos y para otras personas, al seguir el modelo de Cristo de santificación. Quienes sufren por un alma descarriada pueden invocar las bendiciones, para sí mismos y para otras personas, al seguir el modelo de Cristo de santificación. Alma amaba a su hijo incondicionalmente sin dar apoyo incondicional a sus acciones pecaminosas. No podía quitarle el albedrío a Alma hijo, pero podía pedir a Dios que brindara a su hijo las oportunidades para que cambie. Al final, el Señor intercedió y Alma hijo cambió para siempre.

El hermano Barkdull dijo que se podía aprender mucho de Alma padre, quien siguió fielmente el modelo divino del Señor de santificación personal al ayunar y orar por su hijo descarriado, al servir a los demás y seguir los mandamientos.

“El Señor tuvo la capacidad de tender una mano y rescatar a Alma y en [aproximadamente] ocho años fue el presidente de la Iglesia”, dijo el hermano Barkdull. Las parábolas de Cristo registradas en Lucas 15 revelan otras verdades claves en el rescate de almas descarriadas.

  1. A veces podemos tener una función activa, como se demuestra en las parábolas de la oveja perdida y la moneda de plata;
  2. Otras veces, debemos seguir el ejemplo del padre paciente y que con espíritu de oración esperó a que su hijo pródigo “vuelva en sí” y regresara a la rectitud;

No importa cuán lejos se ha apartado el ser querido, él o ella puede regresar, aseguró el hermano Barkdull. Ellos permanecen espiritualmente conectados a Dios, a los padres y a los convenios que han hecho. “Siempre existe esa influencia delicada que los hace regresar”, dijo..

¿Qué hace el alma?

El alma del ser humano se considera como la parte intangible que habita en el cuerpo que nos da la capacidad de pensar y de sentir, es capaz de dar vida al organismo y es la esencia inmaterial que define al individuo y a la humanidad. La doctora en Historia y Teoría del Arte Maria Konta habló sobre este tema en “Bótica Filosófica: Remedios para aliviar el alma”, una actividad virtual organizada por el Palacio de la Escuela de Medicina, a través de dos cápsulas.

La primera, dirigida a los adultos, se transmitió por Facebook Live del Palacio el 17 de septiembre, donde la experta reflexionó sobre “El alma: antes y después de su nacimiento y muerte”, y la segunda, dedicada al público infantil, transmitida el 20 de septiembre, con el tema “Resurrección y reencarnación”.

“Un cuerpo es una cárcel para el alma donde se paga por un crimen muy grave, por eso el cuerpo es pesado, tiene que dormir, digerir, excretar, contaminarse, lastimarse, enfermarse”, explicó la doctora Konta , incluso los dientes son representados como los barrotes de una ventana de esta cárcel, y el alma escapa por la boca por medio de palabras, las cuales son expresiones de lo que el alma siente.

Es por eso que el alma y el cuerpo están unidos y lo primero que detecta el alma es cada parte del cuerpo que lo contiene: “Si el cuerpo no la detuviera, el alma se escaparía por medio de palabras gastadas y primigenias, y se desvanecería en el cielo” , aseguró la doctora Konta.

En este sentido, una persona paralítica no podrá mover sus piernas, pero su alma estará intacta. Respecto a la muerte, la experta señaló que “es aquello que pasa cuando alguien no va a ningún lugar y no tiene representación”. Las religiones y diversas culturas han tratado de dar una explicación, los indios de América han hablado sobre la reencarnación, una creencia que supone que al morir, el alma de las personas empieza una nueva vida en otro cuerpo o en otro ser vivo, mientras que las religiones monoteístas expresan la idea de la resurrección, que hace referencia a la idea de que una persona puede recobrar la vida después de la muerte, la religión cristiana ocupa el término del cuerpo glorioso, pero no hace referencia al cuerpo, sino al alma.

“Nadie puede representar el más allá de la muerte, ya que ninguna persona ha podido estar ahí en realidad; en todas las representaciones religiosas sobre esto, se busca demostrar alguna cosa que nos dé seguridad, esto lo hacen inclusive las personas que no creen en ninguna religión, proyectan su futuro en alguna cosa que les haga sentir seguros”, consideró la doctora Konta.

Entra a Museo Palacio de la Escuela de Medicina – UNAM en Facebook para seguir disfrutando de más contenido cultural. Axel Torres.